miércoles, 24 de octubre de 2018

San Alberto Magno - Vida y obra (1193 - 1280).



Una de las figuras más importantes de la corriente filosófica cristiana y católica. Fue nada más ni nada menos que el maestro de Santo Tomás de Aquino. Fue Doctor expertus y Doctor Universalis de la Iglesia Católica y está en el número 28 de los doctores de la Iglesia. Hablo de los temas más diversos en diferencia con sus predecesores que se dedicaron a la teología y a la filosofía en menor grado. Estamos hablando de San Alberto Magno considerado por algunos teólogos expertos como el más sublime de los teólogos. Veamos la vida y obra de este hombre. 

San Alberto Magno

Primeros años

Estudios

Alberto Magno nació el año 1193 en la ciudad de Lauingen, Baviera. Estudió en la Universidad de Padua donde recibió instrucción sobre los textos aristotélicos. De acuerdo con Rudolph de Novamagia, a Alberto le costaba mucho estudiar. Un día se escapó de la escuela en su hartazgo por ella, y cuando iba subiendo la escalera se encontró con la imagen de la Virgen María quien lo bendijo para entrar en las órdenes sagradas. 

Así, Alberto se volvió miembro de la Orden Dominica y estudió teología en Bolonia y en otros lugares. Fue llamado Magno por sus grandes conocimientos filosóficos-teológicos. 

Fue ahí mismo donde hizo sus cátedras y escribió su obra Summo de bono luego de su discusión con Felipe, el Canciller. En el año 1245 se convirtió en Maestro de teología en la Universidad de Saint Jacques, siendo el primer dominico alemán en tener esta distinción. En este período fue donde Santo Tomás de Aquino conoció todas sus obras y se convirtió en su discípulo

Carrera teológica

En su vida académica estudió tanto los textos de Aristóteles como de los árabes sobre todo de Avicena y Averroes. Sin embargo, Alberto criticaba duramente los textos de estos dos últimos filósofos, debido a su visión del Universo. 

Siempre defendió a la escuela dominicana y de hecho, el mismo fundó un programa de estudios para que los dominicos pudieran estudiar filosofía. 

Obispo de Regensburg

En el año 1259, el papa Alejandro IV lo hizo obispo de Regensburg donde desarrolló su humildad mucho más que antes. De hecho, cuando se le pidió recorrer la diócesis a caballo (como así lo dicta la orden), el prefirió hacerlo a pie. Por eso recibió el apodo de ''botas de obispo''.

En el año 1263, el papa Urbano IV le reveló los deberes de un obispo más la predicación por la Octava Cruzada en los países germánicos. Luego Alberto renunciaría a los deberes de obispo entregándose a una vida monacal en el convento de Wurzburgo. 

Un dato anecdótico de San Alberto Magno es que se dice que él habría descubierto la piedra filosofal. Ya en sus escritos sobre los minerales, Alberto Magno nos habla de un elixir que ocuparon los alquimistas para transmutar cualquier metal en oro. La transmutación seguiría prolongándose hasta que en cierta combinación se llegó a crear la piedra filosofal. 

A pesar de ello, la leyenda dice que Alberto Magno le pasó la piedra filosofal a Santo Tomás de Aquino antes de su muerte. 

Últimos momentos con Santo Tomás de Aquino

Una de las últimas apariciones que hizo San Alberto Magno fue defender las idea de Santo Tomás de Aquino que eran atacadas y criticadas por Esteban Tempier, quien condenaría los escritos. Este obispo de París objetaba a Santo Tomás su radicalismo aristotélico. De hecho, muchos filósofos que se sustentaban en teorías aristotélicas fueron condenados por este obispo.

Era de esperar que Alberto Magno, siendo él también aristotélico, defendiera no sólo la doctrina del estagirita, sino más profundamente a su discípulo Santo Tomás quien para esa fecha ya había fallecido. 


Muerte de San Alberto Magno

Alberto tenía esas enfermedades propias de la vejez y la muerte de su alumno Tomás de Aquino en el año 1274 lo agravó. Finalmente, Alberto muere en el año 1280 con sus hermanos dominicos en Alemania. En el año 1622 fue beatificado y en 1931 sería hecho Doctor de la Iglesia por el papa Pío XI.

Pensamiento

En cuanto a los escritos de alquimia, siempre se pensó que Alberto era una especie de mago o alquimista. Sin embargo, estos hechos fueron considerados falsos, pues existieron muchos textos atribuidos a Alberto pero que no coincidían en fechas. 

Filosofía ente Platón y Aristóteles

Los sorprendente de Alberto es que este hombre pensaba más filosóficamente que teológicamente. Su preferencia por la filosofía lo ayudaba a sustentar la teología y de paso su fe en la religión. De ahí que su pensamiento fuera muy similar al de Aristóteles, y por cierto, fue él quien introdujo a los filósofos griego en el pensamiento cristiano. Por otro lado, San Alberto Magno también trató de conciliar las posturas aristotélicas y platónicas, diciendo que la verdad se encontraba en el equilibrio de estas. 

San Alberto Magno tenía un pensamiento muy científico, algo raro en los teólogos de aquellos tiempos centrados en acabar con la herejía. El mismo decía:

''No hay ciencia alguna sin el conocimiento exacto de los lugares geográficos, de sus diferencias y de las causas de ellos, los que no se preguntan por estas cosas, cometen un grave error''

Es así que San Alberto Magno no era solamente un teólogo, filósofo o científico, sino que también era un gran investigador de la naturaleza.

