martes, 31 de diciembre de 2019

¿Qué es el bien y el mal? (Parte I: La antigua Grecia)



¿Qué es el bien y el mal? 
(Parte I: La antigua Grecia)

Es quizás una de las preguntas más trascendentes de la filosofía. El problema del bien y el mal se ha abordado en las distintas líneas de pensamiento, superponiendose unas contra otras con diferentes conceptos. Al final, pareciera que cada uno tiene una postura en cuanto al bien y el mal ¿o habrá una que sobresalga? En esta entrada veremos aquella que tenían los filósofos de la Antigua Grecia. 

Platón

Para Platón, el bien es lo que da la verdad a los objetos cognoscibles, es decir, el poder de conocer los objetos. En la alegoría de la caverna, el bien es comparado al sol mientras que el mal es comparado como el fondo de una cueva donde permanecen unos hombres atados con cadenas, simbolizando el mundo sensible, en otras palabras, el mundo material; mientras que el sol, correspondería al mundo de las ideas: el mundo inteligible. 

Por lo tanto, el mal estaría representado por el mundo que percibimos con los sentidos, mientras que el bien es el mundo inteligible que percibimos con nuestro intelecto. 

Platón distingue cuatro dimensiones del bien:

  1. Inteligible
  2. Real
  3. Realizable
  4. Causa (de todas las cosas)

Estas cuatro características conforman la idea del bien supremo; es el bien que es más deseable y por lo tanto, aquel que da origen a todas las cosas. 




Aristóteles

Aristóteles nos hablaba de dos tipos de bienes:

  1. Bienes por sí mismos
  2. Bienes que buscamos para alcanzar otro fin

Por lo tanto, existen dos clases de bienes: aquellos que son bienes por sí mismos y aquellos que no son bienes sino con relación con los primeros. 

En ese caso, cualquiera que desee una cosa que es buena en sí misma, entonces está deseando el bien. Por otro lado, tenemos una cosa que es intrínsecamente mala, que es aquella a la cual se le tiene aversión en sí misma y su alejamiento correspondería a una actitud buena del hombre. 

En conclusión, para Aristóteles el bien es la mismísima felicidad del hombre. Por otra parte, es verdad que el bien es la felicidad, pero también son los puntos medios entre cada extremo; por ejemplo, la valentía es la virtud que se encuentra en medio de la cobardía y la temeridad. Ese punto medio que es la valentía, no solo es la virtud del hombre sino que ahí también encontrará la felicidad. 

Estoicos

Los estoicos ponían a la razón como el bien primero, ya que esta es la que nos aleja de la irracionalidad y la pasión que llevan al hombre al sufrimiento y a la perdición. La razón sería un punto medio entre el sufrimiento y el placer, los cuales son extremos donde el hombre sufre. 

Hedonistas

Desde el punto de vista hedonista (o epicúreo), podemos ver que la pasión es el sumo bien de los hombres. En efecto, parece esto ser intuitivo pues el hombre siempre se aleja de aquello que le causa aversión o malestar. Si toca algo caliente, el hombre se procura el frío; si tiene hambre, el hombre se procura el alimento. Este esquema básico de los hedonistas representa el bien supremo para todos aquellos que deseen buscar la felicidad y por lo tanto, el bien.

Conclusión

Por supuesto, las posturas que hemos visto aquí son las clásicas posturas con respecto al bien y el mal en la filosofía. Esta discusión crecerá aún más en la Edad Media con la figura de los cristianos y se quedará descansando en el siglo XVIII de manera indirecta, para luego volver en el siglo siguiente. En todo caso, estas formas clásica de ver el bien y el mal, son la base para comprender las teorías futuras dentro de la historia de la filosofía. 


domingo, 29 de diciembre de 2019

Juan Duns Escoto - Ordinatio (La intelección de la palabra) (1269)



Este tema siempre ha sido de gusto de los últimos padres de la Patrística, pues el referente del estudio de las palabras es el mismísimo San Agustín de Hipona. En efecto, en este blog hemos visto las numerosas entradas sobre el signo y el significante, los cuales revelan algunas características de la semántica de lenguaje. Juan Duns Escoto, quien adhiere en las ideas de San Agustín, vuelve a poner el tema sobre la mesa y lo desarrolla de la siguiente manera.

Ordinatio
La intelección de la palabra


OPINIONES GENERALES

Si la palabra creada es una intelección

Tenemos la primera respuesta tentativa a la intelección de la palabra, que en realidad sería negativa coincidiendo con San Agustín de Hipona:

''La imagen de Cartago, en mi memoria, esta es su palabra''

La imagen es tomada por la especie, no por la imaginación; por lo tanto, la palabra creada es una especie inteligible y no actual del intelecto.

También dice San Agustín:

''La palabra que suena exteriormente es un signo de lo que brilla interiormente''

Sin embargo, la palabra externa es el signo de una cosa y no de una intelección. De otro modo, cualquier proposición afirmativa en donde la cosa no es predicado de sí misma sería falsa. Esto es porque la intelección del sujeto no es la intelección del predicado, aunque cuando se dice ''la cosa es la cosa'' se está diciendo que el sujeto es también predicado. Por lo tanto, la palabra es un intelecto y no una intelección.

