Giovanni Pico della Mirandola
La familia Pico, originada en un consorcio parental conocido como los "Hijos de Manfredo" en honor a Manfredo da Limidi, un vasallo de Matilde de Canossa, tuvo soberanía sobre Mirandola y sus alrededores desde el siglo XIV hasta que sus territorios fueron adquiridos por la familia Este de Módena en el siglo XVIII. Su Familia sería conocida como los Señores de Mirándola y Concordia.
Su fundador sería Francesco I Pico, hijo de Bartolomeo Pico y Aledisia Pallavicino, quien fue nombrado vicario imperial en 1311 tras servir al emperador Enrique VII. Manejó las relaciones entre facciones en Módena hasta que fue emboscado y perdió la mayoría de sus tropas. Exhaustos, los ciudadanos de Módena pidieron ayuda al señor de Mantua, Rinaldo Bonacolsi, quien sitió la ciudad.
Tras veinte días, Francesco abandonó Módena y sirvió en Lucca y Pisa. Al regresar a Mirandola, encontró su castillo destruido. Capturado y humillado en Módena, fue encarcelado en Castel d'Ario junto a sus hijos, donde murieron de hambre. En 1321, Mirandola fue ocupada por los Bonacolsi y cedida a la familia Gonzaga en 1328.
Luis I Gonzaga sería el fundador de la dinastía Gonzaga, pero tras varios asedios de parte de Francesco II, hijo de Paolo Pico, quien a su vez era el nieto de Francesco I Pico, adquirió los dominios de la Mirándola en 1354. Carlos V lo nombraría Señor de la Ciudad.
Tuvo cinco hijos con una mujer desconocida, entre ellos Giovanni I Pico sería el sucesor quien compartiría el poder con su hermano Francesco III Pico y su primo Ajax II Pico.
Entre estos tres señores el que nos interesa es Giovanni I Pico quien tendría a sus hijos Giovanni Francesco I Pico, Niccolo Pico (fallecido antes que el padre) y Tomassino Pico con Catherina Bevilacqua. Giovanni Francesco I Pico sería el sucesor de su padre transformándose en Señor de la Mirándola y Conde de Concordia.
Gianfrancesco I se casó con Giulia Boiardo, hija del conde de Scandiano y de Gherardo da Correggio, y tuvieron varios hijos. Galeotto I Pico (1442-1499), sucesor de su padre, se casó con Bianca d'Este y tuvo descendencia. Antonio María Pico (1444-1501), también sucesor, se unió en matrimonio con Costanza Bentivoglio y tuvo descendencia. Caterina Pico (1454-1501) se casó dos veces, primero con Lionello I Pio de Saboya y luego con Rodolfo Gonzaga. Giulia Pico (1455-1493) se convirtió en monja clarisa en el monasterio de Santa Chiara di Mirandola. Lucrezia Pico (1458-1511) se casó primero con Pino III Ordelaffi y luego con Gherardo Appiani. Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494) el filósofo a quien nos referiremos en esta entrada. Además, Gianfrancesco I tuvo un hijo ilegítimo, Meliaduse Pico (c. 1460-1507).
Infancia
Nacido
veintitrés años después del matrimonio de sus padres, Giovanni tenía dos
hermanos mucho mayores, ambos le sobrevivieron: el conde Galeotto I continuó la
dinastía, mientras que Antonio se convirtió en general del ejército imperial.
La familia Pico reinaría como duques hasta que Mirandola, un aliado de Luis XIV
de Francia, fue conquistado por su rival, José I, emperador del Sacro Imperio
Romano Germánico, en 1708 y anexado a Módena por el Duque Rinaldo d'Este,
extinguiéndose la línea masculina exiliada en 1747.
La familia materna de Giovanni se distinguió singularmente en las artes y la erudición del Renacimiento italiano. Su primo y contemporáneo fue el poeta Matteo Maria Boiardo, quien creció bajo la influencia de su propio tío, el mecenas florentino de las artes y poeta erudito Tito Vespasiano Strozzi.
Giovanni
tenía una relación paradójica con su sobrino Gianfrancesco Pico della
Mirandola, quien era un gran admirador de su tío, pero publicó una obra llamada Examen vanitatis
doctrinae gentium (1520) en oposición a la "narrativa de la sabiduría
antigua" defendida por Giovanni, descrita por el historiador Charles B.
