martes, 29 de marzo de 2022

Al-Kindi (الكندي) - Vida y obra (801 - 873)



Abu Yusuf Yaqub ibn sḥaq aṣ-Ṣabbaḥ al-Kindi, más conocido como Al-Kindi, fue uno de los primeros filósofo musulmanes, y de hecho fue conocido como el padre de la filosofía musulmana. Después de algunos siglos de teología con la escuela de los mutazilitas, el islam recibe la influencia de la cultura griega sin dejar de lado su propia cosmovisión del mundo. No obstante, algunos pensadores comienzan a especular sobre las cuestiones más diversas, incluyendo a Dios y toda su creación. Un filósofo profundamente inspirado en Aristóteles y la teología negativa que veremos en las siguientes paginas de filosofía

AL-KINDI

VIDA Y OBRA

Es difícil establecer la fecha exacta en la que nació Al-Kindi, pero no hay duda de que sirvió al Califa Al-Mamun al final de su mandato en el año 833, y también fue relacionado con el sucesor de Al-Mamun, Al-Mutasim. Por lo tanto, se deduce que nació en Kufa y estudió en Basora y Bagdad, ganando una gran reputación. 

Fue el hijo del gobernador de Kufa, Irak, y por lo tanto fue descendiente de la Tribu Kinda que se ubicaban en el sur de Arabia que a su vez había emigrado de Yemen.

Educación

En Basora y finalmente en Bagdad, le enseñaron el Corán, las matemáticas, la gramática y la literatura árabes, el fiqh (jurisprudencia islámica) y el kalam (teología especulativa) y los idiomas griego y siríaco. Era conocido por su hermosa caligrafía y más tarde fue empleado como calígrafo por al-Mutawakkil. Al-Qifti, un bibliógrafo islámico medieval, informó que Al-Kindi era experto en las artes de los griegos, los persas y los hindúes. 

El Califa al-Mamun nombró a Al-Kindi para la Casa de la Sabiduría (Bayt al Hikma) en Bagdad, un centro para la traducción de textos filosóficos y científicos griegos, establecido por el padre de Mamun, Harun al-Rashid, que se convirtió en el centro abasí para el desarrollo intelectual. Al-Mamun construyó una biblioteca de importantes manuscritos recopilados de Bizancio y también estableció observatorios en la Casa de la Sabiduría, donde los astrónomos musulmanes podían aprovechar conocimientos anteriores. Al-Kindī trabajó con al-Khwarzimi y tres matemáticos, los hermanos Banu Musa.

Al-Mamun murió en 833 y fue sucedido por su hermano al-Mutasim, quien empleó a al-Kindī como tutor de su hijo Ahmad. Al-Mutasim murió en 842 y fue sucedido por al-Wathiq quien, a su vez, fue sucedido como califa en 847 por al-Mutawakkil. Bajo ambos califas, al-Kindī sufrió persecución, ya sea por discusiones internas y rivalidad entre los eruditos de la Casa de la Sabiduría, o por la intolerancia de al-Mutawakkil hacia los musulmanes no ortodoxos. En un incidente, al-Kindī fue golpeado y su biblioteca confiscada temporalmente. Murió en 873 durante el reinado de al-Mutamid.

Pensamiento

Al-Kindi fue el único filósofo islámico de ascendencia árabe y a menudo se lo conoce como ''el padre de la filosofía árabe". Fue un precursor de Avicena y Averroes en el estudio de la filosofía griega y en el intento de sintetizar la filosofía aristotélica y la teología islámica.

Se caracterizó por ser un fiel seguidor de Aristóteles a excepción de su teoría de que el mundo es eterno, pues Al-Kindi, por medio de un silogismo apodíctico, demostrará que el mundo en verdad no es eterno. Otra comparación que se hace con Al-Kindi versa sobre los Mutazilíes quienes aprobaban la existencia de los átomos, lo que significaría que el mundo sería finito por el vacío. Al-Kindi no estaría de acuerdo con esta visión estando más de acuerdo con la mirada aristotélica (anti-atomista), pero acordando de igual manera que el mundo sí es finito. 

Al-Kindī escribió 241 libros, incluidos trabajos sobre geometría (32 libros), medicina y filosofía (22 dos libros cada uno), lógica (nueve libros) y física (12 libros), astronomía (16 libros), aritmética (11 libros), psicología (cinco libros) y arte y música (siete libros). Además, escribió monografías sobre las mareas, instrumentos astronómicos, rocas y piedras preciosas. Muchos de sus libros se han perdido. Durante la Edad Media, Gerardo de Cremona tradujo al latín Risalah dar Tanjim, Ikhtiyarat al-Ayyam, Ilahyat-e-Aristu, al-Mosiqa, Mad-o-Jazr y Aduiyah Murakkaba, y los escolásticos estudiaron De intellectu (Sobre el intelecto). Se han descubierto otros en manuscritos árabes: 24 de sus obras perdidas se redescubrieron a mediados del siglo XX, incluido A Manuscript on Deciphering Cryptographic Messages, un tratado sobre criptología que analiza métodos de criptoanálisis, cifrados y análisis estadístico de letras y combinaciones de letras en árabe.

Uno de los propósitos de la Casa de la Sabiduría era poner las ciencias extranjeras a disposición de los eruditos árabes a través de la traducción a gran escala de documentos griegos. En general, se acepta que Al-Kindi no leyó griego él mismo, sino que corrigió, editó y comentó textos preparados por traductores árabes. Al-Kindi enfatizó la importancia de la filosofía y el uso de la razón sobre los estudios coránicos tradicionales y el estudio de la gramática árabe, y esta posición puede haber atraído la persecución durante el reinado de los califas más conservadores al-Wathiq y al-Mutawakkil.

Una de sus más destacadas frases es la siguiente:

''No debemos avergonzarnos de apreciar la verdad y obtenerla venga de donde venga, aunque venga de razas lejanas y naciones distintas a la nuestra. Nada debe ser más querido para el buscador de la verdad que la verdad misma, y ​​no hay deterioro de la verdad, ni menosprecio de quien la dice o la transmite''

En consecuencia, podemos ver en las palabras del filósofo que buscaba encontrar una armonía entre la filosofía y la teología. Sin embargo, esto también le valió muchas críticas, sobre todo en el aspecto del mundo de los ángeles, ya que Al-Kindi no los mencionaría en su metafísica. 

Obras

Lamentablemente, como la mayoría de todos los filósofos que hemos visto, la verdad es que de Al-Kindi no tenemos absolutamente todas las obras. Muchos más fragmentos que obras existen en la web. Sin embargo, abordaremos de todos modos estas obras



Veremos todas sus obras en lo posible, además de las criticas que se hacen a sus teorías. 


Conclusión

Sinceramente, luego de creer que ya había terminado la filosofía islámica, la verdad es que leer a este filósofo ha sido un descubrimiento. Es típico pensar en cualquier historia de la filosofía que la propuesta de que el mundo es finito se diera con Santo Tomás de Aquino en ''De aeterni mundi'', pero la verdad es que aquí ya tenemos un antecedente anterior al aquinate. Entonces, teniendo como contexto la filosofía islámica, nos adentraremos en la obra de Al-Kindi. 

sábado, 19 de marzo de 2022

Concepto de Equidad en los filósofos romanos


Equidad

(Aequitas)

Ya hemos visto la Equidad desde el punto de vista de los griegos, quienes la llamaban Epiqueya (ἐπιείκεια). Comprendemos de la entrada anterior que la Epiqueya se traducía como justicia, adecuado, conveniente, similitud, entre otros, por varios filósofos griegos. En la perspectiva romana, la Epiqueya se tomará desde el punto de vista de la Equidad, contrario a lo que ya establecía Aristóteles de quien se extrae que prefirió el término por Justicia. 

Etimología

La etimología de aequitas proviene de aequus que significa ''igual''. Existe una similitud entre el griego eikos y aequus, con la diferencia de que eikos es un término aún más amplio, mientras que aequus está más cerca del término igualdad que de cualquier otro. 

Desde el punto de vista del derecho, la equidad tiene como objetivo lograr la igualdad en el ejercicio de los derechos, igualdad en los intereses de las partes. 

Marco Tulio Cicerón

Una de las contribuciones más importantes al término de Aequitas es el desarrollado por Marco Tulio Cicerón con su frase ''summus ius, summus inuiria''. 

¿Qué significa esta frase en latín? primeramente, esta es una oración perteneciente a Marco Tulio Cicerón en uno de sus últimos libros llamado ''De Officiis'' cuando habla de los modos de la injusticia. 

Esta reflexión de Cicerón dura incluso hasta nuestros días y nos habla sobre el deber del hombre para aplicar con criterio las leyes. Por otro lado, también se interpreta como ''la aplicación formal de un derecho, o la aplicación al pie de la letra puede transformarse en la peor injusticia''. 