Luego dice San Agustín:

''La palabra es el resultado de lo nacido en la memoria''

Pero una acción no es nacida sino que en la base de algo más. Por lo tanto, la palabra es algo formado por el entendimiento y no es un acto en sí mismo. 

Si la Palabra Divina dice algo para las personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo)

La palabra es algo esencial, es como el conocimiento y el amor, de acuerdo con San Agustín. El acto de la palabra es un acto de inteligencia; por lo tanto, si la palabra existe tanto en el Padre, Hijo y Espíritu Santo, entonces se deduce que ambos tienen inteligencia. 

Si la Palabra Divina dice algo para las creaturas

Dice San Agustín:

''La palabra es el arte de Dios todopoderoso lleno de todas las razones vivientes''

Si la palabra es respecto del arte, entonces la pàlabra también es respecto de las creaturas.

RESPUESTA DE DUNS

Para Duns Escoto, la palabra es una acto de inteligencia producido por la memoria perfecta, la cual no es posible si no hay intelección. Por lo tanto, más que pertenecer a cualquier otra cosa, la palabra pertenece a la inteligencia, en segundo lugar a la memoria y en tercero al querer.

Por otro lado, no es correcto relacionar la palabra con un objeto (o cosa), pues la palabra nace del intelecto mientras que las cosas nacen por otra cosa (cosa compuesta). 

Todo lo que es conocido es llamado una palabra porque esta puede ser recordada o pronunciada por la memoria. En este caso, cuando se habla que la palabra es amor (y por lo tanto un querer o voluntad) uno puede estar equivocado. En efecto, hay palabras que podemos odiar, pero el conocimiento de estas palabras no lo odiamos (pues sin este no podríamos reconocer lo que odiamos). 

Conclusión

En contra de la opinión de todos, Duns Escoto rechaza la idea de que la palabra sea un querer o una voluntad (o amor como decía San Agustín) y sitúa la palabra específicamente en el intelecto. Todo esto se lleva a cabo para entender más que al ser humano, para entender a la divinidad; sin embargo, esto servirá para los lingüistas que vienen más adelante, que utilizarán el concepto de signo y de intelecto en las palabras. 

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domingo, 22 de diciembre de 2019

Juan Duns Escoto - Ordinatio (la existencia de Dios (II)) (1269)




Seguimos con la argumentación lógica que Juan Duns Escoto hace sobre la existencia de Dios. Ya en algunas entradas anteriores hemos visto que las pruebas sobre la existencia debe son ''evidentes por sí mismas'' es decir, no necesitan pruebas a posteriori, algo que es rechazado por toda la filosofía tomista. Sumado a esto, las proposiciones evidentes suman también la voluntad que tiene Dios y las criaturas por sobre el entendimiento, en otras palabras, Duns Escoto asegura que la voluntad está antes del entendimiento. 

Ordinatio
La existencia de Dios (II)


Infinitud de la causa eficiente

La demostración de las propiedades de un ser infinito tenemos que analizarlas desde las propiedades relativas de un ser finito. Las propiedades de un ser infinito son de causalidad o eminencia; en efecto, todos los seres tienen una causa eficiente y esta causa eficiente viene de un ser infinito. 

De hecho, Duns Escoto nos dice que entre los seres hay algo que es simplemente primero. Para probar esto existen la siguiente razón: 

  • La causa primera es simplemente una y no puede ser causada o afectada por ninguna otra. Esto se debe a que debe existir una primera causa porque de no haberlo, entonces los seres debiesen existir hacia el infinito, cosa que no es posible puesto que nuestra finitud es evidente. El único ser infinito es Dios. 

Por lo demás, si nada existiera como una esencia primera, entonces nada sería esencial, en efecto todos sería accidental y cambiante. Por otra parte, hay que recordar también que si un ser posible es infinito, entonces ningún ser sería posible puesto que la infinitud no alcanzaría a lograr nada; se necesita de un primer ser para que exista un ser posible (que tenga la posibilidad de existir o no). Si la causa eficiente fuera infinita, entonces ningún motor podría existir.

Sin embargo, hay un argumento que los filósofos destacan entre Dios y las criaturas: entre ellos hay una infinitud, pues Dios está infinitamente lejos. Nadie puede alcanzar a Dios. Pero si hablamos de dos extremos, en realidad no hay ningún intermedio entre Dios y los seres finitos. Solamente hay una relación de infinitud y finitud pero no existe algo entre ellos que los separe; Al contrario, Dios al ser infinito también abarcaría a los seres finitos.



Conclusión

En realidad, a pesar de que Duns Escoto rechaza las ideas de Santo Tomás de Aquino, su respuesta a la infinitud de Dios es extraída de las cinco vías tomistas, por lo que su relación con Tomás de Aquino no puede ser descartada. Es totalmente la doctrina de Aristóteles lo que Duns Escoto ha demostrado en su texto ''Ordinatio''. Con esto hemos terminado la demostración de la existencia de Dios, pero aún  nos falta revisar algunos aspectos del texto. 

sábado, 21 de diciembre de 2019

¿Cuál es la diferencia entre necesario y contingente?

¿Somos necesarios o contingentes?


¿Cuál es la diferencia entre necesario y contingente?

