domingo, 22 de julio de 2018

Pedro Abelardo - Diálogo entre un filósofo, un cristiano y un judío (Parte I: Ley natural y Ley mosaica) (1121).

Un diálogo que dará mucho de qué hablar tanto en la Edad Media como en las épocas que siguen, pues no es de poca importancia que un hombre quiera juntar la religión con la filosofía. Ya lo habían hecho hombres como Al-Farabi, Averroes y San Anselmo de Canterbury, y esta vez le toca a Pedro Abelardo hacerse cargo de esta misión. Veamos que nos tiene esta vez el filósofo Pedro Abelardo en comparación a los demás filósofos. 

Un diálogo entre un filósofo, un cristiano y un judío
(Parte I: Ley natural y Ley mosaica)


Primer encuentro entre los tres


Abelardo comienza con el relato brevemente diciendo que en una visión nocturna se le acercan tres personas: un filósofo, un cristiano y un judío. El filósofo es el primero que habla y le dice a Abelardo que está empeñado en buscar la verdad  y que para eso necesita la guía de la razón. A juicio del filósofo, el judío es necio y el cristiano está loco, por lo tanto, sólo Abelardo puede ayudarlos, ya que él tiene el conocimiento tanto de la filosofía como de la teología. 

Comienzo de la discusión

Planteamiento del problema

Filósofo:

El filósofo parte poniendo la primera pregunta a los dos religiosos:

¿Ha sido la razón la que los condujo a la doctrina, o por la opinión de los hombres?

El filósofo expone su opinión inmediatamente diciendo que todo lo que es creído se recibe por educación y después se toma en cuenta por la razón. En efecto cuando se consulta la biblia dice:

''El hijo no puede hacer nada sin el Padre''
(Juan 8:19)


El hijo cree todo lo que el padre le dice con una fe obstinada, incluso si de él no entendieran alguna palabra. Desde niños, pareciera que la fe no necesariamente debe ser entendida, sino que al contrario, pareciera ser más de boca que de corazón.  

El problema de los judíos

Judío:

El judío comienza diciendo que no sería adecuado responder conjuntamente con el cristiano, y que por eso el comenzaría respondiendo. 

Observando el juicio que el filósofo hace con respecto a los niños, los cuales solo pueden entender cosas a través de la fe, una vez adulto el hombre busca la verdad y se encamina por el lado del Señor. 

La obediencia a las leyes sagradas no tiene ninguna contradicción, ni tampoco ninguna maldad. En efecto, si las reglas de Dios son coherentes y razonables, entonces no tendría ninguna objeción en cumplirlas. Si el hombre tuviera libre elección de credo, entonces este no podría vivir en paz y no podría corregir a nadie que hace el mal, pues todos pueden hacer lo que les plazca aunque estén invadidos por el instinto. 

El judío comienza a explicar las pruebas y barbaridades que su pueblo ha tenido que pasar a lo largo de la historia. Son culpados continuamente por los cristianos, siendo cada barbaridad que les ocurre una justa venganza de Dios contra ellos. 

Filósofo:

El filósofo asume que lo dicho por el  judío es verdad y que su pueblo no ha hecho más que seguir las leyes de Dios. Sin embargo, el filósofo cuestiona el hecho de que lo que dice Dios sea racional o no, y para eso sigue en el debate. 

Si bien los judíos han sido desdeñados por los cristianos y otros paganos, también es verdad que han sido acompañados por Dios en todas sus desgracias. Es sabido que los judíos eran el pueblo que heredaría la tierra prometida. 

Sin embargo, muchos castigos han recibido a pesar de ser el pueblo de Dios ¿cómo se explica esto? ¿cómo se explica tanto pesar en su pueblo siendo que eran los primogénitos? El filósofo responde que mucho más allá de las leyes mosaicas están las leyes naturales, es decir, aquellas que todos obedecemos por supervivencia (comer, hablar, beber, etc.), y que estas son las leyes que realmente valen y que debemos seguir. Esto se debe a que muchos hombres que no siguen la ley mosaica pero sí la natural no se han visto dañados ni perjudicados. 

Ninguna queja puede existir entre los judíos si su pacto con Dios que se selló con la circuncisión es exclusivo de ellos y de nadie más.

Judío:

Si bien es cierto que los antiguos sabios solo se sirvieron de la ley natural y no necesitaron de los preceptos judíos, no por eso debemos llamar inútiles a aquellos preceptos dados a nuestro pueblo. 

Los preceptos de Dios se han hecho para afianzar aún más la fe con respecto de los otros pueblos, de alguna manera, para diferenciarse de los infieles. 

Por otro lado, lo dicho por el filósofo está mal, es decir, aquello de que la circuncisión solo pertenece a los judíos porque dice la biblia:


''A los ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado con dinero y a cualquier extraño que no sea de tu casa''
(Génesis 17:13)

Como vemos, todo hombre debe ser circuncidado sea judío o no, por lo que el judío refuta lo dicho por el filósofo. La ley de Dios convoca a todos aquellos que quieran acercarse, y no solo a un pueblo. 

Por otro lado, todo aquello que pertenece a la ley natural que habla el filósofo, está contemplado también en la ley mosaica que perfecciona de alguna manera la ley natural, ya que la ley de Moisés es por sobre todo espiritual.

Filósofo:

Sin embargo, dice el filósofo, muchas cosas son exclusivas de los judíos, por ejemplo, cuando Dios se llevó a Enoc a los cielos, cosa que no hizo con ningún otro judío. 

A los extranjeros que no sean judíos, el judío tiene como obligación darle la carne que el judío desprecia. Se dice que a los extranjeros había que darle carne muerta naturalmente, cosa que los judíos no hacen pues les está prohibido comer carne de un animal muerto de causas naturales. De hecho, el filósofo presenta un pasaje de la biblia que pone al descubierto esto:

''Si un hombre cualquiera de la casa de Israel, o de los forasteros que residen en medio de ellos, come cualquier clase de sangre, yo volveré mi rostro contra el que coma sangre y los exterminaré en medio de su pueblo''
(Levítico 17:10)

Pareciera ser que hasta este punto el judío se vería entrampado en los argumentos del filósofo. Pero antes de que el judío pudiera contestar, el filósofo torna a hablar con el cristianismo inmediatamente. 