Teología con San Agustín de Hipona

San Alberto siempre quiso incorporar la filosofía a la teología y es por eso que nunca descuidó ni la ratio superior (teología) ni la ratio inferior (filosofía). Muchos filósofos anteriores habían desechado la filosofía siendo fideístas y teólogos a ultranza. Un ejemplo de esto fue el mismo Al-Ghazali quien escribió ''La incoherencia de los filósofos'', donde demostraba los puntos en contra de estos últimos. 

Obras

La fechas de sus obras no están claras, pues todos sus escritos fueron compilados tiempo después. Aquí tenemos algunos de ellos, por supuesto, a medida que los vayamos desarrollando los pondremos en esta lista.

Como dijimos en un comienzo, las obras de San Alberto Magno son más filosóficas que teológicas, por lo que debemos entender más conceptos del pensamiento que de la religión (aunque no es excluyente).

Conclusión

Llegamos a un tiempo fascinante, pero también nos vamos acercando poco a poco al fin de la filosofía medieval. Bastará con pasar a Santo Tomás para ya tener listo el proceso del pensamiento medieval. Seguramente, ni San Alberto Magno podría predecir lo que se vendría con sus obras, es decir, el poderoso movimiento que surgirá a partir de sus escritos. Veamos en las siguientes entradas como es que este hombre marcó la racionalidad en la teología. 

La Regla de San Agustín

La Regla de San Agustín

La regla de San Agustín fue creada en el siglo V d. C. y fue utilizada por sus sucesores para mantener una vida monástica. Estas fueron diseñadas a partir de los escritos que San Agustín había escrito al final de su vida. Podemos ver que el filósofo apostaba por una vida pacífica y monacal para la comunidad cristiana. 


Agustinianos y Benedictinos

Que San Agustín haya tenido una vida monástica aún está en duda. Lo que si es cierto es que Agustín hizo leyes para los monjes y monjas de Roma incrementando su número, pero estos no pudieron ser clasificados en una familia monástica específica (o incluso, si alcanzaron a tener una vida tal). Por otro lado, también tenemos el antecedente de que San Agustín fundó un monasterio en Tagaste

En el siglo XI, muchos monjes ascéticos se dejaron guiar por las reglas de San Benito; sin embargo, estas reglas ya no satisfacían las demandas de las autoridades monásticas. Por lo tanto, los monjes adaptaron los escritos de San Agustín y crearon estas reglas basadas en el pensamiento del filósofo. Todo esto se concretó en el Concilio de Letrán.

Capítulo I: Comunidad

Este primer capítulo nos habla de algo sorprendentemente platónico: el objetivo de tener una sociedad común. En otras palabras, San Agustín nos decía que todos debíamos tener iguales cosas en cuanto a nuestras necesidades, pues todos somos distintos.

Por lo mismo, Agustín dice que si un hombre entra al monasterio con algún objeto de valor, dicho objeto se convertirá en algo común para todos. Sin embargo, si un hombre viene a buscar al monasterio algo que no encontró afuera, tampoco lo encontrará en el monasterio. 

También exhorta a que ningún hermano del monasterio se muestre altivo o soberbio con los recién llegados, incluso si estos provenían de familias ricas. Recordemos que uno de los pecados más terribles para San Agustín era justamente la arrogancia. 

Capítulo II: Oración

Este capítulo se refiere a la oración la cual se debe hacer a la hora indicada, pero si alguno quisiera hacerla a otra hora por supuesto que está permitido. 

Capítulo III: Salud

San Agustín nos dice que para mantener una vida monacal se debe tener abstinencia, en la comida y en el trago. Esto implica que se debe ayunar a las horas correspondientes; sin excesos y sin faltas. 

Seguramente, aquellos que se unan a la vida monacal y lleven poco tiempo, deben adaptarse poco a poco y deben ser ayudados por los más fuertes en un ambiente de tolerancia. 

Capítulo IV: Castidad

No se debe agradar con el ropaje que lleve, sino que con la actitud que tenga el monje. Siempre deben permanecer juntos sea dentro o fuera del templo. 

La castidad es un deber que se debe cumplir a cabalidad. No se les prohíbe estar con una mujer, pero sí se les prohíbe desearlas o ser deseados por ellas. El deseo no lo suscita el tacto, sino más bien la mirada pues es por este medio que empieza todo. Por esto, Agustín llama a amonestar a todas las mujeres u hombres que tengan una mirada lujuriosa, porque ahí es donde se desvanece tal deseo. 

Quien sea sorprendido con cartas o proposiciones de una mujer, debe aplicarse un castigo más severo, pero si lo confiesa antes de ser descubierto se le perdonará y se orará por él. 

Capítulo V: Administración de los bienes

Como se dijo en el capítulo I, todo debe ser en común en la comunidad, tanto la ropa como la comida. Las visitas también son bienvenidas y nunca a escondidas. En pocas palabras, nadie puede tener una actividad individual, pues todo es para todos. Como diría el mismo San Agustín:

''Anteponer los intereses comunes a los propios y no los propios a los comunes''

Se añade además que se cuida mejor lo que es de todos que las propias cosas. 

Capítulo VI: Perdón

No deben mantenerse las disputas, deben terminarse de inmediato para evitar la ira y el odio. 

''El que odia a su hermano es un homicida''
(Juan 3:15)

Cualquier hombre que haya perjudicado a otro por la razón que fuere, debe inmediatamente remediar lo que hay hecho. Si los dos han tenido la culpa, pues los dos deben perdonarse mutuamente. Todo perdón se debe hacer desde el corazón, de lo contrario, estará sin motivo en el monasterio. 

Capítulo VII: Obediencia y autoridad

Los monjes deben obedecer a todos sus superiores porque en el monasterio debe ser jerárquica. Quien llegue a dominar a los demás debe mandar desde la caridad y no desde el poder. Debe ser un hombre conciliador y que llame a la paz.

Estos deben recordar que luego deben darle cuentas a Dios por todos los actos hechos. 

