viernes, 24 de agosto de 2018

Maimónides - Vida y obra (1135 - 1204).


A lo largo de este blog hemos visto la filosofía desde distintas culturas: griega, romana y musulmana con sus respectivas religiones y cosmovisiones. Esta vez tenemos a un filósofo judío que vivió la mayor parte de su vida en Córdoba, Al-Andalus. Nos referimos al médico, teólogo y filósofo Moshé bon Maimón, más conocido como Maimónides. Este filósofo nos mostrará el mundo judío a través de sus estudios de la Torá, pero también nos entregará reflexiones sobre la naturaleza humana. Es probable entonces, que bajo este respecto estemos ante un hombre que quiere conciliar las dos posturas (religión y filosofía / fe y razón) tal como lo hubiera intentado Averroes tiempo atrás. Veamos que nos trae este tremendo filósofo.

Maimónides


Contexto

Los judíos se asentaron en la península Ibérica ya que fueron perseguidos por los visigodos. 

La persecución de los judíos bajo los visigodos comenzó principalmente en el siglo VI, cuando este reino, que controlaba gran parte de la Península Ibérica, se convirtió al cristianismo. Inicialmente, los visigodos eran arrianos (una rama del cristianismo considerada herética por la Iglesia católica), y en ese contexto no se implementaron políticas de persecución religiosa activa contra los judíos. Sin embargo, en el año 587, el rey visigodo Recaredo I se convirtió al catolicismo y decretó que todo su reino debía adoptar la fe católica, marcando el inicio de una serie de medidas restrictivas contra los judíos.

Algunos hitos importantes de esta persecución incluyen:

  1. III Concilio de Toledo (589): Tras la conversión de Recaredo, el concilio estableció políticas que prohibían prácticas religiosas judías y buscaban la conversión forzada de los judíos. A partir de entonces, se intensificó la presión para que los judíos adoptaran el cristianismo.

  2. Sisebuto (612-621): Este rey impuso una política de conversiones forzadas; en el año 616, ordenó la conversión obligatoria de los judíos o su expulsión del reino. Se dice que cerca de 90.000 judíos fueron forzados a convertirse bajo su mandato, aunque la cifra es discutida por los historiadores.

  3. Recesvinto (649-672): Bajo su reinado, se aprobaron leyes que prohibían a los judíos practicar sus rituales y tradiciones. Además, se les impedía casarse entre ellos y poseer esclavos cristianos. Los judíos que habían sido forzados a convertirse y continuaban practicando su fe en secreto (cripto-judíos) eran castigados severamente.

  4. Egica (687-702): Su gobierno aumentó aún más la represión. En el XVI Concilio de Toledo, Egica declaró a los judíos como enemigos del reino y los acusó de conspirar con los musulmanes, quienes para entonces ya eran una amenaza en expansión. Esto llevó a la esclavización y expropiación de las propiedades judías y la obligación de muchos a trabajar en condiciones serviles.

A lo largo de los siglos VI y VII, estas políticas fluctuaron en intensidad dependiendo del monarca en el poder y las recomendaciones de los Concilios de Toledo, donde los obispos católicos discutían y establecían normativas religiosas y civiles. Con la llegada de los musulmanes en el año 711, muchos judíos vieron en ellos una oportunidad de liberación y apoyaron la conquista islámica, pues esta significó una considerable mejora en su situación y mayor libertad religiosa. Una vez instalados ahí, el imperio Omeya les permitía incluso tener sus propios jueces, aparte de los que se consideraban en el islam. En esos años, los judíos fueron protegidos por el califa Abderramán III. 


En aquellos momentos de estabilidad los judíos empezaron a tener muchas ventajas que hicieron que su literatura se expandiera por todo el mundo. Uno de los judíos más conocidos de aquel tiempo era Ibn Gabirol quien no escribió ningún tratado religioso, sino más bien filosófico; pareciera ser que los judíos abrazaban cada vez más las ciencias. 

Familia y estudios

Familia

Su nombre era Moshé ben Maimón que significaba ''Hijo de Moisés''. Nació en Córdoba y murió en Egipto. Estudiaba junto a su padre quien era el Rabí y talmudista Maimón ben Joseph, discípulo de Alfaz. Maimónides siempre demostró habilidades para la lectura del Antiguo Testamento, además de tener un pensamiento profundo y versátil. 

