viernes, 15 de febrero de 2019

Santo Tomás de Aquino - Quaestiones Disputatae de Veritas (Cuestiones disputadas de la verdad) (Parte X: ¿Existe la falsedad?) (1256)

Numerosas veces hemos hablado de la verdad y es que es un tema tan interesante y curioso; saber dónde está la verdad es algo que siempre buscamos aun sin tener conocimientos previos. Sin embargo, la falsedad no puede estar considerada como algo a desestimar, pues la falsedad tiene su relación con lo verdadero en algún sentido. Es por esto que Santo Tomás de Aquino no es indiferente al concepto de falsedad y lo aborda de la manera más extensa posible. 


QUAESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE



¿Existe la falsedad?


Dificultades

Por las siguientes razones pareciera que la falsedad no existe:


  1. De acuerdo a San Agustín ''La verdad es aquello que es'' por el contrario, lo falso es aquello que no es. 
  2. La verdad está relacionada con el ser, mientras que la falsedad no tiene la verdad por lo tanto es un ''no-ser''
  3. La verdad es la convergencia entre la cosa y la inteligencia divina. Como todo existe en el intelecto divino, y todo lo creado se hace en él, entonces lo falso no podría existir.  
  4. Todas las cosas poseen verdad desde sus formas. Sin embargo, nada hay que no tenga forma, por lo tanto, lo falso no existe. 
  5. El bien y el mal son relacionados con el ser y el no-ser respectivamente. Sin embargo, el mal puede verse presente en las cosas. Por lo tanto, pareciera ser que el mal puede verse o presentarse en lo bueno, pero esto es imposible porque la misma cosa donde se presente debería ser verdadera y falsa al mismo tiempo.
  6. Agustín decía que si una cosa es falsa esta debería ser similar a algo o disimilar. Si es disimilar entonces ninguna cosa puede ser falsa porque sería algo único. Si es similar entonces estaría mezclado con las cosas verdaderas lo cual es imposible, 

Todas estas ideas y reflexiones se hicieron sobre las ideas de San Agustín de Hipona

Sed contra (Por el contrario)

Sin embargo, tenemos las siguientes ideas en contra de las proposiciones expuestas anteriormente:

  1. San Agustín dice: ''La falsedad es aquello que no se asemeja con la verdad; las criaturas no se asemejan; por lo tanto, las criaturas son falsas''.
  2. San Agustín también dice: ''Todo cuerpo es verdadero en una falsedad unida. Un cuerpo es falso porque imita dicha unidad, aunque no la sea. Como todas las criaturas imitan la verdad, entonces esencialmente las criaturas no son verdaderas''. 
  3. El bien, la verdad y la existencia son intercambiables con el ser. Sin embargo, en la falsedad no puede darse de esta forma; por lo tanto, la falsedad tendría una independencia respecto a la verdad. 
  4. San Anselmo de Canterbury dice: ''Aquello que es verdadero es eso que cumple su propósito; mientras que lo que es falso no cumple con su propósito''. En este sentido, la falsedad no estaría privada de existencia. 

Ahora veamos lo que responde Santo Tomás de Aquino con respecto a las dos ideas presentadas. 

Respondeo (Respuestas)

Así como la verdad es la correspondencia entre la cosa y el intelecto, la falsedad consistirá en una desigualdad entre ellos. Por lo demás, es cierto que en el intelecto divino todo es verdadero y nada es falso, ya que la concordancia entre la cosa y el intelecto es pura. 

Sin embargo, la falsedad sí se presenta en el intelecto humano, aquel intelecto que no puede unir muchas veces la cosa con el intelecto. De este modo, en el intelecto divino nada puede ser falso y no puede ser afectado por el engaño, mientras que en el intelecto humano sí existen las cosas falsas. 

En cuanto a la verdad y a las formas, puede ser que el intelecto humano se vea engañado en sí mismo por las formas, pues a través de una impresión exterior el ser humano intenta comprenderlas. 


Conclusión

Las intrigas de la falsedad han quedado claras con el concepto de un intelecto divino y otro humano, tal y como Aristóteles lo habría hecho con el intelecto en acto y el intelecto en potencia. Me parece que esta apropiación del aquinate hace que todo sea más fácil de describir. Es como una ventana que logra integrar todo de una manera más simple, o al menos más simple que sus predecesores quienes, sin quitar mérito alguno, no lograron explicar con mejor exactitud lo que Santo Tomás no explicó aquí. 

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