Capítulo VIII: Observancia de la Regla

Finalmente, por medios de unos pasajes San Agustín exhorta a todos los hombres a que sigan el camino de Dios diligentemente. Pide que todos los miembros del monacato cristiano entreguen su vida a la abstinencia, además de arrepentirse de todos los pecados que hayan cometido anteriormente. 

Conclusión

Yo creí haber leído la mayoría de las obras de San Agustín de Hipona, pero vemos que el filósofo sigue sorprendiéndonos incluso con estas específicas reglas. Estas reglas no fueron hechas voluntariamente por San Agustín, pero si fueron extraídas por aquellos hombres que lo siguieron. ¿Quien sabe? seguramente después encontremos aún muchas otras teorías del santo de Hipona quien nos dejó mucho en qué pensar. 

martes, 23 de octubre de 2018

La Santa Inquisición Pontificia (1184 - 1244).

En entradas anteriores hemos visto las bondades y características del cristianismo, junto con la filosofía que éste propagaba por medio de hombres como San Agustín de Hipona, San Anselmo de Canterbury, Pedro Abelardo, entre otros. Sin embargo, aquí tenemos un punto de inflexión importante, pues la humildad y el amor recíproco que pregona el cristianismo ya no se verá en estas páginas de la historia. La Santa Inquisición Medieval representó la violencia, la intolerancia y la ambición de las autoridades papales frente a las demás religiones y pensamientos. Ahondamos en uno de los más tristes acontecimientos de la historia.


La Santa Inquisición Medieval

Comienzo

Si tuviéramos que ser bien estrictos con el orígen de la Inquisición, entonces tendríamos que remontarnos al Imperio Romano. Exactamente, mientras se celebró el Concilio de Nicea con Constantino I, el grande, todos aquellos que no estuvieran de acuerdo con las conclusiones del concilio (que Jesús era mortal y divino), sería perseguido. Podríamos decir que este fue el inicio de una inquisición. 

Luego se aplicaron otros concilios donde cada acuerdo implicaba la supresión de los herejes. El mismo San Agustín de Hipona en el llamado ''Sermón 119'' con una metáfora de la cena explica la obligación que debe tener el cristiano para con los herejes. 

De hecho, creo que podríamos explicar las herejías después de San Agustín. Recordemos que en un principio, San Agustín no tenía ningún problema con los herejes sobre todo con los maniqueos a quienes invitaban a unirse. Sin embargo, con el resurgimiento de nuevas herejías San Agustín comenzó a enfrentarse a todos ellos en debates. Al final de su vida, San Agustín condenó a la mayoría de las herejías y más o menos desde ese tiempo se les empezó a perseguir. 


Inquisición episcopal

Los mecanismos para acabar con la herejía se fueron desarrollando cada vez más a lo largo de la Edad Media. Los obispos reclamaban más atención al fenómeno de la herejía y para eso tuvieron que pedir apoyo a Roma. Todo esto se formalizó en el período de Gregorio IX. 

La inquisición era distinta dependiendo de la diócesis y de los recursos que esta tuviese. La iglesia enseñaba la verdad, por lo que no se necesitaba enseñar lógica, lo que necesitaban era un recurso retórico llamado ''persuasio'' el cual resultaba muy satisfactorio.

Esta inquisición comenzó en el año 1184 por la bula papal del papa Lucio III. El documento tenía por nombre ''Ad abolendam'' (sobre la abolición) y tenía por objeto sacar de raíz la herejía tanto en Bizancio y el Sacro Imperio Romano Germánico. Sin embargo, los rangos de acción provenían de Francia e Italia contra los cátaros y los valdenses, que eran los dos movimientos herejes del momento. Un ejemplo de esto fue en Verona el año 1278 donde 200 cátaros fueron quemados.

Propósitos

Por supuesto, la intención de que la Inquisición fuera algo legal era el primer objetivo de Gregorio IX. La herejía fue considerada un crimen bajo las dos esferas: la civil y la religiosa. Primeramente, al culpable se le persuadía de que estaba en un error y si éste persistía en su herejía, las autoridades seculares aplicarían sus propios métodos que en general eran de tortura. En el año 1215, bajo el Cuarto Concilio de Letrán se condenó la herejía, pero no fue hasta la promulgación de la bula ''Ad extirpanda'' en 1252 que la tortura fue reconocida como un método de confesión para los herejes.

Los dominicos y franciscanos (que no estaban de acuerdo con la inquisición) manifestaron su enfado contra esta persecución; sin embargo, Inocencio III los consideró como una doctrina convencional y como igualmente inquisidores. No obstante, muchos de ellos se aprovecharon de la inquisición y formaron parte activa de ella. Uno de los dominicos más crueles en esta inquisición fue Robert le Bougre, el ''Martillo de los Herejes''. Los franciscanos fueron conocidos por sus fraudes a la iglesia y también por la masacre de muchos otros herejes. Sus acciones cesaron en el año 1302.

En un principio, la inquisición ponía poca atención a la hechicería. De hecho, la alquimia era verdaderamente considerada por el poder papal. Se decía que el papa Juan XXII practicaba la alquimia y que además se sospechaba que este mismo era una especie de mago.

Juicios

La confesión de testigos era fundamental para encontrar y encarcelar a los herejes. En un principio, las confesiones voluntarias eran castigados con penas más ligeras que a aquellos que se les obligaba a confesar. 

El hereje no tenía derechos para tener un abogado ya que en esos tiempos no existía la presunción de inocencia, sino que existía la prueba diabólica (probatio diabolica). Esta prueba consistía en lo siguiente: probar lo que no ha ocurrido; por ejemplo, a un reo de la Santa Inquisición se le pedía ''Prueba que no has pecado'', y siendo que no puede responder a esta petición, se le condenaba. En efecto ¿cómo se puede probar lo que no ha ocurrido?

