Tenemos frente a nosotros uno de los debates más agitados del siglo XI, donde San Anselmo de Canterbury y Gaunilo de Moutiers discuten sobre la existencia de Dios. En primer lugar tenemos a Anselmo con su obra ''Proslogion'' que hemos visto anteriormente; y por el otro lado vemos a Gaunilo de Moutiers con su obra ''En defensa del idiota'' que veremos ahora en esta entrada. Debemos decir que Gaunilo no es ningún ateo o agnóstico ni algo que se le parezca. Es simplemente un monje benedictino igual que San Anselmo pero proveniente de Francia. Veamos lo que estos dos hombres tienen que decir.
Referencias:
(1) Aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado.
Referencias:
(1) Aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado.
Debate sobre el Argumento Ontológico
San Anselmo de Canterbury y Gaunilo de
Mourtiers
En defensa del idiota
(Gaunilo de Moutiers)
Conceptos de Anselmo
Gaunilo parte del enunciado que el mismo Anselmo hizo en su libro ''Proslogion'':
''Dios es aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado''
Este enunciado puede ser válido solamente por dos condiciones:
- Quien piensa en algo así ya tiene en su entendimiento a Dios.
- Quien piensa en algo así no solo comprende a Dios en el entendimiento, sino que también en la realidad.
Estas eran las consideraciones que Anselmo hacía para probar la existencia de Dios, y que incluso este concepto lo podría comprender un idiota.
Objeciones del idiota
De acuerdo con Gaunilo el idiota podría tener las siguientes objeciones:
- Considerando que puedo entender a Dios simplemente porque está en el entendimiento, ¿no se desprende de esta idea que cualquier cosa que se diga podría existir aunque sea falsa?
- Si algo que se entiende quiere decir que existe en la realidad, entonces deberíamos decir que no existe diferencia entre realidad y entendimiento.
- Ahora, si se dijera ''Dios no existe'' y eso puedo comprenderlo, entonces eso también sería una realidad.
Otro de los puntos que plantea Gaunilo es el ejemplo que Anselmo da con el pintor. Este ejemplo consistía en decir que un pintor hace realidad sus pinturas de acuerdo al pensamiento que este tiene de ellas. Sin embargo, Gaunilo dice, ¿qué ocurre si esa pintura no coincide con la realidad planteada en el pensamiento?
Gaunilo en este sentido cita a San Agustín de Hipona:
''Cuando un escultor hace un busto primero lo tiene en su ''arte''. El busto que esculpe no está vivo, pero sí lo está su arte. En el arte del escultor existe el busto antes de ser creado''
La cita de San Agustín nos aclara inmediatamente la diferencia que existe entre tener algo en la mente y su realidad, y además el alcance que tiene esto con Anselmo.
Inefabilidad de Dios
El punto que Anselmo hizo en su libro Proslogion puede sonar un tanto confuso. Recordemos que Anselmo aceptaba que el concepto de Dios era incomprensible y de ahí que él mismo se preguntaba ¿cómo es que puedo entender algunas de sus características? Anselmo responde que aquello se hacía con la intuición.
Gaunilo insiste en la objeción pues si algo es inexplicable e incomprensible ¿de dónde proviene la idea de explicarlo?
Gaunilo pone el ejemplo de un hombre desconocido del cual se habla, pero nada se sabe de él. Si bien de este hombre tenemos la referencia (es hombre), no podemos contar sus atributos y características por lo cual todo lo que imaginemos de él podría ser falso.
Sin embargo, cuando se habla de ''aquello de lo cual nada más grande puede ser pensado'' no puede hablarse porque no cabe en el entendimiento humano, tal como lo dijo Anselmo. De acuerdo con Gaunilo, un ser que se piensa primero debe existir en la realidad y desde ahí podemos dar cuenta de que existe.
Simil de la isla
Gaunilo utiliza el siguiente ejemplo para demostrar la ineficacia del argumento ontológico.
