martes, 18 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro I: Antropomorfismo) (Parte V: Proposiciones del Kalam) (1190)

Al fin hemos llegado a la parte metafísica de este tratado donde se expondrá la cosmovisión judía de Dios por parte de Maimónides. En esta quinta y última parte del libro I, Maimónides hablará en términos aristotélicos para referirse a la metafísica pero también nos hablar del ''Kalam'', que es el término que ocuparían los filósofos árabes para describir su propia cosmovisión del mundo. Ya hemos visto la metafísica cristian y la musulmana, ahora nos falta analizar la judía. 

Referencias:

(1) Los motacalimes eran teólogos musulmanes.
(2) De hecho, Kalam significa ''discurso''.
(3) Esto iba en contra de lo que decían los filósofos griegos antiguos, quienes sostenían que el vacío es la nada misma y por lo tanto no puede existir.
(4) Los ''instantes'' fueron propuestos por Aristóteles y seguidos por Al-Farabi y Avicena
(5) Podríamos decir que esta teoría es muy parecida al ocasionalismo de los Al-Ghazali.
(6) Curioso argumento pues una acción solo es prueba de que no se sabe cuántos dioses existen. 
(7) Me doy la facultad de pronunciar esta palabra vista en un texto de Borges para denominar algo que no tiene solución. Proviene de la palabra griega ''aporía''. 



Guía de los Perplejos


LIBRO I: ANTROPOMORFISMO
(Parte V: Metafísica judía)


Capítulo LXIX: La Causa Primera

Hablando en términos aristotélicos, Maimónides dice que Dios es tanto agente forma y fin, y por esto mismo se llama ''causa primera''. ¿Cómo es que Dios es la primera causa de las cosas? de la siguiente manera. 

Todos los seres tienen una causa eficiente que los crea sucesivamente, hasta llegar a un principio único que es Dios. Todo surge por emanación de Dios, por lo tanto, si en un supuesto Dios dejara de existir entonces todas las demás cosas dejarían de existir también, en cuanto estas son emanaciones de Dios. 

Algunos motacalimes(1) decían que si es un supuesto Dios no existiese, la continuidad de las cosas creadas estaría tal como siempre. Esto ocurriría como en el caso de un artesano que crea sus productos; los productos no desaparecen si desaparece el artesano. 

Es por esto que Maimónides no solamente dice que Dios es el creador de las cosas, sino que también es la causa. La causa nunca desaparece porque es la emanación de todo lo demás, por lo tanto, la teoría de los motacalimes quedaría descartada. 

Capítulo LXX: El término ''cabalgar'' aplicado a Dios 

Este término que es dicho ''Racab'' no significa más que el señorío que un ser tiene sobre otro. Ha sido aplicado tanto a Dios como al hombre. En efecto, esta palabra significa la relación que el hombre tenía con los animales, y también de Dios con el hombre.

Capítulo LXXI: Kalam

En la tradición judía se dice que lo hablado entre Dios y Moisés sólo podía ser relatado de manera oral. Sin embargo, Maimónides nos dice que solamente lo escrito era para aquellos hombres comunes, mientras que la tradición oral sería para los más doctos. 

Por otro lado, los sabios judíos como los geonim y los caraítas siguieron las enseñanzas de los motacalimes y su cosmovisión. A partir de los árabes se empezó a desarrollar el ''Kalam'', que es la disciplina donde se tratan de alcanzar los principios teológicos a través de la dialéctica(2).

En esta parte del capítulo, Maimónides lanza una gran crítica hacia los cristianos y mahometanos que se dejaron influenciar por la filosofía griega, adaptando esta a sus propias creencias. Esto Maimónides lo considera erróneo, pero admite que es un proceso natural como cuando Temistio, filósofo exegeta griego, decía:

''No se pueden adaptar las propiedades de las cosas a nuestras creencias, sino que nuestras creencias a las propiedades de las cosas''

Tanto los motacalimes como los filósofos establecen dos teorías en cuanto a la existencia del Universo y de Dios: 

  1. Si el Universo es eterno, Dios no existe.
  2. Si el Universo no es eterno, Dios existe. 

Por supuesto, Mahoma se quedaría con la segunda opción diciendo que el Universo no es eterno pues lo creó Dios. En todo caso, si se dijera que el Universo es eterno, entonces de todas maneras tendríamos que ir cosa por cosa viendo su procedencia hasta encontrarnos con algo que no tiene cuerpo ni tiene energía y además es uno. Ese uno sería Dios. 

Capítulo LXXII: El hombre y el Universo

En el Universo primero debemos comenzar con los cuerpos esféricos que tienen vida propia al girar en su propio eje. Solo pueden cambiar de posición en el espacio. Son girados a través de un quinto elemento que hace que sus propios elementos internos (fuego, aire, tierra y agua) se mezclen los unos con los otros. De esta forma se indican algunas propiedades del mundo sublunar:

  1. La fuerza que mezcla y compone los elementos y crea minerales.
  2. La fuerza que crea la vegetación. 
  3. La fuerza que da vitalidad a los seres vivientes.
  4. La fuerza que dota de inteligencia a los seres racionales. 

