Hemos visto anteriormente las características de Dios y ahora hemos de pasar al asunto de las leyes y los preceptos del Antiguo Testamento. ¿Son las leyes de la Torah coincidentes con la moral humana? ¿o la moral humana es esencialmente com la describen las Sagradas Escrituras? Hoy hablamos de lo que se conoce como fundamentalismo que es el rigor irrestricto a las leyes religiosas , aunque cada vez esto ya da menos espacio. Veamos lo que nos quiere decir Maimónides dentro de esta tercera parte.
Referencias:
(1) Los sabeos era un antiguo pueblo semítico en lo que hoy se conoce como Yemen.
(2) Recordemos que los preceptos que Dios entregó a Moisés fueron 613 exactamente.
(3) Para una amplia información de todo esto véase Historia de los Judíos: Parte I
(4) Maimónides nos dice esto especialmente para hacer referencia a los Francos.
Referencias:
(1) Los sabeos era un antiguo pueblo semítico en lo que hoy se conoce como Yemen.
(2) Recordemos que los preceptos que Dios entregó a Moisés fueron 613 exactamente.
(3) Para una amplia información de todo esto véase Historia de los Judíos: Parte I
(4) Maimónides nos dice esto especialmente para hacer referencia a los Francos.
Guía de los Perplejos
LIBRO III: La Providencia
Parte IV: Las Leyes y Los Preceptos
Parte IV: Las Leyes y Los Preceptos
Capítulo XXVI, XXVII y XXVIII: Preceptos divinos de la ley sobre designios
Hay algunos designios que parecen difíciles de comprender o que bien parecen absurdos y sin importancia. Muchos sabios y eruditos se fijan en los detalles minuciosos de los preceptos, mientras que otros extraen el significado general de ellos la cual es la postura que sostiene Maimónides.
No es necesario ver las Sagradas Escrituras y tratar de interpretar porqué se hacían holocaustos con determinados animales o con determinado numero de ellos. Lo que realmente importa es el significado que se le da a todo ello.
La bondad de los preceptos
Los preceptos divinos se han hecho para asegurar la felicidad y el bienestar del cuerpo. Para consolidar esto último es necesario que se armonice la convivencia entre los hombres en sociedad. Maimónides nos dice que el hombre es por naturaleza sociable; por lo tanto, la felicidad sólo podrá alcanzarla mediante los demás.
Luego de que sea sociable y feliz el hombre necesita ser inteligente. Son los preceptos y su estricto cumplimiento el que hace que los hombres puedan ser íntegros en la humanidad.
Capítulo XXIX: Los sabeos(1) y las estrellas
El pueblo de los sabeos tenía una creencia muy particular sobre las Sagradas Escrituras. De hecho, el mismo profeta Abraham fue educado religiosamente en este pueblo, por lo que muchas cosas son dichas de estos.
Se dice que Abraham había sido prisionero por el rey de los sabeos para que la religión no se destruyera. Se decía que Adán y Eva venían de sus padres y no de Dios mismo. Sin embargo, estos adoraban al sol, a la luna entre otras cosas.
Se dice que Abraham había sido prisionero por el rey de los sabeos para que la religión no se destruyera. Se decía que Adán y Eva venían de sus padres y no de Dios mismo. Sin embargo, estos adoraban al sol, a la luna entre otras cosas.
Capítulo XXX: Las Sagradas Escrituras y la idolatría
Los sabeos así como otros pueblos creían firmemente en la naturaleza y los objetos. Sin embargo, todas las complicaciones e incoherencias que se derivan de la idolatría no da lugar a algo sostenible en el tiempo. Las enseñanzas de Moisés, es decir, la ley enseña que todas esas idolatrías solo darían a la destrucción.
Capítulo XXXI, XXXII y XXXIII: La felicidad y la moralidad del hombre en las Sagradas Escrituras
Innecesariedad de sacrificios
Las Sagradas Escrituras fueron hechas para que el hombre poco a poco desarrollara su ''sentido'' divino en este mundo. El hombre fue adorando a Dios de distintas maneras; por ejemplo, en el Antiguo Testamento se hablaba de los holocaustos que era la manera en que los hombres tenían para adorar a Dios. Luego, con la llegada de otros profetas se comenzó a hacer de otro modo, pues cada vez el hombre iba alcanzando un conocimiento más uniforme de Dios.
Las Sagradas Escrituras fueron hechas para que el hombre poco a poco desarrollara su ''sentido'' divino en este mundo. El hombre fue adorando a Dios de distintas maneras; por ejemplo, en el Antiguo Testamento se hablaba de los holocaustos que era la manera en que los hombres tenían para adorar a Dios. Luego, con la llegada de otros profetas se comenzó a hacer de otro modo, pues cada vez el hombre iba alcanzando un conocimiento más uniforme de Dios.
"Porque no hablé
yo con vuestros padres, ni les mandé el día que los
saqué de la tierra de Egipto, acerca de holocaustos y
de víctimas; más esto les ordené: Escuchad mi voz, y
seré a vosotros por Dios, y vosotros me seréis por
pueblo"
(Jeremías 7:22-23)
Con esto Maimónides no dice que los holocaustos de ahora en adelante están prohibidos, pero sí nos dice que no son necesarios para adorar a Dios. De hecho, el mismo filósofo nos dice que la oración puede ser hecha en cualquier parte.
El hombre en el dominio de sus apetitos y placeres
Por otro lado, el fin de la ley también sirve para que el hombre domine sus deseos, es decir, no se deje llevar por su cuerpo. Eso sí, hay que tener un mínimo de preocupación por el cuerpo, por ejemplo, la limpieza que se debe de tener del mismo.
