El árbol de la verdad |
Incontables veces hemos tratado el tema de la creación en este blog de filosofía por medio de distintos autores. Esta vez nos toca ver la percepción que tiene San Buenaventura, la cual difiere en algunas cosas sustanciales con respecto a sus predecesores, aunque también veremos varias coincidencias como dijimos con su maestro Alejandro de Hales y Platón. Veamos entonces qué nos puede mostrar este filósofo.
Breviloquio
Segunda parte: Sobre la creación
Capítulo I: Producción del mundo en su conjunto
De lo dicho hasta aquí se deduce que el principio fundamental creó todo de la nada y en el tiempo. Las criaturas fueron creadas en tiempo y bajo una triple causalidad:
- Eficiente: deriva la medida, la unidad y el modo
- Ejemplar: las criaturas reciben la verdad, la especie o forma y el número
- Final: reciben la bondad, el orden y el peso
Todas las criaturas sean corporales e incorporales tienen las mismas características.
Capítulo II: Creación de las cosas corporales
Todas las cosas de la creación están descritas en el Génesis de la Biblia, las cual San Buenaventura comienza a describir.
Una pregunta relevante que se hace San Buenaventura es ¿por qué Dios no creó todo de una vez? porque necesitaba mostrar lo grande de su poder al crear las cosas en secuencias.
Capítulo III: Creación en cuanto al ser
Toda la creación del mundo está sustentada en tres tipos de cielo:
- Empíreo: luminoso
- Celestino: transparente
- Firmamento: ambas cualidades
Es obvio que la creación de las cosas simples e inmutables son las que se crearon primero, dando lugar después a los cuatro elementos (tierra, fuego, agua y aire) empezando desde el fuego y terminando con la tierra.
Capítulo IV: En cuanto al obrar y al influir
Está claro que las cosas superiores influyen en las inferiores; así, puede verse que los cuerpos celestes influyen en los terrestres a través del clima, del día y la noche y a través del paso de los años.
De la misma forma, las cosas incorporales comandan a las cosas que son corporales; por ejemplo, cuando el alma manda al cuerpo.
Capítulo V y VI: La creación de los espíritus superiores
Los ángeles tienen cuatro atributos a saber:
- Simplicidad de esencia
- Distinción personal
- Facultad racional
- Libertad de albedrío
Por supuesto, los ángeles siempre están más cerca del principio de lo que estamos los humanos. Su inteligencia es superior porque están más cercanos a lo simple y tienen libre albedrío aunque sus decisiones son estables, sean estas buenas o malas.
Capítulo VII: Apostasía de los demonios
Los ángeles son aquellos que están en medio del sumo bien y en el bien mudable. Los demonios nacen cuando los ángeles se inclinan por el bien mudable y dejan lo divino por lo material. ¿Por qué sucede esto siendo Dios perfecto? Si bien Dios es perfecto, sus creaciones no necesariamente lo son, en efecto, cuando el creador crea algo, ese algo es menos perfecto que el creador.
Capítulo VIII: Los ángeles buenos
Obviamente, haciendo la acción contraria de mirar al bien mudable, los ángeles que optan por acercarse al bien entonces encontrarán la perfección de Dios y de su esencia natural (con respecto a los ángeles).
Capítulo IX: El espíritu del hombre
El alma racional es una alma dotada de vida, de racionalidad y de inteligencia. Por supuesto, esta inteligencia no fue dada por sí misma sino que fue dada por Dios al momento de que esta nace. La inteligencia dada por Dios no solo entiende las esencias materiales, o espirituales sino que también puede comprender la esencia creadora.
Bajo este respecto, existen dos características de la inteligencia: que puede conocer lo verdadero y puede conocer lo bueno, pues como reza la doctrina de San Agustín de Hipona, todo lo bueno es verdadero y todo lo verdadero es bueno.
Capítulo X: El cuerpo del hombre
El hombre fue la última obra que la divinidad pudo crear en el mundo. El cuerpo del hombre está hecho del barro que además llevaba el alma en sí misma, esto ya que el cuerpo debe tener la misma proporción que el alma, no en cuanto a dimensiones sino que en cuanto a potencia natural.
Capítulo XI: El hombre en cuanto al compuesto
El hombre fue dotado de varios compuestos que logran entender su dicotomía presente: puede distinguir lo bueno y lo malo, voluntad e involuntariedad, entender el mundo sensible y el inteligible, etc.
Capítulo XII: Ordenación del mundo
En la creación del mundo, la Trinidad sería la entidad creadora, omnipresente y motivadora, es decir, que puede mover a sus criaturas. De alguna manera, la Trinidad siempre ha estado merodeando el mundo continuamente viendo todo lo que sucede.
Bajo este respecto, existen dos características de la inteligencia: que puede conocer lo verdadero y puede conocer lo bueno, pues como reza la doctrina de San Agustín de Hipona, todo lo bueno es verdadero y todo lo verdadero es bueno.
Capítulo X: El cuerpo del hombre
El hombre fue la última obra que la divinidad pudo crear en el mundo. El cuerpo del hombre está hecho del barro que además llevaba el alma en sí misma, esto ya que el cuerpo debe tener la misma proporción que el alma, no en cuanto a dimensiones sino que en cuanto a potencia natural.
Capítulo XI: El hombre en cuanto al compuesto
El hombre fue dotado de varios compuestos que logran entender su dicotomía presente: puede distinguir lo bueno y lo malo, voluntad e involuntariedad, entender el mundo sensible y el inteligible, etc.
Capítulo XII: Ordenación del mundo
En la creación del mundo, la Trinidad sería la entidad creadora, omnipresente y motivadora, es decir, que puede mover a sus criaturas. De alguna manera, la Trinidad siempre ha estado merodeando el mundo continuamente viendo todo lo que sucede.
Conclusión
Aquí tenemos lo que San Buenaventura entendía por ''Creación'', lo cual es muy similar a lo dicho por San Agustín de Hipona. Seguramente, la línea de pensamiento platónico de San Buenaventura nos llevará a revivir la razón ideal, más que una lógica aristotélica. Poner atención en el concepto de alma que tiene San Buenaventura porque está tan encerrada en misterio como la visión de Agustín de Hipona.