miércoles, 11 de febrero de 2015

Platón - Parménides (o de las ideas).

Parménides fue un filósofo griego que vivió en Grecia, específicamente en la ciudad de Elea. Se caracterizaba principalmente por su teoría del ser, la cual postulaba que el ''ser'' era eterno, infinito e inmutable y que éste ''ser'' no podía ser al mismo tiempo ''no-ser''. Todo lo contrario a su contemporáneo Heráclito quien decía que el ''ser'' va cambiando constantemente. La teoría del flujo postulaba que siempre todo va cambiando, somos como un río el cual nunca tiene las mismas aguas o como el fuego que nunca es el mismo debido a que siempre se está moviendo. Dos posturas irreconciliables que acabaran por influenciar a miles de filósofos posteriores. En este libro tenemos numerosos personajes incluso Aristóteles quien fuera el alumno de Platón.


ANTES DE LEER: Compréndase que ''idea'' y ''forma'' se tratan indistintamente. En muchas versiones de Parménides la palabra ''forma'' es sustituida por ''idea''.

Referencias:

(1) Fue una ciudad perteneciente a la Antigua Grecia. Actualmente es la ciudad de Urla en Turquía.
(2) Personajes del libro La República.
(3) Zenón de Elea (490 a.C - 430 a.C) era discípulo de Parménides y perteneció a la escuela eleática.
(4) Eran unas fiestas dedicadas a Atenea que se hacían en la Antigua Grecia.
(5) Se encuentran en ''Sobre la naturaleza'' versos 37 y 38.
(6) Recordemos la base de la filosofía de Parménides, el ser no puede ser un ''no-ser''.
(7) La misma separación que hará Platón en la alegoría de la linea y la alegoría de la caverna.
(8) Esta es la argumentación que Aristóteles llamará ''Argumentación del tercer hombre'' (ATH)
(9) Esta afirmación se encuentra en ''Sobre la naturaleza'' versos 25, 26 y 27.
(10) Hay dos versiones que he encontrado con respecto a ésta frase. Una dice ''ser en algo'' y la otra ''entrar en una cosa''.


Παρμενίδης

Personajes

- Cefalo
- Adimanto
- Glaucón
- Antifon
- Pytodoro
- Sócrates
- Zenón
- Parménides


Encuentro en Atenas


Céfalo, quien venía desde Clazomenas(1) a Atenas, se encontró con Adimanto y Glaucón(2) en la plaza pública en busca de Antifón, hermano de madre de Adimanto, para que les relatase una conversación que Sócrates habría sostenido con Parménides y Zenón. Adimanto les dice que Antifón vivía en Melite, y se dirigen inmediatamente allá. Después de algunos reparos, finalmente Antifón accedió a dar el relato.


Zenón y la obra

Parménides y Zenón(3) asistían a las Panateneas(4) y se alojaron en casa de Pytodoro donde se acercó Sócrates y otros ciudadanos que quisieron escuchar una obra de Zenón. 

A falta de Parménides, el cual había salido por un rato con Pytodoro, Zenón dio lectura de la obra y todos la escucharon. Cuando estuvo apunto de terminar, justo en ese momento llegaron Parménides, Pytodoro y Aristóteles.

La unidad y la multiplicidad

Sócrates pide que se reconsidere la primera hipótesis del argumento el cual es el siguiente.

  • Es imposible que los seres sean múltiples y a la vez semejantes y desemejantes, puesto que un ser semejante no puede ser a la vez desemejante.

Si es imposible que lo semejante sea desemejante y viceversa, es imposible también que exista lo múltiple. Sin embargo, considerando la obra de Parménides, Sócrates le dice directamente a éste, que Zenón quiere prescindir de su obra(5) y de su amistad porque Parménides afirma que el ''Todo'' es uno. Así, quedarían los dos amigos con posturas muy distintas.

Parménides: El Todo es uno.
Zenón: Lo múltiple no existe.

Esperando una explicación, Zenón advierte a Sócrates que su libro jamás pretendió disentir de la obra de su maestro, al contrario, es una defensa a la filosofía de Parménides. Sócrates acepta esto por el momento, pero prefiere irse al meollo del asunto con la siguiente interrogante.

Si bien la semejanza y la desemejanza son distintas, todos participamos dentro de ellas (lo múltiple), puesto que todos somos distintos. Dentro de ésta multiplicidad, tenemos las cosas que son semejantes y desemejantes, pero también, al estar estas dos características dentro de la multiplicidad, podemos decir que todas estas cosas son semejantes y a la vez desemejantes. Pero esto no es lo que verdaderamente sorprende a Sócrates, lo que realmente le sorprendería sería que la esencia de lo uno pertenezca a lo múltiple y viceversa.

En todo caso, Sócrates ejemplifica aún más su razonamiento diciendo que siendo él un hombre, participaría de la multiplicidad, puesto que tiene un lado derecho, uno izquierdo, una parte trasera, una delantera, una superior e inferior. Como también puede participar de lo uno como hombre, por ejemplo, si se empezara a contar a Sócrates en un grupo de hombres, a él tendría que darse un numero. 

Sócrates:

Participa de la multiplicidad: Todas sus partes son distintas.
Participa de lo uno: Al contabilizarlo como un hombre dentro de un grupo de hombres.




Parménides y su respuesta

Pytodoro comentaba que con mucho respeto y admiración, Parménides y Zenón escuchaban a Sócrates cada palabra que él les ofrecía. De pronto, Parménides interviene para hacer a Sócrates algunas preguntas. ¿Existe una forma separada del hombre y de las cosas? Sócrates, quien en ese tiempo era muy joven, consideraba que no era así, solo las cosas que logramos ver pueden existir. 

La unidad y la multiplicidad según Parménides

La juventud que tenía Sócrates en ese momento, le hacía ignorar las formas, pero Parménides le pregunta si las cosas que participan de la magnitud (multiplicidad), al mismo tiempo participan de lo grande (unidad). ¿Es posible que la forma este presente dentro de la multiplicidad? ¿Que lo grande este en la magnitud? Sócrates contesta que sí, pero si fuera así entonces la forma tendría que estar separada de sí misma.

Sin embargo, el joven Sócrates agrega que no necesariamente es así, puesto que puede una cosa ser única y múltiple al estar expuesta al día (unidad) presente en todas las cosas de la tierra(multiplicidad)

*Voy a darles un ejemplo yo mismo (el autor del blog):

  • Supongamos que tenemos muchos lugares. Estos lugares, que serían lo múltiple, participan del día (la unidad) así como el día participa de ellos. Es decir, el día está presente en los lugares y los lugares en los días. Tenemos por lo tanto, la unidad en lo múltiple y lo múltiple dentro de la unidad.  



Parménides acepta esto, pero le pone otro ejemplo. Si unos hombres se taparan con un velo, estaríamos hablando de que la unidad (el velo) encierra la multiplicidad (los hombres). El velo no está extendido sobre cada uno de los individuos, sino que una parte del velo está extendido a un solo individuo y otra en otro. Así, no se hallará el todo (el velo) en cada una de las partes (los hombres), sino que las partes (los hombres) en cada parte del todo (el velo).