No obstante, en algunos casos la víctima podía recurrir al papa, pero esto consideraba un monto de dinero excesivo. 

Cuando el hereje era condenado, esto se hacía saber en un sermo generalis o en la homilía pública de cada ciudad.

Métodos de tortura

Para que se lograra una confesión, la Inquisición aplica los siguientes métodos de tortura:


  • Cuna de Judas: una estructura en punta donde se ponían a los herejes encima con el fin de atravesarlos.
  • Strappado (Garrucha): se amarraban las manos de un condenado a una polea muy alta. Luego se le hacía caer con violencia sin que tocara el suelo. 
  • Brodequin: se hacía sentar al condenado para luego destrozarle las piernas.
  • La rueda de despedazar: se amarraba al condenado a una rueda y luego esta se hacía girar. Acto seguido, las extremidades y los huesos del condenado se destrozaban

Muchos otros métodos se comenzarían a implementar en otras inquisiciones, sobre todo la española que fue la más dura de todas. 

Conclusión

Nada más empezar el siglo XIII se da comienzo a esta horrenda matanza de herejes por parte de la Iglesia Católica. esta no será la única especie de inquisición que se dará en la historia, pues la herejía seguirá persistiendo en sus pensamientos. Tanto será así, que incluso se tendrá que acabar con los grandes maestros del pensamiento, solamente por el modo en que concebían el mundo. Dejemos hasta aquí la Santa Inquisición Pontificia y pasemos a otros temas en la próxima entrada.

lunes, 22 de octubre de 2018

Generación espontánea (Aristóteles).

Los peces eran considerados animales que nacían de la generación espontánea.
En el caso del pez, este nacía por la humedad del suelo

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Generación espontánea (Aristóteles)

La generación espontánea es una teoría biológica que señala que algunos seres vivos se crean a partir de materia orgánica o inorgánica. La teoría se mantuvo por casi dos milenios, ya que las pruebas desarrolladas por Francisco Redo y Lazzaro Spallanzani concluyen que la generación espontánea desde la materia orgánica (como en el caso de los gusanos o las moscas) no es tal como se dice. Pero las regulaciones las veremos después.

Visión de los antiguos griegos

Como sabemos los antiguos griegos tenían sus propias teorías de cómo se había formado el mundo. Recordemos que esta teoría se llamaba arjé y cada filósofo postulaba la suya.


A partir de esto podríamos decir que la idea de generación espontánea nace de ellos. Sin embargo, quizás el único diferente sea Anaximandro que dijo que provenía de lo ilimitado, es decir, de materia no viva. Los otros que postulaban los elementos o cuerpos materiales decían que estos elementos eran los constitutivos de todas las especies. 

Aristóteles

Aristóteles postulaba que la mayoría de los animales eran formados por medio de las relaciones sexuales. No obstante, el estagirita también nos decía que existían cuerpos que se generaban desde la materia orgánica e inorgánica. 

El concepto pneuma es clave en la descripción de Aristóteles, en efecto, este sería el ''aliento vital'' que hace vivir al animal. Este pneuma se supone que es caluroso ya que, según Aristóteles, todo lo caliente contiene vida, mientras que todo lo frío carece de ella. 

Así, una materia unida a este pneuma puede ocasionar la generación espontánea. De esta forma, Aristóteles nos decía que los gusanos provenían de la putrefacción al igual que las moscas. Otros animales provenían del barro como podrían ser caracoles. Otros precisamente desde el material que provenían, por ejemplo, las almejas vendrían de su propia concha. 

Una de las teorías más controvertidas que tendría Aristóteles es aquella que menciona que los cocodrilos provenían de los árboles. Antigua es la creencia de que los árboles son productores de calor (de hecho, los soldados atenienses se posaban en un árbol para obtener algo de calor luego de un frío devastador); por lo tanto, este calor con pneuma daría lugar a nueva vida, al igual como con los seres marinos (agua + pneuma).


Conclusión

Aunque esta teoría ya fue refutada, no es menor el mérito del estagirita frente a esta gran proposición. No por nada duró hasta el siglo XVIII sin que nadie pudiera desafiarla. Debemos entender que esta idea se basa en el sentido común y la biología de ese entonces; en todo caso, si Aristóteles hubiese tenido la tecnología que está presente ahora en el mundo, distinto sería su juicio sobre el lugar en que habitamos.



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Cruzada Albigense (1209 - 1229).

Han pasado 5 años desde que se gestó la terrible Cuarta Cruzada con el saqueo de Constantinopla y la conformación del Imperio Latino. Hoy veremos el desarrollo de una cruzada que se formó solo tiempo después de la Cuarta Cruzada: La Cruzada Albigense. Esta tenía un objetivo aún más específico que la otra, pues involucraba a un pueblo llamado ''Los Cátaros'' que vivían en el sur de Francia. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la Cruzada no cumplió a cabalidad sus objetivos. Veamos porqué.

Referencias:

(1) Esta es un pensamiento totalmente maniqueo. Para saber más de los Maniqueos lease esta entrada de San Agustín de Hipona: Sobre la costumbre de los maniqueos.


CRUZADA ALBIGENSE


Contexto

Para el Siglo XIII, Jerusalén ya no era el único objetivo de las cruzadas. Ahora, cualquier pueblo con pensamiento distinto a la doctrina cristiana sería considerado un enemigo a acabar. La iglesia consideraba mucho más terrible la herejía que se propagaba en Europa, que la lucha contra los musulmanes. Esto se debe a que la herejía era una especie de cáncer en el corazón de la cristiandad, en otras palabras, una cosa es decir que crees en Dios de distinto modo, y otra decir que no crees en Dios, sino que en dioses. 


