sábado, 15 de diciembre de 2018

El alma por los filósofos árabes

El alma por los filósofos árabes

Hemos analizado el concepto de alma por los griegos, los romanos y ahora nos queda revisar a los filósofos pertenecientes al pensamiento árabe. 

Debo insistir con el poco conocimiento que se maneja de estos hombres, teniendo como razón las pocas traducciones que se han hecho al inglés (y las nulas traducciones al español. Pero aún más son los prejuicios a estos pensadores musulmanes de los cuales se puede sacar mucha información valiosa. 

Concepciones del alma

Estos filósofos no se desligaron de la filosofìa griega, pero no por eso dejan de tener una originalidad admirable entre sus conceptos. Esto son lo siguientes filósofos:


Al-Farabi (872 - 950)

Uno de los primeros filósofos árabes que además inicio el período del pensamiento de la Edad Media es Al-Farabi, llamado el Segundo Maestro, después de Aristóteles. Este filósofo ser quedó con la concepción aristotélica del alma, entendiendo que la materia era el cuerpo y la forma era el alma.

El cuerpo está atado a las limitaciones del cuerpo, mientras que el alma está fuera de esas limitaciones donde puede encontrar el entendimiento, la razón y un concepto que adiciona a la filosofía aristotélica: la revelación.

Esto significa que Al-Farabi también creía en la inmortalidad del alma, así como la incorporeidad de la misma, en contraste a Aristóteles. 

Avicena (980 - 1037)

Luego tenemos a uno de los más brillantes pensadores árabes de la Edad Media, quien fue considerado el Tercer Maestro después de Al-Farabi: Avicena. 

Este pensador también se quedó con el pensamiento aristotélico, dividiendo el alma en vegetativa, sensitiva e intelectiva. El alma intelectiva está en potencia cuando adquiere el hábito, y cuando éste se vuelve constante tenemos la inteligencia en hábito. 

El mérito que hace este gran filósofo es enumerar las habilidades del alma desde las más importantes hasta las más materiales o corporales. 

  1. Inteligencia en acto
  2. Inteligencia en potencia
  3. Inteligencia teórica
  4. Inteligencia práctica
  5. Facultad estimativa
  6. Facultad representativa
  7. Facultad apetitiva
  8. Facultad imaginativa
  9. Facultad vegetativa
  10. Facultad reproductiva
  11. Facultad de crecimiento

Por lo que vemos, mientras más sensibles son las facultades, estas se encontrarán más abajo que las que exigen inteligencia. 

Ahora, haciendo un contraste con Aristóteles, Avicena nos dice que el alma no perece con el cuerpoSi fuera mortal, entonces el cuerpo debería ser el recipiente del alma, por lo que deberíamos decir que el alma nace después o antes, lo cual es ambiguo y confuso.

Además, si el alma fuera inherente al cuerpo (como la teoría hilemórfica lo plantearía), entonces el alma debería verse afectada por el cuerpo, pero esto no ocurre así porque el alma no tiene relación con el cuerpo. Por otro lado, Avicena también dice que el alma no es la sustancia del cuerpo, porque de ser así perdería su naturaleza inmaterial.


Otro de los argumentos tiene que ver con la potencia y el acto. Si el cuerpo cambia entonces estaría vinculado con la potencia, y si el alma es incorruptible, entonces tendría que estar vinculada con el acto. Si decimos que el alma muere con el cuerpo ¿cómo es que el alma entonces puede cambiar como si fuera materia? Si la propiedad del alma es la materia entonces no debería cambiar.

Avempace (1095 - 1138)

Este pensador sucesor de Avicena nos decía que el alma era una entelequia del cuerpo. En efecto podría pensarse que es así, pues el alma, teniendo tres partes: intelectiva, vegetativa y sensitiva se parece mucho al cuerpo el cual también las tiene:

Alimentación del cuerpo: vegetación
Movimiento del cuerpo: sensación
Alimentación y movimiento: intelección

Por supuesto, vemos que el último concepto une la alimentación y el movimiento para decir que el cuerpo es una estructura de vida, tal como lo es el alma. Si el alma es la forma del cuerpo, entonces el alma, para estar dentro del cuerpo, debe tener características corpóreas.  

También nos decía que el alma estaba unida al intelecto tanto del sujeto como del agente, aparte de tener todas las formas universales. 

Al-Ghazali (1058 - 1111)

Para el gran maestro Al-Ghazali el alma puede ser explicada en ciertos términos, pero aun así el filósofo árabe nos dice que sigue siendo un misterio. 

Primero vemos que Al-Ghazali explica que el alma no está ni asociada ni disociada con el cuerpo. Por un lado, el alma comanda al cuerpo, pues el cuerpo no tiene voluntad propia, mientras que el alma es independiente. Es además incorpórea y por lo tanto eterna, y también es una sustancia que no tiene opuesto. 

El alma también es indivisible, como esta pertenece a la forma y la materia al cuerpo. Sin embargo, es el espíritu el cual se puede dividir y Al-Ghazali llama ''corazón'' puede dividirse entre el conocimiento de Dios y otros conocimientos sobre cosas indivisibles. 

Así, el hombre tendría tres características fundamentales: alma, razón y corazón. Este último es el que comanda toda acción, pues el corazón es el órgano vital del hombre, y es aquí donde están los sentimientos y las emociones. Lo racional pertenece al alma y al cerebro. 

Por lo tanto, tendríamos un esquema de la siguiente forma:

Alma y cerebro: razón
Espíritu y corazón: sentimientos y emociones

Como dijimos anteriormente, no obstante esta descripción, el alma humana sigue siendo un misterio para Al-Ghazali. 

Averroes (1126 - 1198)

El filósofo cordobés llamado Averroes, crítico pensador contra los textos de Al-Ghazali, hace totalmente suya la teoría aristotélica. Es decir, el hombre estaría compuesto de materia y forma, y la forma sería el alma. 

En un ámbito más amplio, Averroes se preguntaba si los seres universales conocen a los particulares. Lo universales los conocen pero en grupo y no individualmente. Por otro lado, al igual que Aristóteles, Avicena se queda con la concepción de que el alma perece con el cuerpo. 