La forma (o idea) y la multiplicidad

Sócrates se niega a aceptar que la unidad este en los hombres sin dejar de ser unidad(6). No obstante, Parménides insiste con más ejemplos. 
  • Imaginemos por un momento que tenemos 5 edificios. A cada uno de ellos se les dará una pequeña parte de la ''magnitud en si'', es decir, se los hará más grandes, pero si nos fijamos en un solo edificio ¿se puede decir que es más grande si a cada uno de ellos se les dio una parte pequeña de la magnitud en sí?

Por lo tanto, si a un edificio le damos una pequeña parte de la magnitud, entonces esa pequeña parte de magnitud tendría que llamarse de otro nombre o bien re definir el concepto de magnitud. 

Podríamos hacer el mismo ejercicio con lo pequeño. Supongamos que tenemos lo pequeño en sí




Si quitamos una parte de lo pequeño en sí, quedaría mas o menos así.





De esta manera, la parte que fue separada de lo pequeño en sí, se llamaría ''más pequeño''. Así, lo pequeño en sí, sería más pequeño que lo ''más pequeño'' lo cual es imposible. En efecto, ¿como podríamos decir que lo pequeño en sí es más grande que lo más pequeño? Sócrates afirma también que esto es imposible.

Lo incognoscible de las formas

Sócrates acepta todo esto y además, Parménides, le dice que los pensamientos también están presentes en las cosas, puesto que no pueden existir los pensamientos de nada. Este tipo de pensamiento es una ''forma'' que representa una pluralidad de cosas en un solo concepto. Hombres (pluralidad) grandes (forma).

Aún hay un problema mayor de resolver, dice Parménides, y este se trata de la cognición de las ''formas''. Por supuesto, alguien que solo se deja convencer por lo que ve (como el joven Sócrates lo había dicho hace un momento), no podría jamás ver las formas. Parménides le aclara a Sócrates que las formas pertenecen a otro tipo de realidad. Por ejemplo.

  • Si alguien fuera señor o esclavo de alguien, éste no participaría del soberano en sí, ni de la esclavitud en sí. Al ser un hombre, solo mantiene una participación con los hombres, puesto que la soberanía y la esclavitud pertenecen a otro tipo de realidad.
Por esta razón, tenemos dos distintas realidades: La de los hombres (realidad sensible) y la de las formas (realidad inteligible)(7). Ninguna de estas realidades inteligibles pertenecen a nuestra realidad ni tampoco podemos interferir en ellas. Tenemos así, dos realidades independientes la una de la otra.

Queda aún algo que decir de la teoría de las formas. Primero tenemos que hay cosas que participan de lo grande, luego tenemos lo que significa lo grande en sí. Pero, ¿en qué modelo se basa lo grande en sí para ser grande en sí? tendría que tener un modelo y este modelo tendría que tener otro y así hasta el infinito (8).

Dios y la ciencia en sí

Divididas así las dos realidades fundamentales, la ciencia en sí, sería el estudio de estas realidades en sí (las formas). No se puede participar de las cosas en sí porque el ser humano no puede alcanzar la ciencia en sí. Por lo tanto, lo bello, lo justo y lo bueno, son incognoscibles para el hombre, puesto que estas cosas participan de las cosas en sí.

Además, este tipo de ciencia sería más perfecta que la ciencia de los hombres. De este modo, el único que podría participar de las cosas que estudia la ciencia en sí, es Dios. Ahora ¿es posible que Dios, quien pertenece a la ciencia de las cosas en sí, pueda participar y conocer la ciencia del hombre? En un principio quizás esto no sea posible porque la ciencia en sí no participa de nuestra ciencia. Entonces, no sería posible conocer a Dios a través de la ciencia de los hombres debido a la diferencia de realidades.

Parménides y Aristóteles: Lo uno y lo múltiple

Aún quedan cosas para discutir y la empresa no es nada fácil según Parménides. Éste le pide a Sócrates que sea Zenón quien pueda continuar con el diálogo, pero él tampoco se siente capaz y todos ruegan a Parménides continuar. Finalmente acepta, pero el participante en esta ocasión sería Aristóteles.

¿Qué es lo uno?

Lógicamente, lo uno no puede ser pluralidad porque de otro modo, tendría que ser parte. 

  • Lo Uno no puede ser parte ni tampoco un todo
  • La parte es una parte del todo y no un todo. 
  • El todo sería aquello a lo que no le falta ninguna parte. 

Por ende, lo Uno, si no tiene partes no tendrá comienzo ni fin porque si tuviera partes, entonces tendría como empezar. Por lo tanto, lo Uno es ilimitado(9) y también carece de figura, ya que no sería recto ni circular y si así fuera, entonces lo Uno tendría partes lo cual es imposible.

Sin embargo, si no participa del origen ni del fin,  si no participa entonces de la realidad en sí y la otra realidad, ¿donde se sitúa lo Uno? Empecemos...

¿Por qué lo Uno no puede participar de las cosas en sí?

R: Porque estaría rodeado por sí mismo. Estar en algo y no verse rodeado es imposible y si está rodeado, significa que tiene límites, pero como dijimos hace poco, lo Uno no tiene límites.

¿Por qué lo Uno no puede participar de las otras cosas?

R: Al estar en otro que no fuera él, tendría que verse rodeado por el ser en el que se encontrase. Siguiendo la misma lógica, esto no puede darse en lo Uno, puesto que no tiene límites.

Como conclusión lo Uno no estaría en ninguna parte. 

La movilidad y la inmovilidad en lo Uno.

Ahora Parménides se propone resolver si lo Uno se mueve o en realidad es inmóvil. Existen dos tipos de movimiento: traslación y alteración. Lo Uno no puede tener movimiento de alteración porque de ser así, ya no sería Uno. ¿Podría tener un movimiento de traslación? En cierto sentido sí, pero tendría que ser un movimiento en un mismo lugar y girar en círculos en su propio eje, o trasladarse de un lugar a otro. Si es así, tendría que descansar en un centro y tendrá que ver moverse alrededor de él, todas las demás partes. Pero si acordamos que lo Uno no tiene partes ¿Cómo podría moverse en sí mismo? Luego, lo Uno no puede moverse.

Con todas estas explicaciones de lo Uno, sería aún más difícil imaginar que lo Uno pueda llegar a ser en algo(10). Porque si aceptáramos el movimiento de traslación, al moverse el ser, tendríamos que decir que el ser llega a ''ser'' en algo. Si alguna cosa tiene la capacidad de recibir algo, ésta cosa solo puede recibir algo por partes y como lo Uno no tiene partes, entonces no podría ser en algo. 


Imaginemos por un momento que ''A'' es lo Uno y ''B'' es la cosa que lo recibe.





Si ''A'' tuviera que entrar en ''B'', solo podría ser en partes.



Así, la única forma que ''A'' pudiera entrar en ''B'' a través del movimiento de traslación, tendría que hacerlo por partes. Puesto que lo Uno no tiene partes, entonces no puede llegar a ser en algo. Tampoco puede moverse porque no puede permanecer en otro lugar y tampoco puede permanecer en el mismo debido a que como es infinito y no termina, puede encontrarse en todas partes.

Lo diferente y lo idéntico en lo Uno

Este pensamiento parece ser más simple. Si lo Uno fuera diferente de sí mismo, tendría que ser otra cosa diferente a lo Uno. Y si fuese idéntico a otro, realmente ya no sería Uno, si no que tendría que ser eso ''otro''. Así, no puede ser idéntico a otro ni diferente de sí mismo.

