jueves, 11 de enero de 2024

Bartolomé De Las Casas - Vida y obra (1484 - 1566)


Escritor, encomendero, clérigo y filósofo, estamos hablando de Fray Bartolomé de las Casas, un hombre que vio por sí mismo las injusticias que recibían los indígenas en las Américas y que defendió los derechos de los mismos. Se le recuerda como “el Apóstol de los indios”, el hombre que expuso la opresión de los pueblos indígenas por parte de los europeos en las colonias de las Indias Occidentales. Sin embargo, detrás de él también hay muchas cosas oscuras que se cuentan. Veamos la historia de Bartolomé de las Casas. 


BARTOLOMÉ DE LAS CASAS

VIDA Y OBRA

Primeros años

Bartolomé de las Casas nació el 11 de noviembre del año 1484 en Sevilla. Su padre fue Pedro de las Casas que era un comerciante descendiente de una de las familias que habían migrado de Francia a la Sevilla Cristiana. Es posible que haya estudiado en el Colegio de San Miguel, y posiblemente haya estudiado derecho canónico y estatal en la Universidad de Salamanca, aunque se ha puesto en duda que Las Casas haya tenido estudios universitarios. En la semana santa de 1493, a los 8 años, Pedro y Bartolomé pasearon por Sevilla y se acercaron al arco de San Nicolás para presenciar un espectáculo: Cristóbal Colón exhibía los tesoros extraídos de las Indias. Entre ellos habían huesos de peces, mascaras, armas de los nativos y siete indígenas. Fue uno de los momentos que más impresionó a Bartolomé cuando era pequeño. Esto lo animó a estudiar a la figura de Colón y comenzó a admirarlo cada vez más, tanto así que Bartolomé pudo tener acceso a testimonios y manuscritos de Colón. De hecho, se conoció como el ''Gran Cronista de Colón''. Se cree que Las Casas viajó a Sevilla para enrolarse como soldado, y estudiar latín en la academia de la catedral de Sevilla. Una de las anécdotas que Bartolomé recoge de los viajes de Colón fue haber visto tres sirenas, que no tenían la misma forma de las que se cuentan, como mujeres hermosas, sino todo lo contrario, como hombres. Las Casas dijo que Colón las habría visto en el río de Oro y en Guinea.

Experiencia con los indios

Cuando Colón regresó de su segundo viaje, Pedro de las Casas, quien acompañó a Colón, le regala un joven amerindio a su hijo Bartolomé. El propósito del regalo era que Bartolomé fuera servido, pero el joven Bartolomé quiso estudiarlo preguntándole sobre su religión y su lengua, y compararla así con las suyas. 

En el año 1499, Bartolomé de las Casas participó como integrante de las milicias sevillanas para combatir a los moriscos en Alpujarra. Cuando el monarca pidió refuerzos el día 27 de enero de 1500, Las Casas se dirigió a Granada.

Bartolomé se embarca por primera vez el 15 de abril del año 1502 en la expedición de Ovando hacia las Indias, aunque este hecho ha sido ampliamente discutido. En realidad, Las Casas buscaba oro y tesoros en estas primeras expediciones, pero como fuesen que hayan sido los motivos, una vez llegado ahí, Bartolomé recibió las conocidas encomiendas que era la repartición de indios y tierras en colonias americanas, con el fin de proteger y evangelizar a los indígenas. Esta ya había sido aplicada en la época de la Reconquista española contra los musulmanes. 

La Reina de Castilla tenía solamente por objetivo que los naturales de las Indias fueran evangelizados, de hecho, antes de morir había advertido que esa debía ser la forma en que se ''conquistaran'' los nuevos territorios. Sin embargo, en la realidad las cosas fueron muy distintas.

Bartolomé de las Casas había estudiado latín y humanidades antes de partir hacia el Nuevo Mundo. En 1506, Bartolomé de las Casas se hace sacerdote a los 22 años, tomó las órdenes menores y al año siguiente, en Roma, se hizo presbítero. Esa misma base cultural lo ayudó para que fuera ordenado sacerdote en 1507, y la necesidad de tenerlo ahí era vital pues la conquista necesitaba religiosos y soldados para la evangelización. En 1511 se convertiría en capellán militar y se uniría a la expedición de Pánfilo de Narváez hacia Cuba (en ese tiempo llamada Cipango), y tomó parte de la conquista como sacerdote-encomendero. Desde ahí observo el vejatorio trato que se les daba a los indios, nunca permaneció indiferente a este tema. El 15 de agosto del año 1514, Las Casas anunció que regresaría sus indios siervos al gobernador y el año siguiente regresa a España para pedir un mejor trato a los indios, ya que sabía que pedirlo desde la distancia a las Indias sería inútil. 

Bartolomé ya no sería el mismo. Intentó defender todavía la encomienda para dar avance a la conquista, pero las imágenes y el ataque a los aborígenes fue tan brutal que finalmente renuncia a todas las encomiendas. 

Mientras era encomendero, una de las cosas relevantes que inspiró a Las Casas para dejar de serlo fue el sermón de Antón de Montesino quien, tal como Las Casas, expresó su indignación con la situación de los indios. Este sermón se llamó ''El Sermón de Adviento'' de 21 de diciembre de 1511 en Santo Domingo. Fue la primera defensa pública a los indios. 

Esta es parte del Sermón:

''Soy la voz que predica en el desierto de las consciencias que el señor esta mirando desde las alturas, como mira la sequedad en que viven en grave peligro de condenación. Todos estáis en pecado mortal y en el vivís y morís por la crueldad de la tiranía que usais con estas inocentes gentes. 

Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué auctoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muerte y estragos nunca oídos habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin dalles de comer ni curallos en sus enfermedades en que, de los excesivos trabajos que les dais, incurren y se os mueren y, por mejor decir, los matáis por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y cognozcan a su Dios y criador, sean baptizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? ¿Éstos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos?

Tened por cierto, que en el estado en que estáis no os podéis mas salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe en Jesucristo''

Todos los presentes se indignaron con dicho sermón, lo trataron de loco. Al domingo siguiente, Antón fue exhortado a que se retracte, pero nuevamente, subiendo al púlpito, Antón dijo ''con más razones y autoridades afirmo de tener injusta y tiránicamente aquellas gentes opresas y fatigadas''.

Conversión

Primera conversión 

El 15 de agosto del año 1514, luego de escuchar los sermones de los monjes dominicos, Las Casas se unió a ellos para continuar con la defensa a los indios. Esto sucedió a partir de unos acontecimientos en la misa de Pentecostés en la ciudad de Sancti Spiritus, donde el Padre Las Casas amonestó a unos encomenderos por los maltratos que propinaban a los indios. Esta fue la conocida primera conversión de Las Casas llamada ''conversión lascasiana'' (por ''Las Casas''). Desde ahí que sus esfuerzos por promulgar leyes a los indios se dará con más ahínco, hablará con grandes autoridades para hacer realidad sus propósitos.

Segunda conversión

En el año 1522 Las Casas ingresó a la orden de los dominicos en el convento de Santo Domingo, en La Española. Desde ese momento, Bartolomé de las Casas comenzó a ser llamado ''Fray'' que era el nombre para referirse a Las Casas como un nuevo hermano dentro de la orden: Fray Bartolomé de las Casas. 


Defensa a los indios

En verdad, Bartolomé de las Casas no fue el primero en realizar una defensa a los indios. Mucho antes que él estaba el fray Pedro de Córdoba que ya había enviado a Cuba a otros frailes como:

Fray Gutierre de Ampudia

Fray Bernardo de Santo Domingo

Fray Pedro de San Martín,

Fray Diego de Alberca

De hecho, fue el mismo Gutierre de Ampudia quien le dijo a Las Casas que fueran a La Española para reunirse con Pedro de Córdoba a principios del año 1515.

De Las Casas sería nombrado como sacerdote-procurador y comisionado para investigar el estado actual de las Indias; zarparía a América el mismo año.

Las Casas regresó a España al año siguiente. Además de estudiar los problemas jurídicos de las Indias, comenzó a elaborar un plan para su colonización pacífica mediante el reclutamiento de agricultores como colonos.

El proyecto de Cumaná

En el año 1518, Bartolomé de las Casas planteó un proyecto de defensa para los indios. El proyecto, que había confeccionado con Antonio de Montesinos, fue rechazado numerosas veces por las autoridades españolas. Esto dado a la inspiración utópica que tenía Las Casas de una sociedad, inspirada seguramente por los autores del renacimiento (como podría haber sido Tomás Moro). 

Sin embargo, su conmovedora defensa de los pueblos indígenas ante el Parlamento español en Barcelona en diciembre de 1519 persuadió al rey Carlos I (el emperador Carlos V), que estaba presente, y aceptó el proyecto de Las Casas de fundar “pueblos de indios libres”, es decir, comunidades tanto españoles como indios que juntos crearían una nueva civilización en América.

La ubicación seleccionada para la nueva colonia fue el Golfo de Paria, en la parte norte de la actual Venezuela, Cumaná. Las Casas y un grupo de trabajadores agrícolas partieron hacia América en diciembre de 1520. No obstante, Alonso de Ojeda, ya se había enfrentado duramente con los indígenas de la región, lo que hizo imposible que se pudiera evangelizar. Las Casas no encontraría apoyo para poblar la región, pues tampoco había ningún indígena. De hecho, los mismos indígenas tomarían el territorio tiempo después de que los españoles se marcharan. Las Casas deja su proyecto a finales de 1521 con una gran frustración.  El fracaso en reclutar un número suficiente de agricultores, la oposición de los encomenderos de Santo Domingo y, finalmente, un ataque de los propios indios fueron factores que provocaron el desastre al experimento en enero de 1522.

Otro de los factores que pudieron influir en su proyecto fue el alzamiento del cacique Enriquillo quien, educado primeramente por los franciscanos, se rebelaría contra el orden establecido apropiándose de la sierra de Bahoruco, al sur de lo que hoy es República Dominicana. Este alzamiento duró al menos 10 años, y las autoridades españolas pidieron, finalmente, en el año 1534 que Bartolomé gestionara la paz con Enrique.