En otras palabras, los abogados, decía Cicerón, debían tener en cuenta los detalles de cada caso, antes de aplicar el derecho debidamente. Lo otro es aplicar también un árbitro judicial que indique, o que identifique cuáles podrían ser los excesos de cometer actos injustos. 

Ejemplos

Un ejemplo podría el de un amo y un esclavo. Supongamos que el amo tiene bajo ciertas condiciones a un esclavo, por ejemplo, no le puede ocasionar daño físico. Si esto es así, como la condición no me está diciendo que no le puedo ocasionar daño psicológico, entonces el amo está en todo el derecho de hacerlo. 

Otro ejemplo más actual y de nuestra cultura se puede ver en la ley de estacionamientos. Imaginemos que un dueño de estacionamiento deja estacionarse a un hombre en un determinado lugar. 

  • Dueño: Buenas tardes. Puede estacionarse aquí por el máximo de una hora; de otro modo, tendré que cobrarle el doble de la tarifa.

  • Cliente: De acuerdo. 

Pasa el tiempo y el cliente llega en una hora pero con 1 minuto. 

  • Dueño: Como usted ha estacionado más del tiempo normal, entonces deberá pagar el doble del dinero acordado. 

  • Cliente: ¡Pero como!

En estos ejemplos vemos los extremos de llevar a cabo el derecho, que en efecto puede llegar a ser absurdo. El dueño podría incluso estar con un cronómetro para ver si han pasado incluso segundos. 

El Pretor

El pretor era un administrador de justicia en la Roma clásica. El ejercicio del poder en ese momento era por medio de fórmulas y declaraciones escritas. Todo estaba acotado o rodeado alrededor de las declaraciones. Gradualmente, el pretor comenzó a seguir otro modo de jurisdicción, que se denomina jurisdicción extraordinaria. Después de una fase, los casos y áreas donde el Pretor podía interferir se hicieron más comunes y a través de esto solo se introdujo en el Derecho Romano el principio de moralidad y equidad.

El antiguo código civil de Roma fue suplantado, durante este proceso, por una amalgama de leyes que los romanos denominaron "ley natural". Por él entendían una combinación del Ius Gentium (Ley de las Naciones) y la Lex Naturae (Ley de la Naturaleza). Esta combinación se llamó Aequitas (Equidad).

Cristiandad

Bajo la influencia del cristianismo, la equidad se convirtió en la ley dominante y omnipresente. En 438 d.C., el emperador Teodosio (el joven), ordenó la compilación de un nuevo código que incorporara estos desarrollos. Alrededor de un siglo más tarde se hizo una compilación, bajo el emperador Justiniano. Estos más tarde formarían la base del derecho canónico. Por lo general, se los denominaba "derecho civil".

La destrucción bárbara de Roma dejó a la Iglesia como principal, y prácticamente único, depositario del saber en el mundo occidental, a lo largo del periodo medieval. Desde la época del emperador Constantino, los obispos sirvieron como árbitros principales de sus respectivas diócesis, y Carlomagno incluso incluyó este arreglo en su constitución. Como la jurisprudencia eclesiástica naturalmente tendía a tratar con las personas (in personam), más que con la propiedad (in rem), la aequitas romana era particularmente apta para este propósito, y se preservó y mejoró la equidad de Roma.

Finalmente, dentro del termino aequitas se incorporó el concepto de misericordia, en cuanto al contraste de la rigidez de las leyes. 

Conclusión

Ciertamente, la historia de la equidad es la historia de las leyes, porque la modificación que estas sufrían provenía de su directa interpretación. Es posible entonces decir que la importancia de que las leyes cambien y se vuelvan más justas es gracias a la equidad. Sin la equidad se estaría enfrente de la alta rigidez de las leyes que en ningún caso podrían cambiar. Fue un trabajo tanto de los griegos como de los romanos dar distintos matices a este importante concepto. 

viernes, 18 de marzo de 2022

Concepto de Epiqueya en los filósofos griegos


Epiqueya

(ἐπιείκεια)

Este es uno de los términos más importantes dentro de la filosofía. Nos acompañará mucho más allá de la Antigua Grecia, pues filósofos como Immanuel Kant y John Rawls también los abordaron. 

No obstante, nosotros solo veremos la epiqueya desde la perspectiva de la filosofía griega, y en lo sucesivo la analizaremos desde otros filósofos. 

Etimología

La palabra epiqueya proviene del griego ''eikos'' que significa aquello que se añade a una cosa y responde a su propia naturaleza. 

Aunque muchos expertos difieren de las distintas fuentes etimológicas de la palabra ''epiqueya'' (ἐπιείκεια), lo que si es cierto es el sentido que tiene esta palabra que nos viene tanto de Platón como de Aristóteles. Pero incluso podemos situar esta palabra aún antes de los dos grandes filósofos. Por ejemplo, Homero, en su obra La Ilíada, que la entendía como algo apropiado u oportuno; Heródoto, lo consideraba como la justicia concreta, no abstracta; Hipócrates, lo veía como verosimilitud o razón. 

En consecuencia, la traducción de estas palabras contiene varios significados:

  • Equidad
  • Justicia
  • Razon
  • Adecuado 
  • Conveniente
  • Verosimilitud

Como podemos ver, parece que esta palabra no encierra un concepto positivo, sino más bien interpretativo. Veamos qué significaba la epiqueya en los filósofos griegos. 

Platón

El simil del tejedor

Una de las metáforas más notables de Platón se relaciona con la tela y el tejido, y lo que se refiere específicamente como la complementariedad que existe en el entretejido entre la 'urdimbre' y la 'trama', donde la urdimbre, que representa la ley , 'debe ser de un tipo superior de material (fuerte y firme en carácter)', mientras que la trama, que representa la equidad, 'es más suave y convenientemente trabajable'. 

Es por esto, que la ley puede asemejarse con esa parte del tejido que está firme y que no se puede soltar con facilidad, mientras que la equidad es esa urdimbre más suave y trabajable. De ahí se entiende que la equidad es un concepto que trabaja sobre la ley, interpretándola o volviéndola más ''suave''. 


Aristóteles

El estagirita nos presenta el concepto de epiqueya señalado en su Ética a Nicómaco:

''La naturaleza de la Equidad es la rectificación de la ley cuando se muestra insuficiente por su carácter universal''

''La Equidad es algo de la justicia''

Aristóteles cree que la ley, al ser general puede estar expuesta a la falla y por lo tanto, la equidad debe ser la responsable de corregir ese fallo de la justicia general. La Equidad parte a resolver los fallos de la ley no a través de la ley sino que a partir de la justicia misma. Por eso algunos filósofos la comparaban con la justicia. 

Conclusión

Sin duda que las leyes son importantes en una nación, pero justamente como dice Aristóteles, al ser tan generales estas pueden fallar de alguna manera. En caso de aquel fallo que se encuentra en las leyes, el término de Equidad podrá subsanar dichos defectos y mejorar la ley que fue propuesta. Podríamos decir que la Equidad o epiqueya es un tipo de criterio interpretativo de la ley, aunque este se verá de mejor manera explicado con el Derecho Romano. 

domingo, 13 de marzo de 2022

Precio legal y precio natural


Precio legal y precio natural

El precio legal y el precio natural nace del concepto de Precio justo, y rastreando las primeras fuentes del mismo podemos encontrar los conceptos de precio legal y precio natural en la obra de Tomás de Mercado, suma de tratos y contratos. 

Esta diferencia la explica en el capítulo VI del segundo libro de la misma obra, a propósito de la explicación de la justicia conmutativa. 

La justicia conmutativa consiste en guardar justicia en los contratos no en cuanto a la sustancia sino que en cuanto al valor y al precio. Así, Tomás de Mercado nos da un ejemplo:

  • Un caballo que vale cien ducados: iguales son cuanto a la venta los cien ducados y el caballo, y justicia conmutativa se guarda dando los ciento y tomando el caballo, consintiendo en ello las partes. Pues si en la compra ha de ser igual lo que se vende y lo que por ello se da
La pregunta es ¿quién puede igualar el caballo y los cien ducados? ¿quién tiene la autoridad para hacerlo? de acuerdo con Tomás de Mercado solo lo podría hacer la república. Y esto no solo es establecido por teólogos y filósofos sino que en realidad es así. Vemos que los reyes tasan los productos generales como el vino, el trigo, el pan, la fruta, el pescado, la carne, etc. Las leyes mandan a que sea el gobernador el que pongan los precios y no los mercaderes, porque cada uno es amigo de su interés y el interés común está por sobre el particular.