No puede ser diferente de otro porque lo que es Uno, no puede ser otro. Por lo demás, la naturaleza de lo Uno no es lo mismo que la naturaleza de lo idéntico, puesto que lo Uno no puede ser idéntico a lo otro.

Lo igual y desigual en lo Uno

Si lo Uno fuera igual, tendría que tener las mismas medidas de lo que es igual, lo cual es imposible, ya que lo Uno no puede ser idéntico como lo habíamos visto en el párrafo anterior. Tampoco podría ser desigual con respecto a otras cosas, puesto que si fuera así, tendría que tener partes, por ejemplo, si lo Uno es más grande que una cosa, se asume entonces que lo Uno tiene más partes. Esto es imposible ya que lo Uno no tiene partes.

Lo viejo y lo joven en lo Uno

¿Podría ser viejo o joven lo Uno? Pues aquí tenemos otro imposible, ya que si fuera viejo o joven, tendría que diferenciarse de otro y ya dijimos que lo Uno no se puede comparar. Por lo tanto, al mismo tiempo podremos decir que lo Uno, no participa del tiempo, así como tampoco participa del ser debido a que el ''ser'' por el solo hecho de ''ser'' ya está participando del tiempo. 

El ser y lo Uno

Lo Uno no puede existir sin participar del ser. Por esta razón, el ser será ser de lo Uno, sin ser idéntico a lo Uno. De esta forma, solo se puede decir que lo Uno existe si participa del ser. El ser le da existencia a lo Uno y por eso lo Uno ''es''. 

Se quiere puntualizar que lo que ''es'' es diferente de lo Uno. Porque si lo Uno existe, entonces lo Uno debería tener partes. Así se construye el primer término con relación a lo Unolo Uno que existe.

Hasta ahora tendríamos 3 categorías de lo Uno:

  1. Lo Uno
  2. El ser de lo Uno
  3. El Uno que existe


Lo Uno que existe, es a la vez un todo donde el ''ser'' y lo Uno son partes. Pero si esto llega a ocurrir tendríamos que decir que lo Uno es parte y a la vez pluralidad y esto no podría ser posible. ¿Cual es la diferencia entre el ser y lo Uno? En efecto, Lo uno no se diferencia del ser por su Unidad y el ser no se diferencia de lo Uno por su ser, si no que se diferencian por lo ''otro en sí''. Entonces lo ''otro en sí'' no es idéntico a lo Uno ni tampoco al ser.

Los Números y lo Uno

Es posible nombrar al ser y a lo Uno al mismo tiempo. Y Para nombrar a los dos en una sola unión tendría que decir ''ambos''. Si nombramos dos cosas, es preciso que cada una de ellas sea una, por ejemplo, El ser y lo Uno, los dos serían una unidad. Si se añadiera una cosa más serían 3 y el 3 es impar. De aquí se dice que el número 2 es par y el número 3 es impar. Por lo tanto, no existe ningún número con una existencia innecesaria (o que ''no-sea''). Finalmente, si lo Uno existe es necesario que los números también existan.

Sin embargo, si el número existe tenemos que decir que la multiplicidad también existe. Por otro lado, los números igualmente participan del ser de una manera infinita y los seres; por lo tanto, tienen existencia y no están privados de ella.

El ser ha sido distribuido por todos los seres para que existan. En otras palabras, el ser está dividido en muchas partes, ya que la existencia es múltiple. Es imposible que una parte sea y a la vez no sea. Es imposible que una parte sea a la vez nada. Así, lo Uno se encuentra en cada una de las partes del ser y está dividido. ¿Es correcta ésta afirmación si dijimos que lo Uno no podía ser parte? Evidentemente no.

Lo Uno y el todo

Lo Uno está en todas partes y en todo porque de otra manera, tendría límites y ya dijimos que lo Uno es ilimitado. El todo no puede estar en todas las partes (porque si lo estuviera, tendría que convertirse en una de las partes del ''todo'') ni en algunas (porque si lo estuviera, lo más estaría en lo menos). Luego, es preciso afirmar que el ''todo'', no se encuentra en ninguna parte. 

No obstante, si el todo no se encuentra en ninguna parte, no lo podríamos llamar ''todo'', sino que ''nada'', pero como no es ''nada'' tiene que estar necesariamente en otra cosa. Parménides quiere responder a ésta inquietud con el concepto de movimiento.

Si una cosa está en reposo, significa que está dentro de otra y que además no sale de ahí. Ahora, esa cosa que está dentro de otra, nunca está en lo mismo, puesto que está en otra cosa. Pero si está en otra cosa, también se puede decir que no está en reposo, sino en movimiento. Así, lo Uno que está siempre en sí mismo y en otra cosa al mismo tiempo, esté igualmente en movimiento y en reposo.

Como habíamos establecido anteriormente, lo Uno es idéntico y diferente de sí mismo e idéntico a las otras cosas, como también es diferente. Sin embargo, lo Uno ¿podrá ser distinto que lo Uno? Aristóteles dice que no puede ser distinto de sí mismo. Pero si fuera así, si lo Uno está dentro de una cosa que es también lo Uno, entonces los dos se diferencian. Entonces, lo uno está tanto dentro de sí mismo como en las demás cosas.

Lo mismo y lo otro

Estos dos conceptos, que por lo demás son contrarios, no se pueden encontrar el uno con el otro. Lo mismo y lo otro no son iguales. Y puesto que lo otro jamás está en lo mismo, jamás estará en ningún ser (ni en e que ''es'' ni en el que ''no-es''). Extrapolando esto a lo Uno, lo Uno no podría ser jamás no-Uno. A su vez, lo no-Uno no podría ser un número. Pero dijimos anteriormente que lo Uno se encontraba en todas partes y en todas las cosas, entonces lo Uno y lo no-Uno serían lo mismo. Aristóteles queda un poco confundido con esto y Parménides intenta explicarlo en el siguiente apartado.

Los nombres y lo otro

Un nombre se puede pronunciar muchas veces o una sola vez. No importa cuantas veces se haya dicho el nombre, puesto que siempre ese nombre se va a referir a un mismo objeto y no a otro. Si decimos ''otro'' muchas veces, no estamos cambiando el significado muchas veces, sino que estamos repitiendo el nombre de un mismo objeto.

Cuando se dice que lo ''otro'' es diferente de lo Uno y que lo Uno es diferente de los otros, solo nombramos una misma cosa que sería lo ''otro''. Ahora, los seres que experimentan las mismas cosas (como en este caso lo Uno y lo otro), comparten a la vez cierta semejanza. En este caso se verían dos conceptos: semejanza y desemejanza.

Semejanza: Lo Uno y lo otro experimentan lo mismo.
Desemejanza: Lo Uno y lo otro son diferentes en cuanto a su totalidad.


El contacto y el no contacto de lo Uno

Lo Uno tiene tanto contacto consigo mismo como con los otros porque al estar en las demás cosas, necesariamente debe haber un contacto entre ellas. En efecto, lo Uno tiene contacto consigo mismo y contacto entre las otras cosas. 

No obstante, para que exista contacto deben haber dos participantes (o dos seres) y lo Uno no puede ser dualidad al mismo tiempo que es Uno. Entonces, ¿Cómo es posible que lo Uno se contacte a sí mismo? Simplemente por el hecho de estar consigo mismo, lo Uno esta en contacto consigo mismo. 

