domingo, 29 de septiembre de 2019

Santo Tomás de Aquino - De operationibus occultis naturae (Sobre las operaciones ocultas de la naturaleza) (1272)



Esta vez Santo Tomás de Aquino hablará sobre los misterios de los cuerpos celestes, una interrogante que ha venido desarrollándose desde los griegos para luego ser tomado por los romanos. En este texto opúsculo, Santo Tomás recibe las dudas de cierto ''caballero más allá de las montañas'' que le pregunta sobre ciertos fenómenos que aún en ese tiempo no se comprendían. El aquinate, con todo su esfuerzo y mente filosófica tratará de dar respuestas a estas dudas. 


De operationibus occultis naturae


El problema

Es un hecho que el cuerpo sigue el movimiento de los elementos gobernantes. Así, una piedra siempre se dirige hacia el centro de la tierra y el fuego se dirige hacia los cielos, hacia las estrellas fijas. Sin embargo, aún hay misterios sobre ciertas piedras que atraen hierro o medicinas que pueden purgar los humores. 

También existe un agente o una substancia formal que da dirección a los objetos o a las criaturas. Por otro lado, los cuerpos superiores también dan cierto movimiento a otros objetos; por ejemplo, la luna puede incidir en las olas, y el sol puede incidir en la iluminación de la luna. Por lo tanto, hay cuerpos superiores que pueden mover y accionar a otros cuerpos más pequeños.

Por último, también existen algunos objetos que por medio de algún artificio o poder divino pueden generar ciertos efectos. Por ejemplo, se decía que la sombra de San Pedro podía curar a los enfermos. 

En ese sentido, pareciera ser que la naturaleza oculta tiene tres condiciones para manifestarse.


  1. En algunos objetos a ciertos tiempos (la sombra de san Pedro, ya que no cualquier sombra puede curar) o también llamado principio común intrínseco. 
  2. Por un agente superior
  3. Por un agente inferior

Explicación

De aquellos tres que fueron mencionados anteriormente, podríamos decir que el que causa mayor controversia es el primero. En efecto este debe ser una potencia en el interior de la cosa, que al mismo tiempo genera poder. Pero todo poder tiene una forma porque todo está compuesto de materia y forma. Por lo tanto, dicho poder procede de una forma. 

Ahora, si nosotros queremos observar el porqué de ese poder descrito, entonces tendremos que decir que aquellos seres celestiales son la fuente de este poder. 

Finalmente, los cuerpos celestes son dirigidos por una sustancia separada que los gobierna. Entonces, los poderes están en proporción a la forma del ser. Por lo tanto, mientras más noble y cercano sea ese ser a la sustancia, entonces más noble será su poder. Así, el poder más noble que tiene el ser humano es el racional que proviene de su alma racional.

En conclusión, Santo Tomás de Aquino nos dice que existen dos principios: 

  • Intrínseco: proveniente de la forma
  • Extrínseco: proveniente de la materia

Conclusión

Cabe recalcar en este análisis que Santo Tomás de Aquino no cae en la concepción teológica o religiosa estrictamente, sino que se aboca a que se entiendan los fenómenos naturales desde un ámbito filosófico y metafísico. De todas formas, incluso ahora existen fenómenos de la naturaleza que la ciencia no ha podido explicar. Puede ser que tengamos que esperar algunos años para conocer realmente esos principios intrínsecos que nos manifiesta la naturaleza. 



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sábado, 21 de septiembre de 2019

Santo Tomás de Aquino - De mixtione elementorum (Sobre la mezcla de los elementos) (1271)

Los cuatro elementos en Platón

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Este es otro texto opúsculo de Santo Tomás de Aquino en relación a la mezcla de los elementos, es decir, si los elementos de la naturaleza: aire, agua, fuego y tierra pueden mezclarse y formar una sola solución, o si en realidad estos son independientes cada uno. Sin embargo, se puede observar que en algunas cosas hay elementos que destacan o sobreviven más que otros; por lo tanto, vale preguntarse ¿será que se mezclan o son independientes uno de otro?


De mixtorum elementorum


Hay ciertos hombres que afirman que los elementos no se mezclan y otros que sí. Sin embargo, si la forma substancial no permanece, entonces no podemos hablar de mezcla sino que de corrupción de algunos elementos. 

Un elemento es aquello por lo que algo está principalmente constituido y es indivisible de acuerdo con las especies. Un cuerpo mezclado no estaría compuesto de cuerpos simples si estos después no puede permanecer. Es imposible, de hecho, que los cuerpos admitan distintas formas en el mismo respecto. 

Las diversas partes de la materia subsisten por medio de las formas de los elementos que admitan la noción de muchos cuierpos: esta sí sería una forma para que distintas partes se pudieran mezclar. Sin embargo, tampoco es posible decir que existen muchos cuerpos al mismo tiempo pues el cuerpo es uno solo. 

Por lo tanto, los cuatro elementos no existirán mezclados en un cuerpo. En efecto, los contrarios no pueden estar en un mismo lugar así como el agua y el fuego, que son contrarios, no pueden mezclarse (al menos en su forma substancial). 

Cuando los elementos se ''mezclan'' o se reúnen, estos siempre están entre la forma substancial y la forma accidental, es decir no alcanzan a concretarse. No obstante, esto también es imposible porque no existe un intermedio entre lo accidental y lo substancial. Esto sería tan improbable como tener algo entremedio de la afirmación y la negación. 

Además, esto también significa que la forma acepta una gradación, esto es, un más y un menos lo cual resultaría absurdo. Un ser no puede ser más o menos ser que otro, verbigracia, el fuego no puede ser más o menos fuego de lo que es. 

