martes, 23 de febrero de 2021

Nicolás Maquiavelo - Vida y obra (1469 - 1527)

 


Querido y odiado por muchos Nicolás Maquiavelo fue uno de los filósofos más influyentes del Renacimiento. Considerado uno de los fundadores de las ciencias políticas, basado en todos los textos que nos han llegado cuyo valor es esencialmente político y filosófico. Toda su fama no se debe en absoluto a un formato ideal de un Estado o de los hombres, sino que se debe a su profundo análisis empírico y brutal sobre lo que él observaba. Atrás quedaría la visión tanto de Platón como de Aristóteles sobre la política. Ahora veremos un nuevo paradigma basado en la practicidad y en el interés individual.

Nicolás Maquiavelo


Infancia

Nicolás Maquiavelo nació en Florencia, Italia, siendo el tercer hijo de cuatro hermanos del abogado Bernardo di Niccolò Machiavelli y su esposa Bartolomea di Steffano Nelli. Se cree que la familia de Maquiavelo eran descendientes de los viejos marqueses de la Toscana, y de haber producido trece confalonieros de Justicia, quienes eran oficiales seleccionados por sorteo cada dos meses. Si bien fue una familia reconocida, en sus comienzos la vida de Nicolás fue muy dura. Así diría él mismo:

''Nací pobre y aprendí antes a sufrir que a gozar''

Maquiavelo nació en una era tumultuosa en la que los papas establecieron guerras adquisitivas contra las ciudades estado-italianas. Las alianzas político-militares cambiaban constantemente dando lugar a muchos enfrentamientos y gobiernos de poca duración. 

El joven Maquiavelo fue enseñado en gramática, retórica y latín. Se dice que no aprendió griego, a pesar de que Florencia era conocida por ser el centro de estudios griegos más grande en Europa. Sin embargo, quizás, debido al contexto en el que se encontraba políticamente, a Maquiavelo siempre le interesó mucho más la política que las letras.

Todos estos cambios de poder los fue observando desde muy joven y poco a poco construiría su pensamiento en base a ello. 

Carrera como diplomático

A pesar de sus estudios y su interés en la política, Nicolás Maquiavelo era un desconocido y su familia no era aristocrática como para que pudiera tener un puesto político. Luego de la ejecución del dominico fraile Girolamo Savonarola, el nombre de Nicolás Maquiavelo comenzó a resonar en la cancillería. En efecto, la Segunda Cancillería cuya jurisdicción comprendía los territorios florentinos estaba vacante, y Nicolás era el indicado para ocuparla. Sería Virgilio Adriani quien finalmente consolidaría esta posición a Maquiavelo, cuando solo tenía 29 años de edad. 

En el año 1502, el confaloniero Piero Soderini convertía su cargo en vitalicio y junto a él estaba Maquiavelo, su más estrecho colaborador. Es aquí donde recibiría una serie de encargos diplomáticos, donde su experiencia y aprendizaje se plasmarían en sus textos.

Francia

Uno de sus deberes diplomáticos fue dirigirse a Francia para convencer al rey Luis XII, sucesor de Carlos VIII, de apoyar militarmente a Florencia y así dejar en cumplimiento la promesa de su predecesor. Sin embargo, Luis XII no quiso seguir cumpliendo lo de su predecesor, pues apoyar a Florencia era estar en contra de Pisa riesgo que el monarca no quería correr. Por lo tanto, esta es justamente la lección que saca Maquiavelo de Florencia: le falta poderío. 

Así, Maquiavelo comprende que la base del respeto de un país y de las negociaciones se basa en tener los suficientes soldados y armas que respalden a dicho país, esta sería la base de todo Estado. Florencia carecía de este poder pues solo era una ciudad-estado. 

Frustrado por no poder negociar con Luis XII, Maquiavelo recibe la orden de retirarse y aunque recibe elogios al regresar, el diplomático no queda satisfecho con la tarea. 

En el año 1502 se casa con la paciente Marietta Corsini con quien tuvo seis hijos, de los que solo sobrevivieron cinco. No fue una relación honesta (tal y como era en esos años), pero se mantuvieron ocultando las apariencias. 

Italia y César Borgia

Una de las figuras más destacadas por Maquiavelo sería César Borgia. Este noble y político italiano hijo nada más ni nada menos que de Rodrigo Borgia (futuro Papa Alejandro VI) se hizo con numerosos territorios y estableció una alianza con el Estado florentino. 

Su padre lo nombraría duque de la Romaña (principados controlados por un monarca galo) luego de haberla conquistado. En ese momento, dos delegaciones diplomáticas de Maquiavelo se enviaron para hablar con César Borgia. El Valentino, como llamaban a César Borgia, quería que Florencia se aliara con él inmediatamente. Como él mismo decía:

''O César o nada''

Con esta actitud Maquiavelo dio cuenta de un ser totalmente amoral, imparable e implacable con sus enemigos. Uno de los sucesos más horribles que presenció Maquiavelo fue la ejecución de Ramiro de Lorca, quien sería expuesto en la Plaza Pública con su cuerpo partido en dos y su cabeza en una pica. Por cierto, este trabajo sucio no lo hizo César Borgia, sino que uno de sus súbditos. De ahí que Maquiavelo pensaría que el príncipe necesita que alguien realice el trabajo sucio por él.

En una ocasión, Maquiavelo tuvo la oportunidad de conversar con el gran Leonardo Da Vinci, puesto que era ingeniero militar en la corte de César Borgia. Ambos planearon una salida al mar para Florencia, para de este modo dejar a los pisanos sin acceso al mar. Sin embargo, a pesar de que se dio procedimiento a la idea, llevada por Maquiavelo, el ingeniero no fue Leonardo sino que otro. No obstante, debido a un desastre ocasionado con las primeras construcciones, este proyecto se pospuso por su dificultad y costo desproporcionado. 