Ahora, si dijimos que lo que no es Uno (es decir lo no-Uno) no se puede tomar como un ser, puesto que no tiene número ¿Cómo es posible que lo Uno tome contacto con algo que no es un ser? En efecto no pueden estar en contacto.

En resumen, lo Uno puede y no puede estar en contacto con las demás cosas como consigo mismo.

Revisión de lo Uno

Lo igual y desigual en lo Uno (2)

Si reducimos a lo Uno en cuanto a magnitud o pequeñez, descubriremos que lo otro será o más pequeño o más grande que lo Uno. En todo caso, si la pequeñez o la magnitud han de darse en lo Uno, tendrán que darse en el todo o en las partes.

  • Si se da en el todo, éste se extenderá hasta envolver a lo Uno.
  • Si se da en al pequeñez, ésta se extenderá hasta envolver a lo Uno. 


Pero ¿Será posible que lo pequeño envuelva a lo Uno y tengan la misma proporción? Por supuesto que no. La pequeñez solamente se puede dar en una parte y no en todo, de lo contrario no sería pequeñez. Lo mismo conviene para la magnitud y lo único que puede ser más grande que lo pequeño, es la magnitud en sí y lo más pequeño que la magnitud, es lo pequeño en sí. Por lo tanto, lo Uno no tiene pequeñez ni tampoco magnitud. Solo estará en paridad e igualdad consigo mismo.

Lo viejo y lo joven en lo Uno (2)

Si bien habíamos dicho que lo Uno no participa del tiempo, el ser si participa del tiempo, puesto que conforma los 3 tiempos verbales que conocemos: ''era'', ''es'' y ''será''. No olvidemos que lo Uno también es el ser puesto que el ser tiene un número y lo Uno también. Entonces, lo Uno, al avanzar con el tiempo, se hace más viejo, pero no olvidemos que se hace viejo por ser joven. Por lo tanto, lo Uno se hace más viejo y más joven que sí mismo todo el tiempo como también no se hace ni más viejo ni más joven con respecto a los ''otros''. 

La movilidad y la inmovilidad en lo Uno (2)

En cualquiera de estos dos tipos de movimientos, el lugar donde ocurren deben estar fuera del tiempo. Esto es debido a que un ser no puede moverse y parar de moverse mientras el tiempo transcurre. Sería factible preguntarse ¿donde se da el movimiento del ser? Parménides añade un concepto, ''Instante''. Esta palabra está definida por Parménides de la siguiente manera:

''El punto en que se pasa de un cambio a otro'' 

Es aquí donde lo ''instantáneo'' se sitúa entre el movimiento y la inmovilidad y está situada fuera del tiempo. Lo Uno debe llevar este cambio de inmovilidad y movilidad a través del instante. 

Lo Uno y lo otro

Diferenciamos a lo Uno de los otros porque precisamente, éste último es distinto de lo Uno. Los otros son distintos de lo Uno debido a que tienen partes, pero las partes son partes de un todo; si tuviéramos una parte y la dejáramos aislada, ya no sería una parte, sino que sería un todo. Entonces, la parte, como forma parte de un todo, también participa de lo Uno así como participa del todo.

Si bien participan de lo Uno, los otros no son lo Uno. En efecto, los otros, que son considerados como partes, tienen límites y lo Uno es infinito. De esta forma lo Uno y lo otro son semejantes desemejantes entre sí todo el tiempo.

El ser y lo Uno (2)

Si lo Uno no existe, ¿se podrá decir que lo no-Uno existe? 

  • Si lo Uno no existiese, se tiene que tener un conocimiento de lo Uno, porque de otra manera, no se sabría de qué se está hablando.

Sin embargo, lo que no existe tiene atribuciones como ''aquel'', ''algo'', ''aquello'' o ''estos''. De esta manera se dice que lo Uno no puede existir si no existe. Finalmente la semejanza entre lo no-Uno y lo Uno, no existe, solo el Uno es semejante así mismo.

El ser pasaría del no-ser y lo Uno tendría a su vez una participación en el ser. De este modo, parece ser que lo Uno, aunque pase al no ser, sigue existiendo. Entonces, lo Uno parece ser y no ser al mismo tiempo, como también parece ser que estaba con movimiento y sin movimiento.

Por otra parte, lo Uno que no es, es a la vez ''móvil'' puesto que tienen un cambio del ser al no-ser. Como también se puede decir que no se mueve porque aisladamente, lo Uno que no es, no es  lo Uno que es; por lo tanto permanece inmóvil.

  • Lo Uno que no es permanece inmóvil y se mueve.

Ahora, si lo Uno que no es se mueve, es preciso que lo haga alterándose. Pero si lo Uno que no es no se mueve (que como dijimos antes es perfectamente posible), tampoco se podría alterar.

  • Lo Uno que no es se altera y no se altera.



Si lo Uno que no es se altera, podríamos decir que a la vez perece y si no se altera no perece; por lo tanto..

  • Lo Uno que no es, si se altera, llega a ser y perece y también si no se altera no llega a ser ni perece.



Sin duda, a Parménides le surge un razonamiento muy factible. Lo que no es ¿puede participar del ser? Evidentemente, no puede participar del ser en modo alguno; y en otra perspectiva, lo que no es no puede tener el ser ni tampoco perderle. Así, lo anteriormente explicado, queda rebatido por las siguientes afirmaciones:

  • Lo Uno que no-es no perece ni llega a ser
  • Si no llega a ser no puede alterarse
  • Si no se altera no puede moverse
  • Si no se mueve no se da en ninguna parte
  • Si no se da en ninguna parte no participa de la magnitud ni de la pequeñez
  • Por último, lo Uno que no-es, no tiene determinación alguna

Finalmente, se mantiene la tesis de Parménides al decir que el ser no es lo mismo que el no-ser, o lo Uno no es lo mismo que lo no-Uno




Conclusión


Como podemos ver, es Parménides quien se apodera de todo el diálogo, y no Sócrates con quien ya estábamos acostumbrados. Este libro va a ser una ayuda para estructurar la filosofía platónica sobre todo por la teoría de las formas de Platón. Es curioso ver también al alumno de Platón, Aristóteles, conversando con Parménides, aunque sea solamente haciendo afirmaciones a las aseveraciones de Parménides, o preguntas que en realidad no tenían mayor relevancia. Un libro con bastante complejidad, su lectura debe ser pausada y gradual, de otro modo, no se entiende nada.

sábado, 31 de enero de 2015

Platón - Gorgias (o de la retórica).


La retórica es definida por la Real Academia Española como ''Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover''. Este libro de Platón nos ofrece la combinación perfecta entre el saber de la retórica y la moral característica de cada libro platónico. Esta es una de las prácticas más recurridas por filósofos, políticos, escritores y profesores quienes deben demostrar un buen uso del lenguaje en todas sus áreas. Tenemos nuevamente a Sócrates tratando de alcanzar la sabiduría por medio de sus preguntas y sus diálogos.


Definiciones:

(1) Ad populum: Falacia que intenta hacer verdadera la opinión de una mayoría.


Referencias:

(1) Gorgias (485 a.C. - 380 a.C.)  era un sofista y un orador que impartía sus enseñanzas en Grecia.

(2) Otra concepción platónica aludiendo de que el mal es más bien involuntario.

(3) Este es un argumento que se ve mucho en el primer y segundo libro de La República. Es casi el mismo argumento de Trasímaco al elogiar la injusticia.