Esta es una de las preguntas básicas de la filosofía que nos ha llegado a nuestro correo informativo de la sección ''Preguntas y Respuestas'' en Filosofía Apuntes. Abordemos las distintas miradas de lo que se entiende por ''necesario'' y luego veamos lo que se entiende por ''contingente''.

Necesario

Aristóteles y estoicos

Como dijimos anteriormente, es Aristóteles quien se ocupa de este término y lo distinguió de tres maneras:

  1. Condición o concausa: la medicina es necesaria para la salud del cuerpo
  2. Fuerza o constricción: impide la acción de un instinto
  3. Lo que no puede ser de otra manera

En efecto, esta última característica es lo fundamental en el concepto de ''necesario''. En general, cuando en la vida no se puede vivir con ciertas cosas, a esas cosas se les llaman necesarias. De hecho, en los silogismos aristotélicos, las proposiciones se llaman necesarias porque no puede concluir de otra manera. 

Los estoicos por su parte definieron a lo necesario como aquello que es verdadero y no puede revelarse como falso. En realidad, los estoicos tomaron el concepto de necesario para el uso del lenguaje y la semántica. 

Contingencia

Aristóteles y Boecio

Nuevamente tenemos a Aristóteles como aquel que crea el concepto de contingencia, pero es Boecio quien lo trabaja más en la definición diciendo que lo contingente es lo posible. Sin embargo, lo contingente no tendría un contrario de sí mismo, es decir, no existe lo ''incontingente'', sino lo que es ''necesario'' como contrario a contingente. 

Avicena

El concepto de contingente va tomando otra forma cuando se analiza desde la perspectiva de los filósofos de la escolástica. Pues, si bien la contingencia puede ser posible, en ciertos casos también puede ser necesaria. En efecto, lo contingente puede entenderse como cualquier acto en el mundo, pudiendo constatarse o no. Por otro lado, lo contingente también se hace necesario cuando lo posible es lo determinadamente necesario; por ejemplo, cuando se dice que tal cosa es necesaria, también se dice que es posible. 

Es Avicena quien nos trae este concepto de la contingencia, haciendo un paralelo entre Dios y las cosas finitas. Dios es un ser necesario ya que necesariamente existe; sin embargo, todas las cosas finitas son posibles y son necesarias, pero necesarias por otro (por Dios en este caso). 

Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino nos decía que lo posible era simplemente aquello que podía ser o que no podía ser. En este sentido, casi igual que Avicena Santo Tomás dice que el mundo humano se opone al mundo de Dios que es necesario. 

Juan Duns Escoto

Duns Escoto entiende la contingencia como algo que no es necesario, una posibilidad que podría no haberse consumado, aquello que existe pero puede dejar de existir. Sin embargo, para Duns Escoto, la contingencia no es una ''falta de'', sino que es un modo de ser.

Conclusión

El análisis en detalle sobre aquello que es necesario o contingente es importante para estudiar tanto la filosofía griega como la escolástica, no obstante, también es sumamente importante para el análisis de la filosofía contemporánea, que es más complicado aún. En resumen, podemos decir que lo necesario es todo aquello que permanece y lo contingente es aquello que podría no permanecer.

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viernes, 20 de diciembre de 2019

Necesarismo

Uno de los primeros filósofos que desarrolló
 el concepto de ''necesario''


Necesario

Un concepto ampliamente utilizado sobre todo por los filósofos griegos a partir de Aristóteles. Es un término fundamental para entender la filosofía de la Edad Media, pero también la filosofía posterior ya que incluso los existencialistas ocupan este concepto tan complejo. 

Aristóteles y estoicos

Como dijimos anteriormente, es Aristóteles quien se ocupa de este término y lo distinguió de tres maneras:

  1. Condición o concausa: la medicina es necesaria para la salud del cuerpo
  2. Fuerza o constricción: impide la acción de un instinto
  3. Lo que no puede ser de otra manera

En efecto, esta última característica es lo fundamental en el concepto de ''necesario''. En general, cuando en la vida no se puede vivir con ciertas cosas, a esas cosas se les llaman necesarias. De hecho, en los silogismos aristotélicos, las proposiciones se llaman necesarias porque no puede concluir de otra manera. 

Los estoicos por su parte definieron a lo necesario como aquello que es verdadero y no puede revelarse como falso. En realidad, los estoicos tomaron el concepto de necesario para el uso del lenguaje y la semántica. 

Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino también sigue la misma doctrina de Aristóteles, pero añade ciertos cambios interesantes a considerar.

  1. Necesariedad material: todo lo compuesto es necesario que se corrompa
  2. Necesariedad formal: natural y absoluta de un concepto
  3. Necesariedad final: describe el fin de una determinada necesidad (la medicina a la salud)
  4. Necesidad eficiente: estar constreñido a obrar de otra manera por una causa externa

En fin, para Santo Tomás de Aquino, lo necesario es aquello que no puede no ser. De este modo, Tomás de Aquino admite la necesariedad del destino, es decir, el hombre está destinado a obrar de cierta manera a causa de Dios. En otras palabras, el mundo solo tiene un modo de ser. 



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Voluntarismo

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Voluntarismo

El voluntarismo es una doctrina que nació en la Edad Media a la mano de dos pensadores importantísimos de la Escolástica. Sin embargo, este concepto se trata de dos maneras generalmente:

  1. La voluntad está antes del entendimiento
  2. La voluntad es la sustancia del mundo

Para efectos de este blog en el que solo hemos visto la filosofía medieval, veremos solamente el primer ámbito. 

