martes, 13 de octubre de 2020

Economía en la antigua Grecia




Problemas económicos aquejan a nuestro mundo actual. La economía es un concepto clave en toda nación y es por eso que su importancia es capital en la vida común y privada ¿cómo era la economía de la antigua Grecia? la verdad es que muy diferente a lo que podemos pensar hoy. Es probable que nos encontremos con más de una sorpresa. ¿Podremos sacar algún aprendizaje de la economía griega? tal vez, aunque últimamente hemos visto lo difícil que ha sido para el país actualmente afirmarse económicamente. Veamos como fueron hace más de dos mil años. 

Vocabulario:

(1) Medimnos: unidad de volumen de áridos cuyo valor era diferente en cada ciudad griega



ECONOMÍA DE LA ANTIGUA GRECIA

Economía ateniense

Existe una discusión en cuanto a la manera en que se entendía la economía en la antigua Grecia. Tenemos dos visiones:

Primitivista: el hombre satisface sus necesidades directamente de la naturaleza

Sustantivista: intercambio con el medio ambiente natural y social, con el objetivo de alcanzar una satisfacción material


Existe una controversia en cuando a los tipos de economía en la antigua Grecia, pero la mayoría dice, atendiendo al sentido común, que primero fue primitivista y luego sustantivista. 

Desde esta perspectiva, cuando hablamos de la economía de la antigua Grecia, más bien debemos hablar de economía ateniense, ya que no se conoce con detalles la economía de las otras ciudades griegas. 

Sin embargo, hay evidencia de un fuerte sustantivismo por algunas razones: los filósofos condenaban el intercambio y el comercio llevado a cabo por comerciantes profesionales, que compartían con las clases dominantes. Para más información puede consultarse nuestra entrada sobre La Banca en la Antigua Grecia.

Agricultura

Demóstenes decía que los atenienses importaban 400.000 medimnos(1) de grano desde el Mar Negro y otra cantidad similar al resto del mundo. No obstante, es probable que estas cifras no sean tan verosímiles, aunque las cifras de los precios diarios de los productos que daba Aristófanes se consideran muy precisas.

En Atenas no había mucha innovación en cuanto a la tecnología, siendo la agricultura y la milicia las áreas donde había mayor auge de preocupación. Esta falta de innovación seguramente se debió a que estos no quisieron dejar el sistema de esclavitud que era mucho más efectivo y lucrativo. 

En el siglo V, Atenas no tuvo mayor desarrollo económico debido a las batallas que tuvo que enfrentar y a la reducción de su población. Ahora, ya en el siglo III el consumo se acrecentó el doble con respecto al año 800 en adelante. En efecto, en el siglo III se mejoraron las técnicas de cultivo, lo que se tradujo a su vez en un incremento de esclavos y la reclamación de tierra improductiva. 
Mercado
Monedas e impuesto

La Antigua Grecia tenía un mercado muy desarrollado en cuanto a la agricultura y los productos manufacturados. No obstante, a mediados del siglo V se comenzó a utilizar la moneda de plata, que en su mayoría eran realizadas para transacciones que comprendían e involucraban grandes autoridades de Estado. 

El agora ateniense, el mercado de Atenas, era visitado tanto por pobres como por ricos, ciudadanos y no ciudadanos. Los metecos, ciudadanos de la antigua Grecia que no tenían derechos, podían comerciar en el agora pero tenían que pagar metoikion (tipo de impuesto), mientras que los extranjeros debían pagar xenia (otro impuesto).

El mercado de esclavos todavía era fundamental en la antigua Grecia y eso lo podemos saber de Teofrasto y Jenofonte, quienes describieron hechos cotidianos donde los esclavos tenían los más diversos usos. Por ejemplo, muchas autoridades ocupaban esclavas mientras no estaban con sus parejas. 

Autoridades de mercado

También existían oficiales que fiscalizaban la calidad de los productos, estos eran llamados agronomoi. También existían los metronomoi que controlaban el peso de los productos; los dokimastai, quienes veían el metal de cada moneda y finalmente los inspectores de grano llamados sithophilakes, quienes controlaban el precio del grano y del pan. Por lo tanto, sobre los granos sí existía un control de precios, pero no respecto de los otros productos. 

Precios

Antes de ver los precios veamos las monedas que eran parte de la antigua Grecia. 

1 talento: 60 minas
1 mina: 100 dracmas
1 dracma: 6 óbolos 
1 óbolo: 8 calcos

Debe tomarse en cuenta que tanto el talento como la mina nunca se acuñaron sino que solamente eran medidas de peso. 


Los precios del trigo variaban enormemente dentro de un año. Sin embargo, en su mayoría siempre estaban entre los seis dracmas, mientras que lo más costoso eran nueve; la cebada comprendía los 5 dracmas; el pan un óbolo; los olivos dos talentos; la miel costaba tres ébolos; los vinos entre 2 y 4 dracmas: el pescado de 4 a 8 óbolos. 

En cuanto a otros productos no comestibles tenemos la ropa que costaba 20 dracmas; ropa para el esclavo entre 10 dracmas y tres óbolos; los zapatos 8 dracmas.

Una casa costaba entre 300 y 5000 dracmas y la propiedad rural para tener por ejemplo, una granja, comprendía desde 600 a 15.000 dracmas.

Como dato anecdótico, la casa de Aristófanes costó 5 talentos (6000 dracmas) que comprendía 7 hectáreas, mientras que la casa de Demóstenes 30 minas.

Salarios

Por supuesto, todo dependía de la naturaleza del trabajo. Así, en el sector público lo salarios eran los siguientes. 

Asamblea

403 a .C.: 1 óbolo por sesión
392 a. C.: 3 óbolos
330 a. C.: 1 dracma

Concejo:

40 a. C: 5 óbolos

Cortes:

450 a. C.: 2 óbolos por sesión
420 a. C.: 3 óbolos por sesión

Templos:

408 a. C. - 302 a. C.: 1 dracma y medio

Milicia:

408 a. C. - 328 a. C.: 2 dracmas por día (soldado hoplita)

El total de costos en los países de Europa eran direccionados sobre todo al trigo. 

