domingo, 20 de marzo de 2016

Marco Tulio Cicerón - Pro Sulla (Defensa de Sila) (62 a.C.).

No, no es el dictador Sila que gobernó la república romana entre los años 88 a.C. y 80 a. C., de hecho, hablamos de Publio Cornelio Sila. Este ha sido acusado de conjurar con Catilina la vez que Cicerón escribía sus Catilinarias. Depende de nuestro orador que Sila salga libre bajo una acusación que seguramente le valdría la pena de muerte. En realidad el texto que analizaremos a continuación es bastante corto donde Cicerón pudo a duras penas defender a su cliente; pero a pesar de todo, Sila fue absuelto de todo cargo acusatorio. Veamos este texto tan controversial y rebuscado.

Referencias:

(1) Unas tribus galas muy belicosas.

PRO SULLA
DEFENSA DE SILA

Contexto


Al saber que Sila estaba involucrado con Catilina, el Senado lo despoja de la magistratura más importante; el consulado. Los del partido popular querían a toda costa desprestigiar al partido optimate. No se escatima en gastos para acusar a Cornelio Sila diciendo que estuvo involucrado en tal conjura. Es por esto que Quinto Hortensio y Cicerón defienden al ex- cónsul. 


Acusación

El acusador es Lucio Torcuato y nos dice que Sila ha estado por lo menos en dos de las conjuraciones de Catilina. Una tramada en el consulado de Lépido y Volcacio, mientras que la segunda fue realizada en el consulado del mismo Cicerón

Además, Torcuato agrega que Cicerón cae en una contradicción cuando acusó a Autronio de cohecho, pero ahora defiende a Sila por cohecho.  


Defensa

Muchos casos de cohecho (prevaricación) han ocurrido a lo largo de la historia de La República. Cicerón nunca ha defendido a los delincuentes que ciertamente han cometido cohecho, es más, siempre ha omitido dichos casos cuando se los ofrecen, a excepción de cuando él sabe que el individuo ha sido acusado erróneamente. Este sería uno de esos casos. 

En esos tiempos, de alguna manera las leyes institucionalizaron las prácticas de cohecho. Sila y Autronio fueron los ''conejillos de india'' cuando la ley se empezó a modificar y condenar estas prácticas. Autronio reaccionó muy mal (violentamente) ante la acusación y se mostró débil y desesperado, por lo que fácilmente fue condenado. Sila, por otro lado, fue defendido por Cicerón y Quinto Hortensio.  Por lo demás, Autronio si era un ''catalinario'', mientras que Sila se encontraba en los lugares claves de la conjuración (por lo que sería más fácil de defender que Autronio). 

Sin embargo, en la primer conjura de Catilina, la situación de Sila se aclaró gracias a la gestión de Quinto Hortensio. 

Sila también fue acusado de colaborar en la guerra contra los alóbroges(1), pero Lucio Casio quien era uno de los conspiradores contra Roma en ese tiempo, jamás nombró a Sila y sí a Autronio. De hecho, cuando se le preguntó si Sila había participado, éste respondió ''no sé''. Torcuato en su desesperación acusa a Cicerón de modificar los registros y borrar el nombre de Sila en la lista de los alóbroges, pero la verdad es que esto solo fue una calumnia. 

Era imposible que Sila hubiera estado involucrado en la conjuración de Catilina, pues a la hora de la conjuración Sila estaba en Nápoles y la conjuración fue en Roma. Por lo demás Cicerón jamás estaría dispuesto a defender a alguien que estuvo involucrado con Catilina, pues él mismo fue quien dejó al descubierto la conspiración.

Conclusión

Al parecer, la acusación a Sila podría haber sido en venganza a lo que pasó Autronio, quien, juzgado por pertenecer a la conjuración mientras por otro lado estaba Sila, fue condenado sin más remedio. Vemos aquí una faceta más humana de Cicerón, pues el orador jamás permitiría que un amigo (o un ciudadano) sea injustamente condenado por una causa que podría tener un revés. Más allá de la amistad que hubiera podido tener con el cónsul (del cual solo sabemos de su vida por el mismo Cicerón) nuestro orador es un aristotélico que defiende más por la verdad que por amistad. 

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