Estudios

A la edad de 13 años, Maimónides viajó por distintas ciudades de España junto a sus padres, debido al conflicto que el país tenía con la dinastía bereber: los almorávides. De hecho, esta secta capturó Córdoba en el año 1148, dejando a la comunidad judía la difícil decisión de convertirse al islam, o dejar la ciudad. 

La familia Maimón tuvo que aparentar ser musulmana en la vida pública, mientras que en sus casas desarrollaban sus prácticas judías. El pequeño Maimónides estudiaría el Talmud, Matemáticas, Lógica, Astronomía y Medicina hasta 1161. 


Viajes de los Maimón

Viaje a Marruecos

Por las constantes luchas entre los dos países, la familia Maimón tuvo que dirigirse a la localidad de Fez en Marruecos en 1159. Si bien Marruecos estaba cerca de España (además de estar gobernado por los almorávides), este era un lugar mucho más pacífico y los Maimón serían tomados como simples extranjeros musulmanes.

Tierra Santa

Zarpando de Sabath, cuando Maimónides emigró a la Tierra de Israel, él y su familia fueron recibidos con gran respeto por la comunidad judía de Acre, una de las más grandes en ese momento. Allí entabló una estrecha amistad con el rabino Yafta ben Eliyahu, rabino de Acre. Esta relación continuó incluso después de que el rabino Yafta fuera nombrado juez en Alejandría, bajo la dirección de Maimónides como rabino principal de Egipto.

Cinco meses después de su llegada a Israel, Maimónides, su padre y el rabino Yafta visitaron Jerusalén, donde permanecieron tres días, y luego viajaron a Hebrón para orar en la Cueva de los Patriarcas. En una carta manuscrita recogida en Sefer Haredim, Maimónides relató su llegada a Acre y su peligrosa travesía en el mar. Juró que los días en los que fue salvado del peligro serían de alegría y oración para él y sus descendientes. Durante su estancia en Jerusalén, también oró en lo que llamó la "casa grande y santa", que algunos interpretan como el Monte del Templo, aunque otros creen que se refería a una sinagoga.

Maimónides vio su visita a los sitios sagrados de Israel como un privilegio y expresó su esperanza de que todo Israel pudiera algún día ser testigo de la reconstrucción de esos lugares sagrados.


Viaje a Egipto

Después de cinco meses en Tierra Santa, la familia de Maimónides se estableció en Egipto, primero en Alejandría y luego en Fustat (actual El Cairo). Allí, Maimónides se casó con la hija de R. Mishal Halevi y tuvo a su hijo Avraham, quien más tarde continuaría su legado. En Egipto, Maimónides fue nombrado Rais al-Yahud (Jefe de los judíos) en dos ocasiones, dirigiendo la comunidad judía y estableciendo importantes regulaciones sobre el matrimonio y la pureza ritual.

En el año 1165, el Rabí Judá ibn Shoshan, con quien Maimónides había estudiado, fue arrestado y ejecutado por practicar el judaísmo. Esto hizo que la familia Maimón viajara a Egipto a pesar de la crisis económica que estaban pasando. Se establecieron en Fostat que estaba cerca del Cairo, donde la fe judía se podría ejercer libremente. 

Sin embargo, la vida de Maimónides no estuvo exenta de problema ya que su padre moriría apenas llegaron a Egipto. Su hermano David, quien era un próspero mercante de joyería, moriría en el hundimiento de un barco llevándose toda la fortuna de los Maimón. Esto significó que Maimónides sería el único sostén de la familia. 

Maimónides como médico

Para solventar los gastos y los problemas económicos, Maimónides recurrió al rabinato de Egipto pero este no daba remuneración alguna por el trabajo realizado. Por lo tanto, Maimónides estudió medicina por lo que su fama se propagó rápidamente por el lugar. Su fama llegó a ser tal que Maimónides se convirtió en el médico de la corte del Sultán Saladino. También se convirtió en el líder judío de toda su comunidad, resolviendo los problemas de la gente a nivel personal y comunal. 

Sin embargo, lo que cuenta Maimónides sobre ser médico en la corte del sultán no es muy complaciente. De hecho, Maimónides pasaba días enteros en la corte, y además tenía que atender más gente al llegar a su casa. 