Conclusión

Esta primera parte se enfoca principalmente en la conversación que el filósofo tiene en el judío. Podemos ver una crítica aguda de parte del racionalista y que el judío no tiene oportunidad de contestar aún a la segunda réplica. En la próxima parte tendremos la discusión entre el filósofo y el cristiano, donde obviamente el cristiano defiende en parte el punto de vista judío para deshacerse del argumento del filósofo. Esperemos la siguiente parte.

viernes, 20 de julio de 2018

Pedro Abelardo - Logica Ingredientibus (1120).

Una de las primeras obras del filósofo Pedro Abelardo es la que tenemos aquí presente en este blog de filosofía. Una introducción perfecta a toda su obra que, sin dejar de ser cristiana nos entrega un profundo sentido filosóficamente. Ya hemos hablado bastante sobre la tensa relación entre la religión y la razón, pero a pesar de las constantes dialécticas, esta no ha sido resuelta ¿que nos puede hacer pensar que Abelardo logra esta conciliación? veámoslo en este tratado de introducción a la lógica. 

Lógica Ingredientibus


El concepto de filosofía por Boecio

Concepto de filosofía

Boecio llama a la filosofía a aquella ciencia que se ocupa de los seres más excelentes, porque, claro, los hombres ordinarios no se dedican a la filosofía. Luego este distingue tres tipos de filosofía

  1. Especulativa: estudia la naturaleza de las cosas
  2. Moral: estudia la bondad de los actos humanos
  3. Racional: estudia la argumentación.

De acuerdo con Boecio, los filósofos separaban esta última de la filosofía por considerarla sólo un mero instrumento de aquella. 

Concepto de los Universales

Una de las cosas por las que fue conocido Boecio fue por el problema de los Universales. Boecio se preguntaba si el género y la especie se encontraban y si era así, ¿eran corpóreos o incorpóreos? Pensaba que podrían subsistir así como el alma puede existir con el cuerpo. Si fueran incorpóreos entonces tendrían que estar separados de las cosas sensibles. 

Los universales por Abelardo

Aristóteles

Abelardo comienza citando a Aristóteles que decía en el Peri Hermeneia:

''Universal es aquello que se predica de muchos''
(Aristóteles)

Y Porfirio, el comentador del Tratado de Lógica de Aristóteles decía:

''Universal es aquello que se predica de uno''
(Porfirio en la Isagoge)

Abelardo nos dice que las palabras son las que sirven para representar las cosas, mientras que las cosas mismas significan las palabras. Por ejemplo, la palabra ''nombre'' se predica de muchos nombres y vendría a ser especie más que género, y sin embargo ''nombre'' es un concepto Universal. 

Universalidad entre genero y especie

El mismo ejemplo podríamos decir que se hace cuando se habla de ''hombre'' y que su especie sería ''Platón'', ''Sócrates'', ''Aristóteles'', etc. Si bien son distintos en apariencia, son los mismos en cuanto sustancia, es decir, en cuanto que son hombres. También pueden representar opuestos dentro de sí mismo, por ejemplo, Sócrates es el mismo en cuanto Sócrates, pero también es hombre en cuanto Sócrates. 

Sin embargo, ninguno puede diferir, pues de acuerdo con Abelardo el género y la especie no difieren. Que Sócrates sea hombre, sea blanco y sea filósofo, no difiere en nada de la sustancia que además de tener estas cosas contiene al hombre, es decir, a Sócrates. Si Sócrates y Platón difieren en la realidad de ser hombres, entonces la realidad de ser hombres también diferiría de ser Platón y Sócrates lo cual es ridículo. 

Universalidad en el vocablo

Bastaría decir ''hombre'' para incluir muchos vocablos dentro de la misma palabra. En efecto, hombre significa muchas cosas a la vez y ahí están presentes los Universales. Para hablar de vocablos necesitamos antes esclarecer el concepto de predicado:

Predicado: lo que se aplica a una verdad en virtud de la enunciación del sustantivo presente; por ejemplo, ''El hombre corre a la casa'' el verbo corre significa a sí mismo que el hombre existe y que realiza una acción.

Pareciera ser en primera instancia la palabra ''hombre'' no significa nada hasta que la predicamos de algo. En efecto, la palabra hombre parece ser vacía si no nos referimos a un conocido o alguien especial. Esto puede ser cierto hasta algún punto, la verdad es que todo se pone más claro si decimos ''ser hombre''. Es aquí donde los hombres como Sócrates o Platón se identifican y se unen. 

Los Universales en la mente

El concepto de hombre no es propio de algún ser, sino que es común a un grupo de seres. Por ejemplo, para representar a un Universal de ''hombre'' tendría que dibujar un cuerpo con extremidades y sus partes correspondientes, y si tuviera que distinguirlo le cortaría el pelo y le pondría ropajes. 

Sin embargo, podría caerse en la paradoja o la infinitud de decir ''la sustancia de la sustancia'', pero para no caer en eso, Abelardo nos dice que ninguna cosa creada por el hombre es sustancia, al contrario es accidente. Lo único que es sustancia es todo aquello que está en la mente de Dios; por lo tanto, toda la naturaleza sería sustancia, mientras que la casa o una espada son accidentes de esa naturaleza. 

Abelardo advierte que los hombres solo pueden tener indicios u opiniones de los Universales, pero jamás el conocimiento completo. Por ejemplo, un hombre que va a visitar una ciudad que nunca ha visto y que luego llega enterándose de todo lo que ve, e impresionado dice: ''nunca pensé que fuera así''. Esto lo dice, a pesar de haberse imaginado antes la ciudad. Esta imaginación previa es la imaginación que el hombre puede tener de la esencia. 

Aunque esta realidad de los Universales pudiera parecer confusa al principio, es esta la que guía el intelecto del hombre ya sea a hacer nuevas cosas o a emprender un camino (como el ejemplo del hombre que va a conocer otra ciudad). 

La abstracción de los Universales

Los hombres extraen los Universales de los objetos materiales. Sin embargo, ¿cómo se sustentan los Universales? los Universales son significados más que palabras. Por lo tanto, lo dicho por los nominalistas quedaría sin efecto, pues no serían flatus vocis o voces vacías como las llamaban. Por supuesto, cuando decimos ''hombre'' significamos muchas cosas y como ''hombre'' es Universal, entonces los Universales significan. 

Así, respondiendo a las dudas de Porfirio, Abelardo dice que los Universales se encuentran tanto en las cosas incorpóreas como en las corpóreas, pues ambas tienen significado. 

