viernes, 8 de febrero de 2019

Santo Tomás de Aquino - Quaestiones Disputatae de Veritas (Cuestiones disputadas de la verdad) (Parte V: ¿Hay otra verdad aparte de la verdad eterna?) (1256)

Nos quedó claro en la entrada anterior que la verdad única existe y está en el intelecto divino. Sin embargo, Santo Tomás de Aquino nos dice que hay una verdad en el intelecto humano. ¿Será entonces que existen dos tipos de verdad? Pero si una es verdad ¿cómo es que la otra también lo es? Estas cosas se verán en la quinta parte de estas largas cuestiones disputadas escritas por el Aquinate, donde ya hemos visto la suma importancia y crítica a sus predecesores cristianos.

Referencias:

(1) Una idea también similar a la de San Agustín de Hipona quien establecía que la verdad es algo indestructible que siempre existe. 
(2) Esta sería la solución a la tesis averroista de que el mundo es eterno. Al separar las cosas de la verdad (la cual es eterna), el mundo tendría un segundo lugar con respecto a la verdad. 

QUAESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE


¿Hay otra verdad aparte de la verdad eterna?


Dificultades

Santo Tomás comienza las dificultades con una cita de San Anselmo de Canterbury:


''La verdad no tiene principio ni fin''

Sin embargo, en la realidad vemos que las cosas no son así, es decir, algunas cosas suelen ser verdad por un tiempo y después se destruyen, aunque también existen algunas que duran eternamente. 

Por otro lado, si decimos que una verdad se destruye, eso también encierra una verdad por sobre otra verdad. Para que una generación y una destrucción sean verdaderas deben tener como base la verdad(1).

De hecho, si dijéramos que la verdad pasa del ser al no-ser lo que haría desaparecer la verdad. Sin embargo, cuando la verdad no existe, sería verdad que no existiría. 

Todo lo que es no-existente es eterno y lo que es concebido como ''no capaz de existir'' también es no-existente. Sin embargo, la proposición de la verdad no puede ser no-existente, ya que el intelecto no puede entender algo a menos que sea verdadero. Por lo tanto, la verdad en una proposición sería eterna. 

Así, también podríamos decir que la proposición de una verdad existió antes del mundo e incluso antes de Dios. Por ejemplo, decir ''el mundo no existía'' sería una verdad eterna pues la no existencia también se puede predicar.

Sin embargo, se había dicho que las cosas no eran verdaderas hasta que existiera el intelecto divino (o humano). Las cosas son verdaderas hasta que son conocidas por el intelecto, pero de ese modo también podríamos decir que las cosas existían por sí mismas como dice la biblia:


''Todas las cosas fueron conocidas por Dios antes de que ellas fueran creadas, por lo tanto, antes que fueran perfectas Dios ya las había visto''
(Sirach 23:29)

Esto demuestra que ya antes de que las cosas fueran creadas Dios ya tenía conocimiento de ellas. Ahí se expresa que las cosas por sí mismas, sin la necesidad del intelecto, pueden ser eternas también. 

Sed contra (al contrario)

Primero tenemos que ninguna criatura es eterna excepto la primera que no es creada. Así tendríamos que decir que la primer verdad es eterna (Dios).

El ser y la verdad son intercambiables, pero sólamente un ser es eterno, por lo tanto una sola verdad es eterna. 

Respondeo (Respuesta)

Nuestro intelecto puede estar conforme con cosas que no existen ahora, pero pueden existir en el futuro. De otra manera, no sería posible decir ''el Anti-cristo nacerá'', es decir, esta proposición es verdad a causa de que está en el entendimiento a pesar de que aún no exista. De la misma manera el intelecto divino está en conexión con las cosas que aún no existen pero que serán creadas en el tiempo.

De este modo, las cosas que se dicen que existen en el tiempo, también pueden decirse que son creadas en la eternidad porque son creadas desde la verdad eterna (Dios). 

En Dios, la verdad no puede ser variada, es decir, no hay multitud de verdades en él. En nuestro intelecto si las hay, pues todo lo debemos analizar parte por parte; por ejemplo, si Sócrates va corriendo debemos analizar el pasado, el presente y el futuro de dicha acción. Dios, como conocedor absoluto, no puede dividir su conocimiento de Sócrates ni de correr, ni del tiempo en que corre. Todo es junto en una gran comprensión, pues lo simple no puede dividirse y Dios sería simple.

Respuestas a dificultades

San Anselmo nos decía que la verdad no tiene comienzo ni fin porque no se sitúa en el tiempo. Por otro lado en la mente tenemos dos cosas: la cosa en sí misma y su privación y negación, pero ninguna de estas están relacionadas con la verdad porque no tienen relación con el intelecto. 

La cosa existente es capaz de conformar nuestro intelecto porque su forma es recibida en el alma; sin embargo, aquello que no existe sólo puede estar en nuestro intelecto al modo de una especie de noción. Toda cosa que existe tiene en su interior algo que permite ser conocida porque es verdadera, pero este no es el caso de lo que no-existe. 

Por lo tanto, en la siguiente frase ''es verdad que la verdad no existe'' la verdad significaría una realidad que solamente puede concebirse en el intelecto y no por sí misma, es decir, no existe por sí misma sino que en el intelecto. De este modo, entonces la verdad sería algo eterno que está en un intelecto eterno. 

Sin embargo, la verdad no puede ser tomada como algo inexistente, o quizás puede serlo de manera accidental; por ejemplo, cuando una criatura deja de existir. Por lo tanto, no podemos decir que las cosas son eternas porque comparten la verdad, pues la verdad es algo del intelecto y no de las cosas(2)

Que Dios existiera antes de la naturaleza es una cuestión obvia, pero se debe tener cuidado con relacionar la cosa conocida con el conocimiento. Por supuesto, en un orden lógico primero tenemos el conocimiento y luego la cosa conocida, pues si lo hiciéramos en el orden invertido, tendríamos que decir que la cosa conocida (es decir, que no conoce) tiene relación con el conocimiento lo cual es un error. Es el conocimiento el que conoce a la cosa conocida. 

Así, sólo existiría una verdad entre todas y esa está en el intelecto divino.


Conclusión

Se sigue estableciendo y sosteniendo de que la verdad está en el intelecto divino. Se impone la verdad del intelecto divino que es la verdad de Dios y no la del intelecto humano. De hecho, en un segundo pensamiento se puede decir que el intelecto humano es creación del intelecto humano y así existiría una verdad. De esta forma, también se deja de lado la tesis averroista, lo que hecha por la borda de un mundo eterno. 

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