Sus obras relevantes

A su regreso a Santo Domingo, el sacerdote y reformador político abandonó sus actividades reformistas para refugiarse en la vida religiosa. Ingresó a la orden dominica en 1523. Cuatro años más tarde, mientras se desempeñaba como prior del convento de Puerto de Plata, pueblo del norte de Santo Domingo, comenzó a escribir la Historia apologética. Una de sus principales obras, la Apologética, serviría de introducción a su obra maestra, la Historia de las Indias. 

La Historia, que por petición suya no se publicó hasta después de su muerte, es un relato de todo lo que había sucedido en las Indias tal como él lo había visto u oído. Pero, más que una crónica, es una interpretación profética de los acontecimientos. El propósito de todos los hechos que expone es el “pecado” de dominación, opresión e injusticia que los europeos estaban infligiendo a los pueblos recién descubiertos. Era la intención de Las Casas revelar a España el motivo de la desgracia que inevitablemente le sobrevendría al convertirse en objeto del castigo de Dios.

Las Casas interrumpió la redacción del libro sólo para enviar al Consejo de Indias en Madrid tres largas cartas (en 1531, 1534 y 1535), en las que acusaba a personas e instituciones del pecado de oprimir a los indios, particularmente a través de la encomienda. Después de varias aventuras en Centroamérica, donde sus ideas sobre el trato a la población indígena invariablemente lo pusieron en conflicto con las autoridades españolas, Las Casas escribió De único modo (1537), en el que expuso la doctrina de la paz, pero también la evangelización del indio. Junto con los dominicos, empleó este nuevo tipo de evangelización en una “tierra de guerra” (un territorio de indios aún no conquistados): Tuzulutlán (la actual Alta Verapaz, Guatemala).

En ese mismo año, el papa Paulo III dictó la bula Sublimis Deus donde se establecía lo siguiente: 

''los dichos indios y todas las demás personas que después sean descubiertas por los cristianos, de ninguna manera deben ser privados de su libertad ni de la posesión de sus bienes, aunque están fuera de la fe de Jesucristo; y que pueden y deben, libre y legítimamente, disfrutar de su libertad y de la posesión de sus bienes; ni deberían ser esclavizados de ninguna manera; en caso contrario, será nulo y sin efecto alguno''.


En ese mismo año, uno de los intelectuales más influyentes como lo sería Francisco de Vitoria, hablaría en los mismos términos que la bula papal.  

Animado por el resultado favorable de este experimento, Las Casas partió hacia España a finales de 1539, llegando allí en 1540.

Mientras esperaba una audiencia con Carlos V, Las Casas concibió la idea de otra obra más, la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, que escribió en 1542 y en la que se narran los acontecimientos históricos. Descritos los hechos, estos son en sí mismos de menos importancia que su interpretación teológica: “La razón por la cual los cristianos han matado y destruido un número tan infinito de almas es que han sido movidos por su deseo de oro y su deseo de enriquecerse en muy poco tiempo.” 

​La obra de Las Casas finalmente pareció verse coronada por el éxito cuando el rey Carlos firmó las llamadas Leyes Nuevas (en todo caso, presionado por Las Casas y Francisco de Vitoria). Según esas leyes, la encomienda no debía considerarse una concesión hereditaria; en cambio, los propietarios tuvieron que liberar a sus siervos indios después del lapso de una sola generación. El 5 de enero del año 1543, Las Casas desembarca en el puerto de San Francisco de Campeche y año siguiente, para garantizar el cumplimiento de las leyes, Las Casas fue nombrado obispo de Chiapas en México, y en julio de 1544 zarpó hacia América, junto con 44 dominicos. No obstante, Las Casas renuncia a su obispado por la resistencia a las Leyes Nuevas de parte de los encomenderos.

A su llegada en enero de 1545, inmediatamente emitió Avisos y reglas para confesores de españoles, el famoso Confesionario, en el que prohibía dar la absolución a quienes tenían indios en encomienda. La rigurosa aplicación de sus reglamentos provocó una vehemente oposición por parte de los fieles españoles durante la Cuaresma de 1545 y obligó a Las Casas a establecer un consejo de obispos para ayudarlo en su tarea. Pero pronto su posición intransigente a favor de los indios enajenó a sus colegas y en 1547 regresó a España, debido a la presión de los encomenderos. Lucharía a favor de la causa de los indios desde la corte. 

Asesor de Carlos V

Las Casas entró entonces en la etapa más fructífera de su vida. Se convirtió en una figura influyente en la corte y en el Consejo de Indias. Además de escribir numerosos memoriales (peticiones), entró en enfrentamiento directo con el erudito Juan Ginés de Sepúlveda en 1550, figura cada vez más importante en la corte a causa de su Democrates segundo; o, de las justas causas de la guerra contra los indios, en el que sostenía, teóricamente de acuerdo con los principios aristotélicos, que los indios “son inferiores a los españoles en la misma medida”. Los niños son para los adultos, las mujeres para los hombres y, de hecho, incluso se podría decir, lo que los simios son para los hombres”. Las Casas finalmente se enfrentó a él en 1550 en el Concilio de Valladolid, presidido por teólogos famosos. La discusión continuó en 1551 y sus repercusiones fueron enormes.

Producto de todos estos debates se promulgó la Ley de Indias, que sería una recopilación de la Ley de Burgos y las Leyes Nuevas con mejoras sustanciales. 

La servidumbre de los indios ya estaba irreversiblemente establecida y, a pesar de que las enseñanzas de Sepúlveda no habían sido aprobadas oficialmente, eran, en efecto, las que se seguían en las Indias. Pero Las Casas continuó escribiendo libros, tratados y peticiones, testimonio de su inquebrantable determinación de dejar por escrito sus principales argumentos en defensa de los pueblos indígenas de América.

Durante sus últimos años, Las Casas llegó a ser el asesor indispensable tanto del Consejo de Indias como del rey en muchos de los problemas relacionados con las Indias. En 1562 hizo publicar la versión final del Prólogo de la Historia de las Indias, aunque en 1559 había dejado instrucciones escritas de que la obra en sí debería publicarse sólo “después de que hayan transcurrido cuarenta años, para que, si Dios determina destruir España, se verá que es por la destrucción que hemos hecho en las Indias y su justa razón puede ser claramente evidente.” A la edad de 90 años Las Casas completó dos obras más sobre la conquista española en América. Dos años más tarde murió en el convento dominico de Nuestra Señora de Atocha de Madrid, habiendo continuado hasta el final la defensa de sus queridos indios, oprimidos por el sistema colonial que organizaba Europa.

Controversia

Junta de Valladolid

Una de las controversias más conocidas que tuvo Las Casas, como lo dijimos anteriormente, fue con Juan Ginés de Sepúlveda. Su primera discusión se inició en La Junta de Valladolid cuyo hito histórico es ser el primer debate moral que surgió en la historia europea, la cual discutió los derechos y tratos a los indígenas por los conquistadores. Se sostuvo en el Colegio de San Gregorio en la ciudad de Valladolid, España. 

Aunque Las Casas trató de reforzar su posición al relatar sus experiencias con el sistema de encomiendas, el debate tuvo en su mayoría los cimientos de una discusión teológica. Debemos decir que Las Casas tenía poco conocimiento humanístico comparado con su adversario Juan Ginés de Sepúlveda, quien era considerado un filósofo. 

Por otro lado, Juan Ginés de Sepúlveda jamás pisó la tierra del Nuevo Mundo, por lo que su conocimiento y experiencia le jugaba en contra. En cambio, Bartolomé de Las Casas había pasado cuarenta años en América. 

Nos remitimos a nuestra entrada dedicada al debate en este link.

Gonzalo Fernández de Oviedo

El cronista español Gonzalo Fernández Oviedo fue otro de los que tuvo problemas con Las Casas. La obra de Las Casas llamada ''Historia de las Indias'' fue la respuesta a la obra de Oviedo llamada ''Sumario de la Historia General de las Indias''. Se decía que Oviedo consideraba a los indios como seres inferiores y que no habría razón para no someterlos como lo hacían los encomenderos. Sin embargo, otras fuentes distan de que la visión de Oviedo haya sido tal, y bien, ambos tenían descripciones completamente diferentes no solo de los indios, sino que también de los lugares en que habitaban. 

En algunos casos, Bartolomé y Gonzalo coincidieron en ciertas materias, como por ejemplo, la institución del ''Requerimiento'', manifiesto por el cual se le informaba a los indígenas que serían sometidos a los reyes españoles, la cual tenía una efectividad cuestionable con respecto a la conversión de los indios. Generalmente se utilizaba para ejercer judicialmente la acción armada.

Hernán Cortés

Con respecto a Hernán Cortés, conquistador del imperio azteca, Bartolomé no daría palabras amables. Lo tenía por una especie de príncipe arrogante en cuanto a su apariencia. En cambio, Toribio de Benavente, más conocido como Motolinía, daría una imagen mucho más favorable y positiva. 


Leyenda Rosa y Leyenda Negra

Leyenda Rosa

El descubrimiento de América fue un hecho sin par en el siglo XV, y España estaba a la vista de todas las naciones. Los defensores de la colonización establecen que la conquista trajo más beneficios que perjuicios a América, pues llevaron civilización, recursos, religión, estructuras, instituciones, entre otros. Otros dicen que desde la promulgación de la Ley de Indias se habló de una Leyenda Rosa por la cual todas las situaciones que afectaban a los indios se habían arreglado. 

En ese sentido, los colonizadores son verdaderos héroes al llevar el conocimiento a los indios, y así la evangelización se justificaba.

Leyenda Negra

Alrededor de la figura de Bartolomé de las Casas, existe un argumento en el cual los datos que nos da el fraile dominico no serían los correctos. Si bien fue testigo de las injusticias que podrían haber sucedido a los indios, parece ser que la información que nos da es evidentemente exagerada e hiperbolizada.