Enrique de Gante

Este concierne a un pensador llamado Enrique de Gante (1293) quien fue el primero en establecer la voluntad como principio. Aseguraba el filósofo que el hábito, la actividad y el objeto de la voluntad son superiores al hábito, actividad y objeto del entendimiento.

Voluntad:

  1. Hábito: amor
  2. Actividad: querer
  3. Objeto: Bien

Entendimiento:

  1. Hábito: sabiduría
  2. Actividad: distinción
  3. Objeto: verdadero

Si bien podemos ver que el objeto del entendimiento es la verdad, aquello que es superior la verdad es el bien. En efecto, la verdad está subordinada al bien porque sin el bien no podría ser verdad. 

Juan Duns Escoto

Duns Escoto también afirma la voluntad por sobre el entendimiento, pero desde otro ámbito. Duns Escoto nos dice que la voluntad elige libremente el bien, es decir, el bien no está necesariamente inmanente en la voluntad sino que la voluntad la escoge, y escoge aquella que es el mayor bien. 

Recordemos que antes de que Duns Escoto hablara sobre la libertad de la voluntad, Santo Tomás de Aquino nos decía que la voluntad libre no existe, pues todas las acciones humanas internas y externas ya están determinadas. 

De hecho, el necesitarismo de Tomás de Aquino nos decía que todas las cosas que provienen de Dios son necesarias, es decir, no puede no ser y son absolutos. Sin embargo, Duns Escoto critica esta postura resolviendo que son ''absolutos'' hasta que no se cumplen, porque de hecho, muchos de los preceptos bíblicos no se cumplen (no matarás, no robarás, etc.). El único absoluto que Duns Escoto podría conceder es la univocidad de Dios y la obligación de adorarlo. Lo demás puede ser contradicho siempre que se tenga la voluntad. 


domingo, 15 de diciembre de 2019

Simpliciter simplices (Simplemente simple)


Simpliciter simplices

Esta frase latina significa literalmente ''simplemente simple'', pero ¿a qué se refiere? se refiere a aquellos conceptos que no pueden ser reducidos a conceptos anteriores, en otras palabras, no es un concepto compuesto. 

La diferenciación entre simple y compuesto ha sido vista en algunas lecturas de Platón, entendiendo simple como aquello que es indivisible (mundo de las ideas) y compuesto (mundo sensible) aquello que puede ser divisible. 

En la escolástica, Duns Escoto se refería a este concepto como de aquellos conceptos que son perfectos no por algo más sino que en sí mismos. Por ejemplo, el concepto de ''ser'' es simpliciter simplices, ya que no depende de nada más para entenderse; un ejemplo práctico es decir: ''el hombre es un animal'', el concepto de ''ser'' está fundamentado en el verbo copulativo ''es'' que siempre significa lo mismo sin importar el contexto que subyazca. 

Por lo tanto, el ''ser'' es irreductiblemente simple, como no depende de nada más no puede significar otra cosa que añadir la existencia en el caso positivo, o negar la existencia de algo. 

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sábado, 14 de diciembre de 2019

Ser analógico (en la Edad Media)

Ser analógico

Si bien este término se venía señalando desde la filosofía aristotélica y platónica, la verdad es que en la Edad Media se utilizó de manera algo distinta. Podríamos decir que en la Edad Media se entendía al ser analógico como una extensión probable del conocimiento. 

Avicena

El primero en utilizarlo fue Avicena quien nos decía que existían dos clases de seres: necesarios y posibles. Los necesarios son y no pueden no ser y los posibles pueden no ser, de ahí la distinción entre Dios y los hombres. En este sentido, el ser posible necesita al ser necesario para existir. 

Guillermo de Auvernia

El filósofo francés nos decía que el ser de Dios y el ser de las cosas creadas no son idéntico ni tampoco diferentes sino que análogos; se asemejan y corresponden sin tener el mismo significado. 

Santo Tomás de Aquino

El aquinate irá más allá diciendo que el ser de las criaturas y el ser de Dios no se corresponden, ya que este último tiene el ser y la esencia unidos, mientras que el resto de las criaturas pueden tener separada su esencia. En efecto, los seres que son creados tienen su ser y luego su esencia. 

Solamente Dios tiene el ser por esencia, pues las criaturas tienen el ser por la mera participación de este. Las criaturas son similares a Dios, pero Dios no es similar a ellas. 

De aquí también surgen dos tipos de analogías:

  • Atribución: la medicina es sana y sano es el animal; la medicina es causa de la salud del animal


  • Proporcionalidad: significado entre el ser de Dios y de las otras criaturas

En efecto, cuando se habla de ''sano'' se habla de muchas formas; como adjetivo y como sustantivo. Para llevarlo a un ejemplo más claro y actual veamos estas dos oraciones:

  • El banco del parque está roto
  • El banco cerró temprano


Estos dos términos se escriben de idéntica manera, es decir, son iguales en cuanto a su escritura, pero en cuanto a su significado semántico son diferentes. Como diría el estagirita: ''el ser se predica de muchas maneras''. Esto es lo que en lenguaje se llama ''polisemia''. 