Γοργίας


Personajes:

- Sócrates
- Calicles
- Querefonte
- Gorgias
- Polo



A la casa de Gorgias

Se encontraban Sócrates y Calicles conversando sobre diversas materias mientras esperaban a Querefonte. Querefonte se había retrasado y quiso enmendar su atraso invitándolos a escuchar el discurso de Gorgias. Entonces se dirigieron a la casa de Calicles, que era la casa donde estaba Gorgias.

Sócrates se preguntaba si en realidad Gorgias tenía tiempo para conversar, ya que estaba muy curioso sobre las cosas que enseñaba Gorgias(1). Una vez ahí, Sócrates le pide a Querefonte que le pregunte a Gorgias a qué se dedica. Sin embargo, cuando Querefonte pregunta a Gorgias, Polo interrumpe diciendo que Gorgias está cansado y que en cambio, él responderá las pregunta de Querefonte. 

Las respuestas de Polo

Querefonte pregunta que si Gorgias tuviera la misma profesión que su hermano Heródico, entonces se le debería llamar médico. Y si tuviera la misma profesión de Aristófonte, se le tendría que llamar pintor. Cuando se le pregunta a Polo cuál es la verdadera profesión de Gorgias, este responde que existen hombres con experiencia que ejercen artes elevadas y otras no tanto, pero que Gorgias se encontraba entre los hombres de experiencia elevada.

Al escuchar esto Sócrates, le dice a Gorgias que Polo es muy diestro para pronunciar discursos, pero no para contestar a lo que se le pregunta. Polo le pregunta a Sócrates en qué estuvo mal y Sócrates le dice que si bien respondió la pregunta, lo hizo de una manera indirecta pues dijo que Gorgias ''tenía una profesión bella'', pero no dijo que arte profesaba. De aquí se distinguen dos cosas:

Cómo es el arte:  Bello, magnífico, excelso, etc.
Qué arte es: Retórica, Pintura, Pedagogía, etc.



Gorgias y Sócrates dialogan

Aclarado el error de Polo, Sócrates pregunta directamente a Gorgias cuál es su profesión y este contesta ''La retórica''. Así, a Gorgias lo podemos llamar ''orador''. No obstante, Gorgias no solamente es un orador, sino que también afirma que puede hacer oradores a otros.

Una tercera pregunta es expuesta a Gorgias en cuanto a la función de la retórica, a lo que contesta que el objeto de conocimiento de la retórica, es el discurso. Pero... ¿se referirá a todos los discursos? Gorgias contesta que no, pero que sí sirve para que los hombres sepan hablar y además, para que reflexionen sobre las cosas que hablan. Sócrates demuestra que la medicina tiene sus propios discursos, así como también los tiene la gimnasia y así como todas las artes tienen su propio discurso. Entonces, ¿Por qué no llamar retóricas a las demás artes, puesto que se tratan de discursos? Gorgias responde que cada una de esas artes tiene una operación manual la cual no atañe directamente a la retórica. 

Las palabras y las operaciones

Sócrates dice que volverá sobre esta cuestión más tarde. Se continúa con las preguntas sobre el arte hacia Gorgias. Existe una diferencia entre el arte y la operación que esta tiene. El trabajo manual resulta ser fundamental en algunas artes y no se recurre mucho a la palabra. Muchas de ellas no necesitan palabra en absoluto, puesto que el arte se puede realizar en silencio; por ejemplo, la pintura o el dibujo. Hay otras artes en las que la palabra se hace mucho más presente como en la aritmética, la geometría o el álgebra. Estas prescinden del trabajo manual y aquí se encuentra la retórica.

Sin embargo, ¿se puede decir que la aritmética es ''retórica''? Evidentemente, no. Entonces Sócrates, tratando de especificar un poco más la respuesta, dice que si a él le preguntaran contestaría así:

- ¿Qué es la aritmética?

R: Es un arte que produce su eficacia a través de la palabra. 

- ¿Sobre qué objeto?

R: Sobre los números pares e impares.

Así, se explica que si bien, las artes que se valen por medio de la palabra tienen una misma definición, cuando se pregunta por el objeto de dicho arte, se produce una diferencia dependiendo de cual sea su objeto de estudio. 

¿Sobre qué trata la retórica, Gorgias?

Ahora, podemos aplicar la misma respuesta a la Retórica, pero la respuesta de Gorgias es un tanto distinta.

- ¿Qué es la Retórica?

R: Es un arte que produce su eficacia a través de la palabra. 

- ¿Sobre qué objeto?

R: Sobre los asuntos más importantes de este mundo.

La respuesta parece provocar un poco de reticencia en Sócrates y acto seguido, el filósofo comenta a Gorgias que las cosas más importantes de este mundo son más bien...

  1. Tener salud
  2. Ser hermoso
  3. Ganar dinero sin recurrir al fraude

De esta forma podría decirse que la medicina sería uno de los más importantes asuntos de este mundo, puesto que se preocupa de la salud. También se encontraría el maestro de gimnasia que se preocupa de hacer bellos a los cuerpos y finalmente un banquero que se preocupa de hacer dinero a través de acciones lícitas. Entonces, ¿cómo puede la retórica referirse a los asuntos más importantes del mundo, si no se refiere a la salud, a la hermosura y a la producción honesta de dinero? Una muy difícil pregunta para el sofista de parte de Sócrates.

La retórica como poder de persuasión

Gorgias responde diciendo que la retórica es una de las artes que tiene la capacidad de dar libertad y además, con este arte se puede dominar a los demás. ¿Cómo? a través de la persuasión... Pensemos en los Tribunales cuando se tiene que defender a un ciudadano, en una asamblea donde se deliberan cosas importantes y en toda reunión de asuntos públicos. Así, el médico, el gimnasta y el banquero, quedarían persuadidos por el poder de la retórica, donde el orador podrá sacar mucho provecho.

La respuesta de Gorgias resulta ser muy ágil e inteligente, propia de un orador dedicado a la retórica. En todo caso, Sócrates le dice que no está muy seguro de saber a qué persuasión se refiere Gorgias y entonces comienza a interrogarlo. En efecto, es válido preguntar a qué tipo de persuasión se refiere Gorgias porque si preguntamos a un pintor que tipos de pinturas hace, él te puede decir: pinturas de animales, pinturas de paisajes, pinturas de personas, etc. Además hay otras artes que producen persuasión; por ejemplo, el profesor que enseña matemáticas debe convencer a sus alumnos a través de la enseñanza y esto también sería un tipo de persuasión. Luego, la retórica no es el único artífice de la persuasión.

Gorgias insiste en que la persuasión a la que él se refiere, es la persuasión retórica que ocurre en los tribunales y asuntos públicos en general. Sócrates acepta su posición, pero tratando de elaborar un tipo de persuasión exclusivamente de la retórica. Para esto, Sócrates establece dos conceptos que ya ha desarrollado en otros diálogos, la creencia y el saber. ¿Son lo mismo el creer y el saber? Claro que no son lo mismo, los dos son distintos. Por lo tanto, también existen dos clases de persuasión: la que produce creencia sin saber y la que produce ciencia. Gorgias admite que la persuasión relacionada con los tribunales y asuntos públicos, es del tipo del que origina creencia y así lo afirma Sócrates también.

