Este escrito nos sitúa en la llegada de Marco Tulio Cicerón a Roma después de su largo exilio. El ambiente en Roma es terrible, pues la inflación ha dejado a la gente en la pobreza y la disensión social se acrecienta cada vez más. El encargado de enviar a Cicerón al exilio fue Clodio, pero el que lo regreso fue su amigo de toda la vida, Pompeyo. Este discurso de agradecimiento a los quirites (pueblo) es un agradecimiento al pueblo romano por recibirlo después de su regreso. Es un discurso sincero donde el pathos retórico de Cicerón se muestra a todas luces.
Referencias:
(1) No se sabe la fecha exacta de la muerte.
POST
REDITUM IN QUIRITES
(En
agradecimiento al pueblo)
Principios de Cicerón
Cicerón comienza su discurso mencionando al dios romano Júpiter Óptimo Máximo diciendo que si hubiera hecho algún daño a su pueblo, recibiera todo el castigo merecido; de lo contrario, que el mismo pueblo y las autoridades tengan nostalgia de él mismo, y así fue.
Agradece a su hermano Quinto Tulio Cicerón al haber estado junto a él, a sus amigos que lo estaban esperando y a su familia. Vemos a un orador explotando su lado humano, pues nos habla sobre la nostalgia que le producía estar lejos de su hogar y los suyos. En el discurso también nombra el desafortunado exilio que tuvieron que pasar Publio Popilio, Quinto Metelo, Gayo Metelo y Lucio Diademato.
Familia
Su hermano Quinto se encargó de conmover al pueblo para que Cicerón pudiera regresar. Cuando Cicerón fue enviado al exilio, sus enemigos (sobre todo Clodio) mandó a quemar su hogar junto con su familia. Terencia, la esposa de Cicerón, murió bajo el poder de las bandas Clodianas que estaban en contra de Cicerón(1).
Cabe destacar que Cicerón pudo volver a Roma no gracias a su familia (que por lo demás estaba amenazada por Clodio), sino que por sus amigos y el mismo pueblo romano.
Cabe destacar que Cicerón pudo volver a Roma no gracias a su familia (que por lo demás estaba amenazada por Clodio), sino que por sus amigos y el mismo pueblo romano.
Amigos y enemigos
Muchos dieron la espalda a Cicerón cuando se fue al exilio. Los senadores y cónsules no quisieron meterse en la discusión y lo abandonaron. Luego pensaron que la llegada de Cicerón no podría suceder sino con un río de sangre entre los ciudadanos, lo cual no ocurrió en absoluto.
Sólo fueron Ático y Pompeyo quienes ayudaron a Cicerón, diciendo que fue él quien había salvado al república. Recordemos que mientras el orador estaba exiliado, Roma sufrió un régimen militar donde se proscribieron a los ciudadanos que eran contrarios al gobierno.
Hay una diferencia importante entre Cicerón y sus enemigos. El orador fue expulsado de su tierra por medio de las armas y volvió a través de sus palabras. Además, el orador nos dice que luego de su regreso no lo ha afectado los ánimos de venganza, al contrario, solo quiere colaborar con lo que siempre ha hecho, la oratoria.
Finalmente, Cicerón agradece al pueblo romano la nueva oportunidad de colaborar en la república, y devolver todo ese cariño con su trabajo.
Conclusión
Ahora vemos a un Cicerón más humilde y cercano. Ya no está ese orador soberbio e indiferente con los acusadores de sus escritos previos. Recordemos que la violencia que sufrieron sus familiares por parte de Clodio fue un hecho terrible para él, y seguramente dio como resultado el agradecimiento que vemos aquí. Esto indica también una reestabilización de la República, pues se acaba el poder de Clodio. Posteriormente Clodio muere en un enfrentamiento con las bandas de Milón, a quien Cicerón no pudo defender perdiendo el caso.