Capítulo XXXIV: La condición ordinaria del hombre
Las leyes de las Sagradas Escrituras fueron hechas para todos los hombres por igual. No hay casos específicos donde la ley se dicte para ésta o aquella clase de hombre, todos son iguales ante la ley de Dios. Así lo dice la Torah:
"Una misma ley y un mismo derecho
tendréis vosotros y el peregrino que con vosotros
mora"
(Números 15:16)
De esta forma, tenemos que las leyes no tienen ningun caso especial, todo lo contrario, son para todos los hombres sin excepción
Capítulo XXXV - XLIX: Los preceptos en 12 categorías
Maimónides, luego de analizar la ley se propone analizar los preceptos en 12 categorías. Vale decir que estas son las categorías planteadas por Maimónides, sin aducir un valor canónico(2).
- Primera categoría: Conocer, amar y temer a Dios
- Segunda categoría: Leyes contra la idolatría: hechizos, brujería, astrología, encantamiento, sahumerio, consulta sobre los espíritus familiares entre otros.
- Tercera categoría: Preceptos morales: todas las reglas morales impuestas por los mandamientos y los preceptos que los acompañan.
- Cuarta categoría: La caridad: tener humildad y misericordia para quienes la merecen en una determinada situación.
- Quinta categoría: Reparación de perjuicios y pecados: siempre hay que tener consciencia de los daños que podemos cometer a otros. Si alguien obtiene algo de otra persona debe siempre devolverlo. Cuando se distribuye de manera equitativa las cosas, los beneficiarios son todos.
- Sexta categoría: Penas y castigos: básicamente el castigo es proporcional a la pena señalada, es decir, si alguien robó algo a una persona, a ese ladrón se le tendrá que quitar algo y tambiçen aquello que robó. En otras palabras: la Ley del talión.
- Séptima categoría: Equidad y honestidad: esto va para todos aquellos que son dueños de alguna propiedad, o que son poseedores de vastos territorios y que dan trabajo a personas. El pago a sus empleados debe ser siempre justo y a la hora; no deben cometer ninguna clase de injusticia con ellos.
- Octava categoría: El Sabath y las festividades: estas deben ser respetadas en sumo orden y respeto en las fechas que correspondan(3).
- Novena categoría: La plegaria: tiene el fin de recordarnos a Dios constantemente.
- Décima categoría: El Templo y sus ministros: tenía el propósito de dar jerarquías dentro de la comunidad judía.
- Undécima categoría: Los sacrificios: si es que aquellos se hacen, estos deben servir para propósitos divinos o de caridad. Es una oportunidad para congregar a toda la comunidad y compartir religiosamente.
- Duodécima categoría: La purificación: indispensable para entrar en el santuario y ser considerado dentro de la comunidad. La impureza puede venir de muchos sentidos por lo que es necesario que el judío esté limpio de cuerpo y alma.
- Dècima tercera categoría: Bebidas y comidas: el cerdo está estrictamente prohibido dentro de la comunidad debido a sus costumbres no muy pulcras. Esto no sólo es un mandato religioso sino que también práctico, pues la crianza de un cerdo conlleva la inmundicia y los rezumaderos(4).
- Décima cuarta categoría: Leyes del matrimonio: estas son realmente estrictas leyes de fidelidad no sólo entre parejas sino que también entre amigos. El comercio sexual está estrictamente prohibido.
Esta es la síntesis que Maimónides hace de la Torah para una comprensión más general de la misma.
Capítulo L: Los preceptos que ''carecen de finalidad''
Entre los más sabios parece haber un pequeño consenso en donde se dice que la larga lista genealógica de Noé no tiene ninguna finalidad. Maimónides dice que esto no es correcto decirlo, pues tiene una finalidad muy clara.
Para aquellas personas que son un poco más perspicaces, estas podrían darse cuenta inmediatamente que entre Adán y Moisés pasaron 2500 años, por lo que podríamos preguntarnos ¿quiénes fueron los que sucedieron a Adán? de ahí que la genealogía esté presente para hacer ver quienes fueron los sucesores
Capítulo LI y LII: Amor y temor a Dios
En otras entradas hemos vistos los distintos niveles que existen de profecía y cómo éstas acaecen a los hombres. Mientras el hombre esté más cerca de Dios, ,más cerca estará de su amor y de su comprensión (no total, pero conocimiento al fin y al cabo).
Se debe tener la consciencia despierta siempre porque Dios está en todas las esferas de la vida. Debemos estar atentos a sus mandamientos y a lo que nos enseñó, por lo tanto, el temor a Dios debe ser considerado siempre.
Capítulo LIII y LIV: Sabiduría y perfección
El hombre tiene cuatro clases de perfección:
- Posesión de dinero y objetos (la más vil)
- Perfección del cuerpo humano
- Condición moral
- Poseer y disfrutar las facultades intelectivas
Por supuesto, para Maimónides la última es la más importante de las perfecciones que tiene el hombre. En esta última el hombre debe poner todos sus esfuerzos, además de obedecer la voluntad de Dios.
Conclusión
Hemos por fin terminado el último libro de esta Guía de los Perplejos que Maimónides ha dejado para la posteridad. Es increíble ver las coincidencias que este hombre tuvo con muchos otros filósofos, incluyendo a aquellos que no eran religiosos. En fin, de la filosofía religiosa no podemos estar exentos ya que de todas maneras nos entrega un gran conocimiento de la vida y del ser humano en general. Despidámonos de esta guía, pero no de la completa obra de Maimónides pues aún nos queda.
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