Los Cátaros

Los Cátaros, también conocidos como albigenses, eran una religión gnóstica prominente en Europa. Se encontraban exactamente al sur de Francia en la ciudad de Albi (de ahí que se les llame albigenses). Estos creían que en el mundo existían dos fuerzas: el bien, que era espiritual; y el mal, que era material(1)

Debido a esto, los cátaros creían que el hombre estaba atrapado en su cuerpo y que su espíritu debía salir, y evitar todo aquello que es carnal. Por lo tanto, los cátaros vivían en austeridad, en castidad y evitaban todo tipo de comidas que provinieran de la unión sexual (carne). Creían en la resurrección y negaban el bautismo.

Persecución de la Iglesia

La Iglesia Católica Romana trató de extirpar de raíz a esta herejía por años. Uno de los misioneros que fue a convertirlos fue Santo Domingo, pero sus intentos fueron fallidos.

Prácticamente, los cátaros vivían en tranquilidad gracias a la tolerancia de Raimundo VI de Toulouse, quien encima fuera católico. Sin embargo, Raimundo fue excomulgado cuando se supo que era cómplice de los cátaros en el asesinato de Pedro de Castelnau, un monje cisterciense. 

En el año 1208, Inocencio III, quien ya sospechaba de Raimundo (de hecho, no lo llamó a la Cuarta Cruzada), convocó una nueva cruzada en contra de Raimundo y los herejes de Languedoc para el próximo año. 

La Cruzada Albigense

La Cruzada Albigense fue tremendamente popular en el norte de Francia, ya que los cruzados, una vez dentro de la cruzada sus pecados eran perdonados en la otra vida. 

Los cruzados capturaron la ciudad de Béziers en el corazón de la ciudad cátara. El papado legal decía:


''Matenlos a todos, Dios reconocerá a los suyos''
(Arnaldo Amalrico, inquisidor papal)

Cuando los cruzados preguntaron cómo diferenciar a los cátaros de los cristianos, a estos les dijeron que sólo no mataran a toda la población. Los albigenses se rindieron totalmente a los cruzados. La cuidad quedó en manos de Simón, señor de Montfort y conde de Leicester quien además había servido en la Cuarta Cruzada

Simón aprovechó de capturar otras ciudades del territorio como Toulouse lo que sirvió posteriormente para organizar otra cruzada. 

Fin de la cruzada

Tiempo después, Raimundo y su hijo Raimundo VII atacaron el norte de Francia para recuperar la ciudad de Toulouse en 1226. La Cruzada Albigense llegó a su fin cuando Luis VII llegó al trono, sacando a Simón de Montfort de Toulouse, más bien, asesinándolo. 

En ese momento, Raimundo y Luis llegaron a un acuerdo de paz en Francia. Así, la Cruzada albigense terminaría sin lograr totalmente su objetivo: eliminar a los cátaros de Languedoc. 

Finalmente, el tratado de Meaux-París es firmado en 1229 junto con la boda de la hija de Raimundo VII y el hermano del rey de Francia por lo que se consolidó el poder de la corona francesa. 

Conclusión

Aquí vemos una cruzada que al menos tuvo sentido religioso en contraste con la Cuarta Cruzada en la que fueron puros intereses personales. Sin embargo, todo esto no termina aquí pues aún faltan cruzadas e inquisiciones, es decir, todavía hay un tiempo de sangre y violencia en Europa contra los infieles. Uno de los papas que más ha estado concentrado en esta tarea ha sido Inocencio III, a quien veremos nuevamente en la organización de esta Guerra Santa. 

domingo, 21 de octubre de 2018

Cuarta Cruzada (1202 - 1204).

Ya hemos visto la primera, la segunda y la tercera cruzada. Estas tres primeras se caracterizaron por la intención recuperar Tierra Santa que había sido tomada por los árabes. Por supuesto, el propósito de esta cruzada será el mismo, sin embargo, los resultados no sólo serán adversos sino confusos y extraños. Sorpresivamente, en esta cruzada ya no estará presente el sentimiento de victoria contra el enemigo, sino que màs bien estará la ambición de unos pocos para que muchos sean llevados al campo de destrucción y sangre. Sin más preámbulo, veamos la Cuarta Cruzada. 

La Cuarta Cruzada

Contexto

Había terminado la Tercer Cruzada donde Ricardo Corazón de León y Saladino se habían enfrentado. De aquí salió un acuerdo en el cual los árabes se quedarían con Jerusalén, pero los cristianos tendrían libre tránsito en aquel lugar. El tratado fue firmado en 1192. 




Inicio de la Cruzada

El llamado de Inocencio III

A comienzos del siglo XIII, el papa Inocencio III mandaría cartas a las autoridades correspondientes con el propósito de organizar una nueva cruzada. Hasta ese momento, solamente Urbano II había sido el papa que con mucho fervor había incitado una cruzada, Inocencio III lo haría tal cual. 

En un principio, Inocencio III no tuvo mucho apoyo, pero el poco que tuvo fue de grandes nobles como el conde Teobaldo de Champaña en 1199. Todo esto gracias a que un predicador llamado Fulco de Neuilly inspirara a muchos soldados en un torneo. Reunieron bastantes caballeros cruzados y se dirigieron a Venecia para ver el soporte naval.

Intereses cruzados

Desafortunadamente, Teobaldo muere antes de zarpar con los cruzados, por lo que los barones tornaron su mirada a Bonifacio de Montferrato quien parecía un hombre sensato. Este tenía familia en Bizancio y algunos estados cruzados, además de ser vasallo de Felipe de Suabia. Su hermano, Conrado de Montferrato, se casó con la hija del rey de Constantinopla Isaac II, ésta se llamaba Irene Angelina. Sin embargo, Isaac II fue destronado por Alejo III. Bajo este motivo, tanto Bonifacio, Felipe y el hermano de este llamado Alejo, el joven, necesitaban apoderarse de Constantinopla para sacar a Alejo III. 

