martes, 29 de enero de 2019

Santo Tomás de Aquino - De principiis naturae (Sobre los principios de la naturaleza) (1255)

En este blog hemos hablado de la naturaleza en todas sus formas posibles, quedándonos como último filósofo Roger Bacon. Ahora debemos hacer nuestro trabajo con  Santo Tomás de Aquino que, para costumbre de todos, basará sus principios cimentados en el pensamiento aristotélico. En realidad, el pensamiento de la naturaleza siempre va primero que el de la metafísica, por lo que este tratado podríamos considerarlo también sobre ''física'' guardando todas sus proporciones. 


De principiis naturae


Sustancia y materia prima

En la realidad siempre nos encontramos cosas que están sometidas a una contingencia, es decir, pueden existir como puede que en un futuro cesen de existir. Estas cosas son las que están en potencia, las que están en la contingencia. Existen otras que siempre existirán sin modificarse y esas cosas son las que están en acto

A través de esto, el hombre tiene dos tipos de existencia: la substancial (simpliciter) y la accidental (secundum quid). Para la existencia siempre hay algo en potencia, por ejemplo, la esperma es la potencia del hombre formado. 

De ahí que también se hable de una materia prima que forma parte de la existencia substancial, mientras que en la existencia accidental tenemos al sujeto. Ahora, si bien la materia es un tipo de existencia, es una existencia incompleta, pues la materia siempre necesitará de la forma para existir completamente. 

  • Existencia sustancial (simpliciter): materia prima, acto
  • Existencia accidental (secundum quid): sujeto, potencia

Teniendo esto en cuenta, pasemos a los demás conceptos que se complementarán: Generación y Corrupción.


Generación y corrupción

Recordemos que la Generación es aquello donde algo pasa de la no-existencia a la existencia, mientras que la corrupción es aquello que pasa de la existencia a la no existencia. 

  • Generación: no-existencia a la existencia
  • Corrupción: existencia a la no existencia

Sin embargo, la generación no ocurre desde cualquier punto de la no existencia, sino que más bien ocurre desde un ser en potencia no existente y cuya materia no está en acto. Por ejemplo, el estado del bronce antes de ser moldeado para ser una estatua. Como no tiene forma, entonces la materia está incompleta, es decir, está en un ''no-ser'' accidental o privación. Cuando ya se vuelve estatua, entonces se convierte en un ser substancial; el concepto de estatua.

Accidentes


Existen dos tipos de accidentes:


  • Necesarios: son aquellos accidentes que no pueden desprenderse de la cosa. 
  • No-necesarios: son aquellos accidentes que se desprenden de la cosa.

Podría ser contradictorio que la privación sea un accidente, pero recordemos que la privación está dentro de la materia no existente. Por lo tanto, no se comienza desde un vacío, sino que de un principio que es justamente la privación. Tenemos que considerar que la privación sólo es dicha de aquello que es determinado; en efecto, la nada no puede ser privado de algo. Ergo, la privación es principio del no-ser. 

Voluntad y naturaleza

Los agentes pueden ser tanto voluntarios como naturales seto quiere decir que los voluntarios tienden a un fin ''voluntariamente'', mientras que los naturales, naturalmente tienden a un fin. Podríamos decir que el agente voluntario delibera sobre su propio fin, mientras que el natural no tiene deliberación sobre su propio fin. 

Tanto la materia como la forma son algo intrínseco a la cosa, mientras la causa y el fin son cosas extrínsecas a la cosa. Podría decirse que la privación es una causa, pero a verdad es que la privación es un accidente y los accidentes no son causa. Sin embargo, la privación si bien no es causa, de todas maneras es un principio de las cosas. 

Fines y causas

La materia es la causa de la forma, tanto como la forma subyace en la materia. Ahora, claro, la causa puede ser fin y causa de otra cosa con respecto a sí misma. Por ejemplo, el bronce es causa de la estatua, como la forma del bronce es fin del artista que la forma. 

Esto se puede explicar de otra forma. El niño es causa del adulto desde la perspectiva del niño, pero el adulto también es causa del niño cuando éste último crece. La materia es anterior a la forma en cuanto generación, pero la forma también es anterior a la materia, en cuanto a que la primera le da la existencia. 

Necesario y contingente

Existen dos clases de necesariedad:

  • Absoluta: lo que procede por la vía de la generación; por ejemplo, la necesariedad de la muerte para la materia.
  • Condicional: es lo que sucede a la generación, naturalmente, la corrupción. Cuando hablamos de esta necesariedad, entonces debemos recurrir a la forma

Ahora, el fin que puede tener un objeto puede ser de dos clases; por ejemplo, la forma del cuchillo es el fin de la generación, pero cortar es el fin del cuchillo mismo. Sin embargo, también el fin de la generación puede referirse a la acción de cortar del cuchillo. 

Unívoco y equívoco

Cuando algo es predicado se puede hacer de tres formas: unívoco, equívoco y analógico.

  1. Unívoco: cuando algo es dicho del mismo nombre, es decir, cuando tiene una única interpretación
  2. Equívoco: cuando algo es dicho del mismo nombre pero tiene distinta naturaleza. Por ejemplo, cuando se dice que un hombre ladra cuando grita, haciendo una metáfora para decir que el hombre está enojado. En otras palabras, un equívoco es un mal entendido. 
  3. Analógico: cuando una cosa puede ser predicado de muchas; por ejemplo, la salud puede decirse del hombre, del perro, de la comida, pero esos tres tipos de salud no son los mismos. 

De ahí que los conceptos de materia y forma puedan ser tomados de distintas maneras, logrando así una correcta interpretación o una totalmente equivocada. 

Conclusión

Más que de hablar de naturaleza propiamente tal, podemos decir que este pequeño extracto versa sobre los distintos conceptos que un ser lleva incorporados. Quizás, Santo Tomás de Aquino quiere despejar todas las dudas que se tenían de las malas interpretaciones o lecturas que se daban a los textos aristotélicos. Desde este punto de vista, Santo Tomás deja muchas cosas en claro, pues si se revisan las descripciones de los filósofos anteriores podemos ver que muchos tiene perspectivas muy distintas. 

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