Pedro Abelardo (1079 - 1142) |
Una de las figuras más prestigiosas del siglo XII es Pedro Abelardo quien dio el método de investigación para las universidades medievales. Se adelantó a algunos filósofos como Descartes introduciendo la duda como un método viable de investigación. Muchas de sus obras fueron censuradas y unas otras destruidas al ser considerada heréticas, pero bien nos queda lo esencial de este filósofo. Este hombre no sólo dedicó su vida a la filosofía y a la teología, sino que también construyó su propia biografía y sus propios poemas. Una vida interesante en un contexto muy difícil de Europa, pero aquí lo tenemos, Pedro Abelardo.
Pedro Abelardo
Infancia
Estudios
Su nombre en francés fue Pierre le Pallet ya que era de esa misma localidad: De Pallet. Nació en el año 1079 en el este de Nantes, Bretaña. Su padre, al ver lo inteligente que el joven Abelardo era, lo puso a estudiar las artes liberales donde aprendió dialéctica en vez de iniciarlo en una carrera militar como su padre (que por cierto era Caballero).
Fue discípulo de Roscelino de Compiègne, que, recordemos, había sido condenado por San Anselmo de Canterbury por nominalismo, también de Guillermo de Champeaux y de Anselmo de Laon.
Abelardo siempre se mostró insatisfecho con las enseñanzas que recibía, sobre todo de sus maestros que eran nominalistas. De hecho, se dice que Abelardo discutía mucho con Guillermo, tanto así que trató este último a Abelardo de ''arrogante''. Intentó por algunos años tener su propia escuela en las localidades de Melun y Corbeil, pero Abelardo levantó una escuela en la colina de Santa Genoveva en París que le dio mucho más éxito.
Ocupó la cátedra de la escuela de Notre-Dame entre los años 1114 y 1118, y dicho tiempo fue donde explotó todo su conocimiento acerca de la teología y la dialéctica. Fue su período de oro.
Eloísa la literata
Así como Abelardo recibía muchos estudiantes y mucha gente, sería difícil no haberse visto envuelto en un romance. Abelardo estaba impresionado con una muchacha con quien mantuvo una correspondencia en latín y en hebreo.
El padre de Eloísa era Fulbert, un canónigo que, viendo la relación que tenían los dos los separó; sin embargo, Eloísa y Abelardo seguían viéndose en secreto. Eloísa se embarazó y tuvo un hijo que ambos llamaron Astrolabe quien sería un científico instrumental.
Finalmente, la pareja se casó en secreto para no enojar al padre de Eloísa, pero cuando se supo que estaban casados y Eloísa lo negó, Abelardo la envió a un convento en Argenteuil.
Fulbert estaba furioso porque creía que Abelardo quería deshacerse de Eloísa y por esto, envió a unos hombres a su casa para que entraran y lo castraran como efectivamente se hizo.
Para evitar más problemas, Abelardo hizo los votos y se convirtió en monje, insistiendo que Eloísa debía hacer lo mismo (cosa que ella cuestionaba porque no quería la vida monacal).
Para evitar más problemas, Abelardo hizo los votos y se convirtió en monje, insistiendo que Eloísa debía hacer lo mismo (cosa que ella cuestionaba porque no quería la vida monacal).
Controversia con sus obras
Abelardo se quedó hasta los 40 años en la abadía de San Denis insatisfecho de las enseñanzas de aquel lugar. Decidió salirse y fundar nuevamente una escuela para seguir sus enseñanzas filosóficas. Para ese período terminaría su obra ''Sic et non''.
Luego publicaría una obra llamada ''Theologia summi boni'', que fue fuertemente criticada por Anselmo de Laon y sus discípulos. Lo condenaron de herejía en el concilio de Soissons en el año 1121, mientras que en el concilio de Sens, en el año 1140, por atentar con la cosmovisión y lógica cristiana.
Abelardo se vio muy complicado pero su fama crecía entre los estudiantes de teología. En la escuela de Claraval, Abelardo provocó mucha polémica y el abad Bernardo Claraval (quien impulso la Segunda Cruzada) vio las obras de Abelardo como heréticas y las condenó totalmente.
En un debate, San Bernardo lo venció y acto seguido, Abelardo fue condenado a cadena perpetua. Las obras de Abelardo serían en efecto condenadas en Paracleto que era donde Bernardo Claraval enseñaba. Tiempo después el obispo de Cluny, Pedro el Venerable, haría que los dos hicieran las paces.
En un debate, San Bernardo lo venció y acto seguido, Abelardo fue condenado a cadena perpetua. Las obras de Abelardo serían en efecto condenadas en Paracleto que era donde Bernardo Claraval enseñaba. Tiempo después el obispo de Cluny, Pedro el Venerable, haría que los dos hicieran las paces.
Muerte de Pedro Abelardo
Finalmente, Pedro Abelardo busca acogimiento en Cuny con el abad Pedro el Venerable de la abadía benedictina del mismo lugar. El filósofo muere en el año 1142 a la edad de 63 años y su cuerpo fue llevado a el Paracleto donde también llevaron a Eloisa, que había muerto 22 años más tarde; los habían enterrado juntos.
Su tumba dice:
''Sócrates en Francia, sumo Platón en Occidente, moderno Aristóteles, émulo o mayor de los dialécticos de todos los tiempos; príncipe de los estudios, famoso en el mundo, genio multifacético, penetrante y agudo; todo lo superaba con el poder de la razón y el arte de la palabra: este era Abelardo''.