En efecto, pareciera ser que aunque Averroes acepta la inmutabilidad y separación del alma con el cuerpo, igualmente suele asociar una cada vez que la caracteriza. Esto es porque el cordobés creía en la división de los intelectos: uno cognoscente y otro material.

Para explicar esto, debemos decir que Averroes creía en una verdad eterna, universal y cognoscible. ¿Por qué? porque el conocimiento necesita una verdad para alcanzar y adquirir conocimiento, es decir, si no existiera una verdad eterna, el intelecto humano no tendría nada a qué adherir. 

Por lo tanto, los hombres tendríamos un intelecto material que trata de adquirir ese conocimiento universal. Si ese intelecto es parte del alma, entonces podríamos decir que el alma y el cuerpo están juntos, pues el intelecto material es esencialmente material, y lo material perece. 



Conclusión

Me es muy grato volver a analizar estos filósofos que había dejado hace mucho en el blog. Retomar la filosofía musulmana no es más que retomar la lógica aristotélica con muchas modificaciones y mejoras, en mi opinión. A mi parecer es Averroes quien deja un punto de inflexión en estas teorías, ya que sería el mismo Santo Tomás de Aquino quien tendría dolores de cabeza para refutar a este tremendo pensador. 

jueves, 13 de diciembre de 2018

San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro III: Facultades aprehensivas y motrices) (Tratado I: Facultades sensibles)

Dejamos los complejos tratados de los sentidos para ir acercándonos a las facultades del alma y sus características aprehensivas y motrices. Ha resultado realmente largo este tratado sobre el alma, pero a la vez muy interesante, pues el filósofo nos ha dejado una gran explicación de las distintas perspectivas del alma, incluyendo la mirada de otros filósofos de la historia. Hasta ahora tenemos algo de seguro con respecto a los sentidos: son manejados en su mayoría por la facultad del sentido común. Veamos lo que nos tiene en este tratado San Alberto Magno

Sobre el alma

Tratado I: Facultades sensibles

Capítulo I: La imaginación

Las potencias aprehensivas son por lo general pasivas y se vuelven activas cuando comienzan a tener la forma de la aprehensión. Sin embargo, también hay una potencia aprehensiva interior que se encarga de mostrarnos imágenes y efectos de otras cosas. Veamos estas características una por una. 

Potencia imaginativa 

Una potencia que conserva las imágenes de lo sentido o aprehendido, incluso aunque el objeto no esté presente. Se aleja del sentido común y de los sentidos, ya que es representación pura. También tiene que ver con los elementos matemáticos pues estos son totalmente abstractos. 

Capítulo II: La estimación

Potencia estimativa

Esta potencia también se aleja de los sentidos y también de la imaginación porque no sólo contempla la imagen de un objeto, sino que también sus características adicionales como los afectos: misericordia, tristeza, fuga o persecución. 

Ahora, de la potencia imaginativa no está totalmente desligada, pues la estimación también tiene que ver con la especulación que nos ayuda aún más con la consideración que tiene el sujeto. En este sentido, la potencia estimativa también produce las intenciones en el hombre para luego actuar. 

Capítulo III: La fantasía

Potencia de fantasía

La fantasía puede unir la imaginación con la intención y la intención con las imágenes, junto con una finalidad con respecto a la cosa en particular. 

A pesar de que incluya a la potencia imaginativa y estimativa, la potencia de fantasía se diferencia de ellas por el movimiento; en efecto, la fantasía es activa y las otras dos potencias son pasivas. 

Los expertos en la naturaleza dicen que los animales tienen mucha más fantasía que el hombre, sobre todo aquellos animales que son brutos. Los animales que son más prudentes siempre suelen ser llevados más por la razón que la fantasía. En el caso del hombre, la fantasía puede diferir de la realidad o puede ajustarse al raciocinio.

Capítulo IV: Facultades del alma y las cosas sensibles

San Alberto Magno se pregunta si las facultades mencionadas anteriormente pueden encontrarse en el alma o en otras cosas. Por ejemplo, supongamos que tenemos tres cuadrados de ordenados de izquierda a derecha. ¿Qué hace que el ser humano pueda discernir entre izquierda y derecha? la única facultad que puede hacer esto es la imaginación. Obviamente, el resto de las facultades también juega un rol importante, pero primeramente es la imaginación. 

Capítulo V: ¿La percepción y el entendimiento son lo mismo?

Los antiguos decían que entender era realmente algo relacionado con el sentido porque se debía realizar por medio de los sentidos. Esto es un error, pues el entendimiento es incorpóreo, a pesar de que se necesite del cuerpo de la materia presente. 

Lamentablemente, los filósofos cometieron el error de generalizar el sentido de que lo similar llama a lo similar, pero este por supuesto no es el caso. 

Por otro lado, si el entendimiento y la percepción (que ambos serían lo mismo según los antiguos porque también son similares) fueran lo mismo, entonces tendríamos que tanto los animales inferiores al hombre podrían tanto percibir (que les es concedido) como entender tantas cosas como el hombre. 

Además debemos agregar algo más. La percepción es perfecta en el animal, ya que es una característica natural pero el entendimiento puede caer en error

Capítulo VI: La facultad imaginativa, estimativa y de fantasía no son sentidos

La verdad se que la imaginación es una pasión y no un sentido; todo lo contrario, estas potencias mencionadas en el título están totalmente alejadas de los sentidos. Tampoco pueden pertenecer a aquello que es verdadero, porque lo verdadero y los falso requieren de razonamiento. Por lo tanto estas no pueden aprehender la verdad. 

Capítulo VII y VIII: La fantasía y la imaginación no es entendimiento ni opinión

La fantasía es aquella potencia que genera fantasmas en el alma de quien la posee. Por lo tanto, la fantasía no está en el entendimiento, puesto que el entendimiento no se guía por imágenes. De hecho, la fantasía estaría mucho más ligada a los sentidos que al raciocinio, por lo que podría decirse que todo animal tiene fantasía.

Sin embargo, Alberto Magno no está de acuerdo con eso y dice que los animales como los gusanos o las abejas construyen sus ''nidos'' con mucho arte, lo que hace decir que tienen imaginación, o fantasía para crearlos. 

Si bien la fantasía y la imaginación son la mayoría de las ocasiones falsas, estas no predican la verdad o la falsedad porque estas facultades no juzgan diciendo la verdad o negando, estas sólo representan lo que los sentidos muestran. Lo que si predica la verdad es la ciencia, el intelecto y la sabiduría.

