Colegio de San Gregorio, lugar donde se realizó la Junta de Valladolid |
Junta de Valladolid
La Junta de Valladolid fue el primer debate moral que surgió en la historia europea, la cual discutió los derechos y tratos a los indígenas por los conquistadores. Se sostuvo en el Colegio de San Gregorio en la ciudad de Valladolid, España.
El debate se sostuvo entre dos bandos donde participaron muchos hombres, pero los principales fueron:
Bartolomé de Las Casas
Fraile dominico y encomendero español
Juan Ginés de Sepúlveda
Sacerdote católico considerado filósofo
Juan Bartolomé de Las Casas estaba en contra del modo en que se llevaba a cabo la cristianización de los nativos del Nuevo Mundo, así como también del trato indigno que se les daba en las ''encomiendas'', que era el sistema donde los españoles sometían a los indígenas a labores forzosas y favorables a los patrones.
De Las Casas logró que el papa emitiera la bula Sublimius Deus en 1537 la cual establecía que los indios eran seres racionales. Se esforzó enormemente para que se aboliera la encomienda en el Nuevo Mundo, cosa que se logró en las Nuevas Leyes de 1542.
En el año 1550, el rey de España Carlos I, motivado por de Las Casas y otros, ordenaron detener la expedición militar hasta que los hechos demandados cesaran. Acto seguido, el rey reunió a un grupo de teólogos e intelectuales para escuchar ambos lados de la controversia, es decir, aquellos quienes apoyaban la conquista y aquellos que no la apoyaban.
Por un lado estaba Bartolomé de Las Casas quien quería reducir y controlar el poder de los encomenderos y por otro lado estaba Juan Ginés de Sepúlveda, quien apoyaba a los encomenderos cuyos argumentos sustentados por colonialistas y terratenientes.
El Debate entre Bartolomé de Las Casas y Juan Ginés de Sepúlveda
Debilidades
Aunque de Las Casas trató de reforzar su posición al relatar sus experiencias con el sistema de encomiendas, el debate tuvo en su mayoría los cimientos de una discusión teológica. Debemos decir que Las Casas tenía poco conocimiento humanístico comparado con su adversario Juan Ginés de Sepúlveda, quien era considerado un filósofo.
Por otro lado, Juan Ginés de Sepúlveda jamás pisó la tierra del Nuevo Mundo, por lo que su conocimiento y experiencia le jugaba en contra. En cambio, Bartolomé de Las Casas había pasado cuarenta años en América.
Fortalezas
Por supuesto, de Las Casas tuvo a su favor su experiencia como encomendero en tierra del Nuevo Mundo. En consecuencia, el mismo Bartolomé podía argumentar de primera línea toda la vejación que sufrían los nativos.
Al contrario de Las Casas, Juan Ginés de Sepúlveda tenía el intelecto humanístico y filosófico tanto del pasado como de la época en que vivieron. Como no tenía experiencia como Las Casas, Sepúlveda se sustentó en el autor Gonzalo Fernández de Oviedo, quien en realidad era un cronista imperial que había investigado tanto como de Las Casas sobre el Nuevo Mundo. El texto de Oviedo era la Historia general y natural de las Indias de 1547, libro que respaldaría ampliamente su posición. Era un libro considerado válido, teniendo en cuenta que la junta de Valladolid tomó lugar en el año 1550.
Argumentos
Juan Ginés de Sepúlveda nos decía que bajo la concepción aristotélica de derecho natural, los indios debían ser sometidos como seres inferiores que eran. Si recordamos bien, el derecho natural consideraba que la superioridad e inferioridad de los hombres, era un hecho natural y por lo tanto, era natural que un hombre superior sometiera a uno inferior. En otras palabras, la teoría de Aristóteles admitía la esclavitud del hombre por el hombre sin ningún problema.
Los indios no tenían un gobierno y carecían de muchos conocimientos que sí tenían los europeos. Por lo tanto, sería lógico que los nativos se dejaran someter por aquellos que eran más doctos, es decir, someterse a los españoles.
Bartolomé de Las Casas pensaría todo lo contrario; la definición de derecho natural de Aristóteles no se aplica a los indios, pues estos eran plenamente capaces de razonar y si se quisiera convertirlos al cristianismo, esto no debía ser por medio de la coacción ya que eran perfectamente capaces de decidir.
Sepúlveda pone otro argumento a favor de la colonización. Los indios tienen prácticas barbáricas que justificarían la guerra contra ellos. Las personas civilizadas, de acuerdo con Sepúlveda, están obligadas a estar en contra de la idolatría, la sodomía y el canibalismo. Los españoles tienen todo el derecho a actuar como maestros de los indios y además deben prevenir la barbarie del canibalismo.
Ciertamente, para de Las Casas el canibalismo no era un tema sin importancia; todo lo contrario, pero a pesar de todo ello, las leyes internacionales previenen a que se trate injustamente a alguien. De Las Casas cita a San Agustín de Hipona y a Juan Crisóstomo, quienes si bien justificaban la guerra en ciertos casos, también mencionaban lo importante que era evitarla. En efecto, evitando la guerra se evita transgredir el quinto mandamiento ''No matarás''. Para de Las Casas, algunas costumbres de los indios eran realmente bárbaras, pero había que hacer de todo para evitar una guerra que sería una afrenta peor.
Final del debate
Al final ninguno de los dos tuvo los resultado que quería. Sepúlveda, si bien vio como aumentaba la encomienda y los abusos contra los nativos, nunca observó sus verdaderos deseos plasmados en las Nuevas Leyes, pero lo que sí quedó como influencia fueron las guerras que se desataron entre indios y españoles. De Las Casas no vio un paro total de la encomienda, pero si se otorgaron ciertas reducciones de trabajo a los indios que duraría un tiempo muy limitado.
Entre los dos, podríamos decir que las ideas de Bartolomé de Las Casas fueron más inspiradoras en los siguientes reyes que las de Juan Ginés Sepúlveda. Sin embargo, muy poco cambió la realidad de los nativos luego de aquel debate. De hecho, no pasaría mucho tiempo para que Pedro de Valdivia se arrojara a la guerra contra los nativos de la parte sur de América, lo que hoy se conoce como Chile. En consecuencia, la esclavitud y la ''guerra justa'' contra los indios siguió a pesar de todos los esfuerzos de Las Casas.
Conclusión
Fue una junta que en lo concreto no dejó nada para evitar las matanzas hacia los indios. No obstante, aparte de dejarnos constancia de que habían españoles que ciertamente no querían armar una guerra, esto también dejó un germen de que lo que estaba ocurriendo en América era de una injusticia horrenda. Tendrán que pasar un par de siglos para que este problema se solucione y quizás esta solución no será la más eficiente, pero fue la única que ocurrió.
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