Estamos situados en el año donde Julio César es cónsul. Son los años más duros para Marco Tulio Cicerón, pues recordemos que ambos eran de partidos distintos(Cicerón de los optimates y César de los populares). A Cicerón no le quedó más que trabajar en su oficio y tratar de criticar lo menos posible a la República. Con todos estos problemas, Cicerón defiende a su cliente Lucio Flaco quien es acusado de concusión en una de sus muchas administraciones. Sin duda es un buen discurso, pues a pesar de todas las cosas en contra, Cicerón logra una exitosa defensa que termina con la exoneración del acusado. Por cierto, de este texto nos quedan sólo algunos fragmentos reunidos por algunos intelectuales de distintas regiones de la república romana.
Referencias:
(1) Lo que es un punto fuerte contra la defensa de Cicerón.
Lucio Flaco era un político romano en los mismos tiempos en que Cicerón fue pretor (de hecho, Lucio Flaco también lo era). Fue acusado por Décimo Lelio Balbo en el delito de concusión contra la república. Obviamente, esta acusación tenía fines políticos contra los optimates, la imagen de Flaco era la misma que de Cicerón y César estaba dispuesto a deshacerse de él a como diera lugar.
Contra Lelio (Fragmento de Milán)
Este fragmento indica ya la reacción contra la acusación de Flaco, donde Cicerón considera que cualquier testigo de la provincia de Tmolo y Lórima que atestiguó la concusión no vale de nada.
Además, la acusación no tiene en consideración toda la buena obra que Flaco realizó en África y en Roma en general, hasta los enemigos del mismísimo Flaco reconocen el gran liderazgo e inteligencia que tuvo Flaco en su administración.
Cartas de Pompeyo y Hipseo
En esta carta se deja entrever también la labor como pretor que llevó Flaco a ser uno de los administradores más prestigiosos de Roma. Según Cicerón, la acusación que se hace a Flaco está hecha por un profundo resentimiento, de un partido que lo único que desea es llevar a cabo sus ambiciones políticas.
Senadoconsulto
En los tiempos en que Pompeyo había destruido a los piratas para salvar a Roma de la invasión, Lucio Flaco era un pretor que llevó a cabo la administración de la justicia en Roma. Fue un tiempo de gloria para la República, pero cuando Pompeyo murió comenzó a formarse un futuro incierto.
Todo esto ocurrió mientras Cicerón era cónsul y Flaco pretor. Flaco, quien se encontraba en un escenario post-intento de invasión, tuvo que enfrentarse a más enemigos que asechaban la república después del mandato de Pompeyo. Pidió más remeros para aplacar la invasión y es justamente por esto la razón de su acusación; Flaco no da cuenta de ese dinero.
Cicerón alega que fue una situación de emergencia y que esto no prueba un delito de concusión, pues Flaco no exigió dinero para la flota. Lelio hace de esto un delito porque la flota consume un gasto(1).
En la ciudad de Trales la acusación proviene de un ciudadano detestable (de acuerdo a la descripción de Cicerón) llamado Meandrio.
La acusación trataba sobre unos dineros pertenecientes a los grandes fondos de la ciudad de Trales, los cuales estaban a nombre de Flaco. Ahora, Cicerón aclara que los dineros estaban a nombre del padre de Flaco y no él mismo. Por lo demás, Flaco siempre le dio todo al pueblo de Trales en cuanto lo pidió, nunca escatimo en gastos para ayudarlo. Por lo tanto, esta acusación no tendría efecto alguno.
Referencias:
(1) Lo que es un punto fuerte contra la defensa de Cicerón.
PRO FLACCO
(DEFENSA DE LUCIO FLACO)
Contexto
Lucio Flaco era un político romano en los mismos tiempos en que Cicerón fue pretor (de hecho, Lucio Flaco también lo era). Fue acusado por Décimo Lelio Balbo en el delito de concusión contra la república. Obviamente, esta acusación tenía fines políticos contra los optimates, la imagen de Flaco era la misma que de Cicerón y César estaba dispuesto a deshacerse de él a como diera lugar.
Defensa
La defensa comienza alabando las cualidades de Lucio Flaco, quien había administrado el sector de Asia de manera muy eficiente. Además, Lucio Flaco colaboró en detener las conjuraciones de Catilina en los tiempos que se descubrió ésta.