Todo esto se produce por el movimiento de la tierra y por la luz que proporciona el sol y la humedad de la noche. 

De la misma forma tenemos al hombre que también está compuesto de elementos, en este caso órganos. Los animales irracionales también están dotados de esto, pero no de la inteligencia que tiene el hombre. Los animales solo ven por su propio bienestar y son autosuficientes en su hábitat, mucho más que el hombre pues este necesita de la sociedad para poder avanzar. 

Capítulo LXXIII: Las doce proposiciones de los motacálimes

Para comprender estos cuatro principios mencionados en el capítulo anterior, los motacálimes tienen doce proposiciones que les sirven para sustentar estos principios. 

Primera proposición: todo está compuesto de átomos

El Universo estaría compuesto de átomos que son indivisibles a causa de su pequeñez. No tiene una magnitud determinada, pero cuando se reúnen varios puede formar cuerpos. 

Segunda proposición: el vacío existe

Los motacálimes decían que el vacío existe porque si existe una infinidad de átomos, es decir, que si el universo estuviera lleno de átomos, estos no se podrían mover. En efecto, los átomos necesitan del vacío (espacio) para poder moverse(3)

Tercera proposición: el tiempo se compone de átomos

El tiempo tendría duraciones tan cortas que no se podrían dividir. De aquí que aquellas unidades indivisibles de tiempo fueran llamadas ''instantes''(4).

Cuarta proposición: no puede existir substancia sin accidentes

Los accidentes son reales y pertenecen de manera exterior a la substancia. Sin los accidentes no podría existir la corporeidad siendo sus características múltiples. 

Quinta proposición: los átomos no pueden existir sin accidentes

El átomo posee todos los accidentes, pero no el de cantidad porque los motacálimes creían que ''cantidad'' realmente no era un accidente. Por otro lado, dicen que las cosas en general son de determinado color porque los átomos son de determinado color. Lo mismo con el movimiento y con las cosas más abstractas. 

Para Maimónides, esto es absurdo y los refuta inmediatamente diciendo que los metales pueden cambiar de color cuando se los altera o reduce a polvo. Lo mismo que el vitriolo que es verde, pero cuando se pulveriza es blanco. Esto prueba que el color es solo un agregado de las cosas.

Sexta proposición: los átomos no siguen existiendo durante dos átomos-tiempo

Esto quiere decir que Dios creó los accidentes junto con las substancias y que es imposible que Dios pudiera crear substancias sin accidentes. En este sentido, los motacalimes rechazan que las propias cosas sean creadoras de sus propios accidentes; por lo tanto, Dios también crea accidentes cada vez que un objeto los va cambiando(5).

Séptima proposición: las propiedades positivas y negativas tienen existencia real como accidentes por la causa eficiente

Siguiendo la proposición anterior, esta proposición reafirmaría lo dicho antes diciendo que Dios interviene en cada posición del átomo en que el objeto se ha modificado. Por ejemplo, si el objeto se mueve es porque Dios intervino directamente para que sus átomos se movieran, y, al contrario, cuando el objeto permanece en reposo Dios interviene para que esto sea así. 

Octava proposición: no existe más que substancia y accidente

Esta proposición declara que todas las substancias son iguales y que un objeto o ser solo difiere en características por sus accidentes. 

Novena proposición: ningún accidente puede ser el substrato de otro accidente

Así como el accidente no puede mantener su existencia permanentemente, entonces estos nunca podrían ser el substrato de alguna cosa. 

Décima proposición: la posibilidad de existencia de un objeto imaginado no depende de su conformidad a las leyes naturales

Los motacálimes admiten como posible todo aquello que el intelecto permite a la imaginación. Sin embargo, esto lo hacen sin poner atención a la realidad por lo que esta teoría podría echar abajo todas las otras proposiciones. 

Undécima proposición: no existe el infinito

Con esto niegan la infinitud de cuerpos sea este contable o incontable, por lo que no existiría para ellos el infinito en potencia ni en acto. 

Duodécima proposición: los sentidos nos engañan y por lo tanto no podemos usar este para respaldar ninguna ley

Se afirman en aquello cuando dicen que los objetos muy pequeños no pueden verse (como los átomos), o cuando la imagen de los objetos cambian de tamaño una vez que se les ponen en agua.

Para Maimónides, todos los argumentos aquí presentados pueden ser objeto de crítica y ser fácilmente refutables. Sin embargo, el argumento que es inadmisible es el décimo donde se dice que lo imaginado es concebible en la realidad. 


Capítulo LXXIV: Pruebas del Kalam para decir que el mundo existió desde la nada

Maimónides nos presenta los argumentos de los motacalimes para decir que el Universo es algo finito.  

