Comentarios a San Anselmo de Canterbury
En ciertas entradas anteriores habíamos visto al obra del santo abad de Canterbury quien tenía su célebre ''argumento ontológico'' el cual probaba la existencia de Dios, a través de una reflexión a priori. Santo Tomás de Aquino lo nombre muchas veces a lo largo de su obra, sobre todo cuando se habla de la verdad, pues utiliza las mismas máximas de San Anselmo para clarificar conceptos.
Sin embargo, aunque muchas fueron las coincidencias entre sus ideas, también hay fundamentales divergencias con respecto a ellas. Estas las veremos una a una en los siguientes apuntes de filosofía.
La Verdad
En las ''Cuestiones disputadas de la verdad'' de Santo Tomás de Aquino, San Anselmo de Canterbury es mencionado numerosas veces con su cita:
''La verdad es aquello que decimos conforme a la realidad''
Un argumento muy parecido al que otorga Santo Tomás, ya que le aquinate nos dice que la verdad es aquella correspondencia entre la cosa y el intelecto. Además, San Anselmo decía que la verdad también era una especie de rectitud conforme y percibida solo por la razón.
El hombre
El hombre es descrito de manera amplia en la obra de San Anselmo, sobre todo el libre albedrío que tenía este con respecto a la realidad. Al igual que San Agustín de Hipona, San Anselmo nos dice que el libre albedrío es la oportunidad que tiene el hombre para hacer el bien. Así, para Anselmo la rectitud está en la voluntad del hombre, pero el pecado no está en la voluntad porque de ser así, entonces Dios no tendría la voluntad libre.
Por otro lado, si el pecado dominara, entonces tampoco se podría hablar de un libre albedrío. Santo Tomás de Aquino está de acuerdo con lo hablado por San Anselmo de Canterbury.
Argumento ontológico
San Anselmo de Canterbury seguía la misma línea de San Agustín de Hipona con respecto a la fe: ''Nisi credideritis non intelligetis'' (sin creer no se puede entender). Esta línea pondría a la fe en primer lugar antes que a la ciencia o a la filosofía, pues el mismo San Ambrosio, maestro de San Agustín, decía que la Dios no salvó el mundo a través de la dialéctica.
No obstante lo dicho, San Anselmo construye un argumento tal que logra convencer a muchos hombres doctos: el argumento ontológico. Ya habíamos dedicado una entrada al argumento ontológico, pero esta vez lo veremos especialmente desde la mirada de Santo Tomás de Aquino. Tomemos la máxima del argumento ontológico:
''Dios es un ser tal que nada mayor puede ser pensado''
A esto, San Anselmo agregaba que si un hombre puede concebir la existencia de Dios, entonces ésta inmediatamente entraba en su espíritu, sea este ateo o agnóstico pues el concepto sería perfectamente comprensible desde la mente. Es evidente, para San Anselmo, que si el concepto de Dios puede concebirse en la mente, también puede estar en la realidad.
Aunque Santo Tomás está de acuerdo con la formulación del gran San Anselmo, discrepa de él en cuanto al conocimiento. Para Santo Tomás el conocimiento es extraído desde lo real y no desde lo mental, tal como lo propusiera Aristóteles. En pocas palabras, Santo Tomás parece sacar las viejas refutaciones de Gorgias: ''si algo existe no puede ser pensado'' o más bien ''lo que es pensado no necesariamente existe''.
Por otro lado, el aquinate dice que conocer a Dios significa conocer su esencia y el ser humano no puede conocerla, debido al intelecto humano que posee. Esto significa que el argumento ontológico sólo podría ser aplicado a Dios mismo y no el ser humano.
Conclusión
Recuerdo haber leído a San Anselmo de Canterbury el año pasado cuando veíamos sus obras las cuales siempre me parecieron bastante interesantes. Me parece que de toda la obra de San Anselmo, el único error fatal que podría haber cometido fue el argumento ontológico, aunque para su época se debe decir que fue bastante inteligente y verosímil. Así vemos como el mismo Santo Tomás de Aquino comulgaba con muchas ideas del arzobispo, sin dejar de lado las críticas.