Uno de sus detractores fue Toribio de Benavente, más conocido como Motolinía, nombre proveniente del nahualt que él mismo adoptó para ser nombrado entre los habitantes de México cuyo significado es ''el que es pobre''. Si bien, este fraile franciscano protegió a los indios por los abusos de Nuño de Guzmán, llamado ''Gran Tirano'' por Las Casas, Motolinía no compartía en absoluto las opiniones de Las Casas. De hecho, Motolinía creía que la suerte de los indios cambiaría una vez que se convirtieran al cristianismo, por eso, no había que destruir el sistema. Trato a Bartolomé de ''hombre penoso'' e incluso lo llamó apóstata por renunciar al obispado de Chiapas. También lo trató de indiferente con respecto a los indios de la cultura Nahualt porque no sabía dicha lengua ni ninguna otra que fuera indígena, así como tampoco podía distinguir un indio de otro. 

Se debe considerar que las cifras que da Bartolomé de las Casas las escribe en los años 50, con respecto a los años 1515 y 1516. Una de las cifras más controversiales fue la de 3.000.000 de indios que murieron en La Española, lo cual representa un numero imposible. En consonancia con lo mismo, desde sus escritos se cuestiona que los colonos hayan dado un trato monstruoso a los indios. Se decía que, en verdad, todos los relatos que describía los había oído de otra persona, y que nuca había presenciado tales actos.

Por otro lado, Las Casas solo habla de las guerras de conquista en cuanto al diezmo de la cantidad de indios, no considera en absoluto las enfermedades llevadas por los españoles que también fueron causales de muerte. 

Otra de las criticas que se le hace a Las Casas, fue la idea de relevar a los nativos de las indias por los negros, es decir, tomar a los negros esclavos del África y llevarlos para que sustituyan a los indios en los trabajos de estos. Esto se hizo por medio de una institución llamada ''asientos'' que consistía en un acuerdo comercial solamente entre el gobierno español y particulares. De esto surgió el denominado ''asiento de negros'' que se dio entre África y la América hispana. Todo esto con la venia de Las Casas y la autorización de Carlos I. En todo caso, se dice que luego se arrepintió de haber tomado esa postura en contra de los negros, a causa de un viaje que realizó a Lisboa y enterarse de la forma de esclavitud negra.

La propaganda de la Leyenda Negra que se instaló fue ampliada mucho más por parte de Guillermo de Orange-Nassau, alemán que luchó en la guerra de Flandes, quien utilizó la obra de Las Casas llamada ''Brevísima relación destrucción de las Indias'' modificándola y utilizándola a su antojo: proyectos políticos y militares. Modificó su texto de manera tal que tanto el Imperio Español y el catolicismo quedaron como tiranos e inhumanos. 

Todos estos argumentos forma parte de lo que se ha denominado ''La Leyenda Negra'', que fue la propaganda antiespañola que surgió en esos años desde los distintos imperios contrarios a España. Se dice que Bartolomé de las Casas, con sus relatos sobre los indios, habría contribuido a alimentar esta imagen. Ahora bien, ciertos autores difieren en que esta leyenda haya existido alguna vez. 

Entre estos exponentes tenemos a Fernando Ortiz quien señala en su obra ''Contra la Leyenda Negra'' que contra Las Casas había una intención de borrar su recuerdo por ser evocador de la barbarie española contra los indios. Esto se hizo por medio de la supuesta iniciativa que habría tomado Las Casas contra los negros; sin embargo, Ortiz nos dice que no existe ninguna prueba de que Las Casas haya podido comenzar con todo ello. De hecho, Ortiz dice que así como a Las Casas se le llamó ''Apóstol de los indios'', también se le debió haber llamado ''Apóstol de los negros''. 

Otro autor es Alejandro Lipshutz quien dice que si existe una leyenda negra contra España, entonces investiguemos sobre las otras naciones y nos daríamos cuenta que tendríamos varias leyendas negras más. Considera la Leyenda Negra, una campaña maliciosa e ingenua. 


Obras

En este blog veremos las obras más interesantes y completas de Bartolomé de las Casas, aprovechando que en verdad hay mucho material. A medida que estudiemos sus obras, las iremos publicando en esta entrada.




Con el tiempo iremos viendo todas las obras de Bartolomé de Las Casas. 

Puedes escuchar el podcast en este link:




Conclusión

Estamos hablando de una de las figuras más importantes en el período del descubrimiento del Nuevo Mundo. Bartolomé de las Casas, ha puesto un tema fundamental que será la semilla de algo que se vendrá poderosamente más adelante; la defensa de los derechos de las personas. Puede que ciertos estudios que se han realizado desde el siglo XVIII, hayan dado otra perspectiva a la imagen de Las Casas, pero si se puede rescatar su legado en defensa de los indios, creo que sería muy positivo que se fomente y que no se manipule dolosamente.

martes, 9 de enero de 2024

Suhrawardi - El Tratado sobre los Pájaros

 


Sorpresivamente, este tratado no es de Suhrawardi, sino que del mismísimo Ibn-Sina, pero ¿qué tiene que ver este tratado con Suhrawardi? la verdad es que el filósofo persa tradujo la obra de Avicena al persa. Este es un trabajo de doctrina esotérica y enseñanza sobre las luces y las formas, y cómo el mundo material puede obstruir el conocimiento del hombre. Suhrawardi utiliza los símbolos anteriores para ofrecer un conjunto de instrucciones prácticas para quienes están en el camino sufí. Veamos qué nos dice Suhrawardi sobre cómo conducirse a lo espiritual. 


TRATADO SOBRE LOS PÁJAROS

Antes de dar el análisis de esta obra, vamos a entregarla de modo completo en esta entrada, y luego la analizaremos. 


''¿Hay alguien entre mis camaradas que me preste sus oídos para transmitirle algo de mi triste historia? Ninguna amistad es pura amenos que esté protegida de la contaminación de la impureza, ¿dónde encontraré a un amigo sincero? Las amistades estos días se han vuelto como la mercancía: la necesidad en un amigo cultivan amistad, pero cuando no hay más necesidad, la amistad se corta. La excepción es la hermandad de amigos cuyo lazo es cercano a lo divino. Su intimidad viene de lo celestial, echan un vistazo a los corazones de otros con los ojos de la realidad, pulen el cardenillo de la duda y la incerteza de ellos mismos. Este grupo puede ser reunido solo por el heraldo de Dios; y cuando son reunidos aceptarán su testimonio.

Hermanos de la verdad, se protegen entre ellos mismos del mismo modo que lo hace un puercoespín, que mantiene su estómago contra el suelo y lo cubre con sus espinas.

Hermanos de la verdad, mudan su piel como una serpiente, y van como una hormiga, de la cual nadie puede oír sus pasos. Sé como un escorpión, con tu arma siempre mantenida detrás de ti, porque el demonio siempre se aproxima por detrás. Bebe el veneno que puede hacerte vivir, y ama la muerte que puede hacerte permanecer vivo. Debes estar en constante vuelo y no tomar un nido particular, porque todas las aves pueden ser capturadas en sus nidos. Si no tienes alas para volar, entonces arrástrate en el suelo, porque puede que cambies tu lugar. Sé como una avestruz la cual traga piedras tibias, y sé como un buitre que come huesos duros. Sé como una salamandra, que está siempre en medio del fuego, que mañana puede no causar daño. Sé como un murciélago los cuales no emergen durante el día, porque puede ser salvado de los enemigos. 

¡Hermanos de la verdad! No hay que asombrarse de que el Ángel huya del mal y que, al contrario, la Bestia cometa maldades, pues el Ángel no posee órgano alguno de corrupción, mientras que la Bestia carece de cualquier órgano de entendimiento. No; lo asombroso es lo que le sucede al hombre dotado de poder contra sus malos deseos: se deja dominar por ellos teniendo dentro de sí la luz de la inteligencia. En verdad, se transforma en algo semejante al Ángel aquel que aguanta a pie firme el asalto de los deseos perversos. Por el contrario, quien carece de fuerza para resistir las tentaciones de los malos deseos, termina al nivel de las bestias.

Volvamos a nuestro relato y explicación de nuestra tristeza.

Sepan, Hermanos de la Verdad, que un grupo de cazadores salieron al desierto; tendieron sus redes, colocaron los cebos y se ocultaron entre la maleza; en cuanto a mí, estaba en la bandada de pájaros. Cuando los cazadores nos avistaron, para atraernos hicieron sonar un reclamo tan agradable que nos sumió en la duda. Nos mirábamos unos a otros, veíamos un lugar tan apacible y placentero, nos sentíamos tan bien acompañados que no experimentábamos inquietud alguna, ni ninguna sospecha nos impidió encaminarnos hacia aquel lugar. Al momento caímos en las redes, las anillas ciñeron nuestros cuellos, las mallas aprisionaron nuestras alas, los cordeles anudaron nuestros pies; cualquier movimiento que intentábamos sólo servía para amarrar más fuertemente nuestros lazos y agravar nuestra situación.

Acabamos por resignarnos a nuestra suerte; cada cual sólo hacía cuenta de su propio daño, olvidando el de su hermano; sólo procurábamos buscar alguna astucia que nos libertara. Más tarde, acabamos por olvidar a qué degradación había llegado nuestra situación, perdimos la conciencia de nuestras cadenas y de la angostura de nuestra cárcel y nos abandonamos a la inoperancia.

Pero he aquí que un día, mientras miraba entre las mallas de las redes, vi una bandada de pájaros que habían sacado las cabezas y alas de la jaula y se preparaban para el vuelo. En sus pies aún se veían los nudos de las cuerdas, no tan apretadas para impedirles el vuelo, ni tan sueltas como para permitirles una vida tranquila y sin cuidados. Viéndolos, recordé mi anterior estado, del que ya había perdido la conciencia. Lo que en el pasado fue mi vida familiar, me hizo sentir la miseria de mi actual condición. Hubiera querido morir de tan gran tristeza o que mi alma se escapara sin ruido de mi cuerpo cuando los viera partir.