Otro acontecimiento que impresionó a Maquiavelo fue la degollación que César Borgia hizo a sus condottieri (comandantes mercenarios). Como no tenía a nadie para dirigir el ejército, Borgia decidió controlarlo él mismo personalmente. Inspirado en esta obra, Maquiavelo haría lo mismo en Florencia cuya autorización fue aprobada y su ministerio quedaría en manos de él mismo. 

En el año 1503 muere el Papa Alejando VI, padre de César Borgia. Maquiavelo es enviado a Roma para informar sobre todo lo que ocurría con este acontecimiento. Pío III sería su sucesor pero solo por un brevísimo tiempo. 

César Borgia estaba cansado, los años pasaban por encima de él y Maquiavelo veía los errores garrafales que cometía su modelo a seguir. Borgia daría los votos para elegir al nuevo Papa, pero el problema es que esos votos se los dio a un antiguo enemigo de su padre que sería Giulliano della Rovere, o como su nombre papal, Julio II. En efecto, Giulliano della Rovere le prometió fidelidad y lealtad a cambio de los votos y él los aceptó, craso error. Dicho y hecho, una vez nombrado pontífice, Julio II encerró a César Borgia. 

Sacro Imperio Romano Germánico

El Sacro Imperio Romano Germánico era un enemigo poderoso del cual Florencia pensaba que podría aliarse con Francia. Es por esto que Maquiavelo, a través de la Signoria, es enviado a la corte imperial para que pudiera hacer algo frente a la situación del imperio con respecto a Florencia. 

De acuerdo con Maquiavelo, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico era un hombre débil. No tenía poder de decisión y ante la critica más pequeña cedía su voluntad. No era de esperar que hubiese ningún ataque de parte del emperador a Florencia, por lo que Maquiavelo informó que la Signoria podría estar tranquila. 

El Temible Julio II

El Papa Julio II fue tan temible como lo describía Maquiavelo. Se unió con los franceses para atacar Venecia, pero luego cambió de parecer para enfrentarse a los franceses. En esa oportunidad, el Papa convocó a una Liga Santa donde se encontrarían varios estados italianos (a excepción de Florencia) Inglaterra, Alemania, España y Suiza, para hacer frente a los franceses. Florencia estaba en aprietos y finalmente cedió ante el avance de las fuerzas del Papa. Caía Florencia y con ella Maquiavelo tuvo que huir al exilio. 

Los Médici que habían sido expulsados de Florencia, ahora eran restituidos en la ciudad. Maquiavelo es buscado por haber sido colaborador de Piero Soderini (confaloniero de la antigua Florencia) por lo que sufriría duras represalias: su destitución, el exilio y un pago de mil florines (monto exorbitante para la época).

Retiro

En el año 1513, en una lista de posibles conspiradores contra la familia Médici organizada por Pietro Paolo Boscoli estaba el nombre de Maquiavelo. Esta fue la prueba definitiva para inculparlo de aquella conspiración por lo cual es encarcelado y torturado para que confesara. La confesión nunca se produjo pues que su nombre estuviera en la lista, no significaba que sí había conspirado. Sin embargo, fue torturado con una garrucha.

Al momento de llevar casi un mes tras las rejas, Julio II muere y lo sucede Juan de Médici, hijo de Lorenzo el Magnífico, quien llevaría el nombre de Leon X. Acto seguido, Maquiavelo es puesto en libertad por el mismísimo Papa. 

Totalmente retirado, Maquiavelo pasaría sus días en Albergaccio, que era la granja familiar en Percussina. Desde esos años dedica toda su vida al campo y a la tranquilidad, después de haber tenido toda una vida llena de lujos. Por sí mismo, Maquiavelo llamaría a esta etapa de su vida de la siguiente forma:

''post res perditas''

(Después de la pérdida)

Es en esta etapa de su vida cuando se propone escribir su Magnum opus ''El Príncipe'', dedicada a los Médici pues esta familia sería la que le daría el respaldo al ex diplomático. La idea era volver a recuperar la confianza de los príncipes mediceos, y así lo logró haciendo grandes encargos a la familia, aunque nunca alcanzando el puesto tan importante que tuvo con el anterior régimen. 

Desafortunadamente, los Médici fueron nuevamente derrocados y depuestos en Florencia. El régimen savonaroliano (para el que trabajaba Maquiavelo) lo aborreció porque ahora colaboraba con los banqueros. Por lo tanto, Maquiavelo sería repudiado por todo el gobierno actual y se retiraría nuevamente a una vida de pobreza. 

Muerte

Nicolás Maquiavelo muere en 1527 a los 58 años de edad producto de una peritonitis aguda. En consecuencia, sus últimos días los pasó postrado en la cama y fue enterrado en la Iglesia de Santa Croce en Florencia. En su epitafio aparece el siguiente mensaje:

''Tanto nomini nullum par elogium''

(''Ningún elogio hará justicia a tan gran hombre'')

Todo el legado de Maquiavelo tuvo más acogida después de su  muerte que durante su vida. 


Pensamiento

Pragmatismo

Uno de los conceptos más esenciales que podemos ver en Nicolás Maquiavelo es su pragmatismo. No está decidido a mirar lo que se espera de un gobernante, o si es virtuoso o si sigue los patrones bíblicos, sino que se enfoca en los resultados efectivos de ellos. Algo que llamará ''verità effettuale'' que es la realidad efectiva de la acción política. 

El colectivo y no el individual

Si recordamos bien, anterior a Maquiavelo existió un filósofo con las mismas intenciones de describir a un Príncipe. Ese filósofo fue Erasmo de Róterdam, quien en su obra ''Educación del Príncipe Cristiano'' sugiere una forma de gobernador ideal en una república. En este sentido, podemos decir que la obra ''El Príncipe'' de Maquiavelo es todo lo contrario a la obra de Erasmo. 

A Maquiavelo no le importa si el Príncipe es cristiano o no. Lo importante es el colectivo, no el propio individuo. Ahora, si este individuo tiene las opciones para mejorar al colectivo, entonces no debe dudar ni un segundo en ejercer dicha acción, incluso si eso significa traicionar los propios principios. 