Sin embargo, parece ser que algunas partes pueden estar unidas entre sí en un cuerpo compuesto. Pero no es correcto decir que están mezcladas; así, el estagirita (Aristóteles) nos dice que los elementos no están mezclados en el cuerpo por acto sino que más bien por virtud: el agua humedece, el fuego calienta, etc.

Conclusión

Interesante conclusión de Santo Tomás de Aquino, complementaria por supuesto a las reflexiones de Aristóteles como por ejemplo, aquellas que se hicieron en libros como ''Sobre la generación y la Corrupción'' y ''Física'', cuyos postulados eran tremendamente vigentes en la época del aquinate. Este no será el único libro donde Santo Tomás se soporte en las teorías aristotélicas. 

Santo Tomás de Aquino - De Motus Cordis (Sobre el movimiento del corazón) (1273)


¿Qué mueve al corazón?

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¿Qué significa que Santo Tomás de Aquino nos hable de los movimientos del corazón? ¿será este un texto de biología? Por supuesto que no. En este libro veremos algunos conceptos ya mencionados en otras entradas que tratan sobre el movimiento metafísico, es decir, el movimiento de los motores (quien es movido y quien mueve). Lo que el aquinate nos quiere mostrar es la importancia del movimiento universal y como recae este en las criaturas. 


Referencias:

(1) Así creía Aristóteles que el calor tenía que ver con la vida y el frío con la muerte. Todo lo caliente está vivo y lo frío está muerto. 


De Motus Cordis


Todo debe tener un motor principal para que algo se mueva. Si esto es así ¿qué mueve al corazón y qué tipo de movimientos tiene?

A primera vista, pareciera ser que el alma no lo mueve; el alma vegetativa no lo mueve ya que sus actividades son generación, nutrición, crecimiento y disminución. Tampoco es la parte sensitiva ni intelectual ya que estos solo se mueven por el apetito y el corazón se mueve involuntariamente. 

De hecho, pareciera ser que el movimiento del corazón no es natural ya que está compuesto de movimientos opuestos: empujar y tirar. El movimiento natural solo se da desde un opuesto y no pro estos dos; así lo vemos con el fuego que es solo hacia arriba y la tierra que es solo hacia abajo. Sin embargo, el movimiento del corazón debiera ser el más natural de todos ya que es el movimiento principal para la vida. 

Unos dicen que el principio del movimiento proviene del universo o de alguna inteligencia, pero esto es absurdo ya que el movimiento que su movimiento es natural y propio de un animal. El movimiento del corazón es natural y regularmente el mismo.

Otros dicen que el movimiento del corazón se produce por el calor, pero esto también es irrazonable. El principio del movimiento del corazón tiene que ver más con la vida que con el calor(1). De hecho, Santo Tomás llega a afirmar que el calor se produce gracias al movimiento del corazón. 

El movimiento del corazón es natural

Como dijo Santo Tomás anteriormente, el movimiento del corazón es algo natural. Esto lo advierte por el principio fundamental que hace que el cuerpo se mueva: el alma. Por lo tanto, el movimiento natural del corazón es el resultado de la actividad del alma

Además, debemos entender que el movimiento del corazón es el movimiento principal de todas las actividades del cuerpo. Pero no solo a las cosas del cuerpo sino que también mueve los placeres y el dolor.
Ahora, podría decirse en base a esto que el corazón se mueve por algo voluntario  (placer y dolor), pero en realidad su movimiento lo realiza naturalmente; por ejemplo, cuando nos enojamos o sentimos placer el corazón se mueve pero este lo hace de una manera que nosotros no podemos manejar: es involuntario. 

Por cierto ¿a qué alma se refiere Santo Tomás? ¿a la sensitiva, a la vegetativa o la intelectiva? por supuesto, sus afirmaciones consideran el alma intelectiva y sensitiva ¿por qué? porque son las que tienen que ver con el intelecto, es decir, es el intelecto el que mueve las partes del cuerpo. 


Latido y movimiento del corazón entendido en la ciencia de hoy

Sin tratar de aminorar, invalidar o desechar la teoría de Santo Tomás de Aquino, que por lo demás se refiere a una teoría filosófica, creo que es igualmente importante ver las razones que da la ciencia hoy sobre el movimiento del corazón.

Entendiendo que el corazón es un músculo especial muy diferente del resto, entonces podemos tener una mirada alterna a la que nos ofrece Santo Tomás. Lo primero que debemos entender es que el corazón genera descargas eléctricas que hacen contraer una fibra muscular. Estas descargas eléctricas se generan en el nodo sinusal ubicado en la parte superior derecha del corazón, que también es conocido como el marcapasos del corazón.

En efecto, el corazón contiene fibras que a su vez tienen proteínas fibrosas como la actina y la miosina. Estas son como cuerdas que aumentan la concentración intracelular de calcio, pero la apertura de canales dependerá de la carga de iones en el exterior. Por lo tanto, para que la actina y la miosina se contraigan se necesita crear una potencia eléctrica, es decir, las células de la membrana interior (las de calcio que pueden ser negativas o positivas) se vuelven más positivas y eso hace que puedan entrar los iones positivos. 

Luego, estas cargas se van volviendo negativas en otra fase para  luego volverse positivas y continuar con el ciclo antes descrito. Así, el paso de los iones positivos hace que el corazón se contraiga y así se genera un latido. 

Este ritmo de cambios iónicos se dará de acuerdo al sistema nervioso mediante la apertura y cierre de estos canales. Sin embargo, el sistema nervioso no domina el latir del corazón, este es completamente autónomo de él. 