Muerte de Maimónides

Maimónides falleció el 13 de diciembre de 1204 en Fustat, Egipto, a los 66 años. Tras su muerte, su hijo, el rabino Avraham, asumió su liderazgo entre los judíos de Egipto, y su familia continuó desempeñando roles importantes en la comunidad.

Según la tradición, Maimónides pidió que no lo enterraran en Egipto, por lo que su cuerpo fue trasladado a Tiberíades, donde se considera que está su lugar de sepultura. En ese sitio también se encuentran otros líderes religiosos, como el rabino Yojanan ben Zakhai. Sin embargo, algunos estudiosos han cuestionado esta tradición y sugieren que podría haber sido enterrado en Hebrón, cerca de la Cueva de los Patriarcas. Esta teoría fue discutida en el siglo XX, basada en un manuscrito del siglo XVI.


Legado

El legado de Maimónides sobrevive hasta el día de hoy en todas las comunidades. En el año 1223, un zelote llamado Salomón de Montpellier instigó a las autoridades religiosas para que quemaran su libro llamado ''La Guía de los Perplejos'', a causa de que era considerado hereje. 

Sin embargo, tras tantos debates y cuestionamientos, Maimónides se volvió imprescindible para la comunidad judía, y aún más para los grandes pensadores de la historia. 

Pensamiento

Influencias

En contraste a muchos otros filósofos, el pensamiento de Maimónides, a pesar de ser tremendamente religioso, también era integral. Sus obras fueron escritas en árabe, ya que toda su vida vivió en tierra musulmana, pero nunca dejó de tener un pensamiento estrictamente judío. 

Rechazó a los filósofos árabes y judíos a excepción de Avempace y Al-Farabi; sin embargo, el filósofo que para él fue más influyente fue Aristóteles. También se dice que admiraba a Averroes, pero esto fue en menor medida con respecto a los otros filósofos mencionados. 

Religión y filosofía

Para Maimónides, el conocimiento de la filosofía estaba basado en la razón y en lo humano, mientras que la religión estaba basada en la verdad y Dios; por lo tanto, la religión sería superior a la filosofía. 

Interpretación de las escrituras

Al igual que San Agustín de Hipona, Maimónides dice que las Sagradas Escrituras deben leerse con interpretación, es decir, el sentido literal es imposible de ser comprendido en las Escrituras. ¿Por qué? imaginemos el siguiente versículo:

''Y Dios dijo a Moisés''

Bajo ese versículo podríamos decir que Dios tiene boca, ya que le ''dijo'' a Moisés y por supuesto este es un absurdo. Maimónides dice que como este libro fue creado para la gente más humilde, la lectura literal permite que esta gente comprenda. Sin embargo, para un intelecto más agudo, esta lectura tiene una interpretación más  profunda. 

Teología

La Guía de los Perplejos, escrita por Maimónides en el siglo XII, es una de las obras filosóficas más importantes del pensamiento judío medieval. Dirigida a personas racionales con dudas sobre la fe, la obra busca reconciliar la religión con la filosofía. Escrita originalmente en árabe judío, fue traducida más tarde por Shmuel Ibn Tibbon y ha influido tanto en pensadores judíos como no judíos.

El libro aborda temas como la naturaleza de Dios, la profecía, la creación del mundo, y el significado de los mandamientos, usando un enfoque racional. Maimónides también critica las encarnaciones de Dios y discute con corrientes filosóficas islámicas, como el Kalam. Su método incluye la dispersión intencional de temas en el libro, lo que invita a los lectores más educados a descubrir sus secretos ocultos.

Aunque Guía de los Perplejos fue influenciada por el pensamiento de Aristóteles y de filósofos islámicos como Al-Farabi, Maimónides adapta estas ideas a la teología judía. A lo largo del libro, también explica las mitzvot como medios para reformar la sociedad y acercar al individuo a Dios.

La recepción de la obra fue ambivalente: mientras que algunos rabinos la criticaron por la influencia filosófica griega, otros la consideraron fundamental para el pensamiento judío. A pesar de las controversias iniciales, el libro ha ganado un lugar central en el estudio del judaísmo y la filosofía a lo largo de los siglos.