Ni la fantasía ni la imaginación son opiniones pues no pueden juzgar. En este sentido, lo único que puede ser verdadero son lo sentidos y el entendimiento.

Objetos sensibles

Alberto Magno nos dice que hay tres tipos de objetos sensibles por los cuales se pueden cometer errores y falsedades:

Objeto sensible propio: es totalmente activo y pertenece a los sentidos exteriores. En este sentido no puede haber error. 

Objeto sensible accidental: la falsedad incide en la percepción porque esta se genera por composición de los objetos sensibles, es decir, una vez que se analiza el objeto parte por parte puede ocurrir un error y caer en una conclusión falsa. 

Objeto sensible común: cuando solo se puede aprehender las características del objeto sin recurrir a la materia, lo cual puede inducir a la falsedad con respecto a la materia sensible.

Capítulo IX: Origen del nombre fantasía


Fantasía quiere decir ''visión'' o ''apariencia'' por lo tanto, todo lo que se nos aparezca como imaginación y tenga movimiento tiene que ver con la fantasía. La fantasía aprovecha la ausencia de razón para moverse tras la mente del hombre, dando apariencia sensible a las cosas que en realidad no lo son.

Conclusión

Los conceptos vistos aquí no nos totalmente nuevos pues ya la filosofía griega acentuaba la importancia de la imaginación, fantasía, estimación e intelecto. Es increíble la aserción que Alberto Magno hace sobre los sentidos diciendo que ellos son verdaderos; algo que sus predecesores nunca consideraron y de hecho rechazaron la idea dando más prestigio a la inteligencia. Sigamos con Alberto Magno.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro II: Sustancia del alma y sus partes) (Tratado IV: El sentido común)

Como vimos en la entrada anterior seguiremos hablando de los sentidos y su importancia en el desarrollo y movimientos del alma. Esta vez mezclaremos algo clave en los sentidos, pues de ellos siempre se dicen que son ''particulares'' y no universales; sin embargo, en este capítulo veremos lo común que tienen todos los sentidos. En efecto, quizás desde esa mirada podamos tener un punto Universal o algo que los acerque un poco más al primer motor. 

Sobre el alma

Tratado IV: Lo común de los sentidos

Capítulo I: Los sentidos y las especies sensibles


Es interesante lo que aquí dice Alberto Magno con respecto a los sentidos, ya que reconoce que hay una especie de aprehensión que permite recibir la especie sensible sin la materia. Cuando se habla de esta manera, se quiere decir que por ejemplo, el sentido a recibido el color, el sabor y el sonido de los objetos que siente. Por más que esté la materia presente, el sentido de todas maneras puede aprehender todo lo que observa o siente de la materia, sin la materia misma. 

Capítulo II: Los objetos sensibles en seres carentes de sentido

En efecto, si un ser no tiene el sentido del olfato, este no puede ser afectado por el olor que emana de alguna parte. Sí puede haber un pequeño movimiento, como en el ejemplo del viento cuando éste transmite el sonido a una pared y esta pared se mueve. La pared se movería por accidente, pero las paredes carecen de sentido. 

Pareciera ser entonces que los objetos sensibles no obran en aquello que carece de sentidos, o, dicho en otras palabras, aquello que no es animado. De este modo, el objeto sensible es entendido de dos maneras: formal, con miras a la operación de los sentidos; y material, con miras de aquello que es perceptible. 

Por lo tanto, tendríamos una dicotomía entre estos conceptos:

  • Sentido: forma
  • Percepción: materia


En otras palabras, sentimos la forma y percibimos la materia. 

Capítulo III: Sólo existen 5 sentidos

Los cinco sentidos nos permiten aprehender la materia además de percibirla. Los medios para estos 5 sentidos son los elementos sublunares (aire, tierra, agua y fuego), lo que quiere decir que podemos sentir o percibir ya sea lo lejano o lo cercano.

La audición, la vista y el olfato son estos sentidos que pueden aprehender lo lejano, mientras que el gusto y el tacto necesitarán de la materia para sentir. De aquí que se funde la necesidad de sólo tener 5 sentidos. 

Capítulo IV: La naturaleza de los órganos

Todo órgano entonces pareciera tener su elemento a excepción del fuego que lo consume todo. El aire es connatural al oído y a la nariz, el agua es connatural al ojo, mientras que la tierra al tacto y al gusto. Los animales perfectos serán aquellos que tengan los 5 sentidos con ellos. 

Capítulo V: No falta ningún sentido se se tienen los 5 

Los objetos tienen ciertas características con las cuales son percibidos y esas particularidades se pueden aprehender por los 5 sentidos. La perfección sensorial de un animal subyace en estos 5 sentidos y si hubiera otro más tendría que existir un animal con un sentido extra y con una materia extra correspondiente. 

Capítulo VI: ¿Un sexto sentido adicional?

Muchos dicen que aparte de los sentidos mencionados, puede mencionarse uno más que está dentro de uno. Por ejemplo, hay veces que la vista puede percibir que un objeto es dulce por las propiedades visibles que tenga. Sin embargo, lo dulce no pasa por la vista sino que más bien por el gusto. 

Ahora, puede decirse que un sentido percibe o siente de manera accidental un sentido determinado, sin embargo, una cosa es que se perciba accidental y otra que se perciba esencialmente. Si queremos ver la verdadera función de un órgano sensorial, entonces debemos ver lo que percibe y recepciona esencialmente. 

Por otro lado, los 5 sentidos no funcionan propia o individualmente, es decir, los 5 están actuando simultáneamente en el hombre, pues si fuera de otra manera, individualmente, no podríamos captar el movimiento ni la magnitud de las cosas que nos rodean. De ahí que no sea necesaria la existencia de un 6to sentido. 

Capítulo VII: Las cinco facultades interiores del alma

En algunos capítulos anteriores vimos que las facultades sensibles podían aprehender los objetos sin la materia. Esta habilidad es llamada por San Alberto Magno ''sentido común'' y pertenece a los seres que tienen 5 sentidos. 

Ahora, esta facultad debe ser generalmente pasiva y por lo tanto en acto. Todas estas sensaciones y percepciones son almacenadas en la inteligencia por alguna fuerza o facultad ubicada en la facultad estimativa, dicha facultad es llamada ''memoria''. 

