viernes, 21 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro II: La existencia de Dios) (Parte I: Prueba aristotélica) (1190).

A pesar de haber descrito con lujo de detalles en su anterior libro la existencia de Dios, Maimónides nos vuelve a exponer la existencia del Todopoderoso, pero a través de argumentos racionales y filosóficos. Por supuesto, los argumentos que ocupará Maimónides serán de corte aristotélico, el cual traerà no menores consecuencias a sus lectores incluyendo a quienes son correligionarios de él. Quizás, este libro puede ser uno por los cuales el pensamiento de Maimónides fue juzgado, pues el apoyo filosófico venía de los griegos y no de los judíos. En fin, veamos que nos trae el filósofo.

Referencias:

(1) En el sentido que lo necesario es algo que no cambia. 
(2) Aquí Maimónides se deshace del argumento de Averroes quien afirmaba que las esferas celestes eran eternas. 





Guía de los Perplejos


LIBRO II: La existencia de Dios

Introducción: Proposiciones de Aristóteles


Lo primero que hace Maimónides es exponer 26 proposiciones físicas y metafísicas de Aristóteles. Estas proposiciones prueban la existencia de Dios desde el ámbito de la incorporeidad y de la unidad. 

  1. Es imposible que exista magnitud infinita.
  2. Es imposible que exista un número infinito de magnitudes finitas.
  3. Es imposible que exista un número infinito de causas y de efectos.
  4. Existen cuatro categorías de cambio: substancia, cantidad, cualidad y lugar.
  5. El movimiento implica cambio.
  6. El movimiento puede ser esencial, accidental o forzado.
  7. Todo lo que cambia es divisible y por lo tanto corpóreas.
  8. Lo que se mueve por accidente alguna vez se detendrá porque el accidente no es eterno.
  9. Una cosa corpórea no puede mover a otra sin moverse.
  10. Una cosa contenida dentro de un objeto corporal puede estar por dos razones adentro: por accidente o por esencia. 
  11. Hay cosas que existen mediante la materialidad y son divisibles como el color y otras cualidades, mientras que existen cosas mediante la materialidad que son indivisibles como el alma y el entendimiento. 
  12. La fuerza que ocupa todas las partes de un objeto es finita.
  13. Ningún movimiento es continuo con excepción del movimiento circular. 
  14. Locomoción es el movimiento primero y superior en las distintas clases de movimiento; por ejemplo, la generación y la corrupción. 
  15. El tiempo y el movimiento existen conjuntamente. 
  16. Las formas incorpóreas son incalculables, salvo cuando son causa de otra cosa. 
  17. El movimiento de un objeto se debe por un agente externo. 
  18. Lo que pasa de potencia a acto también se mueve por agente externo. 
  19. Una cosa que debe su existencia a otra no tiene nada más que la posibilidad de existir. En otras palabras, su existencia depende de un agente externo. 
  20. La necesidad de existir no puede tener otra causa ajena a su existencia(1).
  21. Todo lo que viene a la existencia tiene una composición. 
  22. Los objetos materiales son siempre compuestos.
  23. Todo lo que existe potencialmente puede carecer de existencia actual. 
  24. Lo que está en potencia siempre es material. 
  25. Todas las substancias compuestas tienen materia y forma, y esta forma la recibe de un agente. 
  26. El movimiento y el tiempo son eternos y en existencia actual. 

Maimónides piensa que las proposiciones de Aristóteles son probables o aceptables, pero no definitivas. Sin embargo, Maimónides las utilizará para probar la existencia de Dios. 

Capítulo I: incorporeidad y unidad de la causa primera

Primer Argumento: Dios como ser incorpóreo

Tenemos en la prueba 25 donde la forma tiene que ser hecha por un agente motor. La causa de este movimiento (para recibir la forma) subyace en un movimiento común o superior a la cosa movida. Sin embargo, esta serie de movimientos no es infinita. 

El único movimiento que es infinito es el esférico (proposición 8) y este movimiento nace ya sea afuera o dentro de la misma esfera. Si el motor es exterior a la esfera, entonces dicho motor es corpóreo o incorpóreo. Si el agente (motor) es exterior a la esfera se dice que es distinto de la esfera. Ahora si el agente reside en la esfera, entonces este motor tendrá que ser algo incorpóreo como el alma o el entendimiento. 

No es posible que un agente exterior a la esfera sea un objeto corporal. Esto es porque si el motor fuese corpóreo, este tendría que moverse mientras pone en movimiento a otro objeto, y luego tendríamos que tener otro objeto que mueva a otro y así sucesivamente. Esto va en contra de la proposición 2 porque ninguna magnitud es infinita. 

Tampoco puede ser el caso inverso, es decir, que una fuerza inherente a la esfera pusiera en marcha dicha esfera. Si esto fuera así, entonces el primer motor estaría afectado por un movimiento accidental, lo cual es absurdo. Además, las cosas que son movidas tienen que llegar a un reposo, pues nada puede moverse eternamente (si la esfera fuera movida no giraría eternamente). 

Por lo tanto, este primer motor del que hablamos debe tener otra causa que no sea externa ni interna. Sin embargo, Aristóteles nos dice que las esferas se mueven ad infinitum si fuera de esta manera, entonces el objeto debiera ser incorpóreo y distinto de la esfera. 

Así, el objeto que mueve la esfera debe ser incorpóreo, indivisible (porque no es un cuerpo) e inmutable. Este motor no puede ser nada menos que Dios. 

Imposibilidades de Dios

Es imposible que Dios sea dos porque lo incorpóreo no puede enumerarse de ninguna manera. Tampoco puede predicarse movimiento porque la relación de tiempo no pasa por él.

En fin, la esfera no puede moverse ad infinitum por sí sola, por lo que necesita un agente externo e incorpóreo que lo haga.

Segundo argumento: movimientos intermedios

Existen otros seres que tienen movimientos luego del primer motor, es decir, objetos que se mueven por otros agentes, objetos que mueven y son movidos, y finalmente objetos que son movidos pero no mueven a ningún otro. 

No obstante, también existe un objeto como primer motor que mueve sin ser él movido. Este sería el gran motor que da movimiento a los demás. 

Tercer argumento: lo que es percibido por los sentidos

Existen muchas cosas de manera actual que son percibidas por los sentidos. Tenemos al menos tres casos.


