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viernes, 7 de diciembre de 2018

San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro II: Sustancia del alma y sus partes) (Tratado II: Alma vegetativa)

Ya hemos visto lo sustancial del alma y ahora sólo nos quedaría revisar las partes más superficiales del alma, es decir, analizaremos el concepto de alma vegetativa. Puede ser que esta parte del alma sea la más cercana que tenemos a nuestra experiencia, ya que de alguna manera es menos sustancial que la parte intelectiva. Podríamos decir que el alma vegetativa y el alma sensitiva pueden estar tremendamente vinculadas. No es un análisis menor investigar esta parte del alma que, a pesar de tratarse de la materia, no por eso va a ser de menos mérito comprenderla.

Referencias:

(1) Para más información ver la entrada ''Incoación de la forma'' de San Alberto Magno.
(2) San Alberto Magno dice esto en cuanto a la Generación Espontánea.

Sobre el alma

Tratado II: Alma vegetativa

Capítulo I: Potencias del alma vegetativa


Debemos tener claro por lo dicho en los otros capítulos, que una parte del alma es incorruptible. Esto quiere decir que las otras partes del alma sí serían corruptibles, es decir, tanto el alma vegetativa como sensitiva son corruptibles. 

Lo vegetativo tiene que ver con la alimentación y pareciera ser que este hecho lo tenemos más palpable que la sensación y la intelección. Por lo tanto, el alma vegetativa tiene que ver con la alimentación y con la generación

Capítulo II: Triple causa del alma

Todos los cuerpos físicos y animados existen y viven gracias al alma. Los cuerpos tienen como causa el alma, pero estas causas son de distinta índole. San Alberto Magno utiliza los conceptos aristotélicos para ver en qué causas se encontraría el alma. 


Como podemos ver, las causas aristotélicas son cuatro, pero el alma tendría que carecer de una de estas para ser coherente con la lógica. El alma debiera carecer de una causa material, pues no es creadora de materia sino que la comanda. 

Capítulo III: La nutrición en el alma

Empédocles fue uno de los primeros en tratar de describir la alimentación en los seres vivos. El filósofo decía que la alimentación se dirige, en el cuerpo, naturalmente hacia abajo debido a las direcciones de cada elemento. Recordemos que el mismo Aristóteles decía que que la tierra tenía como dirección el descenso mientras que el aire y el fuego tenían como dirección la ascendencia. Por eso, los alimentos que tienen la tendencia de ''caerse'' tendrían que ir siempre hacia abajo, a los miembros inferiores. 

Sin embargo, esto no podría ser cierto porque si la fuerza de los alimentos condujera la alimentación, los alimentos irían a todos los miembros del cuerpo sin ningún control. En efecto, al caer un alimento tendría que ir ya sea arriba o hacia abajo, ya que los elementos dentro del cuerpo serían tierra, agua y aire. 

Por lo tanto, debe existir otra fuerza que haga este trabajo de distribuir el alimento. Este trabajo lo realiza el alma vegetativa y no por la fuerza de los alimentos como lo decía Empédocles. 

Capítulo IV: Crecimiento y el alimento se debe al fuego (crítica)

Así como el fuego puede incinerar o reducir a polvo todo lo que toca, muchos filósofos decían que era el fuego el que se encargaba del crecimiento y de la alimentación en los seres vivos, es decir, se necesita calor o propiedades del fuego para que el alimento sea consumido en nuestro interior. 

Sin embargo, de ser así, entonces los seres humanos podríamos crecer tanto como quisiéramos porque el fuego es una sustancia simple que no se consume por sí mismo. Por lo tanto, al tener fuego en nuestro interior deberíamos crecer sin límites; no obstante, es evidente que cada ser humano no puede crecer ilimitadamente; todo lo contrario, el crecimiento tiene un límite. ¿Quién impone ese límite? la misma alma vegetativa

Ahora, es cierto en parte que se necesita calor para consumir los alimentos, pero no por esto el cuerpo crece. El mismo Avicena decía que el fuego se nutre y crece en sí mismo, no hace crecer a las cosas. 

No obstante, San Alberto Magno dice que el fuego no se nutre a sí mismo ni tampoco crece. Al contrario, el fuego se propaga y transforma lo que quema en una materia ajena. 

Capítulo V: El alimento en las potencias nutritivas y generativas

Para comenzar este análisis, Alberto Magno nos dice que primero debemos ver la dicotomía entre lo semejante y lo contrario. Por ejemplo, muchos filósofos dicen que el fuego es alimentado y el agua alimenta. Por eso, se dice que el agua es el verdadero alimento, cualquier alimento debería tener agua o líquido para ser consumido. 