Conclusión

¿Qué duda nos cabe de que los Universales si están en la realidad y no solo eso, sino que en todo ser existente? realmente lógica la salida que nos trae Abelardo a través de la lingüística, la cual consideraba fundamental en la filosofía y la dialéctica. Sin embargo, el problema de los Universales no termina con Abelardo, pues saldrán muchos otros filósofos a refutar y defender esta tesis, por ahora, debemos seguir investigando y ahondando en la vida de Pedro Abelardo. 

Pedro Abelardo - Vida y obra (1079 - 1142).


Pedro Abelardo (1079 - 1142)

Una de las figuras más prestigiosas del siglo XII es Pedro Abelardo quien dio el método de investigación para las universidades medievales. Se adelantó a algunos filósofos como Descartes introduciendo la duda como un método viable de investigación. Muchas de sus obras fueron censuradas y unas otras destruidas al ser considerada heréticas, pero bien nos queda lo esencial de este filósofo. Este hombre no sólo dedicó su vida a la filosofía y a la teología, sino que también construyó su propia biografía y sus propios poemas. Una vida interesante en un contexto muy difícil de Europa, pero aquí lo tenemos, Pedro Abelardo.



Pedro Abelardo

Infancia

Estudios

Su nombre en francés fue Pierre le Pallet ya que era de esa misma localidad: De Pallet. Nació en el año 1079 en el este de Nantes, Bretaña. Su padre, al ver lo inteligente que el joven Abelardo era, lo puso a estudiar las artes liberales donde aprendió dialéctica en vez de iniciarlo en una carrera militar como su padre (que por cierto era Caballero). 

Fue discípulo de Roscelino de Compiègne, que, recordemos, había sido condenado por San Anselmo de Canterbury por nominalismo, también de Guillermo de Champeaux y de Anselmo de Laon.

Abelardo siempre se mostró insatisfecho con las enseñanzas que recibía, sobre todo de sus maestros que eran nominalistas. De hecho, se dice que Abelardo discutía mucho con Guillermo, tanto así que trató este último a Abelardo de ''arrogante''. Intentó por algunos años tener su propia escuela en las localidades de Melun y Corbeil, pero Abelardo levantó una escuela en la colina de Santa Genoveva en París que le dio mucho más éxito. 

Ocupó la cátedra de la escuela de Notre-Dame entre los años 1114 y 1118, y dicho tiempo fue donde explotó todo su conocimiento acerca de la teología y la dialéctica. Fue su período de oro. 

Eloísa la literata

Así como Abelardo recibía muchos estudiantes y mucha gente, sería difícil no haberse visto envuelto en un romance. Abelardo estaba impresionado con una muchacha con quien mantuvo una correspondencia en latín y en hebreo. 

El padre de Eloísa era Fulbert, un canónigo que, viendo la relación que tenían los dos los separó; sin embargo, Eloísa y Abelardo seguían viéndose en secreto. Eloísa se embarazó y tuvo un hijo que ambos llamaron Astrolabe quien sería un científico instrumental. 

Finalmente, la pareja se casó en secreto para no enojar al padre de Eloísa, pero cuando se supo que estaban casados y Eloísa lo negó, Abelardo la envió a un convento en Argenteuil. 

Fulbert estaba furioso porque creía que Abelardo quería deshacerse de Eloísa y por esto, envió a unos hombres a su casa para que entraran y lo castraran como efectivamente se hizo.

Para evitar más problemas, Abelardo hizo los votos y se convirtió en monje, insistiendo que Eloísa debía hacer lo mismo (cosa que ella cuestionaba porque no quería la vida monacal). 

Controversia con sus obras

Abelardo se quedó hasta los 40 años en la abadía de San Denis insatisfecho de las enseñanzas de aquel lugar. Decidió salirse y fundar nuevamente una escuela para seguir sus enseñanzas filosóficas. Para ese período terminaría su obra ''Sic et non''.

Luego publicaría una obra llamada ''Theologia summi boni'', que fue fuertemente criticada por Anselmo de Laon y sus discípulos. Lo condenaron de herejía en el concilio de Soissons en el año 1121, mientras que en el concilio de Sens, en el año 1140, por atentar con la cosmovisión y lógica cristiana. 

Abelardo se vio muy complicado pero su fama crecía entre los estudiantes de teología. En la escuela de Claraval, Abelardo provocó mucha polémica y el abad Bernardo Claraval (quien impulso la Segunda Cruzada) vio las obras de Abelardo como heréticas y las condenó totalmente.

En un debate, San Bernardo lo venció y acto seguido, Abelardo fue condenado a cadena perpetua. Las obras de Abelardo serían en efecto condenadas en Paracleto que era donde Bernardo Claraval enseñaba. Tiempo después el obispo de Cluny, Pedro el Venerable, haría que los dos hicieran las paces. 

Muerte de Pedro Abelardo

Finalmente, Pedro Abelardo busca acogimiento en Cuny con el abad Pedro el Venerable de la abadía benedictina del mismo lugar. El filósofo muere en el año 1142 a la edad de 63 años y su cuerpo fue llevado a el Paracleto donde también llevaron a Eloisa, que había muerto 22 años más tarde; los habían enterrado juntos. 

Su tumba dice:

''Sócrates en Francia, sumo Platón en Occidente, moderno Aristóteles, émulo o mayor de los dialécticos de todos los tiempos; príncipe de los estudios, famoso en el mundo, genio multifacético, penetrante y agudo; todo lo superaba con el poder de la razón y el arte de la palabra: este era Abelardo''.

Como podemos ver, a pesar de que sus obras se condenaron, su influencia siguió viva en el pensamiento medieval.

Pensamiento

El problema de los Universales

En este blog hemos hablado de manera amplia sobre la existencia de los Universales, y es así que Abelardo no se excluye de ellos. 

Para Abelardo, los Universales no son cosas ni tampoco nombres, sino que son realidades que se predican a través del lenguaje inventado por el hombre. Lo que realmente importa no es la cosa (res) o la voz (vox), lo que realmente importa es la significación (sermo). Los Universales pertenecen a la ciencia del discurso y es ahí donde deben su existencia.

Por lo tanto, Abelardo, si bien dice que no tienen una existencia en sí mismos (rechazando el realismo exagerado), el filósofo francés defiende la opción de que los universales serían un ''sermo'', más que res o vox; por lo tanto, Abelardo sería realista moderado.

Método de investigación

Abelardo tenía un propósito investigativo dentro de la filosofía y la teología, este principio era la duda metódica. 