De este modo, el justo precio se entiende de dos maneras:

  • Impuesto por las leyes (precio legal)
  • Accidental que se refiere a lo que ahora vale la cosa (precio natural)
Si ya está impuesto por las leyes, entonces el mercader no puede venderlo a un peso más de lo que vale. De lo contrario, no solo es injusto sino que también pecador. Sin embargo, en el caso de que el mercante venda a un precio menor y el comprador compre a ese precio, no habrá ningún problema, pues la república sanciona la codicia y no la ventura del comprador al adquirir un precio más bajo. 

Conclusión

Por supuesto que el concepto de Precio legal y precio natural tiene una profunda inspiración desde Santo Tomás de Aquino. Recordemos que Tomás de Mercado pertenece a la época llamada ''Segundo Escolasticismo'' o ''Escuela de Salamanca'', donde los conceptos de justicia, teología y economía, se unían para conformar una propia visión con respecto a la realidad del hombre frente a lo económico. Estos dos conceptos serán claves para desarrollar la teoría de la economía clásica. 

viernes, 11 de marzo de 2022

Chia (شيعة) (seguidor)

Chia

شيعة

El chiismo es la segunda rama del Islam después de la Sunnah, la cual sostiene que Alí ibn Alí Talib fue designado como el sucesor de Muhammad, el cual fue anunciado en el evento de Ghadir Khumm que fue un sermón que pronunció el profeta justo en el año antes de su muerte. Pero ¿Cuál es la importancia de este grupo en el islam? veámoslo en las siguientes líneas.

De acuerdo al diccionario, la Chía en el islam significa seguidor o partisano o un grupo de personas que sostienen un punto de vista en particular. Sin embargo, con el tiempo la Chía se consideró como aquella rama del Islam que se refiere a los seguidores de Alí ibn Alí Talib, el sucesor de Muhammed luego de su muerte. 

Esto seguidores creían que el imamato era una extensión del profeta, y que Alí era el más conocedor entre todas las autoridades para enseñar el Corán y para conducir a los musulmanes al camino del bien. Los chiítas se apoyan en el siguiente Hadit:

''Yo soy la ciudad del conocimiento y Alí es la verja. Yo soy la casa de la sabiduría y Alí es su puerta''

Sin embargo, este hadiz no ha estado exento de polémica y muchas autoridades islámicas lo reconocen como falso.

Si bien casi todos los movimientos islámicos difieren en la forma de pensar los artículos de fe, los atributos de Dios o la concepción del mundo, estos no difieren en cuanto a sus normas religiosas (oración, ayuno, peregrinación, entre otros). No obstante, estas diferencias no serían una sorpresa para los musulmanes, puesto que el profeta ya lo había dicho:

''Mi Umma se dividirá en 73 denominaciones''


Sin embargo, aún con todas las diferencias, los musulmanes deben tener pleno discernimiento y plena prueba de su propia fe. 

De acuerdo con el imamato chiíta los fundamentos de la religión son cinco:

  • Unidad de Dios
  • Justicia
  • Profecía
  • Imamato
  • Día del juicio

A diferencia de los chiítas, los asharitas no aprueban que el imamato sea fundamento de la religión. Tampoco lo sería para los mutazilíes que tienen otros fundamentos de la religión:

  • Unidad de Dios
  • Justicia divina
  • Promesa y amenaza
  • La estación entre las dos estaciones y disfrutar el bien y prohibir el mal

En particular es Ali-Hasan quien sostiene que un mutazilita no puede afirmar su fe si no cree en estos cuatro fundamentos. 

De este grupo nacerá otra subdivisión que serán los conocidos imamitas, donde se origina la doctrina de los 12 imamitas sucesores de Alí. 

Fundamentos de la religión

Unidad de Dios

Unidad de Dios quiere decir básicamente monoteísmo y éste es uno de los primeros principios del islam. El Corán menciona esta unidad de Dios en cientos de verbos, cubriendo la mayor cantidad de hechos correspondiente a la unidad de Allah. Todos los musulmanes están de acuerdo con este fundamento.

La unidad es de dos clases:

En primer lugar, Allah, el Exaltado, es Uno en Su Esencia y en la necesidad de Su Existencia. Él es Auto-existente. Está más allá de toda materia y potencialmente no está compuesto de nada. No se ramifica en otros seres, ya sea en existencia, en teoría o en la realidad.

En segundo lugar, los Atributos de Allah son de la misma naturaleza que Su Esencia. Los estudiosos de la teología especulativa y la filosofía racional dicen que los Atributos de Allah son de dos tipos, positivos y negativos. Algunos de los Atributos positivos son Vida Eterna, Omnisciencia, Omnipotencia y Eternidad. Por eso se dice que Allah es Eterno, Omnisciente, Ornipotente y Eterno, Justo, Oyente, Omnisciente.

En cuanto a los Atributos negativos, afirman que Allah está muy por encima de todas las limitaciones. Estos Atributos también se denominan Atributos de Majestad o Dignidad que niegan la posibilidad de que Él sea creado, es decir, prueban que Él existe por sí mismo, muy por encima de cosas como la composición, la corporeidad, la ocupación de un lugar, la pobreza, la encarnación. Por eso se dice que Allah no tiene cuerpo, ni forma, ni imperfección.

Él no está compuesto de nada. Él no puede ser descrito como encarnado. En resumen, Él está muy por encima de cualquiera de los atributos de cualquier ser contingente. La creencia chiíta en Tawhid es de la forma más pura. Considera que Alá está muy por encima de cualquier elemento antropomórfico del concepto de Deidad que pueda invadir Su Divinidad elevada, como el politeísmo y la corporeidad. su Divina Voluntad está libre de opresión y monstruosidad; y no hay acompañantes con Él en Su Ser Eterno.

Justicia divina

La Justicia es uno de los Atributos de Dios y uno de Sus Sublimes Nombres. No es tiránico ni propenso a los caprichos que pueden precipitarlo a ser injusto en el juicio. Él ha dejado claro en más de un pasaje del Noble Corán que está libre de opresión: "Ciertamente, Allah no hace injusticia al peso de un átomo" (4: 40); "Ciertamente Alá no hace injusticia a los hombres" (10: 44); "y tu Señor no trata injustamente a nadie" (18: 49).

Como consecuencia de la máxima de que Alá es Justo, surgen varias cuestiones serias, como hemos mencionado anteriormente, entre las que se encuentra el libre albedrío humano y el hecho de que Alá es incapaz de cometer injusticia. Shaykh al-Muftd, un destacado teólogo imamita, ha dicho:

"Allah es Justo, misericordioso. Creó a los hombres para adorarlo y prohibió que lo desobedecieran. No cargó a nadie con ninguna obligación más allá de su capacidad. Su creación está lejos de la frivolidad y Su acción está libre de impropiedad. Se ha mantenido por encima de compartir las acciones de sus siervos y se elevó por encima de coaccionarlos a hacer cualquier acción. Él no castiga a nadie excepto cuando han pecado y no reprende a ningún esclavo o sierva excepto cuando cometen una acción horrible. Él no comete injusticia, ni siquiera en el peso de un átomo''.

Alla mah al-Hiit argumentó que los siguientes principios son requisitos previos para la Sabiduría y la Justicia de Allah.

  1. No comete el mal
  2. Todos sus actos tienen propósito y sabiduría, y todos son correctos
  3. Anela la devoción y odia la transgresión
  4. No encomienda a nadie que esté más allá de sus capacidades
  5. No juzga solo lo que es justo, sino que todas las acciones. Los hombres deben aceptar el juicio esa bueno o malo para ellos

En cuanto a los asharitas, afirman que no hay creador salvo Allah. Las fechorías de las personas son creadas por Allah. El intelecto no tiene poder sobre las cosas, en cuanto no necesita diferenciar entre el bien y el mal. Él no hace sufrir a Sus siervos sin razón y sin propósito. Él hace lo que quiere y juzga como le place. Si Él desea dejar a Sus siervos en el fuego del infierno por la eternidad, Él es el Único que debe ser obedecido como Él es el Soberano. La rebelión no tiene efecto en Sus acciones. Más bien, Él es el Creador absoluto.


Promesa y amenaza

Promesa y amenaza significa recompensar al pío como Allah lo ha prometido y la necesidad de castigar a los transgresores como Allah ha amenazado. 

La estación entre las dos estaciones y disfrutar el bien y prohibir el mal

Este fundamento es explicado por Wasil ibn ata, quien sostuvo que quien cometía un pecado mayor no es un creyente ni un no creyente. Se encuentra en un estado entre la fe y la incredulidad.