Los antiguos además decían que la alimentación se daba por lo semejante. En efecto, cuando se suma un cuerpo con otro cuerpo pareciera ser que en esa unión hay un crecimiento cuantitativo. Sin embargo, sí existe un cambio pues la comida debe ser digerida y procesada por los órganos. Una vez que esto sucede el alimento digerido por primera vez cambia totalmente. 

Por lo tanto, el alma se ocuparía de esta visible contradicción, pues también es cierto que lo semejante se alimenta de lo semejante, así como lo contrario se alimenta de lo contrario. Si esto se explicara sólo en términos de elementos o de materia, entonces tendríamos que escoger uno de los dos; semejante con semejante, o contrario con contrario. 

Capítulo VI: Facultades nutritivas y de crecimiento

Por supuesto, la facultad nutritiva se preocupa de la distribución de los alimentos en el cuerpo, para que después la potencia de crecimiento haga crecer los órganos y las demás partes del cuerpo. 

Existen cuatro diferencias entre las potencias:

  1. La potencia nutritiva recibe el alimento y los distribuye a los órganos. La potencia de crecimiento se encarga del tamaño de los cuerpos.
  2. La potencia nutritiva añade a los miembros la sustancia de la comida (longitud, profundidad y latitud). La potencia de crecimiento incrementa las tres dimensiones mencionadas anteriormente.
  3. La potencia nutritiva es débil ya que se sirve de un instrumento, no es independiente. La potencia de crecimiento es más fuerte y más acentuada e independiente.
  4. La potencia nutritiva tiene como fin preservar al individuo. La potencia de crecimiento determina los límites de crecimiento.

Como podemos ver, ambas potencias tienen características distintas, pero siempre se podrán complementar la una con la otra. 

Capítulo VII: Potencia generativa

Otra cosa de la que es importante hablar es de la potencia generativa, es decir, la creación de un ser por otro ser. Por supuesto, los órganos seminales son los miembros de esta facultad. Por otro lado, es el semen el que tiene la facultad formativa final de los seres; en palabras de Alberto Magno, el semen lleva la forma incoada de todo ser(1)

Por otra parte, también es necesario mencionar que la potencia generativa necesita del alimento para contener y otorgar todo lo que posee. 

Capítulo VIII: Potencias y las cuatro facultades principales

Recordemos que las facultades principales son 4:

  1. Atractiva: se encarga de succionar los alimentos líquidos. Se da por medio de los bellos que existen en el estómago y del intestino.
  2. Digestiva: se encarga de la alteración de la comida por medio de cualidades contrapuestas. Esta ocurre en el estómago y en otros órganos que colaboran con la digestión. 
  3. Expulsiva: se encarga de expeler lo superfluo de algo puro o impuro. 
  4. Apetitiva: se encarga de apetecer al organismo que aparece debido a la carencia de alimento. Esta puede generar sed y hambre dependiendo de la cantidad de alimento. 

Estas cuatro facultades son naturales en el ser humano y el espíritu funcionaría como instrumento. 

Capítulo IX: Facultades vegetativas

El proceso de las facultades vegetativas es el siguiente: primero la facultad nutritiva separa lo superfluo del alimento y los expele hacia los miembros generativos para luego ser impreso por la facultad formativa. La facultad de crecimiento apoya a la facultad generativa moldeando la forma final y así, todas las facultades se supeditan a la facultad generativa. 

En realidad, la facultad generativa es el fin de todos los seres. Los seres animados son los únicos que pueden formar un ser de otro ser, mientras que los seres inanimados siempre se sirven de una materia ajena para formar otro(2)

Capítulo X: Los motores de la nutrición

El motor principal '''material'' de la nutrición es el calor que es capaz de reducir los alimentos a líquidos. Sin embargo, el verdadero motor principal es el alma que sería el motor inmóvil. Como vimos el alma es la que gestiona todos los movimientos que parecieran ser naturales o involuntarios en el sistema corporal, no son los elementos simple en sí

Conclusión

Podemos ver en esta parte del tratado el gran trabajo que se dio para describir las cosas superficiales del alma, esa parte material que en realidad está lejos de la verdadera esencia del alma. Siendo que ya hablamos del alma en sí y ya hablamos de sus partes ¿qué más quedará por ver? Recordemos que aún nos falta un largo camino por analizar con San Alberto Magno, por lo tanto no desesperemos y esperemos la próxima entrega.