Conclusión

Realmente interesante la visión que tiene Santo Tomás de Aquino con respecto al corazón. Esto quiere decir que el aquinate aún sostiene la visión aristotélica en los últimos días de su vida (recordemos que su muerte fue en 1274) El alma sigue siendo un aspecto importante para explicar el movimiento y la naturaleza de las cosas de la tierra, sin embargo, estas explicaciones no avanzan sin ninguna dificultad pues es aquí donde se mezcla la ciencia y la metafísica. 


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miércoles, 18 de septiembre de 2019

Santo Tomás de Aquino - De aeternitate mundi (Sobre la eternidad del mundo) (1271)

¿Es el mundo eterno?


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Este puede ser uno de los temas más importantes en la obra de Santo Tomás de Aquino, quien con mucho ahínco redobla sus esfuerzos en contraatacar la teoría de Averroes. ¿Por qué? porque la teoría e influencia de Averroes no era menor, en efecto, esta cobró relevancia durante casi toda la Edad Media, convenciendo a unos y aborreciendo a otros. Como quiera que fuese, aquí presentamos este pequeño texto que Santo Tomás de Aquino nos ofrece sobre la eternidad del mundo.

Referencias:

(1) Siguiendo la lógica aristotélica donde el movimiento es tiempo.


De aeternitate mundi


Supuestos del mundo

Hay que suponer, desde una perspectiva católica, que el mundo tuvo un comienzo en el tiempo. Es imposible que algo haya existido siempre y que sin embargo, Dios no lo haya podido crear. Otros dicen que lo que siempre ha existido puede haber sido creado por Dios lo que es un absurdo, pues lo que siempre ha existido no puede llegar a ser creado. 

Un argumento para defender esta última postura es la creación de los ángeles, es decir, un ángel no puede ser creado por una materia como el ser humano. Un ángel no tiene una sustancia, pero tampoco puede decirse que siempre ha existido pues fue hecho por Dios. Pero los ángeles no tienen materia ¿cómo fueron creados? es ahí donde se tiene que diferenciar entre ''ser hecho'' y ''ser causado''.  Por lo tanto, los ángeles no pudieron existir siempre. 

También se dice que aquellas cosas que son creadas y siempre han existido no es una contradicción, y si así fuera, esto no tendría ningún problema ya que Dios podría hacer cosas contradictorias. Santo Tomás de Aquino no tiene ningún problema en aceptar que Dios pueda crear cosas contradictorias, pero no es el caso. 

Argumentos de la creación de Dios

El argumento de la eternidad del mundo tiene que ver entonces con dos cosas básicas a saber:

  1. Si algo que siempre ha existido puede ser creado por Dios
  2. Si algo que siempre ha existido no puede ser creado por Dios

En primer lugar, no es necesario que Dios preceda a una cosa que siempre ha existido para que haya sido creado (aunque esto repugne a primera vista).

Como dijimos anteriormente, Dios no necesita la materia para crear sino que ''causa'' aquellas creaturas que quisiere crear. Dios no crea las cosas por movimiento, es decir, no las crea a causa del tiempo(1) sino que las crea instantáneamente. Por esto mismo, no es necesario que Dios preceda en el tiempo a una cosa para causarla.


Un argumento parecido nos da San Anselmo de Canterbury en su Monologion cap. 8. Recordemos que en este libro San Anselmo nos habla de la creación de la nada a través de la causa; por ejemplo, un hombre que está triste no está triste a causa de nada; en efecto, esa tristeza no se crea con materia sino que es causada por algo. 

Una de las razones, quizás la más difícil, sea rebatir la eternidad de las almas. Claro, se dice que las almas son infinitas y son el elemento que sobrevive al cuerpo. Sin embargo, esto no es así porque las almas fueron creadas por Dios y estaban en el mundo. Antes de que el hombre fuera cuerpo, era alma, por lo tanto, como fue creado no puede decirse que es eterno. O al menos, es eterno en el tiempo, pero no coeterno con Dios. 

No obstante, la demostración de que el mundo sea coeterno con Dios no es posible. Es decir, Santo Tomás de Aquino no puede asegurarnos ni afirmarnos que verdaderamente el mundo existió eternamente con pruebas filosóficas, ni con argumentos filosóficos que se puedan refutar. Lo único que queda es afirmar con fe que el mundo ha sido creado por Dios. 

Finalmente, la creación del mundo por Dios solo se puede tomar desde un argumento religioso y no desde uno filosófico demostrable. 

Conclusión

Después de estas razones, Santo Tomás de Aquino nos admite con humildad la imposibilidad de usar la filosofía como medio para confirmar la fe cristiana. En efecto, el talante de esta cuestión no es difícil de responder incluso para el más docto de su tiempo. Al parecer, si debemos tomar algún camino para confirmar la eternidad del mundo, entonces debemos situarnos o en el lado religioso o en el lado filosófico donde incluso aún se disputa la creación de nuestro mundo.


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martes, 17 de septiembre de 2019

Santo Tomás de Aquino - De regimine judaeorum, ad ducissam Brabantiae (Sobre el régimen judaico, a la duquesa de Brabante) (1271)

Dibujos sobre las barbas judías

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Esta es otra de las obras opúsculas de Santo Tomás de Aquino donde encontramos la consulta que Margaret de Constantinopla hace al aquinate con respecto a la usura de los judíos. Es increíble ver que desde distintas áreas y posturas Santo Tomás es requerido por muchos intelectuales y autoridades de la época. Si seguimos la línea de filósofos que hemos visto en el blog, entenderemos que San Agustín de Hipona aceptaba la convivencia entre judíos y cristianos. ¿Qué pensará el aquinate sobre los judíos? 