  1. Cuando las cosas carecen de principio y fin
  2. Cuando estas tienen principio y fin
  3. Cuando estas tienen principio o fin

El primer caso es inadmisible pues nadie puede percibir aquello que no nace ni se destruye. El segundo caso también es inadmisible, pues esto significaría que todo sería transitorio y ningún ser podría crear a otro. Además, vemos a nuestro alrededor cosas que siempre quedan a pesar de que nosotros ya no estemos ahí. Por lo tanto, lo único razonable es decir que algunas cosas tienen principio y otras tienen fin. ¿Cómo se entiende esto? Podríamos decir que las cosas que tienen principio (y no fin) son el alma y el entendimiento, mientras aquellas que tienen fin (y no principio) es el cuerpo y la materia. 

Por lo tanto, debemos decir que existe un ser que tiene un principio que es Dios, mientras que todos los demás tienen fin. 

Cuarto argumento: pasar del acto a la potencia

Pasar del acto a la potencia es una cualidad de la mayor parte de las cosas; sin embargo, las cosas no pasan solas de la potencia al acto, hay algo que las hace pasar. 

Este ''algo'' que hace pasar de la potencia al acto es una esencia, pero una esencia que en absoluto no puede ser potencia ¿por qué? Si fuera una potencia, entonces tendría que venir a la existencia ¿qué significa eso? pasar de la potencia al acto. Sin embargo, lo incorpóreo no puede pasar de la potencia al acto, pues no tiene materia y si pasara no podría existir. 

Esto fue en referencia a la incorporeidad de Dios

Unidad de Dios

Es absurdo pensar en dos divinidades, pues eso nos llevaría a pensar que hay muchas otras que van generando muchas acciones conjuntas. Por ejemplo, habría un Dios ocupado de ciertas tareas y otro de otras.


Capítulo II: Existencia de seres puramente espirituales

Aristóteles dice que las esferas son eternas debido al movimiento que estas tienen. Sin embargo, ¿no son estas también materiales? Si admitimos que son materiales entonces tendremos que admitir un creador que las hizo(2)

Capítulo III y IV: Movimientos de las esferas por Aristóteles

Ahora, ¿por qué las esferas se mueven cómo se mueven? Cuando nosotros nos movemos lo hacemos con una voluntad que nos guía hacia algo bueno. Cuando los planetas giran en círculos sobre su propio eje, entonces decimos que los planetas giran con voluntad en ese movimiento con razón de acercarse a lo más divino (recordemos que el movimiento circular es signo de perfección). En otras palabras, Aristóteles dice que los astros tienen inteligencia.

Por supuesto, estas son las ideas de Aristóteles y de su escuela griega. Maimónides nos revelará hasta qué punto esta doctrina es cierta o no. 

Capítulo V: Coincidencia de la doctrina aristotélica y las Sagradas Escrituras

En las Sagradas Escrituras se sostiene que las esferas no son masa inertes de fuego y tierra, sino que al contrario son inteligentes. No solo eso, el cielo y todo lo perteneciente a él adora a Dios:

''Y las cohortes de los cielos te adoran''
(Nehemías 9:6)

No necesitamos mucha más extensión pues ya vemos que tanto Aristóteles como las Sagradas Escrituras coinciden. 

Capítulo VI: La palabra ángel en la escritura

El mismo Maimónides dice que los ángeles como seres celestiales carecen de corporeidad. De acuerdo con el mismo Maimónides, Aristóteles también identificaría a los ángeles con lo que él llamaba ''inteligencias''. 

En las Sagradas Escrituras, Dios gobierna a través de sus ángeles, mientras que para Aristóteles, el primer motor actúa por medio de inteligencias. 

Ahora, Maimónides discrepa en un punto con Aristóteles. El filósofo griego aseguraba que las esferas coexistían con Dios pues también eran eternas. Esto lo decía por el movimiento circular (que significa perfección y eternidad) de las esferas. Sin embargo, Maimónides ya nos dijo que las esferas no son infinitas pues son corpóreas, por mucha circularidad que tengan. 

Capítulo VII: La palabra ''ángel'' como homonimia

La palabra ángel se ocupa tanto para las esferas, seres celestiales, astros e inteligencias. Por supuesto, todas estas tienen inteligencias y comandan nuestro mundo, mientras que nosotros solo obramos en las esferas de ínfima calidad.




Conclusión

Sin duda Maimónides introduce una novedad en el pensamiento que seguramente tomará toda la Escolástica que se viene después. Inteligentemente, Maimónides combinó la doctrina aristotélica con las Sagradas Escrituras por lo que pudo probar la existencia de Dios por medio de los motores subordinados a un primer motor que lo mueve todo. Este puede significar el fin del debate sobre la eternidad del Universo y la eternidad de Dios. 

martes, 18 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro I: Antropomorfismo) (Parte V: Proposiciones del Kalam) (1190)

Al fin hemos llegado a la parte metafísica de este tratado donde se expondrá la cosmovisión judía de Dios por parte de Maimónides. En esta quinta y última parte del libro I, Maimónides hablará en términos aristotélicos para referirse a la metafísica pero también nos hablar del ''Kalam'', que es el término que ocuparían los filósofos árabes para describir su propia cosmovisión del mundo. Ya hemos visto la metafísica cristian y la musulmana, ahora nos falta analizar la judía. 

Referencias:

(1) Los motacalimes eran teólogos musulmanes.
(2) De hecho, Kalam significa ''discurso''.
(3) Esto iba en contra de lo que decían los filósofos griegos antiguos, quienes sostenían que el vacío es la nada misma y por lo tanto no puede existir.
(4) Los ''instantes'' fueron propuestos por Aristóteles y seguidos por Al-Farabi y Avicena
(5) Podríamos decir que esta teoría es muy parecida al ocasionalismo de los Al-Ghazali.
(6) Curioso argumento pues una acción solo es prueba de que no se sabe cuántos dioses existen. 
(7) Me doy la facultad de pronunciar esta palabra vista en un texto de Borges para denominar algo que no tiene solución. Proviene de la palabra griega ''aporía''. 



Guía de los Perplejos


LIBRO I: ANTROPOMORFISMO
(Parte V: Metafísica judía)


Capítulo LXIX: La Causa Primera

Hablando en términos aristotélicos, Maimónides dice que Dios es tanto agente forma y fin, y por esto mismo se llama ''causa primera''. ¿Cómo es que Dios es la primera causa de las cosas? de la siguiente manera. 