Virtù

Muchos sostienen que la palabra ''virtù'' proviene de la palabra en latín ''virtus'' y esta a su vez se traduce en español como ''virtud''. Sin embargo, esta virtù de la que habla Maquiavelo no es la virtud cristiana que todos conocen. Tanto para el pensamiento griego como para el pensamiento medieval, podemos ver que la virtud engloba los siguientes conceptos.

Virtud:

  1. Castidad
  2. Templanza
  3. Caridad
  4. Paciencia
  5. Benevolencia
  6. Concordia
  7. Humildad
  8. Diligencia
  9. Justicia
  10. Disposición a realizar el bien

En cambio, la virtù de Maquiavelo comprende otros conceptos que difieren de los anteriores:

Virtù:

  1. Orgullo
  2. Habilidad
  3. Astucia
  4. Fortaleza
  5. Valentía
  6. Crueldad
  7. Vigor
  8. Osadía
  9. Dureza
  10. Disposición a hacer el mal (si es necesario)
Por cierto, las virtudes y la virtù señaladas no son correlativas, aunque sí hay muchas que son contrarias a las virtudes morales que expusimos anteriormente. 

En El Príncipe, la palabra virtù es repetida 60 veces sin ser definida formalmente. Si bien ya entendemos que estas son las características que debe tener el príncipe, también nos dice Maquiavelo que el gobernador debe servirse de la suerte, es decir, no todo es la virtù, no es infalible, también se necesita suerte (o fortuna). En efecto, la fortuna es la diosa que rige nuestro destino y de la que uno no se puede librar. Sin embargo, el mismo Maquiavelo nos decía que podía llegar a ''domar'' a esta diosa. 

¿Cómo es posible domarla? Maquiavelo señala que debe ser por medio de la virtù. Claro, la diosa favorece aquellos hombres que tienen valor, audacia, orgullo. Estas son las cosas por la que la diosa fortuna se ve atraída y seducida.

Por cierto, es claro que Maquiavelo se refiere a la diosa griega Tiqué, que es la diosa del destino y de la fortuna. 

Ahora ¿por qué no sirven las virtudes cristianas? sirven siempre que cumplan el objetivo de la Razón de Estado, de lo contrario, son inútiles porque de acuerdo al florentino, las virtudes cristianas llevan a la inacción del príncipe y por lo tanto, de ser afectado por el primer golpe del enemigo. 

Ética y política

Maquiavelo nos dice que si bien se debe actuar por el bien del colectivo como una Razón de Estado, sin importar los principios que uno tenga, la verdad es que tampoco llama a realizar el mal solo por realizarlo. El mal tiene que tener una justificación valedera, así como también hacer el bien: ambos necesitan justificación. Por lo tanto, se puede hacer tanto el bien como el mal, mientras la razón sea un bien mayor. 

Lo que se quiere decir es que hay casos donde la crueldad sí está justificada; por ejemplo, cuando al gobernador le hacen daño. Incluso, hay casos en que Maquiavelo también aconseja al Príncipe no mantener su palabra si dicho acuerdo no otorga un beneficio; a contrario sensu, mantenerla si esta reporta un beneficio.

¿El fin justifica los medios?

Esta puede ser la frase que más se le atribuye erróneamente a Maquiavelo. Esta frase en realidad fue escrita por Napoleón Bonaparte en una de sus anotaciones al texto culmine del florentino. 

Aunque esta frase puede coincidir con algunos razonamientos del filósofo, la verdad es que para Maquiavelo los medios deben ser buenos, es decir, deben ser prácticos para el contexto en que se utilizarán. Por lo tanto, podemos deducir de esto que no todos los medios son buenos para alcanzar un fin; si esto es así, entonces entendemos como consecuente que el fin no justifica los medios, si estos medios no nos llevan a un fin adecuado. El fin no puede justificar un mal medio. 

Ahora bien, para Maquiavelo, el único fin justificable es la razón de Estado. En efecto, para Nicolás Maquiavelo, si no se puede sostener la razón de Estado siendo virtuoso (en el sentido cristiano, o ciceroniano) entonces se hará por medio de la virtù

Lo maquiavélico

Si buscamos simplemente ''maquiavélico'' en el Diccionario de la Real Academia Española, nos encontraremos con que su tercera acepción dice: ''astuto o engañoso''. Si se busca ''maquiavelismo'' se tendrán dos interesantes definiciones:

  1. Doctrina política de Maquiavelo, escritor italiano del siglo XVI, fundada en la preeminencia de la razón de Estado sobre cualquier otra de carácter moral
  2. Modo de proceder con astucia, doblez y perfidia

Hoy en día cuando se dice que alguien es maquiavélico, se refiere justamente a esta connotación de astucia, de engaño. Sin embargo,  hemos visto de qué se trata el pensamiento del filósofos florentino, por lo que considerar astuto o engañoso el concepto de maquiavélico, podría conducirnos a un error. Sin embargo, es así como ha quedado en el inconsciente colectivo la palabra maquiavélico, como algo malo. 

Sin embargo, debo decir que la DRAE me sorprende con sus dos definiciones de maquiavelismo, pues la primera aborda perfectamente el pensamiento de Maquiavelo, mientras que la segunda recoge lo que se ha pensado de este término, y que, en cierto sentido, ha quedado mucho más en la posteridad. 

Personalidad

A pesar de todo lo que se pueda pensar de Maquiavelo, la verdad es que en su vida fue muy simpático, alegre y leal. Le encantaba salir a tomar alcohol, las mujeres (aunque estuviera casado) y las largas conversaciones. Se le consideraba un tipo corriente, jovial y con mucho humor. 