Para investigar un problema se deben tener las siguientes consideraciones en orden:


  1. Investigación histórico lingüística.
  2. Autenticidad del texto.
  3. Examen crítico de los textos que hagan referencia al texto analizado. 
  4. No confundir la opinión personal con la del autor.

Pareciera ser que estas reglas son básicas en toda investigación, pero Abelardo sabe que estas no son esenciales para comprender en su totalidad las Sagradas Escrituras. Aún falta la interpretación que se le de a las escrituras. 

Ratio

Para Abelardo, la dialéctica es lo principal para acercarse a la verdad, y por eso se crea la ratio, que sería un instrumento de tesis y afirmaciones que llevan a lo verosímil ahorrando especulaciones y exageraciones. 

La ratio propone llegar no a la verdad en sí, pues ese no era el objetivo sino que más bien tener una aproximación a aquella por medio de la razón. De esta manera, Abelardo se aleja del pensamiento de San Agustín donde decía que la razón confirma la fe, al contrario, Abelardo dirá ''La fe confirma la razón''. 

Conciencia y moral 

En la moral de Abelardo la intención juega un papel primordial. En efecto, lo más importante, dice Abelardo, no son las acciones puesto que estas por sí mismas no son nada, sino que más bien son las intenciones lo que cuentan. De hecho, las acciones pueden ser buenas o malas dependiendo de la intención que se tenga. 

Sin embargo, esto nos lleva a pensar que si alguien ha cometido pecado, pero sin la intención de cometerlo, entonces no ha cometido pecado alguno. En ese sentido, pareciera ser que la moral tiene una orden para Dios, pues si se ve que la intención es buena, entonces no habría pecado y no habría castigo. En este sentido, el pecado no sería una voluntad sino que más bien un consentimiento.

En total, la intención del hombre no basta que parezca buena, sino que tiene que ser buena ante los ojos de Dios. 



Obras

Presentaremos las obras filosóficas de Pedro Abelardo en conjunto con su biografía y otras cosas. 

  • Lógica ingredientibus: uno de sus tratados más importantes en cuanto a lógica, donde ofrece una solución al problema de los Universales.


Todas estas obras influyeron positivamente en todos los filósofos posteriores, e incluso algunos se vieron inspirados en ellas utilizando algunas ideas. 

Conclusión

La vida de Abelardo sube y baja de emociones y experiencias, de las cuales aún así pudo escribir en vida. Veo en la biografía de Abelardo que éste se adelanta por lo menos a 2 filósofos fundamentales: Renato Descartes e Immanuel Kant. Uno con la duda metódica y el otro por el exámen de la conciencia. Sin dudas un filósofo interesante de analizar que estaremos viendo en los siguientes apuntes de filosofía. 

Segunda Cruzada (1144 - 1149).

Tenemos ahora la entrega de la Segunda Cruzada luego de haber terminado en detalle la explicación de la primera en este blog. ¿Qué llama nuevamente a los cristianos a armarse de valor para defender Tierra Santa? por supuesto, la infidelidad de aquellos que rechazan la religión católica o cristiana. Estos monjes militares acabarán con todos quienes no se incorporen al proceso de cristianización llevado a cabo por la Iglesia y sus eclesiásticos. 


Segunda Cruzada
(1144 – 1148)

Contexto histórico


El Condado de Edesa

Como vimos en la Primera Cruzada, el Condado de Edesa fue uno de aquellos Estados Cruzados que pertenecía a Balduino de Boulogne, pero que luego pasó a manos de su primo Balduino de Bourg ya que De Boulogne se había convertido en rey de Jerusalén.

Años más tarde, Balduino de Bourg, más conocido como Balduino II, vería amenazado el Condado de Edesa por el ataque que danisméndidas y los turcoromanos habían propinado en Cilicia en el año 1104. En el año 1110 se perdería absolutamente todo a manos de Mawdudi de Mosul, por lo que Balduino se tuvo que retirar y a la muerte de su primo se convirtió en Balduino II, rey de Jerusalén, aunque luego este reino fue otorgado a Joscelino un año después. 

Joscelino murió en el año 1131 y lo sucedió Joscelino II. que trató de recuperar el Condado, pero fue tomado prisionero y murió en el año 1159 en la ciudad de Alepo siendo derrotado por Nur ad-Din. 

Comienzo de la cruzada

Bernardo de Claraval

Esta urgencia que trajo la caída de Edesa llevó al comisionado papal a que Bernardo de Claraval predicara la Segunda Cruzada. Lamentablemente, esta cruzada no tuvo los mismos ánimos de la anterior, la convocatoria había sido muy pobre. 

Sin embargo, no fue hasta que Luis VII de Francia decide unirse a la cruzada que esta recibió los ánimos que merecía. Bernardo decía que era necesario llevar la cruz en la batalla para que todos los pecados fueran perdonados. Con un acalorado discurso, Bernardo agitó las masas y todas las personas presentes se volvieron caballeros cristianos.  

Un efecto indirecto que tuvo la prédica de Bernardo fue que los cristianos se enfrentaran con los judíos liderando esta una masacre.

La caída de Lisboa

En el año 1148 el abad Bernardo dio la autorización para atacar la península ibérica. Los cruzados llegaron hasta Portugal para deshacerse de la amenaza musulmana en Lisboa. Los musulmanes que estaban ahí eran los llamados ''moros'' que finalmente tuvieron que rendirse por falta de suministros en la ciudad. 

Todos los españoles y portugueses fueron decididos a recuperar tierras en la península, lo que efectivamente así fue, pues pudieron derrotar a los almorávides. Para 1149 ya estaban reconquistadas todas las tierras de la península ibérica. 

Alemania

Los cruzados de la Alemania tuvieron más problemas para enfrentar. Quien se destacó en esta parte de Europa fue Conrado III, quien viajó a Tierra Santa desde Alemania causando graves bajas a los enemigos infieles.

A Conrado III se le unió Luis VII de Francia, y ambos enardecidos por el discurso del abad Bernardo decidieron ir por vía terrestre a Jerusalén. Conrado III regresó al Sacro Imperio Romano Germánico y murió en el año 1152. 

Francia

En esta ocasión también se unirían los ingleses que junto con los franceses decidieron dirigirse a Tierra Santa. Manuel I Comneno, rey del Imperio Bizantino, no quiso participar profundamente en la cruzada, pero envió a soldados a vigilar a los cruzados de Francia y Alemania. Dejó que los ejércitos de estos dos países pasan libremente por sus dominios del Imperio Bizantino. 