Imaginemos una isla en alguna parte del océano a la cual llamaremos ''isla perdida''. En esta isla habrá todo tipo de placeres y deleites que el hombre podrá disfrutar. Esta isla entonces existe en el entendimiento, por lo tanto existe en la realidad (según Anselmo).
Ahora, si esta isla existe solo en el entendimiento, entonces cualquier isla que exista en la realidad será mejor que la que exista solo en el entendimiento.
Con esto, Gaunilo dice que al existir una isla que solamente pudiera existir en el entendimiento (isla perdida a la que nunca hemos visitado), es imposible que podamos conocerla y muchos menos decir si existe porque no tenemos pruebas de aquello. Al no tener certeza de aquello, entonces no es factible decir que una isla perdida existe.
Finalmente, Gaunilo dice que el resto del libro está bien y que no tiene ningún error a excepción de aquello.
Inefabilidad de Dios
El punto que Anselmo hizo en su libro Proslogion puede sonar un tanto confuso. Recordemos que Anselmo aceptaba que el concepto de Dios era incomprensible y de ahí que él mismo se preguntaba ¿cómo es que puedo entender algunas de sus características? Anselmo responde que aquello se hacía con la intuición.
Gaunilo insiste en la objeción pues si algo es inexplicable e incomprensible ¿de dónde proviene la idea de explicarlo?
Gaunilo pone el ejemplo de un hombre desconocido del cual se habla, pero nada se sabe de él. Si bien de este hombre tenemos la referencia (es hombre), no podemos contar sus atributos y características por lo cual todo lo que imaginemos de él podría ser falso.
Sin embargo, cuando se habla de ''aquello de lo cual nada más grande puede ser pensado'' no puede hablarse porque no cabe en el entendimiento humano, tal como lo dijo Anselmo. De acuerdo con Gaunilo, un ser que se piensa primero debe existir en la realidad y desde ahí podemos dar cuenta de que existe.
Simil de la isla
Gaunilo utiliza el siguiente ejemplo para demostrar la ineficacia del argumento ontológico.
Imaginemos una isla en alguna parte del océano a la cual llamaremos ''isla perdida''. En esta isla habrá todo tipo de placeres y deleites que el hombre podrá disfrutar. Esta isla entonces existe en el entendimiento, por lo tanto existe en la realidad (según Anselmo).
Ahora, si esta isla existe solo en el entendimiento, entonces cualquier isla que exista en la realidad será mejor que la que exista solo en el entendimiento.
Con esto, Gaunilo dice que al existir una isla que solamente pudiera existir en el entendimiento (isla perdida a la que nunca hemos visitado), es imposible que podamos conocerla y muchos menos decir si existe porque no tenemos pruebas de aquello. Al no tener certeza de aquello, entonces no es factible decir que una isla perdida existe.
Finalmente, Gaunilo dice que el resto del libro está bien y que no tiene ningún error a excepción de aquello.
Respuesta de San Anselmo de Canterbury
Pensamiento y existencia
Anselmo responde a Gaunilo que de ser así, es decir, que su teoría no fuera coherente, entonces tendríamos que decir que:
Anselmo responde a Gaunilo que de ser así, es decir, que su teoría no fuera coherente, entonces tendríamos que decir que:
- Dios no es aquello por lo cual nada es más grande.
- Dios no puede ser entendido por el pensamiento.
¿qué tendremos que decir? ¿que no se puede pensar en aquello que es más grande que cualquier cosa? Gaunilo nos dice que lo que es pensado no necesariamente existe, pero Anselmo nos dice todo lo contrario: que lo que se piensa sí existe. La única manera en que esto puede existir en la realidad es sin un comienzo y sin un fin.
Además, aquello que existe, es decir, si decimos que existe, no podemos decir al mismo tiempo que no existe pues sería una contradicción. Cualquier cosa que pueda ser pensada a existir pero no existe aún, entonces puede comenzar a existir después. Por lo tanto, es posible que existe si es pensada a existir.