Este fragmento indica ya la reacción contra la acusación de Flaco, donde Cicerón considera que cualquier testigo de la provincia de Tmolo y Lórima que atestiguó la concusión no vale de nada.
Además, la acusación no tiene en consideración toda la buena obra que Flaco realizó en África y en Roma en general, hasta los enemigos del mismísimo Flaco reconocen el gran liderazgo e inteligencia que tuvo Flaco en su administración.
Cartas de Pompeyo y Hipseo
En esta carta se deja entrever también la labor como pretor que llevó Flaco a ser uno de los administradores más prestigiosos de Roma. Según Cicerón, la acusación que se hace a Flaco está hecha por un profundo resentimiento, de un partido que lo único que desea es llevar a cabo sus ambiciones políticas.
Senadoconsulto
En los tiempos en que Pompeyo había destruido a los piratas para salvar a Roma de la invasión, Lucio Flaco era un pretor que llevó a cabo la administración de la justicia en Roma. Fue un tiempo de gloria para la República, pero cuando Pompeyo murió comenzó a formarse un futuro incierto.
Todo esto ocurrió mientras Cicerón era cónsul y Flaco pretor. Flaco, quien se encontraba en un escenario post-intento de invasión, tuvo que enfrentarse a más enemigos que asechaban la república después del mandato de Pompeyo. Pidió más remeros para aplacar la invasión y es justamente por esto la razón de su acusación; Flaco no da cuenta de ese dinero.
Cicerón alega que fue una situación de emergencia y que esto no prueba un delito de concusión, pues Flaco no exigió dinero para la flota. Lelio hace de esto un delito porque la flota consume un gasto(1).
Acusaciones por ciudades
Ciudad de Acmonia
Uno de los acusadores de esta ciudad era Asclepiades; sin embargo, este ciudadano no contaba con la autoridad suficiente como para obtener credibilidad. Es descrito como Cicerón como un personaje vicioso y vulgar cuya opinión frente a la acusación no tiene ningún valor.
Ciudad de Temnos
En esta ciudad el acusador fue Heráclides junto con Nicomedes y Lisanias. Flaco fue encargado de distribuir un dinero entregado por ellos para la construcción de un templo, pero esta situación parece no haber ocurrido, además de que estos acusadores no tienen una buena reputación (todo lo contrario), pues han pedido préstamos a Roma que nunca pudieron devolver.
Ciudad de Trales
En la ciudad de Trales la acusación proviene de un ciudadano detestable (de acuerdo a la descripción de Cicerón) llamado Meandrio.
La acusación trataba sobre unos dineros pertenecientes a los grandes fondos de la ciudad de Trales, los cuales estaban a nombre de Flaco. Ahora, Cicerón aclara que los dineros estaban a nombre del padre de Flaco y no él mismo. Por lo demás, Flaco siempre le dio todo al pueblo de Trales en cuanto lo pidió, nunca escatimo en gastos para ayudarlo. Por lo tanto, esta acusación no tendría efecto alguno.
Otras acusaciones
El oro de los judíos
Los judíos de Italia enviaban oro a Jerusalén (2 dracmas) cada año. Se dice que Flaco prohibió que el oro se exportase desde Asia hasta Jerusalén.
En ese tiempo, el general a cargo de Jerusalén era Pompeyo, pero este nunca hizo nada malo a la ciudada, ni siquiera ''tocó'' el templo (como diría Cicerón). En todo caso, el oro de Jerusalén, de acuerdo con los partidarios de Pompeyo y de Lucio Flaco se encuentran en el erario público.
En ese tiempo, el general a cargo de Jerusalén era Pompeyo, pero este nunca hizo nada malo a la ciudada, ni siquiera ''tocó'' el templo (como diría Cicerón). En todo caso, el oro de Jerusalén, de acuerdo con los partidarios de Pompeyo y de Lucio Flaco se encuentran en el erario público.
Conclusión
Ninguna de las acusaciones a Lucio Flaco surtieron algún efecto en la defensa de Cicerón. Las fuentes de dichos ataques eran del todo desconfiables, por lo que en cierto modo no fue un trabajo difícil hacerse cargo del caso. Todas estas acusaciones no intentaban más que socavar los sólidos cimientos del partido conservador (optimate), y así desprestigiar la imagen de Cicerón. Nuevamente el partido popular no puede lograr sus acometidos, pero no se rendirán hasta apoderarse del Senado.
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