Sobre el régimen judaico, para la duquesa de Brabante

Contexto de la carta

Margarita de Constantinopla era una duquesa de la ciudad de Flandes y de Henao (lo que sería hoy Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) entre 1244 y 1278. La duquesa mantuvo una correspondencia con Santo Tomás de Aquino sobre cuestiones morales. 

Margarita muestra preocupación especialmente en la comunidad judía donde según ella se practica la usura y la venta de títulos. Para no caer en prejuicios, Margarita pide la opinión del aquinate a lo que este responde en una corta epístola. 

Primera respuesta
Sobre los impuestos a los judíos

De acuerdo con la preocupación de usura que cometen los judíos, Margarita de Flandes pregunta si es lícito exigir impuestos a los judíos. Santo Tomás de Aquino responde que si la actitud de los judíos fue de usura, entonces no habría problema alguno en exigirlos. Por otro lado, si los judíos fueron usureros con las pertenencias de otras personas, entonces es necesario que las restituyan si fueron adquiridas por usura. 

El dinero que se recaude de esta restitución puede ocuparse para propósitos piadosos y eclesiásticos. 

Segunda respuesta
Pecado y usura

Otra de las dudas de Margarita es que si se les debiera aplicar una multa exclusivamente monetaria, ya que lo único que tenían los judíos era dinero obtenido por usura. 

Santo Tomás de Aquino le recomienda que sí imponga esas multas, e incluso le incita a que las multas sean grandes. 

Tercera respuesta
Entrega voluntaria de dinero

Margarita pregunta si es lícito aceptar dinero de un judío que voluntariamente ha entregado su dinero adquirido por la usura. Santo Tomás de Aquino no ve mayor problema en esto y le recomienda que acepte dicho dinero, y que restituya si es posible a las víctimas de la usura o que se ocupe para fines piadosos como lo explicó anteriormente. 

Cuarta Respuesta
Los sobrantes

Los dineros obtenidos por medio de la usura suelen ser de grandes cantidades y el sobrante quedaría en las arcas de la ciudad. Sin embargo, un cristiano no debería aceptar este sobrante que ha quedado del dinero obtenido por usura; el cristiano debe rechazarlo.

Quinta Respuesta
Venta de oficios

Margarita pregunta a Santo Tomás si es legítimo vender oficios a los judíos o pedirles un préstamos para que los consigan.

  1. Quizás no sea muy conveniente vender los oficios ya que la mayoría de estos podría no desempeñarlo muy bien
  2. No es lícito pedirles préstamos para que puedan tener un oficio, ya que eso promueve el no pago y además la usura; el interés
Como ya vimos en otras entradas, Santo Tomás de Aquino no acepta la usura y la considera pecado. 

Sexta Respuesta
Recaudar impuestos sobre los cristianos


Una ciudad necesita sustentar sus fuerzas económicas y políticas. Por lo tanto, mientras el impuesto sea justo, no habrá ningún problema en que al cristiano (y a todos los ciudadanos) se les imponga un impuesto. 

Séptima Respuesta
Extorsión por parte de las autoridades

Si una autoridad de alto cargo recibe dinero o algún objeto producto de una extorsión de una autoridad menor no debe recibirlo, y al contrario, debe castigar severamente a quien realizó la extorsión. 

''A medida que el hombre nocivo es azotado, el imbécil se vuelve más sabio''
(Proverbios 19:25)

Como claramente se puede ver, Santo Tomás no permitía la corrupción a ningún nivel.

Octava Respuesta
Un signo que distinga

Otra de las preguntas de Margarita es sobre la conveniencia de obligar distinguir a los judíos de los cristianos con un signo. 

La respuesta de Santo Tomás es clara: todos los judíos deben usar vestimenta distinta a los cristianos. De hecho, su misma ley lo aclara así. Cada judío tiene sus reglas de vestimenta que difieren totalmente de los cristianos. 

Conclusión

Nuevamente Santo Tomás deja en claro su posición frente a la usura para que Margarita de Constantinopla pueda establecer un buen gobierno. Vemos también la dureza con que el aquinate se refiere a los judíos, además de que se vean como seres inferiores en un reino totalmente cristiano. Parece ser que Santo Tomás guarda la misma reticencia a los judíos que San Agustín otorgaba, así como también permitía su existencia. 


Santo Tomás de Aquino - De unitate intellectus, contra Averroistas (Sobre la unicidad del intelecto, contra averroístas) (1270)

El problema de dos intelectos fue formulado por distintos filósofos



Tenemos en un apartado de nuestro blog todos los argumentos por los cuales Santo Tomás de Aquino estaba en contra del filósofo musulmán Averroes. Esta es la obra específica donde el aquinate muestra su disensión con el filósofo. Cuatro argumentos guiados desde la filosofía y desde el pensamiento aristotélico para tratar de deshacerse de la doctrina averroísta para siempre, ya que estaba tomando muchos adeptos (entre ellos cristianos). Veamos lo que nos quiere decir Tomás de Aquino.

Sugerencia:

(!) Quizás sea de gran ayuda visitar el siguiente link antes de leer esta entrada. 



Referencias:

(1) Fantasmas: imágenes que son generados por la fantasía.

SOBRE LA UNICIDAD DEL INTELECTO, CONTRA AVERROÍSTAS

Capítulo I: La posición de Aristóteles en cuanto al intelecto

''Todos los hombres por naturaleza desean saber la verdad'', decía el viejo Aristóteles. En consecuencia, todos los hombres desean evitar el error para luego saber la verdad, sin embargo, no todos pueden. 