Crítica a la analogía

Duns Escoto fue el mayor crítico de esta teoría analógica que Santo Tomás de Aquino llevó a conocer. De hecho, Duns Escoto nos dice que el ser no es un concepto llevado por analogía, pues este siempre predica la existencia de algo; por ejemplo, si se dice Sócrates es mortal y Dios es inmortal, ambos tienen un concepto unívoco que es el ser (la palabra ''es''). En efecto, esta se entiende a la perfección como dos seres que existen. 

Conclusión

Este concepto del ser visto desde la mirada escolástica es sumamente interesante. Pareciera ser que el concepto  va adquiriendo más sofisticación al comienzo, pero luego se va simplificando cada vez más como lo hace Duns Escoto. Vamos dejando de lado cada vez más el legado tomista aristotélico. 

Univocidad


Univocidad

La univocidad es el término usado por Juan Duns Escoto para designar tanto a los conceptos universales como particulares. En otras palabras, de conceptos universales tener conceptos simples para no caer en ambigüedades. 

Doctrina de la distinción

Para este cometido, Juan Duns Escoto se sirve de la doctrina de la distinción. Esto para que los conceptos universales sean finalmente entendidos de manera simple. Para aquello, Duns Escoto se sirve de tres conceptos: real, formal y modal. Veamos un ejemplo:

Distinción real: Platón y Aristóteles
Distinción formal: Inteligencia y Voluntad
Distinción modal: Iluminación y sus distintos grados

De esto se deduce que los conceptos tienen sus propias características, sin estar mezclados unos con otros. También existiría una distinción de razón que ocurre cuando se descomponen los conceptos más pequeños de un concepto más grande para entenderlo íntegramente. 

Univocidad

La univocidad de Duns Escoto es la simplicidad irreductible de un concepto para llevarlo a sus características esenciales. Pero ¿qué concepto puede ser totalmente unívoco? Duns Escoto nos dice que es el ''ser'' o ''ente'' el ser más unívoco pues de este se predican todas las cosas. En efecto, siempre decimos ''esto es'', ''esto no es''; por ejemplo, ''el hombre es un animal''. esta proposición es verdadera y es unívoca pues no podemos decir ''el hombre no es un animal''. 

A estos conceptos unívocos como el ser (que es el más simple) Duns Escoto los llama simpliciter simplices. De hecho, el concepto de ''ser'' es predicable de todo lo que está en la realidad y de lo que se puede imaginar. 

Dios y el hombre

Si analizamos al hombre y a Dios en el concepto de univocidad, veremos que Dios y el hombre se distinguen por lo modal; es decir, Dios es infinito y el hombre es finito. El hombre y Dios comparten el mismo término unívoco ''ser'' porque los dos existen, pero se diferencian en el modo (infinito y finito).

De ahí que Duns diga que podemos entender el concepto de Dios porque compartimos el ser y además sus atributos trascendentales como la verdad, la bondad y la unidad, sin caer en panteísmos. 

Esta visión contrasta enormemente con la que sostenía Santo Tomás de Aquinoel ser analógico 

Conclusión

Vemos poco a poco con estas teorías que la razón, la necesariedad y la filosofía van quedando en segundo lugar con respecto a la filosofía. Es increíble ver como Duns Escoto complementa de un modo completamente distinto la lógica de Aristóteles, en efecto, el estagirita no habló en detalle sobre aquellos conceptos que nunca pueden entenderse de otra forma como el ser. Veamos qué más nos trae este interesante filósofo. 

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¿Qué es la quididad?

¿Qué es la quididad?

Básicamente, la quididad es la traducción literal de la palabra ''sustancia'' o ''esencia necesaria''. Esta traducción provino de las obras que los árabes traducían de las obras de Aristóteles. 

Proviene del latín ''quidditas'' y fue usada ampliamente por los escolásticos para referirse a la mencionada sustancia de Aristóteles. 

Juan Duns Escoto - Ordinatio (La existencia de Dios(I)) (1269)



No podría avanzarse en Juan Duns Escoto sin entender la mirada que este tiene sobre Dios y lo divino, además de presentarnos las pruebas de la existencia del mismo. A lo largo de lo que hemos visto, las pruebas sobre la existencia de Dios han sido múltiples, siendo las más importantes dos: el argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury y las cinco vías tomistas. Sin embargo, esta es solo la primera parte de la prueba de la existencia, ya que Duns Escoto analiza primeramente las premisas que nos llevan a decir que Dios existe.


Ordinatio
La existencia de Dios

La finitud

Si existiera algún ser que fuera infinito, entonces el mal no existiría. En efecto, si un cuerpo fuera infinito no dejaría que nada más existiera; por ejemplo, si el sol fuera infinito, entonces no habría frío en absoluto. Por lo tanto, un ser en acto no puede ser infinito. 

Conocimiento evidente por sí mismo 


Como sabemos, Duns Escoto aprueba la idea de Anselmo sobre que nada más grande que Dios puede ser pensado. Esto es conocible por sí mismo, es decir, es tan evidente que la proposición no puede ser no verdadera. Recordemos que las proposiciones son oraciones que afirman o que niegan algo. Por ejemplo, es claro que la oración ''los patos son animales'' es evidente por sí misma y no necesita de ninguna prueba.

