miércoles, 5 de septiembre de 2018

Maimónides - Mishné Torah (1166).

Este fue el libro con el cual Maimónides se estableció como el gran pensador judío como lo pone la historia. Ya era hora que viéramos un análisis en materia religiosa de parte de Maimónides, ya que todo lo anterior que hemos visto ha sido visto desde la filosofía, la lógica y la historia. Sólo debemos considerar los distintos puntos de vista que Maimónides tenía, para darnos cuenta que la mirada que dará a la Torah no será estrictamente religiosa sino que más bien lógica. Tenemos que decir, que no podremos ver el libro completo, pues tal hazaña tomaría mucho tiempo. Veamos el siguiente tratado del filósofo.

Referencias:

(1) 70 ancianos que Dios le pidió a Moisés que se reunieran. Eran ancianos de Israel.
(2) Se refiere a los hititas, gergeseos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos.
(3) Amalek es mencionado en el Éxodo y su pueblo (los amalecitas) atacaron a Josué. 
(4) La misma costumbre que tendrían con los musulmanes con la palabra Allah, que sería el nombre de Dios. 
(5) En el Mateo 5:17, Jesús dice a sus discípulos ''No he venido para abrogar la ley, sino que para cumplirla''.



Definición:

(1) Nefesh: significa ''espíritu'' en hebreo.


Mishné Torah

Capítulo I: Los preceptos de Moisés

Fue Dios quien ordenó a Moisés a que el pueblo siguiera los 10 mandamientos y otros preceptos presentes. Luego de darle todos los preceptos, Moisés lo dio a las distintas tribus y guardó una en el Arca de la Alianza, con la intención de que quede como evidencia para los demás pueblos. Estaque Moisés ha mandado a guardar es la conocida Torá Oral. 

Si bien no están escritos, Moisés dejó los preceptos a Josué y este los dejó a los 70 ancianos(1).

Algunos de los preceptos eran los siguientes:

  1. Derribar la idolatría y todos sus complementos (Deuteronomio 13:17).
  2. Dar muerte a los habitantes de la ciudad apóstata (Deuteronomio 13:17).
  3. Destruir las 7 naciones (Deuteronomio 20:17)(2).
  4. Destruir la descendencia de Amalek (Deuteronomio 25:19)(3).

Estos entre muchos otros han sido los preceptos que Moisés ha dejado a la comunidad judía gracias a Dios. 

Capítulo II y III: La Creación

Por supuesto, la forma de amar a Dios es básicamente observar la belleza que ha creado y comprender que uno mismo es una pequeñez, entre su creación. Para comprender esta creación, Maimónides menciona los siguientes puntos. 

Dios creó a los seres desde los siguientes niveles:
  1. Materia y ente como hombres, animales y otros seres.
  2. Materia y ente, pero no de la misma forma como con los hombres o animales. Al contrario, la forma de la que estamos hablando no cambia para nada, se queda tal como está. En este punto están los astros y planetas
  3. Creaciones sin materia. A este grupo pertenecen los ángeles.

Ahora, en las mismas escrituras hay relatos donde se dice que los ángeles tenían cuerpo, pero eso está dicho de forma alegórica. Al igual que cuando se dice ''Dios dijo a Moisés'' eso no quiere decir que Dios tenga boca. 

Todos estos seres tienen cierto orden metafísico donde son los ángeles quienes están en el primer lugar. En este nivel hay por lo menos 10 niveles más que se componen:

  1. Jaiot
  2. Ofanim
  3. Arhelim
  4. Jashmalim
  5. Serafim
  6. Malhajim
  7. Elohim
  8. Bene Elohim
  9. Kerubin
  10. Ishim 

Se supone que en el primer nivel ''Jaiot'' se encuentra Dios, mientras que los ángeles más inferiores están en el nivel 10. Estos son los ángeles inferiores que se comunican con los profetas, y por eso estos se aparecen a los hombres, pues estos se asemejan a la perfección del hombre.

Por supuesto, ninguno de los ángeles puede conocer a Dios tanto como él se conoce a sí mismo. Sin embargo, estos ángeles, sobre todo los primeros que se le acercan más, pueden percibirlo. 

¿Conoce Dios a todas las criaturas? no como nosotros las conocemos, pues Dios solo debe mirarse a sí mismo para conocer a todas las criaturas; todas provienen de él. 

Capítulo IV: Esencia y materia

Maimónides nos dice que todos los seres tienen como esencia algo llamado nefesh(1) que es otorgado por Dios. Es el Génesis el que describe esta esencia de Dios en los seres:

''Hagamos a un hombre hecho a imagen y semejanza''
(Génesis 1:26)

Es decir, que su finalidad sean las ideas y el conocimiento para que así llegue a ser más parecido a los ángeles. 

¿Cómo llega la enseñanza de esto a los hombres? los hombres son enseñados de la siguiente manera: bajo el Maasé Mercaba y el Maasé Bereshit.

Maasé Merkaba: son las enseñanzas de la Torah que se imparten a los que ya tienen conocimientos previos sobre la misma, y por lo tanto su enseñanza es pública. Aquellos que por sí mismos son capaces de entender.

Maasé Bereshit: se enseña en forma particular aunque el estudiando no tenga la capacidad de aprenderlo por sus propios medios. 


Capítulos V: Transgresiones

En la Torah hay ciertas reglas que los judíos deben atender siendo las más controversiales las que Maimónides aquí explica. 


