lunes, 25 de febrero de 2019

Santo Tomás de Aquino - El Maestro

Seguimos con las cuestiones disputadas de la verdad en las lecturas de Santo Tomás de Aquino. Esta vez lo veremos desde el rol del ''Maestro'', importantísimo porque hasta el mismo San Agustín de Hipona hablaba sobre el rol del maestro tanto en la liturgia como en la educación. Recordemos también la implicancia que el maestro tiene en la recepción del conocimiento (epistemología), sea este desde un hombre o desde un precepto divino. Veamos lo que nos trae esta vez Santo Tomás de Aquino

EL MAESTRO

¿Puede un hombre o solo Dios enseñar y ser llamado maestro?

Pese a todas las cosas dichas por Avicena o Averroes, el conocimiento nos viene de tres formas distintas: 

  1. Formas de existencia
  2. Adquisición de virtudes
  3. Adquisición de conocimientos científicos 


Para Santo Tomás de Aquino la mejor respuesta la da Aristóteles con los conceptos de potencia y acto. Todas las formas están en el hombre en potencia a través de la gracia de Dios y no solamente por el primer agente. Esta potencia existe dos formas; completa, como cuando el hombre se cura de una enfermedad; incompleta, como cuando está en el proceso de recuperarse. 

Por lo tanto, el conocimiento está en el hombre de manera potencial, pero para que el conocimiento se vuelva en acto, Dios tiene que intervenir en ese proceso. Solo en ese sentido el hombre podrá obtener el conocimiento. 

¿Puede uno ser su propio maestro?

En cierto sentido, uno puede decir que puede ser causa de su propio conocimiento, pero no maestro del mismo. Como solo Dios puede dar la luz para que el hombre adquiera conocimiento, entonces el hombre no puede ser llamado su propio maestro. 

¿Puede un hombre ser enseñado por un ángel?

Un ángel puede influenciar de dos maneras a un hombre:

  • A través de una forma sensible
  • A través de una forma invisible

Realmente es Dios quien concede el conocimiento absoluto en el hombre, pero los ángeles también pueden conceder un conocimiento aunque menor que Dios y más grande que el hombre. Por lo tanto, el ángel es capaz de conceder tanto conocimientos como imágenes sensibles al hombre. 

¿Es la enseñanza una actividad de la vida contemplativa o de la vida activa?

Recordemos que Aristóteles decía que la vida contemplativa era aquella vida tranquila y de estudio que acostumbraban los filósofos, mientras que la vida activa era una vida con movimiento, en otras palabras, una vida política. 

Enseñar pertenece a la vida contemplativa y es solamente una parte de la vida activa. Esto se debe a que indirectamente la enseñanza es parte del movimiento de la vida del hombre. Por lo tanto, es en su mayoría contemplativa, y en una pequeña parte activa. 


Conclusión


Este breve tratado de Santo Tomás de Aquino nos habla de la importantísima tarea del filósofo, pero también nos habla de su epistemología. A pesar de ser aristotélico, Santo Tomás acepta que hay un conocimiento potencial en el ser humano, por lo que podemos pensar que tiene algo de platónico. El rol del filósofo es justamente el de Maestro, el de enseñar e instruir a las futuras generaciones. 

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