Como hemos dicho anteriormente, en este tratado avanzamos desde las cosas más generales hasta las más particulares, pero también avanzamos desde lo más sensible hasta lo más inteligibles. De ahí que ahora estemos hablando de la parte racional del alma, sin necesariamente dejar de lado la parte de la sensibilidad. Antes de ver las verdaderas explicaciones de San Alberto Magno, primero el filósofo presentará la perspectiva del alma racional por todos los filósofos que fueron sus predecesores. Veamos esta interesantísima parte del tratado de Alberto Magno.
Referencias:
(1) Idea contraria a la de Averroes.
(2) Una idea que hasta el mismo Santo Tomás de Aquino desarrollará.
(3) Una de las razones es por una cuestión de que existe un orden lógico de contenedor y contenido, mientras que también va en contra de la lógica aristotélica. No obstante, ¿será este un argumento ad verecundiam (apelación a la autoridad)?
Referencias:
(1) Idea contraria a la de Averroes.
(2) Una idea que hasta el mismo Santo Tomás de Aquino desarrollará.
(3) Una de las razones es por una cuestión de que existe un orden lógico de contenedor y contenido, mientras que también va en contra de la lógica aristotélica. No obstante, ¿será este un argumento ad verecundiam (apelación a la autoridad)?
Sobre el alma
Tratado II: La parte racional del alma
Capítulo I: El intelecto posible
Capítulo I: El intelecto posible
La parte racional del alma está dividida en dos secciones respectivamente:
Intelecto activo: relacionada con la acción y la producción
Intelecto contemplativo: conoce las cosas primeras y verdaderas
Con esta información, Alberto Magno realizará los mismos procedimientos para investigar, es decir, irá viendo la opinión de los demás filósofos para luego dar su propia idea.
Capítulo II: Intelecto posible en Aristóteles
El mimos Aristóteles dice que el intelecto es algo que parte de la forma y no de la materia. Por lo tanto, el intelecto es simple y no compuesto, pertenece al alma y no al cuerpo. De este modo el intelecto siempre es superior y conoce todo lo que le es inferior.
Bajo ese respecto, el intelecto material que está en el alma sería pasible, es decir, podría recibir todo el contenido siendo contenedor(1).
Bajo ese respecto, el intelecto material que está en el alma sería pasible, es decir, podría recibir todo el contenido siendo contenedor(1).
Capítulo III: Problemas del intelecto posible
El intelecto posible no es un intelecto modificable o que sufra alguna modificación. Muchos dicen que por estas razones el alma está separada del cuerpo, así como la intelección de la materia.
Averroes
Uno de los filósofos que habló del intelecto posible fue Averroes. Para este filósofo árabe el intelecto posible era algo que no puede estar desprovisto de materia, en cuanto a que este necesita cambiar cuando recibe información.
Avicena
El filósofo Avicena decía que lo Universal está en ''algo'' y proviene de de ''algo''. Por eso, si el Universal es producido por algo, entonces no necesitaría del intelecto agente, lo que negaría la existencia de tal intelecto.
Estos son al menos los dos problemas que plantean una existencia para el intelecto agente.
Capítulo IV: La opinión de Alejandro
Alejandro (no el Magno) quien fuera discípulo de Aristóteles nos decía que el intelecto posible era parte del cuerpo. Esto nos haría decir que en realidad, siendo el intelecto algo distinto del cuerpo pero que al mismo tiempo está en él, sería una entelequia del cuerpo mismo.
El mismo filósofo argumentaba que los elementos eran los que producían el intelecto, por lo que el intelecto es algo externo al hombre. Sin embargo, toda esta opinión es falsa porque la materia no otorga una finalidad al ser. La que verdaderamente otorga un fin es la intelección, la forma; por lo tanto, debemos desestimar esta opinión de Alejandro.
Capítulo V: La opinión de Teofrasto y Temistio
Estos dos peripatéticos nos decían que en realidad el intelecto posible no existía en el alma, al contrario, solamente existía el intelecto universal. Lo que sí existía en el hombre era el intelecto agente, que es el que se encarga de extraer las formas del conocimiento universal.