Bonifacio propuso cambiar el rumbo de la cruzada, es decir, en vez de dirigirse a Tierra Santa se dirigirían a Constantinopla. No obstante, Inocencio III se negó rotundamente. Alejo también trató de convencer a Inocencio pero no tuvo mejor suerte que Bonifacio. Finalmente, Inocencio III sí accedió a que el rumbo para Tierra Santa se lleve a cabo cruzando Constantinopla.

Problemas en con la flota de Venecia

El primer problema que tuvieron que enfrentar los cruzados fueron las flotas desde Venecia. En el año 1202, se supone que Francia ayudaría a Venecia para armar una flota, sin embargo, los cruzados se dieron cuenta que no tenían los recursos apropiados, tenían muchas provisiones que no necesitaban. Fue un gasto muy grande por lo que Venecia ni Francia fueron capaces de solventar los gastos incurridos. 

El líder de esta cruzada era Dogo Enrico Dandolo, quien era Duque de Venecia, un hombre de mucha sagacidad y prudencia a pesar de tener 90 años. Este hombre, que para tiempos de la Cruzada estaba ciego, propuso que Francia ayudara a Venecia en la captura de la ciudad de Zara (actual Croacia), y así pudiera pagar la deuda mediante el botín. 

El gran problema es que Zara era una ciudad cristiana ¿Cómo es posible que los cruzados invadieran una ciudad cristiana? Lo que pasa es que Zara siempre tuvo conflictos con Venecia y Dogo quería deshacerse del poderío de la ciudad de Zara de una vez por todas. Inocencio no estuvo de acuerdo, pero para cuando se organizó esto ya no se podía hacer nada. De hecho, Inocencio III otorgó absolución condicional a los cruzados, pero no a los venecianos. 

La Cuarta Cruzada toma lugar

La toma de Zara

Mientras tanto, Felipe de Suabia envía a sus cuerpos militares a la ciudad de Zara. Si los cruzados detenían el reino de terror en Constantinopla, Alejo establecería una iglesia con subordinación a Roma y así le pagarían a los cruzados grandes sumas de dinero. Además esto serviría para organizar otra cruzada a Egipto (centro del poder musulmán), pero esta nunca llegó a concretarse, ya que los cruzados no vieron con mucho interés atacar la ciudad. 

Los cruzados finalmente tomaron la ciudad de Zara en el año 1202, para luego dirigirse hasta Corfú antes de llegar a Constantinopla en el año 1203. 

El Sitio de Constantinopla

La ciudad de Constantinopla fue fuertemente atacada desde el norte. Los ciudadanos se volvieron en contra de Alejo III, quien se vio forzado a huir inmediatamente de la ciudad. Como consecuencia de esto, el nuevo rey de Constantinopla sería Alejo, hermano de Felipe de Suabia, quien tomaría el nombre de Alejo IV.

Resultado

Aunque Alejo IV trató de hacer reformas para el bien común y para ayudar a los cruzados, el rey se vio con muy poco dinero para satisfacer dichas necesidades. Además, pronto tuvo que enfrentar un sentimiento anti latino que se estaba gestando hace mucho, mucho antes de la llegada de Alejo IV. 

Los cruzados, quienes estaban tremendamente molestos por la situación, se sintieron engañados y atacaron la ciudad de Constantinopla el 12 de Abril del año 1204. Lo que siguió después de esto fue uno de los más crueles y viles saqueos de la historia. Los cruzados rompieron todas las condiciones, sobre todo con el voto de no ultrajar a ninguna mujer de Constantinopla. Cuando Inocencio III supo de esto, sintió la más profunda molestia y vergüenza por lo que habían hecho. 

Formación del Imperio Latino

Antes de atacar Constantinopla, los cruzados decidieron que las elecciones del nuevo emperador se haría por el voto de 12 electores (6 venecianos y 6 francos). Entre ellos elegirían las autoridades de la siguiente manera:


  1. Emperador: 4 
  2. Patriarca: 4 
  3. Clero:4

Entre ellos, venecianos y francos eligieron a un rey llamado Balduino de Flandes, que provenía de Francia; y a Tomás Morosini, que provenía de Venecia. Los cruzados llamaron a esto ''Partición del Imperio Romano de Oriente'', por lo que fundaron el Imperio Latino que no duró mucho (1206 - 1261).



Conclusión

Esta pudo ser una de las cruzadas más sangrientas y también la más importante en términos sociológicos. Vemos que las cruzadas pasadas traían un verdadero sentimiento religioso para derrotar a un enemigo común, pero aquí solo hubo cabida para la ambición, el interés y la traición. Es probable que desde ahora se configuren las cruzadas de la siguiente manera o quizás pueda volver la inspiración del deber genuino, es decir, de alejar al enemigo musulmán. Veremos que pasará en las siguientes cruzadas.

sábado, 20 de octubre de 2018

Juan I de Inglaterra - Vida y obra (1166 - 1216).

Fue hijo de uno de los más controversiales reyes de Inglaterra: Enrique II. Trató de que Inglaterra no fuera devastada, pero no lo consiguió. Fue el mismísimo hermano de Ricardo I (màs conocido como Ricardo Corazón de León) que luchó en la Tercera Cruzada contra Saladino. Estamos hablando del rey de Inglaterra llamado Juan I, o Juan sin Tierra. ¿Por qué ver a este hombre de la historia medieval? porque su participación nos lleva a comprender cosas claves del contexto que vamos a relatar; por ejemplo, la firma de la Carta Magna, o la Tercera Cruzada. Veamos la vida de Juan I de Inglaterra. 