Los llamaba; les gritaba desde el fondo de mi jaula:

¡Vengan! ¡Acérquense! Enséñenme con qué estrategia puedo libertarme; compadézcanme, pues en verdad estoy en las últimas.

Pero ellos recordaban la astucia y trucos de los cazadores. Mis gritos sólo sirvieron para asustarlos y alejarlos de mí. Entonces les conjuré en nombre de la fraternidad eterna, en nombre de la camaradería limpia de toda mancha, en nombre del pacto no roto, para que confiaran en mis palabras y borrasen de su corazón cualquier duda. Entonces se me acercaron. Cuando yo les pregunté por su situación me dijeron lo siguiente:

También nosotros fuimos cautivos del mismo mal que el tuyo; igualmente sufrimos desesperación, fuimos familiares de la tristeza, de la angustia y del dolor.

Acto seguido me enseñaron su medicina. El lazo cayó de mi cuello, mis alas se libraron de las cuerdas, la puerta de mi jaula se abrió. Me dijeron:

Aprovéchate de tu liberación.

Pero yo les pedí de nuevo:

Quítenme también esta traba que me queda en el pie.

Me respondieron:

Si tuviéramos fuerza para ello habríamos empezado por retirar la que estaba a nuestro pie. ¿Cómo un enfermo podría curar a otro?

Salí, pues, de mi jaula y con ellos emprendí el vuelo. Me dijeron:

A lo lejos, delante de ti, se encuentra una región, y no estarás a salvo de cualquier peligro hasta que hayas atravesado todo el espacio que te separa de ella. Sigue, pues, nuestra estela para que podamos salvarte y te conduzcamos por el buen camino hasta la meta que deseas.

Nuestro vuelo nos condujo entre las dos laderas de una montaña por un valle fértil lleno de vegetación. Volamos agradablemente hasta que sobrepasamos todos los peligros sin hacer caso del reclamo de cazador alguno. Por fin llegamos a la cima de una primera montaña desde la que divisamos otras ocho cumbres tan altas que la vista no llegaba a distinguirlas. Unos a otros nos dijimos:

Detengámonos. No estaremos seguros sino después de haber cruzado sanos y salvos dichas cumbres, pues en cada una de las montañas hay gente interesada por nuestra [captura]; si nos interesáramos por ello y nos distrajésemos con el encanto de sus placeres y el reposo de sus lugares, jamás llegaríamos.

Mucho sufrimos al atravesar, una tras otra, seis montañas y llegar a la séptima. Cuando hubimos sobrepasado sus límites, algunos de los nuestros dijeron a los otros:

¿Acaso no ha llegado ya la hora de descansar? Estamos agotados por la fatiga, y entre nosotros y los cazadores hay un buen espacio, pues hemos atravesado una distancia considerable. Una parada de una hora nos vendría bien para llegar a la meta, pues si aumentamos nuestra fatiga vamos a perecer.

Hicimos, pues, un alto en la cumbre de la montaña; vimos allí jardines frondosos, hermosos palacios y pabellones elegantes, árboles frutales y corrientes de agua viva; delicias tantas que alegraban la vista. Teníamos el alma confusa y el corazón turbado ante tanta hermosura. Escuchábamos cantos admirables y música de instrumentos que conmovían. Se respiraban perfumes que dejaban pálidos al ámbar y el almizcle más exquisitos. Comimos de sus frutos, bebimos de las corrientes de agua viva, descansamos hasta que repusimos nuestras fuerzas. Entonces nos dijimos unos a otros:

¡Apresurémonos! No hay trampa más peligrosa que la falsa seguridad, sin vigilancia no es posible la salvación, fortaleza alguna iguala a la desconfianza que nos mantiene en guardia. Nuestros enemigos nos siguen los pasos buscando el sitio en que nos encontramos. ¡Vámonos!.

Renunciamos, pues, a nuestro lugar; por bueno que fuera, más valía aún nuestra salvación. Tras de habernos puesto de acuerdo para la partida, nos separamos de aquellos lugares y llegamos a la séptima montaña. Su cima era tan elevada que se perdía en el Cielo; sus laderas estaban pobladas de pájaros. Jamás había escuchado una música tan brillante, ni contemplado colores tan espléndidos, formas tan graciosas, ni encontrado compañía tan dulce. Cuando nos posamos cerca de ellos, nos mostraron tanta gentileza, delicadeza y amabilidad que cosa alguna pudiera describirlas ni comprenderlas. Cuando nos hallamos tan completamente a gusto con ellos, les referimos los sufrimientos que habíamos padecido, que comprendieron con la mayor solicitud. Después nos dijeron:

Más allá de esta montaña hay una ciudad en la que vive el Rey Supremo. Cualquier oprimido que llega a implorarle su protección y confía plenamente en él, el Rey aparta de él la injusticia y el sufrimiento mediante su poder y su ayuda.

Confiando en sus consejos hicimos propósito de llegar a la Ciudad del Rey. Alcanzamos, pues, su corte y esperamos su audiencia. Al fin llegó la orden de que los recién llegados fueran introducidos ante él y penetramos en el castillo. Nos encontramos en un recinto cuyo esplendor no podría ser expresado por descripción alguna. Tras de haberlo atravesado, una cortina se desplegaba ante nosotros, que al desvelarse mostraba una sala tan espaciosa y brillante que nos hizo olvidar la primera; mejor aún, comparada con ésta, aquella nos parecía bien poca cosa. Llegamos, al fin, al trono del Rey. Cuando se descorrió el último velo y la hermosura del Rey resplandeció ante nuestros ojos, quedaron en suspenso nuestros corazones y fuimos presa de estupor tal que no pudimos ni formular nuestras quejas. Sin embargo, él se dio cuenta de nuestro desmayo, nos devolvió la confianza con su amabilidad; y así nos atrevimos a hablarle y a contarle nuestra historia. Entonces nos dijo:

No hay nadie que pueda deshacer el nudo que traba vuestros pies, salvo aquellos mismos que los anudaron. He aquí, pues, que envío un mensajero a ellos que les impondrá el deber de daros satisfacción y quitaros la traba. Partid, pues, felices y contentos.

Por fin, he aquí que estamos en camino marchando en compañía del Mensajero del Rey. Pero mis hermanos me insistían pidiéndome que les descubriese la hermosura del Rey. La expondré en pocas palabras que concretan y bastan, a saber: cualquiera que fuera la belleza sin brizna de fealdad que tu corazón pudiese imaginar, sea cual fuese la perfección sin pizca de deficiencia que pudieses soñar, el Rey es el único en que he encontrado su posesión plena, pues en él se ha realizado de un modo absoluto toda la hermosura, sin nada de imperfección, ni siquiera en sentido metafórico. Es todo Rostro por su belleza, para que lo contemples; todo Mano abierta, por su generosidad. Quien a Él se acerca, alcanza la felicidad suprema; quien de Él se aparta, pierde este mundo y el futuro.

Pero ¿cuántos de mis hermanos, soliviantados por mi relato, no van a decirme:

"Advierto que tu mente anda un tanto descarriada, si no es que andas enajenado? ¡Vamos!, jamás has levantado el vuelo, lo que ha volado es tu razón; ningún cazador te ha tomado por blanco, lo que te ha sido cazado y requetebién es tu caletre. Mas ¿cómo podría volar un hombre? Se diría que la bilis ha inundado tu temperamento y se te ha secado la mollera. Convendría que te pusieses a régimen; bébete una infusión de tomillo, toma con frecuencia baños calientes, mójate la cabeza con agua templada, inhala vapores de aceite de nenúfar; después, sigue un régimen alimenticio ligero; prescinde del trasnochar excesivo; en fin, evita que se te recaliente la sesera. Pues antes siempre te habíamos tenido por hombre razonable, de sano juicio y agudo; sepa Dios qué preocupación nos va a caer encima por culpa de tu estado; al verte tan desquiciado hasta nosotros nos sentimos enfermos".

¿Qué les iba a decir este triste resultado? No hay peor discurso que esos sermones que la gente te endilga por nada. Pero mi auxilio está en Dios; frente a los hombres, mi libertad. Aquel que profese otra creencia perderá su vida así en este mundo como en el futuro; pues los que se esfuerzan por ser los primeros, un día sabrán del terremoto que los derribará.

Análisis

De esta gran obra podemos ver la dificultad que Suhrawardi nos quiso mostrar en cuanto a alcanzar el camino espiritual. Ya en el primer análisis nos dice lo importante que es reunirse con los hermanos y dejar el ego atrás, tal como fue mencionado en Filosofía de la Iluminación. 

Que se camine como las hormigas para que nadie, excepto los hermanos, conozcan este pacto. Beber veneno quiere decir endurecerse de los dolores y las frustraciones que se experimentan en el sendero de la espiritualidad. Con respecto a amar la muerte para mantenerse vivo, significa la muerte espiritual, que proviene de un concepto sufí que Suhrawardi describe en un poema:

''Si tu mueres ante la muerte, 

te has puesto tú mismo en eterna dicha.

Tú que no pusiste un pie en este camino,

vergüenza sea sobre ti que te has traído sufrimiento''


Si bien la mayoría de cosas que dice Suhrawardi son de un esfuerzo para alcanzar el camino espiritual, la interpretación de la salamandra puede ser la más variada. 

  • El símbolo del oro de la alquimia es el oro, y el oro es el símbolo del intelecto divino
  • Se dice que la salamandra camina sobre el fuego sin quemarse, simbolizaría la resistencia
  • El fuego serviría como un elemento de purgación de las impurezas 

Cuando Suhrawardi nos dice que debemos ser como el murciélago que aparece solo de noche mientras que de día está escondido, lo que representa el mundo esotérico y el exotérico. 