El filósofo musulmán Averroes ha interpretado los textos de Aristóteles de forma equivocada. Por un lado nos dice que aquello que es posible es la materia, mientras que el intelecto está separado de la forma; por lo tanto, el intelecto es uno solo para todos los hombres. 

Sin embargo, el mismo Aristóteles decía que el alma era la substancia formal del cuerpo físico. El problema está en determinar si dentro del alma está el intelecto, o si el intelecto puede mantenerse por sí mismo. 

Si tuviéramos que relacionar las cosas fundamentales del cuerpo, entonces tendríamos que decir que una de ellas, entre las más importantes, es la salud; y por otro lado, en el intelecto, es la ciencia. También debemos distinguir los poderes que el alma tiene. 


  • Vegetativo
  • Sensitivo
  • Apetitivo
  • Movimiento
  • Intelecto
Por lo tanto, podríamos decir sin ningún problema que el intelecto es un poder del alma. 

Pero los Averroístas insistían en que el intelecto no estaba unido al cuerpo o al alma, ya que de ser así tendría una característica como el frío, lo caliente, lo alto, lo bajo, etc. 

Además, los Averroístas deben recordar que aunque el intelecto no es lo mismo que los sentidos, Aristóteles también dice:

''Lo sensible no puede concebirse sin sentido ni intelecto''

En efecto, el cuerpo por sí solo no puede sentir si no tiene el intelecto quien le ordene sentir determinada sensación. No obstante, los averroístas dicen que el intelecto es incorruptible y que nada que sea incorruptible puede estar en aquello que es corruptible. Se dice que ''si el intelecto es forma del cuerpo y el cuerpo es corruptible, entonces el intelecto también se corrompe''.

Para responder a esto, Santo Tomás de Aquino observa los postulados de Aristóteles sobre todo en el comienzo de su libro ''Sobre el alma'', donde se dice que ''si hay algo que puede actuar sin la propiedad del alma, entonces el alma es una sustancia separada''. ¿Cuáles son las consecuencias de esto? que las formas no puede existir por sí solas; en efecto, el calor no existe por sí solo, sino que la cosa que genera calor, y que esta no calienta por sí sola sino que gracias al calor. 

Capítulo II: El intelecto posible por los peripatéticos

Ahora veremos lo que los alumnos de Aristóteles tenían que decir con respecto al intelecto. El mismo Temistio consideraba que el intelecto posible era parte del alma, pero también el intelecto en acto era parte del alma ya que ambos están en combinación dentro del alma. Alejandro, otro peripatético, nos decía que el intelecto posible pertenecía al cuerpo, pero el intelecto agente no estaba en el cuerpo porque simplemente no pertenece a ningún órgano. 

Avicena no mantenía lo mismo y nos decía que el intelecto es la forma del alma; no pertenecía al cuerpo. Al-Ghazali, por su parte, sostenía que el alma tenía dos virtudes: operatividad y conocimiento. Por supuesto, las palabras de Al-Ghazali se refieren a que el compuesto del alma era justamente el intelecto (operación y conocimiento). 


Capítulo III: Razones a favor de la unidad del intelecto

El principio del entendimiento está en el intelecto posible de acuerdo con Averroes; es una sustancia separada. Esta está unida a nosotros por medio de los ''fantasmas''(1) que también están entre nosotros. De esta forma, los fantasmas son una extensión de nosotros por medio de fantasías. El intelecto solamente se puede dar en el cuerpo a través de los sentidos, es decir, por medio de los sentidos vamos llegando al intelecto. 

Sin embargo, Santo Tomás refuta de tres maneras lo que se dijo anteriormente:

  1. La unión del cuerpo y el intelecto no podría darse como lo postula Aristóteles o Temistio (hileformismo).
  2. Como el fantasma es potencia, es imposible que este pueda entender el intelecto agente. Por lo tanto, el intelecto posible entendería mucho mejor sin recurrir a los fantasmas. 
  3. Con la teoría de los fantasmas es imposible que el hombre pueda entender, ya que la cognición es de los fantasmas y no del hombre. 

De esta forma, el monopsiquismo de Averroes, es decir, la idea de que todos los hombres conocen un intelecto separado de ellos, es refutada por Santo Tomás de Aquino. Con estas tres refutaciones se entiende que el alma no necesita aquellos ''fantasmas'' para que el hombre pueda entender. Por lo tanto, el intelecto era algo que pertenecía al hombre. 

Capítulo IV: Refutación de que todos los hombres tienen un intelecto


Uno de los filósofos que se asemeja con la teoría del monopsiquismo es Platón, ya que recordemos que este pensador dividía la realidad en dos mundos: lo sensible y lo inteligible. En lo inteligible está el intelecto. 

Sin embargo, la visión del monopsiquismo no solo está errada al separar los mundos, sino que esto implicaría que todos los hombres conocen lo mismo y que los hombres no difieren de sus propios pensamientos. Esto es absurdo porque ya vemos que todos los hombres tienen un entendimiento más avanzado o más elevado que otros. 

Además, este entendimiento tendría que ser simultáneo. Todos los conocimientos estarían en acto y todos sabrían lo que todos saben, yendo contrariamente a las enseñanzas de Aristóteles y de la ciencia en general donde se dice que todos lo hombres son distintos. 

Capítulo V: Argumentos contra la multiplicidad de intelectos

El argumento típico a la multiplicidad de intelectos a la cual adhiere Santo Tomás de Aquino es rebatida por lo siguiente. Si existe una multiplicidad de intelectos, entonces ese intelecto es realmente un intelecto posible ya que la multiplicidad pertenece a lo corporal no a lo intelectual. 