Por otro lado, cualquier cosa que pueda ser pensada pero no existe, si fuera a existir esta no sería capaz de existir (pues no existe). Luego, si aquello de lo cual nada más grande puede ser pensado posteriormente es pensado, entonces no podría existir en la realidad (porque ni siquiera puede ser pensado).
Supongamos que aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado es pensado. Si esto es así, entonces aquello que no puede ser pensado sería pensado lo cual es un absurdo. Por lo tanto, eso que nada más grande puede ser pensado, no puede ser pensado.
Existencia en tiempo y espacio
Cuando algo no está a nuestro alcance de vista o de tacto, podemos decir perfectamente que no existe pues no hemos notado su existencia. Sin embargo, no podemos decir que no existe a causa de que lo ignoramos, pues si existe fuera de nuestro alcance, entonces existe.
Si decimos que aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado es algo que no existe, entonces no existiría en ninguna parte. Una cosa es decir que no puede ser pensado pero otra distinta es decir que no existe. Aquel ser puede no ser pensado, pero eso no significa que no exista.
Además, si no pudiera ser pensado o entendido, entonces tampoco podríamos hablar ni siquiera de aquello. Debemos pensar que el idiota puede perfectamente entender el concepto de ''aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado'' con solo decirlo. Todo lo que es entendido está en el entendimiento.
Por otro lado, si aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado no existiera en el entendimiento, entonces se seguiría que algo más grande de lo que no puede ser pensado sí estaría en el entendimiento. Por lo tanto, si aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado estuviera solo en el entendimiento, sería entonces aquello por lo cual algo más grande sí puede ser pensado lo que es ridículo.
Como conclusión, aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado no puede estar solo en el entendimiento sino que también en la realidad.
Contra argumento al símil de la isla
En cuanto a lo que se refiere al ejemplo que da Gaunilo sobre la isla, queda claro desde un comienzo que la isla no solo existiría en el entendimiento sino que también en la realidad. En efecto, cuando se dice ''hay una isla perdida'' ya se está hablando de algo que existe.
Lo que quiere decir Anselmo es lo siguiente: cuando decimos que aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado, se dice y se acepta, entonces no estamos negando la existencia de ello; al contrario, estamos diciendo que eso existe. El problema sería tal que incluso no se podría pensar en que aquello(1) no existe.
Argumento de autoridad
En todo caso, si dijéramos que esto no puede existir en realidad, entonces tendríamos que negar la existencia de Dios. De hecho, sería imposible que un ser omnipotente y omnipresente no existiera teniendo estas características, o cuando se habla de una isla y que después no existiría a pesar de que puedo describirla.
De esto se desprenden dos opciones:
Además, aquello que existe, es decir, si decimos que existe, no podemos decir al mismo tiempo que no existe pues sería una contradicción. Cualquier cosa que pueda ser pensada a existir pero no existe aún, entonces puede comenzar a existir después. Por lo tanto, es posible que existe si es pensada a existir.
Por otro lado, cualquier cosa que pueda ser pensada pero no existe, si fuera a existir esta no sería capaz de existir (pues no existe). Luego, si aquello de lo cual nada más grande puede ser pensado posteriormente es pensado, entonces no podría existir en la realidad (porque ni siquiera puede ser pensado).
Supongamos que aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado es pensado. Si esto es así, entonces aquello que no puede ser pensado sería pensado lo cual es un absurdo. Por lo tanto, eso que nada más grande puede ser pensado, no puede ser pensado.
Existencia en tiempo y espacio
Cuando algo no está a nuestro alcance de vista o de tacto, podemos decir perfectamente que no existe pues no hemos notado su existencia. Sin embargo, no podemos decir que no existe a causa de que lo ignoramos, pues si existe fuera de nuestro alcance, entonces existe.
Si decimos que aquello por lo cual nada más grande puede ser pensado es algo que no existe, entonces no existiría en ninguna parte. Una cosa es decir que no puede ser pensado pero otra distinta es decir que no existe. Aquel ser puede no ser pensado, pero eso no significa que no exista.