Por lo tanto, habría más bien un intelecto puro y no material (o potencial) ya que de esa manera no se podría diferenciar este mismo de la materia pura. De esta forma las dos serían materia y no podrían distinguir, pero estos peripatéticos añaden algo más y es que nos dicen que la materia conoce sus propias formas que debe abstraer incluyendo las corpóreas y las incorpóreas, lo cual es absurdo. ¿Por qué? porque la materia no tendría el intelecto para abstraer formas.
Pareciera que estos hombres también se dejan guiar por el principio: lo semejante conoce a lo semejante.
Pareciera que estos hombres también se dejan guiar por el principio: lo semejante conoce a lo semejante.
Capítulo VI: La opinión de Avempace y Abubacher
Estos dos filósofos árabes separaron el intelecto posible y el intelecto universal. Decían que el intelecto posible tenía que ver más con la fantasía y en efecto, los fantasmas son un intelecto que se va desarrollando.
Lo que dijeron era en relación a que el conocimiento universal no puede ser extraído en cuanto a que es sustancia. El sujeto con el intelecto posible no puede extraer las formas de lo universal, porque de esa manera lo universal se particularizaría, cosa que no es posible. Por lo tanto, el intelecto posible no sería más que intelecto especulativo.
Sin embargo, el mismo San Alberto Magno nos dice que es el mismo fantasma de la fantasía el que mueve al intelecto. En todo caso, esta idea no es de él, sino que del mismo Aristóteles. Ahora, lo que implica esta proposición es que si el fantasma mueve al intelecto, entonces hay una conexión entre el agente y paciente, cosa que mueve y cosa movida.
Pero ¿cómo es que algo fuera del intelecto como el fantasma puede mover el intelecto siendo algo separado del cuerpo? no es que tenga un movimiento autónomo, sino que más bien ese fantasma es iluminado por la luz del intelecto. Un ejemplo de aquello es el color, que, sin mover la visión, lo estimula a ver.
Capítulo VII: La opinión de Averroes
Averroes parece ser el hombre que más conserva lo dicho por Aristóteles diciendo que el intelecto posible existe y abstrae todo lo captado por los sentidos. Así, Averroes soluciona un tema muy difícil en cuanto al entendimiento, pues el intelecto posible, por medio de los fantasmas, hace que cada intelecto sea diferente (idea de Alberto Magno). Unos captan las ideas universales de mejor manera que otros, es decir, los fantasmas que estén más cerca de lo universal comprenderán mejor. Por lo tanto, aquí veríamos que el hombre no tiene esencialmente el conocimiento universal, sino más bien una adecuación.
Mantenía además que el intelecto material o posible es común a todas las mentes por formar parte de la materia. Las diferencias en cuanto al intelecto sólo se deben a las sensaciones que cada hombre tiene particularmente.
Otro argumento de Averroes es decir que el intelecto posible no es uno, porque si así fuera tendría que captar cosas individualizadas y no universales. Sin embargo, este no es el caso porque la formación de hombres se da con almas y formas, que si bien son iguales, se diferencian en cuanto al intelecto.
Por lo tanto, San Alberto Magno nos dice que de una u otra forma, los hombres poseen el intelecto universal, no en cuanto universal, pero en cuanto a que lo pueden abstraer. Es así que vemos hombres más doctos que otros pero que indudablemente poseen la ciencia. Dice el filósofo:
''Todo hombre posee ciencia en cuanto posea intelecto''
De este modo, Alberto Magno establece que el intelecto material es variado, mientras que Averroes nos dice que es numéricamente uno(2).
Capítulo VIII: La parte intelectiva del alma: digresiones
Anaxágoras fue un filósofo que confirmó que en realidad, el alma no tenía ninguna parte racional o intelectiva. A este hombre se le sumaron muchos otros filósofos más como lo fue el árabe Algazen.
Estos hombres decían que la inteligencia (o las inteligencias) existían separadamente y en un nivel superior. Nuestra alma sería el esplendor o la luz de otra inteligencia aún superior a nosotros. Estas inteligencias no pueden ser movidas, pues son motores que como diría Aristóteles, solo mueven y no son movidos.