El beneficio de la retórica

Siendo la retórica un arte relacionada con las creencias, no podría participar de lo justo y lo injusto, ya que aquí se encuentra la persuasión que nace de la ciencia. Por otro lado, quien se especialice en discursos, no podrá hablar en temas de arquitectura, puesto que sería el arquitecto la persona más apropiada y lo mismo pasa en las otras ciencias. Entonces ¿De que podría beneficiarnos la retórica?

Aludiendo a Pericles, Gorgias trata de responder la pregunta diciendo que fue Pericles quien fortificó las murallas de Atenas y en ningún caso fueron los expertos en murallas. Pericles a través de su discurso, ordenó que fortificaran las murallas. 

Es más, Gorgias cuenta una anécdota a Sócrates. Debido a que el hermano de Gorgias, Heródico, que era médico, se encontraron con unos enfermos que se rehusaban a tomar su medicina. Al ver que el médico no pudo convencerlos para que se la tomaran, Gorgias intervino y con el poder de la persuasión, puedo convencer a los enfermos de tomar la medicina. Añade Gorgias, que este uso de la retórica no puede utilizarse para malos propósitos, al contrario, solo debe usarse para el bien. 

Interrupción del diálogo

Sorpresivamente, Sócrates acepta ser refutado no sin antes decir que Gorgias no ha sido consecuente con lo que dijo sobre la retórica anteriormente y detienen el diálogo para ver si pueden seguir continuando con el tema. Esto es debido a que Sócrates quiere evitar el enfrentamiento incitando a Gorgias a continuar hablando del tema sin rivalidades.

Continuación del diálogo

Una vez comienzan, Gorgias asegura ser capaz de enseñar retórica a quien quiera aprender. Sócrates le pregunta si su enseñanza consistiría más en persuadir que en instruir y Gorgias responde afirmativamente a la primera opción. Recordemos además que Gorgias dijo que el discurso del orador vale más que el del médico en lo que respecta a la salud. Ahora, ese discurso ¿frente a qué clase de público se puede presentar? Sócrates diría que solamente se puede presentar a un público ignorante, puesto que el público inteligente sabe que en temas de la salud, lo que cuenta es el discurso del médico y no el del orador. Luego, el que no sabe será más persuasivo en un público de ignorantes. 

Otra pregunta surge en el diálogo. ¿Qué enseñará un orador si la retórica consiste en ser persuasivo ante un grupo de ignorantes? ¿Un arte que consiste en parecer sabio sin serlo ante los ignorantes? ¿Esto es lo que enseñaría Gorgias a los jóvenes?  

Antes de aprender la virtud que da un arte, se debe aprender que es lo justo y lo injusto, puesto que deben aprender los jóvenes lo que es la justicia, nunca obrarán mal si practican un arte como la retórica.


La interrupción de Polo

Polo, quién parece muy enojado con Sócrates, le responde que las argucias que él usó contra su maestro, no son más que cosas para sentirse bien en la conversación. Eso sí, acepta la contradicción en la que cayó su maestro al decir que la retórica se ocupa de lo injusto, pero también dice que es el mismo Sócrates quién quiere que sean así las conversaciones.

Sócrates acepta la crítica de Polo no sin antes de decir que trate de no reprimir con la palabra. Polo acepta y desafía a Sócrates a que conteste todas sus preguntas. 

La retórica no es un arte

Al preguntar a Sócrates que tipo de arte es la retórica, este contesta que en verdad no cree que sea un arte. Para Sócrates, la retórica más bien es una práctica que produce cierto agrado y placer porque la retórica es una especie de adulación y simulacro de una parte de la política. En esta parte es que Gorgias interviene preguntando a Sócrates que si la retórica es adulación ¿será bella o fea? Sócrates responde que es fea. Gorgias y Polo quienes seguramente quedaron con más dudas que respuestas, piden a Sócrates aclararse un poco más. 

Existe un cuerpo y un alma en cada uno de nosotros. Algunas veces
estas dos cosas enferman, pero las apariencias de estos dos impiden que podamos ver su real enfermedad. Dado que son dos los objetos que nombramos (cuerpo y alma) son dos las artes que se deberían encontrar en ellos; en el alma, la política; en el cuerpo, la gimnasia y la medicina. En la política, lo que corresponde es la legislación de la gimnasia y a la justicia la medicina.



El alma

El cuerpo



La política                   

Legislación        

Gimnasia
                                     

Justicia               

Medicina

Así, la adulación se divide en cuatro partes y engaña a quién la escuche puesto que toma forma de las 4 cosas fundamentales del alma y el cuerpo. Por ejemplo, la culinaria usa conceptos de la medicina diciendo que los alimentos que prepara son saludables para el cuerpo y de esta manera, el cocinero se volvería más famoso que el médico frente al público. Esto es lo que Sócrates llama ''adulación''. 

La adulación es fea puesto que fija su atención en el placer más que en el saber. La culinaria se apoya de la medicina para convencer a los demás sobre los alimentos y la cosmética se afirma de la gimnasia para hacer parecer a los cuerpos bellos. 

Polo, a quien por la lectura se nota molesto, le pregunta a Sócrates que según él los oradores serían rechazados por las ciudades a las que van, a causa del reciente argumento que acaba de dar y le responde que en efecto, son rechazados. Pero Polo sigue con su argumento puesto que quien somete a los demás a sus ordenes, puede hacer lo que sea, así como lo hacen los tiranos.

Nadie hace lo que quiere

Los que pueden dominar a otros a través de la palabra como lo hace el orador o a través de la fuerza como el tirano, tienen un gran poder, afirma Polo. Sin embargo, Sócrates no lo cree así.

Sócrates le dice si es un bien que alguien pueda hacer lo que quiera careciendo de razón y Polo contesta que no. En efecto, ¿cómo una persona que no tiene uso de razón, tendrá un bien haciendo lo que él quiera? Al no tener uso de razón ¿cómo será un bien lo que sea que él haga?

Luego, Sócrates le pide a Polo que lo convenza de tales argumentos porque de otra manera, quedaría demostrado que los oradores no pueden hacer lo que quieran. Por ejemplo, como Polo no puede refutar el argumento de Sócrates, entonces Polo no puede hacer lo que él quiera, puesto que no puede refutar el argumento. 

Los hombres, dice, Sócrates, hacen las cosas por el objeto que ellas llevan consigo a la hora de llevarlas a cabo, por ejemplo, un navegante no maneja un barco porque le guste el mar, sino porque con ésta actividad se enriquecerá. Así, las cosas no se hacen porque nos da gusto hacerlas, sino que por lo que da ésta actividad.

De este modo, los tiranos al torturar y perseguir a los ciudadanos, creen que esto es lo mejor, pero en realidad no lo es. Entonces, ¿hace lo que quiere cuando en realidad lo que está haciendo está mal? Evidentemente, no. Si alguien hace un mal no es porque realmente quiera; por lo tanto, el que quiere hacer un mal, está sin uso de razón(2)

Finalmente, un hombre no puede tener un gran poder si recurre al mal para cometerlos.

La envidia

Polo, quien ya se encuentra bastante molesto, pregunta a Sócrates si él no estaría envidioso de ser como los hombres que mandan y controlan las ciudades ya sea justa o injustamente. Pero Sócrates considera que esos sujetos no se les debe tener envidia y que al contrario se les debería compadecer. ¿Por qué? porque no hay peor mal que cometer injusticia, incluso, es peor que recibirla. Polo le pregunta a Sócrates ¿Entonces no te gustaría ejercer la tiranía? Y Sócrates le contesta de la siguiente manera.


