Otra de las preguntas interesantes que propone Santo Tomás de Aquino en estas investigaciones sobre la verdad. ¿Existe solamente una verdad por la cual todas las demás cosas son verdaderas? Por supuesto, esta no es una pregunta exclusiva de Santo Tomás sino que más bien una pregunta que ha estado en al mente de todos los filósofos, y con distintas respuestas. Veamos lo que nos dice el gran Santo Tomás de Aquino en estas cuestiones disputadas.
Referencias:
(1) Cuando se dice que algo es increado se dice al mismo tiempo que es eterno.
Referencias:
(1) Cuando se dice que algo es increado se dice al mismo tiempo que es eterno.
QUAESTIONES DISPUTATAE DE VERITATE
¿Existe una sola verdad por la cual todas las demás cosas son verdaderas?
Dificultades
Esto puede tener un parecer confuso, pues si la verdad es como dice San Agustín de Hipona: ''La verdad es aquello que es'', entonces habrían muchas verdades como seres. Es es el primer problema a enfrentar junto con el de San Anselmo de Canterbury quien explicaba ''la verdad'' de la siguiente manera:
- Si es que hay muchas verdades como seres verdaderos, entonces la verdad debería cambiar así como cambian los seres verdaderos. Pero la verdad no cambia con el cambiar de las cosas porque incluso aunque la cosas sean destruidas, la verdad y la rectitud aún quedan vivas. Por lo tanto, solamente hay una verdad.
¿Cuál sería la verdad de un hombre? la verdad de un hombre no es un hombre; tampoco serían sus huesos o sus carnes. Todas las cosas creadas son verdaderas y también las cosas no-creadas son verdaderas. Por lo tanto, bien podríamos decir que la verdad es increada(1).
Por otro lado, San Agustín dijo:
''Dios es más grande que la mente humana''
Por lo tanto, la verdad también debería ser más grande que la mente humana. Si fuera de otra manera, entonces la mente podría tener control sobre la verdad y modificar las cosas lo cual es absurdo. La mente juzga de acuerdo a la verdad y no de acuerdo a las cosas. La mente tampoco debe ser igualada con la verdad. De ahí que Dios mismo en sí mismo sea la verdad.
San Agustín también dice que la verdad al estar con Dios, no puede estar en los cuerpos. Como Dios es increado entonces la verdad está en las cosas increadas y permanentes (características de Dios).
Otra prueba que Agustín postula es la siguiente:
Otra prueba que Agustín postula es la siguiente:
''No hay cosa sensible que no tenga similitud con lo falso y como resultado no pueden ser distinguidos. Por ejemplo, todo lo que sentimos es a través del cuerpo. Incluso cuando los objetos no están presentes a los sentidos, nosotros podemos experimentar su presencia, como cuando estamos dormidos o delirantes''
Debido a esto, la verdad solo estaría en las cosas que no son creadas.
Sed contra (Por el contrario)
San Agustín de Hipona también decía lo siguiente:
''La igualdad es la forma de las cosas, entonces la verdad es la forma de las cosas''
Pero muchas cosas tienen igualdad, por lo tanto muchas cosas son verdaderas, de acuerdo a San Agustín de Hipona. Como todas las cosas creadas derivan de las cosas increadas y por lo tanto la verdad sería aquel poder de hacer las cosas cognoscibles.
Así, tampoco puede existir solo una ''conformidad entre la cosa y la verdad'' porque como la verdad es diversa muchas verdades existirían.
Respondeo (Respuesta)
En nuestra discusión anterior de este tratado habíamos dicho que la verdad se situaba en el intelecto divino y humano, éste último correspondiendo con las cosas de la realidad. Así, una cosa puede decirse verdadera cuando está absolutamente relacionada con el intelecto divino; aunque con el intelecto humano también puede ser verdad pero relativamente, es decir, siempre y cuando coincidan con el intelecto divino.
Por lo tanto, existe una verdad para muchas cosas, así como también existen verdades para cosas verdaderas.
Respuesta a las dificultades
De todo esto podemos decir que la verdad del intelecto humano que se une con las cosas, es una verdad que cambia y se destruye. Sin embargo, la verdad del intelecto divino es indestructible y permanece como una.
La verdad por la cual los hombres pueden juzgar algo verdadero es la primera verdad. Sin embargo, el intelecto divino sería la verdad de los primeros principios verdaderos, los principios de los cuales todos se dirigen.
Todas las criaturas tienen similitud con lo falso, mientras la verdad no tiene similitud con las criaturas. No obstante, todas las criaturas son formadas por la verdad divina.
Más dificultades
Tanto las cosas como el intelecto humano deben estar acorde al intelecto divino que representa la única verdad. Santo Tomás pone el ejemplo de los colores y la luz, los colores son la especie y la luz el género.Respondeo (Respuesta)
En nuestra discusión anterior de este tratado habíamos dicho que la verdad se situaba en el intelecto divino y humano, éste último correspondiendo con las cosas de la realidad. Así, una cosa puede decirse verdadera cuando está absolutamente relacionada con el intelecto divino; aunque con el intelecto humano también puede ser verdad pero relativamente, es decir, siempre y cuando coincidan con el intelecto divino.
Por lo tanto, existe una verdad para muchas cosas, así como también existen verdades para cosas verdaderas.
Respuesta a las dificultades
De todo esto podemos decir que la verdad del intelecto humano que se une con las cosas, es una verdad que cambia y se destruye. Sin embargo, la verdad del intelecto divino es indestructible y permanece como una.
La verdad por la cual los hombres pueden juzgar algo verdadero es la primera verdad. Sin embargo, el intelecto divino sería la verdad de los primeros principios verdaderos, los principios de los cuales todos se dirigen.
Todas las criaturas tienen similitud con lo falso, mientras la verdad no tiene similitud con las criaturas. No obstante, todas las criaturas son formadas por la verdad divina.
Más dificultades
Conclusión
Tenemos una interpretación tanto de San Agustín de Hipona y San Anselmo de Canterbury las cuales, a opinión de cualquiera, podría ser una sobre interpretación. De todos modos, es increíble ver que la demostración de la única verdad está en el intelecto divino, tal como Aristóteles relaciona el género con la especie en sus categorías. Sin embargo, sin tener la explicación del intelecto divino sería mucho más difícil explicar la verdad.
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