Se habla de las aves volando que simboliza la situación previa a la creación, mientras que al caer en la trampa de los hombres simboliza la caída en el mundo material. En este proceso hay un olvido del hombre y su naturaleza que se vuelve esclavo del mundo material. 

Aquellos que están en el mundo de las formas están parcialmente libre a través del poder de su voluntad. Sin embrago, si quieren deshacerse de todas sus ataduras del mundo material, van a necesitar un maestro. 

Siguiendo el camino del ascetismo y superando dificultades, los pájaros llegan a diferentes estados y estaciones del camino donde creen que es hora de descansar. Suhrawardi nos advierte contra el deseo de descansar en un lugar, aunque las bellezas del camino que él describe como las "atracciones que alejan la mente (Aql) del cuerpo" son sumamente tentadoras.

Finalmente, su deseo de quedarse es superado por la gracia divina, ejemplificada como una voz que les insta a continuar. Suhrawardi luego describe su encuentro con Dios, cuya presencia describe como una luz cegadora. La luz de las luces les dice a los pájaros que quien ha colocado las cadenas debe quitarlas también y Dios envía un mensajero para supervisar la remoción de estas cadenas.

Los siguientes principios se pueden inferir del Tratado de los Pájaros:

  1. El estado humano terrenal es una prisión para el alma humana.
  2. Es necesario que el alma viaje hacia la Luz de Luces.
  3. La gracia que se alcanza a través de tal experiencia ayuda al Sãlik para eliminar los apegos finales a este mundo.
  4. La experiencia de la luz de las luces se puede lograr si uno está capaz de liberarse de la prisión del mundo material.


Así, el Tratado de los Pájaros, por medio de esta historia, nos hace reflexionar sobre la necesidad del camino espiritual 


Conclusión

Es claro que esta obra fue escrita en los tiempos difíciles de Avicena, quizás en aquellos donde estuvo encerrado en la fortaleza de Fardagan. Al mismo tiempo, y con el mismo texto, la filosofía sufí a la que nos exhorta Suhrawardi, como en todas sus obras, es alcanzar la iluminación por medio de las luces, y de ese modo escapar de la prisión humana. Sin embargo, esta no será la única obra escrita de este modo. 

lunes, 8 de enero de 2024

Suhrawardi - La Filosofía de la Iluminación (Parte II: Sobre las Luces Divinas, la Luz de Luces y las bases y ordenes de la existencia) (1186)

Una vez que hemos hablado de la lógica del peripatetismo, ahora, Suhrawardi está en condiciones de mostrarnos la filosofía iluminista per se. Sin embargo, la critica contra sus detractores no termina en la primera parte, sino que continúa en esta obra, la cual se enfocará principalmente en el concepto de la luz. Se utiliza la noción de luz, como su nombre indica, como una forma de explorar los vínculos entre Dios, la Luz de las Luces y su creación. Veamos cómo se desarrolla el concepto específicamente. 

Referencias:

(1) Esta referencia puede estar relacionada con la idea de Avempace de una ''fuerza espiritual'' que mueve las cosas hacia abajo

LA FILOSOFÍA DE LA ILUMINACIÓN

Primer discurso: sobre la luz y su realidad, la Luz de Luces, y lo primero que fue generado por ella

Sección I: Mostrar que la luz no necesita definición

Cualquier cosa existente que no requiere definición o explicación  es evidente. A causa de que no hay nada más evidente que la luz, no hay necesidad de definición. 

Sección II: Sobre la definición de lo independiente

Si ni la esencia o la perfección de cualquier cosa descansa en otra cosa, entonces esa cosa es independiente. Si la esencia o la perfección de cualquier cosa descansa en otra, entonces esa cosa es dependiente. 

Sección III Sobre la luz y la oscuridad

El significado de luz y luminosidad son los mismos en este trabajo. Sus significados son divididos en la luz que es un estado de algo más (luz accidental), y la luz que no es el estado de algo más (luz incorpórea o pura).

Aquello que no es luz en su propia realidad es dividido en aquello que es independiente del locus (sustancia oscura) y aquello que es un estado de algo más (estado oscuro). El cuerpo es una barrera y puede ser descrito como una sustancia oscura, algunas de ellas son vistas en la oscuridad cuando la luz ya no las ilumina. 

La oscuridad es simplemente una expresión para decir aquello que está falto de luz, nada más y no es una de las condiciones privativas de la posibilidad. Si el mundo fuera vacío, o una esfera sin luz, sería oscura. 

Ahora bien, hay barreras que nunca pierden su luz como sería el sol, y hay otras barreras que pueden tener luz, pero solo de forma temporal o continua. En consecuencia, estas barreras tienen sustancias oscuras de algún modo, de hecho, toda barrera es una sustancia oscura. 

La luz accidental sensible no es independiente de sí misma, porque de otra manera no dependería de las sustancias oscuras. Toda vez que la luz pueda existir en una sustancia oscura, esta es dependiente y contingente. Las barreras no pueden generar ningún tipo de luz, ni siquiera accidental. Eso lo veremos más adelante. 

Sección IV: Sobre la dependencia de los cuerpos en su existencia en cuanto a la luz incorpórea

Las barreras oscuras poseen aspectos de oscuridad, forma, por ejemplo, y las particularidades de la magnitud. Aunque la magnitud no es sobreañadida a la barrera, sin perjuicio de que hay cierta particularidad, frontera y límite por la cual una magnitud es distinguida de otra. Sus accidentes son virtud de algo diferente a ellas y en consecuencia no son independientes. Estas siempre son dependientes de una sustancia oscura o un estado luminoso, es decir, una luz incorpórea. La sustancialidad (que solo existe en la mente) de la sustancia oscura es intelectual y su oscuridad es privativa.

Una regla que establece que la luz incorpórea no puede ser señalada por una sensación

Se sabe que cualquier luz puede ser señalada como una luz accidental, luego si hay luz pura, no puede ser señalada, ni localizada en un cuerpo, ni tener dimensiones espaciales. 

Una regla que dice que cualquier cosa que sea luz en sí misma es luz incorpórea

La luz accidental no es luz en sí misma, porque su existencia está en otra. Así, esto puede ser luz solamente debido a otra cosa. La luz incorpórea es luz en sí misma. Por lo tanto, todo lo que es luz en sí mismo es luz pura e incorpórea.

Sección V: Una sección general: Mostrar que cualquiera que perciba su propia esencia es una luz incorpórea

Nada que tenga una esencia de lo cual es inconsciente es oscuro,  porque su esencia es evidente. Un estado oscuro no puede estar en algo más, toda vez que incluso el estado luminoso no es una luz auto-subsistente en sí misma. Por lo tanto, es una luz incorpórea pura y no espacial. 

La cosa auto-subsistente y la auto-consciente no aprehenden una imagen de su esencia en su esencia. Si su conocimiento es por una imagen y si su imagen de su ego no es el ego en sí mismo, la imagen del ego sería un ''eso'' en relación al ego. De esto se desprende que la aprehensión del ego es precisamente la aprehensión de lo que en sí mismo, y que la aprehensión de la esencia sería la aprehensión de algo más, lo que es absurdo.

Uno nunca es consciente de su esencia o de la aprehensión de la esencia, porque esta aprehensión no puede ser por una forma o por algo superañadido, porque no se necesita aprehender la esencia porque es evidente en sí misma. Por lo tanto, su esencia debe ser aprehendida debido a que lo que está en sí mismo es en sí mismo, y así uno nunca puede estar inconsciente de su esencia o de cualquier parte de su esencia.

Aquello por lo cual tu esencia puede estar inconsciente, tales como los órganos, el hígado, el cerebro y todas las barreras oscuras o luminosas, no son esa parte de ti que aprehende. Por lo tanto, aquello por lo cual uno puede aprehender no es un órgano ni nada que tuviera que ver con barreras, porque de otra forma uno podría estar siempre consciente de los órganos así como estamos conscientes de nuestra consciencia. 

Si se examina esto atentamente, descubriremos aquello por lo cual tú eres tú, es solamente una cosa que aprehende su propia esencia, es decir, tu ego. En consecuencia, la aprehensión no es un atributo ni algo superañadido o cualquier cosa de esa suerte. Tampoco es algo añadido al ego porque de otra forma la otra parte quedaría desconocida. La aprehensión, por lo tanto, es pura luz, una luz en sí misma. 

Una regla

Si aún se quisiera una regla para la luz, se debería decir que la luz es aquello que es evidente en su propia realidad y por esencia hace a otros evidentes. La falta de inconsciencia es algo negativo y no puede ser su quididad, en consecuencia, nada es tan evidente como la luz. Lo que aprehende su propia esencia es la luz pura, y toda luz pura es evidente en sí misma y aprehende su propia esencia. 

Un juicio donde la aprehensión de una cosa en sí misma es evidente en sí misma

Si se asume que la luz es incorpórea, entonces esto es luz en sí misma. Un ejemplo para esto podría ser el concepto de sabor. Si se pone al sabor fuera de las barreras y la materia, se demostraría que el sabor es solo una cuestión en sí misma. No se sigue que un sabor sea incorpóreo y que por este hecho sea evidente en sí mismo. 

Si el sabor es incorpóreo, entonces bien podríamos decir que es una luz al ser esta también incorpórea. 

Sección VI: Sobre las luces y sus clases

La luz se divide en ciertos tipos de luces:

  • Luz de sí misma 
  • Luz en sí misma
  • Luz en sí misma pero por algo más (luz accidental)
La luz accidental también es luz de sí misma porque su existencia está en otro. 

La vida es un ser de una cosa que es evidente en sí misma y una cosa viviente es perceptiva y activa. Así, la luz pura es activa y toda cosa viviente es una luz activa. Si se viera que una sustancia oscura se percibió a sí misma, en realidad no es una sustancia oscura, sino que una luz en sí misma. Por lo demás, aquello que no es consciente de sí mismo, no puede ser consciente de los demás. De hecho, si una barrera quisiera hacerse evidente de sí misma, eso en verdad sería luz. 