Schmitt como un intento "de destruir lo que su tío había construido".
Educación
Siendo un niño precoz con una memoria excepcional, Giovanni fue educado en latín y posiblemente griego a una edad muy temprana. Tenía conocimiento de varios idiomas, lo que le permitía ahondar en cada área del saber. Destinado a la Iglesia por su madre, fue nombrado protonotario papal (probablemente honorario) a la edad de diez años y en 1477 fue a Bolonia para estudiar derecho canónico.
A la repentina muerte de su madre un año después, Pico renunció al derecho canónico y comenzó a estudiar filosofía en la Universidad de Ferrara. Durante un breve viaje a Florencia, conoció a Angelo Poliziano, el poeta cortesano Girolamo Benivieni, y probablemente al joven fraile dominico Girolamo Savonarola.
Durante el resto de su vida siguió siendo muy amigo de los tres. También pudo haber sido un amante de Poliziano. De 1480 a 1482 continuó sus estudios en la Universidad de Padua, un importante centro del aristotelismo en Italia. Como ya dominaba el latín y el griego, estudió hebreo y árabe en Padua con Elia del Medigo, un averroísta judío, y también leyó con él manuscritos arameos. Del Medigo también tradujo manuscritos judaicos del hebreo al latín para Pico, como continuaría haciéndolo durante varios años. Pico también escribió sonetos en latín e italiano que, por influencia de Savonarola, destruyó al final de su vida.
Pasó los siguientes cuatro años en casa o visitando centros humanistas en otros lugares de Italia. En 1485, viajó a la Universidad de París, el centro más importante de Europa para la filosofía y teología escolástica, y un semillero de averroísmo secular. Probablemente fue en París donde Giovanni inició sus 900 Tesis y concibió la idea de defenderlas en el debate público.
En el año 1486 volvió a Florencia bajo la dirección de Flavio Mitridate, humanista judío e italiano. Con él Pico profundizó de forma mucho más acabada el estudio del hebreo y la Cábala. Todo eso lo puso en practica con su amigo Elia del Medigo a quien nos referiremos más adelante.
En 1487, Pico della Mirandola decidió organizar una conferencia monumental en Roma, como una forma de atraer la atención hacia su ambiciosa empresa intelectual. Para ello, recopiló 900 proposiciones de diversas autoridades—antiguas y medievales, paganas y cristianas, musulmanas y judías—y lanzó un desafío para debatirlas en público. Hizo imprimir estas conclusiones en Roma a finales de 1486 y, para presentarlas, compuso un discurso que nunca llegó a pronunciar ni a publicar. Tras su muerte en 1494, otros lo titularon erróneamente ''Oración sobre la dignidad del hombre'', un título que Pico nunca le dio.
Sin embargo, la intervención de la Santa Sede frustró los planes de Pico, ya que el papa Inocencio VIII acusó a 13 de las 900 tesis, declarando 6 como sospechosas y condenando otras 7. En respuesta, Pico redactó una Apología, lo que provocó que el papa condenara la totalidad de las proposiciones. En consecuencia, Pico huyó a Francia, donde fue detenido por Felipe II de Saboya a petición del papa, aunque fue liberado brevemente un mes después (gracias, en parte, a Lorenzo de Medici). Para el verano de 1488, Pico regresó a la Toscana bajo la protección de Lorenzo de Médici, a quien en 1489 le dedicó su obra Heptaplus, una explicación detallada de los seis días de la creación en el Génesis. Lorenzo ofreció a Pico una protección que ni siquiera las considerables riquezas del filósofo podían proporcionarle. En 1491, transfirió parte de sus propiedades a su sobrino Gianfrancesco, quien se convertiría también en un destacado filósofo, impulsando el escepticismo como un medio para fortalecer la fe cristiana.
A excepción de los viajes cortos a Ferrara, Pico pasó el resto de su vida allí. Fue absuelto del cargo de herejía por el Papa Alejandro VI en 1492. Sin embargo, Lorenzo de Medici moriría en aquel año y esto provocaría una tremenda herida en Pico della Mirándola. Hacia el final de su vida cayó bajo la influencia del estrictamente ortodoxo Girolamo Savonarola, mártir y enemigo de Lorenzo. Desde momento, también, Giovanni comenzaría a criticar la astrología, a modo de favorecer la visión intelectual del Papa Alejandro VI.