Impuestos

478 a. C.: 460 talentos
453 a. C.: 370 talentos
431 a. C.: 600 talentos
425 a. C.: 776 talentos
405 a. C. - 378 a. C.: se abolió el impuesto
377 a. C. - 57 d. C.: 200 - 350 talentos a contribuciones de guerra
357 a. C. - 38 d. C.: 46 - 60 talentos a contribuciones de guerra
343 a. C.: 60 talentos al año

Tasas de interés:

1.600 dracmas: 25 % de interés
6.000 dracmas: 12 % de interés
1.600 dracmas: 16% de interés
4.000 dracmas: 18% de interés
3.000 dracmas: 18% de interés
4.500 dracmas: 12% de interés


Estos son los datos aproximados de cómo funcionaba el mercado ateniense. Obviamente, muchas de estas cifrase pueden ser inexactas. aunque se debe recalcar que son sacadas de los libros de filósofos y escritores de aquella época. 

Ciencia económica

Jenofonte

En los trabajos de Jenofonte se encuentra su ''oikonomos'' que significa economía en griego. Su etimología sería la sigueinte ''oiko'' significa ''casa'' y ''nomos'' significa ''ley''. Como adjetivos ''oikonomos'' (o economía) quiere decir ''ley de la casa'' o ''administración de las cosas de la casa''. 

En su libro se retrata un diálogo entre Sócrates y Critóbulo. Sócrates nos dice que los bienes tienen un valor de uso y un valor de cambio. Una flauta no tiene un valor de uso para aquella persona que no tiene la habilidad para tocarla, pero sí tiene un valor de cambio para intercambiarla por monedas en el mercado. En este sentido, Sócrates entiende la riqueza como el bien y no como cosas materiales; por ejemplo, los amigos son en efecto riqueza. La propiedad se define en este libro como ''aquello que es útil para la vida''. También, Jenofonte, considera a la mujer como una administradora tan buena como el hombre, sobre todo en la economía del hogar. 

Por otro lado, Jenofonte creía firmemente que la plata podría ser mucho más útil que el oro, ya que este último fluctúa con mucha frecuencia en cuanto a su valor, mientras que la plata siempre se mantiene. También recomendaba que los esclavos podrían aumentar de 1.200 a 6.000 para que el Estado pueda recaudar más ingresos. 

Sócrates y Platón

Podemos ver en los diálogos de la República que una persona sola no puede bastarse a sí misma; tiene que vivir en comunidad para sobrevivir. Quien pueda satisfacerse a sí mismo sería Dios. Es ahí exactamente donde surge el mercado, es decir, surge con la comunidad, no con una sola persona. 

Esta unión en la ciudad debe entenderse bajo tres clases sociales:

  1. Artesanos o labradores: Los trabajadores correspondían a la parte de “apetito” del alma. 
  2. Guerreros o guardianesLos guerreros aventureros, fuertes, valientes y que formaban el “espíritu” del alma. 
  3. Gobernantes o filósofos: Aquellos que eran inteligentes, racionales, apropiados para tomar decisiones para la comunidad.

Estos hombres se dedicarán exclusivamente a su propia profesión, no pudiendo interferir entre ellos. El comercio que se dará en la república será el truque o el intercambio de productos. 

La propiedad será común en los libros de la República, pero luego Platón cambiará su opinión en su libro ''Las leyes'' diciendo que este tipo de propiedad no es realista. En efecto, Platón postulaba una propiedad común donde incluso los hijos y las parejas fueran comunes a todo. 

Sin embargo, si bien después se condena, Platón también hace énfasis en el acaparamiento de la moneda. En la filosofía platónica no es concebible que unos pocos se vuelvan ricos a costa de muchos, sobre todo cuando estos bienes no satisfacen las necesidades fundamentales. Naturalmente, aquellos que hacen mal uso de su fortuna son quienes la utilizan en bienes vanos y perecibles. Esto va en consonancia con la filosofía platónica, la cual postula que solo las cosas inteligibles son aquellas por las que vale la pena ser felices. 

Platón, ya en ese tiempo, entendía el aforismo económico actual que dice: ''los bienes son escasos y las necesidades infinitas''. En consecuencia, el gasto de productos innecesarios acercaría al hombre al mundo sensible y no al inteligible. 

Aristóteles

Aristóteles dice que la asociación de personas se da fundamentalmente por el intercambio. Acuerda con Platón de que el hombre necesita asociarse, pero que lo que lo une con otro hombre es el intercambio. En este sentido, de Aristóteles se puede inferir que no es lo importante la producción de dicho bien, sino que es el bien en sí mismo lo que importa. 

Por supuesto, Aristóteles acentúa la importancia del dinero como medio de intercambio, pero no toma importancia al concepto de acuñación. Solo cobra importancia en cuanto al intercambio. 

Un contraste con Platón es claro. Para Aristóteles la relación entre las personas es mucho más importante es mucho mejor que la ''necesariedad de bienes'' postulada por Platón. Esto parece natural ya que ni siquiera los bienes naturales podrían ser fundamentales si no hay intercambio. 

Finalmente, Aristóteles no adhiere a la propiedad común postulada por Platón la cual solo llevaría a un desorden sin precedentes. Más allá de un planteamiento teórico, Aristóteles defiende su concepto de propiedad desde la práctica. En base a la observación del hombre en sociedad, no es difícil para el filósofo establecer que la propiedad privada es lo mejor que puede tocar al hombre, pues el hombre obedece a su propia naturaleza de dominación, aunque se debe resaltar que Aristóteles también concluía que existían hombres para el mando y otros para la obediencia. El modo en que el hombre adquiere las cosas llevó a Aristóteles a pensar que esta acción emprendida es algo natural en el hombre, es parte de la naturaleza de administración doméstica que lo lleva a procurarse aquello que es indispensable para la vida. Desde el punto de vista del placer, cuando el hombre debe considerar algo como propio lo cuida aún más que aquello que es considerado común.



