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domingo, 1 de julio de 2018

Papa Urbano II - Vida y obra (1035 - 1099).

El personaje clave para entender la Primera Cruzada que se desarrolló en el siglo XI donde se enfrentaron católicos y musulmanes: el Papa Urbano II. Nació en los convulsionados años del 1035 que significaba una de las primeras revueltas violentas ocasionadas por la religión. Su rol como Papa no solo fue importante en las cruzadas sino que también en las reformas de la iglesia. También logró fortalecer al papado logrando que este se convirtiera en una entidad política más importante. 

Referencias:

(1) Simonía era la compra y venta de lo espiritual por bienes materiales. La primera controversia de esto se inició con un hombre llamado Simón el Mago quien quiso comprar los poderes de San Pedro.

PAPA URBANO II


Primeros años

Su nombre de nacimiento fue Eudes (o como otros le dicen Odón) de Chatillon y nació el año 1035 en Francia. Proveniente de la familia Chatillon-sur-Marne. Después de sus estudios en Soissons y Reims, Urbano tomó la posición de archidiácono en la diócesis de Reims la cual era la capital más importante de Francia. 

Carrera

Esta posición la tomaría de 1055 a 1067 y luego en 1070 se convirtió en monje superior en Cluny. Ganó experiencia en los asuntos eclesiásticos. En el año 1079 se dirigió a Roma proseguir sus estudios y posteriormente convertirse en cardenal y obispo de Ostia por el Papa Gregorio VII.

En el año 1084 Gregorio VII lo envía como delegado del Papa a Alemania. El Sacro Imperio Romano Germánico tenía a Gregorio VII como el Papa pero una vez que este tuvo problemas que llevaron a una lucha con Enrique IV de Inglaterra, Odón quedaría como el Papa legítimo preventivo en ese tiempo. 

Ya para el año 1085 Gregorio VII muere y deja su puesto a Víctor III quien muere poco tiempo después (1087). Después de un largo tiempo, Odón fue hecho Papa en el año el 12 de Marzo de 1088. 

Papado de Urbano II

Conflicto con Enrique IV y Clemente III

En su proclamación como Papa, Odón decidió que se le diera el nombre de Urbano II. Sus primeras reformas tenían que ver con todo lo que deseaban los poderes eclesiásticos, los cuales conocía muy bien sus intereses. 

Sin embargo, en esos años tuvo muchos problemas con el antipapa llamado Clemente III quien recibía todo el apoyo de Enrique IV, el rey germánico. Esto desencadenaba un gran problema porque de este modo, Clemente III se convertiría en el antipapa, es decir, un Papa que es elegido por otras autoridades aparte de la Iglesia Católica. Urbano II logró excomulgar tanto a Clemente III y a Enrique IV que apoyó al anterior.

Ley de las investiduras

Una de las cosas por las que se recuerda Urbano II fue su contingencia con la ley de las investiduras, que trataba sobre las vestiduras que los laicos debían usar.

La controversia se inicia con la simonía(1) de algunos eclesiásticos con la cual Gregorio VII tuvo que acabar iniciando algunas reformas. Urbano II al igual que Gregorio estuvo en contra de la simonía. 

El problema de las investiduras es que están eran elegidas por la máxima autoridad del Estado, quien podía ser laico o religioso. Por lo tanto, tanto Gregorio VII como Urbano II lucharon porque la Iglesia fuera la que eligiera estas vestiduras y no los políticos. 

Reforma 

Uno de los desarrollos más importantes que hizo Urbano II fue a la Curia Romana, la cual se trataba de la administración papal dentro de la Iglesia, además de controlar la escuela de los cardenales. 

El término se conocía desde mucho antes, pero por primera vez se vió en 1089 escrito por Urbano II.

Primera Cruzada

La primera aparición del Papa Urbano II se dio en el Concilio de Piacenza, donde se encontró con el emperador Bizantino Alejo I quien le pidió ayuda contra los musulmanes que estaban apoderándose de Anatolia. 