Lo que ayuda a retener estas imágenes que se perciben es la fantasía, pues esta nos ayuda con las cosas que podemos relacionar para poder recordar de mejor manera lo que habíamos sentido. 

Capítulo VIII: El sentido común

Es imposible que existan dos sentidos que hagan la función de uno y de lotro. Cada sentido tiene su propia función y si hubieran dos, entonces este segundo también tendría la función del primero generándose una confusión. De ahí que Alberto Magno diga


''La naturaleza nunca abunda en lo superfluo''

En otras palabras, la naturaleza siempre hace lo que es necesario entre todas las especies. Por ejemplo, sólo la vista tiene la facultad de ver y no otro sentido, y ctal como los otros puede aprehender el objeto sin materia. 

En este respecto, el sentido común sería el gran juez de todos los sentidos que restan, sean en el ámbito de lo sensible o en el ámbito de la aprehensión de la forma. 

Capítulo IX: Facultad sensitiva y objeto sensible

Lo que suena y la audición son idénticos en acto pero diferentes en cuanto al ser. Cuando algo es potencialmente sonante, entonces es ahí cuando hablamos de sonido, mientras que hablamos de audición cuando el sonante está en potencia en el oyente. 

Tal como la audición, los demás sentidos también tiene su correspondencia entre lo visible y la visión. Esto se puede entender mucho mejor bajo el concepto de agente y paciente donde uno actúa y el otro recibe. Todo sentido tiene su correspondencia con el órgano y con el concepto de las sensaciones. 

Capítulo X y XI: El sentido común y las sensaciones

Sabemos que los objetos nos dan demasiada información por medio de sus características y acciones. Una vez que estos afectan al sujeto, el sujeto mismo los puede entender, aprehender y sentir de maneras distintas. Sin embargo, todos estos procesos ocurren en un solo lugar que sería el sentido común.

El sentido común es único e indivisible. Sin embargo puede ocurrir que en el sentido común se comiencen a sentir más de una cosa al mismo tiempo, es decir, podemos saborear algo amargo y dulce al mismo tiempo. 

Si bien la definición de sentido común como algo indivisible está bien, también debe decirse que su ser es separado. Pero no en el sentido de que es múltiple, sino que en el sentido de que puede captar lo que es separado. Como un objeto puede tener múltiples características que coincidan con los sentidos más de una vez, y que el alma, evidentemente, es capaz de captar, se debe decir que el sentido común es capaz de recepcionar todo sin dejar de ser uno solo. El sentido común, finalmente, remite a facultades distintas una vez que es estimulado. 



Capítulo XII: Sentido común: centro de todos los objetos sensibles

Pareciera ser que el sentido común tiene mucho de material al poder captar el resto de los sentidos en el exterior. No obstante, el sentido común es el inicio, el origen de todos los sentidos; por lo tanto, este sería la derivación de todos lso sentidos y no al revés. Por lo tanto, el sentido común no sería algo material. Sin embargo, tampoco es algo absolutamente incorpóreo, ya que debe tener algo de material para captar los movimientos. Podríamos decir que lo material del sentido común es el cuerpo, mientras que éste es incorpóreo. 

Bajo este respecto, Alberto Magno cita a San Agustín en su obra ''De Trinitate'' para afirmar:

''El alma produce las formas corpóreas en sí misma''

Con esta último cita nos quedaría clara la función del sentido común con respecto a lo hablado anteriormente. 

Conclusión

Es interesante ver el concepto que San Alberto Magno tenía del sentido común, obviamente, un sentido común que es distinto de lo que podríamos decir hoy. Esto está hablado totalmente desde la perspectiva metafísica y no desde la perspectiva lógica (principalmente). Me parece que esta es una revolución que hace Alberto Magno, ya que complementa (o supera) por mucho el concepto que Aristóteles tenía por sentidos. En fin, sigamos con esta gran obra. 

lunes, 10 de diciembre de 2018

San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro II: Sustancia del alma y sus partes) (Tratado III: Los sentidos)

Pareciera ser que cada vez más vamos descendiendo poco a poco desde la sustancia del alma, hasta la corporeidad de los sentidos que caracterizan la parte más superficial del ser.  Debemos tener paciencia con todo lo que aparecerá aquí, pues cubre gran parte del tratado sobre el alma; porque, en efecto, son muchas más las cosas materiales en el ser que las más esenciales. No podemos prestar menos atención a este tratado, pues el materialismo forma parte importante en el pensamiento filosófico.

Referencias:

(1) Como dato adicional, Aristóteles nos decía que entre la vida contemplativa y la vida activa (o política), siempre es mucho mejor la vida contemplativa. 

Sobre el alma

Tratado III: Los sentidos

Capítulo I: La potencia sensitiva

La potencia sensitiva está en verdad en la potencia pasiva, es decir, que no hace nada por sí misma, sino que siempre es afectada por algo más. ¿Por qué el sentido no se siente a sí mismo? si la potencia sensitiva fuera activa, entonces esta no podría captar las sensaciones del mundo exterior lo que no es cierto. 

Lo único que puede responderse a esto es que el sentido es una potencia pasiva que sólo se actualiza por un estímulo externo. Muchos filósofos no están de acuerdo con esto y decían que tanto la inteligencia como los sentidos son cosas activas, porque lo activo siempre es superior a lo pasivo. Sin embargo, esto no es en todos los casos porque podemos relacionar lo activo con la potencia y lo pasivo con el acto(1)

Capítulo II: Las potencias y la aprehensión

En esta parte Alberto Magno quiere definir lo que es potencia y acto:

Potencia

La potencia es aquello que está dispuesto o indispuesto a la perfección primera. Puede ser remota; cuando un hombre sabe potencialmente algo; puede ser próxima, cuando un hombre conoce potencialmente y ya sabe los instrumentos de aquello.

En este sentido, el hábito se parece a la potencia, mientras más se conozca más se llegará al conocimiento de la ciencia a estudiar. 

Acto

El acto es la forma de al potencia, aquello que termina un proceso y define lo que se llevó a cabo. En otras palabras, podríamos decir que el acto está en la persona que ya sabe. 