En cierto sentido, dependerá netamente de quien esté elaborando las proposiciones, pues, si alguien no entiende qué es un pato o qué es un animal no podría conocer la verdad de las proposiciones ni de la conclusión en sí misma. 

La proposición ''Dios existe'' no es verdadera porque se aplica a la realidad, sino que por que sus extremos proposicionales están conectados lógicamente; por ejemplo, Dios, es un ser; por lo tanto, existe. Esto es perfectamente concebible en el intelecto a simple vista, sin necesidad de mayor ahondamiento. Lo que es evidente por sí mismo no puede ser negado por ninguna persona. Como dice el estagirita en Metafísica:

''Es absurdo buscar conocimiento y el modo de conocerlo al mismo tiempo''

Una proposición evidentemente conocida, es aquella que posee una verdad evidente fuera de los términos que no sean propios de ella. Así, ''El todo es más grande que sus partes'' es evidente por sí mismo ya que todas sus propiedades son lógicas.

Ahora, la pregunta es ¿de dónde vienen estas propiedades? Duns Escoto nos dice que vienen tanto de la definición como de lo definido. ¿Dónde se encuentra la definición y lo definido en una proposición? Veamos un ejemplo:

Todo animal es un ser viviente (Primera proposición)
Todo hombre es un animal (Segunda proposición)

Todos los hombres son seres vivientes (conclusión)

En este respecto, ''animal'' sería el término medio y por lo tanto, las dos premisas no difieren en cuanto a que definen lo que es un animal y lo que es un hombre. Si bien las premisas son evidentes por sí mismas (cuando son verdaderas), la conclusión no necesariamente lo es. De hecho, si la premisa y la conclusión fueran lo mismo (el hombre es un ser viviente porque un ser viviente es un hombre) sería una falacia de petición de principio.

En el caso anterior, entonces no podríamos decir que las proposiciones son evidentes por sí mismas, al contrario, necesitaríamos otra premisa para explicar. 

En conclusión, una premisa es evidentemente conocida no por que una proposición sea más conocida (en otras palabras, no ''Todo hombre es un animal'' es verdadero porque ''Todo animal es un ser viviente), sino que porque existe una interpolación (combinación) de términos (animal y viviente) que comparten una misma verdad. Por lo tanto, respondiendo a la pregunta el término medio es la definición y lo definido es la conclusión.´

También se concluye que a partir de una proposición evidentemente conocida y una evidentemente conocible no hay distinción alguna. No se llama ''evidentemente conocida'' porque es literalmente evidentemente conocida por algún intelecto, pues si alguien no la conociera ya no podría existir, sino que por la interpolación de términos verdaderos que posee.

Las premisas concernientes a Dios

Si entendemos que ''Dios'' es una substancia que no es conocida por nosotros, entonces inmediatamente estamos dando existencia conocida al ente de Dios. En otras palabras, no lo conocemos a él directamente, pero sabemos que existe. 

Sin embargo, se puede objetar que aquello que está en el intelecto no tenga nada que ver con Dios ni con ninguna criatura que se le parezca. Pero Escoto no está de acuerdo con esto y lo prueba de cuatro formas:


  1. Todo lo que primeramente pertenezca a algo puede ser demostrado (el hombre es un animal)
  2. Todo puede demostrarse ya sea desde lo universal o desde lo particular (todos los hombres son mortales; Sócrates es un hombre)
  3. Toda proposición es evidente por sí misma a partir de términos evidentes. Sin embargo, la proposición ''hay un ser infinito'' no es evidente en nuestro entendimiento, porque no creemos en la proposición antes de demostrarla salvo que sea por fe
  4. Todas las proposiciones que sean compuestas (no simples) no son evidentes a menos que sus partes estén unidas, de otra forma no podrían ser demostradas

La última forma es clave pues la interpolación de concepto que hablábamos hace un momento, es la unidad misma de la quididad. Esta unidad es el concepto que Duns Escoto nos ha tratado de explicar: la univocidad. Para que exista la univocidad las premisas deben ser necesarias y verdaderas.

Un ejemplo de esto podría desarrollarse con la siguiente premisa:

  • ''Un hombre es un animal irracional''

Esta premisa no es evidente por sí misma porque el sujeto incluye algo en sí mismo que es falso. Tampoco lo sería la siguiente premisa:

  • ''Un hombre es blanco''

Esto porque necesita verse que el hombre sea actualmente (en acto) blanco. De otra forma, se estaría cayendo en un falso concepto. 

Conclusión


Tenemos entonces la primera entrada del argumento sobre la existencia de Dios: las premisas pueden ser evidentes por sí mismas. Esto destruye un poco el panorama que Santo Tomás de Aquino había ideado en la escolástica, pues el aquinate nos decía que las demostraciones siempre debían ser a posteriori. Pareciera que volvemos a los argumentos a priori conocidos con San Agustín de Hipona y San Anselmo de Canterbury.




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sábado, 7 de diciembre de 2019

Juan Duns Escoto - Ordinatio (Prólogo) (1296)




Empezamos con la opera prima de este filósofo, obra que nos lleva más allá del entendimiento racional. De hecho, veremos cómo el joven Juan Duns Escoto se encarga de refutar a los mismos filósofos griegos bajo el concepto de lo natural y lo sobrenatural. Los argumentos y contraargumentos que presentará el filósofo no serán de poco valor, pues pone siempre en segundo lugar la razón. Sin embargo, no por esto podemos llamarlo irracionalista, sino que más bien voluntarista. Veamos el primer tratado del Doctor Sutil. 