Conclusión

Como conclusión podemos señalar que la economía de la antigua Grecia se sustenta por las dos grandes teorías de los filósofos Platón y Aristóteles. Muchos de los aspectos generales de estas teorías serán consideradas por los filósofos de la economía. Un ejemplo de ello es el mismo Adam Smith quien estaría de acuerdo con Aristóteles con respecto a la propiedad privada y el intercambio, mientras que con Platón estarán más de acuerdo aquellas corrientes socialistas. 

viernes, 9 de octubre de 2020

Teoría de la pena por los filósofos


Teoría de la pena

Significado

¿Qué es la pena? al menos tenemos dos acepciones de esta:

  • Sentimiento grande de tristeza
  • Cargo impuesto conforme a la ley por los jueces o tribunales a los responsables de un delito o falta

Para efectos de esta entrada, nosotros consideraremos la pena en su segunda acepción, es decir, en su terminología legal. 

Etimología

La etimología de la palabra ''pena'' tiene diversas acepciones. Por lo pronto diremos que tiene una griega y otra latina:

  • Griega: ποινή /poiné/ cuyo significado es ''multa, castigo, pena, compensación''.

En primer lugar, la primera acepción que tenemos de este término es que su traducción puede significar ''multa'', que era aquella pagada por el asesino a los parientes del muerto. También podemos encontrar la derivación de la palabra Pena en la mitología griega, ya que Poiné era el espíritu del castigo y asistente de Némesis que era la diosa de la justicia retributiva.  

Vamos con la etimología latina:

  • Latín: poena cuyo significado es ''castigo''

Como podemos ver, la palabra poena proviene de ποινή por lo que en su origen es una palabra griega. 


Ley del Talión y filósofos griegos

Ley del Talión

Es el principio más tradicional que existe en referencia a la pena. ''Talión'' significa semejante y por lo tanto, esta ley se comprendía en el hecho de devolver aquel daño que se ha inferido. Por lo tanto, existe un principio de reciprocidad donde la pena debe ser exactamente la misma; es decir, como dice el pasaje bíblico: ojo por ojo, diente por diente. 

Anaximandro de Mileto

El filósofo Anaximandro de Mileto decía que todos los seres deben pagar unos a los otros la pena de su injusticia. De algún modo, Anaximandro se aleja de la ley del Talión, diciendo que la pena tiene una injusticia propia, no una que necesariamente se asemeje al daño causado.

Platón

El concepto de pena en Platón podemos verlo en el diálogo Gorgias donde se habla de que es peor cometer injusticia que sufrirla. Quien comete la injusticia es quien debe sufrir la pena, y esto no necesariamente se entiende como mal sino que al contrario, se entiende como un bien. Lo que se busca es que el que cometió injusticia no la vuelva a ocasionar. En otras palabras, si se le castiga justamente se le libera del mal.

En consecuencia, para Platón la pena es una purificación del alma tal y como habíamos visto en la teoría de la expiación del alma. 

Aristóteles

Podríamos decir que la ley del Talión es la primera ley que imponía una pena; ojo por ojo, diente por diente. Esta ley puede ser entendida perfectamente, pero Aristóteles no estaba en absoluto de acuerdo con ella. 

Para Aristóteles, el fin de la pena consiste en restablecer la proporción que da coherencia a la justicia. En otras palabras, no se debe restablecer el conflicto con la misma pena inferida, sino que a través de la justicia que imponga un juez por medio de la pena. El juez debe intentar remediar esta desigualdad por medio de la pena. 

Filósofos romanos

Plotino

Como el filósofo romano creía en las hipóstasis (alma, inteligencia y Uno) cada vez que una persona se alejaba más de la divinidad, o sea, del Uno, entonces pagaba con pena por esa desviación. Recordemos que Plotino, al igual que Platón, creía que el mundo sensible era la perdición del alma mientras que la inteligencia y el Uno serían su salvación. 

Del mismo modo que Plotino, San Agustín pensaba exactamente lo mismo. Esto seguramente porque ambos coincidían en sus miradas platonistas. 

Filósofos medievales

Santo Tomás de Aquino

El aquinate nos decía que todo aquel que peca, peca contra un orden establecido en el mundo. Cuando ese orden es quebrantado, entonces dicha persona debe pagar con pena por ese quebrantamiento. 

En su libro llamado ''De lo malo'', Santo Tomás de Aquino dice que lo malo es la privación del bien. Como la pena es algo malo en cuanto a quien la padece, entonces se entiende que también es una privación. En efecto, la pena priva de la libertad, priva del bienestar físico o priva de un hábito específico. 

Santo Tomás acepta la pena de muerte diciendo que, si bien el mandamiento dice ''No matarás'', los jueces sí pueden hacerlo porque toda ley es mandato de Dios. En efecto, dice en el Deuteronomio 32:39

''Yo doy la muerte y doy la vida''

Lo que es lícito a Dios es lícito para sus ministros cuando actúan comandados por él. En efecto, esto podemos verlo en el siguiente versículo de los Salmos:

''Dios está en la reunión de los dioses; en medio de los dioses juzga''

Cuando se habla de dioses también se habla de humanos y sobre todo de aquellos humanos que tienen poder sobre otros; en este caso, los jueces. De hecho, en el Talmud se lee este versículo de la siguiente manera: ''En medio de los jueces juzgará''.

Otro de los versículos que el aquinate usa para justificar la pena de muerte se encuentra en Romanos 6:23

''El salario del pecado es la muerte''


En consecuencia, Santo Tomás de Aquino justificaba la pena de muerte mediante estos pasajes bíblicos.


Conclusión

Teniendo en cuenta todas estas teorías, es posible tener un entendimiento de lo que ocurrirá luego con estas. En efecto, falta ver a algunos autores como Cesare Beccaria y Lombrosso quienes formalizarán estas teorías sobre la pena. Con el tiempo desarrollaremos todas las teorías porque, en efecto, tenemos que seguir avanzando de manera cronológica en la historia de la filosofía. 

miércoles, 7 de octubre de 2020

Teoría de la expiación


Teoría de la expiación

¿Qué es la expiación? en el DRAE se define de la siguiente manera:

''Borrar las culpas, purificarse de ellas por medio de algún sacrificio''

Platón la consideró como el medio para curar las enfermedades del alma, siendo el concepto clave la justicia, es decir, la justicia libera tanto de la intemperancia como de la misma injusticia. 