La chía trata de tomar una posición intermedia entre mutazilíes y los asharitas. Dios lleva a cabo sus promesas pero no está obligado a realizarlas, debería llevarlas a cabo porque él es justicia e ir contra esos principios sería repugnante. Aún así, Dios no es obligado a realizar estas promesas.

El imamato

Los musulmanes chiítas creen que los atributos de Allah son idénticos a Su esencia y por lo tanto, no es posible que Allah tenga atributos que le sean exteriores a su ser. 

La discusión de Sus Atributos también ha entrado en el dominio de la filosofía islámica.

Los filósofos chiítas lo han discutido extensamente. El filósofo Sadr al-Di n Shirazi (1964: 54) ha dicho:

"Sus Atributos son verdaderamente Su Esencia (es decir, inseparables), no como los seguidores de Abu'l-Hasan al-Ash 'arT sostienen que su numerosidad en la existencia exige un número correspondiente de eternos, y no como sostienen los seguidores de Mu'tazi rechazando su origen pero aceptando sus vestigios, y presentando la Esencia como representante, pero a través de aquellos firmes en el conocimiento que sostienen que Su Existencia es Su misma Esencia, que es la confinación de Sus Atributos de Perfección (íkamaliyyah) y la manifestación de esos Atributos de Belleza (Uamaliyyahj) y Majestad (UalSliyyah)''

Los teólogos especulativos chiítas y mu'tazis se beneficiaron mucho de las opiniones del Imam 'AIT sobre Tawhid.

Esto es lo que dijo en el primer sermón de su Nahja/-balaghah:

El acto más importante en la religión es el reconocimiento de Él. La perfección de reconocerlo es creer en Él; la perfección de creer en Él es reconocer Su unidad; la perfección de reconocer Su unidad es jurar lealtad a Él y la perfección de jurar lealtad a Él es negar [en el sentido humano] los Atributos que pertenecen a Él, debido a las cualidades de Su creación que podrían atribuirse a los humanos. Cada uno de ellos es una prueba de que es diferente de aquello a lo que se atribuye y todo aquello a lo que se atribuye algo es diferente del atributo. Por lo tanto, quien asigna atributos a Allah reconoce Su semejanza, y quien reconoce Su semejanza lo considera dual, y quien reconoce a Él como dual reconoce partes de Él, y quien reconoce partes de Él se ha equivocado".


Atributos de Dios

Allah es inmaterial

Los imamitas y los mutazilitas están de acuerdo en que la Esencia de Allah está por encima de la corporeidad. En consecuencia, Él no puede ser confinado al espacio o al tiempo. Sin embargo, los hanbalitas, los ash'aritas y los karanitas opinan que Allah puede limitarse a la posición de Su altivez que se encuentra junto a la parte superior del Trono.

Basaron esta creencia en el significado esotérico de ciertos versos como:

"El Dios Benéfico es firme en poder" (20: 5) y "No, ambas manos están extendidas" (5: 64).

En consecuencia, en su Maqdlat a- is Bmiyy Tn, al-Ash'arT dijo:

 "Allah está en Su Trono. Tiene dos manos pero no como propiedad; Tiene ojos pero no como manera; y tiene una cara como dijo, y allí permanecerá para siempre el Rostro de tu Señor, el Señor de la gloria y del honor' (60: 27)" 

AIT ibn Talib, el modelo para los musulmanes de la Chía, hizo una declaración flagrante que refutó la visión de la corporeidad de Allah y lo pone por encima de las cualidades que podrían atribuirse a Su creación:

"Aquellos que pretenden ser equitativos contigo no te hicieron justicia cuando te equipararon con sus ídolos, te asignaron falsamente lo que podía corresponder a tu creación y supusieron abstractamente que estás compuesto de partes de la misma manera que las cosas materiales". 

Pero el dilema de la corporeidad no se quedó ahí, pues también existieron atribuciones a ciertos autores de esta idea. 

Hisham Ibn-al Hakam

Algunos autores de libros que tratan sobre denominaciones, sectas y escuelas de pensamiento acusaron a Hisham ibn al-Hakam (m. 198/812), quien es considerado uno de los grandes teólogos especulativos, una figura destacada de su tiempo y el más famoso  lmam de los discípulos de Ja'far al-Sadiq, de defender la visión de la corporeidad de Dios. Al-J .Qiz, al Naiiam y al-Ash 'arT llegaron a los extremos al atribuirle esta idea, citándolo diciendo: "Ali ah es un cuerpo como otros seres materiales".

Sin embargo, la investigación ha demostrado que tal acusación no se sostiene. Fue precipitado por la envidia; sus opositores, que no podían soportar la veracidad y la fuerza de sus argumentos, querían manchar su reputación, especialmente los mutazilitas, cuyas pretensiones refutaba en sus polémicas contra sus enseñanzas. En la biografía de Hisham en Mujamrija! al-had ("Biografías de transmisores de tradiciones"), Imam Abu 'l-Qasim al-Khoei (m. 1992) se refirió a las historias sobre Hisham (vol. 18) y concluyó:

''Creo que las historias que acusan a Hisham de sostener la opinión sobre la corporeidad [de Dios] son ​​todas inventadas''

Esto se debe a la envidia, como lo demuestra la declaración de [Irnarn] Abu'l-Hasan al-Ri (la) quien dijo a su favor: "Que Allah tenga misericordia de Hisham porque era una buena persona, a quien no se le hizo justicia". hecho por su pueblo por envidia.

Sus oponentes alegan que Hísham describió al Señor, el Altísimo, como de siete aslzbar (una medida equivalente a la extensión de una mano abierta entre las puntas del dedo meñique y el pulgar). Esto no es digno de nadie que tenga un conocimiento y experiencia mediocres, y mucho menos Hisham, de cuyo carácter y conocimiento su maestro y el Imam Ja'far ibn Muhammad al-Sadiq dijo: "¡Oh, Hisham! Todavía estás respaldado por el Espíritu Santo."

A pesar de la corta edad de Hisham, el Imam al-Sadiq solía darle prioridad sobre todos sus compañeros. Además, si Hisham hubiera entendido tales palabras, no se sigue que su doctrina fuera la corporeidad. Las supuestas palabras son similares a las dichas por filósofos y teólogos especulativos en el contexto de sus tratados y debates, que Alá es

"una cosa [ shay '] como otras cosas"

Además, la cita está sacada de contexto. El pasaje que se afirma haber sido reproducido de la obra de Hisham no prueba que él creyera en la corporeidad de Dios, pues lo que se dice a modo de argumento o contraargumento en un debate y como símil no representa necesariamente una creencia real o las opiniones de la persona que presenta el argumento. El debate de Hisham fue con al-'Allaf; él dijo,

"Dices que el Creador conoce todo a través de Su conocimiento, y que Su conocimiento es diferente al conocimiento de todos los demás eruditos (Su creación). Entonces, ¿por qué no dices de manera similar que Él es un cuerpo diferente a los cuerpos de Su creación?" "(al-Musawi"(1986): 482).

En conclusión, los musulmanes imamitas ponen a Alá por encima de todo lo que pueda ser adecuado y/o constreñir las cosas materiales como la corporeidad, el espacio o el tiempo y la composición.

Interpretan versos como 10:48 y 5:20 cuyo significado exterior desmiente el interior, dando la impresión de que Allah tiene un rostro, una mano o se mueve de un lugar a otro en significados que están en armonía con la sana razón; primordial en todo esto es la preservación de la integridad del Señor Soberano de cualquier defecto digno de semejanza y potencialidad. En referencia a esta misma cita, Mulla Sadra, el famoso filósofo, escribió un tratado sobre los versos confusos del Corán y cómo las diferentes escuelas de pensamiento sunitas, imamitas, así como gnósticos y místicos han tratado con tales versos.

Visión y percepción

¿Es posible que uno pueda ver a Allah, el Exaltado, a simple vista en este mundo o en el más allá? En su creencia de que es posible ver a Dios, los Ash'arites se basaron en el significado patente de algunos versos del Noble Corán. Ash'arl afirma: 

"Alá, el Altísimo, se puede ver con la vista en el Día del Juicio como se puede ver la luna llena. Los creyentes pueden verlo, pero los incrédulos no, porque se les negará el privilegio de verlo".

Sin embargo, existe un consenso general entre los lmamitas de que es imposible ver a Allah ni en este mundo ni en el venidero. Es imposible percibir a Dios porque va en contra de la lógica: lo que no es un cuerpo, o encarnado, o ocupando un espacio o tiempo, una contraparte o percibido como tal, no se puede ver. Es igualmente inverosímil ver al Creador a través de la vista.