Ordinatio

Prólogo

Artículo 1: ¿Somos capaces de entender lo sobrenatural?

Sí, en el sentido que el intelecto puede conocer aquello que le es pertinente y pueden entender aquello que va más allá. Lo mismo ocurre con los sentidos, lo que pueden captar ellos también lo capta el intelecto. Sin embargo, los filósofos dicen que ninguno de los dos necesita captar cosas sobrenaturales; por lo tanto, si los sentidos no las captan, el intelecto tampoco. 

El hombre no necesita conocer aquellas cosas que le son sobrenaturales. De hecho, como el intelecto puede captar aquellas cosas que son perfectas, lo sobrenatural le es innecesario. Las cosas de la naturaleza ya son perfectas.

Artículo 2: Rechazo a los filósofos

En este artículo Duns discute la perfección que los filósofos dan a la naturaleza en contradicción a la perfección de la sobrenaturaleza. Sin embargo, los teólogos reconocen una imperfección en la naturaleza y para que esta sea perfecta necesita de la gracia divina. 

Por supuesto, Duns prefiere la segunda opción aduciendo que todas las cosas que actúan a través del conocimiento necesitan un fin. Sin embargo, el hombre por sus poderes naturales no puede conocer su fin; por lo tanto, para conocerlos necesitará de algo más para conocerlos: la sobrenaturaleza. 

Así mismo lo dice Aristóteles quien decía que para alcanzar la felicidad había que entender las substancias separadas. En efecto, ¿cómo es que el hombre desea esta substancia separada? ¿cómo entiende que debe alcanzar la felicidad? si la entiende a través de la naturaleza pero no la puede obtener, entonces es obvio que el hombre necesita de aquello sobrenatural (substancia separada) para sobrevivir en esta vida. 

El hombre necesita la metafísica para entender los conceptos universales más importantes. No obstante, la metafísica va más allá de sus poderes naturales, es decir, entender la metafísica es entender lo sobrenatural. 

Artículo 3: Solución a la cuestión

Para Duns Escoto, lo sobrenatural sería el agente y lo natural el que recibe la forma. En efecto, para el filósofo esto no es más que una relación entre el agente activo y el pasivo. También podría equivaler a la relación entre un ente perfecto y otro imperfecto, tal cual sería equivalente a la materia y a la forma. 

Artículo 4: Sobre las razones contra los filósofos

Quien arremetía contra las razones de los filósofos fue San Agustín de Hipona en su texto La Ciudad de Dios. En este texto el santo decía que los filósofos, entre tanta cosa falsa pudieron ver algo verdadero. 

Por lo demás, Agustín también dice lo siguiente:

''Las cosas que son remotas a nosotros no pueden ser conocidas por nuestro propio testimonio. Necesitamos el testimonio de los otros''

En efecto, nada podríamos creer bajo nuestro propio testimonio sino tenemos una confirmación. Sin embargo, la confirmación de nuestro mundo solo la podemos saber por Dios. Ahora, claro, la revelación de este conocimiento no es desconocida, pero nos basta para demostrar que es sobrenatural. 

Artículo 5: A los argumentos de los filósofos

Finalmente, Duns Escoto persuade a los lectores por medio de la razón de que el alma es la conocedora de los objetos; por lo tanto, necesitamos tanto al alma conocedora como al objeto cognoscible. 

Conclusión

Este no solo es el comienzo de la argumentación que tiene Duns Escoto, sino que es un importante precedente para todo el resto de los filósofos que vendrán en la historia. El problema de los sobrenatural exigirá una mayor atención para aquellos que defiendan el mundo natural por sobre el metafísico. Esta distinción entre el mundo natural y el sobrenatural será la tónica del texto que estamos leyendo. 









jueves, 5 de diciembre de 2019

Juan Duns Escoto - Vida y obra (1266 - 1308)


Uno de los teólogos más riguroso en sus planteamientos y sutilezas en la argumentación. Esta última característica lo llevó a que lo llamaran el ''Doctor Sutil'', por la agudeza y sutileza de su pensamiento con respecto a la filosofía y a la teología. Contrario a la filosofía tomista-aristotélica, Juan Duns Escoto abraza la teoría agustiniana no sin ciertas dudas y críticas que veremos a lo largo de su obra. Cabe destacar que empezamos a ver el declive de la escolástica en cuanto a pensamiento filosófico preponderante en el mundo.

Referencias:

(1) Para más información véase la siguiente entrada.

Juan Duns Scoto


Vida y obra


Juan Duns Escoto nació el año 1266 en Escocia en el seno de una familia noble. Recibió el hábito de san Francisco en el año 1278 de su mano de su tío Elías Duns y también recibió las órdenes sagradas (que era un sacramento sacerdotal) a los 25 años.

Se dice que en el año 1300 viajó a Oxford para continuar sus estudios como fraile en la universidad de París. Comenzó las lecturas de Pedro Lombardo (sobre todo ''Sentencias) en el año 1302, pero en ese mismo año fue expulsado de la universidad por adherir al Papa Bonifacio VIII sobre el impuesto a la propiedad de la iglesia. 