  1. Primer argumento: Todo lo que es creado se hizo desde la más mínima partícula: desde el hombre hasta una palmera.
  2. Segundo argumento: Este tiene que ver con la expresión ''creatio ex-nihilo''. Por ejemplo, Zayd nació y luego murió. Se dice que su padre, Omar, es la causa de Zayd y si se busca la causa de Omar puede irse hasta el infinito hasta llegar al primer hombre: Adán. ¿Quién creó a Adán? tendríamos que decir que fue creado desde el barro, pero luego ¿Quién creó el barro? y así podríamos ir hasta el infinito. Por lo tanto, los seres han sido hechos desde la nada y no desde otra materia (porque es infinito). 
  3. Tercero argumento: No hay razones para creer que los átomos estén juntos o separados, pues ya existe un agente que los combina y los separa. 
  4. Cuarto argumento: Así como el universo tiene una substancia, este también tiene accidentes, y lo que hay dentro de él también los tiene. Si el Universo tiene accidentes, entonces este es transitorio y por lo tanto ha sido creado por alguien más. 
  5. Quinto argumento: Dios lo determina todo en cuanto a que todo tiene accidente y forma en el Universo. Podríamos preguntarnos perfectamente, ¿por qué el sol en vez de tener figura circular no tiene una cuadrada o redonda? ¿por qué el mar está debajo de la tierra? por estas cosas vemos que hay un razonamiento detrás que nos exhorta a pensar que existe un creador. 
  6. Sexto argumento: si el Universo tuviera una existencia necesaria (fuera eterno) entonces el Universo mismo tendría que ser Dios, lo cual es absurdo. Por lo tanto, el Universo fue creado. 
  7. Séptimo argumento: como último argumento, los motacálimes dicen que el Universo no es eterno, porque de ser así tendrían que existir infinitas almas, infinitos seres lo cual no es posible, pues los mismos motacálimes niegan la infinitud. 

Estos son los argumentos que se presentan según los motacálimes para decir que el Universo no es infinito. 



Capítulo LXXV: Kalam prueba la unicidad de Dios

Por otra parte, los adeptos al kalam demuestran la unicidad de Dios por medio de otros argumentos que expondremos a continuación:

  1. Primer argumento: si existieran dos dioses, entonces lo átomos tendrían que dividirse para formar dos propiedades lo cual no es posible. Tampoco se puede pensar que dos seres están en un mismo átomo, pues eso nos llevaría a pensar que, en un mismo átomo un Dios podría estar en movimiento y otro en reposo en un mismo cuerpo lo cual es imposible. 
  2. Segundo argumento: si existieran dos dioses tendrían que tener diferencias específicas el uno con el otro. Además uno debería carecer de las características del otro para que puedan ver que son dos. 
  3. Tercer argumento: si existieran dos dioses, uno tendría que querer lo que el otro no. Si los dos quisieran lo mismo entonces no habría caso en tener dos dioses. 
  4. Cuarto argumento: la existencia de una acción es prueba de la existencia de Dios pero no de Dioses(6).
  5. Quinto argumento: si existieran dos dioses, uno se tendría que anular inmediatamente, pues la extensión no alcanzaría para los dos siendo los dos infinitos. 

Todos estos argumentos han sido traídos a la palestra, pero Maimónides no está de acuerdo con ellos en absoluto. ¿En qué no está de acuerdo? no en el enunciado en sí, pues Maimónides sí cree que existe un solo Dios, sino que con el método que tratan de demostrar los motacálimes. 

Capítulo LXXVI: La incorporeidad de Dios según el Kalam

A juicio de Maimónides, el argumento de los motacálimes en cuantoa  la incorporeidad son mucho más débiles que los anteriores. 

  1. Primer argumento: si Dios fuera corpóreo, entonces todos sus átomos ocuparían la infinidad del Universo por lo que todos los otros átomos serían innecesarios. 
  2. Segundo argumento: Dios no se parece en nada a sus criaturas y si es que tuviese, entonces Dios podría ser perfectamente comparable a los demás seres. 
  3. Tercer argumento: si Dios fuera corpóreo entonces tendría que ser finito.

El único argumento que pudiera considerarse verdadero según Maimónides sería el tercero. El primero es rebatible diciendo que Dios no está compuesto de átomos (en caso contrario creó los átomos) y el segundo es refutable diciendo que los seres solo son distintos por sus accidentes. 

Todas estas proposiciones son débiles, pero Maimónides las acepta en cuanto a enunciados o ideas. El método con que se utiliza para probarlo no es el apropiado, pero el filósofo hará esto visible en otro capítulo. 

Conclusión

Tenemos aquí lo esencial de la filosofía Kalam que Maimónides puro recuperar de su tiempo. Estos argumentos son muy parecido y tal vez son fruto de aquellas discusiones que tenían los cuatro filósofos que habíamos visto: Al-Farabi, Avicena, Al-Ghazali y Averroes. Estos cuatro hombres discutían sobre la eternidad del universo y la relación que tenía con Dios, derivando muchas veces a ejercicios aporísticos(7). En fin, mucho nos queda por ver con Maimónides, pues afortunadamente terminamos el primer libro y nos dirigimos al segundo de este mismo tratado. 

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