Además, si el intelecto fuera uno ¿por qué hay multiplicidad de intelectos? es decir ¿por qué un hombre es diferente de otro? estas cosas que son evidentes por sí mismas refutan el argumento del monopsiquismo. De existir el monopsiquismo, entonces no habría ninguna diferencia entre maestro y alumno. Por lo tanto, los hombres no tienen un mismo entendimiento, y mucho menos existe un intelecto separado del alma de los hombres.

Conclusión

Este puede ser uno de los libros más importantes en cuanto a lo beligerante que era Santo Tomás de Aquino contra los musulmanes. Debemos decir que desde esta perspectiva la teoría del monopsiquismo quedaría reducida a un absurdo de acuerdo con el aquinate. No obstante, debo conceder algo a la teoría del monopsiquismo; la ciencia que conocemos es universal, es decir, si conocemos las ciencias naturales, todos conoceremos o pasaremos por los mismos procesos de conocimiento en lo esencial, quizás no por los mismos medios, pero el objetivo es aprender lo mismo; de diferente forma, sí, pero finalmente lo mismo. Quizás veamos más adelante una defensa al monopsiquismo. 

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sábado, 14 de septiembre de 2019

El origen de la confesión

La confesión como un modo de aliviar la carga de la culpa

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El origen de la confesión

La confesión también se ha conocido como el Sacramento de la Penitencia, aunque las penitencias pueden ser variadas y de otros tipos. De hecho, la Penitencia es un sacramento que lleva diversos pasos en los cuales la confesión se encuentra en ellos. 

  1. Examen de conciencia
  2. Contrición o arrepentimiento
  3. Confesión
  4. Satisfacción o Penitencia

Antes de hablar de la confesión propiamente tal, lo apropiado será ver la evolución de las penas que los cristianos consideraron factibles. 

Luego del Nuevo Testamento y de la vida de Jesús, las penitencias se consideraron como algo necesario para el perdón de los pecados. En estos existen tres períodos con respecto a las penitencias:

  1. Primeras penitencias cristianas: de los tiempos apostólicos hasta el siglo VII
  2. Penitencia arancelaria: desde el siglo VII hasta el siglo XIV
  3. Confesiones individuales: desde el siglo XII en adelante

A continuación veremos las tres penitencias indicadas desde principio a fin.

Penitencias varias

Siglo II

Desde el siglo II d. C., los pecados no eran una cuestión que estuviera fuera o erradicada de los cristianos. De hecho, grandes pecados eran adjudicados a los cristianos, a pesar de haberse instruido lo suficiente en las Sagradas Escrituras. Cuando hablamos de pecados nos referimos a todos aquellas malas acciones que transgreden los diez mandamientos:

Asesinato
Idolatría
Magia
Avaricia 
Robo
Envidia
Mentiras
Orgullo
Intemperancia

¿Cómo es que los cristianos se liberaron de estos grandes pecados? lo que hacían era rezar, dar limosna, realizar buenas acciones y ayuno. Todo esto era hecho públicamente para que todos se enteraran, aunque también muchas veces la confesión (que aún no existía) se hacía al sacerdote para no quedar en vergüenza.

Siglo III 

El perdón que recibían los cristianos en el siglo III era casi inmediato. De hecho, el papa siempre estaba dispuesto a perdonar incluso a aquellos cristianos que cometían graves pecados. 

La doctrina del Montanismo criticará esta indulgencia extrema hacia los cristianos pecadores. 

Siglo IV - VI

Las primeras fuentes de estas penitencias se extraen de los textos de San Agustín de Hipona y Caesarius de Arles. Las Actas del Concilio prohibían que los cristianos penitentes se unieran inmediatamente a la comunidad de la iglesia. 

Así, el Canon 29 del Concilio de Epione (517) dice que el obispo debe reconciliar al pecador con la Iglesia. A estos penitentes se les autorizaba a entrar a algunas reuniones, pero se les negaba la comunión en la mesa con el Señor.

Penitencia arancelaria

Siglo VII

Un nuevo enfoque se empezó a perfilar en el siglo VII en los actos del Concilio de Chalon-sur-saone (644), donde se aceptó que cada vez que se cometía un pecado, este pecador debía encontrarse con el cura confesor para que establecieran la penitencia de forma privada. Luego el pecador se acercaba nuevamente al cura para obtener la absolución.

Esta práctica fue empleada primero por los monjes de las iglesias de las islas británicas. 

Confesión individual

Siglo XIII

El cuarto Concilio de Letrán estableció que cada cristiano en la edad de la discreción (edad de madurez de la iglesia que indicaba la edad de 7 años), debía confesar una vez al año todos sus pecados con su sacerdote particular. 

¿Qué efectos tiene la confesión? por supuesto, la absolución de los pecados, pues recordemos que luego del bautismo el hombre no se supone que hace el mal porque ya conoce el bien; en otras palabras, al presumirse que conoce el bien, entonces se presume que el mal lo tiene excluido de su mundo. Sin embargo, si aún así pecara, entonces la absolución del pecado debe llevarse por medio de la confesión. 

Conclusión

Es interesante ver la forma en que las penitencias evolucionaron en la historia de la iglesia. También es necesario destacar la importancia de la confesión la cual de alguna manera libera de una carga de conciencia que cualquier persona tiene. Una verdadera herramienta psicológica que aliviaba las culpas, pero también una herramienta de poder que podía ser ocupada en favor de los eclesiásticos. 