Influencia

La fama de Maquiavelo entre los filósofos no es escasa pues desde las áreas menos esperadas siempre se menciona. Sin embargo esto no queda solo restringido a los filósofos sino que también a emperadores y autoridades; por ejemplo, Napoleón Bonaparte fue un comentador de su obra El Príncipe. Podríamos nombrar tanto a James Harrington y Antonio Gramsci, pensadores políticos muy posteriores a Maquiavelo. 

Entre los filósofos podemos nombrar a Francis Bacon destacando el pragmatismo del florentino, además de su honesto examen diciendo que el filósofo ''describe a los hombres por como son, no por como debieran ser''. Baruch Spinoza es otro de los que comenta sobre el filósofo dándole la etiqueta de ''defensor del Estado de derecho''. Jean Jacques Rousseau se referiría a su obra ''El Príncipe'' como un libro totalmente republicano. 

Dirigiéndonos más adelante, Friederich Nietzsche divinizó la obra de Maquiavelo diciendo que no era posible alcanzar dicho príncipe de manera pura, sino que más bien podemos alcanzar solo una aproximación. 

Obras

Las obras de Maquiavelo fueron extraordinariamente notables. Fueron traducidas a muchos idiomas. Muchos dicen que podrían verse como libros de autoayuda, pero esto no es correcto, todo lo contrario. Incluso el mismo Napoleón Bonaparte advierte que la lectura de su libro El Príncipe no debe ser abordada personalmente, es decir, aplicar todas las recomendaciones a la vida personal. 

Estas son algunas de las obras que analizamos:



Como podemos ver tiene muchos textos, unos conocidos como El Príncipe o los Discursos sobre la primera década de Tito Livio; y otros no tanto como sus múltiples discursos políticos y de gobierno. 




Conclusión

Realmente impresionante la vida y obra de Nicolás Maquiavelo. Es importante analizar todo su contexto, pues conocer la obra del filósofo es tan interesante como el relato de su vida. Si bien es verdad que esto no se aplica a todos los filósofos, la verdad es que con Maquiavelo es distinto, el florentino va explicando las cosas que debe hacer el príncipe por medio de lo que escucha, de lo que ve y de lo que ocurre alrededor. Por otro lado, es primera vez en la filosofía que vemos a un autor que hable de otro tipo de virtud, una no muy propia del cristianismo ni de los filósofos más idealistas. 

lunes, 15 de febrero de 2021

Frases célebres de Platón

 


Estas son 10 frases más célebres del filósofo Platón. 


  • La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo

  • El objetivo de la educación es la virtud

  • Quien no es un buen sirviente no será un buen maestro

  • La mayor injusticia es parecer justo sin serlo

  • Existe un solo tipo de virtud y muchas formas de maldad

  • El hombre sabio siempre querrá estar con alguien que es mejor que él

  • El precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres

  • Todo lo que se llama estudiar y aprender no es más que recordar

  • La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho habla poco

  • Dos excesos deben evitarse en la juventud; demasiada dureza y demasiada dulzura

viernes, 12 de febrero de 2021

Francisco de Vitoria - Sobre templanza (De la temperantia) (1537)

El título parece sugerirnos pensar sobre el concepto de templanza ya tratado largamente por muchos filósofos, el cual nos habla sobre la moderación en la conducta de las personas. Todo lo contrario. El título original de esta relección es ''Sobre la templanza o del uso de las comidas'' pero ¿a qué se refiere? la templanza considera la moderación en las comidas, pero a lo que verdaderamente se refiere es a la polémica costumbre que tenían los nativos de comer carne humana. Un tema del que también se había ocupado hablar Bartolomé de Las Casas y otros intelectuales. Es por eso que, debido a la fragilidad del tema, Francisco de Vitoria se propone abordarlo. 

De temperantia

Polémica del consumo de carne humana

A primera perspectiva, pareciera ser que el consumo de carne humana no es mortal y tampoco es ilícito porque no hay un precepto expreso que lo señale. Sin embargo, de acuerdo a Vitoria, el consumo de carne humana es aborrecido por el derecho de gentes. Bajo esto nacen dos proposiciones:

''Es lícito al hombre alimentarse para conservarse''

''El hombre debe conservar la especie por medio del matrimonio''

Sin embargo, si bien conservar la vida es un derecho natural, si un enfermo no comiera cierto alimento por no parecer a gusto, entonces estaría cometiendo pecado mortal lo cual es ridículo. Pero contra estas sentencias, otros nos dicen lo siguiente:

''Todos tenemos obligación de conservar la propia vida''

Esto justamente por derecho natural, el acto de no alimentarse atentaría con este principio; por lo tanto sería pecado.  Todos tenemos la obligación de amarnos a nosotros mismos, porque claro, el que no se conserva no está amándose a sí mismo. Por lo demás, si no tuviera la obligación de amarse a sí mismo, mucho menos la tendría de amar al prójimo. 

Francisco de Vitoria se hace cargo de estos planteamientos y dice que la medicina no es lo mismo que el alimento. El alimento de por sí no puede negarse el hombre, pero sí puede abstenerse de la medicina siendo este no exclusivamente necesario para la conservación. Es decir, el alimento es mucho más necesario que la medicina. 

Luego nos da otra proposición:

''Ningún género de alimento estuvo ni está prohibido al hombre por el derecho natural''

Se dice que el hombre tiene el dominio de todas las bestias que se le ha concedido. En efecto, existían ciertas prohibiciones en la ley judía en la cual ciertos animales estarían prohibidos de comer. Sin embargo, como la ley judía ya cesó (para los cristianos), entonces los animales y la sangre de ellos son ahora lícitos para comer. 

El uso de carne

Por varias razones el uso de carne no estuvo considerado antes del diluvio. El mismo Santo Tomás de Aquino decía que antes del diluvio las carnes eran ilícitas, pues estas representaban una vida regalada. Al contrario, las legumbres y los alimentos traídos de la tierra representaban la vida natural y sencilla

Sin embargo, Francisco de Vitoria no está de acuerdo con el aquinate, sobre todo porque no existe ningún precepto que prohibiera comer carne antes del diluvio. Además, en realidad el no consumo de carne era por una cuestión más de costumbre que de derecho natural. 