En el año 1307 volvería a París para continuar sus cátedras ayudado por alumnos y profesores de la época. Luego fue despachado a Colonia (hoy territorio de Alemania) por motivos desconocidos. Esta vuelta hacia París fue totalmente inesperada para todos pues no se sabía por qué razón Escoto se quedó ahí. En el año 1308 muere inesperadamente en Colonia. En su epitafio se puede ver la frase:


Scotia me genuit. Anglia me suscepit. Gallia me docuit. Colonia me tenet
(Escocia me trajo al mundo. Inglaterra me sustentó. Francia me enseñó. Colonia me sostuvo)


Como vemos, la vida familiar y de su infancia nos es mayormente desconocida, sin embargo, todo su pensamiento lo tenemos plasmado en los libros. 

Pensamiento

Realista

En cuanto a la metafísica, podríamos decir que Duns Escoto trata a los universales (la justicia, la belleza, el amor, etc.) como reales, es decir, Duns Escoto era un realista(1). Sin embargo, Escoto nos dice que hay ciertas cosas que tienen una naturaleza común, por ejemplo, Sócrates, Platón y Aristóteles tienen en común la humanidad. 

Univocidad del ser

Tenía un pensamiento abstraído en parte por Aristóteles llamado ''univocidad del ser''. Este planteamiento era contrario al dicho por Santo Tomás de Aquino. Recordemos que Santo Tomás tenía una discusión acerca del ser y la esencia; por un lado, Santo Tomás decía que Dios era el único que tenía tanto ser como esencia juntos, mientras que en todos los otros seres esta distinción sí existía. 

Duns Escoto estaba en contra de esto, decía simplemente que la esencia no se podía concebir sin la existencia, por lo tanto ambos son conceptos unívocos. 

Individuación

Duns Escoto elabora una teoría totalmente diferente al Hilemorfismo. Esta se sustenta en tres puntos:


  1. La materia puede existir sin la forma, ya que las cosas pueden estar en constante cambio
  2. No todas las sustancias creadas vienen de la forma y la materia
  3. Una sustancia puede tener más de una forma sustancial; por ejemplo, el hombre puede tener dos formas: la de su cuerpo y la de su alma

Este original principio de individuación será llamado ''Haecceitas'' (hecceidad), que sería más bien la esencia de una cosa. Una esencia particular de cada individuo con respecto a lo concreto y no concreto. La hecceidad denota la individualidad que consiste en la última realidad del ente, que contrae la forma y la materia a una cosa particular.

Voluntarismo

El voluntarismo es la doctrina que consiste en establecer que Dios hace todo mediante su voluntad y no mediante su intelecto. En efecto, Duns Escoto nos decía que la voluntad es superior al intelecto, ya que sin esta nada que el intelecto hace podría hacer posteriormente. La moralidad, por ejemplo, no saldría del intelecto de Dios, es decir, los Diez Mandamientos no serían consecuencias naturales (leyes naturales) de los hombres sino que justamente preceptos divinos más allá del hombre. 

Esto va en contra de la filosofía socrática del ''intelectualismo'', pues esta estaba basada en que la razón es más poderosa que la voluntad. 

Otro argumento que estaría en contra del voluntarismo proviene del mismísimo Santo Tomás de Aquino, quien nos decía al igual que los griegos que todo lo que hacía Dios era necesario e inmutable. De hecho, Duns Escoto logra probar que esto no es así, pues Dios no puede conocer el futuro, al contrario, solamente conoce la contingencia del ser.

Una última explicación del voluntarismo es la natural y obvia procuración que tenemos hacia la felicidad. En efecto, nadie tiene repulsión a la felicidad; al contrario, todos quieren procurarsela. Cuando el hombre quiere algo, lo quiere porque no le da un mal. Si esto es así, entonces aquello que es bueno es aquello que se quiere; por lo tanto, la voluntad es más importante que la razón, aunque la razón pueda preceder a la voluntad, pues para tener voluntad se necesita razón. Sin embargo, la decisión de hacer el bien o el mal la tiene la voluntad. 

De hecho, se puede ver claramente cuando un hombre quiere algo incluso a falta de razón. Por lo tanto, la voluntad sigue siendo la decidora entre el bien y el mal. Por esto, Duns Escoto nos dice que Sócrates se equivocaba al decir que el mal era producto de los errores que cometía el hombre, al contrario, el mal es producto de la voluntad del hombre. 


Obras

Sus obras son realmente numerosas, pero la barrera del latín nos impide conocer más allá. Anotamos las principales obras y aquellas que analizaremos en el blog. 





Conclusión

Interesante la vida de Juan Duns Escoto, pero aún más interesante es su pensamiento y su modo de ver la voluntad como algo primario dentro de un orden lógico. Ciertamente su obra no puede dejar indiferente a nadie, pero esto también significa una cosa, que vamos dejando de lado poco a poco al racionalismo que caracterizaba a todos los filósofos como Aristóteles, Avicena, Averroes, Santo Tomás de Aquino, quienes también nos dejaron una máxima inspiración en sus obras. Bastará ver cómo se pavimentará el camino después de este intelectual.