Sin embargo, Manuel se quejaba del ejército de Luis VII pues sus soldados saquearon el territorio bizantino una vez que derrotaban al enemigo. Las relaciones entre estos dos reyes fue un tanto difícil, pero nada que liderara a un conflicto mayor. 

Finalmente, Luis VII pudo derrotar a los turcos de Éfeso librando una pequeña batalla que casi le costó la vida.

Llegada a Jerusalén

Luis VII fue el primero en llegar seguido por Conrado III que llegó tiempo después. Mientras estos llegaban y se reunían para otro ataque hacia los musulmanes, en Damasco el gobernador decidió reunir fuerzas y prepararse para enfrentar a los cruzados.

Concilio de Palmares

En el Concilio de Palmares en Jerusalén se decidió atacar la ciudad de Damasco. Unos preferían atacar a los zéngidas y otros la ciudad de Damasco, y finalmente se decidieron por esta última. Sitiaron la ciudad de Damasco la cual ya había estado fortificada y poblada de soldados, pero ni aquello fue suficiente. 

Nur ad-Din y Mu'in ad-Din Unur atacaron a los cruzados pero sus esfuerzos fueron infructuosos. Sin embargo, tantos los cruzados como los musulmanes sentían desconfianza en sus propios bandos, en efecto, ¿quién se quedará con qué parte? esto produjo que finalmente el sitio a Damasco no se produjera

Conrado volvió a Constantinopla y Luis permaneció en Jerusalén, mientras Bernardo de Claraval se sentía terriblemente decepcionado por el hecho, muriendo en el año 1153. 





Conclusión

Ya tenemos la segunda cruzada que, si bien en un principio pareció una exitosa convocatoria, terminó siendo frustrada y sin efecto. No obstante, la batalla contra los infieles continuará por muchos años más pues el cristianismo no se rendirá tan fácilmente. Ya tenemos que Francia, Alemania y el Imperio Bizantino colaboraron para derrotar a los musulmanes, pero el próximo turno será para Inglaterra.

jueves, 19 de julio de 2018

La Orden de los Caballeros Templarios (1118 - 1314).

Los Caballeros Templarios son aquellos
 soldados que lucharon en las Cruzadas de la Edad Media

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Conocida como La Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón, o más conocida como los Caballeros de la Orden del Temple, fue una milicia cristiana altamente poderosa en la Edad Media. Manejada por soldados que ya en la Primera Cruzada decidieron acudir al llamado de Urbano II para batirse con los enemigos musulmanes, y así el cristianismo vencería en Europa. ¿Qué consecuencia tendrá en la historia este Orden Templaria? Veámoslo en los siguientes apuntes.



Los Caballeros Templarios


Origen de la Orden del Temple

Ciertamente, nunca se sabrá porque Hugo de Payns y sus ocho acompañantes conformaron la Orden del Temple. De todas formas, todo esto se origina en el período de la Primera Cruzada cuando el mismo Hugo de Payns quiso construir una asociación que permitiera integrar la vida del monje con la profesión militar. 

En aquel momento reinaba Bouldino I quien aceptó esta asociación llamados ''Los Pobres soldados de Cristo''. Este rey permitió a estos soldados vivir en Tierra Santa cerca del Templo de Salomón, de ahí que recibieron el nombre de ''Caballeros Templarios''. El redactor de la Orden fue el monje Bernardo de Clairvaux, quien fue el mismo que convocó el Concilio de Troyes en el año 1128 donde fueron reconocidos por el Papa Honorio II. 

La armada completa

Los Caballeros Templarios debían hacer un voto de pobreza, castidad y obediencia(1), donde todos sus bienes pasaban a formar parte de la Orden. De aquí que la jerarquía sea la siguiente:


  1. Gran Maestre
  2. Maestre
  3. Comendadores
  4. Caballeros
  5. Escuderos
  6. Sirvientes

Estos solo podían rendir cuentas al Papa, excluyendo así a los obispos y reyes que gobernaran en ese tiempo. Su economía, que estaba protegida por los nobles, les hicieron ser los hombres más ricos de Europa en ese tiempo.

Desde los sirvientes hasta los caballeros entre ninguno de estos había un linaje o una descendencia noble, pues solo los que tenían descendencia de nobles podían ostentar los títulos de Comendadores, Maestres y Gran Maestre.

En el año 1139, el Papa Inocencio II le concede el Temple la bula papal (Omne Datum Optium) que dotaba a los Templarios de las siguientes atribuciones:

  • Conservar el botín tomado de los sarracenos
  • Dependencia de la Orden por el Papa
  • Laicos y seglares no pueden modificar las reglas
  • Facultad de construir oratorios y capillas
  • Derecho a tener sus propios capellanes

Esto era en general todo lo que los cruzados obtenían desde la Orden del Temple y sus organizadores. 

La Regla

Las reglas de los Caballeros Templarios eran muy estrictas y controversiales. Observemos algunas de ellas:


''Nadie debe temer ir a la batalla, aunque debe estar preparado par la corona del sacrificio''

''Ya que Cristo dio la vida por mi salvación, yo debo estar dispuesto a dar la vida por mis hermanos''

''Ningún caballero, escudero o sargento puede ir al campamento de otro a verlo o a hablar con él''

''Los hermanos no pueden recibir cartas de nadie, ni de sus padres; aunque la carta podría ser autorizada por un Gran Maestre, y aquella sería leída en presencia de éste último.''

''Ningún caballero debe tener bienes propios''

''Los Hermanos que mezclan la vida religiosa con la militar, pueden matar a los enemigos de Cristo sin culpabilidad''


Entre muchas otras reglas, estas son las que al menos a mi me llamaron más la atención. 


Las Luchas de los Caballeros Templarios

Los Caballeros Templarios y las Cruzadas

En las cruzadas ahondaremos de manera más específica, pues lo que nos atañe ahora es ver singularmente a los Caballeros Templarios. 

En el año 1221 estalló la Tercera Cruzada y los Templarios se destacaron increíblemente al defender Tierra Santa. Entre los años 1221 y 1233 los cruzados pudieron hacer retroceder a los musulmanes, aunque también se hicieron algunos acuerdos como por ejemplo, Armand de Périgord que entró en negociaciones con los musulmanes de Damasco lo que ocasionaría distinciones t problemas en la misma Orden. 

En el año 1239 se realiza una nueva cruzada a manos del Papa Gregorio IX, donde la mayorçia de los reyes cristianos comienzan a portar la cruz roja. Uno de los reyes llamado Luis IX defenderá y saldrá con mucho fervor a defender Tierra Santa, arriesgando su propia vida protegiendo Palestina de los infieles. 