La refutación de esto, según Alberto Magno, es totalmente fácil pues no se puede conocer seres superiores sin tener racionalidad o una intelección que los abstraiga.
Capítulo IX: La opinión de Avicebron
Teofrasto nos decía que el intelecto posible y la materia eran lo mismo por lo que los dos trabajan en la misma función. Avicebron acentúa lo mismo diciendo que el intelecto posible y la materia tienen el mismo alcance; sin embargo, Avicebron tiene argumentos más fuertes para pensar aquello.
Dice Avicebron que siendo el ser humano un sujeto corpóreo tiene las mismas cualidades de la materia: sensación. Sin embargo, Avicebrón dice que al mismo tiempo el intelecto posible puede captar las formas ¿cómo es posible que la materia no pueda alcanzarlas y el intelecto posible sí, teniendo el mismo alcance? El filósofo judío nos dice que la forma del intelecto posible es justamente intelectual.
San Alberto Magno difiere totalmente de esta teoría de Avicebron. Hay una incoherencia lógica en su planteamiento ya que lo que se dice ''independiente'' no puede ser a la vez material. La forma y la materia nunca caen bajo un único contenedor(3).
Capítulo X: La opinión de Platón y Gregorio de Nisa
Como sabemos todo los que estudiamos filosofía, Platón afirmaba que el alma está separada del cuerpo y que el Universal se encontraba fuera de la materia. Sin embargo, la teoría de Platón solo tiene pequeños puntos de verdad, pues recordemos que Platón desestimaba tanto la opinión y la fantasía como medios para conocer lo inteligible. No obstante, ya vemos en la primera parte de este tratado que la fantasía (y los fantasmas) sirven para mover el intelecto. Por lo tanto, los primeros niveles de conocimiento no se deben subestimar ni mucho menos rechazar ya que ellos son el comienzo, el primer camino.
Capítulo XI: La opinión de los filósofos latinos
Los latinos también sostenían la misma opinión que Platón, aunque también admitían que el alma sería algo compuesto lo que resulta confuso e inaplicable. Dicen que está separada y que es individual, porque para extraer el universal el alma tiene que individualizarse, lo cual es ininteligible.
Sin embargo, todos sabemos que el intelecto tiene cosas en común con otros, es decir, muchos hombres pueden acordar en muchas cosa y rechazar otras al mismo tiempo. Esta es la mayor prueba de que es diversa y a la vez una, porque la opinión es la que incide así como también la fantasía.
Capítulo XII: Explicaciones a algunas cuestiones
Frente a todas estas opiniones contrarias y difusas, Alberto Magno dice que el alma tiene las siguientes características:
- Perfección del hombre
- Racional
- Total
- Incorpórea
- Poseedora de potencias (vegetativa y sensitiva)
- Singular
El cuerpo solo tendría una conexión con lo abstracto del entendimiento como sería la imaginación, la fantasía y los sentidos. El intelecto es una sustancia que está en el alma, no se mezcla, es universal e indeterminada debido a su relación con lo inteligible.
El intelecto posible se une a lo universal a través del intelecto agente. ¿De qué manera se une? cuando el intelecto posible tiene que abstraer el conocimiento universal. Sólo podríamos decir que es múltiple cuando comienza a entender las cosas que entiende (que son múltiples).
Así, Alberto Magno podría coincidir con los siguientes filósofos en ciertas materias:
- Averroes: el intelecto posible abstrae los sentidos.
- Avicebron: el intelecto posible puede captar las formas
Como conclusión, Alberto Magno nos dice que el intelecto posible capta tanto los sentidos de la materia y las formas de lo Universal.
Conclusión
Esta entrada ameritará hacer una entrada aún más grande sobre el entendimiento, ya que es un tema que realmente abarca muchas cosas. Sabíamos con Aristóteles que existían diversos tipos de intelectos, pero ahora vemos como funcionan. Sin embargo, esto es más grande puesto que el tema del entendimiento recorre toda la historia de la filosofía, incluso hasta nuestros días con la filosofía de la educación.