Antiguo Testamento

Sin embargo, mucho antes de Platón el Antiguo Testamento ya nos hablaba de la expiación, en hebreo, ''kippum''. En el judaísmo, la expiación es el proceso de causar una transgresión (pecar) para luego ser perdonado. 

De acuerdo con los rabinos, la forma de lograr la expiación es a través del arrepentimiento. El rabino Eliazar decía: ''arrepiéntete un día antes de tu muerte''. El arrepentimiento también debe ir unido a la confesión, la restitución, la tribulación, la experiencia cercana a la muerte y la ocurrencia del Yom Kippur (día de la expiación para los judíos). 

Nuevo Testamento

La expiación en el Nuevo Testamento se comprende en metáforas de sacrificio, chivo expiatorio y redención para representar el significado de la muerte de Cristo. El apóstol Pablo es la fuente principal de estas metáforas, pero estas también aparecen en otras fuentes. 

Teorías filosóficas

Teoría del rescate de la expiación

De acuerdo con el filósofo de la patrística Orígenes, la muerte de Cristo fue una salvación que fue ''pagada'' al diablo. En efecto, se dice que Adán y Eva entregaron la humanidad al diablo por medio de su pecado. Por lo tanto, se necesitó de que Dios devolviera el pago al diablo por medio de la muerte de Cristo. 

San Agustín de Hipona apoya la teoría del rescate diciendo que ''vino el redentor y el engañador fue vencido'', en cierto sentido, Cristo se sacrificó por todos nosotros para redimir a la humanidad; por lo tanto, Cristo nos rescató de esta deuda.

Teoría de la satisfacción 

Esta teoría fue creada por Anselmo de Canterbury, quien decía que Dios había sido defraudado por el pecado que habían cometido tanto Adán como Eva. La muerte de Cristo, último acto de obediencia, trajo a Dios el honor que se había transgredido. En otras palabras, él (Cristo) pagó el honor al Padre en vez de que la humanidad pagara ese costo. En palabras de Anselmo, Cristo satisfizo el honor que habíamos perdido con Adán y Eva. 

Para Santo Tomás de Aquino, la teoría es muy similar. Cristo pagó con su pasión y a cambió de eso mereció la salvación, no solo para él sino que para todos los miembros. Esa expiación fue darle a Dios más de lo que un hombre podía dar para compensar la ofensa. 

Teoría de la influencia moral

Esta teoría fue propagada por el gran pensador y filósofo Pedro Abelardo. La teoría básicamente sustenta que la muerte de Cristo se realizó por amor a Dios, una demostración que podía cambiar los corazones y las mentes de los pecadores, y que vuelvan a Dios. 

En consecuencia, Abelardo no acepta que Cristo se haya sacrificado para salvar a todos y pagar la deuda con el diablo, entendiendo así que el diablo es un oponente de Dios. Al mismo tiempo, objeta que se haya pagado una deuda de honor con Dios. 

¿Por qué? porque la teoría anterior implicaría pensar que Dios cambia de opinión una vez que Cristo se sacrifica por todos. En efecto, esto choca tremendamente con la idea de que Dios sea impasible y perfecto. 

Recordemos que Pedro Abelardo fue excomulgado por sus teorías de moral cristiana que se consideraron heréticas. Luego de un debate con Bernardo de Claraval todas sus obras serían censuradas.

El reformador antitrinitario, Fausto Socino, también adhirió a esta idea Pedro Abelardo diciendo que el sacrificio de Dios no cumplió ninguna satisfacción, sino que más bien dio un ejemplo de que ésa es la dedicación que se debe tener a Dios. 

Finalmente, en los tiempos posteriores, el pensamiento reformista toma las ideas de la influencia moral y las hace suyas. Es decir, en el sentido religioso, la teoría de la influencia moral los reformistas se quedaron con dicha teoría.

Conclusión

Claramente la teoría del rescate parece una idea maniquea donde a Dios se le opone un rival. La doctrina de Abelardo es sensata en el sentido de que calza con la idea de que Dios es impasible, que no tiene rival y que nada se le opone. Contra un ser perfecto no habría oposición ni siquiera por un ser que sea inferior, no existe. Por lo tanto, desde un punto de vista objetivo, estará bien considerar la muerte de Cristo como amor a Dios, o como un ejemplo de dedicación a Dios. 

martes, 6 de octubre de 2020

Santo Tomás de Aquino y el mal


Santo Tomás de Aquino y el mal

Anteriormente en el blog vimos la obra de Santo Tomás de Aquino, sobre todo aquellas que tienen que ver con las ''Cuestiones Disputadas'', uno de sus textos más importantes. Sin embargo, nunca vimos la importantísima concepción que tenía Santo Tomás con respecto al mal, de hecho, nos saltamos esa parte. 

Es por eso que ahora vamos a resolver el asunto pendiente analizando esta pequeña parte de las Cuestiones Disputadas: el mal. 

Artículo 1º: ¿Es algo el mal?

Si el mal es algo

Todo lo creado es algo y el mal es creado, entonces es algo. Por lo demás, todos los contrarios son algo, si lo malo es contrario de lo bueno entonces definitivamente es algo. 

Sin embargo, cuando pensamos el mal en abstracto entonces no sería un contrario sino que una privación. Por otro lado, si es tomado lo malo en concreto, entonces ahí hablamos de algo. También puede decirse que lo malo, en efecto, tiene un fin. Pensemos en la corrupción, esta siempre tiene un fin y es contrario a lo bueno.

Recordemos que todo esto es contrario a lo que diría San Agustín de Hipona, quien decía que el mal no es algo. El mal no pertenece a ninguna naturaleza. De hecho, el santo de Hipona dice que el hombre cuando peca no hace nada

Santo Tomás responde

En cierto sentido, dice Santo Tomás, esto es cierto porque si lo bueno tiene un fin y es apetecible, entonces el mal es todo lo contrario, es decir, no tiene un fin y no es apetecible. Como no tiene fin ni apetecibilidad, entonces sería difícil hablar de que el mal fuera algo. 