Todos los seres tienen una causa eficiente que los crea sucesivamente, hasta llegar a un principio único que es Dios. Todo surge por emanación de Dios, por lo tanto, si en un supuesto Dios dejara de existir entonces todas las demás cosas dejarían de existir también, en cuanto estas son emanaciones de Dios. 

Algunos motacalimes(1) decían que si es un supuesto Dios no existiese, la continuidad de las cosas creadas estaría tal como siempre. Esto ocurriría como en el caso de un artesano que crea sus productos; los productos no desaparecen si desaparece el artesano. 

Es por esto que Maimónides no solamente dice que Dios es el creador de las cosas, sino que también es la causa. La causa nunca desaparece porque es la emanación de todo lo demás, por lo tanto, la teoría de los motacalimes quedaría descartada. 

Capítulo LXX: El término ''cabalgar'' aplicado a Dios 

Este término que es dicho ''Racab'' no significa más que el señorío que un ser tiene sobre otro. Ha sido aplicado tanto a Dios como al hombre. En efecto, esta palabra significa la relación que el hombre tenía con los animales, y también de Dios con el hombre.

Capítulo LXXI: Kalam

En la tradición judía se dice que lo hablado entre Dios y Moisés sólo podía ser relatado de manera oral. Sin embargo, Maimónides nos dice que solamente lo escrito era para aquellos hombres comunes, mientras que la tradición oral sería para los más doctos. 

Por otro lado, los sabios judíos como los geonim y los caraítas siguieron las enseñanzas de los motacalimes y su cosmovisión. A partir de los árabes se empezó a desarrollar el ''Kalam'', que es la disciplina donde se tratan de alcanzar los principios teológicos a través de la dialéctica(2).

En esta parte del capítulo, Maimónides lanza una gran crítica hacia los cristianos y mahometanos que se dejaron influenciar por la filosofía griega, adaptando esta a sus propias creencias. Esto Maimónides lo considera erróneo, pero admite que es un proceso natural como cuando Temistio, filósofo exegeta griego, decía:

''No se pueden adaptar las propiedades de las cosas a nuestras creencias, sino que nuestras creencias a las propiedades de las cosas''

Tanto los motacalimes como los filósofos establecen dos teorías en cuanto a la existencia del Universo y de Dios: 

  1. Si el Universo es eterno, Dios no existe.
  2. Si el Universo no es eterno, Dios existe. 

Por supuesto, Mahoma se quedaría con la segunda opción diciendo que el Universo no es eterno pues lo creó Dios. En todo caso, si se dijera que el Universo es eterno, entonces de todas maneras tendríamos que ir cosa por cosa viendo su procedencia hasta encontrarnos con algo que no tiene cuerpo ni tiene energía y además es uno. Ese uno sería Dios. 

Capítulo LXXII: El hombre y el Universo

En el Universo primero debemos comenzar con los cuerpos esféricos que tienen vida propia al girar en su propio eje. Solo pueden cambiar de posición en el espacio. Son girados a través de un quinto elemento que hace que sus propios elementos internos (fuego, aire, tierra y agua) se mezclen los unos con los otros. De esta forma se indican algunas propiedades del mundo sublunar:

  1. La fuerza que mezcla y compone los elementos y crea minerales.
  2. La fuerza que crea la vegetación. 
  3. La fuerza que da vitalidad a los seres vivientes.
  4. La fuerza que dota de inteligencia a los seres racionales. 

Todo esto se produce por el movimiento de la tierra y por la luz que proporciona el sol y la humedad de la noche. 

De la misma forma tenemos al hombre que también está compuesto de elementos, en este caso órganos. Los animales irracionales también están dotados de esto, pero no de la inteligencia que tiene el hombre. Los animales solo ven por su propio bienestar y son autosuficientes en su hábitat, mucho más que el hombre pues este necesita de la sociedad para poder avanzar. 

Capítulo LXXIII: Las doce proposiciones de los motacálimes

Para comprender estos cuatro principios mencionados en el capítulo anterior, los motacálimes tienen doce proposiciones que les sirven para sustentar estos principios. 

Primera proposición: todo está compuesto de átomos

El Universo estaría compuesto de átomos que son indivisibles a causa de su pequeñez. No tiene una magnitud determinada, pero cuando se reúnen varios puede formar cuerpos. 

Segunda proposición: el vacío existe

Los motacálimes decían que el vacío existe porque si existe una infinidad de átomos, es decir, que si el universo estuviera lleno de átomos, estos no se podrían mover. En efecto, los átomos necesitan del vacío (espacio) para poder moverse(3)

Tercera proposición: el tiempo se compone de átomos

El tiempo tendría duraciones tan cortas que no se podrían dividir. De aquí que aquellas unidades indivisibles de tiempo fueran llamadas ''instantes''(4).

Cuarta proposición: no puede existir substancia sin accidentes

Los accidentes son reales y pertenecen de manera exterior a la substancia. Sin los accidentes no podría existir la corporeidad siendo sus características múltiples. 

Quinta proposición: los átomos no pueden existir sin accidentes

El átomo posee todos los accidentes, pero no el de cantidad porque los motacálimes creían que ''cantidad'' realmente no era un accidente. Por otro lado, dicen que las cosas en general son de determinado color porque los átomos son de determinado color. Lo mismo con el movimiento y con las cosas más abstractas. 

Para Maimónides, esto es absurdo y los refuta inmediatamente diciendo que los metales pueden cambiar de color cuando se los altera o reduce a polvo. Lo mismo que el vitriolo que es verde, pero cuando se pulveriza es blanco. Esto prueba que el color es solo un agregado de las cosas.

Sexta proposición: los átomos no siguen existiendo durante dos átomos-tiempo

Esto quiere decir que Dios creó los accidentes junto con las substancias y que es imposible que Dios pudiera crear substancias sin accidentes. En este sentido, los motacalimes rechazan que las propias cosas sean creadoras de sus propios accidentes; por lo tanto, Dios también crea accidentes cada vez que un objeto los va cambiando(5).