Capítulo III: Aplicación de la potencia y del acto

El sentido no está totalmente alejado del acto, pues se puede sentir tanto en potencia como en acto. La intelección hace que sean entendidas en acto, para luego pasar a lo Universal. Sin embargo, una cosa es distinta entre la intelección y el alma, pues el alma puede sentir (o interpretar como quiera), mientras que el cuerpo siempre tiene que sentir ciertos sentidos. No obstante, los sentidos generalmente están en potencia. 

Capítulo IV: Los grados de abstracción

Toda aprehensión de una cosa es la recepción de la forma aprendida. Esta aprehensión tiene 4 grados distintos:

  1. La forma es abstraída y se separa de la materia.
  2. Se separa de la materia pero no de las condiciones de la materia (lugar, posición, forma, etc.).
  3. Percepción de las formas de la materia (animal, cosa, humano, etc.)
  4. Aprendizaje de la quididad de la cosa. 
Este es el proceso de aprehensión, pero debe decirse que la aprehensión no suelta la materia hasta el grado 3. Ya en el cuarto grado se deja la materia por completo. 

Capítulo V: Los objetos sensibles

Existen 3 clases de objetos sensibles:

  1. Sensibles esenciales y comunes: son todas aquellas esencias comunes a todos los objetos; por ejemplo, la magnitud, la profundidad, la altura, etc.
  2. Sensibles esenciales y propios: cuando los sentidos se enfocan solamente en un órgano receptivo; por ejemplo, el oído la audición; el ojo, la visión; la lengua, el gusto.
  3. Sensibles accidentales: conforma lo que se conoce gracias a las dos esencias anteriores; por ejemplo, gracias a la magnitud, al pelaje y a que es un animal, puedo deducir que lo que veo es un perro. 

Bajo estas características, Alberto Magno nos dice que los objetos pueden ser percibidos siempre y cuando reúnan estas características. 

Capítulo VI: Materia y abstracción

Existe una pregunta fundamental en cuanto a las cosas sensibles que ni el mismo Averroes pudo contestar en su momento ¿Son los seres sensibles movidos por algún motor? muchos filósofos decían que los objetos sensibles en efecto tenían un motor independiente. 

Tenían al menos 5 razones para pensar que el motor independiente puede ser la luz:

  1. La luz es el motor de los objetos visuales. Sólo podemos ver los objetos y sentirlos visualmente gracias a la luz. 
  2. La luz se da de forma piramidal y circular del cuerpo luminoso. Este sería el movimiento de los objetos sensibles.
  3. Todas las acciones de los objetos se dan de manera particular y no Universal. 
  4. La luz es inmaterial y espiritual, y es por eso que esta sería el motor. 
  5. El ser material de los objetos sensibles es provocado por los elementos sublunares (tierra, fuego, aire y agua).

Sin embargo, Alberto Magno no está en absoluto de acuerdo con que la luz sea el motor de los objetos sensibles. Es evidente que existen muchos objetos que se mueven en la oscuridad, siendo esto prueba suficiente para tal argumento. 

También sería falso decir que los objetos no actúan de manera universal, pues todas las cosas se multiplican de manera universal (de la misma manera) y no particular.


Capítulo VII: La visión y el color en los objetos

La visión

Lo visible corresponde tanto al color como al objeto sensible, mientras que el color si bien no pertenece a algo esencial del objeto sensible, es activo por su propia esencia y no por algo extrínseco. En otras palabras podríamos decir que el color es el motor de la visión. Ahora, la luz no podría existir sin la luz.

La luz

Para Avicena y Avempace:

''El color es el extremo transparente de un cuerpo determinado''

Así, los colores en la oscuridad sólo existirían en potencia. De ahí que no puedan ser el medio de la luz ni ser superiores a la luz. En este sentido, solamente la luz hace que lo visible sea visible.

Conclusión

Un breve pero interesante tratado sobre la visión de los sentidos en San Alberto Magno. Esta puede ser también una crítica no sólo a los filósofos que le predecían, sino que también a los filósofos árabes que se dedicaron a la descripción del alma y de la visión (sobre todo Avempace). Nos queda entonces claro lo respecto a los sentidos, pero nos falta revisar aún más en esta materia con Alberto Magno

domingo, 9 de diciembre de 2018

El alma por los romanos, neoplatónicos y padres de la Iglesia

El alma por los romanos, neoplatónicos y padres de la iglesia

En entradas anteriores habíamos visto la importancia que los griegos le dieron al alma, y como ellos presentaban visiones distintas de la misma. Pasaron los años y son otros los protagonistas de la filosofía que, afirmándose de los mismos principios griegos comenzaron a construir su propio análisis del alma. 

Concepciones del alma

Luego de la explicación aristotélica del alma que fue la que se mantuvo por mucho tiempo, esta tuvo su primer detenimiento con el filósofo romano Plotino pero veamos esto en perspectiva general. 

Marco Tulio Cicerón

Para el filósofo y orador romano, el alma mantenía la misma figura de Aristóteles (hilemórfica). Sin embargo, de acuerdo con el filósofo romano el alma podría sufrir daños. En efecto, el mismo Cicerón enumera una lista de posibles dolores del alma como la ira, el furor, el odio, la enemistad, el rencor, la intemperancia, la malevolencia o el deleite. 

Plotino

Este filósofo nos presentaba un quiebre en el concepto de alma, ya que la presentaba en términos muy distintos. El modo de hacerlo era muy fácil pues el mismo Plotino nos decía que para investigar un objeto debíamos considerarlo en su estado puro. Cualquier presencia de algo accesorio a lo puro sería un obstáculo para su investigación. 

Sin embargo, si esto es así ¿cómo puede el humano común investigar el alma? Este necesitará realizar una introspección en su interior, en otras palabras, deberá analizar su conciencia. En este sentido, para Plotino el alma es simplemente la conciencia de cada ser humano. 

Porfirio

Porfirio no sería más que el continuador de la filosofía de Plotino, asegurando que el alma es un ente prisionero del cuerpo. De hecho, es notable que este filósofo nos diga que el alma siempre es la que busca el Uno, tal como lo dijera Plotino

Orígenes

Para Orígenes el alma procede de lo intelectual puesto que puede conocer los seres incorpóreos. También se ve que Orígenes cree en una lucha encarnizada del alma entre el bien y el mal, entre la divinidad y la materia. Así, el cuerpo se va transformando en su propia lucha. 