En el estado de inocencia, el de Adán y Eva, tampoco había ciertamente obligación a no comer carne, pues el mundo vegetal ya podría saciar el hambre. Sin embargo, el Génesis decía:

''No comeréis carne son sangre''

(Génesis 9)

Por lo tanto, parece ser que la carne sí estaba prohibida por el derecho positivo, pero no por el derecho natural. Aún así, recordemos que esta prohibición sería perteneciente a la antigua ley y no a la actual.

En esto Vitoria saca una gran conclusión:

''No hay género alguno de alimento ni en los animales ni en las plantas que no sea lícito usar, en cuanto al derecho natural y al divino''

Por lo tanto, si esta conclusión ha sido mostrada, entonces debemos hacernos la pregunta central:

''¿Es lícito comer carne humana?''


De acuerdo con Vitoria, en el derecho divino sí estaría prohibido, como pudimos verlo en el pasaje del Génesis.


''Todo lo que se mueve y vive será para vosotros en alimento, pero no comerás carne con sangre''

(Génesis 9)

Pero Vitoria nos dice que lo último dicho ''pero no comerás carne con sangre'', quiere decir que la carne debe comerse cocida, no cruda como es propio de las bestias. 

Comer carne humana es abominable en las naciones y el antecedente está desde hace mucho tiempo. Los mismos griegos cerca del Ponto y del Danubio, algunas tribus se comían a sus parientes luego de muertos. Muchos poetas como Plinio y Homero también hablaban sobre esta abominación. Por lo tanto, como es de tradición que el consumo de carne sea abominable, entonces parece ser que también es de ley natural no comer carne

Ahora ¿es lícito comer carne por necesidad extrema? pareciera ser que sí porque el principio de conservar la vida es de derecho natural. Si no se tiene nada más que comer y está la oportunidad de comer carne humana, entonces, para preservar la vida, no habría problema.

Sin embargo, Vitoria nos dice que de ningún modo es lícito, porque de ser así, si fuera por extrema necesidad, entonces podría darse paso a paso la justificación para comer carne humana en un futuro próximo.

Con el caníbal no se puede razonar y esta irracionalidad lo llevará a quebrantar el derecho natural. En suma, el consumo de carne humana se equipara al homicidio. 

Conclusión

En consecuencia, parece ser que el consumo de carne humana está totalmente prohibida por el pensamiento de Vitoria. La pregunta que puede surgir ¿es esto argumento para someter a los nativos? es una respuesta difícil que algunos se atrevieron a contestar, pero al menos para Vitoria no era un título válido para someterlos, pues de acuerdo con el filósofo, los bárbaros vivían en un estado de ignorancia. Este será el último texto que veremos de Francisco de Vitoria. Nos acercamos a uno de los filósofos más importantes del Renacimiento...

jueves, 11 de febrero de 2021

Francisco de Vitoria - Sobre el aumento y la disminución en la caridad (De augmento caritatis et diminutione) (1535)

 


La caridad es una de las virtudes teologales más importantes en la religión cristiana, la cual significaría el amor a Dios, pero también el amor al prójimo. Hoy en día se ve de manera muy escasa la caridad, y en los tiempos de Francisco de Vitoria parece no ser la excepción. Hablamos de dos cosas que ocurren con la caridad: su aumento y disminución. ¿Qué hace que la caridad aumente y qué hace que disminuya? Todo esto lo veremos en los siguientes apuntes de filosofía. 


Referencias:

(1) No hay información sobre este pensador.


De augmento caritatis et diminutione


Aumento de la caridad

Los actos y la caridad

Unos dicen que la caridad, ya sea por cualquier acto, es una sola siempre. Otros dicen que va dependiendo de la obra que se realice. Sin embargo, también hay una tercera que veremos en orden junto con las demás. 

  1. La caridad, por remiso que sea, aumenta la caridad y la gracia
  2. El acto de caridad, cualquiera que sea, aumenta la gloria, pero un acto remiso no la aumenta
  3. La caridad no se aumenta a no ser que sea un hábito constante

Acerca de la tercera proposición, Vitoria se hace la siguiente pregunta:

''¿Aumenta el hábito según toda su magnitud, o solamente según el exceso sobre el hábito?''

Para aclarar esta pregunta Vitoria realiza un ejercicio básico simple. 

Imaginemos que Pedro realiza un acto que tiene por cantidad el número cuatro y luego un hábito de gracia y caridad de cuatro, y luego agreguemos el mérito.

Acto: 4
Hábito: 4
Caridad: 4
Mérito: 4

Luego hace un segundo acto:

Acto: 8
Hábito: 4 (pero luego se suman 4 más por el acto)
Caridad: 8
Mérito: 12

Aquí vemos que la caridad (o la gloria) es menor que el mérito. En este sentido, entonces podemos ver que el acto solo aumentará por el exceso de hábito que exista. 

De aquí se saca la siguiente conclusión:

''El acto más intenso no acrecienta el hábito según toda su magnitud, sino sólo según el exceso que tiene sobre él''

Un simple acto no aumentará el hábito, pero sí lo aumentará si es intenso y además tiene un exceso sobre él. No obstante, de todas maneras el argumento puede rebatirse diciendo que no todo acto es realizado con todo ímpetu; y por lo tanto, los hábitos no son menos que los actos.

Pero Vitoria nos dice que cuando uno actúa con más ímpetu en un acto, el hábito se acrecienta tanto como el acto. De hecho, siempre que el hábito crezca, el acto crecerá aún más. En consecuencia, una de las causas del aumento de la caridad es el propio acto, que es el comienzo de la caridad y que hace crecer a los demás conceptos (hábito y gracia). 

Ahora nos faltaría hablar sobre la gracia. 