Sugerencias:

Les recomiendo revisar las siguientes entradas:

Juan I de Inglaterra


Primeros años

Familia

Juan fue hijo de Enrique II y Leonor de Aquitania ambos gobernaban Inglaterra. Enrique tenía los territorios de Anjou, Normandía e Inglaterra, mientras que Leonor tenía Toulouse y Auvergne al sur de Francia. En este sentido, Enrique gobernaba Inglaterra y Francia por lo que estos dos países fueron parte de la dinastía Plantagenet (a la que pertenecía Enrique). Al mismo tiempo, aquí se comienza lo que se conoció como ''Imperio Angevino''. ¿Por qué Angevino? porque Enrique era hijo de Godofredo de Anjou, y es justamente de ''Anjou'' de donde se deriva el término. El Imperio Angevino derivaría su orígen desde Enrique II, Ricardo I y Juan I, mientras que los Plantagenet serían desde Enrique II hasta Ricardo III. 

Los hermanos de Juan fueron Godofredo, Guillermo (quienes murieron prematuramente), Ricardo, (quien sería más adelante rey de Inglaterra), Joan, Enrique, entre otros. 

Después de su nacimiento, Juan fue llevado a una nodriza, pero cuando Leonor se dirigió a Aquitania, se llevó a su hermana Joan a Fontevrault donde Juan se educó intelectual y militarmente. Con el tiempo creció y le comenzó a gustar la literatura, las apuestas, la música, las joyas y otras cosas. 

Sucesión al trono

Enrique II necesitaba resolver pronto la cuestión de la sucesión. La distribución sería desarrollada de la siguiente manera:

  • Enrique: Inglaterra, Normandía y Anjou
  • Ricardo: Aquitania (conde de Poitou)
  • Godofredo: Britania (oeste de Francia)

Pareciera que en primer momento Juan no recibiría tierras y es por eso que se le decía ''Juan sin Tierra''. De hecho, su mismo padre se burlaba de él por lo mismo. 

Sin embargo, con el tiempo Juan sería prometido con las tierras de Savoy, Piedmont y Maurienne. También, Enrique arreglaría un matrimonio entre Juan y Alais, heredera de Humberto III de Savoy. No obstante, Alais muere antes de casarse con Juan por lo que èste quedaría sin heredero. 

Tiempo después, los hijos de Enrique II se rebelarían contra él: Enrique, Ricardo y Godofredo, quienes además eran apoyados por su madre. Enrique ganó el enfrentamiento y los perdonó, pero Leonor sería aprisionada. Luego Enrique se enfrentaría con Ricardo, perdiendo el primero antes de dar la batalla pues murió de disentería. 

Luego de esto, los reinos serían divididos de la siguiente manera:

  • Ricardo: Inglaterra
  • Godofredo: Britania
  • Juan: Aquitania e Irlanda

Ricardo no quería dejar Aquitania, pero su padre junto con Godofredo lo obligaron a cederla a la fuerza. Los tres se reconciliaron tensamente en el año 1185.

El Reino de Ricardo I
(1189 - 1199)

Ricardo fue hecho rey en el año 1189. En esos años fue apodado ''Ricardo Corazón de León'' y declaró sus intenciones firmes de participar en la Tercera Cruzada contra Saladino. Para esto, Ricardo necesitaría de cuantiosos recursos para hacer frente a la cruzada. 

Juan se casaría con la rica Isabel de Gloucester además de ser el Conde de Mortain. También se le fue entregado algunas tierras de Inglaterra como Cornwall, Derby, Devon, Dorset y Nottingham. Claro, Ricardo trató de no darle tanto poderío militar mientras èl estaba en la Cruzada por Tierra Santa. 

Problemas con las autoridades

Juan prometió no visitar Inglaterra en ausencia de Ricardo, sin embargo, las autoridades políticas que Ricardo había dejado a cargo no eran de fiar, por lo que Leonor pidió a Ricardo que Juan entrara para controlar la situación. 

El problema se habría suscitado por dos hombres: Hugh de Puiset y William Longchamp. Este último se rehusó a trabajar con Hugh y rápidamente se comenzaron a configurar serios problemas. Hugh lucharía contra William en un conflicto armado, y mientras tanto, Juan aprovecharía la ocasión para convencer a la gente de que él podría manejar aquella situación mucho mejor. 

Aprovechamiento de Juan

No obstante, para calmar los ánimos Ricardo envió al arzobispo Walter de Coutances, quien gracias a su popularidad pudo llevar todo a la normalidad. 

Tiempo después, Juan comenzó a tramar un plan para llegar a ser rey. Se alió con el rey Felipe II que había llegado de la Tercera Cruzada, quien tenía los territorios de Normandía y Anjou. También ayudó a Longchamp con la condición de que se aliara con él para enfrentar a Ricardo. 

Juan dejó de lado a Isabela de Gloucester y se casó con la hermana de Felipe II, Alys para afianzar aún más la amistad entre ellos. No obstante, en el año 1194, año en que Ricardo regresaba, éste le derrotó en una batalla, pero no le hizo daño, de hecho, Ricardo dijo:

''Juan es un niño con deseos malvados''

Acto seguido, Ricardo deja libre a su hermano pero le quita todos los territorios exceptuando Irlanda.

Pasarían años y muchas hazañas donde Juan demostraría que podía recuperar la confianza de Ricardo. Finalmente lo logra y su hermano lo hace Conde de Mortain nuevamente. 