Lo malo es algo aquello a lo que acaece ser malo, por ejemplo, el ser ciego no es algo, sino algo a lo que acaece ser ciego. 

Bajo este respecto, hay dos cosas de como entender aquello que es malo:

Absolutamente: lo malo en sí
Relativamente: lo malo respecto de algo

Cuando lo malo es absoluto, entonces es ahí donde no se contradice con lo bueno, pues no sería nada en sí. Lo malo es relativo cuando puede suprimir algo de lo bueno, por ejemplo, cuando se dice que el castigo en sí es malo, pero es bueno en cuanto corrección. Por lo tanto, el mal sería relativo pues el castigo tiene un buen propósito. 

Donde lo malo sí puede ser contrario a lo bueno y además tener una especie de sustancia es cuando se habla de la moral. ¿Por qué? porque la moral depende de la voluntad de hacer el bien o el mal. Sin embargo, recordemos que esta denominación de bueno y malo es solo nominal y no representa exactamente la naturaleza del mal en cuanto a algo. Podríamos considerarlo solo una referencia al mal.

El no-ser nunca es apetecido, a menos que este esté unido a algo que contenga bien. La excepción es cuando el ser se conserva con un no-ser; por ejemplo, cuando la oveja escapa del lobo, es decir, quiere la ausencia del lobo para no ser comida. El no-ser siempre es rehuido mientras que es el ser, y su conservación, lo que siempre se procura. 

Como conclusión, Santo Tomás de Aquino nos dice que el mal es privación y no algo real. Lo malo sería ente de razón, pero no es una cosa porque en el intelecto es algo pero no en la cosa. No obstante, al mismo tiempo, sería bueno porque si se piensa con la razón es entendido y por lo tanto, es bueno (que algo sea entendido). 

Lo malo no tiene un fin pues nadie quiere lo malo, ni tampoco el mismo mal puede apetecer algo porque de ser así, tendría que apetecer más lo bueno, no lo malo. 

Art 2º: Lo malo en lo bueno

Lo malo está en lo bueno

Lo malo puede estar en lo existente y en lo bueno en cuanto a que es deficiente. Lo bueno y lo malo sí son opuestos, pero no el uno en el otro, así como el frío no es en el fuego. 

Lo malo es accidente, potencia y por lo tanto contrario al acto y la sustancia. Si lo malo por accidente está en lo bueno, entonces el mal podría denominar a lo bueno, lo cual es contradice. 

No obstante todo esto, San Agustín de Hipona dice que lo malo no puede subsistir si no es en lo bueno. Si el mal es privación, entonces este puede estar en un sujeto, en efecto, podemos decir que el sujeto tiene algo malo. Por lo tanto, de acuerdo a San Agustín, lo malo puede estar en lo bueno. 

Santo Tomás responde

Santo Tomás corresponde con San Agustín de Hipona en que lo malo solo puede subsistir en lo bueno. En consecuencia, Santo Tomás está de acuerdo con todas las proposiciones anteriores, es decir, que el mal sea accidente y potencia en algo bueno. ¿Cómo es esto? debemos entender que de alguna manera la potencia es una privación de algo (ha nacido para tener algo y no lo tiene). Lo malo no podría existir si lo bueno se destruye completamente. 

Art 3º: Lo bueno como causa de lo malo

Si se sostuvo anteriormente que lo malo no podría existir si lo bueno se destruye, entonces practicamente puede decirse que lo bueno es causa de lo malo, o por lo menos contribuye a su existencia. 

Al menos así lo sostiene San Agustín de Hipona cuando dice:

''Lo malo no puede surgir sino de lo bueno''

Por otro lado, el Pseudo Dionisio también nos dice algo parecido: ''De todas las cosas, el bien es principio y fin''. 

Santo Tomás responde

Lo malo no tiene causa por sí. Esto se ve porque como dijimos en un principio, lo malo no tiene un fin y no es apetecible, es decir, nadie quiere ir hacia lo malo, ni siquiera lo malo mismo. 

Todos actuamos por un bien, aunque este sea engañoso y aparente. Cuando está el bien, lo malo se transforma en un medio. Sin embargo, si ese bien (que me parece bien porque puede no ser una actitud correcta, pero me parece bien) desapareciera, entonces el medio para lograrlo (que puede ser malo) no podría existir. 

Art. 4º: La división de lo malo en castigo o culpa

Es curioso este último artículo pues propone que lo malo solo se divida en castigo o culpa. Por supuesto, uno inmediatamente tendría que decir que no, que su división es muchísimo más amplia. 

Santo Tomás responde

Puede observarse esta mirada desde el concepto de la voluntad, en efecto, para hacer el mal hay una elección y esta se da en una determinada situación. Cuando se escoge una opción para hacer el mal, entonces viene el castigo que va en contra de la voluntad. Luego viene la culpa que, considerada también como pena o castigo, que también depende de la voluntad y por lo tanto, todos los actos malos derivan de ella. 

Art. 5º: Lo malo es más culpa o más castigo?

A simple vista pareciera ser que el castigo es más malo que la culpa. De hecho, la separación misma del sumo bien debería ser un castigo, no una culpa. Por lo demás, en la visión cristiana, uno puede liberarse de la culpa, pero no puede liberarse del infierno que es el peor castigo. 

Sin embargo, San Agustín dice:

''A los malos no les gusta el castigo y a los buenos no les gusta la pena''

Santo Tomás responde

Muchos parecen acertar cuando dice que el mayor de los males son los castigos, pero siempre lo relacionan con los sentidos, es decir, el castigo corporal, el castigo que se siente. En cambio, la culpa es inherente al sujeto, no se entiende como algo corporal sino todo lo contrario. La propensión de hacer lo malo no es más grave que hacerlo y es ahí donde entra la culpa, en el acto de lo malo. En consecuencia, lo malo está más con la culpa que con el castigo.