Séptima proposición: las propiedades positivas y negativas tienen existencia real como accidentes por la causa eficiente

Siguiendo la proposición anterior, esta proposición reafirmaría lo dicho antes diciendo que Dios interviene en cada posición del átomo en que el objeto se ha modificado. Por ejemplo, si el objeto se mueve es porque Dios intervino directamente para que sus átomos se movieran, y, al contrario, cuando el objeto permanece en reposo Dios interviene para que esto sea así. 

Octava proposición: no existe más que substancia y accidente

Esta proposición declara que todas las substancias son iguales y que un objeto o ser solo difiere en características por sus accidentes. 

Novena proposición: ningún accidente puede ser el substrato de otro accidente

Así como el accidente no puede mantener su existencia permanentemente, entonces estos nunca podrían ser el substrato de alguna cosa. 

Décima proposición: la posibilidad de existencia de un objeto imaginado no depende de su conformidad a las leyes naturales

Los motacálimes admiten como posible todo aquello que el intelecto permite a la imaginación. Sin embargo, esto lo hacen sin poner atención a la realidad por lo que esta teoría podría echar abajo todas las otras proposiciones. 

Undécima proposición: no existe el infinito

Con esto niegan la infinitud de cuerpos sea este contable o incontable, por lo que no existiría para ellos el infinito en potencia ni en acto. 

Duodécima proposición: los sentidos nos engañan y por lo tanto no podemos usar este para respaldar ninguna ley

Se afirman en aquello cuando dicen que los objetos muy pequeños no pueden verse (como los átomos), o cuando la imagen de los objetos cambian de tamaño una vez que se les ponen en agua.

Para Maimónides, todos los argumentos aquí presentados pueden ser objeto de crítica y ser fácilmente refutables. Sin embargo, el argumento que es inadmisible es el décimo donde se dice que lo imaginado es concebible en la realidad. 


Capítulo LXXIV: Pruebas del Kalam para decir que el mundo existió desde la nada

Maimónides nos presenta los argumentos de los motacalimes para decir que el Universo es algo finito.  

  1. Primer argumento: Todo lo que es creado se hizo desde la más mínima partícula: desde el hombre hasta una palmera.
  2. Segundo argumento: Este tiene que ver con la expresión ''creatio ex-nihilo''. Por ejemplo, Zayd nació y luego murió. Se dice que su padre, Omar, es la causa de Zayd y si se busca la causa de Omar puede irse hasta el infinito hasta llegar al primer hombre: Adán. ¿Quién creó a Adán? tendríamos que decir que fue creado desde el barro, pero luego ¿Quién creó el barro? y así podríamos ir hasta el infinito. Por lo tanto, los seres han sido hechos desde la nada y no desde otra materia (porque es infinito). 
  3. Tercero argumento: No hay razones para creer que los átomos estén juntos o separados, pues ya existe un agente que los combina y los separa. 
  4. Cuarto argumento: Así como el universo tiene una substancia, este también tiene accidentes, y lo que hay dentro de él también los tiene. Si el Universo tiene accidentes, entonces este es transitorio y por lo tanto ha sido creado por alguien más. 
  5. Quinto argumento: Dios lo determina todo en cuanto a que todo tiene accidente y forma en el Universo. Podríamos preguntarnos perfectamente, ¿por qué el sol en vez de tener figura circular no tiene una cuadrada o redonda? ¿por qué el mar está debajo de la tierra? por estas cosas vemos que hay un razonamiento detrás que nos exhorta a pensar que existe un creador. 
  6. Sexto argumento: si el Universo tuviera una existencia necesaria (fuera eterno) entonces el Universo mismo tendría que ser Dios, lo cual es absurdo. Por lo tanto, el Universo fue creado. 
  7. Séptimo argumento: como último argumento, los motacálimes dicen que el Universo no es eterno, porque de ser así tendrían que existir infinitas almas, infinitos seres lo cual no es posible, pues los mismos motacálimes niegan la infinitud. 

Estos son los argumentos que se presentan según los motacálimes para decir que el Universo no es infinito. 



Capítulo LXXV: Kalam prueba la unicidad de Dios

Por otra parte, los adeptos al kalam demuestran la unicidad de Dios por medio de otros argumentos que expondremos a continuación:

  1. Primer argumento: si existieran dos dioses, entonces lo átomos tendrían que dividirse para formar dos propiedades lo cual no es posible. Tampoco se puede pensar que dos seres están en un mismo átomo, pues eso nos llevaría a pensar que, en un mismo átomo un Dios podría estar en movimiento y otro en reposo en un mismo cuerpo lo cual es imposible. 
  2. Segundo argumento: si existieran dos dioses tendrían que tener diferencias específicas el uno con el otro. Además uno debería carecer de las características del otro para que puedan ver que son dos. 
  3. Tercer argumento: si existieran dos dioses, uno tendría que querer lo que el otro no. Si los dos quisieran lo mismo entonces no habría caso en tener dos dioses. 
  4. Cuarto argumento: la existencia de una acción es prueba de la existencia de Dios pero no de Dioses(6).
  5. Quinto argumento: si existieran dos dioses, uno se tendría que anular inmediatamente, pues la extensión no alcanzaría para los dos siendo los dos infinitos. 

Todos estos argumentos han sido traídos a la palestra, pero Maimónides no está de acuerdo con ellos en absoluto. ¿En qué no está de acuerdo? no en el enunciado en sí, pues Maimónides sí cree que existe un solo Dios, sino que con el método que tratan de demostrar los motacálimes. 

Capítulo LXXVI: La incorporeidad de Dios según el Kalam

A juicio de Maimónides, el argumento de los motacálimes en cuanto a  la incorporeidad son mucho más débiles que los anteriores. 

  1. Primer argumento: si Dios fuera corpóreo, entonces todos sus átomos ocuparían la infinidad del Universo por lo que todos los otros átomos serían innecesarios. 
  2. Segundo argumento: Dios no se parece en nada a sus criaturas y si es que tuviese, entonces Dios podría ser perfectamente comparable a los demás seres. 
  3. Tercer argumento: si Dios fuera corpóreo entonces tendría que ser finito.

El único argumento que pudiera considerarse verdadero según Maimónides sería el tercero. El primero es rebatible diciendo que Dios no está compuesto de átomos (en caso contrario creó los átomos) y el segundo es refutable diciendo que los seres solo son distintos por sus accidentes. 