La razón da testimonio de este hecho y el Corán lo atestigua, al igual que las tradiciones que nos han llegado a través de una cadena ininterrumpida de los Imames de Guía de la Descendencia del Profeta. La generalidad de los imamitas y la mayoría de sus teólogos especulativos sostienen este punto de vista. En su monumental libro, al-Kafi, al-Kulayn ha registrado doce tradiciones de los Imames en las que han declarado inequívocamente la imposibilidad de ver a Allah aquí o en el Más Allá. El filósofo Sadr expuso estas narraciones de manera exquisita y elocuente, concluyendo que los intelectos perfectos separados de la materia pueden ver a Allah a través de la percepción intelectual, no a través de la vista física. Refutó enérgicamente las opiniones de al-Ghazzali" quien, en su libro ''La incoherencia de los filósofos'', sostiene que es posible ver a Dios 

Fundamental para la prueba de los asharitas de la posibilidad de ver a Dios es esta deducción: Allah es autoexistente, y dado que este es el caso, cualquier ser existente puede ser visto, porque lo que confirma ver es la existencia. Se ha relatado que los creyentes pueden verlo en el Más Allah (al-Shahrasta). ''Las pruebas de los Imamües y los 'Adlites' de la imposibilidad de ver a Dios giran en torno al hecho de que la permisibilidad de ver al Creador debería requerir que Él sea un cuerpo o entidad física que ocupe un espacio y pueda ser identificado. limitado y con un limite''.

Sabiduría divina

La sabiduría es uno de los atributos de Dios. El Señor se ha descrito a Sí mismo como Sabio, siendo uno de Sus Nombres ""El Sabio"", que se menciona en unos cien versos del Noble Corán. Uno de estos versos es, "Alif Lam Ram, [este es] un libro, cuyos versos se hacen decisivos, luego se aclaran, del Sabio, Omnisciente" (l1: 1).

La sabiduría es la cualidad del conocimiento de Dios de todas las cosas, y la creación perfecta de las mismas. ""Y ves las montañas, crees que son sólidas, pero pasan como el paso de la nube, la obra de Allah, Quien lo ha hecho todo a fondo; seguramente Él está al tanto de lo que hacéis"" (27: 88)."

La posesión de sabiduría por parte de Allah necesariamente significa que Sus acciones no son en vano, que cualquier cosa que pueda caracterizarse como repugnante no puede emanar de Él, y que todo lo que Él hace o actúa es absolutamente bueno y apropiado.

Abundan los escritos escolásticos y filosóficos sobre este tema y el de la Justicia de Allah. Estos se pueden encontrar bajo el tema "Bien y mal: cuestiones de sentido común". A partir de esto se ramificó otra investigación sobre la Justicia Divina que a su vez dio lugar a la discusión sobre la recompensa y el castigo según la acción, y nuestra adoración a Allah, y también el tema del decreto y el destino. Estas cuestiones filosóficas están todas integradas.

Visión de los imamitas

Dado que los imamitas creen en la independencia del intelecto para percibir lo que es bueno y lo que es malo, se deduce que uno puede estar absolutamente seguro de que lo que Allah ha ordenado es bueno y lo que ha prohibido es repugnante. Para dar un ejemplo, el intelecto ha juzgado la mentira como un rasgo vil; y también que Allah no comete lo que es impropio. Los mutazilitas son de la misma opinión que los imamitas. La afirmación de que el intelecto tiene jurisdicción sobre lo que percibe como bueno o malo, es necesario conocer a Allah, ponerlo por encima de la irresponsabilidad, la obligación de enviar Apóstoles, la inadecuación del castigo sin justificación, y la humanidad teniendo libertad de acción.

Predestinación

La cuestión de las acciones humanas y de cómo emanan es una de las cuestiones filosóficas más antiguas que ha alcanzado su apogeo en el pensamiento filosófico islámico. Los eruditos musulmanes y los seguidores de varias escuelas islámicas de pensamiento tienen puntos de vista variados sobre el tema.

No hay mucha diferencia entre la visión de los najjaritas, daroritas y asharitas, por un lado, y la teoría de los jahmitas, aunque los asharitas trataron de distanciarse de ser seguidores de la predestinación. Sostienen que su creencia en la doctrina de la predestinación humana es la siguiente: "No hay creador excepto Alá, y los actos y los actos humanos son dados por Dios. Por lo tanto, las personas son incapaces de realizar cualquiera de ellos".

El Imam Fakhr al-dit al-Razi, un teólogo asharita, dijo: "Las acciones del hombre son comisionadas de acuerdo con el decreto y el destino de Allah, sobre el cual los hombres no tienen elección, y no existe nada más que la predestinación". En defensa de la unidad de la creación y demostración del principio de que "no hay creador en la existencia excepto Allah", los Asharitas creían en la predestinación.

Los mutazilitas, sin embargo, a quienes se les llama los exponentes de la Justicia y la Unidad, dicen que somos capaces de actuar libremente. Somos los creadores de nuestras acciones, ya sean buenas o malas, y, de acuerdo con el curso de acción realizado, merecemos recompensa o castigo en el otro mundo.

Lo que llevó a los mutazilitas a sostener la opinión de que somos independientes y tenemos poder sobre nuestras acciones y libre albedrío es su creencia en el principio de la justicia. Sin embargo, la afirmación de que nuestras acciones son creadas por Allah va en contra de la justicia, porque si Allah crea nuestras fechorías y luego nos castiga por ellas, esto equivale a una injusticia, y Allah no es injusto. "Quien hace el bien, es para su propia alma; y quien hace el mal, es contra él; y tu Señor no es injusto con los hombres en lo más mínimo" (41: 46).

Control de las acciones

En la discusión de los fundamentos de la religión, ya dijimos que el monoteísmo es la piedra angular del Islam y el más importante de los fundamentos de la creencia de todas las escuelas musulmanas. Creer en la unicidad de Dios consiste en creer en la Esencia del Creador en que Él es uno, nadie es como Él y Él no tiene compañero ni igual.

Y Él es uno solo (abad) en que no está compuesto de partes ni exterior ni interiormente y que está por encima de toda corporeidad.

Creer en la unidad de los Atributos de Allah significa que Sus Atributos tales como Vida Eterna, Omnisciencia y Omnipotencia son los mismos que Su Esencia. Él es Eterno en Esencia, Omnisciente en Esencia y Omnipotente en Esencia. Creer en la unidad de la creación y las acciones significa que no hay creador en el dominio de la existencia aparte de Allah, y que todas las cosas en el universo son Su creación. Entre ellos está la humanidad, que es creación de Allah, no sólo en su ser sino también en sus acciones en un sentido filosófico preciso.

Los versos que proclaman que no hay creador excepto Allah son muchos. Aquí está uno de ellos: "Ese es Alá", "tu Señor, no hay más dios que Él; el Creador de todas las cosas" (6: 102). 

Debido a su creencia en la doctrina de la unidad de acciones, los arites al-tawh Td al-aj' en Ty Ash dicen que no existe un creador excepto Allah. Los seres humanos y las acciones que pueden emanar de ellos son una creación de Dios, y no tienen elección ni poder sobre sus acciones. La justicia es uno de los atributos de Allah. Por lo tanto, Él es Sabio en lo que hace y Él no es capaz de malas acciones e injusticias. No es propio que Él nos castigue por acciones en las que no tenemos elección.

Creyendo en la Justicia Divina, los mutazilitas recurrieron a la doctrina de la delegación de autoridad o empoderamiento (Tawhid) y dijeron que Allah nos creó y nos imbuyó de poder e intelecto y nos confió todos nuestros asuntos. Por lo tanto, somos completamente independientes en lo que hacemos, y Allah no tiene influencia en nuestras acciones. Esta afirmación garantiza la negación de la unidad de la creación, es decir, Tawhid basado en la razón y la tradición, al-'aql wa '/ -naq/ , y nos confía el control de las acciones.

Entre la predestinación de los asharites y la delegación de los mutazilitas, los imamitas chiitas ocupan el punto medio entre los dos extremos. La suya se llama "la posición entre las dos posiciones", al-amr bayn al-amrayn. Los informes indican que la persona que acuñó esta frase fue Imam Jafar ibn Muham mad al-Sadiq (m. 148/765), quien dijo: "No es ni predestinación ni delegación, sino una posición entre las dos posiciones".

Se relata la siguiente conversación entre Imam al-Sadiq y un hombre:

"Que yo sea hecho tu rescate! ¿Ha obligado Alá a sus siervos a pecar?"

  • El Imam al-Sadiq respondió: "Alá es más justo que hacerlos cometer fechorías y luego castigarlos por lo que han hecho".
  • El hombre preguntó: "¿Los ha empoderado con sus acciones?"
  • El Imam dijo: "Si Él lo hubiera delegado en ellos, no los habría limitado a recomendar el bien y prohibir el mal".
  • El hombre preguntó además: "¿Hay una estación o una posición entre los dos?"
  • El Imam dijo: "Sí, más ancho que [el espacio] entre el cielo y la tierra".