  • Imaginemos que Sócrates va con un puñal oculto bajo el brazo en la plaza pública. Sócrates, en ésta condición, es capaz de matar a quien quiera y conseguir lo que quiera a través de este poder.

¿Sería esto tener un gran poder? Volveríamos a lo mismo. Tenemos que recurrir al mal para conseguir lo que queremos, pero quien recurre al mal, está haciendo al mismo tiempo lo que no quiere. Solo se puede condenar, desterrar o perseguir, cuando se obra injustamente. No obstante Polo sigue con su argumento diciendo que los hombres injustos son más felices(3).

Cometer y recibir injusticia

Da como ejemplo a Arquelao I rey de Macedonia. Sócrates admite que ha escuchado de él, pero nunca lo ha visto. Sin embargo, Sócrates cree que más allá del poder, quien domina y obra injustamente, no puede ser feliz; al contrario, debe ser un desgraciado porque la felicidad consta en ser justo. Polo al ver que su propio argumento no es consistente, recurre ad populum(1) y dice que mucha gente (testigos) consideran a Arquelao como uno de los reyes más felices que existe. Sócrates le dice a Polo que ésta es solo una opinión de la gente y que no necesariamente representa la verdad en sí (véase el concepto de ''ad populum'').

Polo aún no puede comprender y el diálogo cambia de perspectiva. Según Polo, es dichoso quien es capaz de ejercer la injusticia sin recibirla; Sócrates por su lado, piensa que quien aplica la injusticia es más desdichado de quién la recibe. Pero ¿qué es más feo? y ¿qué es peor? ¿Cometer o recibir injusticia? Polo nos dice que recibir injusticia y es más feo cometerla. Polo acepta también que lo más feo es siempre lo que comete más daño. 

Por lo tanto, si lo feo supera en daño a lo malo, entonces cometer injusticia es peor que recibirla. Y quien la recibe justamente, recibe un beneficio, ya que a través de él, está mejorando su alma. En efecto, el castigo es como la medicina del alma, para que esos hombres no vuelvan a incurrir en maldades y es mucho más malo aún, cometer injusticia y no pagar por ella, es decir, evitar el castigo.

¿y cuál es la utilidad de la retórica?

Se llega como conclusión que la retórica no tendría ninguna utilidad, a menos que se use para cometer injusticia y que familiares y amigos se sometan a los castigos de la justicia. Nadie que sea realmente justo puede usar la retórica a menos que sea en su propia contra, lo que no significa que sea injusto, puesto que si alguien cometió un crimen y quiere confesarse, la retórica tendría una utilidad buena.



Calicles no lo puede creer...

En una oportunidad, Calicles pregunta a Querefonte, si lo que escuchan es real y que si Sócrates en verdad está haciendo una broma o algo parecido.  Sócrates dice que no estaba bromeando y que esto es justo lo que quería decir, pero más allá de la argumentación, nos dice que así es la filosofía. La filosofía causa extrañeza y motivación para seguir discutiendo sobre el tema. Luego de esto Sócrates permite que Calicles se exprese sobre lo que se acaba de decir.

Calicles no está del todo de acuerdo con el argumento de Sócrates, ni tampoco con el pseudo forcejeo que le hizo al aceptar que cometer injusticia es peor que recibirla. Le dice que la manera de dialogar es irritante y la lleva a extremos para que el contrincante salga contradiciéndose. Calicles asegura que Polo no ha querido decir lo que de verdad quiere y por lo tanto, quien se contradice, lo hace porque no quiere decir lo que realmente quiere.

La naturaleza y la ley

Calicles diferencia dos cosas de las habladas entre Sócrates y Polo: una es la naturaleza y la otra la justicia. ¿Cómo diferenciarlas? Calicles nos dice que es más feo, en el ámbito de la naturaleza, sufrir injusticia, pero por ley es más feo cometerla.



Lo más feo por…
Naturaleza
Recibir injusticia
Ley
Cometer injusticia

Un ejemplo es claro. En las leyes, no es justo que un ciudadano se enriquezca mucho, y tener mucho más que la mayoría y ser superiores que ellos, finalmente se les dice que cometen injusticia. Pero por naturaleza, es justo que unos ciudadanos superen a los otros. En la naturaleza el más fuerte somete al más débil y eso es lo justo. Se podría pensar que en un ejemplo aún más claro, el hombre somete a los animales a su servicio para conseguir alimento (La agricultura). 


La filosofía como perdición para los hombres

Otra de las cosas que dice Calicles, es que la filosofía resulta se buena en la adolescencia o en la juventud, pero nunca cuando ya se es un hombre. Calicles denomina a esto ''la perdición''. Añade además que no es vergüenza filosofar cuando se es joven, pero si cuando se es hombre. Es más...


''Pero, en cambio, cuando veo a un hombre de edad que aún filosofa y que no renuncia a ello, creo, Sócrates, que este hombre debe ser azotado''.

Es interesante recalcar algo más... En este ''sermón'' dirigido a Sócrates, Calicles dice que un día cualquiera podrían tomar a Sócrates y llevarlo a prisión por un delito que no cometió y ahí se quedaría sin poder hablar, sin poder decir nada contra aquello y sería condenado a la muerte. Pareciera ser ésta, una fuerte predicción de Calicles... 

La razón de esto es que Calicles dice que los filósofos con el pasar de los años se vuelven irrespetuosos de la cultura que los rodea. Se olvidan de las leyes y costumbres de la ciudad y se vuelven irascibles.


Sócrates y Calicles

La respuesta a este consejo que da Calicles, es tranquilizadora. Sócrates le dice que es un muy buen amigo al hablarle así, puesto que el mismo Calicles afirmó que ni Polo ni Gorgias estaban demostrando lo que verdaderamente querían decir cayendo en la contradicción; sin embargo, Calicles le dice todo esto desde la más profunda sinceridad, ya que por lo demás es muy amigo de Sócrates.

Continuando con la discusión, Sócrates comienza su interrogatorio ahora frente a Calicles. Se pone en cuestionamiento lo mismo que había dicho Polo pero con un ligero cambio: ''El más fuerte tiene derecho a gobernar sobre el más débil porque así lo dicta la naturaleza''. Además Calicles afirma que ser poderoso y mejor es exactamente la misma cosa, incluso, afirma que la multiplicidad es mejor que lo unitario, por algo la mayoría es la que finalmente impone las leyes en la ciudad. En resumen, los más poderosos son a la vez los más bellos y mejores.

La multitud es la mejor y tiene el poder... ¿o no?

La aseveración es definitiva y Sócrates le pregunta qué piensa la multitud sobre la igualdad y la justicia. Pues la multitud piensa en que debiera haber igualdad para todos, que cometer injusticia es peor que recibirla y también que no debieran haber personas que acumulen riquezas. Una vez Calicles acepta esto, Sócrates dice que también se acepta que por naturaleza, es peor cometer injusticia que recibirla. 

Sin embargo, Calicles hace una acotación precisa ¿Acaso lo que dice la gente representa la naturaleza y además es ley? pues Calicles no lo cree así. Pero si Calicles no cree que una multitud puede ser la que lleve el poder, ¿Por qué dijo antes que la multitud es mejor que lo unitario?