Además, si no pudiera ser pensado o entendido, entonces tampoco podríamos hablar ni siquiera de aquello. Debemos pensar que el idiota puede perfectamente entender el concepto de ''aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado'' con solo decirlo. Todo lo que es entendido está en el entendimiento.
Por otro lado, si aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado no existiera en el entendimiento, entonces se seguiría que algo más grande de lo que no puede ser pensado sí estaría en el entendimiento. Por lo tanto, si aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado estuviera solo en el entendimiento, sería entonces aquello por lo cual algo más grande sí puede ser pensado lo que es ridículo.
Como conclusión, aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado no puede estar solo en el entendimiento sino que también en la realidad.
Contra argumento al símil de la isla
En cuanto a lo que se refiere al ejemplo que da Gaunilo sobre la isla, queda claro desde un comienzo que la isla no solo existiría en el entendimiento sino que también en la realidad. En efecto, cuando se dice ''hay una isla perdida'' ya se está hablando de algo que existe.
Lo que quiere decir Anselmo es lo siguiente: cuando decimos que aquello por lo cual nada más grande no puede ser pensado, se dice y se acepta, entonces no estamos negando la existencia de ello; al contrario, estamos diciendo que eso existe. El problema sería tal que incluso no se podría pensar en que aquello(1) no existe.
Argumento de autoridad
En todo caso, si dijéramos que esto no puede existir en realidad, entonces tendríamos que negar la existencia de Dios. De hecho, sería imposible que un ser omnipotente y omnipresente no existiera teniendo estas características, o cuando se habla de una isla y que después no existiría a pesar de que puedo describirla.
De esto se desprenden dos opciones:
- Pensar que algo no existe sabiendo que existe.
- Decir que algo existe y no existe a al vez.
Por supuesto, las dos opciones no son válidas y tendríamos que desecharlas. Nos veremos obligados a aceptar que Dios existe por la sencilla razón de que sus características son existentes, son inteligibles hasta cierto punto;por lo tanto, ahí hay existencia.
Por otra parte, cuando se dice que aquello es más grande que todos los otros, entonces estamos aceptando su existencia al relacionarlo con los demás existentes.
Las cosas que son impensables o indecibles también tienen existencia, es decir, no porque sean impensables o indecibles no existen, pues estas palabras (impensable e indecible) ya nos están hablando de las características.
Argumento contra la falsedad
Como dice Gaunilo, si un idiota pensara que algo falso existe solamente porque lo piensa (porque las cosas falsas se pueden pensar), entonces Gaunilo estaría en un gran error, según Anselmo.
Dice Anselmo de Aosta que el idiota comprende bien lo falso, y si lo comprende entonces sabe que también existe. El argumento de Gaunilo quedaría ''opacado'', ya que la falsedad existe y además está en el entendimiento.
Entendimiento a través de la manifestación
¿Cómo decirle al idiota que comprenda a Dios? quizás no explicandole aquello de manera esencial, sino que demostrando su existencia a través de las manifestaciones de Dios: lo mundano.
Por otro lado, incluso la negación de aquello significaría reconocer la existencia del mismo, pues no se puede negar algo sin tener existencia.
Por otro lado, incluso la negación de aquello significaría reconocer la existencia del mismo, pues no se puede negar algo sin tener existencia.
Conclusión
San Anselmo de Canterbury termina este tratado agradeciendo a Gaunilo los puntos favorables de la doctrina de Anselmo. También entiende que la crítica realizada al argumento ontológico se ha hecho de buena voluntad y sin ninguna intención de hacer daño. Como vemos, estos dos contendientes se respetan mutuamente el uno al otro, aunque sus miradas sean distintas. En mi opinión, creo que Anselmo quedó un poco más débil en sus argumentos que Gaunilo, sin embargo, este argumento nos ayuda a pensar y a desarrollar nuestra mente en relación a aquello que es desconocido.