La intención de Urbano II era que, al ayudar al emperador Alejo I a alejar a los musulmanes de Anatolia, este lograría una mayor unión de las iglesias en Europa además de alejarla del poder de los turcos. A esta lucha que la Iglesia Católica tuvo con los musulmanes, Urbano II la llamó elocuentemente ''Cruzada'' en el Concilio de Clermont. 

Sin embargo, con el paso de los años, Urbano II trataba de reconciliarse con las otras naciones. No lo logró. De hecho, su conflicto con el Rey Guillermo II se atenuó y también con el célebre filósofo San Anselmo de Canterbury. De ahí que el único apoyo que recibió Urbano II fue en Francia y Sicilia, además de España ya que estaba en contra de que los musulmanes la tomaran.

Siempre trató de conciliar a la iglesia romana y griega, pero la verdad es que nunca lo logró. Su último proyecto en la cruzada fue tomar Jerusalén 1099, pero esto nunca ocurrió. 

Muerte de Urbano II

Urbano II muere un 29 de Julio en el año 1099 siendo su sucesor el Papa Pascal II. En el año 1881 Urbano II fue beatificado por el Papa León XIII para que su día festivo fuera el 29 de Julio. 

Conclusión

Tenemos aquí a uno de los emprendedores de la Primera Cruzada de la historia. Como podemos ver esta se inicia con el apoyo de Urbano II luego de entrar en guerra contra los musulmanes. No obstante esto, en Urbano II vemos las dos caras de la moneda, puesto que por un lado vemos a un hombre que quiere conciliar las partes con los que fueron contrarios a él; mientras que por otro se lanza a la lucha. ¿Será que es una condición normal de la naturaleza humana?

sábado, 30 de junio de 2018

San Anselmo de Canterbury - De Concordia (Primera Controversia: Presciencia y libre albedrío) (1107 -1108)

Este es el último libro que analizaremos de San Anselmo de Canterbury, comprendiendo que los textos que hemos visto son estrictamente filosóficos. Por fin podremos ver la relación que tiene el libre albedrío que se hablaba anteriormente, junto con el tema de la predestinación donde se supone que el hombre, además de ser libre, es guiado por el camino de Dios. ¿Acaso no representa una contradicción suponer tal cosa? San Anselmo nos lo aclara en el siguiente libro llamado ''De Concordia''. 

Referencias:

(1) También podría ser por obligatoriedad.
(2) Quien Séneca consideraba que era perfecto.
(3) Esto fue planteado por San Agustín de Hipona cuando hablaba del bautismo. Una vez que el hombre conoce el bautismo, este no tiene justificación para cometer el mal pues ya lo sabe distinguir.
(4) Otro pensamiento de San Agustín sobre el mal y su inexistencia.
De Concordia



Primera Controversia: Presciencia y libre albedrío

Compatibilidad

La incompatibilidad de estos dos conceptos es desconcertante para cualquiera. Si se tiene conocimiento previo no puede tenerse libre elección. Para aclarar este problema, Anselmo nos propone que conceptualicemos los términos de la siguiente manera:

  1. Conocimiento previo: el conocimiento de Dios sobre los acontecimientos futuros.
  2. Libre elección: aquello que pasa sin ninguna necesidad(1).

Si algo ocurre sin necesidad, entonces Dios lo sabría de inmediato siendo que él es el ser que puede saberlo. En otras palabras, Dios puede prever sin problemas aquello que va a ocurrir sin necesidad, es decir, todo aquello que sea libre elección. 

Hasta aquí parece que el tema se podría cerrar sin ninguna necesidad, pero bien se podría decir a Dios: 

  • ¿por qué no quita de mí el mal siendo que él lo prevé

Anselmo nos dice que lo que el hombre pecador hace lo hace sin necesidad por lo que Dios sabe ambos: que sabe que pecaras sin necesidad y que sabe que no pecaras sin necesidad. 

