sábado, 25 de enero de 2020

Juan Duns Escoto - Tratado del Primer Principio (Capítulo III y IV) (1280)



A continuación veremos las caracterìsticas del Primer Principio el cual Juan Duns Escoto se encargará de enaltecer con toda su filosofía. Vale decir que ya los primers capítulos anteriores nos explicaban la posición que tenía el primer principio con respecto al mundo, y en efecto, el Primer Principio tiene la supremacía de la anterioridad ante cualquier ser, además también de ser el único que puede ser infinito. Veamos lo que nos deja ahora Duns Escoto

Tratado sobre el Primer Principio

Capítulo III: Primacía del Primer Principio

Primera división

Una naturaleza que es eficiente en efecto es una naturaleza efectuada; es decir, una naturaleza causada. Esto también quiere decir que todo aquello que es causado tiene una efecto causador que lo causa. 

Segunda división

Lo que es efectivo (lo que causa) es simplemente primero. Tengamos A como un ser efectivo y B como un ser efectuado. Los filósofos dicen que la infinidad es posible hacia arriba, en otras palabras, de modo ascendente, pero esto no es así. Tengamos el siguiente esquema. 


Si es así como en la imagen, entonces póngase B antes de A lo que será absurdo porque un efectuado no puede ir antes de un efectivo. Esto se produce porque los filósofos no han puesto el orden esencial sino que más bien un orden accidental. Esto provoca que se ignore el ser efectivo, el cual no es causado por ningún otro. 

Duns Escoto distingue al menos dos tipos de orden de causas:

  • De por sí
  • Accidentales

En este respecto, las causas de por sí tienen un orden  jerárquico al ser superiores, una puede venir tras de otra. En cambio, en las causas accidentales no existe un orden jerárquico. Todas tienen las mismas caracterìsticas.

No puede haber una infinidad de causas de por sí, es decir, no hay un orden infinito porque de este modo nadie sería superior. Tampoco lo hay en lo accidental, pues lo accidental proviene de un principio superior, ese es su punto de partida. Cada miembro accidental depende de lo mismo, eso mismo es por aquello que se mantiene pero no se perpetúa.

Tercera y Cuarta división

De no ser el efectivo un primer ser, entonces tendríamos solo sres causados hasta el infinito lo cual es absurdo. Tendríamos que detenernos en un ser causado, pero luego de él habría otro y así. 

Quinta y Sexta división

Es imposible que puedan existir dos naturalezas necesarias. Es imposible porque ninguna cumpliría con el orden de la naturaleza, a pesar de ser dos. En efecto, si nosotros contamos dos naturalezas necesarias, entonces precisamente en ellas debe existir un orden. La paradoja es que no pueden existir dos naturalezas si se suponen que no dependen ni la una de la otra. Nada en este mundo existe sin un orden esencial, por lo tanto, una tendría que depender de la otra y ya no sería esencial.



Capítulo IV: Simplicidad, infinitud e inteligibilidad

Primera conclusión

El primer principio no tiene causa y por lo tanto no tiene materia ni forma. Tampoco tiene diversas perfecciones que la incluyan dentro de un género para que tenga diferencia. 

¿Por que no tiene género? porque todo aquello que tiene género debe necesariamente definirse por lo que puede caer en una especificación al mismo tiempo. 

Segunda y Tercera conclusión

La perfección simple es aquella que es absolutamente mejor que cualquier cosa que sea incompatible con ella. En este sentido, esta perfección debe anteceder a todas las cosas por tener una esencia noble. 

Cuarta conclusión

No solo hay una eficiencia en aquella naturaleza sino que también hay una voluntad. Todo ser obra por alguna necesidad y esta primera naturaleza obra hacia un fin. Sin embargo, puede objetarse que si el fin de la primera naturaleza es crear un ser causado, entonces el fin que tiene es contingente y no necesario como lo es su naturaleza. ¿Cómo puede un ser necesario tener por fin un ser contingente?

Sin embargo, Duns Escoto nos dice que ser movido por otro y moverse es una cuestión necesaria. En efecto, si esto no se produjere entonces sería algo contingente, podría moverse y no moverse cuando se es movido lo cual es absurdo. Por consiguiente, cuando la primar naturaleza mueve lo hace necesariamente y por lo tanto, esto es un acto necesario. 

Podría objetarse a Duns que la forma sería la que movería a la materia, pero la materia podría no obedecer siendo contingente. No obstante, eso no ocurre cuando la forma es lo esencial y en otras palabras, lo que ''manda'' a la materia.

Quinta y Sexta conclusión

El primer eficiente ama el primer fin. Cuando se dice que el objeto ama por voluntad, no es otra cosa que decir que la voluntad ama. El principio también se ama así mismo, pues de amar a otro entonces tendría que ser de otra naturaleza. Amaría algo distinto a él, y lo único distinto a él es lo contingente. Sería absurdo que amara lo contingente siendo el necesario. 

La voluntad y el querer son idénticos y se encuentran en la naturaleza primera. 


Séptima conclusión

Nadie puede causar si no es por amor a un fin. Sin embargo, no solo necesita de un querer sino que también de una intelección que lo ayude a llegar a ese fin. Por otro lado, el inteligir puede también ser un accidente, puesto que puede ser receptivo con algunas cosas y con otras no; de ahí que existan humanos más inteligentes que otros. 

Sin embargo, cuando se entiende a la primera naturaleza, todos la entienden por igual, nadie se equivoca al contemplarla en su sustancia. Dígase lo mismo del querer. 

Octava y Novena conclusión

Todos los seres que son infinitos en potencia no pueden tener fin, reciben una cosa después de otra. Lo mismo se puede decir de los seres que son infinitos en acto. Esto quiere decir que puede existir perfectamente una pluralidad infinita y perfecta. En efecto, en las personas hay una pluralidad de cosas perfectas, pero perfectas en relación a sus características (una mano, un brazo, o cualquier cosa que se repute perfecta desde su naturaleza). Pero siempre habrá una cosa más perfecta que otra, en este sentido, la perfección de hombre está en su intelecto.

Décima conclusión

Duns Escoto nos rectifica nuevamente que Dios no es un género, pues el género comprende un grupo de especies que a veces suele ser confuso. Por eso, como el género es imperfecto, entonces Dios se entiende como especie y no como género. Por otro lado, el concepto de género y especie no sería nada más que el concepto que tiene el hombre de cada uno de los seres. 

Conclusión

Vemos que Juan Duns Escoto tiene una idea muy particular de Dios y que especialmente difiere de todos los filósofos cristianos anteriores. Podemos ver al menos tres o cuatro disensiones que Duns posiciona en el pensamiento escolástico: voluntad, univocidad, género y especie. Quizás, este es un cambio para el pensamiento escolástico, pero ¿podrá sostenerse?

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