Conclusión

Podríamos decir que lo dicho aquí por Santo Tomás de Aquino corresponde totalmente con la visión de San Agustín de Hipona, en cuanto a que lo malo es aquello que es privación del bien, aquello que no existe si no es por el bien que es lo que existe verdaderamente. Esta independencia del bien con respecto al mal se tendrá por entendida mucho tiempo después, sobre todo cuando los religiosos vuelvan a tener la palabra, quizás ya no desde la iglesia católica. 

jueves, 1 de octubre de 2020

Nicolás de Cusa - Diálogos del idiota: experimento de la balanza (1450)


¿Qué quiere decir exactamente ''experimento de la balanza''? en realidad nos habla de cómo nuestra mente es capaz de entender las cosas de la naturaleza. En efecto, habíamos dicho en el libro anterior de los diálogos sobre el idiota, que todo es medible y que aquella medición se tiene que llevar a cabo por medio de las matemáticas. Esto nos lleva necesariamente a que la mejor forma de conocer las cosas es por medio de la medición,es decir, por medio de las matemáticas. Sin embargo, hasta con matemáticas tendremos nuestra propia limitación.

Referencias:

(1) Es la teoría de los humores de Pitágoras. 

Experimento de la balanza
Mente y naturaleza

El idiota nos dice que la balanza romana es la única que puede acercarse a la verdad, a pesar de que la mente humana no puede acceder a ella. El peso de las cosas es lo que nos revela una verdad, sin embargo, el peso siempre es distinto en las cosas. 

Si el médico supiera el peso de las hierbas o de los líquidos que existen en la naturaleza, tendría información mucho más relevantes que por otras medias; por ejemplo, el gusto. En efecto, si supiera el peso de los líquidos del cuerpo (humores) entonces podría saber y conocer todas sus enfermedades, además de el peso natural del cuerpo(1).

También tiene un uso práctico, pues de saber esto, podríamos saber cuántas cosas hay en un metal; por ejemplo, cuando cobre puede haber el una barra de plata. De hecho, la investigación de pesos puede llevarnos a las mismas cosas sin investigar antes sobre ellas. 

Los pesos de todas las cosas en verdad se determinan por los cuatro elementos que tienen (agua, tierra, fuego y aire). El peso de estas cosas nos acercarán a la verdad de ellas. De esta forma, sabiendo el peso de todas las cosas podremos saber incluso la respiración del hombre, en efecto el peso del hombre podrá darnos la aspiración e inspiración del aire. 

De acuerdo al idiota, con el peso de las cosas puede saberse la armonía de todas las cosas que existen. La balanza es un instrumento fundamental que puede acercarnos a la verdad, por eso, el idiota recomienda que se elabore un libro donde se registren el peso de todas las cosas y probar este experimento, de que la balanza nos haga conocer a través del peso, la verdad más aproximada de las cosas.

Conclusión

Es interesante ver la reflexión de Nicolás de Cusa con respecto al peso. Es cierto que quizás su visión es un tanto antigua, pero hoy, la importancia de peso en la salud de las personas es capital. En efecto, ya solamente con el peso puede determinarse si una persona es sana o no, claro, puede darnos una noción bastante importante porque lo demás lo dará la edad y la actividad de la persona. Con respecto a las cosas, la medición de ellas son importantes para el comercio, pero al modo que lo ve Nicolás de Cusa, no solo tiene una importancia física, sino que también metafísica porque las matemática, y en este caso también la física, nos llevan a la verdad de las cosas.

Nicolás de Cusa - Diálogos del idiota: el idiota acerca de la mente (Idiota de mente) (1450)


Esta es la segunda parte que trata sobre el idiota y un filósofo romano. Como el tema de la naturaleza de Dios está sanjado, esta vez el idiota y un filósofo se proponen hablar sobre los misterios de la mente. ¿Tiene nuestra mente alguna injerencia en los asuntos divinos? al parecer tiene una especie de vinculación con la cual podemos entender esas cosas, pero no en su esencia, sino que por medio de la docta ignorancia. También veremos el concepto de mente, es decir, cómo este se entiende a la hora de hablar. 

Referencias:

(1) Semejante a la reflexión de Protágoras: ''el hombre es la medida de todas las cosas''.

(2) Llama la atención que para este tiempo, Guillermo de Ockham ya había presentado la teoría de la Navaja. 


Idiota de Mente
El idiota acerca de la mente


CAPÍTULO I: CÓMO SE ENTIENDE LA MENTE

Se corría la voz de que un gran filósofo estaba en Roma y nuestro orador se acercó a él para conversar. El orador dice con total convencimiento que los menos doctos entienden mucho mejor que los filósofos, la realidad de este mundo. 

El filósofo ha ido a Roma para buscar conocimiento en cuanto a cuestiones de la mente, pero no ha encontrado a algún sabio que le ayude. El orador lo lleva junto con el idiota para discutir los temas pertinentes a la mente y el idiota accede.

Concepto de mente y alma

El idiota dice que absolutamente todos los hombres tienen un concepto sobre la mente, aunque sea muy pequeño. Para el idiota, la mente es termino y medida de todas las cosas(1). El filósofo le pregunta al idiota si el alma y la mente tienen alguna diferencia, y , en efecto, tiene una diferencia:

Mente: subsiste en sí y es infinita
Alma: subsiste en el cuerpo y es infinita (inmortal)

Por lo tanto, parece ser que la mente es independiente del alma con respecto a su subsistencia pero ambas son infinitas. 


Capítulo II: El vocablo

El filósofo pone en duda la definición sobre la mente como la medida de todas las cosas, y le exige al idiota que aclare su punto. Sin embargo, el idiota reconoce que en este mundo existen las contradicciones y que existe una razón para dar algunas palabras a las cosas. El nombre de la propiedad de las cosas queda sujeta al más y al menos y por eso se ignora el nombre real. Por lo tanto, los nombres son una cuestión impuesta por los hombres y por lo tanto por la razón

Todo arte humano es finito porque, por supuesto, lo infinito absoluto que sería Dios es primero que el hombre. Por lo tanto, lo finito queda en lo infinito. Así mismo, todo arte finito proviene del arte infinito. 

En ese sentido, Dios es llamado por todos los nombres de las cosas tal como hubiese dicho Hermes Trimegisto.