Pero se puede seguir reprochando: 

  • ¿Acaso por el conocimiento de Dios es que yo peco por necesidad o sin necesidad?

Esto conlleva un problema pues si se sabe que peco estoy obligado a pecar, y si no peco, entonces significa que estoy restringido de la voluntad de pecar, lo cual acabaría con la libertad de elección. 

Anselmo responde a esta cuestión diciendo que la necesidad no implica una obligación; por ejemplo, Dios es necesariamente poderoso, así como también es necesario que no sea injusto. Esto no implica ninguna obligación como Dios, lo cual también implica que no hay obligación en el hombre de pecar. El hombre tiene voluntad para pecar o no pecar, por lo que aquello está en sus manos. Pecar no es algo necesario sino que más bien volitivo. 

La necesidad está en esas cosas intrínsecas a un ser; por ejemplo, si un ser siempre ha sido blanco, por necesidad es blanco. En cambio, un ser cambiante no es necesariamente blanco. Por otro lado, la necesidad sería aquello que no tiene cambio; por ejemplo, cuando hablamos del presente: ''Él es un hombre'' que es una verdad general o cuando hablamos del futuro: ''Él caminará a su casa''.

Las frases anteriores del presente y futuro pueden cambiar dependiendo del evento. Por ejemplo, el hombre puede ir en caballo a su casa, o puede dejar de ser hombre. En este sentido, el pasado es el único tiempo inmodificable(2)

La voluntad es lo que determina por fin si un evento ocurre por necesidad o no, aunque hay cosas, dice Anselmo, que siempre ocurrirán como por ejemplo, que el sol salga por el este y vaya hacia el oeste. 

Eternidad y temporalidad

En otras palabras, podríamos decir que tenemos cosas temporales y eternas. Las eternas ocurren por necesidad mientras que las temporales ocurren por voluntad; por ejemplo, pecar es un acto voluntario y por lo tanto temporal así como también la habilidad para no pecar. 

Libre elección

Mucha gente cree que la libre elección (o libre albedrío) no le servirá de nada, ya que el conocimiento de Dios determinará si va al infierno o no. Sin embargo, el conocimiento de Dios no representa la necesidad del hombre a pecar, es decir, Dios sabe si el hombre pecara o no pecara lo que no quiere decir que Dios esté actuando como un ente de obligación. En otras palabras, el sabe que pasará con él y el hombre decide libremente lo que concierne al pecado. 

Ahora, cuando el hombre llega a la edad del entendimiento, entonces este no tiene ninguna justificación para cometer el mal(3).

¿El mal en Dios?

Sería absurdo pensar que las cosas existieron primero y después Dios, pero puede ser riesgoso pensar que Dios hizo todas las cosas porque en ese sentido también diríamos que creó el mal. 

Sin embargo, ¿de dónde viene el mal? De acuerdo con Anselmo, el mal sería una falta de bien, es decir, el mal no tendría una cualidad siquiera; sería ausencia(4). Toda la bondad del hombre depende de su voluntad, por quien hace la voluntad de Dios que es buena está haciendo el bien, mientras que quien carece de esta bondad hace el mal. 

Recordemos un poco lo dicho por San Agustín cinco siglos antes: la verdad se refiere a todo lo que es verdadero y existe; el mal se refiere a todo lo que es falso y por lo tanto no existe. Tal como dijo San Agustín, la verdad es equivalente a la existencia y el mal es equivalente a la inexistencia.

Conclusión

Aquí tenemos una de las primeras conciliaciones del Libre Albedrío y la Presciencia que nos da Anselmo de Canterbury. Sin embargo, este no es el fin pues aún nos queda por hablar siendo esta la primera controversia. Realmente tenemos la influencia de San Agustín, pues supongo que junto con los árabes fue una de las pocas referencias que Anselmo pudo tener en esos tiempos. Quedémonos por ahora con esta visión del libre albedrío que este filósofo nos da.