Negación de la encarnación

Maimónides sostenía la negación de la encarnación física de Dios y la negación de atribuirle títulos o atributos humanos, como emociones. Gran parte de la primera parte de su obra Guía de los Perplejos se centra en purificar el pensamiento judío de estos conceptos, basándose en el versículo "Shemá Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es". A partir de esto, formuló dos de sus trece principios de la fe judía: la "unicidad de Dios" y la "negación de la corporeidad". Su lucha contra la idea de que Dios tenga forma física fue exitosa, pero su esfuerzo por eliminar la atribución de atributos humanos a Dios no tuvo tanto impacto.

Maimónides argumentaba que las expresiones en la Torá que parecían dar a Dios atributos físicos o emocionales debían entenderse como lenguaje figurado, y que muchas de las enseñanzas rabínicas debían interpretarse como parábolas, especialmente si contradecían la razón. Criticaba a los predicadores que tomaban las escrituras al pie de la letra y confundían a la gente.

Además, Maimónides rechazaba creencias en la astrología, la magia y los conjuros, considerándolos falsos y engañosos. A diferencia de otros pensadores como el Ramban, que consideraban que estas prácticas podían tener alguna verdad pero estaban prohibidas por la Torá, Maimónides creía que eran meras ilusiones sin base real. Para él, creer en estas prácticas no solo era irracional, sino también una muestra de ignorancia.

Medicina

Maimónides fue un pionero en la medicina preventiva, integrando en sus escritos médicos y en su Mishná Torá guías sobre nutrición, ejercicio y salud mental. En temas de nutrición, recomendaba elegir alimentos no por su sabor, sino por su eficacia, evitar comer con el estómago lleno y no mezclar demasiados sabores en una sola comida. También enfatizaba la importancia del ejercicio físico, señalando que, aunque se sigan otras reglas de salud, sin ejercicio eventualmente se necesitarán medicamentos.

En cuanto a la salud mental, Maimónides fue uno de los primeros en relacionar el judaísmo con la terapia psicológica. En su obra Ocho Capítulos, sugiere que las personas con desequilibrios emocionales deben consultar a un sabio, quien les ayudaría a corregir sus rasgos extremos mediante la práctica de lo opuesto, hasta encontrar el "camino dorado". Este enfoque estaba basado tanto en las enseñanzas filosóficas de Aristóteles como en las de los Sabios judíos.

Además, Maimónides consideraba la salud mental como parte crucial de la medicina. Creía que un médico debía entender que los pacientes con problemas físicos a menudo también sufrían emocionalmente, y que la mente amplia y sana era esencial para el bienestar general. Para él, la salud del alma y del cuerpo estaban profundamente interconectadas, y ambos debían ser tratados conjuntamente.

Astronomía

Maimónides, influenciado por la cosmología aristotélica, rechazó los epiciclos de Ptolomeo y optó por un modelo donde los cuerpos celestes giran en esferas desplazadas respecto a la Tierra, aunque finalmente consideró insatisfactorias estas explicaciones. Maimónides consideraba que los excéntricos, al igual que los epiciclos, eran incompatibles con la física aristotélica. También rechazó la teoría de las esferas homocéntricas por su incapacidad para explicar las irregularidades en el movimiento planetario. En última instancia, Maimónides reconocía que la comprensión humana podría ser insuficiente para captar plenamente la estructura del universo.

Astrología

Maimónides rechazaba firmemente creencias como la astrología, la magia y los conjuros, considerándolas ilusiones sin fundamento. A diferencia del Ramban, quien creía que estas prácticas podían tener algún valor pero estaban prohibidas por la Torá, Maimónides sostenía que no había verdad alguna en ellas. En su Mishná Torá, Maimónides escribió que todas estas acciones mágicas eran falsas y engañosas, promovidas por los antiguos paganos. Además, argumentaba que cualquier persona que creyera en estas prácticas, aunque pensara que la Torá simplemente las prohibía, era alguien ingenuo y carente de entendimiento. 

''Y todas estas cosas (refiriéndose a acciones mágicas como la brujería o los conjuros), son cosas falsas y mentirosas; Y aquellos que fueron extraviados por los antiguos adoradores del paganismo a los gentiles de las tierras para que los siguieran [...] Cualquiera que crea en estas cosas y cosas semejantes, y piense en su corazón que son verdad y palabras de sabiduría, pero la Torá se lo prohibió, no es más que uno de los tontos y los estúpidos.''

Para él, creer en estas cosas era signo de ignorancia y de falta de razón.