Todas estas proposiciones son débiles, pero Maimónides las acepta en cuanto a enunciados o ideas. El método con que se utiliza para probarlo no es el apropiado, pero el filósofo hará esto visible en otro capítulo. 

Conclusión

Tenemos aquí lo esencial de la filosofía Kalam que Maimónides puro recuperar de su tiempo. Estos argumentos son muy parecido y tal vez son fruto de aquellas discusiones que tenían los cuatro filósofos que habíamos visto: Al-Farabi, Avicena, Al-Ghazali y Averroes. Estos cuatro hombres discutían sobre la eternidad del universo y la relación que tenía con Dios, derivando muchas veces a ejercicios aporísticos(7). En fin, mucho nos queda por ver con Maimónides, pues afortunadamente terminamos el primer libro y nos dirigimos al segundo de este mismo tratado. 

sábado, 15 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro I: Antropomorfismo) (Parte IV: Palabras aplicadas a Dios) (1190).

A Dios se le ha nombrado de muchas maneras a través de la historia, ya sea refiriéndose a alguna religión especial, o ya sea refiriéndose a un ente universal y omnipotente. Sin embargo, en esta parte lo veremos desde la cosmovisión del judaísmo. Por supuesto, esta visión es muy distinta de las otras religiones, aunque no por eso menos interesante pues el filósofo ya nos ha convencido de muchas cosas sobre Dios en los últimos escritos. Aunque aún estamos en la primer libro, todavía nos quedan cosas interesantes por revisar. 

Referencias:

(1) Quizás sea bueno ver algunos capítulos de la Mishné Torah, para ver la interpretación de las palabras.


Guía de los Perplejos


LIBRO I: ANTROPOMORFISMO
(Parte IV: Los nombres de Dios)


Capítulo LXI: Los nombres de Dios

Todos los nombres de Dios son derivados de las Sagradas Escrituras. Aquí mostramos los que Maimónides considera:

  1. Shem Ha-Meforach
  2. Adonay
  3. Tetragramatón (YHWH)
Existen otros nombres además, pero estos no tienen la divinidad que expresan estos dos, en otras palabras, son simples y no compuestos. 

Capítulo LXII: Nombres divinos compuestos

Los nombres de Dios se hacían antiguamente de otras palabras. De hecho, el mismo Maimónides decía que existía uno de 12 letras y hasta uno de 42 (aunque duda que fuera un nombre simple, por lo que él deduce que era compuesto). 

Capítulo LXIII: ''Soy el que soy''

Con relación al nombre de Dios Moisés dice:

''Y si me preguntan su nombre ¿qué diré?''
(Éxodo 3:13)

Esto en el contexto donde Moisés guiaba a su pueblo luego de escapar de Egipto. Es ahí donde luego Moisés les dice:

''EHYEH ACHER EHYEH''
''Yo soy el que soy''
(Éxodo 3:14)

Con lo que esto también es sólo un apelativo y no describe la verdadera esencia de Dios. 

Capítulo LXIV: Las palabras CHEM y CABOD

La palabra ''nombre'' se usa con frecuencia para describir a Dios. El significado de esta palabra en hebreo es ''Chem'' y se utilizó sobre todo en uno de los mandamientos:


''No tomarás el nombre del Señor en vano''
(Éxodo 20:7)

En este sentido, incluso la frase ''la palabra de Dios'' es homónima de ''nombre'' de Dios. 

Por otro lado tenemos la palabra ''Cabod'' que significa gloria de Dios. Cuando se habla de esta palabra se quiere decir que alguien o algo está ensalzado del Señor. 

Capítulo LXV - LXVIII: Acciones aplicadas a Dios(1)

Como ya ha dicho Maimónides numerosas veces, que Dios hablara no significaba que tuviera boca. Este verbo se emplea para decir que Dios de alguna forma se comunicó con los profetas. Por lo tanto, todo lo que se refiera a ''hablar'' o ''decir'' debe tomarse en sentido figurado. 

De la misma forma debe tomarse la expresión ''escritura de Dios'', pues la misma Mishná nos dice que la escritura es una creación de Dios.

Otra de las palabras empleadas son ''descanso'' y ''reposo'', porque se decía que Dios descansó al 7mo día lo que es obviamente alegórico. 

Finalmente tenemos las palabras ''inteligente'', ''inteligencia'' e ''inteligible''. Por supuesto, Maimónides nos dice que las tres son Dios mismo, pero que separadamente se entienden de otra manera. Así es el proceso que ocurre con la inteligencia en el hombre:

  1. El hombre comprende en potencia
  2. Abstrae la forma de la sustancia
  3. El hombre adquiere la inteligencia en acto. 

En este sentido, inteligencia y comprensión podrían ser tomados sin ningún problema como sinónimos. 

Esta es la forma en que el hombre adquiere conocimiento, pero por supuesto, esto no está en Dios puesto que él mismo es esencia inteligente. 

Conclusión

Tenemos aquí un breve capítulo de las múltiples palabras aplicadas a Dios en la biblia, y que en ciertas ocasiones han logrado confundir hasta los más cultos con respecto a estos temas. Definitivamente parece más sensato ver la biblia como una expresión figurativa más que literal, pues el error puede cometerse fácilmente. Quizás el gran problema sea ver ''dónde'' una oración de la biblia sea posible de interpretar y cuando no sea posible. 

viernes, 14 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro I: Antropomorfismo) (Parte III: Atributos y otros conceptos) (1190)

Cada vez más nos vamos acercando poco a poco a desarrollar conceptos filosóficos, pero sin dejar de lado la religión. Si fuimos lo bastante perspicaces, nos daremos cuenta que Maimónides ha  tocado muchos conceptos aristotélicos, y lo seguirá haciendo a través de estas páginas. Debemos prepararnos pues este es el libor que instalarà el realismo teológico que se ha venido preparando quizás ya desde San Agustín de Hipona. Veamos la tercera parte del primer libro de Maimónides

Referencias:

(1) Al parecer Maimónides sigue la idea plotiniana de que Dios no puede ser descrito en modo alguno. 
(2) Esta fue la típica discusión que tuvo Avicena con Al-Ghazali: si la existencia precede a la esencia, y si Dios tenía más presencia que existencia. Avicena decía al igual que Maimónides que la existencia es un atributo, pero aquí Maimónides también acepta que la esencia y la existencia sea una sola. Averroes, por otro lado, decía que la existencia es algo que pertenecía a los seres materiales. 
(3) Se confirma la tesis plotiniana.
(4) Definitivamente plotiniano.
(5) Ver el siguiente link donde Anselmo sí cree en los atributos, al menos relacionales. 
(6) El concepto de per aliud por Anselmo se encuentra en este link.