Un principio que establece que un cuerpo no puede traer otro cuerpo a la existencia

Se sabe que uno en sí mismo es una luz incorpórea y que uno es incapaz de dar existencia a una barrera. Si una luz sustancial, viva y activa puede ser incapaz de dar existencia a una barrera, una barrera sin vida ciertamente será incapaz de hacerlo también. 

Sección VII: Mostrar que las luces incorpóreas e intelectuales difieren por perfección y deficiencia, no por especies

La luz en sí misma varía en su realidad solo por perfección y deficiencia y por cosas externa a esta. Si tuviera dos partes, ni siquiera la cual es luz en sí misma, entonces solo sería una sustancia oscura o un estado oscuro, y que el todo no sería una luz en sí misma. 

Sección VIII: También sobre las diferencias de las luces incorpóreas

Se dijo que las luces incorpóreas no difieren en la realidad. Tienen luminosidad y algo más. Esta parte que es ''algo más'', si fuera un estado en la luz incorpórea, tendría que ser externa a su realidad, teniendo en cuenta que los estados solo ocurren en la mente. Por lo tanto, este ''algo más'' como es adicional, sería una luz accidental. 

Ahora bien, el ego se toma como una luz incorpórea que es consciente de sí misma, tal como las otras luces, es decir, son conscientes de sí mismas y son incorpóreas, comparten la misma realidad.

Un principio que establece que aquello que da existencia a las barreras debe aprehenderla su propia esencia

Como una luz incorpórea da a todas las barreras su luz y existencia, esa luz debe estar viva y auto consciente, siendo que es una luz en sí misma. 

Sección IX: Probando que hay un ser necesario por esencia 

Si una luz incorpórea es dependiente en su quididad, su necesidad está dirigida hacia la sustancia oscura sin vida. Pero ¿cómo podría la oscuridad emanar luz? Esto sería imposible por lo tanto las luces accidentales, las barreras, y los estados de las mismas, deben terminar en una luz de la que más allá de esta no hay luz. Esta es la Luz de las Luces, la luz que lo atraviesa todo, la luz eterna, la luz Santa, la luz del todopoderoso, la luz dominante.

Es absolutamente independiente, porque no hay nada más allá de ella. La existencia de dos luces incorpóreas independientes es inconcebible, porque como ya vimos ellas no difieren en su realidad. No hay ningún cuerpo que las particularice.


Segundo discurso: Sobre el orden de la existencia

Sección I: Mostrando que el verdadero Uno en el respecto en que es uno solamente, se genera solamente un efecto

Una luz y una oscuridad no pueden provenir de la luz de las luces; porque causar una luz no es lo mismo que causar una oscuridad. Si fuera así entonces la Luz de Luces sería compuesta. Por lo demás, la oscuridad solo puede ser generada a través de un intermediario. Y así, la Luz como luz engendra solamente luz. 

Sección II: Mostrando que lo que es generado primero de la Luz de Luces es solamente una luz incorpórea

Tengamos la existencia de una oscuridad que venga de la luz de luces, si esto es así ninguna luz vendría de la luz de luces, porque de otra manera los aspectos de la Luz de Luces, tendría que ser múltiple. Sin embargo es obvio que hay muchas luces incorpóreas conscientes y otras accidentales.

La multiplicidad no puede ser concebida del resultado de la Luz de Luces, ni tampoco puede ninguna oscuridad ser concebida al resultado de una sustancia oscura o estado. Por lo tanto, aquello que resulte primero de la Luz de Luces debe ser una sola luz incorpórea.

Por otro lado, la Luz de Luces, y la primera luz que resulte esta es solamente distinguible por los conceptos de perfección y deficiencia, como habíamos dicho anteriormente. Por otro lado las luces accidentales podrán diferir en su perfección y debilidad por razón de que la luz que los ilumina, aunque el recipiente y su capacidad se mantengan igual.

Pregunta: hasta ahora la quididad de la luminosidad ¿no sería su particularización un efecto contingente de la Luz de Luces?

Respuesta: la quididad de la luminosidad es un universal mental, no se particulariza en sí misma en el mundo externo. Aquello que es concreto es una sola cosa, y no es una base ni una perfección. La cosa mental tiene seres inconcebibles en una cosa concreta. 

Sección III: Concerniente a la determinación de estas barreras

Es sabido que en cualquier dirección que se apunte, hay límites. Un no ser no puede ser concebiblemente señalado. Incluso, las sustancias simples podrían ser hechas después como un solo cuerpo, y ser divididas si es que se puede hacerlo. Así, esto necesariamente es un cuerpo homogéneo, único, indivisible, que cubre todas las barreras en esas partes que incluso no se puede imaginar su existir.

Es evidente que la indivisibilidad de esa entidad de la cual la dirección es derivada y ha sido puesta por cierto que es única.

Cuando una cosa moviente alcanza sus límites, esta se vuelve, por virtud de su porción de bulto, parte de aquello que tiene esencialmente el extremo de lo bajo. Cada cosa relacionada a un lugar por estar en él, su lugar puede ser diferente de este mismo y diferente de sus partes. Es posible que por sus partes se mueva en relación a las partes de esa cosa que ha sido puesta en su lugar, ya sea que la transferencia no puede hacer completa o pueda ser completa. Por lo tanto, el lugar es el interior de su contenedor próximo, y aquello que no contiene no tiene lugar. 

Sección IV: Mostrando que los movimientos de las esferas son voluntarios y cómo muchos de ellos son generados por la Luz de Luces

La barrera sin vida no se vuelve hacia sí misma, porque ninguna cosa sin vida puede tener un objetivo a perseguir, alcanzar. Si una cosa inanimada tiende, por sí misma y por naturaleza hacia algo, entonces no debería dejar su objetivo, porque si entonces tendiera por naturaleza hacia algo de lo cual fue repelida, esto sería absurdo.

Cada punto de lo que las barreras celestiales persiguen, también dejan nada compelidas a ella, porque lo más bajo no tiene poder con respecto a los superior. Por lo demás, es de apreciar que el movimiento de las esferas celestes, unos son accidentales y otros esenciales. Como cuando un hombre camina en un barco en una dirección diferente del movimiento propio del barco. De esta forma el movimiento diario en cual todas las barreras celestiales participan, pueden ser comprendidos en una esfera la que les da otro movimiento. El principal motor de cada una de estas barreras está vivo por esencia y es por lo tanto una luz incorpórea.

Así se demuestra que las barreras son manejadas por las luces. Porque las esferas están libres de la corrupción, de los deseos, de los movimientos bruscos, entre otros.

Ahora bien, aquella luz llamada a Luz Próxima, es decir, aquella que es la primera luz engendrada por la Luz de Luces, no contiene múltiples aspectos porque su multiplicidad en ella implicaría multiplicidad en aquello que ello necesita y así, se generaría otra vez la multiplicidad en la luz de las luces, lo cual es absurdo.

Aunque de la luz próxima no puede provenir ninguna sustancia oscura, ya que esta luz próxima es independiente al ser incorpórea, son las sustancias oscuras las que son dependientes de esta luz.

Un principio que explica cómo la multiplicidad existe

Se podría pensar que como todas las cosas provienen de la Luz de la Luces, o de la luz próxima, en ellas entonces hay una especie de multiplicidad. Pero este no es el caso, porque la existencia de la luz próxima viene solamente de la esencia de la Luz de Luces, pero la luz de luz es hace brillar su luz sobre la luz próxima simplemente por virtud de su conformidad con el recipiente, su amor por la luz de luces, y la ausencia de cualquier velo. Claro, hay una multiplicidad de aspectos; una causa receptiva más las condiciones. Muchas cosas diferentes pueden, de hecho, resultar de una cosa por virtud de las diferencias y los estados múltiples de las receptividad.

Sección V: lo concerniente a la generosidad de la luz de las luces

La generosidad es apropiada cuando es dada sin ninguna recompensa. El que busca elogios o recompensas trabaja por un salario, así como también el que busca ser libre de la culpa y otros similares.

Pero no hay nada más generoso que la luz en su propia realidad. Por su esencia se revela a sí misma y emana todo receptivamente desde una unidad.

El verdadero rey es él, que posee la esencia de todo pero cuya esencia no es poseída por nadie, él es la luz de luces.

Un principio sobre la gobernanza

Recordando lo que se había dicho sobre la visión en la parte primera, el filósofo nos dice que la visión es aquello que solamente puede ser visto por el objeto iluminado, siendo opuesto al ojo.

En ese sentido, tenemos entonces dos tipos de luces:

  • la luz vista
  • la luz que se está viendo

 

Cuando el párpado descubierto no hay duda de que está siendo iluminado por luces externas que ni la luz de la visión tiene el poder de luminosidad para iluminarlas. Así, no podemos ver debido a la falta de iluminación, lo cual es el mismo caso con la excesiva cercanía. La extrema distancia actúa como un velo a causa de que el grado pequeño a la cual la cara siempre se opone lo pone de ese modo. Así, el objeto iluminado más cercano más fácilmente es sostenido, y queda como una luz o una cosa iluminada.

Sabiendo que ambos ojos contemplan y son iluminados por un Rayo, el brillo del Rayo no está mirando; porque los rayos caen sobre el ojo donde quiera que esté, pero el ojo que está viendo pues solamente ver el sol cuando éste encara el sol desde una gran distancia.

Sección VI: Mostrar que todas las luces superiores tienen dominio en la relación a las luces inferiores y que las luces inferiores tienen amor en relación a las luces superiores

Las luces inferiores no pueden comprender a las luces superiores porque las luces superiores los dominan; pero las luces inferiores, sin embargo, contemplan a las superiores. Cuando las luces se vuelven muchas, las superiores poseen una dominancia sobre las inferiores, las inferiores tienen un deseo y pasión por las superiores. La luz de luces tiene un dominio en relación a lo que son las otras. No es que tenga una pasión por otro, sino que tiene una pasión por sí misma, porque su perfección es evidente a ella. Es la más hermosa de las cosas, la más perfecta de las cosas, la más evidente a sí misma que cualquier otra; nada es tan evidente.