Ascenso al trono

Juan I rey de Inglaterra

Una vez que Ricardo I había muerto en el año 1189, el trono se disputaba entre Juan apoyado por su padre Enrique II y Arturo I de Britania, hijo de Godofredo el hermano de Juan.

Juan fue apoyado tanto por los ingleses como los normandos, mientras que Arturo fue apoyado por los bretones, Maine, Anjou, además del apoyo de Felipe II de Francia. El conflicto se armó inmediatamente por lo que se emprendieron algunas campañas. Sin embargo, Juan se vio apoyado por la mayoría de las autoridades tanto de Inglaterra como de Francia, seguramente por el cariño que le tenían a su hermano Ricardo. Ante esta conflictiva situación, Felipe II retira su apoyo a Arturo I y se suma al bando de Juan.

Finalmente, Juan se queda como rey de Inglaterra, Duque de Normandía y Conde de Poitou, mientras que Felipe II se queda con los territorios de Francia. Juan fue considerado muy benevolente con sus enemigos por lo que también se ganó el apodo de ''Juan espada blanda''.

Problemas con Isabela de Angouleme 

La paz que se hizo posteriormente a los hechos mencionados duró exactamente 2 años. Entre esos años, Juan se enamoró de Isabela de Angulema quien era hija de Aimer Taillefer, Conde de Angulema. Juan quería casarse con ella, no obstante, el matrimonio no sería posible ya que necesitaba divorciarse de Isabela de Gloucester. Además, Isabela de Angulema estaba comprometida con Hugh de Lusignan. 

El problema se acentuará cuando Juan y Hugh entren en conflicto y Felipe II llame a Juan para arreglar el asunto a Francia. Juan quería ir a Francia como Duque de Normandía, pero Felipe II lo rechazó diciendo que él vendría en calidad de Conde de Poitou. Debido a  esta discusión, Felipe II deja las tierras de Juan a Arturo I, su antiguo contendor.

Las campañas de Normandía

Las batallas libradas en Normandía fueron muy complicadas para Juan. Su madre y otros subordinados estaban en territorio francés por lo que fue muy difícil para Juan atacar a los franceses. 

Sin embargo, Juan pudo atacar a Arturo por sorpresa y encarcelarlo. De Arturo no se supo si lo mataron o si escapó. Solo quedaría su mayor enemigo que sería Felipe II, a quien no pudo derrotar. Juan se quedaría sólo como Duque de Aquitania.

Juan no se quedó contento con esto y trató de recuperar Normandía; sin embargo, el fortalecimiento de Inglaterra ante una posible invasión francesa lo obligó a concentrarse en este último objetivo. 


Problemas con la Iglesia

Otro de los problemas que Juan tuvo que enfrentar fue la sucesión de un Arzobispo en Canterbury. Inocencio III, papa de ese período postulaba a Stephen Langton, pero Juan lo rechazó. Como consecuencia, Inocencio III excomulgó a Juan en el año 1209 por medio de un interdicto. 

Finalmente, Juan decidió darle la sucesión a Stephen Langton, y tiempo después este daría a Juan la absolución de la excomunión. No obstante, muchos cronistas eclesiásticos tratarían a Juan como un tirano a pesar de sus concesiones a la iglesia. 


Rebelión de los barones y la Carta Magna

En Agosto de 1212, unos barones indignados con el reinado de Juan decidieron conspirar contra él. Una vez descubiertos, estos barones perdieron el apoyo papal de Inocencio III, pero no el de Stephen Langton. Todo esto ocurrió cuando Juan se encontraba en una campaña en contra de los galeses. 

Sin embargo, con el pasar del tiempo hubo más descontento en el territorio de Inglaterra. Esto provocó una guerra civil en el año 1215 y Juan se vio forzado a negociar con los barones. Luego, Juan tuvo que ceder ante la presión de estos por medio del conocido ''Artículo de los barones'' que fue la base para que se redactara la Carta Magna. 

Esta carta establecía los derechos feudales de los barones junto con otorgar algunos beneficios a su favor. Pero la carta fue violada tiempo después por todos los barones. Pronto se armaría una guerra civil llamada ''La Guerra de los Barones'' y al estallar esta, Juan pediría ayuda papa Inocencio III, la cual éste accedió y Juan pudo capturar el castillo de Rochester. 

Muerte de Juan I de Inglaterra

En medio del conflicto contra los barones, Juan muere el 19 de Octubre de 1216 debido a la complicación de una enfermedad. Varias teorías se presentan como las causantes de su muerte, pero la verdad es que hasta ahora no hay certeza de cómo fue. 

Legado

La efigie de Juan I de Inglaterra aún sobrevive en estos tiempos, a pesar de que a lo largo de la historia de Inglaterra fue considerado un tirano y un desleal. Muchos hombres religiosos lo estimaron, pero también hombres laicos. Desarrolló mucho avances en el Tesoro público del país, siendo un ejemplo de esto el manejo de los impuestos.

La firma de la Carta Magna no sólo fue algo establecido por Juan, otros reyes posteriores también usarán la misma lógica para enfrentar los problemas con la aristocracia. 

Personalidad

Como pudimos ver en su biografía, juan fue muy desleal y aprovechador en ciertas ocasiones. Esto puede deberse a la formación militar que tuvo desde pequeño, aunque también debemos decir que era un hombre muy culto, un hombre de literatura. De hecho, se dice que Juan I fue uno de los primeros reyes en hablar Inglés. 

Conclusión

Vemos aquí la vida de un hombre con muchos problemas debido a su propio carácter. Nadie puede esperar algo bueno si comete traición sobre todo con su propia familia. La lección que podemos extraer de la vida de Juan es que la diplomacia con los enemigos es vital para llevar el buen manejo de un reino. El dejarse llevar por la rabia y la ambición es el peor consejero cuando se trata de reinos en constante conflicto.