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Santo Tomás de Aquino - De perfectione vitae spiritualis (La perfección de la vida espiritual) (1269)


La elección entre ser obispo o monje
fue una gran controversia en el siglo XII


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¿Quién más puede saber de una vida espiritual que Santo Tomás de Aquino? Realmente es importante pensar en la vida espiritual sobre todo hoy con el ajetreo de la vida diaria que nos obliga a estar constantemente en movimiento, sin apreciar las cosas más perfectas de la vida. Sin embargo, la vida espiritual que veremos a continuación, no es aquella que normalmente entendemos de otras religiones. Veamos lo que el aquinate nos quería decir con el concepto de perfección de la vida espiritual.

La perfección de la vida espiritual

Capítulo I: La vida espiritual vinculada con la caridad

Lo perfecto es todo aquello que se atiene a un fin. Cuando un animal cumple el fin para cual está determinado, entonces su vida es perfecta. También hay una segunda perfección (secundum quid) que versa sobre lo material o corporal de un animal. 

Para el hombre, la primera perfección es su caridad. Así lo dice la sagrada escritura:

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;...
...Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
(Colosenses 3:14)

En efecto, se puede decir que alguien que da caridad es alguien que se desprende de algún beneficio material para dárselo a alguien menos afortunado. 

Capítulo II: Amor a Dios y amor al prójimo

La caridad nos lleva a amar a dos seres que todo cristiano debiera amar: Dios y el prójimo. Primero se ama a Dios como el gran creador y luego amamos al prójimo a través de la unión de la caridad. Así dice la biblia sobre el prójimo:

''Ama a tu enemigo''
(Mateo 5:44)

Esta frase fue dicha por Jesús refiriéndose al mérito que debía tener un cristiano al amar a los que no te aman, pues no tiene ningún mérito amar solo a los que te aman. 

Capítulo III: El amor divino que existe solamente en Dios

El amor de Dios es perfecto e infinito. Los seres humanos no son ni perfectos ni infinitos por lo que el amor divino solo lo tiene Dios. Dios puede amarse a sí mismo infinitamente ya que solo él tiene esa capacidad. 

Capítulo IV: El amor divino que está en aquellos que siguen la beatitud

Si bien nadie puede alcanzar aquel amor que solo Dios puede tenerse, esto no quiere decir que un hombre o una mujer no pueda amar a Dios con todo lo que tiene; es decir, podrá amarlo con todas sus capacidades que en realidad serán limitadas comparado con el amor de Dios. 

Capítulo V: El amor divino es necesario para la salvación

Primeramente, se ama a Dios cuando el hombre no sigue los actos pecaminosos y sigue aquellos actos de virtud que lo guían hacia Dios. Por lo tanto, el querer realizar actos de virtud y despojarse del pecado es amar a Dios. 


Capítulo VI: La perfección del amor la cual es materia de consejo

La perfección de la bendición no es posible alcanzarla en este mundo, pero el hombre debe esforzarse lo más posible por obtenerla. En otras palabras, debe tratar de emular el concepto en la vida real, hasta que esté lo más cerca. Para esto, el hombre debe desprenderse de sus bienes materiales y acercarse más a la caridad. 

Capítulo VII: El primer medio de perfección: la renuncia a los bienes materiales

La primera posesión material de la que hay que deshacerse es de los bienes llamados ''riquezas''. Es así que las Sagradas Escrituras digan ''Es difícil que un rico entre en el reino de los cielos'', en efecto es difícil pero no imposible ya que puede desprenderse de sus bienes materiales. 


Capítulo VIII: El segundo medio de perfección: la renuncia de las ataduras materiales y del matrimonio

Esto quiere decir que si el primer paso es deshacerse de las riquezas que son posesiones materiales superfluas, un paso más allá será deshacerse de las posesiones que están más cerca y más unidas a nosotros. Estas uniones son efectuadas por medio de la afinidad y comunión entre las personas. De ahí que se diga:

''El hombre que viene a mi y no odia a su padre, a su madre, a su esposa, a su hermanos, a sus hijos y aún también su propia vida, no puede ser mi discípulo''
(Lucas 14:26)

Esto quiere decir que a las personas hay que amarlas por su sustancia y no por su naturaleza terrenal. En otras palabras, hay que odiarlos cuando estos no nos permiten estar más cerca de Dios (esto fue dicho por San Gregorio). 

Por lo tanto, si se quiere tener una vida perfecta el único modo de hacerlo es a través de la castidad. Esto significa que el hombre debe tener continencia de todo lo que es terrenal en este mundo, y eso lo acercará mucho más a Dios, en contrario a alguien que no pudiese contenerse. 

Nadie puede compararse a Cristo en cuanto a bondad y virtud, pero sí puede considerar que la vida de castidad es superior a la vida de matrimonio, la cual tampoco es mala pero es inferior a la vida de castidad. 

Capítulo IX: Ayuda para la preservación de la castidad


Ciertamente es difícil optar y mantener la castidad, pero el primer paso es deshacerse de todas aquellas cosas que dificulten el logro de obtenerla. 

Santo Tomás de Aquino distingue tres obstáculos:


  1. El cuerpo: en efecto, el cuerpo es un obstçacilo para la continencia del afecto carnal. Dice Santo Tomás que el consumo excesivo de comida es justamente lo que alienta este placer. Por eso, el aquinate sugiere el ayuno y las vigilias como ejercicio contra esta incontinencia
  2. La mente: los pensamientos que no son castos son también obstáculo para la continencia. El único remedio para esta incontinencia es que el hombre ocupe sus pensamientos en la oración y en la contemplación divina de Dios.
  3. Circunstancias externas (personas o cosas): puede ser quizás el obstáculo más difícil de superar pues proviene de las mujeres. El hombre debe abstenerse de mirar a las mujeres sobre todo aquellas que son jóvenes. Otro remedio para esto es la soledad y la austeridad para evitar el contacto carnal. 