Cábala
La Cábala (o Kabbalah) es una enseñanza esotérica judía cuya etimología proviene del hebreo "qabbālāh" que significa "recepción" o "tradición", es una corriente mística que busca interpretar de manera alegórica y profunda los textos sagrados, en especial la Torá. Esta noción de "recepción" refleja la creencia de que el conocimiento divino no se adquiere de forma directa, sino que es transmitido a lo largo de generaciones, manteniendo así una continuidad espiritual y esotérica. Los cabalistas perciben los textos sagrados no solo como fuentes literales, sino como velos que esconden significados más profundos sobre la naturaleza de Dios, el universo y la relación entre lo divino y lo humano.
Pico fue uno de los primeros en propagar e impulsar la cábala más allá del círculo de conocimiento judío. Pero ¿Cómo supo Pico sobre la Cábala? mediante su amigo Elia del Medigo quien le dio clases de traducción de hebreo-latín en la Academia Platónica. La fama de Elia era controversial entre los judíos ya que se le consideraba averroísta, pero muchos otros lo calificaban de seguidor de Maimónides.
Al final, Elia Del Medigo se distanció de Pico della Mirandola, ya que no compartía la inclinación sincrética de Pico y sus colegas. Estos tendían a fusionar conceptos de magia, hermetismo y cábala con las ideas de Platón y el neoplatonismo, una dirección que no resonaba con las creencias filosóficas de Del Medigo, quien se mantenía alejado de la cábala.
Además de su creciente decepción con Pico, Del Medigo también quedó algo desacreditado debido a la reacción negativa provocada por el encarcelamiento de Pico y la condena del Vaticano a sus 900 tesis. Esta desaprobación e intervención papal afectaron la percepción pública de aquellos cercanos a Pico, lo que contribuyó al declive de la reputación de Del Medigo en ese contexto.
De hecho, la controversia con Pico fue tal que Elia escribió una obra en la que marcaba su notable diferenciación con Pico. Estableció que el hombre no puede ser considerado un Dios como así pretenden los que siguen a Pico.
En efecto, esta gran diferencia y nuevas características que daba Pico a la Cábala, tenían el propósito de mostrar su filosofía; que todas las religiones tenían algo la una de la otra, todo estaba interconectado. De alguna forma, Pico quiso conciliar el conocimiento antiguo de la Kabbalah, la teología cristiana y el hermetismo. Así se daría paso a lo que se conocería como Cábala Cristiana.
Pico della Mirandola muestra un gran interés en la Cábala, a la que considera una fuente de sabiduría capaz de revelar los misterios del mundo. Aunque Dios aparece oscuro e inaccesible para la razón, el hombre puede extraer luz de esa oscuridad. Pico sostiene que ninguna ciencia demuestra mejor la divinidad de Cristo que la magia y la Cábala, tal como afirma en sus Conclusiones Novecento.
Para Pico, la magia está vinculada a la sabiduría cabalística y permite al mago, mediante símbolos y metáforas, acceder a una realidad absoluta más allá de lo visible. A través del conocimiento de las estructuras matemáticas que subyacen a la naturaleza, el mago puede comprender y actuar sobre la realidad metafísica.
Pico della Mirandola valoraba positivamente la magia, pero tuvo una postura crítica frente a la astrología. Distinguía entre la "astrología matemática o especulativa", que corresponde a la astronomía y permite entender la armonía del universo, y la "astrología judicial o adivinatoria", que pretendía predecir el futuro humano basándose en las posiciones de los astros. Mientras que la primera es legítima, la segunda, según Pico, contradice la dignidad y libertad humanas al sugerir que los destinos de las personas están sujetos a influencias astrales.
Para Pico, la astrología judicial atribuye erróneamente a los cuerpos celestes el poder de influir en los asuntos humanos, tanto físicos como espirituales, negando así el papel de la Providencia divina y la capacidad del hombre para elegir su propio destino. Aunque reconoce que puede haber una cierta influencia astrológica, advierte sobre el peligro de subordinar lo superior (el hombre) a lo inferior (las fuerzas astrológicas). Defiende que la complejidad de la vida humana solo puede entenderse a través del libre albedrío pleno del hombre.