Lo que se deduce de los informes relacionados con los chiítas imamitas, sobre los cuales la Chía tiene un consenso, es que nuestras acciones son de nuestra propia creación después de que Allah nos ha infundido la capacidad de cometer o evitar el acto.

El bien y el mal se hacen por nuestro libre albedrío, es decir, tenemos la opción de hacer cualquiera de ellos o abandonar la salvación. Allah, el Altísimo, insta a Sus siervos a hacer buenas obras y a abstenerse de cometer errores. La actividad filosófica y teológica islamista en los asuntos de la justicia, la predestinación, la delegación y el libre albedrío fue tan prolífica que los pensadores chiítas escribieron cientos de libros y tratados sobre estos temas.

Entre los que compilaron libros conocidos que tratan estos temas se encuentran al-Shaykh al-Muftd, Allamah al-l:Jill I, Nasir al-din al-tost y Sadr al-Din. El último escribió un tratado sobre el tema. de la predestinación en acción. Él dice en la introducción: "Él, exaltado sea, está muy lejos de hacer cualquier maldad y va por Su Reino a voluntad". En esta declaración, se refirió a "la estación entre las dos estaciones". Luego discutió los puntos de vista de los mutazilitas y los asharitas y agregó:

''Su afirmación de que hay socios con Allah en la creación [de la acción] es insostenible porque no hay duda de que es más absurdo que presentar ídolos como intercesores ante Allah. Es más. lo que hace que su argumento sea insostenible es el hecho de que lo que el Rey de reyes deseaba que hubiera en Su Reino no está disponible en él, pero sí puede encontrarse aquello a lo que Él se opone. Esta es una deficiencia absurda en el gobierno y la soberanía. Él está muy por encima de eso''

En su refutación de la teoría de los asharitas sobre este asunto, dijo lo siguiente:

''No hay duda de que esta contienda impide que uno practique la sabiduría..., aparta al intelecto del cumplimiento de sus deberes, no da crédito al Creador. y cierra las puertas del razonamiento. También, en lo que sostuvieron es la admisibilidad de que el Creador sea injusto, de modo que es bastante permisible racionalmente que pueda castigar a los profetas, honrar a los incrédulos en el Más Allá, tomar una esposa, un hijo, una pareja, etc. de hechos escandalosos que se derivan de la invalidación de la sabiduría y la razón; y consecuente a la invalidación de estas últimas, la inhabilitación de los informes o tradiciones, pues su autenticación se hace por la razón.''

"Gloria al Creador y exaltado sea Él en gran exaltación arriba de loq que dicen los injustos''

Luego discute su punto de vista filosófico y teológico con gran detalle y precisión, justificándolo con una declaración del Imam 'Ali, cuyo resumen es:

''No hay otro asunto que el suyo. De la misma manera, no hay acción salvo la Suya. No hay más regla que la de Allah. No hay fuerza ni poder excepto en Allah, el Sublime, el Grande. Significa que cada poder proviene de Su Exaltación y Grandeza. Se mueve entre las diferentes estaciones y actúa en consecuencia. También, a pesar de Su singularidad y glorificación por encima de la de todos los seres. ni la tierra ni los cielos están desprovistos de Él. Como dijo el Imam de los creyentes en la unidad, "Él está con todo pero sin trazar un paralelo, no como nada sin cesar". la acción es correcta para el hombre en la misma forma en que se le atribuye la existencia''.

De ello se deduce que las personas son los agentes de todas las acciones que emanan de ellas en un sentido real, no metafóricamente. Sin embargo, sus acciones son también acciones de Dios sin ninguna deficiencia (Mulla Sadra (n.d.): 37 1). Por lo tanto, la cuestión de la justicia, tal como la defienden los imamitas, ha permanecido intacta, respetada, original y sin mancha en la doctrina de la unidad de la creación. Nuestras acciones tienen dos dimensiones. El primero es encargar la acción por nuestra propia voluntad. El segundo es la creación de esa acción por la Voluntad de Allah con la que Él nos imbuyó. dándonos el poder de encargar la acción. Los musulmanes chiitas se adhieren a todos estos asuntos. Ellos, por lo tanto, han hecho de la justicia divina uno de los cinco fundamentos de la religión".

El habla de Allah

Entre las cuestiones en las que difieren las escuelas islámicas está la cuestión del "discurso de Alá". Entre los atributos positivos de Dios está el "Habla". En consecuencia, se dice que la Torá, los Evangelios y el Corán son la Palabra de Allah. La disputa entre los mu tazilitas, los juristas sunitas y los asharitas estalló en torno a esta cuestión de si Su Discurso es creado o eterno. Los Asharites sostienen que "Hablar es un Atributo positivo. El Discurso de Allah es espiritual a diferencia del amor y el odio. El Corán es la Palabra de Dios y no es creación. El que alega que es creado es un incrédulo condenado al fuego del infierno" 

Visión del habla por los imamitas

Los chiitas imamitas están de acuerdo en que el Habla de Dios se crea como otras creaciones. Es un orador en el sentido de que

Él crea el habla en algún organismo o cuerpo como el discurso de Allah a Meses a través del árbol.

Los mutazilitas también sostienen que el Habla de Dios es una creación y una novedad. Por otro lado, los imamitas chia estudian el Habla Divina en un contexto más amplio que abarca todo el universo: la tierra y el cielo, lo manifiesto y lo oculto. El filósofo imamita Sadr afirma:

"Su discurso, sea Él exaltado, no es como los Asharitas afirman "como un Atributo espiritual que es independiente de Su Esencia". Tampoco es una expresión de sonidos y palabras que transmiten un significado. De lo contrario, cada discurso podría ser el discurso de Dios. Es simplemente una creación de palabras consumadas, y la revelación de signos perfectos en forma de expresiones y pronunciamientos. Allah dice: "... y Su Palabra que comunicó a Mariam (María)" En una tradición se relata así: "Busco refugio en todas las Palabras perfectas de Allah de las malas acciones de Su creación".

Todo lo que implica un significado del hablante son Sus Palabras. Todo el mundo existencial es Su Habla. Él habló a través de su creación y composición. En las siguientes líneas del Imám AlT, se puede detectar una referencia a este que significa: “Exaltado es Él, Su Habla es de Su propia creación, como no existía antes. Si hubiera sido eterno, habría significado que había un segundo dios” 

Decreto y destino

El renacimiento filosófico, el cuidado prestado al estudio de la filosofía y el recurso a él han sido más característico de los círculos chiítas que de los seguidores de otras escuelas islámicas de pensamiento. Esto no sorprende, ya que su imán,AlT ibn AbT Tálib, fue el primero en el Islam en hablar en términos filosóficos. Discutió asuntos relacionados con el universo de una manera filosófica y discursiva. Ibn Abi'l-HadId ha dicho:


''En cuanto a la teosofía y el trato con los asuntos de la divinidad, no era un arte árabe. Nada de eso había circulado entre sus figuras distinguidas o de rango inferior. Este arte era dominio exclusivo de Grecia, cuyos sabios eran sus únicos exponentes. El primero entre los árabes en tratarlo fue AlT. Por eso encuentras exquisitas discusiones sobre la unidad y la justicia relatadas por él esparcidas entre sus sermones y axiomas. No puedes encontrar entre las palabras de los Compañeros o de la segunda generación de musulmanes [rabi*On] una sola palabra de este tipo; ni lo pensaron, ni lo entendieron aunque se les enseñara''


La primera discusión filosófica en el Islam que se remonta a la vida del Profeta es la del decreto (gadar) que alcanzó proporciones serias en la primera mitad del primer siglo de la hégira.

En varios pasajes, el Corán anunció que Allah ha decretado ciertas cosas de Sus siervos que son hecho absoluto. El Profeta confirmó la cuestión del decreto y el destino en sus dichos. Entre sus más famosas palabras sobre “decreto” son: “La pluma se ha secado desde la creación. Tu Señor ha terminado con los hombres en cuanto a quién irá al paraíso y quién irá al fuego del infierno” (al-JazarI). Dado que los Compañeros del Profeta no estaban a gusto al entender el asunto del decreto, dijo:

No hay una sola alma sin que sea decretada por *AlTah para un lugar en el cielo o en el infierno, y decretada para ser feliz o infeliz. Entonces un hombre replicó: “¡Oh Mensajero de *AlTah! ¿No estaríamos mejor si nos aferráramos a nuestra suerte y abandonáramos nuestro trabajo?” El Mensajero de Dios respondió: “No, trabaja. Todo se hace fácil. En cuanto a los felices, su curso de acción será facilitado hacia la gente de felicidad. En cuanto a los infelices, sus acciones estarán al alcance de la mano en la dirección de la miseria”.