Vitoria nos da la siguiente proposición:

 ''Cualquier acto meritorio aumenta la gracia según su magnitud y no solamente según su exceso sobre el hábito''

La gracia (o la gloria) aumenta según toda la magnitud del acto. Si la gracia es como 4 y el acto como 8, la gracia se hará de 12 grados. Esto se produce porque si el acto es meritorio, entonces este acto es más ''gracioso'' que el acto simplemente, y así la gracia aumenta en 8.
Con esto queda probado que la gracia aumenta según toda la magnitud.

Ahora lo que Vitoria nos dice es que la gracia no es igual a la caridad. En efecto, la gracia crece según toda la magnitud del acto, pero la caridad crece según el exceso del acto. 

Actos remisos

Por otro lado, cuando se realiza un acto remiso ¿hay caridad? Vitoria nos dice en primera instancia que no se aumenta la caridad por hacer actos de este tipo, porque de ser así entonces cualquiera podría verse engañado pensando que aumentó su caridad por un acto sin importancia. 

Sin embargo, para hacer el contraste de esta proposición nos dice que cualquier acto de caridad, por remiso que fuese, se obtiene mayor gloria. Esto se prueba por un versículo de la biblia:

''Cualquiera que de a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, de cierto os digo que perderá su recompensa''
(Mateo 10:42)

No obstante, entonces bien se puede decir que el acto remiso pareciera ser igual de valioso que el acto intenso. Ahora, el acto remiso por sí mismo no aumenta el hábito tanto como sí lo hace el acto intenso. En ese caso, sería necesario que el acto remiso se vuelva constante y continuo en el tiempo para desarrollar más hábito. Por lo tanto, en este sentido los actos remisos multiplicados podrían llegar a tener más hábito que solo un acto intenso, y en consecuencia aumentaría la caridad. Eso sí, no por cualquier acto se incrementa la caridad, debe ser un acto de hábito.

Disminución en la caridad

Pecado venial en la caridad

Por cierto que la caridad debería disminuir puesto que el pecado venial es una ofensa directa a Dios. Otros dicen que no disminuye sino que se elimina por completo la gracia y la caridad. De hecho, esta es la opinión de Altisodoro(1). En todo caso, cuando la caridad se ve interrumpida por un pecado mortal, se dice que ya no hay posibilidad alguna de caridad. 

Sin embargo, de acuerdo a Vitoria, esto no es posible. Es decir, el pecado venial o mortal solo puede disminuir la caridad respecto del pecado en que se cometió; por ejemplo, si se cometió adulterio, entonces la caridad baja con respecto al adulterio, no con respecto a la caridad en sí. 

Por lo demás, los pecados veniales o mortales son determinados, en otras palabras, son limitados en números de actos. En efecto, el hombre puede cometer una cierta cantidad de pecados durante su vida. Lo mismo pasa con las virtudes. No por cometer un pecado venial o mortal las virtudes desaparecen inmediatamente, de hecho, no desaparecen y pueden volver a nacer en la misma persona. 

En consecuencia, la caridad disminuye pero no se elimina por completo. Los pecados veniales y mortales, los cuales Vitoria los equipara puesto que matar a un hombre es un pecado mortal y venial, solo disminuyen la caridad pero no la eliminan.

Conclusión

La caridad tiene sus propias características, y por lo que vemos en el pensamiento de Vitoria esta puede disminuir y aumentar de acuerdo a los actos realizados por el hombre. A primera vista, el filósofo considera que incluso los actos más remisos pueden generar algo de caridad, pero que estos deben ser continuos en el tiempo. Por otro lado, también concluye que los pecados veniales y mortales disminuyen caridad, pero no la eliminan por completo.

miércoles, 10 de febrero de 2021

Francisco de Vitoria - Sobre el poder del papa y del concilio (De potestate papae et concilii) (1534)


Siendo parte de una de las relecciones teológicas, Francisco de Vitoria nos invita a analizar el poder del papa y del concilio frente a las cosas que están sucediendo en el Nuevo Mundo y en Europa. Hemos hablado suficientemente sobre el poder espiritual (o potestad espiritual) que tiene tanto el papa como los grupos eclesiásticos, pero claramente no hemos hablado sobre el rol del papa en sí con este poder. Veamos el interesante pensamiento de Vitoria con respecto a la alta autoridad religiosa.


De potestate papae et concilii


¿Es el Papa superior al Concilio?

En primer lugar, Francisco de Vitoria aclara que no hay una superioridad completa de parte de uno o de otro, sino que uno es superior en algunas cosas y otro en otras. En esta relección revisaremos en qué cosas el Papa es superior al Concilio y en qué cosas no lo es.

De acuerdo con algunos, el Papa no es superior al concilio porque éste no puede inmutar los decretos del concilio. El Papa, por cierto, debe siempre recordar el versículo de Cristo:

''¿Quién me hizo juez o árbitro sobre vosotros?''
(Lucas 12:14)

Sin embargo, el Papa sí pareciera que puede dispensar muchas cosas que son de derecho divino, por ejemplo, el matrimonio. Sin embargo, para Vitoria no es que el Papa esté por sobre este derecho divino. La institución del matrimonio, para su consumación, necesita de la autoridad de Dios y de la Iglesia. El Papa en este caso sería solo un mediador. 

Por otro lado, se dice que el Papa sí puede dispensar los votos. El Papa no puede obligar a nadie a realizar los votos, pero una vez dentro puede quitarlos. En efecto, el voto es un acto personal, voluntario. 

Otros dicen que la bigamia y el homicidio son cosas dispensadas por el Papa, pero esto no es así. El homicidio y la bigamia son cosas que incluso estuvieron prohibidas por los apóstoles, por lo demás, estas dos cosas ni siquiera son de derecho natural. 

Un tercer argumento sobre el poder del Papa se basa en la siguiente reflexión: ''El Papa es Vicario o Legado de Cristo''. No obstante, al Papa solo le ha sido concedido el perdón de los pecados y no la relajación de los mandatos.