Finalmente, Calicles también cae en contradicción y acepta que sólo el más apto y de buen juicio puede gobernar a una multitud, es decir, lo unitario gobierna por sobre la multitud. 

El de buen juicio es el que debe gobernar... ¿o no?

Calicles afirma ahora que el de buen juicio es el que debe gobernar, pero Sócrates le propone un contexto.


  • En una fiesta se encuentra mucha gente y entre ellos hay un médico. El médico, obviamente siendo el experto en alimentos, será prudente y no comerá en exceso, de hecho, comerá menos que algunas personas para no cometer excesos. Así, el mejor, el más experto, puede tener menos que algunos.

Esto hace enfadar a Calicles hablando con malas palabras a Sócrates. Pero sigue defendiendo su tesis de que las personas con buen juicio deben gobernar la ciudad, sin embargo, ¿serán buenos para dominarse a sí mismos?

El moderado y el licencioso.

Dominarse a sí mismo, significa ser moderado, dominar sus pasiones y dominar los deseos que surjan. Calicles, en contraste, califica a este tipo de personas como idiotas. Para este, lo bello y lo justo es que el hombre sacie todos sus deseos como sea posible y no reprimirlos porque esto es parte de la naturaleza humana.


Sócrates piensa y anima a Calicles a que siga de la misma manera argumentando, ya que está siendo sincero con su amigo. De la conclusión de Calicles, se extrae que el hombre es feliz mientras necesite cosas y las pueda saciar, en cambio el que no necesita nada, no es feliz.

En esta parte, Sócrates habla sobre un sabio que le dijo cosas sobre el alma. Existe una parte del alma que se deja llevar por las pasiones y ésta parte la describe como un ''tonel'' agujereado mientras que el alma del moderado es un tonel bien constituido. En otro sentido...


  • Imaginemos que tenemos a dos hombres: uno que tiene varios toneles bien constituidos y otro hombre que tiene toneles agujereados. El que tiene los toneles en buenas condiciones (el hombre moderado) los llenara hasta su tope; en cambio, el hombre que los tiene agujereados (el hombre licencioso) tendrá que llenar los toneles muchas veces, puesto que el líquido se filtraría a través de los agujeros.

Así, el hombre licencioso tendrá que llenar su tonel cada vez que se vacíe a causa de sus agujeros y el hombre moderado no necesitará hacerlo puesto que su tonel está lleno y no tiene agujeros. Luego el hombre licencioso es desdichado y el moderado feliz. 

Lamentablemente para Sócrates, Calicles no queda convencido y argumenta que para el hombre de los toneles llenos, ya no hay placer alguno. A esto Calicles le llama ''vivir como una piedra''. Para este, es más afable vivir bajo la conducción de las pasiones.

Dolor y placer

Todo lo dicho por Calicles queda muy claro, pero se refuta nuevamente el razonamiento. ¿Que pasa si esta persona que sacia su hambre apenas tiene el estímulo, sintiera comezón debido a a sarna? Siguiendo la lógica de Calicles, este hombre tendría que saciar sus ganas de rascarse e inevitablemente, hacerse daño. Sorpresivamente, Calicles, quien ya estaba muy enfadado e incluso trató a Sócrates de demagogo, insiste en que quien se rasca debido a una sarna, también tiene placer y además vive felizmente haciéndolo. Ahora ¿cómo puede ser feliz quién se hace daño a sí mismo? Sócrates no puede con la intransigencia de Calicles y decide usar otro argumento.

¿Es el placer lo mismo que el bien? Tener sed por ejemplo, es ser desdichado al igual que tener hambre, las dos son cosas dolorosas, pero saciarlas con agua y comida es agradable. Por lo tanto, se distinguen dos cosas: el dolor y el placer; una representa el mal y otra el bien. las dos no pueden suceder al mismo tiempo. Entonces, ¿cómo se puede ser dichoso al tener sarna y encima rascarse en vez de sanarse? Calicles finalmente acepta su contradicción.

Pequeña intervención de Gorgias

Calicles se había rehusado a contestar más preguntas de Sócrates, y es ahí cuando el mismo Gorgias interpela a Calicles a no ser testarudo y contestar de buena manera a Sócrates para que la conversación termine y se concluya.

El bien, el mal y los placeres

No puede ocurrir que se sienta bien y a la vez mal. Como tampoco se puede sentir placer y a la vez dolor. Estas son cosas totalmente diferentes entre sí. Sus efectos terminan y es posible que empiece otro.

Por otro lado, Calicles afirma que hay varios tipos de placeres y dolores tanto malos como buenos. Sin embargo, siempre hay que seguir los placeres y dolores que se conduzcan hacia el bien. El alma necesita a veces del dolor; por ejemplo, imaginemos a un hombre enfermo del estómago y que por su apetito por las comidas, quiere comer cosas que le producen daño. En ese caso, el alma debe ser reprimida porque es mucho mejor que sea reprimida a que sus deseos se cumplan y que el dolor se prolongue más; esto significaría el ''dolor bueno''. 



Resumen de la conversación

Finalmente, Calicles no quiere seguir hablando y Sócrates pretende hacer un resumen de lo que se conversó.


  • Lo agradable y lo bueno no son la misma cosa (Saciar el hambre en exceso no es bueno y produce enfermedad).
  • Se debe hacer lo agradable a causa de lo bueno. (Alimentarse con moderación para estar bien)
  • La moderación en el alma es mejor que la licencia.
  • El hombre moderado es absolutamente bueno
  • El hombre debe buscar el castigo necesario si quiere ser feliz y limpiar su alma
  • Cometer injusticia es peor que recibirla
  • La retórica como medio para que las demás personas comparezcan ante la ley


¿Un juicio a Sócrates?

Ya se había repetido ésta posibilidad por parte de Calicles, diciendo a Sócrates que gracias andar filosofando, lo harán encerrar en una prisión y lo despojarán de todos sus bienes. Una de sus predicciones es la siguiente:


''Sería yo realmente un demente, Calicles, si no creyera que en esta ciudad a cualquiera puede sucederle lo que sea. No obstante, estoy seguro de que, si comparezco ante un tribunal con el riesgo de ser condenado a algo de lo que tú dices, mi acusador será algún malvado -pues ningún hombre honrado acusaría a un inocente-; incluso no sería nada increíble que se me condenara a muerte''


Pareciera ser una escalofriante premonición por parte de Sócrates y su terrible fin. Sin embargo, como vemos en el texto, no se extraña de que pasara algo así. 


Conclusión

Al leer este libro, pude dar cuenta de los múltiples conceptos que ya se han tratado en otros libros de Platón. Lo que me sorprendió tremendamente es la premonición de Calicles hacia Sócrates y la respuesta de éste al decir que no le extrañaría. El mismo filósofo Erasmo de Rotterdam en su ensayo ''El elogio de la locura'' decía que la sabiduría llevó a Sócrates irremediablemente hacia su fatal destino. 

Este diálogo en general fue mucho más agresivo que ''Ion'' pero ésta vez, es una agresividad por parte de los dialogantes. Polo que por su parte se sentía ofendido por dejar en contradicción a su maestro Gorgias y Calicles quien se cansó de discutir con Sócrates porque también lo había puesto en constate contradicción. Aún me quedan dudas sobre las personas que cometen injusticias y reciben injusticias; Sócrates lo explicó muy bien pero aún faltarían cosas que agregar a eso. Un libro muy interesante por cierto.