Imam “AlT fue el primero en responder preguntas de naturaleza filosófica y teológica que persistían en las mentes de las personas. Solía ​​instar a la gente a que le preguntara. Un día, se dirigió a la gente así: “¡Oh Hombres! Pregúntame antes de que me extrañes. Estoy más familiarizado con las puertas del cielo que con las de la tierra” (Nahj al-balághah, 3: 215).

Ninguno entre los Compañeros o los “ulama” se atrevió a hacer tal declaración excepto “Ali ibn AbT Talib, quien en el sermón citado anteriormente dijo: “Nuestro asunto es difícil y se percibe como tal. Nadie puede

llévala a hombros para salvar a los hombres cuyos corazones *AlTah ha probado con resiliencia en la fe. Nuestra conversación solo puede ser comprendida por aquellos con intenciones veraces y mentes reflexivas serenas”.


Todo es el primero en probar la elección humana en las acciones, a través de la creencia en el decreto y el destino. Los historiadores tienen registro que cuando 'Ali regresó de la Batalla de Siffln, un anciano le preguntó: "Cuéntenos sobre nuestra expedición en Sham [Siria]. ¿Fue de acuerdo con el decreto y el destino de Alá? “Ali respondió: “Nosotros no ponemos un pie ni descendemos a un valle [w4d7] excepto con el decreto y el destino de Allah”. El anciano comentó: “Yo Confío en Allah para mi trabajo. No contemplo ninguna recompensa. “Alí dijo:

''¡Ay de ti! Lo tomas como un destino final e ineludible [según el cual estamos obligados a actuar]. Si  fuera así, no habría habido cuestión de recompensa y castigo y no habría tenido sentido en las promesas y advertencias de Allah. [Por otro lado] Allah, el Glorificado, ha ordenado a Sus siervos que actuar por libre albedrío y les ha advertido contra [las malas acciones]. Les ha impuesto obligaciones fáciles, no los pesados Él les da mucho [recompensa] a cambio de poca [acción]. Se le desobedece no porque sea dominado Es obedecido pero no bajo coacción. Él no envió profetas solo por placer''

Los filósofos chiítas imámitas han mostrado gran interés en la cuestión del decreto y el destino y la examinaron minuciosamente. No tienen rivales entre los 'ulamá' de otras escuelas islámicas de pensamiento. bastaría con mencionar las valiosas obras del filósofo Sadr al-Din Shirazi en su comentario sobre UsAl al-kafT, su tratado sobre decreto y destino, y su obra monumental, al-Asfár. También debemos aludir a una serie de teólogos, exégetas y filósofos que destacaron en estas disciplinas durante los siglos XI/XVII al siglo XIV/XX como Mullá Muhsin Fayd KáshanT (d. 1093/1680) y “Abd Alláh Zunzi, y entre sus contemporáneos el filósofo y exégeta “Allámah Sayyid Muhammad Husayn Tabátabáa'T en su Comentario coránico al-M Izán y su obra filosófica Niháyat al-hikmah.

Los filósofos del Islam, cuyo líder es Ibn STná (Avicena), argumentan que la necesidad de enviar profetas depende de la Divina Providencia. Ibn STna (1960, sección 6) define la Divina Providencia así:

''Debe saberse que la Providencia es la realidad por la cual el Originador es consciente de su persona y del estado de existencia en el sistema del bien, y la causalidad de su persona en el bien y la perfección en cuanto es posible. Él está satisfecho con él de la misma manera. El sistema de bondad debe ser entendido de la manera más efectiva posible. De ella emana un sistema comprensible y una bondad de la forma más eficaz posible que se desborda en un sistema perfectamente manejable según la circunstancia. Este es el significado de la Providencia.''

Según esta premisa, dado que el ser humano, en su trato con sus semejantes, necesita un código de práctica y justicia, y tiene que haber un legislador equitativo de entre ellos enviado por “Allah, el más Exaltado, la necesidad de tal persona es más apremiante que la necesidad de que crezca pelo en las cejas. Está inconcebible que la Divina Providencia necesite esos beneficios y no necesite los últimos que son su fundamento”

Sin embargo, los teólogos se apegaron al principio de la gracia (/utf) diciendo que no podemos entender lo que pueden beneficiarnos y perjudicarnos en nuestra conducta hacia nuestro Señor y Su Supremo Ser Perfecto. Dado que este es el caso, le incumbía a Allah, por Su misericordia y benevolencia, enviar un Mensajero para guiarnos, heraldo y advertidor. Ser amable con nosotros es una cualidad de la Perfección Absoluta de Allah. Él es el Bondadoso, el Sabio y Generoso, no avaro con Sus criaturas. Por otra parte, los teólogos defendían, como prueba de la profecía de los mensajeros, la realización de milagros por los que desafiaban al pueblo al que eran enviados.

Infalibilidad de los profetas

Los Imámitas sostienen que el Señor está por encima del politeísmo, la injusticia y es incapaz de hacer malas acciones y crear pecados, y luego castigarnos por cometerlos. En la misma medida, consideran a los profetas por encima de la desobediencia, la mentira, la mezquindad de carácter y la bajeza de conducta tanto exterior como interiormente. Creen en la impecabilidad (ismah) de los profetas a lo largo de su vida:

''Todos los apóstoles de Dios fueron infalibles en cuanto a las malas acciones antes de la profecía y después de ella, y todos los delitos menores que el autor puede tomar a la ligera. Y Muhammad es un profeta que no infringió el mandato de Allah, el Altísimo, desde su nacimiento hasta su muerte. No pecó ni a propósito ni por olvido. Esto ha sido proclamado en el Corán y atestiguado por sucesivos informes de miembros de la Casa de Muhammad. Es la creencia de la generalidad de los imámitas. Sin embargo, todos los mutazilitas se oponen diametralmente a este punto de vista''


El Imamato

El Imámate fue el primer tema en el que la ummah (comunidad) islámica discrepó después de la muerte del Profeta Muhammad (s.a.w.a.s.) y, debido a esta disputa, se produjeron sangrientas guerras entre musulmanes. En cualquier caso, los musulmanes imámitas chiítas creen:

''El Imamato es un cargo divino, para el liderazgo espiritual y temporal de los musulmanes. Es una gracia de Allah otorgada a Sus siervos, haciéndola secundaria a la profecía. El imán es designado por Alá a través del profeta. Él debe ser inerrante con respecto de las faltas graves y las faltas menores. Debe haber, en todo momento, un Imám impecable que sea la prueba de Allah para la humanidad. Su presencia es la salvaguardia de la completa de intereses religiosos. Debe ser conocedor de todas las ciencias religiosas. El nombramiento del Imám por Allah es un acto de gracia de Él hacia Sus siervos. Y la bondad de enviar al profeta y nombrar al Imám incumbe a Allah. Los Imámitas opinan que los Imáms infalibles son los mejores entre sus contemporáneos de diferentes épocas y en todos los campos, en conocimiento y capacidad intelectual. No conocen lo oculto, pero conocen las intenciones de las personas a través de un proceso de inspiración imbuido por Allah''

Comentando sobre al-Bagarah, capítulo 2, versículo 124, 'Allamah Tabátbai en su comentario coránico, al-Mizan, ha deducido siete puntos fundamentales que pueden arrojar luz sobre el tema del Imámate. Estos son:

1 El Imámato es prerrogativa de Allah.


2 El Imám debe ser inmune contra el pecado y el error por Divina

Providencia.


3 Mientras haya gente en la tierra, no será sin un Imám verdadero.


4 El Imám debe ser apoyado por Allah, el Exaltado.


5 Las acciones de las personas no están veladas del Imám.


6 El Imám debe ser conocedor de todo lo que la gente necesita en la vida diaria, así como la provisión para el más allá.


7 Es imposible que alguien pueda superarlo en sus cualidades sublimes


Los teólogos y filósofos imámitas han presentado evidencia documentada, así como prueba racional, sobre la necesidad de las personas de una autoridad competente (hujjah), y que la tierra nunca estará desprovista de tal autoridad, ya sea un apóstol y mensajero o un infalible Imam.

Al-Kulayni, en su compendio del Hadith, al-Kafi, recogió todas las tradiciones relatadas del Profeta y su descendencia pura sobre el tema del Imámate y la necesidad de una autoridad competente. También, el gran filósofo Sadr al-Din Shiraz, en su exposición filosófica de Usñl al-kafí, discutió los argumentos racionales para la necesidad de la existencia del Imám en todo momento.