Es la raíz de la luz deficiente donde está la pasión por la luz superior. En la raíz de la luz superior el dominio está por sobre la luz inferior. Solo por el hecho de que la luz de luces es evidente a su esencia y no es algo añadido a su esencia, entonces, también, su placer y pasión no son adicionales a su esencia.

Sección VII: mostrando que el amor de cada luz inferior por sí misma es dominada por su amor a las luces superiores

La luz próxima contempla y esta iluminada por la luz de luces. Esta ama la luz de luces y en sí misma, pero su amor por sí misma es dominada por su amor por la Luz de Luces.

Sección VIII: mostrando que la luz incorpórea no brilla por algo que es separado de esta.

La iluminación de la Luz de Luces sobre las luces incorpóreas no es algo que sea separado de estas como ya se ha hecho claro. Más bien, la iluminación es una luz cuya capacidad es debido a su naturaleza incorpórea. Esto es como la iluminación causada por el sol. Contemplar es otra materia, la cual ya hemos hecho una analogía. La luz que ocurre en las luces incorpóreas de la Luz de Luces es esa por la cual distinguimos el nombre de luz propicia. Esta es una luz accidental, que es dividida y que tiene su causa en los cuerpos y que también se encuentra la luces incorpóreas.

Sección IX: sobre cómo y en qué orden las muchas luces son generadas del verdadero uno

Desde la luz próxima, pueden resultar una barrera y una luz incorporal, y de esta luz resulta otra luz incorpórea y una barrera. Esto continúa hasta que hay 9 esferas, más el mundo elemental. La sucesión de órdenes de luces debe ser finita, y esta debe terminar con una luz de la cual no resulten más luces incorpóreas.

Las luces incorpóreas que están libre de la conexión con las barreras, son más de 10, o 20, o 100, o 200, o 1000, o 2000. O 100000, pero todas vienen de la luz próxima. Todas miran y contemplan a la Luz de  Luces, y esta las ilumina por sus rayos.

Si pudiéramos tener una jerarquía deberíamos hacerlo del siguiente modo:

  • Luz de luces: esta lanza sus rayos que son recibidos por la luz propicia dos veces, una para la luz propicia y otra para la luz próxima en la cual no hay intermediario.
  • Luz Próxima: la que recibe las luces de la Luz de Luces
  • La tercera luz: esta recibe cuatro veces la primera luz emanada, las dos reflexiones de la luz de luces sin mediador, y de la luz próxima
  • La cuarta luz: recibe ocho veces; cuatro de la reflexión de su superior, dos de la segunda una de la luz próxima y de la luz de luces sin intermediario

Y así se van incrementando las luces hasta llegar a las barreras las cuales también reflejan luces y conforman todo la estructura del mundo. Se realizan múltiples combinaciones de aspectos, interacciones y correspondencia; por ejemplo entre ellas se hará el espectro de dependencia de independencia, de dominio o de amor

La constelación de las estrellas fijas corresponde a la interacción de los rayos unos con otros. Por la interacción de los rayos con el aspecto de independencia, dominio, y amor, y la extraordinaria correspondencia entre lo perfecto, los rayos intensos y otros.

Es inconcebible que las luces dominantes de igual rango, vengan a la existencia simultáneamente de la luz de las luces, mucho menos lo harán por la multiplicidad. Entonces, debe haber luces intermedias que se clasifiquen verticalmente.

Las luces son divididas en dos clases. Están las luces dominantes, que son aquellas que no tienen conexión con las barreras ni con la impresión o control. Las luces que manejan las barreras, aunque éstas no son impresas en las barreras pero sí tienen control.

Sección X: completando la discusión de las estrellas fijas y otros planetas

Como el arreglo de las estrellas fijas no es aleatorio, pues esta es la sombra del orden inteligible, y en consecuencia, este orden está más allá de conocimiento humano. 

No hay nada sin vida en el mundo etéreo, pues todo aquel mundo está gobernado por el soberano. 

Sección XI: Explicación de su conocimiento de acuerdo al principio iluminista

La visión no está condicionada a una impresión de la imagen ni a la emisión de algo; es suficiente para esta que no tenga velo entre el que ve y el objeto de la visión. Lo mismo va para la Luz de Luces:

''Las alabanzas a Allah a Quien pertenece cuanto hay en los cielos y cuanto hay en la tierra. Suya es la alabanza en la Última Vida y Él es el Sabio, el Conocedor de lo más recóndito''

(Corán 34:3)

Su conocimiento y su visión son uno, tal y como su luminosidad y su poder provienen de su esencia. 

La verdad sobre el conocimiento del ser necesario y existente es que el conocimiento de su esencia es su ser una luz; esto es evidente de sí misma.

La multiplicación de las relaciones intelectuales no implica multiplicidad en su esencia como ya lo hemos visto anteriormente.

Sección XII: Sobre la más noble contingencia

Por supuesto, todos los entes que hemos visto en los planteamientos exigen una jerarquía entre ellos. Así, si existe una luz incorpórea de inferior rango en cuanto a la nobleza, se entenderá que existe una más noble que aquella, y esto pasaría no solo en los seres necesarios sino que también en los contingentes. De esta forma, también pensarían todos los pensadores similares a Platón además de los sabios de la antigua Persia. 

Todas las cosas en este mundo comparten cierta luminosidad, no importa que tan oscura sea la materia, siempre tendrá la luminosidad proveniente de la Luz de Luces

Un principio que muestra cómo lo simple es generado de lo mucho

Por la luz de sus rayos la luz dominante podría generar algo que no se parece a ella misma. Aquello que es generado puede provenir de otra luces de la luz dominante, en los rayos que se encuentran en ella. Estas son como partes de la causa, permitiendo así un efecto que se diferencia de él por ser diferente del conjunto de la causa. El efecto acepta entonces los rayos que su causa había aceptado, así como un rayo adicional de su causa. 

Así, muchas diferencias surge den la luz dominante. Las entidades pueden ocurrir desde el todo y son diferentes de cualquier otra parte y lo simple puede ocurrir de diferentes cosas.

Un principio en la explicación de clases de arquetipo

Algunas luces dominantes inferiores no son removidas del alma. En verdad, existen varias jerarquías en cuanto a las luces inferiores y superiores, y ciertos entes están más cerca del uno que del otro. En cuanto a las más bajas, muchas de estas no pueden perfeccionarse por medio de la luz superior. No pueden ''pedir prestado'', en palabras de Suhrawardi, su luz porque de ser así podrían llegar a ser luces superiores. 

Sección XIII: Sobre la explicación de la infinitud de los efectos del intelecto y la finitud de los efectos del alma

Básicamente, las luces incorpóreas, dominantes o aquellas que manejan otras, son, valga la redundancia, incorpóreas, y, en consecuencia, no tienen magnitud. El resto de seres que tienen barreras, sí tienen magnitud y en consecuencia son finitas, y por lo tanto, difieren en magnitud. 

Así, esto lo entendemos desde hace algunas ideas atrás; que las luces incorpóreas solo difieren por su perfección y deficiencia, mientras que los cuerpos difieren en magnitud. Ahora bien, podría interpretarse que la luz próxima tiene una especie de magnitud con respecto a la Luz de Luces, pues existen diferencias en cuanto a la perfección, pero la luz próxima sigue siendo infinita en cuanto a su intensidad. 


Tercer Discurso: explicando la actividad de la Luz de Luces y las luces dominantes, y el resto de la discusión de los movimientos celestiales

Sección I: Mostrando que la actividad de la Luz de Luces es eterna

Suhwawardi nos explica que si todo depende de la Luz de Luces y de las luces dominantes, entonces estas dos luces son absolutamente independientes y eternas. Todos los atributos de la Luz de Luces son perpetuos, pues no hay tiempo más allá de las Luz de Luces. 

Sección II: Explicando que el mundo no tenía comienzo en el tiempo y que el movimiento de los planetas es completamente circular

En verdad, nada en el mundo sublunar tiene un movimiento perpetuo, nada que tenga barreras, pero bien el movimiento que hacen los planetas es circular en su propio eje. Sin embargo, estos en ningún caso pueden asemejarse a la Luz de Luces como ente incorpóreo, en nada se le asemejan. De todas formas, si bien los planetas pueden moverse de una manera circular, esto no quiere decir que sean divinas y que se parezcan a la Luz de Luces, como los peripatéticos lo pensaban. 

Sección III: Completar la discusión de lo horizontal y lo vertical de las luces dominantes y la explicación de que el tiempo no tiene ni comienzo ni fin

En cuanto a la discusión sobre lo vertical y lo horizontal, en efecto, las luces tienen una relación vertical en cuanto a su jerarquía: superiores e inferiores. Otras tienen una relación horizontal a causa de sus rayos intermedios por los cuales pueden existir cuerpos intermedios (barreras) que son dependientes de sus rayos. 

Por otro lado, el tiempo es la magnitud del movimiento a causa de cambio y la falta de fijeza que se puede ver. El tiempo no es discontinuo, por lo tanto debería tener un comienzo. Pero si esto es aceptado, entonces debería haber un tiempo del comienzo y un tiempo del tiempo del comienzo, y así sucesivamente lo cual sería absurdo. Por lo tanto, el tiempo no tiene ni comienzo ni fin. 

Sección IV: Mostrando que las esferas se mueven con el fin de alcanzar algo sagrado y placentero

Habíamos establecido anteriormente que los planetas giraban de forma infinita, pero que esto no imitaba a las luces incorpóreas. Sin embargo, hay algo que las hace renovarse en ese movimiento y ese motivo es por las luces incorpóreas. 

Un principio en el cual eso que es hecho es la quididad no la existencia

Esto porque de ser así, entonces la existencia se podría pasar de una cosa a otra. Lo que se pasa no es la existencia sino que más bien una identidad. Ahora bien, se podría pensar esto de los cuerpos celestes que no son corruptos ni generados, pero eso es porque las luces están con ellos y no se irán jamás, sino que los controlan a perpetuidad.