No obstante, lo más raro que podríamos encontrar en Orígenes es su especial mención de que el alma sufre, lo que quiere decir que, quizás Orígenes creía en un alma carnal. 

Tertuliano

Este filósofo vuelve a plantear una doctrina aristotélica del alma, donde nos dice que el alma en realidad es corpórea. Se dice que hasta aseguraba que el mismo Dios era cuerpo. 

Esta teoría pasaría a llamarse traducianismo la cual postula que el alma proviene del cuerpo. Así, el alma derivaría perfectamente de los padres. 

Gregorio de Nisa

Un filósofo aún más controversial fue Gregorio de Nisa, ya que decía que el alma no puede provenir de un lugar de almas, o de caer desde el cielo hasta el cuerpo. Al contrario, Gregorio nos dice que el alma y el cuerpo nacieron simultáneamente (al igual que Tertuliano) y que, a medida que van viviendo van purificándose los dos. 

Sin embargo, Gregorio de Nisa rechazaba la idea de que el cuerpo procediera primero, por que nada inanimado, hablando de materia sin alma, podría conducir la vida de ningún ser vivo. 

Por otro lado, hablando del alma, Gregorio dice, si el alma es una sustancia excelente, ¿cómo es que ella decide bajar y aprisionarse en un cuerpo? es por esto que Gregorio criticaba la posición platónica de que el alma se encierra en un cuerpo, idea parecida a la de PlotinoAdemás, si el alma tuviera que caer a un cuerpo sería por desgracia o por vicio, cosa imposible en una esencia sustancial. 

San Agustín de Hipona

Para el filósofo cristiano de Hipona, el alma no era una investigación aparte de Dios, todo lo contrario, Dios mismo estaba en el alma, por lo que investigar el alma es investigar a Dios. San Agustín tiene al menos tres libros sobre el alma:


  • Sobre las dos almas del hombre: aquí el santo de Hipona nos dice que el alma es naturalmente buena, está fuera de todo mal. En efecto, si el alma tiene la característica de arrepentirse, entonces el bien está en su interior ya que de no poder arrepentirse, entonces el alma sería mala intrínsecamente.Recordemos que el contexto en que San Agustín nos dice esto es cuando los maniqueos presentan su mundo doble: el bien y el mal. Aquí es donde existen dos tipos de alma que se enfrentan hasta el fin de los tiempos. 



  • La dimensión del alma: en este libro San Agustín trata de definir el alma en términos de cuerpo, lo que no puede realizar debido a los grandes poderes y misterios incomprensibles del alma. Todo los cuerpos que existen tienen dimensiones, pero el alma no las tiene. ¿Cómo es posible entender esto? de la misma forma que se entiende la justicia; por ejemplo, ¿es la justicia larga? ¿ancha? ¿alta? para esto no habría respuesta, pero al mismo tiempo no se podría negar que la justicia existe. 



  • La inmortalidad del alma:  aparte de asegurar que el alma es inmortal, pareciera ser que San Agustín divide el alma en dos diciendo que existe un alma divina y otra del cuerpo (seguramente la vegetativa o la sensitiva). 



A pesar de todas estas razones que da San Agustín, el santo deja la idea del alma como un gran misterio a resolver. San Agustín nos dice que la verdad puede investigarse haciendo una introspección sobre sí mismo donde está el alma: en nuestro interior. Esto sería la perfecta entrega para que todos los misterios del alma agustinianos sean resueltos por otros hombres, sobre todo por los escolásticos. No obstante, los escolásticos sólo se centraron en el entendimiento aristotélico, dejando las interrogantes de San Agustín suspendidas. 




Conclusión

Interesantísimo resumen sobre el concepto de alma en los pensadores romanos, quienes no tuvieron tanta popularidad filosófica como si la tuvieron los griegos. Me llama la atención que todos los misterios del alma de San Agustín no haya sido considerados por las autoridades intelectuales escolásticas, siendo que ellos siguieron y citaron muchas veces la obra de San Agustín (quien podría ser considerado platónico). Pareciera ser que la influencia de Aristóteles aún es demasiado grande.http://filosofiapuntes.blogspot.com/2016/10/plotino-vida-y-obra-205-270.html

viernes, 7 de diciembre de 2018

San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro II: Sustancia del alma y sus partes) (Tratado II: Alma vegetativa)

Ya hemos visto lo sustancial del alma y ahora sólo nos quedaría revisar las partes más superficiales del alma, es decir, analizaremos el concepto de alma vegetativa. Puede ser que esta parte del alma sea la más cercana que tenemos a nuestra experiencia, ya que de alguna manera es menos sustancial que la parte intelectiva. Podríamos decir que el alma vegetativa y el alma sensitiva pueden estar tremendamente vinculadas. No es un análisis menor investigar esta parte del alma que, a pesar de tratarse de la materia, no por eso va a ser de menos mérito comprenderla.

Referencias:

(1) Para más información ver la entrada ''Incoación de la forma'' de San Alberto Magno.
(2) San Alberto Magno dice esto en cuanto a la Generación Espontánea.

Sobre el alma

Tratado II: Alma vegetativa

Capítulo I: Potencias del alma vegetativa


Debemos tener claro por lo dicho en los otros capítulos, que una parte del alma es incorruptible. Esto quiere decir que las otras partes del alma sí serían corruptibles, es decir, tanto el alma vegetativa como sensitiva son corruptibles. 

Lo vegetativo tiene que ver con la alimentación y pareciera ser que este hecho lo tenemos más palpable que la sensación y la intelección. Por lo tanto, el alma vegetativa tiene que ver con la alimentación y con la generación

Capítulo II: Triple causa del alma

Todos los cuerpos físicos y animados existen y viven gracias al alma. Los cuerpos tienen como causa el alma, pero estas causas son de distinta índole. San Alberto Magno utiliza los conceptos aristotélicos para ver en qué causas se encontraría el alma. 


Como podemos ver, las causas aristotélicas son cuatro, pero el alma tendría que carecer de una de estas para ser coherente con la lógica. El alma debiera carecer de una causa material, pues no es creadora de materia sino que la comanda. 