  1. Si a un judío le obligan a transgredir los preceptos porque de otro modo lo matan, entonces debe dejarse matar. Si el judío a quien matan está solo, entonces no debe dejarse matar, pero si llega a estar en la presencia de 10 judíos, entonces debe dejarse matar. 
  2. Si un no judío amenaza a las mujeres diciéndoles ''entréguenos sus mujeres para impurificarlas, de lo contrario impurificaremos a todas'', entonces deben dejarse impurificar y no entregar la mujer judía.
  3. Si un judío está en riesgo de muerte por enfermedad y necesita transgredir un precepto para ser curado, entonces puede transgredir dicho precepto. Además la solución no debe producir placer (gustar de comida deliciosa, o permanecer perezoso), sino que debe ser correspondiente a la enfermedad (tomar medicamentos, ponerse un vendaje,. etc.).
  4. El sabio debe tener una actitud más correcta que cualquier otro judío. Jamás debe faltar el respeto al adversario, incluso si este fue muy agresivo. 

Como vemos, todos estos preceptos son de lealtad hacia la comunidad judía. 

Capítulo VI: Los nombres y los textos

Para el judaísmo, los nombres de cada persona son algo importantísimo que define a cada persona. Es por eso que hay ciertos nombres que no se pueden borrar(4) y si alguien es sorprendido borrandolo, podría ser sujeto de un castigo. 

Aquí están los nombres que no se pueden borrar:

  1. Hvdy
  2. A-donai
  3. E-l
  4. E-loha o E-lohim
  5. E-hye
  6. Sh-adday
  7. Tze-vaot

Quienquiera que borre estos nombres puede padecer un castigo. Sin embargo, si el hombre borra una letra de estos nombres, entonces no recibirá castigo. Los apelativos que se hagan de estos nombres como, ''sabio'', ''inteligente'', ''agudo de pensamiento'', pueden ser borrados. 

Los textos bíblicos o cualquier texto que incluya algo sagrado no puede ser quemado o  destruido. Es por esto que existe el contenedor llamado Guenizá, el cual sirve para guardar dichos escritos. Este no tiene el propósito de conservarlos sino que de no profanar el nombre de Dios a través de la quema o destrucción de estos escritos. 

Capítulo VII: Los profetas

Los profetas son guiados por Dios, es decir, la profecía cae sobre ellos, ellos no hacen la profecía. Estos hombres son los que pueden conocer a los ángeles llamados Ishim

Estos perciben la profecía ya sea en sueños, en una visión nocturna o incluso en luz de día. La mayor parte de las veces los profetas se desmayan, luego de ver la aparición. También pueden presentarse de forma alegórica, es decir, a través de objetos como fue la vara de almendro en Jeremías o el rollo escrito de Ezequiel. 

Las profecías pueden ser personales para que la profecía ilumine al profeta, o puede ser que Dios envíe una al pueblo. Puede ser que un pueblo sea engañado por un hombre, ya que es difícil demostrar una profecía. Sin embargo, de todas maneras se debe escuchar al hombre que dice ser profeta y luego debe probarlo. Aunque exista una mínima chance de que mienta, la comunidad judía debe escucharlo y nadie sería culpable si el falso profeta fuera descubierto. Así dice la biblia:


''Porque el hombre mira a los ojos, pero Dios mira los corazones''
(Samuel I 1:16)

De ahí puede ser que la elección de un profeta o la veracidad de este se vuelva tan difícil de comprobar, y por lo tanto que surjan falsos profetas. 

Capítulo VIII: Los milagros del profeta

El más grande profeta de la biblia fue Moisés y es a éste al cual se consagran los judíos. Cualquier hombre que quiera asemejarse a Moisés, incluso haciendo ''milagros'' más espectaculares que él, el pueblo judío debe desoírlo. 

¿Por qué? básicamente porque si un profeta viene a contradecir o a realizar milagros que no han sido profetizados. Por lo tanto, debe ser rechazado de la comunidad judía inmediatamente. 


Capítulo IX

Tenemos aquí que no aparecerá un profeta cambiando las leyes o destruyendo lo que se ha hecho en los tiempos de Moisés. Sin embargo, la biblia dice:

''Les haré surgir un profeta de entre ustedes, como tú, y pondré mi palabra en su boca y dirá a ellos todo lo que les prescriba''
(Deuteronomio 18:18)


Por lo tanto, los profetas genuinos solo vienen a confirmar la palabra, no vienen a fundar una nueva religión ni a llevar algo nuevo, sino que a cumplir la palabra de Dios con Moisés(5).

Una vez que se asegure que dicho hombre es el profeta, entonces se debe proceder a seguir lo que él dice. Ningún profeta puede abolir la ley ni cambiar los preceptos por más mínimos que estos sean. 

Capítulo X: Las pruebas de la profecía

Las pruebas de la profecía son aquellas que están relacionadas con el futuro. Es decir, el profeta debe decir a la comunidad lo que ocurrirá en el futuro y esperar. Pareciera ser que más que los milagros, los profetas debe ser puestos a prueba por su capacidad de predecir el futuro. 

¿En qué se diferencia un profeta de un adivino entonces? En que el adivino no siempre acierta a los acontecimientos del futuro y el profeta siempre lo hace. 

Conclusión

Es increíble la rigurosidad y lo estricto que son los judíos con respecto a las señales y otros indicios de un futuro profeta. En todo caso, se comprende esta actitud, pues se supone que la aparición de un profeta cambiaría todas las cosas del mundo; sin embargo, el camino es largo y está lleno de engaños. Es así que los judíos consideran un engaño la imagen de Jesús, pues este hombre iba en contra de las antiguas enseñanzas. 

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