En el año 1265 los sarracenos comienzan a ocupar la mayorçia de las ciudades recuperadas por Luis IX, y ya al año siguiente todos los Templarios son masacrados por los musulmanes. Luis IX muere en el año 1267.

Cada vez más los musulmanes tomaban más ciudades y eliminaban a más Templarios. El Papa Gregorio IX ordenó que los Templarios se dirigieran a sus provincias conquistadas que comprendían: Francia, Inglaterra, Politou, Aragón Portugal, Hungría y Apulia. 

Fin de los Templarios

Vemos como el crepúsculo de los Templarios acaba cuando Luis IX muere. En todo caso, en el siglo XIII y XIV la orden del Temple ya tenía un imperio económico bastante sólido. Con el tiempo se fueron transformando en consejeros económicos. Los pobres preferían recibir limosnas de los Caballeros Templarios porque los trataban mejores que los señores feudales. 

Uno de los reyes que vio como una oportunidad perfecta la caída del Temple fue Felipe IV el hermoso, quien aprovechó la caída como un movimiento político. Con el derrumbamiento de los Templarios pudo apoderarse de las propiedades y de sus bienes, y así pagar todas sus deudas en el reino. 

Ya en el año 1307 los Templarios de Francia fueron apresados bajo la acusación de herejía, aunque ninguno de estos pudo ser probado. 
Se creía que los Templarios adoraban a Baphomet y que renegaban de la cruz de Cristo, además de ser culpados de sodomía.
El papa Clemente V disolvió la Orden del Temple por las presiones de Felipe IV lo que dio fin al período de los Caballeros Templarios.





La sociedad de los Templarios

La Iglesia

La iglesia tenía una lucha encarnecida para apartar al rey de los asuntos eclesiásticos, como lo vimos en este blog en la querella de las investiduras. Sin embargo, el cambio que se dio con la Orden pués de la Primera Cruzada era aún más independiente, pues la Orden ya dependía solamente del papa. 

La imagen de la Iglesia ahora se centraría en estos hombres que van a luchar para proteger el legado de Cristo. La actitud de los Templarios debía ser una combinación entre una vida monacal libre de placeres y lujos voluntariamente, casi imitando la vida de Cristo, y por otro lado el carácter militar que necesitan para defenderse de los infieles (todos aquellos que no crean en Cristo). 

Economía

Fue una de las más destacadas en su tiempo que constaba de largas flotas y comercio marítimo. Los pobres donaban de buena gana todo lo que tenían, ya se para quedar bien con la Orden o para ganarse el cielo. 

Tenían un sistema de encomienda que resultaba como un bien inmueble que se adquiría por medio de donaciones que estaban a la cabeza de un Preceptor. 

Política

Después del gobierno de Carlomagno, los franceses se veían enfrentados a los musulmanes en España y el Imperio Germánico por el oriente. La idea de estos tres territorios era expandir sus dominios a través de dos cosas: la guerra y el matrimonio. Con el tiempo, el poder de los musulmanes se expandía cada vez más a través de los califatos hasta el punto de devorarse Europa. Es ahí cuando nace el primer ejército contra los musulmanes, el ejército del Papa Urbano II que luego se transformaría en la Orden del Temple.

Conclusión

Recuerdo que mi profesor de sociología nos decía que la gente en los años de las cruzadas y otros tiempos pretéritos, creía de buena fe todo lo que era dicho por la iglesia. De ahí que suceda el éxito económico de la Orden donde todos colaboraban ya sea por miedo o por tener un lugar en el cielo. Los Caballeros Templarios quedan fuera de toda jurisdicción luego de 300 o 400 años de guerra, aunque se dice que la Orden nunca dejó de existir. Intereses políticos y religiosos envuelven a los Templarios, que, teniendo muchas contradicciones entre matar y dar la otra mejilla, nos hacen repensar nuevamente la fe.

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domingo, 15 de julio de 2018

La controversia de las investiduras

¿Qué es este problema que aquejaba a los cristianos en el siglo X? ¿Qué tan relevante pueden ser las investiduras para la iglesia y para el Estado? Nos encontramos en esta entrega de Filosofía Apuntes con uno de los primeros problemas entre la Iglesia y el Estado. La Iglesia por un lado queriendo obtener la libertad religiosa que toda entidad necesita y el Estado tratando que su poder no sea coartado por la ninguna entidad. Una discusión que puso en aprietos tanto a curas como jefes de Estado. Veamos de qué se trata. 

La controversia de las investiduras
Contexto del problema

Los eclesiásticos y la simonía

En el siglo X y XI, una serie de Papas desafiaron a la autoridad monárquica en cuanto a las investiduras. ¿Qué eran estas investiduras? en general eran beneficios y títulos eclesiásticos que solo los nobles y aristocrático concedían, a pesar de que esto debía ser labor de la iglesia. El rey usaba báculo y anillo lo cual lo caracterizaba por tener un ''aire divino'' cosa que molestaba a la Iglesia. 

Muchos obispos y abades habían sido nobles en las cortes monárquicas, y es por esto que ninguno de ellos se quejaba por los títulos pues pertenecían al mismo tiempo a la clase política. Su título era después traspasado de generación en generación. 

Sin embargo, muchos obispos y abades compraban o vendían sus títulos lo cual generaba muchos ingresos. A esta práctica de comprar y vender títulos religiosas se le llamó ''Simonía'', y por primera vez fue condenado en la biblia cuando Simón el Mago quiso comprar a Simón Pedro, discípulo de Jesús, su poder para hacer milagros (cosa que Simón Pedro no aceptó). 

La Reforma de Gregorio VII

El primer Papa que se hizo cargo de esta controversia fue el Papa Gregorio VII, quien impuso una reforma para independizar a los clérigos del poder del emperador. No obstante, esta no era una tarea fácil siendo que el emperador era quien elegía al mismísimo Papa.

Al ver que esto no era fácil, los reformistas persuadieron al nuevo Rey de los germanos llamado Enrique IV  el cual todavía era un niño (6 años). En el año 1059 se celebró un concilió de la Iglesia en Roma donde no se permitió a los nobles tomar ninguna decisión eclesiástica, creando así un Colegio de Cardenales que decidiría los títulos y otros cargos. 