Cuarto Discurso: Sobre la clasificación de las barreras, sus estados, sus combinaciones, y algunos de sus poderes

Sección I: Clasificación de las barreras

Hay barreras que son formadas por un solo cuerpo, o compuestas de dos cuerpos. Estos cuerpos, algunas veces, son opacos y bloquean la luz, otros no la bloquean del todo y otros son transparentes y bloquean la luz desde distintas partes. 

Los cuerpos opacos en los cielos son luminosos y otros transparentes. Estas son las barreras dominantes que no son corruptas ni destruibles como lo explicamos anteriormente. Las barreras encendidas son las que están inmediatamente abajo de las dominantes; pertenecen a una de tres clases: opaca y encendida; como la tierra; translucida, como el agua; o transparente, como el espacio. Podría preguntarse por el fuego, pero para Suhrawardi, el fuego es la intensidad del aire que se vuelve caliente. Por lo tanto, los elementos son tres: opaco, traslúcido y sutil. 

Sección II: Mostrar que todos los movimientos vuelven a las luces sustanciales o accidentales

El movimiento de las rocas no se mueven hacia abajo por su propia naturaleza, por que de estar en propio lugar no se movería, sino que requiere ser constreñida. Aquello que la constriñe debe volver a una luz controladora o por el calor que necesita esta luz. Lo mismo ocurre por la lluvia, y en consecuencia, son las luces las que son esta fuerza que hacen volver los objetos(1)

Sección III: Una explicación sobre el cambio cualitativo

Como el cambio es parte de las cosas corrompibles, vemos que la corrupción es la alteración de las cualidades de los constituyentes de las cosas. Entre los seres, los que tienen la constitución de elementos más perfecta es el hombre. 

En cuanto al hombre, las luces incorpóreas que controlan la luz en el cuerpo del hombre son las luces dominantes. Suhrawardi llama al cuerpo del hombre ''fortaleza''. 

Luego, Gabriel sería la luz próxima entre las luces dominantes. Inmediatamente tenemos al Espíritu Santo, Ravan Bakhsh, el dador de conocimiento, además del que da la vida y la virtud. 

Sección IV: Sobre los cinco sentidos externos

Entre los cinco sentidos, los objetos de la visión son los más nobles, porque es la luz la que nos permite ver a los animales y las plantas, etc. 

Sección V: Mostrar que hay una contraparte en el cuerpo para cada atributo del alma

La luz que emana por esencia tiene en su sustancia un amor por su origen y dominancia. Se sigue que la luz que comanda en la oscura fortaleza debe tener una facultad de rabia en razón de su dominancia y una facultad de deseo por mediación de su amor. 

La fortaleza del cuerpo tiene muchas facultades y cada una de ellas crece en proporción a las otras; por ejemplo, las reproductivas, vegetativas, nutritivas, etc. 

Sección VI: Mostrar la correspondencia entre el alma racional y el espíritu animal

Las luces que comandan controlan las barreras por medio del espíritu. Su fuente es la cavidad izquierda del corazón. El Espíritu es dispersado por todo el cuerpo y por medio de este da su luz, y a su vez es el que sostiene las facultades luminosas.

Como hay una correspondencia entre la luz y la felicidad, todo lo que es generado, por medio de la alimentación del cuerpo, hace al espíritu luminoso. A causa de la correspondencia del alma con la luz, las almas se retraen de la oscuridad y son felices contemplando la luz. Todos los animales buscan la luz en la oscuridad y cuando la encuentran son felices. 

Sección VII: Mostrar que los sentidos internos no son limitados a cinco

En verdad, las facultades internas son la imaginación, que es el almacenamiento de todas las formas; la estimativa, la que hace juicios correspondiente a los particulares; y la imaginativa, la cual combina y separa las formas. Dentro de ellas surgen más facultades sensitivas internas que no son, en absoluto, limitadas a cinco, sino que a muchas más. Cada facultad tiene puede y tener muchas percepciones y así muchos efectos se derivan de ellas. 

Sección VIII: Sobre las realidades de las formas en los espejos y la imaginación

Las formas en los espejos y las formas imaginativas no son impresiones. Ellas son fortalezas suspendidas y no están en un lugar o en un locus, solamente la facultad imaginativa es ese lugar en las cuales las formas de la imaginación se encuentran. En cierto sentido, las formas en los espejos son luces deficientes. Es decir, hay una cuestión de jerarquías que están presentes. 



Quinto Discurso: Sobre la clasificación de las barreras, sus estados, sus combinaciones, y algunos de sus poderes


Sección I: Explicación sobre la reencarnación

Las barreras o el mundo de los cuerpos en general aman las luces. Quieren ir hacia ellas. De esta forma, tenemos que la barrera del hombre la más perfecta, es la llamada fortaleza, en consecuencia, esta también quiere las luces. 

Incluso Buda y los sabios orientales mantuvieron que la fortaleza es la más noble de la constitución de los elementos, y por lo tanto de todas las fortalezas. 

Por otro lado, la sabiduría tiene una dimensión eterna, pero la luz solo es perfeccionada por la luz; en consecuencia, nada asciende de la fortaleza no-racional al hombre, pero sí podría proceder desde el hombre hasta la fortaleza no-racional. Toda fortaleza corresponde a una dimensión moral. Como lo dice el Corán:

''A cada clase hay una porción asignada''

(Corán 15:44)

Adicionalmente, los sabios orientales dicen que la transmigración del alma del hombre solo puede dirigirse a un ser que es inferior a sí mismo; de este modo, no hay forma en que existan varias almas sino que es solamente una. Una teoría parecida a Platón pero con detalles que se deben atender, sin embargo, Suhrawardi no ahonda más allá. 

Otros pensadores islámicos, a través de varios pasajes justifican la transmigración:

Corán 4:56

Corán 32:30

Corán 6:38

Corán 40:11

Corán 44:46

Los sabios se inclinan  y están de acuerdo con que las luces controladoras escapan del mundo de la luz sin ninguna transferencia. Una vez que la luz incorpórea escapa de la oscuridad, continúa siempre y cuando la luz dominante sea su causa. La muerte de la barrera es simplemente debido a la destrucción de su constitución, la base de su valor es recibir los comandos de la primera luz. 

Sección II: Explicación sobre cómo la luz pura escapa del mundo de la luz

Básicamente la luz que reconoce y sabe de las luces superiores, poco a poco querrá dejar el mundo de las fortalezas para acercarse al mundo de la luz. 

La luz siempre buscará estar cerca de las luces que son superiores a ella, incluso después de que las luces se liberan de las fortalezas, las luces quieren aún más estar con las superiores.

Ese placer que se siente no es el mismo de las cosas corporales, por ejemplo, en el intercurso sexual también se experimenta un placer, pero no es el placer que tiene que ver con el cuerpo, o la carne, o bien en términos suhrawardianos, en barreras, sino que en el sentido incorpóreo, pues no tiene sentido, en ese proceso, tener la posesión de algo que no tiene vida, sino que del trazo de luz existente. 

Sección III: Sobre los estados de las almas humanas después de la separación con el cuerpo

Existe un estado que ha sido alcanzado por quienes han sido bendecidos y por los ascetas que oran de forma pura. Estos pueden escapar a un estado intermedio llamado el de las ''Imágenes suspendidas''. En ese estado ellos pueden llamar las imágenes a seres; por ejemplo, traer sabores, sonidos, formas y cualquier cosa que ellos deseen. 

Una vez que ciertos hombres han escapado del mundo de las fortalezas, ellos poseerán las sombras del mundo de las formas suspendidas de acuerdo a sus cualidades morales. Pero estas formas no son las que Platón describía, que en su totalidad son todas buenas y luminosas, pues en este mundo también hay formas malas. Por ejemplo, se ha comprobado que muchos hombres han visto demonios en lugares como Darband y Miyanaj. El mismo Suhrawardi dice que ha experimentado estas formas alguna vez. 

Suhwawardi nos dice que existen cuatro de estos mundos:

  1. Luces dominantes
  2. Luces controladoras
  3. Barreras
  4. Imágenes oscuras y luminosas

En esos diferentes mundos puede encontrarse el alma al ser separada del cuerpo. 

Sección IV: Sobre el mal y la miseria

El mal es un concomitante a través de intermediarios. Sería absurdo para la Luz de Luces tener oscuridad y por lo tanto esta no pudo venir de la oscuridad.

Sección V: Sobre la causa de las premoniciones y cognición de los misterios escondidos

Cuando el hombre logra despejar las distracciones de los sentidos y las barreras, éste es capaz de ver cosas que van más allá de los sentidos y el conocimiento actual. Puede ver sueños verídicos. El hombre llega a un estado en el cual no tiene velos con respecto a las luces, pues los sentidos han sido superados. 

Pero esto no proviene de la misma esencia del premonitor, sino que proviene de algo que es superior, celestial. No hay una fuerza a través de los sueños porque de ser así, entonces sería perfectamente capaz de hacerlo despierto, y si estuviera en su alma, no habría problema de invocar el futuro cada vez que quiera. 

Sección VI: Sobre la clase de cosas escondidas de las cuales los perfectos son informados

Hay quienes pueden adquirir ciertos conocimientos que no son informados al resto de las personas. De hecho, estos hombres pueden llegar a contemplar la Luz de Luces. Entran en el estado del Ser en el cual pueden llamar a la existencia imágenes en cualquier forma en la que deseen. 

Conclusión

Finalmente, hemos terminado la gran obra de Suhrawardi sobre la iluminación. Podemos apreciar que muchas de las cosas dichas por el filósofo nos pueden recordar a las formas de Platón, a las emanaciones de Plotino, pero en verdad, la sabiduría persa es la más presente entre las filosofías occidentales que acabamos de nombrar. Desde aquí nos quedará claro lo que Suhrawardi nos preparará en su próximas obras.