Poder entre el papa y el concilio

Si bien habíamos dicho que el poder del Concilio está por sobre el poder del Papa, la verdad es que no siempre el Papa está obstaculizado por el Concilio. Bien puede ser que existiendo un conflicto en que el Papa no acuerde, se atenderá a la opinión del Concilio y éste prevalecerá. El Papa, ciertamente, tiene la administración general de todos los asuntos eclesiásticos. 

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el Poder del Concilio no es total sobre el Papa. Sí es un órgano superior, pero no tiene control total. Esto se prueba en que el Concilio no puede dispensar a algún obispo, pues esa es labor del Papa. Si el Concilio tuviera poder total sobre el Papa y sus funciones, entonces no tendría sentido tener un Papa. En este sentido, al Concilio no le es permitido quitarle al Papa el poder de dispensar. 

La Condición del Papa

El Papa sigue siendo un hombre que puede pecar gravemente. Por lo tanto, si el Papa violara alguna ley o las derogara todas, no le sería lícito realizar tal acto y sería invalidado por el Concilio. Además, si el Papa quisiera abrogar alguna ley, entonces necesitará de una causa justa para hacerlo. Es el mismo Santo Tomás de Aquino quien dice que la dispensa no se puede hacer jamás contrariando el bien común (entendiendo como bien común la ley racional). De aquí se entiende que la dispensa no puede ser privada, sino que más bien dirigida al bien común y bajo las reglas de la razón. 

En consecuencia, Francisco de Vitoria nos dice que existen ciertas cosas en las que el Concilio es superior, mientras que existen otras donde el Papa es superior. Vitoria no quiere caer en comparaciones que mitiguen la relación entre ambos, sino que quiere establecer claramente las atribuciones. 

Conclusión

En tiempos de Francisco de Vitoria había dos posturas irreconciliables quienes eran los conciliaristas, a favor del Concilio y los papalistas, aquellos que defendían la potestad del Papa. Vitoria no estaba en ninguno de estos frentes y por el contrario, buscaba explicar que las atribuciones son recíprocas en el sentido de que existen cosas en las que tienen y no tienen jurisdicción. Muchos consideran a Vitoria un conciliarista, pero la verdad es que la potestad del Papa nunca la deja de lado. Por lo demás, deja en claro desde el primer momento su verdadera postura. 

lunes, 8 de febrero de 2021

Derecho de gentes (Ius gentium)



Derecho de gentes

(Ius gentium)

El derecho de gentes es un concepto perteneciente a la ley internacional dentro del sistema legal de la antigua Roma, y de las leyes occidentales que posteriormente se influenciaron de éste. El derecho de gentes no es un cuerpo o estatuto legal, sino más bien una Derecho Consuetudinario (derecho de la costumbre).

Nace con la necesidad de crear vínculos comerciales con los demás pueblos. Se dice que primer existió el ius civile y luego nació el ius gentium.

Antigua Roma

Marco Tulio Cicerón

En la Antigua Roma, el ius gentium era considerado parte del derecho natural, distinguiéndose así del ius civile (derecho civil) señalado como una construcción del hombre o bien del derecho positivo. El jurista Gayo lo definía de la siguiente forma:

''La razón natural que se ha establecido entre todas las personas''

En efecto, el ius gentium se entendía como innato en todos los seres humanos, una concepción muy ligada al estoicismo. Fue Marco Tulio Cicerón quien lo distinguió certeramente entre las cosas que se escriben y otras que no, y estas últimas pertenecerían en aquellas consideradas en el mores maiorum que era el código que existía antes de la Ley de las XII tablas. En su tratado, Cicerón consideraba el ius gentium como un alto código de autoridad moral, ya que tenía requerimientos que iban más allá de la ley civil (o de aquello que estaba escrito). 

Por otro lado, no hay que pensar que el derecho de gentes se refiere a los derechos humanos, pues para los romanos había un concepto de ''gens'' y ''humanitas'', siendo las gens las personas que no pertenecían al imperio y por humanitas todos los seres humanos.

En todo caso, el ius gentium también tenía una parte positiva porque dentro del derecho positivo existe una división entre formal e informal; a éste último también pertenecería el ius gentium.

Ulpiano y Hermogeniano

En el siglo II, el jurista Ulpiano dividió la ley en tres categorías:

  1. Ley natural: la que gobierna humanos y animales
  2. Ley de las naciones: que era distintivamente humana
  3. Ley civil: cuerpo específico de leyes correspondiente a las personas

En el siglo III, el jurista Hermogeniano relacionó el ius gentium con la guerra, intereses nacionales, reinados, soberanos, propiedades, asentamientos y comercio. 

En resumen, el ius gentium fue de utilidad para regular las relaciones entre las distintas naciones. 

Edad Media

Santo Tomás de Aquino

De acuerdo con el aquinate, el derecho de gentes está dentro del derecho natural porque el hombre por naturaleza es un animal social, y la relación que ejerce en el derecho de gentes es una función social. Para Santo Tomás de Aquino, el derecho de gentes regula una función fundamental entre las naciones: el comercio. 

Christian Thomasius

Al contrario de Santo Tomás de Aquino, Christian Thomasius cree que el derecho de gentes no es un derecho natural porque es un derecho mutable, cambia con el tiempo. Sin embargo, tampoco es un derecho positivo porque de él rigen ciertas reglas del derecho natural (como el acto de relacionarse).

Renacimiento

Francisco de Vitoria

Francisco de Vitoria modificaría el concepto de ius gentium centrándolo en las personas. Para Vitoria, la libre circulación de las personas en el orbe era fundamental, y, como bien común internacional, es superior al bien de los Estados. En consecuencia, esto hizo que las relaciones de Estados, en vez de estar basadas en la fuerza, estuvieran basadas en la justicia y el derecho. 

En cuanto a situar el derecho de gentes en el derecho natural o en el derecho positivo, la verdad es que en Vitoria no hay consenso. Parece ser unas veces de derecho natural y otras de derecho positivo. De derecho natural porque la comunicación, la asociación y la necesidad de comercio es natural en el hombre; de derecho positivo, porque se crean instituciones para regular el derecho de gentes (que a opinión de Vitoria ya carecería de una fuente natural).