Gregorio VII publicó sus escritos llamados Dictatus Papae los cuales eran los principios de su reforma. En este establece que el poder papal no puede estar en manos del emperador sino que de Dios mismo, quien hizo que la iglesia se creara. No obstante, Enrique IV, dejando de ser un niño, desestimó la reforma y prosiguió con su reinado sin hacer caso de la reforma. 

Tiempo después, muchos enemigos y contrincantes de Enrique IV se vieron interesados en la propuesta de Gregorio, pues ellos también querían ver depuesto al rey. Enrique IV se vió rodeado de enemigos y tuvo que hacer marcha atrás en su odio contra la reforma. 

En el año 1080, Enrique IV nombra como antipapa a Clemente III y en el acto decide invadir Roma para poner a un papa aún más amigable que Gregorio VII. El Papa Gregorio VII, que se encontraba en Roma, huye con la ayuda de los normandos, y posteriormente estos saquean Roma. Sin embargo el Papa Gregorio VII muere en el año 1085.

Luego de la muerte de Enrique IV sigue Enrique V, quien eligió otro antipapa llamado Gregorio VIII donde las relaciones Iglesia-Estado se agudizaron aún más.

Los Concordatos

El concordato de Londres (1107)

Este concordato proponía que el canciller del rey debìa diferenciar entre un poder eclesiàstico y un poder estatal. En ese caso, Enrique V cedió los derechos de la iglesia para escoger y nombrar eclesiásticos, pero sí les hizo rendir tributo al rey por las tierras que a ellos se les daban. Después de todo, las tierras del rey le pertenecìan por derecho de conquista. 

El concordato de Worms (1112)

Cinco años después, el Emperador Enrique V y el Papa Calixto II acuerdan el concordato de Worms, donde el rey renunciaría a todas las investiduras eclesiásticas (baculo y anillo), además de permitir a los eclesiásticos elegir sus propios títulos por medio de la Escuela de Cardenales. También se les restituye a los papas todos lo bienes que habìan tenido, incluyendo territorios y otros enseres arrebatados en tiempos de la querella. El Concordato de Worms fue ratificado un año después por el Concilio de Letrán I, lo cual pone fin a la controversia de las investiduras. 

Conclusión

Es interesante ver cómo se estableció el primer problema Iglesia-Estado en la historia. En todo caso, faltarían muchos años (siglos) más para establecer definitivamente la separación entre estas dos entidades. Probablemente, estamos recorriendo una de las relaciones más primitivas entre secularismo y religión, no basta con quedarnos aquí pues aún hay mucho más que investigar. 

viernes, 13 de julio de 2018

Imperio Sasánida (226 - 651)

Se dice que fue la continuación del imperio persa desde la localidad de lo que conocemos actualmente como Irán. Vemos en este imperio no solo gente diferente, sino que también una religión diferente a la que habíamos visto: el zoroastrismo. Fue un imperio que dio muchos dolores de cabeza al Imperio Romano, pero que finalmente se disolvió como todos los imperios lo hacen a su tiempo. Absorbido por el Califato Omeya, el Imperio Sasánida nos da un cuadro crítico entre dos tiempos: la caída del Imperio y el surgimiento del Islam. 

Imperio Sasánida
Primeros años

El Imperio de Ardashir I (224 - 242)

El Imperio Sasánida fue establecido en Istakhr por Ardashir I en el año 205. Esto se efectuó debida que el padre de Ardashir ya era dueño de una pequeña parte de Fars llamada Jeir, mientras su madre era la hija del gobernador de Peris y finalmente, el abuelo paterno de Ardashir I era un sacerdote del templo de Anahita; su nombre era Sasán.

Su abuelo pertenecía a la dinastía de los aqueménidas y de hecho él mismo fue rey de Fars. De ahí proviene el nombre de sasánida, es decir, los descendientes de Sasán el abuelo de Ardashir I. 

Ardashir I construyó su imperio rápidamente a medida que iba sometiendo a los pueblos cerca de Fars. Artabán IV, un rey parto, se vio profundamente preocupado por la expansión y decidió luchar contra Ardashir I, sin embargo, Artabán IV resultó muerto en la batalla.  

Posteriormente, en el año 226 Ardashir fue coronado en Ctesifonte como único señor de Persia y al mismo tiempo se ponía fin al Imperio parto. 

Sapor I (240 - 270)

Luego de las grandes victorias de Ardashir conquistando Sistan, Gorgan, Jorasan, Margiana, Balkh y Choriasma, el sucesor de Ardashir sería naturalmente su hijo Sapor I quien seguiría expandiendo el Imperio conquistando Bactria. Capturó al emperador Valerio y a su armada completa en la batalla de Edesa. No tuvo mayores problemas en conquistar la Roma mesopotámica e incluso trató de llegar a Antioquía. 

Dos ciudades fueron nombradas en honor a él: Bishapur y Nishapur. profesó el maniqueísmo y protegió a su profeta que era Mani. 

Bahram I, Bahram II, Bahram III y Narsés (271 - 302)

En primer lugar, los sucesores de Sapor fueron sus hijos Ormuz I y Bahram I, siendo éste el más conocido. Luego tendríamos a Bahram II que es el hijo de Bahram I y finalmente Bahram III que en realidad era otro hijo de Sapor I.

Por supuesto, este período no estuvo exento de guerras por lo que el Imperio Sasánida se vio en muchas necesidades. De hecho, tuvieron que ceder algunos territorios de Tigris.

Finalmente, el último hijo de Sapor I, Narsés, tomaría el mando del Imperio Sasánida. Tuvo muchas batallas contra el emperador romano Galerio al cual derrotó, sin embargo, muchos otros terrenos tuvo que ceder incluyendo el Reino de Armenia del cual él era el rey.


Primera era de oro

Sapor II (309 - 379)

Desde el año 302 al 309 no hay muchas noticias de cómo gobernaron los emperadores anteriores. Lo que sí se sabe es que con Sapor II comienza la época de oro para el Imperio Sasánida.

El emperador Sapor II fue coronado cuando estaba en el vientre de su madre. En el principio su madre y los aristócratas gobernaban el Imperio, pero una vez que Sapor II cumplió la mayoría de edad pudo gobernar de manera muy eficiente. 

Derrotó a los árabes obteniendo gran parte del territorio sur del Medio Oriente. En el año 344 derrotó al emperador romano Constantino II en la batalla de Singara. Invadió también Armenia para capturar al rey Arsaces II, aliado de los romanos. Podríamos decir que el gobierno de Sapor II conquistó todo lo hoy conocido como Afganistán. 