Guía de los Perplejos


LIBRO I: ANTROPOMORFISMO

Capítulo L: Sobre la fe


La fe no es la mera declaración de tener fe o confianza en un determinado hecho o persona. Mucho ponen su fe en que Dios es uno, pero en su pensamiento dicen que es múltiple. 

Así es el caso de los cristianos que dicen que Dios es uno y trino. Dicen que Dios es tres y es uno, o que es uno y tiene muchos atributos. ¿Cómo puede concebirse esto? ¿Cómo podemos decir que un ser es tres al mismo tiempo y que además no tenga ningún atributo? Es el mismo Maimónides quien nos dice que esto es imposible

Capítulo LI: No hay atributos en Dios

Hay muchos hombres quienes dicen que las cosas que se perciben son tal cuales son; es decir, el calor, el frío, lo húmedo y lo seco. Son cosas que son evidentes por sí mismas, sin embargo, hay hombres que tratan de reversar la realidad y decir falsedades. 

Es así que Aristóteles estableció muchas cosas con respecto a la realidad. Por ejemplo, el estagirita pudo comprobar y explicar el movimiento para resolver muchos problemas concernientes al mismo concepto. 

De aquí que si decimos que Dios es incorpóreo, entonces debemos decir que es pura esencia, en otras palabras, no tiene accidentes, y si no tiene accidentes no tiene atributos. Y si tuviera atributos caeríamos en el absurdo de decir ''Dios es Dios'' ya que no podemos decir que no tiene accidentes(1)

El error de poner atributos a Dios surge de la interpretación literal de las Sagradas Escrituras, la cual ha sido dañina para la doctrina porque desde ahí los hombres echan rienda suelta a su imaginación. 

Capítulo LII: Cinco especies de atributos

La única manera en que se puede caracterizar un objeto es bajo 5 atributos:

  1. Definición: cuando se define un objeto en cuanto a su verdadera esencia. No es apropiado dar este atributo a Dios ya que no hay causas anteriores a su existencia por las cuales pueda ser definido.
  2. Parte de la definición: cuando se define dos características de un objeto; por ejemplo, el hombre es un ser viviente, o un ser racional. Cualquiera de las dos es buena definición. Con esta tampoco podemos definir a Dios porque de esa manera tendríamos que dividir su esencia, lo cual es absurdo. 
  3. Cualidad: cuando se describe un objeto por algo distinto de su esencia, es decir, un atributo. Si damos a conocer a Dios por cualidades, entonces lo daríamos a conocer a través de accidentes. 
  4. Relación: cuando se describe a un objeto por la relación que tiene con otra cosa; por ejemplo, Zayd hijo de Amru. Por supuesto, esto no se puede aplicar a Dios, pues la relación tiene que ver con todo aquello que tiene mudanza. 
  5. Acciones: cuando se quiere decir la creación de algo, por ejemplo, Zayd hizo esta puerta. Esta si es una acción que puede darse en Dios, pues la creación viene de su esencia. 

Así, los atributos que tratan de definir a Dios en los términos a excepción de su habilidad de crear son erróneos. En efecto, de Dios no podemos predicar que es hermoso, bello, feo, bondadoso, etc. ya que esto sería justamente dar atributos. Recordemos también que los atributos se encuentran mucho más en lo corpóreo que en lo indefinido. 

Maimónides insiste en que la lectura de las Sagradas Escrituras de forma literal solo ha contribuido a la interpretación errónea. 

Capítulo LIII: Aquellos que aplican atributos a Dios

Uno de los argumentos que se siguen de que Dios tiene atributos es la típica diversidad de acciones que se mencionan en la Biblia. En efecto, la biblia nos menciona muchas características de Dios, por lo que podríamos concluir que en efecto si tiene atributos. Sin embargo, esto es un error, pues del fuego también se dice muchas cosas, pero una sola es la cualidad del fuego; el calor. Por lo tanto, la unidad o esencia del fuego se esa misma. 

Otra de las creencias sobre esto es que muchos intelectuales dicen que hay ciertas cualidades de Dios que son múltiples; por ejemplo, la vida, el poder, la voluntad y la sabiduría. Estos, dicen los intelectuales, son atributos de la esencia de Dios.

Maimónides dice que esto es un error, pues la vida y la sabiduría son la misma cosa, es decir, uno no puede vivir sin el otro. Los otros atributos mencionados (poder y voluntad) no son en absoluto atributos de Dios, pues no tiene ni más ni menos poder ni más ni menos voluntad. En realidad, estos dos últimos atributos expresan relaciones entre Él y su criaturas, en otras palabras, el hombre deduce que Dios tiene poder y voluntad. 

Finalmente, Maimónides dice que no hay atributos en Dios porque Dios es perfecta unidad.

Capítulo LIV: Otras ideas sobre los atributos y la esencia de Dios

En la biblia existe un momento donde se habla de la esencia de Dios:

''Muestrame tu gloria''
(Éxodo 33:18)

Esto sucede cuando Moisés pide esta exclamación a lo que Dios contesta:

''Te haré pasar toda mi bondad delante de tu rostro''
(Éxodo 33:19)

Inmediatamente Dios le dijo:

''No podràs ver mi rostro''
(Éxodo 33:20)

Por supuesto, en la primera parte, la bondad de Dios quiere decir toda la creación; la segunda parte nos aclara inmediatamente que Dios no tiene rostro y por lo tanto, no es corpóreo. 

Se habla de muchas acciones de Dios e incluso ''iras'' que el tuvo, pero estas solo son referenciales o metafóricas. 

Capítulo LV y LVI: Dios no tiene semejanza con las criaturas


Todos los seres vivos están sometidos a la potencia, es decir, a veces existen y otras veces no. Por eso, no podemos decir que Dios sea potencia, pues unas veces sería algo y otra no. Por lo tanto, ninguna característica humana puede compararse o acercarse con respecto a Dios.

Tampoco hay una semejanza con los valores humanos; por ejemplo, la voluntad, el saber, el poder, etc. Todas estas cosas no se comparan con Dios ni siquiera por magnitud. ¿Por qué? porque lo inconmensurable no tiene medición ni magnitud alguna.  


