¿Qué es el bien y el mal?
(Parte I: La antigua Grecia)
Es quizás una de las preguntas más trascendentes de la filosofía. El problema del bien y el mal se ha abordado en las distintas líneas de pensamiento, superponiendose unas contra otras con diferentes conceptos. Al final, pareciera que cada uno tiene una postura en cuanto al bien y el mal ¿o habrá una que sobresalga? En esta entrada veremos aquella que tenían los filósofos de la Antigua Grecia.
Platón
Para Platón, el bien es lo que da la verdad a los objetos cognoscibles, es decir, el poder de conocer los objetos. En la alegoría de la caverna, el bien es comparado al sol mientras que el mal es comparado como el fondo de una cueva donde permanecen unos hombres atados con cadenas, simbolizando el mundo sensible, en otras palabras, el mundo material; mientras que el sol, correspondería al mundo de las ideas: el mundo inteligible.
Por lo tanto, el mal estaría representado por el mundo que percibimos con los sentidos, mientras que el bien es el mundo inteligible que percibimos con nuestro intelecto.
Platón distingue cuatro dimensiones del bien:
- Inteligible
- Real
- Realizable
- Causa (de todas las cosas)
Estas cuatro características conforman la idea del bien supremo; es el bien que es más deseable y por lo tanto, aquel que da origen a todas las cosas.
Aristóteles
Aristóteles nos hablaba de dos tipos de bienes:
- Bienes por sí mismos
- Bienes que buscamos para alcanzar otro fin
Por lo tanto, existen dos clases de bienes: aquellos que son bienes por sí mismos y aquellos que no son bienes sino con relación con los primeros.
En ese caso, cualquiera que desee una cosa que es buena en sí misma, entonces está deseando el bien. Por otro lado, tenemos una cosa que es intrínsecamente mala, que es aquella a la cual se le tiene aversión en sí misma y su alejamiento correspondería a una actitud buena del hombre.
En conclusión, para Aristóteles el bien es la mismísima felicidad del hombre. Por otra parte, es verdad que el bien es la felicidad, pero también son los puntos medios entre cada extremo; por ejemplo, la valentía es la virtud que se encuentra en medio de la cobardía y la temeridad. Ese punto medio que es la valentía, no solo es la virtud del hombre sino que ahí también encontrará la felicidad.
Estoicos
Los estoicos ponían a la razón como el bien primero, ya que esta es la que nos aleja de la irracionalidad y la pasión que llevan al hombre al sufrimiento y a la perdición. La razón sería un punto medio entre el sufrimiento y el placer, los cuales son extremos donde el hombre sufre.
Hedonistas
Desde el punto de vista hedonista (o epicúreo), podemos ver que la pasión es el sumo bien de los hombres. En efecto, parece esto ser intuitivo pues el hombre siempre se aleja de aquello que le causa aversión o malestar. Si toca algo caliente, el hombre se procura el frío; si tiene hambre, el hombre se procura el alimento. Este esquema básico de los hedonistas representa el bien supremo para todos aquellos que deseen buscar la felicidad y por lo tanto, el bien.
Conclusión
Por supuesto, las posturas que hemos visto aquí son las clásicas posturas con respecto al bien y el mal en la filosofía. Esta discusión crecerá aún más en la Edad Media con la figura de los cristianos y se quedará descansando en el siglo XVIII de manera indirecta, para luego volver en el siglo siguiente. En todo caso, estas formas clásica de ver el bien y el mal, son la base para comprender las teorías futuras dentro de la historia de la filosofía.