Fe

Maimónides formuló los Trece Principios de la Fe Judía, un conjunto de creencias fundamentales que, según él, todo judío debía aceptar para adherirse adecuadamente a la fe. Estos principios se encuentran en su comentario a la Mishná en el tratado de Sanedrín (capítulo 10) y han tenido una gran influencia en el pensamiento judío posterior. Estos principios buscan definir la fe judía de manera estructurada y se consideran una base del judaísmo ortodoxo. A continuación:

  1. La existencia de Dios: Dios existe como ser perfecto y necesario, y es la causa de toda la creación.

  2. La unidad de Dios: Dios es absolutamente uno, sin divisiones, y no existen otras deidades junto a Él.

  3. La incorporeidad de Dios: Dios no tiene cuerpo ni forma física; cualquier descripción física es metafórica.

  4. La eternidad de Dios: Dios existe fuera del tiempo y no tuvo un comienzo ni tendrá un final.

  5. La adoración exclusiva de Dios: Solo Dios debe ser adorado; no se debe adorar a intermediarios, como ángeles, estrellas u otras fuerzas.

  6. La profecía: Dios se comunica con los seres humanos a través de la profecía y otorga el don de la profecía a personas con gran virtud.

  7. La supremacía de la profecía de Moisés: Moisés es el mayor de todos los profetas y su nivel de profecía es único e inigualable.

  8. La revelación de la Torá: La Torá (los cinco libros de Moisés) fue dada directamente por Dios, y cada palabra es sagrada y verdadera.

  9. La inmutabilidad de la Torá: La Torá es inmutable y no será cambiada ni reemplazada por otra ley o texto sagrado.

  10. La omnisciencia divina: Dios conoce todas las acciones y pensamientos humanos; nada escapa a su conocimiento.

  11. La recompensa y el castigo: Dios recompensa a quienes cumplen sus mandamientos y castiga a quienes los transgreden.

  12. La venida del Mesías: Se espera la llegada de un Mesías, un líder que restaurará la independencia del pueblo judío y promoverá la justicia en el mundo.

  13. La resurrección de los muertos: En un tiempo futuro, los muertos volverán a la vida, marcando una era de perfección y justicia final.

Estos principios se resumen a menudo en el poema "Yigdal", cantado en sinagogas, y fueron una innovación de Maimónides al intentar estructurar la fe judía con un enfoque dogmático, algo inusual en la tradición judía hasta su época.


Obras de Maimónides

Las obras de Maimónides van desde la medicina hasta la teología como habíamos dicho en la breve biografía. Muchas de estas obras han sido fundamentales en cada área para las que han sido creado. 




  • Epístola a Yemen (1172): varias epístolas para animar a la comunidad judía que estaba siendo sometida a una conversión forzosa al islam.

    Epístolas I - X
    Epístolas XI -XX

Por supuesto, hay muchas más obras pertenecientes a Maimónides, pero no han sido traducida al español o al inglés. Contentémonos con lo que tenemos ahora y después podremos obtener mayor información. 

Diferencias con Aristóteles

Como Maimónides tenía discrepancias con el estagirita, dejamos en este apartado todas aquellas que tenían que ver con los dos:

La creación del mundo

Para Aristóteles, y para los griegos en general, la creación desde la nada era algo imposible e impensable, pues de la nada nada puede provenir. 

Para Maimónides la creación ex-nihilo es totalmente posible, pues es el principal argumento para la existencia de Dios y cómo creó éste el mundo. 

Tiempo

Para Aristóteles el tiempo era una cuestión necesaria e inherente al mundo. Este es producido sólo cuando existe movimiento. 

Para Maimónides, el tiempo no era una cuestión necesaria sino que era un mandato de Dios que el tiempo existiera. 

La divinidad

Para Aristóteles la divinidad se componía de motores que iban creando y moviendo a sus seres próximos. 

Para Maimónides todos los seres son emanación de Dios y por lo tanto, el número de ''motores'' se reduce considerablemente bajo la teoría del filósofo. 

Conclusión

Tenemos frente a nosotros a un gran erudito de la filosofía judía. De alguna manera, Maimónides me recuerda mucho al filósofo musulmán Avicena, en el sentido en que éste también fue a una especie de polímata que se dedicó a varias áreas del conocimiento, que incluso nos aportan mucha información hasta el día de hoy. Ya habíamos visto algunos sucesos de la Historia de los Judíos, ahora veamos los aspectos específicos con Maimónides. 

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