Capítulo LVII: Expresar los atributos en palabras

La vida y existencia de Dios son una sola cosa, es decir, la esencia con la existencia. En efecto, estos dos conceptos no son separables en esta entidad. 

Sin embargo, como primero es esencia (ya que cualquier cosa puede existir), el atributo de la existencia no le pertenece. Esto se debe también a que en este sentido la existencia es un atributo y Dios no tiene atributo alguno(2)

Por otro lado, Maimónides dice algo confuso pues asegura

''Dios es sabio sin tener el atributo de sabiduría, es omnipotente sin tener el atributo de omnipotencia''

Esto nos lleva a pensar que cada palabra (''sabiduría'' y ''omnipotencia''), tiene tanto esencia como atributo y Dios sería la esencia de todas ellas. Por otra parte, tampoco podríamos decir que Dios es el primero de los seres, a pesar que antes de él no hubo ser alguno. No es correcto añadir ningún atributo a Dios(3).

Capítulo LVIII: Los atributos negativos con aplicables a Dios

Si bien habíamos dicho que Dios no tiene atributos, en verdad, lo único que puede atribuírsele a Dios son los negativos. Cuando se dice que existe decimos al mismo tiempo que no tiene no-existencia. Cuando decimos que es incorpóreo decimos que no tiene cuerpo. Lo llamamos ''el Primero'' para decir que no tiene ninguna causa. 

En efecto, a los seres inferiores a Dios no podemos llamarlos con negativos, pues todos tienen cuerpo y son al mismo tiempo efecto y causa. 

Por estas razones, vemos que la esencia de Dios es algo inalcanzable 


Capítulo LIX: El conocimiento de Dios está formado de negaciones

Sería prudente preguntar entonces: si nadie puede conocer la esencia de Dios, ni siquiera un erudito, ¿qué diferencia existe entonces con los que no saben? La diferencia radica en quien asegura algo sobre Dios, es decir, añade atributos y entre aquellos que no le atribuyen nada. En otras palabras, cuando un hombre imagina los atributos de Dios se aleja del mismo, mientras que el hombre que niega los atributos se acerca.

¿En qué sentido? en los siguientes:

  1. Todo lo que se afirme de Dios será perfección con respecto al hombre. 
  2. Su esencia encierra todas las perfecciones, por lo tanto no es posible añadir más a aquella. 

Pareciera ser que Dios solo puede describirse como lo indica el Salmo:

''Para tí, el silencio es alabanza''
(Salmos 65:1)

Y también se indica en la biblia:

''Porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; sean por tanto escasas tus palabras''
(Eclesiásticos 5:2)

Aquí vemos entonces pruebas tanto lógicas como religiosas sobre la negación de atributos a Dios. 

Capítulo LX: Propiedad de atributos positivos y negativos

Para entender esto finalmente, Maimónides ejemplifica una situación:

  • Una persona sabe que existe cierto barco.
  • Aprende que la palabra barco no es un accidente sino una sustancia. 
  • Aprende que no es una planta y no es un mineral.
  • Aprende que no es un cuerpo organizado (puesto que es una idea).

En fin aquella persona sabe que la palabra ''barco'' es la sustancia y no el atributo de algo. Por lo tanto, bastaría decir ''barco'' para entender la sustancia de algo, puesto que los atributos sin la esencia no pueden decirnos la esencia. Por ejemplo: ''bello'', ''feo'', ''honesto'' son atributos pero no nos indicarán jamás la esencia.

Finalmente, no podemos dar atributos positivos a Dios si lo que queremos es encontrarlo. Mientras más usamos los atributos, ya sea para describir a Dios o a cualquier cosa, estamos siendo imprecisos con la verdadera esencia(4).

Conclusión

Vemos aquí un gran llamado al sentido común y a la lógica de parte de Maimónides. Vuelve a renacer esta visión del filósofo romano Plotino en contraste con los otros filósofos que nos hablaban sobre algunas características de Dios como por ejemplo, San Anselmo de Canterbury(5) quien decía que era lo más grande que pudiera imaginarse. En efecto, San Anselmo introducía el concepto de ''per aliud'' es decir, lo incomprensible se logra saber por la semejanza(6). En fin, vuelve a renacer la teología plotiniana de Dios ¿es esto malo o bueno?

sábado, 8 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro I: Antropomorfismo) (Parte II: Facultades humanas) (1190)

Seguimos con la segunda parte del primer libro de Maimónides, pero esta vez ya no veremos interpretación de conceptos sino que iremos mucho más allá. Este libro no solo sirve para los religiosos, sino que también para todos aquellos no judìos, a los interesados por la filosofìa y el razonamiento. Iremos abordando desde la percepción del ser humano, hasta los conceptos más abstractos del mismo. Pongamos atención al segundo concepto de Maimónides

Referencias:

(1) Comentarista de Aristóteles que dirigió el Liceo de los peripatéticos en alguna oportunidad. 
(2) Primer escrito filosófico antiguo donde veo que se preocupan de las capacidades de un niño a la hora del aprendizaje. 
(3) El niño está más dispuesto a correr, saltar, gritar que a tareas del intelecto. 
(4) Una visión bastante aristotélica de la educación. 

Guía de los Perplejos


LIBRO I: ANTROPOMORFISMO
(Parte II: Facultades humanas)


Capítulo XXXI: Entendimiento del hombre común

De acuerdo con Maimónides, el entendimiento humano tiene límites, fronteras que no pueden traspasarse. A pesar de que el hombre haga inmensos esfuerzos por conocerlo todo, su imperfección se lo impide. A causa de esto, el hombre sólo puede dejarse llevar por sus deseos y, creyendo que ha alcanzado la solución, cae irremediablemente en el error creyendo que está en lo correcto. 

El mismo Alejandro Afrodisio(1) decía que existìan 3 obstáculos para encontrar la verdad:

  1. Arrogancia y vanagloria.
  2. Delicadeza, profundidad y dificultades particulares.
  3. Ignorancia y falta de capacidad para comprender.
Sin embargo, Maimónides añadiría una cuarta causa que sería la educación y la costumbre. 