Pax philosophica
Aunque formó parte de la Academia platónica de Florencia, liderada por su amigo Marsilio Ficino, no se alineaba estrictamente ni con el platonismo ni con el aristotelismo, sino que intentaba unificar ambos sistemas de pensamiento. Pico promovía una "concordia" que no implicaba ceder, sino fomentar el diálogo. De hecho, el mismo Pico decía que aquellos que disentían de Platón también disentían de Aristóteles al mismo tiempo.
Aunque ambos compartían un interés por la magia y la teología, Ficino estaba más preocupado por reconciliar estas ideas con el cristianismo. Por otro lado, Pico se adentró en terrenos más especulativos, como la cábala judía y la magia hermética. Pico veía en estas tradiciones místicas claves para entender las verdades ocultas del mundo. Esto generó ciertas tensiones con Ficino, quien consideraba que Pico podría estar extralimitándose en sus exploraciones esotéricas.
Ficino diría: ''desearía que este estupendo joven fuera un poco menos seguro de sí mismo''. Pasaría mucho tiempo para que Ficino le reconociera públicamente el gran mérito de Pico.
Pero no solo eso. Pico también quiso construir puentes entre Plotino y Dionisio Areopagita; entre Tomás de Aquino y Duns Escoto; entre Agustín y Avicena; entre el hermetismo y la Cábala. Sus criticos señalarían que el trabajo de Pico se reduciría a un eclecticismo o sincretismo básico.
Ahora bien, uno podría pensar que, en verdad, Pico tenía un gran entusiasmo por el conocimiento, que, mientras más variado, más le llamaba la atención. De ahí que podamos considerar su intención de discutir sus 900 tesis que abarcaban todas las áreas del saber de la época.
Es por esto que muchos de sus amigos lo llamaron ''El Príncipe de la Concordia''.
La Dignidad del hombre
Su obra ''Discurso sobre la dignidad del hombre'' ha sido llamada el "Manifiesto del Renacimiento", y con razón. A sus lectores del siglo XV, les habría parecido excitante, incluso peligrosamente humanista.
Esta obra es notable sobre todo por su radical cambio que ejerció en la mentalidad medieval. Para el cristiano de la Edad Media, el hombre había sido una figura de importancia metafísica secundaria. Aunque aparentemente había sido hecho "a imagen de dios", no participaba de la energía divina de Dios. Ante los grandes misterios del universo, estaba indefenso y totalmente dependiente del logos (dios en la forma del Hijo, Jesucristo) para "iluminar" su mente, para mostrarle "el camino". Para teólogos medievales como Agustín y Aquino, las facultades de la razón del hombre eran defectuosas e imperfectas, requiriendo, para su "consumación", la propia mano de Dios, tanto en la forma de iluminación divina como de verdad revelada.
El hombre que se plantea en esta obra es aquel ser que tiene por condición no estar sometido a ninguna condición. Puede ser un ángel o puede ser una bestia si así lo quiere, pues ningún otro animal puede decidir su destino como lo hace el hombre. Existe una libertad en el hombre de poder ser lo que quiera, incluso existe la posibilidad de pecar, pues de ahí el hombre puede alcanzar el bien; de nuevo se repite la idea de que puede ser un ángel y puede ser una bestia.
Obras
Son muchas las obras de Giovanni Pico della Mirandola, pero son pocas las que nos quedan hasta nuestros tiempos. Analizaremos las más importantes:
Discurso sobre la dignidad del hombre (1486)
Conclusiones mágicas y cabalísticas (1489)
Como dijimos anteriormente, no pudimos conseguir absolutamente todas las obras, pero estas servirán para poder guiarnos.
Conclusión
Es increíble como va cambiando la mentalidad en las ideas; en efecto, podemos decir que el lugar de Dios va siendo desplazado cada vez más y el del hombre va recobrando más fuerza cada vez. El cambio de pensamiento es inminente y no hay modo de detenerlo. Con Giovanni Pico della Mirandola, se inicia oficialmente el pensamiento renacentista.