Capítulo III: Precisión del nombre y el lugar de la mente

La noción de Dios está concebida en la mente, es decir, la mente es imagen de Dios. Por lo tanto frente a la complicación divina que es incansablemente incomprensible, entonces la mente solo puede retener una imagen de la divinidad, no puede ascender más allá. 


Capítulo IV: La mente no es explicación

En efecto, la mente no es explicación de las cosas sino más bien es una fuerza asimiladora de la complicación divina. En ese sentido, la mente es una potencia que puede asimilar la divinidad, pero jamás puede alcanzarla.


Capítulo V: La mente es sustancia viva

Generalmente se suele confundir el alma con la mente, y en efecto, el alma pudiera ser aquello que vivifica el cuerpo. Ambas vivifican el cuerpo. De hecho, el idiota acepta el concepto de alma intelectiva que le ofrece el filósofo, diciendo además que esta alma intelectiva es anterior al cuerpo por su naturaleza, no temporalmente. ¿Por qué? porque temporalmente el cuerpo existe primero, y luego el alma va hacia él. 


Capítulo VI: Los pitagóricos

El filósofo dice que el pensamiento del idiota es más cercano al de los pitagóricos que al de cualquier otro, a lo que el idiota le dice que en realidad no está cerca de ninguna doctrina en especial.


Por lo demás, el idiota dice que el primer principio no puede estar dotado de elementos; debe ser puro y simple. Nuestra mente no puede comprender algo así a menos que se le hable del número u otra cosa análoga. El número, por el contrario, es algo compuesto.  En efecto, todo número está compuesto de un par e impar y en ese sentido el número está también compuesto de un número


Cuando vemos una unidad en un número, en realidad lo que vemos es una unidad no compuesta. ¿Qué ocurre en el caso del número uno? sí puede venirnos a la cabeza que el uno tiene más de un componente (es impar por ejemplo), entonces no podemos decir que es una unidad absoluta. Nuestra mente siempre le asignará algo más. 


Capítulo VII: La mente produce la forma de las cosas

La mente es un cierto número divino, dice el idiota. Pero una cosa es la mente nuestra y la mente infinita, es decir, una mente que va más allá de nosotros. La diferencia es que nuestra mente es asimiladora, mientras que la mente infinita es creadora o vivificadora. 

Por otro lado, en cuanto a las cosas más abstractas, la mente solo puede entenderlas por medio de la materia. Sin embargo, estos entendimientos en realidad no son verdaderos, en otras palabras, nosotros no podemos comprender aquellas cosas infinitas, sino que solo podemos entenderlas en apariencia, en analogía, pero no en sí. 


Capítulo VIII: La mente y los sentidos

La mente, en fin, es una capacidad de concebir. Pero ¿cómo es que concibe? bueno, por medio de la semejanza de las cosas; en este caso, el género, las diferencias, los accidentes, la especie y lo propio. La mente comienza a concebir cuando se mueve, es decir, cuando tiene pasión y luego se perfecciona mediante el intelecto. En realidad esta no es una perfección propiamente tal, sino más bien cuando la mente alcanza un concepto que le es satisfactorio. 


Capítulo IX: Cómo la mente mide las cosas

En el siguiente capítulo, el idiota nos habla sobre cómo la mente mide las cosas. Dice, en efecto, que el alma hace el punto de la línea, es decir, termina a la misma línea. El punto, imaginado en la mente, puede continuar la línea o la puede terminar, de esto se podría entender que el idiota considera al punto como parte de la línea y también como su termino; por lo tanto, el punto es indivisible. En efecto, hay dos tipos de punto


Punto lineal

Punto terminal


El segundo es el que no puede suceder a otro, pues es absurdo que exista el término de un término. El punto es la perfección y la totalidad de la línea. De este modo es que la mente mide las cosas.


Capítulo X: Comprensión de la verdad está en la multiplicidad de las cosas

Boecio ha dicho que la verdad está en la multiplicidad de las cosas. En efecto, las matemáticas miden todo y por lo tanto la medida de todas las cosas está en esa multiplicidad. De esta forma, la mente va conociendo las cosas por medio de las partes (multiplicidad) para luego llegar a un todo (unidad).


Capítulo XI: Dios y la mente

Todas las cosas en sí tienen una semejanza con su principio. Dios es un género absoluto por el cual la mente busca asimilarse a lo que él muestra. 


Capítulo XII: No existe un solo intelecto


La mente para el idiota es intelecto, pero la mente no es una sola en todos los hombres. Así como no pueden existir muchos cuerpos iguales, tampoco hay las mismas mentes y en consecuencia, no hay un entender único en los hombres. 

Esto quiere decir que hay una mente humana y también una mente divina, pero además, las mentes de la humanidad son múltiples. Nicolás de Cusa cree que existen muchas sustancias(1)


Capítulo XIII: Dios como alma del mundo y naturaleza

La voluntad de Dios no necesita otro ejecutor, en efecto, él es el único creador que podría deducirse la creación del alma del mundo y la naturaleza. La naturaleza no tiene el poder de crearse a sí misma, y por lo tanto, es Dios el gran creador de ella. Pensemos en un pintor que desea pintarse a sí mismo, como no va a poder  multiplicarse, entonces el tendrá que hacer lo mejor posible el autoretrato, pero solo sera una imagen de sí mismo. En otras palabras. la creación no tiene las mismas facultades que el creador. 


Capítulo XIV: El viaje de la mente al cuerpo

Recordemos que Platón nos hablaba de que el alma, y para efectos de la conversación aquí, la mente, viaja y queda prisionera en un cuerpo. Aristóteles, por su parte, sostendrá lo contrario diciendo que el alma asciende desde la razón. 


El idiota nos dice que la mente precede a la inteligencia en la naturaleza, pero degenera en inteligencia después; sobre todo cuando se aleja de la simplicidad divina. Si la mente precede a la inteligencia, la cual es una creación más bien humana, entonces se entiende que la mente es una imagen de la divinidad. Por lo tanto, la concepción del idiota está más cerca de Platón que de cualquier otro filósofo. 