Francisco de Suárez

Para Suárez, el derecho de gentes sería un tanto diferente a la concepción de Vitoria. Para el filósofo el derecho de gentes está entre el derecho natural y el derecho civil. 

En primer lugar, el derecho de gentes se diferencia del derecho natural porque el derecho natural es inmutable, universal y necesario; en cambio, el derecho de gentes no está en la naturaleza humana sino que depende exclusivamente de la voluntad de ella. El derecho de gentes, en fin, es convencional, no obliga a algo justo o injusto como sí lo hace el derecho natural.

En segundo lugar, el derecho de gentes se diferencia del derecho civil, porque, a pesar de que ambos sean positivos, el derecho civil es distinto en todos los países. El derecho de gentes es solo uno y depende siempre de la voluntad de los Estados. 


Conclusión

La inmutabilidad del derecho natural hace que el derecho de gentes pueda quedar en segundo lugar. Sin embargo, hoy en día se ha considerado el derecho de gentes, mirado en retrospectiva, como un derecho esencial y fundamental en cada ser humano. Es cierto, el derecho de gentes está dentro del derecho natural en tanto forma parte de la naturaleza del hombre crear relaciones, pero también es cierto que está altamente regulado y es altamente cambiable,

viernes, 5 de febrero de 2021

Francisco de Vitoria - Sobre el derecho de guerra de los españoles en los bárbaros (De Jure belli Hispanorum in barbaros) (1532)




Teniendo en cuenta todos los preceptos bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento ¿les es lícito a los cristianos españoles hacer la guerra? una pregunta difícil de contestar pero es Francisco de Vitoria quien nos responderá de manera definitiva. Hasta ahora hemos visto argumentos a favor de la colonización y otros en contra. Claro, dependiendo de la perspectiva del derecho natural y el derecho de gentes, las decisiones de hacer la guerra a los nativos se vuelven un poco confusas. Veamos lo que nos depara esta vez el filósofo.


De Jure belli Hispanorum in barbaros

Cuarta Parte

La guerra para el cristiano

En primer lugar, parece ser que a los cristianos les está prohibida la guerra por los siguientes preceptos:

''No venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira''

(Epístola a los Romanos 12)


''Si alguno te hiriere la mejilla derecha, preséntale también la izquierda, porque yo les mando no resistir el mal''

(Mateo 5)


''Todo el que tomare la espada, por la espada perecerá''

(Mateo 26:52)


Por estos preceptos se dice inmediatamente que la guerra está prohibida para los cristianos. Esto lo argumenta el mismo Martín Lutero, apoyándose en estos argumentos y además diciendo que las guerras que efectivamente ocasionaron los cristianos fueron por mandato de Dios y que los cristianos no pueden resistirse a ese mandato.

Sin embargo, Francisco de Vitoria no está de acuerdo con los argumentos presentados por Martín Lutero. De hecho, Vitoria nos dice que si la guerra no fuera lícita, entonces hubiese sido imposible que Abraham haya podido pelear contra cuatro reyes, o que David se pudiera enfrentar a los ejércitos. Por lo demás, en ningún lugar de la biblia se dice expresamente que se prohíba la guerra en cualquiera de sus formas. 

Autoridad para declarar la guerra

Todos están autorizados a defenderse en la medida de lo posible y por supuesto, si alguien cualquiera es atacado, entonces está justificado de hacer la guerra contra aquel que lo ha injuriado. Sin embargo, la propia defensa debe realizarse en el momento en que se es atacado, y no cuando ya ha pasado mucho tiempo. 

Ahora quien sí tiene la posibilidad de vengar un injuria pasado el tiempo es la República. Esto porque de no ser así, entonces los enemigos podrían ver la posibilidad de atacar nuevamente al ver que la república no se defiende. 

La causa justa para la guerra

Francisco de Vitoria es muy estricto en cuanto a la posibilidad de iniciar una guerra. La causa debe ser estrictamente la injuria recibida. El príncipe no tiene derecho para esgrimir la espada a menos que haya recibido injuria por el enemigo. 

Pero tampoco hace falta una injuria cualquiera para declarar la guerra. Esto porque así como existen distintas penas en el ordenamiento jurídico interno, también existen grados de injurias por lo que no es lícito iniciar una guerra. Si existe una injuria leve, esta no sería suficiente para iniciar una guerra. 

Los funcionarios con poca importancia no pueden ser, sus declaraciones, causas de una guerra. Si esto fuera así, entonces la guerra estaría dada por cualquiera que cometa injuria. Tampoco puede iniciarse una guerra por disipar las dudas, es decir, si un pueblo está en dudas de tener una guerra, el otro no puede por medio de las armas persuadirlo a que enfrente una (aunque sin más remedio la guerra se iniciaría ilícitamente).

Inocentes en la guerra

¿Es lícito matar inocentes en la guerra? pareciera ser que sí pues los hijos de Israel mataron niños como consta de Josué hasta Jericó, y después en Saúl. Pero esto está permitido siempre que la causa de la guerra sea justa. 

Pero nunca deben ser muertos por sí o deliberadamente, pues consta en el Éxodo 13: No matarás al inocente y al justo. Así también lo establece el Deuteronomio diciendo que solo se debe ultimar a los hombres, no a mujeres ni niños. El Deuteronomio 20 tiene todas las instrucciones para proceder en caso de una guerra. 

Conclusión

Podemos sacar como conclusión entonces, que la guerra que es justa solo procede cuando por parte de otra nación se ha cometido una injuria. Tal y como lo dijo el mismo Francisco de Vitoria en textos anteriores, cuando se injuria a alguien, entonces ese alguien tiene el derecho para vengarse y restituir aquello que ha sido injuriado. En otras palabras, frente a la defensa, la guerra se vuelve justa.