Capítulo III: La nutrición en el alma

Empédocles fue uno de los primeros en tratar de describir la alimentación en los seres vivos. El filósofo decía que la alimentación se dirige, en el cuerpo, naturalmente hacia abajo debido a las direcciones de cada elemento. Recordemos que el mismo Aristóteles decía que que la tierra tenía como dirección el descenso mientras que el aire y el fuego tenían como dirección la ascendencia. Por eso, los alimentos que tienen la tendencia de ''caerse'' tendrían que ir siempre hacia abajo, a los miembros inferiores. 

Sin embargo, esto no podría ser cierto porque si la fuerza de los alimentos condujera la alimentación, los alimentos irían a todos los miembros del cuerpo sin ningún control. En efecto, al caer un alimento tendría que ir ya sea arriba o hacia abajo, ya que los elementos dentro del cuerpo serían tierra, agua y aire. 

Por lo tanto, debe existir otra fuerza que haga este trabajo de distribuir el alimento. Este trabajo lo realiza el alma vegetativa y no por la fuerza de los alimentos como lo decía Empédocles. 

Capítulo IV: Crecimiento y el alimento se debe al fuego (crítica)

Así como el fuego puede incinerar o reducir a polvo todo lo que toca, muchos filósofos decían que era el fuego el que se encargaba del crecimiento y de la alimentación en los seres vivos, es decir, se necesita calor o propiedades del fuego para que el alimento sea consumido en nuestro interior. 

Sin embargo, de ser así, entonces los seres humanos podríamos crecer tanto como quisiéramos porque el fuego es una sustancia simple que no se consume por sí mismo. Por lo tanto, al tener fuego en nuestro interior deberíamos crecer sin límites; no obstante, es evidente que cada ser humano no puede crecer ilimitadamente; todo lo contrario, el crecimiento tiene un límite. ¿Quién impone ese límite? la misma alma vegetativa

Ahora, es cierto en parte que se necesita calor para consumir los alimentos, pero no por esto el cuerpo crece. El mismo Avicena decía que el fuego se nutre y crece en sí mismo, no hace crecer a las cosas. 

No obstante, San Alberto Magno dice que el fuego no se nutre a sí mismo ni tampoco crece. Al contrario, el fuego se propaga y transforma lo que quema en una materia ajena. 

Capítulo V: El alimento en las potencias nutritivas y generativas

Para comenzar este análisis, Alberto Magno nos dice que primero debemos ver la dicotomía entre lo semejante y lo contrario. Por ejemplo, muchos filósofos dicen que el fuego es alimentado y el agua alimenta. Por eso, se dice que el agua es el verdadero alimento, cualquier alimento debería tener agua o líquido para ser consumido. 

Los antiguos además decían que la alimentación se daba por lo semejante. En efecto, cuando se suma un cuerpo con otro cuerpo pareciera ser que en esa unión hay un crecimiento cuantitativo. Sin embargo, sí existe un cambio pues la comida debe ser digerida y procesada por los órganos. Una vez que esto sucede el alimento digerido por primera vez cambia totalmente. 

Por lo tanto, el alma se ocuparía de esta visible contradicción, pues también es cierto que lo semejante se alimenta de lo semejante, así como lo contrario se alimenta de lo contrario. Si esto se explicara sólo en términos de elementos o de materia, entonces tendríamos que escoger uno de los dos; semejante con semejante, o contrario con contrario. 

Capítulo VI: Facultades nutritivas y de crecimiento

Por supuesto, la facultad nutritiva se preocupa de la distribución de los alimentos en el cuerpo, para que después la potencia de crecimiento haga crecer los órganos y las demás partes del cuerpo. 

Existen cuatro diferencias entre las potencias:

  1. La potencia nutritiva recibe el alimento y los distribuye a los órganos. La potencia de crecimiento se encarga del tamaño de los cuerpos.
  2. La potencia nutritiva añade a los miembros la sustancia de la comida (longitud, profundidad y latitud). La potencia de crecimiento incrementa las tres dimensiones mencionadas anteriormente.
  3. La potencia nutritiva es débil ya que se sirve de un instrumento, no es independiente. La potencia de crecimiento es más fuerte y más acentuada e independiente.
  4. La potencia nutritiva tiene como fin preservar al individuo. La potencia de crecimiento determina los límites de crecimiento.

Como podemos ver, ambas potencias tienen características distintas, pero siempre se podrán complementar la una con la otra. 

Capítulo VII: Potencia generativa

Otra cosa de la que es importante hablar es de la potencia generativa, es decir, la creación de un ser por otro ser. Por supuesto, los órganos seminales son los miembros de esta facultad. Por otro lado, es el semen el que tiene la facultad formativa final de los seres; en palabras de Alberto Magno, el semen lleva la forma incoada de todo ser(1)

Por otra parte, también es necesario mencionar que la potencia generativa necesita del alimento para contener y otorgar todo lo que posee. 

Capítulo VIII: Potencias y las cuatro facultades principales

Recordemos que las facultades principales son 4:

  1. Atractiva: se encarga de succionar los alimentos líquidos. Se da por medio de los bellos que existen en el estómago y del intestino.
  2. Digestiva: se encarga de la alteración de la comida por medio de cualidades contrapuestas. Esta ocurre en el estómago y en otros órganos que colaboran con la digestión. 
  3. Expulsiva: se encarga de expeler lo superfluo de algo puro o impuro. 
  4. Apetitiva: se encarga de apetecer al organismo que aparece debido a la carencia de alimento. Esta puede generar sed y hambre dependiendo de la cantidad de alimento. 

Estas cuatro facultades son naturales en el ser humano y el espíritu funcionaría como instrumento. 

Capítulo IX: Facultades vegetativas

El proceso de las facultades vegetativas es el siguiente: primero la facultad nutritiva separa lo superfluo del alimento y los expele hacia los miembros generativos para luego ser impreso por la facultad formativa. La facultad de crecimiento apoya a la facultad generativa moldeando la forma final y así, todas las facultades se supeditan a la facultad generativa. 