Capítulo XV: La mente es inmortal e incorruptible

Para saber si el alma es inmortal e incorruptible será necesario ver cómo es que indaga las cosas. Cuando observa las cosas que mutan, que son variables, encuentra solo cosas perecibles, pero cuando indaga en sí misma, solo puede encontrar cosas estables y fijas. Por lo tanto, su naturaleza no es variable, todo lo contrario, pertenece a las cosas estables y fijas y por lo tanto, inmortales. Esto se puede observar cuando se mira a sí misma y puede ver que es estable. 


Conclusión

Increíble este tratado sobre la mente, pero también nos recuerda los últimos resabios de la Edad Media. Nicolás de Cusa sostiene la multiplicidad de las esencias, a pesar de la Navaja de Ockham que se esgrimió algunas décadas antes. Lo que sí me llama profundamente la atención es su teoría sobre la unidad, es decir, que no exista nada que sea absolutamente unitario, que no exista una semejanza con la unidad en este mundo, que sería lo equivalente a decir que nada es igual en este mundo.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Nicolás de Cusa - Diálogos del idiota: el idiota sobre la sabiduría (Idiota de Sapientia) (1450)





El siguiente es un relato inventado por Nicolás de Cusa sobre un supuesto idiota que habla con un orador romano. En realidad, ese idiota que el cusano advierte es el mismo que va a demostrar la validez de su argumento y concepto ''docta ignorancia''. Estos diálogos se estructurarán en tres partes: primero tenemos el idiota sobre la sabiduría, el idiota sobre la mente, y el idiota sobre los experimentos. Sin duda que estos título llaman demasiado la atención pues el idiota es menos idiota de lo que cree. 

Referencias:

(1) Esto no quiere decir que se resuelvan las contradicciones, sino que más bien entender que existen. 

Idiota de Sapientia
El idiota sobre la sabiduría


LIBRO I: LA SABIDURÍA Y EL PRINCIPIO


Sabiduría infinita

Se encuentra un pobre (el idiota) con un orador romano. El pobre le dice que no ha llegado aún a ser humilde, a pesar de haber leído muchos libros. El orador le objeta que de otra forma no puede obtenerse el conocimiento. El idiota le dice que hay un conocimiento natural que estuvo incluso antes de los libros.

Una frase es clave aquí: ''la sabiduría grita en las plazas'', esto quiere decir que la sabiduría no está en la lectura de los grandes hombres, sino que está en la naturaleza misma. El conocimiento de la unidad o del número no se dan por instrucciones en los libros, sino que el ser humano lo tiene de por sí incorporado

Sin embargo, existe una sabiduría superior a la que nadie tiene acceso. Así, aunque nadie tiene acceso de igual manera se conoce, lo cual es contradictorio pero de esta manera es. 

El hombre busca el conocimiento, pero lamentablemente no puede llegar hasta infinita sabiduría que además es incomprensible. Pero en eso justamente consiste la vida, en esa búsqueda incansable de la sabiduría última a pesa de no poder llegar a ella. 

Y en efecto, el hombre es feliz en la incomprensión. Cuando el amor es infinito e inexplicable, es mucho más querido en contaste del cual es mensurable y explicable. Muchos hay quienes buscan la sabiduría finita y creen que la encuentran en los libros, es más, una vez que la encuentran no se contentan con esa sabiduría finita sino que quieren más. Por lo tanto, lo que realmente busca el hombre que quiere ser feliz, es la sabiduría infinita, no la finita. 

El principio: Dios

El orador pregunta ¿es la sabiduría algo distinto de Dios? a lo que el Idiota dice que la sabiduría es Dios mismo. Pero ¿Acaso Dios ha formado todas las cosas a través del verbo? ¿Cómo es posible que haya creado la sabiduría y que al mismo tiempo sea la sabiduría?

El Idiota responde a que decir que Dios ha creado las cosas con la sabiduría no es distinto que decir que Dios ha creado todas las cosas mediante el Verbo. Por lo tanto, el Verbo es la mismísima sabiduría. 

Esto quiere decir que los libros y la ciencia escrito en ellos no es parte de la sabiduría. Para llegar a la sabiduría sería necesario desligarse de las cosas sensibles y admirar lo inteligible, donde se comprenden todas las contradicciones del intelecto (1).


LIBRO II: EL CONCEPTO DE DIOS


El orador nuevamente se reúne con el idiota para saber más sobre la ignorancia, pero esta vez teniendo como base el concepto de Dios. El orador le pregunta como es posible hacerse un concepto de Dios, el idiota le dice que solo tiene que pensar en aquellos que es absoluto en él. 

¿Cómo puede entenderse el concepto de Dios entonces? deberá verse en la misma pregunta, es decir, ¿no es cierto que cuando preguntamos por Dios estamos suponiendo la existencia de un ser? En este caso, Dios sería una presuposición absoluta, pues en la misma pregunta se sabe a qué se refiere cuando se pregunta por él. 

Sin embargo, el orador nos dice que entonces ninguna pregunta podría ser correctamente formulada, porque todas podrían suponer en sí misma una respuesta. En efecto, no se podría preguntar acertadamente la naturaleza de Dios sin presuponerla, pero la respuesta a cualquier pregunta sobre Dios será negativa. Es decir, se puede saber lo que no es Dios, pero no lo que es en sí. Aún con esto, podríamos decir que Dios no es negación absoluta y por lo tanto, Dios está por sobre la negación y la afirmación.

Suficiencia del concepto Dios

El orador descubre lo que el idiota quiere decir, y en efecto, ambos acuerdan que el hombre tiene una suficiencia de Dios; sabemos que es inalcanzable y por lo tanto, nos aferramos a una manera de conocerlo que no es absoluta pero es la que se acerca más a la precisión absoluta de Dios. 

El concepto de Dios no puede tener un más o un menos, todo lo contrario, como Dios es infinito entonces su concepto es absoluto.

Conclusión

Seguimos con este concepto de docta ignorancia. Nicolás de Cusa nos quiere decir con este texto que no sirve de nada leer a los grandes maestros científicos, ya que el conocimiento infinito de las cosas divinas está en nosotros y no es necesario verlo escrito. Dios nos dio la mente para poder comprender todas estas cosas sin ayuda de texto científico alguno. 

Pasamos al siguiente libro del idiota sobre la mente.