Al final de su mandato, Sapor II estableció el zoroastrismo como religión oficial teniendo como efecto que todo lo demás sería herejía; por lo tanto, el cristianismo fue perseguido. Los judíos tenían una buena relación con el Imperio Sasánida por lo que fueron tolerados. 


Era Intermedia

Hijos de Sapor II (379 - 399)

Sapor II había dejado un imperio sólido y fuerte luego de su muerte. Su imperio fue dejado a medio hermano Ardashir II y Sapor III, pero ninguno de estos dos se destacó tanto como su padre. Siendo Sapor III el último emperador de estos dos, seguía su hermano Bahram IV quien tuvo la enorme responsabilidad de cuidar Armenia del Imperio Romano

Descendientes de Bahram IV (399 - 498)

Después de Bahram IV, su hijo Yazdegerd I se haría cargo del Imperio. Su Imperio era muy parecido al gobierno de Constantino I, estableciendo tolerancia entre las religiones incluyendo el cristianismo. 

Posteriormente lo sucede su hijo Bahram V, quien fue conocido como una leyenda entre los sasánidas. Se dice que derrotó a romanos, turcos y africanos en general. En esta época surgió la literatura sasánida relatando las mismas historias de Bahram V, quien sería recordado como uno de los mejores. 

Luego vendría Yazdegerd II (421 - 457), hijo de Bahram V quien sería mucho más severo con las religiones persiguiendo cristianos, aunque también tuvo que firmar algunos tratados de tolerancia. Yazdegerd estaba empeñado en imponer el zoroastrismo a como de lugar. 

Muchos otros gobernantes dominaron por poco tiempo hasta que llegó Kavadh I (488 - 496), quien hizo reformas muy radicales que enfadaron a los más aristócratas pues estos tenían que dar todas sus riquezas a los pobres. Kavadh I fue depuesto del trono y encerrado en la Torre del Olvido. Sin embargo, Kavadh I escapó y se refugió gracias a un rey blanco huno.

Finalmente, en el año 496 accede al trono el hermano de Kavadh I, Djamasp I. Su reinado fue aún más corto que el de su hermano terminando en el año 498, renunciando al trono y devolviéndolo a su hermano Kavadh I. 

Segunda era de oro

Kavadh I (498 - 531) y Cosroes I  (531 - 579)

Volviendo Kavadh I a su segundo reinado se inicia al mismo tiempo la segunda era de oro para el Imperio Sasánida. Sin escatimar fuerzas, Kavadh I se dirigió a luchar contra el Imperio Romano, tratando de recuperar Armenia la cual tomó pronto pero luego fue nuevamente capturada por los romanos. 

Luego de la muerte de Kavadh I, su hijo Cosroes I toma el control del Imperio quien se enfrentó contra el Imperio Bizantino. El mismo Justiniano I tuvo que pagar tributo al emperador sasánida para establecer la paz mediante un tratado llamado ''La Paz Perpetua''. Aceptó el paganismo, e incluso aceptó a algunos paganos de la extinta escuela de Atenas que el mismo Justiniano había cerrado. Sin embargo, tiempo después Cosroes I rompió el tratado de paz con el miedo de que el Imperio Romano invadiera nuevamente. 

Ormuz IV (579 - 590) y Cosroes II (590 - 628)


Cosroes I fue reemplazado por Ormuz IV quien a su vez fue derrocado y reemplazado por Cosroes II, quien fuera su hijo. Su gobierno fue abruptamente interrumpido en el año 590 por Bahram, pero una vez derrotado su reinado continuó desde el año 591. 

Cosroes II siguió siendo beligerante al Imperio Bizantino, lograron capturar Antioquía y Siria en el 611. El Imperio Bizantino estaba al borde del colpaso, pues Cosroes tenía casi todo oriente sometido: Jerusalém, Alejandría y el resto de Egipto por el año 621.


Declive del imperio

Yazdgerd III (628 - 651)

El éxito del gobierno de Cosroes II fue impresionante, pero aún así dejó muy debilitada la parte fiscal. Esto fue aprovechado astutamente por el emperador bizantino Heraclio quien finalmente se enteró del asesinato a Cosroes II por su hijo en el año 628.

Al año siguiente de la muerte de Cosroes II seguiría su nieto que sería Yazdgerd III. No obstantes Yazdgerd III tuvo un gobierno débil, apenas era un niño con algunos consejeros ayudándolo  a gobernar el imperio.

En el año 634, un ejército musulmán liderado por el califa Umar ibn al-Kattab se acercaba a los dominios de Yazdgerd III por lo que éste último se dirigió a Ctesifonte para refugiarse. Sin embargo, el mismo Umar lo persiguió hasta allá y derrotó a todo su ejército, a pesar de que todos los gobernadores sasánidas se unieran para ayudar a Yazdegerd III.

Finalmente, buscando refugió en otros territorios, Yazdgerd fue asesinado en el año 651. Fue el fin del Imperio Sasánida que fue anexionado por el Califato Omeya. 

Máxima expansión del Imperio Sasánida













Gobierno

El tipo de gobierno que tenía el Imperio Sasánida podría describirse en el siguiente rectángulo. 



Como pueden ver, el sacerdote también tenía una posición muy fuerte dentro de la escala política, sobre todo en los gobiernos donde se quiso imponer el zoroastrismo. La gobernación y política sasánida fue admirada por muchos pueblos y con mucho énfasis por los musulmanes. 

Religión

Como hemos mencionado anteriormente, la religión oficial del Imperio era el zoroastrismo. El zoroastrismo es la religión basada en las enseñanzas de Zoroastro, un religioso iraní de quien poco y nada se sabe. 

Tuvieron tolerancia hacia los judíos, seguramente porque ahí crecían pequeñas comunidades. Se sabía que la madre de Sapor II era judía y quizás de ahí podría venir tanta amistad, en contraste con el cristianismo que estaba asociado al Imperio Bizantino. 

Conclusión


Un imperio que la verdad pasó desapercibido en nuestra búsqueda histórica, aunque lo pudimos descubrir gracias a la historia de los árabes. Me aparece en muchas partes la religión llamada zoroastrismo de la cual no hemos hablado absolutamente nada sobre ella, quizás ya es hora de ampliar el horizonte y analizar esta pequeña curiosidad que nos entrega el pueblo sasánida. Nada malo podemos decir de su gobernación si los mismos árabes y romanos reconocían sus virtudes, reconozcamosla nosotros.