En realidad, la facultad generativa es el fin de todos los seres. Los seres animados son los únicos que pueden formar un ser de otro ser, mientras que los seres inanimados siempre se sirven de una materia ajena para formar otro(2)

Capítulo X: Los motores de la nutrición

El motor principal '''material'' de la nutrición es el calor que es capaz de reducir los alimentos a líquidos. Sin embargo, el verdadero motor principal es el alma que sería el motor inmóvil. Como vimos el alma es la que gestiona todos los movimientos que parecieran ser naturales o involuntarios en el sistema corporal, no son los elementos simple en sí

Conclusión

Podemos ver en esta parte del tratado el gran trabajo que se dio para describir las cosas superficiales del alma, esa parte material que en realidad está lejos de la verdadera esencia del alma. Siendo que ya hablamos del alma en sí y ya hablamos de sus partes ¿qué más quedará por ver? Recordemos que aún nos falta un largo camino por analizar con San Alberto Magno, por lo tanto no desesperemos y esperemos la próxima entrega. 

miércoles, 5 de diciembre de 2018

El alma por los griegos



El alma por los griegos

Como hemos visto demasiadas veces tratados acerca del alma, he decidido hacer una entrada relacionada con el pensamiento griego y lo que ellos pensaban del alma. ¿Por qué tanta importancia al alma tienen los griegos? porque era considerado un elemento constitutivo del hombre por el cual podía entender y experimentar el mundo que lo rodeaba.

Características generales

No obstante las diferentes posturas, todos los filósofos de la época acuerdan de que el alma es algo incorpóreo y substancial: es el principio de toda vida. 

Existen dos posturas generales al respecto, los que dicen que está separada del cuerpo y aquellos que la consideran como parte del cuerpo. Sin embargo, esta discusión no es tan importante, ya que las dos postura afirman la existencia del alma. Por otro lado, también se agrega que el alma pertenecería a otra realidad independiente del cuerpo, mientras otros dicen que es de esta realidad, la material. 

Concepciones del alma

El alma por los antiguos griegos

Veamos cómo los filósofos griegos comprendían el alma

Tales de Mileto: el filósofo y matemático, si bien no habló directamente del alma, éste decía que todo estaba lleno de dioses. Estos dioses representarían una especie de energía en el ambiente, en otras palabras, Tales quería decir que el alma era una especie de energía que movía las cosas.


Anaxímenes y Diógenes de Apolonia: estos dos filósofos sostenían que el alma era en realidad aire porque en el aire veían el principio de las cosas. 

Empédocles: para éste filósofo el alma era un espíritu encerrado en un cuerpo. Esto se debía a que el alma era castigada por seguir el camino de la discordia. Una vez que encuentra la amistad o la concordia, esta alma era liberada.

Pitagóricos: para estos filósofos matemáticos el alma era una especie de armonía tal y como lo son los números. 

Heráclito: para el filósofo Heráclito era el mismo fuego, ya que veía en él no sólo el principio de la vida (todo lo que es cálido se supone que tiene vida), sino que del Universo. 

Demócrito: para Demócrito estaba formada de átomos que penetran en el cuerpo y así se puede mover. 

Platón: para Platón el alma es la causa de la vida y por lo tanto es inmortal ya que es esencialmente viva, y lo contrario a la vivo es lo muerto; por lo tanto siempre está viva, es decir, inmortal.

Aristóteles: le atribuye principalmente un poder psíquico además de ser la gran sustancia del cuerpo. El alma también, de acuerdo a su doctrina, sería el acto y no la potencia lugar que le corresponde al cuerpo.

De este modo, el alma sería la actividad del cuerpo, es decir, lo comandaría como ente para que se mueva o realice cualquier otra opción. Bajo este respecto, para Aristóteles el cuerpo tiene como inherencia el alma y el alma también con el cuerpo.

Esto también lo deduce Aristóteles a partir de su teoría del hilemorfismo, en otras palabras, la unión de la forma con la materia. Como la forma y la materia son inseparables, entonces ni el alma ni el cuerpo lo son puesto que el alma es la forma de la materia. 

Agrega también Aristóteles que el alma es la responsable de generar el pneuma (aire y fuego)que a su vez se encarga de generar vida, ya que forma parte sustancial del semen. Es también llamado ''calor vital''. 

Grecia helenística

Epicuro: para este filósofo el alma sería la conjunción de los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire. Además, Epicuro también era atomista y aseguraba que el alma, a pesar de estar dotada de pequeñas partículas también tenía su relación con las sensaciones, aunque por otro lado también reconoce su independencia del cuerpo. 

Estoicos: el alma sería una especie de fuente de inteligencia donde se informan todas las sensaciones que los sentidos ejecutan. Por otro lado, para los estoicos el alma sería una especie de cuerpo dotado de aire y fuego, es decir, el pneuma aristotélico. 

Unión o separación

Todos estos filósofos trataron de hacer lo que Alberto Magno hizo en su obra ''sobre el alma'': tratar de alcanzar un concepto de alma. Sin embargo, bajo todas estas definiciones dadas por los filósofos antiguos, será difícil alcanzar una definición adecuada. 

Si el alma está separada o no del cuerpo es una discusión interesante y que podría durar años (de hecho décadas), pero debemos seguir investigando. De lo que sí podemos estar seguros es de que los dos tienen relación ¿cómo?  eso es difícil de asegurar.

Críticas

San Alberto Magno

Por supuesto, las críticas no provenían solamente de los filósofos entre ellos, quiero decir, que Aristóteles critique a todos los presocráticos o que los estoicos tomaran posiciones diferentes a los hedonistas, sino que también provenían de hombres doctos como San Alberto Magno

Prácticamente, San Alberto Magno hecha por la borda todas las teorías de los presocráticos con respecto al alma. Sólo se queda con las concepciones platónicas y aristotélicas (en realidad las dos), para sostener su propia teoría del alma. Para San Alberto Magno, las teorías de los presocráticos sólo representarían incongruencias entre ellos mismos, ya que el alma es algo incorpóreo, y los presocráticos predican solo cosas corpóreas del alma misma (aire, fuego, armonía, átomos, etc.).





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Conclusión

Hemos abarcado de forma sintética la concepción del alma que tenían nuestros filósofos griegos. Tengamos en cuenta estos concepto para luego llevarlos a exámen con otros filósofos de otras épocas, o ¿por qué no? someterlo a exámen nosotros mismos con nuestros conocimientos contemporáneos. Sea quien sea la persona, no es posible negar el interés por la esencia humana, la sustancia o la forma de nuestro ser. Sigamos investigando en esta línea del saber.