La función del Imám no se limita a ser un maestro, intérprete y guía final en religión. Trasciende esas áreas hacia prácticas esotéricas que resultan en beneficios para las personas, aunque estos pueden no ser tangibles. Tiene una proximidad espiritual invisible con la humanidad. El Imám, por tanto, a la vez, maestro y amigo en el camino del espíritu, guiándonos e iniciándonos en la verdad interior de la religión. Su semejanza, cuando no aparece, es la del sol que, aunque oculto detrás de las nubes, tiene efectos que se sienten. El Imám es la persona más perfecta, tanto en conocimiento como en práctica, ya sea que se vea o no.

Los imames de los doce musulmanes chiitas

Los imamíes acuerda que el imamato después de Muhammed es la exclusiva preservaciòn del Banu Hashim, que es el clan de la tribu Quraysh a la que pertenecía el profeta Mahoma, llamado así por el bisabuelo de Mahoma, Hashim ibn Abd Manaf.

La sucesión, por lo tanto sería la siguiente:

  1. Ali ibn Abi Tálib
  2. Al-Hasan ibn Alt (hijo de Ali)
  3. Al-Husayn ibn Alí (segundo hijo de Alí)
  4. Alí ibn al-Husayn 
  5. Muhammad ibn Ali al-Bagir
  6. Jafar ibn Muhammad al-Sadiq
  7. Musi ibn Jafar al-Kazim
  8. Alí ibn Musi al-Rida
  9. Muhammad ibn Alí al-Jawad
  10. Alí ibn Muhammad al-Naqi
  11. Al-Hasan ibn Alí al-Askari
  12. Muhammad ibn al-Hasan al-Mahdi

Entonces el Imámato fue concedido a Muhammad ibn al-Hasan al-Mahdi, que está en ocultación (al-ghaybah). Los Imámitas creen que el Profeta nombró a “Alí su lugarteniente durante su vida y lo designó para ser el Imám después de él. El Imámato de al-Hasan, al-Husayn y “Alí ibn al-Husayn también fue designado por el Profeta. Y después de eso, cada Imám designó al Imám que lo siguió hasta el duodécimo Imám (que Allah acelere su reaparición). Todos estos Imáms son infalibles y de carácter impecable, probidad innata y dotados de piedad filial.

Resurrección

La resurrección es uno de los cinco fundamentos de la religión en la que creen los imámitas. Es una de las cuestiones filosóficas y teológicas que trata de la “viabilidad o no de resucitar lo que había perecido”. La pregunta también aborda la cuestión de si “el alma humana es inmortal” o no. La discusión que surge de este tema, por lo tanto, se refiere a la verdad sobre el cuerpo humano: ¿qué es? O, ¿en qué consiste?

Los musulmanes chiítas imámitas creen en lo que el Noble Corán establece con respecto a la resurrección en el sentido de que será corporal y en una nueva (forma de) creación y que la resurrección será tanto del cuerpo como del alma: “El paraíso será la morada del consuelo perpetuo. Aquellos que residan en él no enfrentarán penalidades ni fatiga. Disfrutarán de la comida, la bebida, el paisaje y el matrimonio. El infierno será la morada de aquellos que desprecian a Allah. Nadie va a permanecer en él para siempre excepto los incrédulos” 

En cuanto a los filósofos, diferían sobre la cuestión de la resurrección en cuanto a si será en cuerpo y alma o solo en el alma. El shaykh (maestro) de los filósofos islámicos, Ibn Sina, que era de creencia chiita, creía en la resurrección corporal por medio de la evidencia tradicional y los dictados religiosos, aunque no podía demostrarlo racionalmente. En dos libros, al-Shifa' y al-Isharat, trató de probar que la recompensa y el castigo se aplicarían tanto al cuerpo como al alma. Escribió una epístola sobre la resurrección y las condiciones del alma. En la séptima sección del capítulo 9 de su libro al-Shifa”, escribió:

''Debe saberse que la prueba de la resurrección puede derivarse de conocimiento religioso. Sin embargo, no hay otra forma de probar su ocurrencia que la del Sharia y el reconocimiento de tradición profética; es el de la resurrección corporal. Bueno y los malos aspectos del cuerpo son bien conocidos; no necesitan ser profundizado, en que la verdadera Sharia, traída a nosotros por nuestro Profeta y maestro, Muhammad (s.a.w.a.s.), explicó tanto los estados del cuerpo: la felicidad como la miseria. En cuanto a la felicidad o la miseria del alma, se prueba tanto racionalmente como a través de la deducción lógica y la evidencia tradicional reconocida por la profecía''

El filósofo Sadr al-Din Shirazi discutió el argumento de la resurrección corporal en sus dos libros al-Asfár y al-Mabda' wa l-ma'ad. También discutió el tema en su libro Sharh al-hidayah, con una ligera variación en el argumento. Sin embargo, eventualmente él también recurrió a reconocer la evidencia tradicional producida por la religión islámica. En este sentido escribió,

La verdad que defendemos es que el quid de la cuestión relacionada con el reconocimiento y la creencia en la cuestión de la resurrección es lo que ha sido probado por el Libro Sagrado y la Sunnah, y todo lo que se alcanza en el cuerpo de la enseñanza religiosa. Es verdad en el pleno sentido del significado literal.

Cabe señalar que, si bien reconocía la veracidad de la resurrección corporal según lo informado por la Sharíah, Shirázi sostuvo que esto no requería interpretación e inferir significados de declaraciones distintas a su significado literal. Así escribió (1976), “Es una cuestión de apariencia que los cuerpos en el más allá serán despojados de muchas de sus manifestaciones necesarias. El cuerpo en el más allá será sombra del alma, reflejo e imagen de ella”. Los musulmanes chiítas imámitas tienen otros puntos de vista y principios relacionados con hada” (revocación de un decreto), la verdad sobre las creencias y el Islam, raj'ah (retorno) e intercesión. Estos se discuten extensamente en sus libros teológicos y filosóficos, pero están fuera del alcance de este capítulo.


Jurisprudencia chiita

La jurisprudencia Duodecimanos se llama jurisprudencia Jafari. En esta escuela de jurisprudencia islámica, la sunnah se considera integral de las tradiciones orales de Mahoma y su implementación e interpretación por parte de los Doce Imames. Hay tres escuelas de jurisprudencia Jafari: Usuli, Akhbari y Shaykhi; la escuela Usuli es, con mucho, la más grande de las tres. Doce grupos que no siguen la jurisprudencia Jʿfari incluyen Alevis, Bektashi y Qizilbash.

Los cinco pilares del Islam según la jurisprudencia Jafari se conocen como Usul ad-Din:

  • Tawḥīd: unidad y unicidad de Dios;
  • Nubuwwah: profecía de Mahoma;
  • Muʿad: resurrección y juicio final;
  • ʿAdl: justicia de Dios;
  • Imamah: el lugar legítimo de los imanes chiítas.

En la jurisprudencia Jafari, hay ocho pilares secundarios, conocidos como Furu ad-Din, que son los siguientes:

  • Salat (oración);
  • Sawm (ayuno);
  • Hajj (peregrinación) a La Meca;
  • Zakāt (dar limosna a los pobres);
  • Jihād (lucha) por la causa justa;
  • Dirigir a otros hacia el bien;
  • Dirigir a otros lejos del mal;
  • Khums (20% de impuesto sobre el ahorro anual, previa deducción de gastos comerciales).

Según los duodecimanos, la definición e interpretación de la jurisprudencia islámica es responsabilidad de Mahoma y los Doce Imames. Dado que el Imam 12 se encuentra actualmente en Ocultación, es deber de los clérigos chiítas consultar la literatura islámica, como el Corán y el hadiz, e identificar las decisiones legales dentro de los límites de la ley islámica para proporcionar los medios para tratar los problemas actuales desde un punto de vista perspectiva islámica. En otras palabras, se cree que los clérigos del Twelver Shīʿīsm brindan la tutela de la jurisprudencia islámica, que se cree que fue definida por Mahoma y sus doce sucesores. Este proceso se conoce como ijtihad y los clérigos se conocen como marjaʿ, que significa "referencia"; las etiquetas Allamah y Ayatollah están en uso para los clérigos Twelver.

Conclusión

Interesante ver la visión chiita del islam. Sus propuestas e ideas son opuestas a las de la Sunnah, pero ciertamente confluyen en algunas cosas, que de hecho son aquellas que son principales como por ejemplo: la Unidad de Dios (cosa que en todo caso todos los musulmanes de las distintas escuelas acuerdan). También convergen en las costumbres y en los pilares básicos del islam. Con todo, los chiitas representan el 15% de la cantidad de musulmanes que adhieren a esta visión, mientras que los sunnitas representan en 85% restante. 


Referencias: Nasser, S (2002) Encylopaeda of islamic philosphy. Pakistan