domingo, 10 de diciembre de 2017

Al-Ghazali - La Alquimia de la Felicidad (Capítulo II: El Conocimiento de Dios).

En el libro anterior hablamos del conocimiento del corazón y de la razón, y quedamos en que el conocimiento del corazón es el único que puede tomarse en cuenta entre aquellos que pueden tener la verdad revelada. ¿Cómo es que el conocimiento del amor puede conducirnos al conocimiento de Dios? lo que sí sabemos es que definitivamente el conocimiento racional, si bien es una buena herramienta, no es lo apropiado para conocer a Dios en su esencia.

Referencias:

(1) Al-Ghazali no escatima en vocabulario para decir que dichas personas son estúpidas. 

La Alquimia de la Felicidad


Capítulo II: El conocimiento de Dios


Al-Ghazali dice que quien quiera que se conoce a sí mismo está conociendo a Dios. Podría decirse que muchos se conocen a sí mismos y sin embargo no han conocido a Dios ¿A qué se debe? a que una cosa es conocer bien las características del alma, y otra aceptar a Dios en ella. 

El hombre debe ser consciente cuando mira sus órganos, su pensamiento u otras cosas más abstractas, que todas estas tienen un creador así como el mismo hombre crea otras cosas. Dicho creador es capaz de generar tanto los órganos (cosas sensibles) como los pensamientos del alma (cosas abstractas). 

Si el hombre es capaz de entender todo el orden que está alrededor de él y además comprender todas sus partes, entonces perfectamente puede entender la perfección de todo aquello que conoce. La perfección de los órganos y de su existencia es el símil para saber la perfección de Dios. 

Imposibilidad de conocer realidades absolutas

De acuerdo con Al-Ghazali, nadie puede conocer la verdadera naturaleza de las cosas. Todos los sentidos son percibidos por algo más por ejemplo, el gusto es percibido por la lengua y el color es por los ojos. No obstante, nadie sabe la verdadera naturaleza del gusto ni tampoco la del color, y, del mismo modo, tampoco lo que percibe la mente puede ser entendido de manera absoluta. 

Tal como sólo podemos percibir las cosas y no su naturaleza absoluta, así podemos percibir que existe Dios pero no podemos comprender su naturaleza absoluta. Por lo tanto, de Dios solo podemos conocer sus atributos. 

Finalmente, si conocemos solo sus atributos ¿cómo sabremos que es Dios y no otra cosa? debemos reconocer que es el hombre el que gobierna a todo el resto de los animales. Si reconocemos que alguien creó este mundo y ese alguien no fue el hombre, entonces debemos decir que existe un ser superior que lo construyó todo. 

Los supuestos eruditos y entendidos

Para Al-Ghazali, todos los entendidos en las materias de la naturaleza o de la astronomía (y astrología), decían que todas las cosas que eran causadas dentro de estos campos tenían causa naturales y no divinas estaban equivocados. 

Todas las causalidades que no pueden ser entendidas a través de los sentidos tienen una causalidad divina. 

''Dios es grande''

Como se dice en árabe ''Allah Akbar'' es decir ''Dios es Grande'' esta frase no quiere decir que Dios tiene una extensión o algo parecido. Quiere decir que es tan grande que está lejos de nuestra comprensión. 

Ahora bien se podría preguntar ¿por qué los profetas pueden hablar de Dios y decir lo que Dios quiere realmente para nosotros si se supone que es incomprensible? Los profetas, de acuerdo con Al-Ghazali, sólo muestran algunas de las cosas que Dios quiere para el hombre, no todas. Recordemos que de Dios solamente podemos percibir sus atributos y no su esencia. 

Erroristas

Aquellos que son ateos son los que han buscado la esencia de Dios y, como no la han comprendido, niegan su existencia y dicen que la naturaleza y todo lo que la compone es eterna. Es muy difícil que tales personas se acerquen a Dios y muchas de ellas terminan sus vidas sin recordarlo o renegando de él(2)

Al-Ghazali distingue tres tipos de erroristas:


  1. Aquellos que dicen que Dios no existe.
  2. Aquellos que no creen en la resurrección (o en el alma).
  3. Aquellos que creen en Dios pero son débiles con la fe.
  4. Aquellos que creen en Dios pero no comprenden la ley.
  5. Aquellos que creen que Dios perdona todas las faltas y cubre todas las transgresiones.
  6. Aquellos que se creen perfectos y que Dios no los castiga.
  7. Aquellos que se autodenominan conocedores de la palabra, pero que en realidad no la saben. 

De los primeros ya hemos hablado, pero de los restantes no. El segundo grupo cae en el error de confundir el alma con otro cuerpo, entonces, cuando se les habla de resurrección creen que el cuerpo debe entrar en otro cuerpo (alma) para vivir lo cual es ridículo. El tercer grupo es débil de fe aún cuando creen en Dios, pues estos dicen que Dios es tan poderoso que no necesita la oración. Al Ghazali muestra un ejemplo con respecto a estos últimos. 

Imaginemos que un hombre va al médico y el médico le dice: ''Debes abstenerte de ciertas comidas'', luego el hombre enfermo le dice: ''¿En qué te afecta a tí si me hago abstinente o no?''

Por supuesto, el hombre está bien en decir que en nada afecta al doctor que él en el futuro sea abstemio, pero la realidad es que si no se vuelve abstemio enfermará aún más. 

El cuarto grupo dice simplemente que como la ley ordena lo siguiente:


  • Puros de ira
  • Puros de envidia
  • Puros de orgullo
  • Puros de hipocresía

, no es posible llevar todo esto a cabo, pues el alma tiene esas propiedades, es decir, está hecha para no ser pura de ira, de envidia, de orgullo o de hipocresía. 

Al-Ghazali considera esta forma de pensar equivocada porque bastaría hacer lo que indica la razón y la moral para cambiar esas conductas ¿hay acaso un hombre que no pueda manejar la ira, la envidia o el orgullo? por supuesto que sí. 

El quinto grupo no entiende algo esencial, que si bien puede perdonar a todos, también castiga tremendamente a los transgresores. Tienen que considerar también que está Satanás quien puede engañarlos y llevarlos por el mal camino; por lo tanto, si pecan serán castigados. Por otro lado, tenemos el concepto de esfuerzo, es decir, el perdón de Dios se debe ganar también con esfuerzo. 

El sexto grupo es uno de los más débiles pues su arrogancia los lleva a que sólo una cosa que les salga mal los derribe. En efecto, se debe reconocer que el hombre el imperfecto en muchos aspectos, y por lo tanto debe atenerse a esto; de lo contrario, será un hombre desdichado que a cada obstáculo se verá sufriendo. 

El séptimo grupo puede ser de los más dañinos porque son engañosos. Creen que por vestir y hacer ciertas posiciones de la religión musulmana pueden luego pensar que tiene poderes sobrenaturales. Este grupo no es dañino en general, pero pueden ser influenciados fácilmente. La verdad es que todo lo que hacen lo hacen por interés en ellos mismos. 


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Conclusión

Es aquí donde Al-Ghazali desata todo su descontento contra aquellos que dicen no creer en Dios y aquellos que son seguidores de Dios, pero no conocen sus leyes. Lo que me llamó la atención es que Al-Ghazali no ofreciera ningún ''remedio'' o ''solución'' para aquellos que no creían en Dios. En todo caso, él mismo dice que es una tarea difícil hacer que estos encuentre en el camino. Sigamos con los libros de Al-Ghazali y su filosofía religiosa.

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