Como podemos ver, a pesar de que sus obras se condenaron, su influencia siguió viva en el pensamiento medieval.
Pensamiento
El problema de los Universales
En este blog hemos hablado de manera amplia sobre la existencia de los Universales, y es así que Abelardo no se excluye de ellos.
Para Abelardo, los Universales no son cosas ni tampoco nombres, sino que son realidades que se predican a través del lenguaje inventado por el hombre. Lo que realmente importa no es la cosa (res) o la voz (vox), lo que realmente importa es la significación (sermo). Los Universales pertenecen a la ciencia del discurso y es ahí donde deben su existencia.
Por lo tanto, Abelardo, si bien dice que no tienen una existencia en sí mismos (rechazando el realismo exagerado), el filósofo francés defiende la opción de que los universales serían un ''sermo'', más que res o vox; por lo tanto, Abelardo sería realista moderado.
Método de investigación
Abelardo tenía un propósito investigativo dentro de la filosofía y la teología, este principio era la duda metódica.
Para investigar un problema se deben tener las siguientes consideraciones en orden:
Por lo tanto, Abelardo, si bien dice que no tienen una existencia en sí mismos (rechazando el realismo exagerado), el filósofo francés defiende la opción de que los universales serían un ''sermo'', más que res o vox; por lo tanto, Abelardo sería realista moderado.
Método de investigación
Abelardo tenía un propósito investigativo dentro de la filosofía y la teología, este principio era la duda metódica.
Para investigar un problema se deben tener las siguientes consideraciones en orden:
- Investigación histórico lingüística.
- Autenticidad del texto.
- Examen crítico de los textos que hagan referencia al texto analizado.
- No confundir la opinión personal con la del autor.
Pareciera ser que estas reglas son básicas en toda investigación, pero Abelardo sabe que estas no son esenciales para comprender en su totalidad las Sagradas Escrituras. Aún falta la interpretación que se le de a las escrituras.
Ratio
Para Abelardo, la dialéctica es lo principal para acercarse a la verdad, y por eso se crea la ratio, que sería un instrumento de tesis y afirmaciones que llevan a lo verosímil ahorrando especulaciones y exageraciones.
La ratio propone llegar no a la verdad en sí, pues ese no era el objetivo sino que más bien tener una aproximación a aquella por medio de la razón. De esta manera, Abelardo se aleja del pensamiento de San Agustín donde decía que la razón confirma la fe, al contrario, Abelardo dirá ''La fe confirma la razón''.
Conciencia y moral
En la moral de Abelardo la intención juega un papel primordial. En efecto, lo más importante, dice Abelardo, no son las acciones puesto que estas por sí mismas no son nada, sino que más bien son las intenciones lo que cuentan. De hecho, las acciones pueden ser buenas o malas dependiendo de la intención que se tenga.
Sin embargo, esto nos lleva a pensar que si alguien ha cometido pecado, pero sin la intención de cometerlo, entonces no ha cometido pecado alguno. En ese sentido, pareciera ser que la moral tiene una orden para Dios, pues si se ve que la intención es buena, entonces no habría pecado y no habría castigo. En este sentido, el pecado no sería una voluntad sino que más bien un consentimiento.
En total, la intención del hombre no basta que parezca buena, sino que tiene que ser buena ante los ojos de Dios.
Sin embargo, esto nos lleva a pensar que si alguien ha cometido pecado, pero sin la intención de cometerlo, entonces no ha cometido pecado alguno. En ese sentido, pareciera ser que la moral tiene una orden para Dios, pues si se ve que la intención es buena, entonces no habría pecado y no habría castigo. En este sentido, el pecado no sería una voluntad sino que más bien un consentimiento.
En total, la intención del hombre no basta que parezca buena, sino que tiene que ser buena ante los ojos de Dios.
Obras
Presentaremos las obras filosóficas de Pedro Abelardo en conjunto con su biografía y otras cosas.
- Lógica ingredientibus: uno de sus tratados más importantes en cuanto a lógica, donde ofrece una solución al problema de los Universales.
- Diálogo entre un filósofo, un judío y un cristiano: un escrito filosófico que busca reconciliar la filosofía con la teología desde distintas religiones.
Parte I: Ley natural y Ley mosaica
Parte II: Ley cristiana
Parte III: El sumo mal
- Conócete a tí mismo: otro escrito de ética abordado desde la mirada de la conciencia.
Capítulos I - X
Capítulos XI - XXI
Capítulos XXII - XXVI - Cartas a Eloísa: la correspondencia que el filósofo tuvo con su amada.
- Confesión de fe: cartas de Abelardo donde confiesa sus errores y retractaciones.
- Errores de Abelardo: las razones de San Bernardo para condenar la teoría de Pedro Abelardo.
- Sic et non: libro en donde Abelardo expone las razones del porqué se encuentran contradicciones en los dichos de los Padres de la Iglesia.
Todas estas obras influyeron positivamente en todos los filósofos posteriores, e incluso algunos se vieron inspirados en ellas utilizando algunas ideas.
Conclusión
La vida de Abelardo sube y baja de emociones y experiencias, de las cuales aún así pudo escribir en vida. Veo en la biografía de Abelardo que éste se adelanta por lo menos a 2 filósofos fundamentales: Renato Descartes e Immanuel Kant. Uno con la duda metódica y el otro por el exámen de la conciencia. Sin dudas un filósofo interesante de analizar que estaremos viendo en los siguientes apuntes de filosofía.