El hombre defiende sus puntos de vista, es decir, aquellos que lo llevaron a creer esto. Se deja llevar por ellos y por eso el hombre comete ciertos errores como por ejemplo, pensar que Dios tiene corporeidad porque la biblia lo menciona (''Dios habló a Moisés'', pensando que Dios tiene boca). 

Capítulo XXXII: Percepción intelectual

El concejo que nos da Maimónides es muy simple: la duda. En efecto, si somos capaces de cuestionarnos lo que está alrededor o lo que nos han enseñado, entonces habremos alcanzado la perfección del entendimiento. 

En efecto, cuando el hombre no sabe un asunto determinado, no puede simplemente rechazarla o abandonarla. Lo que debe hacer es suspender el juicio y abstenerse de emitir una opinión apresurada

Capítulo XXXIII: Iniciarse en la doctrina

Cuando se piensa en iniciar a alguien en la doctrina judía, a un niño por ejemplo, no se debe hacer de un modo directo con las Escrituras, ni mucho menos con la Metafísica que lo llevaría a confundirse. Esto hay que hacerlo a través del mito, es decir, explicarles de manera metafórica y alegórica para que su entendimiento pueda reconocer los concepto esenciales.

Para esto, se tendrá que considerar las capacidades del niño(2), además de reunir dos condiciones: prudencia y percepción rápida.

Capítulo XXXIV: No se debe enseñar metafísica

Existen cinco razones para no dar a enseñar la metafísica a los niños:

  1. Es un tema difícil y profundo.
  2. La inteligencia está en potencia y no en acto.
  3. Los estudios preliminares necesitaría de Lógica, Matemáticas, Física y finalmente Metafísica. 
  4. La constitución natural del hombre.
  5. La necesidad que tiene el niño de preocuparse de las cosas corporales, la cual perturba el intelecto(3).

No solo esto, la educación de la Metafísica debe darse a aquellos que son privilegiados y no al común del pueblo, que fácilmente puede confundir los conceptos(4)

Capítulo XXXV: Dios es incorpóreo y pasible

Sin embargo, a todos se les debe enseñar que Dios es incorpóreo y pasible, pues es una doctrina general que cabe en el entendimiento de toda mujer y hombre. 

Capítulo XXXVI: ''Agradar''y ''enojar'' a Dios

Todos los conceptos que aluden a enojar, enfurecer e ira son relacionados con Dios, pero desde la idolatría. En otras palabras, cuando las Sagradas Escrituras se refieren con estas palabras, lo hacen aludiendo a los paganos y no a los profetas. 


Capítulo XXXVII - XLV

Nuevamente, Maimónides se propone analizar algunos conceptos de la Torah:

  1. Panim: que significa ''cara'' que tiene múltiples interpretaciones partiendo desde la ''cara'' refiriéndose al rostro, la existencia de un ser y como adverbio para decir ''antes''.
  2. Ahor: que significa ''espalda'' y se interpreta como andar a las huellas de una persona, en el sentido de seguir sus ideas.
  3. Leb: que significa ''corazón'' que se interpreta como algo que está entre medio, o también puede significar el ''pensamiento de alguien.
  4. Rua: que significa ''hálito'' y se interpreta como aire o espíritu. 
  5. Nefech: que significa ''alma'' y también significa ''sangre''. En un sentido figurado significa ''razón''.
  6. Hai: que significa ''viviente'' y se interpreta como todo aquello dotado de sensibilidad. 
  7. Canaf: que significa ''ala'' y se interpreta como ''confines''.
  8. Ain: que significa ''ojo'' y se interpreta como ''la providencia'' ya que todo lo puede ver.
  9. Chama: que significa ''oír'' y se interpreta como ''atender''.

Estos son todos los conceptos que Maimónides interpreta, y ahora da una explicación de cómo se entienden ellos con la figura de Dios. 

Capítulo XLVI: Los órganos de Dios atienden a interpretaciones figuradas

Por supuesto, para describir a alguien bastará basarnos en los accidentes y demases descripciones. De la misma manera, el vulgo le atribuye cosas corporales a Dios, y por eso dicen que Dios vive. El ser humano está acostumbrado a la presencia de las cosas, a que si algo está viviendo, necesariamente tiene que ser visto con los órganos. 

Sin embargo, las partes del cuerpo que, parecieran ser atribuidas a Dios son solamente de manera figurada. Fueron hechas para que el vulgo entendiera que existe tal divinidad, pero no para tomar esto de manera literal. 

Capítulo XLVII: Los atributos que se le dan a Dios

Es curioso ver que en las Sagradas Escrituras sólo se le den ciertos atributos corporales a Dios:

  1. Vista: Dios vio (Génesis 6:5)
  2. Audición: Dios oyó (Números 9:1)
  3. Olfato: Dios olió (Génesis 8:21)

Sin embargo, nunca se dice que Dios tocara o gustara. Esto se debe, según Maimónides, a que Dios no entra en un contacto tan cercano o tan íntimo con los profetas o los hombres. 

Además, Dios no es visible y como es un ser distinto, su ''toque'' no se entiende de la misma manera que nosotros entendemos, pues los hombres solo conciben el tacto cuando un cuerpo se junta con otro. Esto no ocurriría en Dios. 

Capítulo XLVIII: Ver y Oír por Onkelos

Este capítulo es muy corto y Maimónides dice básicamente que no está de acuerdo con la traducción de Onkelos en la Torah. Onkelos traduce literalmente sin interpretar las palabras ''ver'' y ''oír''. Finalmente dice que podría existir un error de traducción de parte de Onkelos. 

Capítulo XLIX: Sobre los ángeles

De los ángeles también se habla de manera figurada, y aún con más razón se dice que estos no tienen corporeidad. Solamente puede existir en l visión profética como espectros que toman un cuerpo humano o animal. En caso final, los ángeles no tienen una corporeidad permanente que se les pueda atribuir. 

Conclusión

No nos debería llamar la atención que justamente la parte que tiene más aspectos que revisar es la humana, pues el cuerpo es una cuestión compleja y diversa, no así la esencia que es simple. Con todo esto, nos debe quedar claro que Dios es incorpóreo al igual que los ángeles. En efecto, puede parecer muy difícil de concretar en la mente, pues nuestra mente siempre trabaja con la presencia de las cosas. Cuando nos dicen que algo no existe, simplemente no puede añadirsele nada y por lo tanto parecería un absurdo; por eso es tan difícil de creer.