Estas son las tres incontinencias y medidas que tiene Santo Tomás de Aquino para que el hombre no caiga en la no contemplación de Dios. 

Capítulo X: El tercer medio de perfección: abnegación de la propia voluntad

No solo la renuncia a los placeres materiales es requerida para tener una vida perfecta, sino que también es necesario renunciar a sí mismo. De aquí que Santo Tomás nos hable de una auto-abnegación y un auto-odio balanceado hacia nosotros mismos para amar aquello que nos corresponde amar. 

Capítulo XI: Los tres medios de perfección mencionados anteriormente pertenecen al estado religioso

Cuando el hombre logra estos tres medios de perfección se entrega de manera triple a Dios. Por un lado, la pobreza es el desprendimiento material, luego la castidad sería la entrega del cuerpo del hombre a Dios, y finalmente la voluntad sería la entrega del alma y la obediencia que debe tenerse a Dios. 

Capítulo XII: Algunos errores que se cometen

Santo Tomás de Aquino puntualiza algunos errores que cometen los hombres en general con respecto a las conductas del hombre. Veamos cada una de ellas


  1. Aseveración: se dice que los hombres deben dar de una vez toda su fortuna y bienes a los pobres Falso: Los bienes deben ser distribuidos prudencialmente a los pobres, de modo que uno mismo no salga perjudicado.
  2. Aseveración: el matrimonio es igual en mérito a la virginidad.
    Falso: la virginidad es aùn más meritoria que el matrimonio ya que el hombre ha cedido a la carne. El amor de la virginidad es un amor dirigido a Dios y no a una persona.
  3. Aseveración: las acciones son mejores cuando no se hacen por obedecer.
    Falso: cuando las cosas se hacen por voluntad propia y no por votos o mandatos, el hombre cede aún más a sus propios instintos carnales y mundanos. 

Capítulo XIII y XIV: Perfección del amor fraternal

Hay diversas clases de amor para el prójimo:

  1. Amor sincero
  2. Compromiso hacia aquel amor
  3. Nuestro amor por el prójimo debe ser sagrado

Todo esto esta dicho desde la perspectiva en que los hombres deben dar caridad unos a otros.



Capítulo XV: Lo que es requerido para el estado de Perfección

Básicamente, lo que el hombre necesita para tener un estado de perfección con Dios, es que este mismo renuncie a sí mismo para estar con Dios. Si renuncia a sí mismo para estar con sus semejantes y no con Dios, entonces será un esclavo. Si renuncia a sí mismo pero no hace los votos con Dios es igual de inútil que en el primer caso. 

Capítulo XVI: La condición de perfección es digno de obispos y religiosos

Los obispos son los primeros en entregar su vida y dedicación a aquellos que le están comprometidos. Es por esto que el obispo debe cumplir obligatoriamente las reglas de la perfección para que pueda ser ejemplo de los demás. Recordemos que el obispo es un mediador entre Dios y los hombres; por lo tanto, el obispo debe tener una vida digna de perfección para poder guiar a otros hombres. 

Capítulo XVII y XVIII: El oficio episcopal es más sagrado que la vida religiosa

Los obispos están dedicados a una vida activa consagrada a sus seguidores y al prójimo, mientras que los religiosos tienen una vida contemplativa dedicada a la reflexión. 

Recordemos que Aristóteles nos decía en su libro ''La Política'' que el hombre tenía dos tipos de vida: política y contemplativa. De este modo, podemos decir que la vida política es una vida activa porque el político centra sus esfuerzos en el gobierno y los gobernados; en cambio, son los filósofos aquellos hombres que tienen una vida contemplativa. 

La mayoría de la gente juzga la vida de un obispo porque el obispo puede tener una vida activa además de tener la posibilidad de manejar dinero. Por otro lado, los monjes tienen una vida mucho más correcta ya que enfocan sus esfuerzos en tener una vida de acuerdo a las sagradas escrituras. Se deshacen de sus bienes materiales y no son dependientes de nadie; todo lo contrario a la imagen del obispo. 

Sin embargo, Santo Tomás de Aquino no está de acuerdo con esa visión. Es muy diferente ''ser'' perfecto que ''realizar actos de perfección'' y en ese caso, es el obispo quien está primero. Esto es porque el obispo debe hacer que otros también tengan una vida perfecta, cosa que el religioso no siempre hace al pensar en su bien propio. De ahí que sean mejores las acciones que el estado de perfección.

Cuando el obispo posterga su vida para dedicarse a su rebaño, entonces la vida de este es mucho mejor que la vida del religioso. 

Capítulo XXIX: La vida del obispo no debe ser codiciada

Si bien la vida del obispo es perfecta en cuanto a sus acciones, la vida del obispo no debe ser codiciada. De hecho, la vida del obispo no se puede presuponer perfecta sino que en lo sucesivo. También puede ser que un obispo pierda su perfección ya que sigue siendo un hombre.

Conclusión

Esta última comparación que hace Santo Tomás de Aquino muestra la relación y la aceptación que el aquinate tenía hacia Aristóteles. Debemos decir que la comparación entre la vida espiritual del obispo y del político es hecha por el autor de este blog, y no necesariamente se encuentra en el texto de Tomás de Aquino. Sin embargo, pareciera ser inevitable que esta comparación pueda establecerse. De todas formas, ¿qué vida elegirían ustedes? ¿una vida activa o contemplativa?




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