viernes, 14 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro I: Antropomorfismo) (Parte III: Atributos y otros conceptos) (1190)

Cada vez más nos vamos acercando poco a poco a desarrollar conceptos filosóficos, pero sin dejar de lado la religión. Si fuimos lo bastante perspicaces, nos daremos cuenta que Maimónides ha  tocado muchos conceptos aristotélicos, y lo seguirá haciendo a través de estas páginas. Debemos prepararnos pues este es el libor que instalarà el realismo teológico que se ha venido preparando quizás ya desde San Agustín de Hipona. Veamos la tercera parte del primer libro de Maimónides

Referencias:

(1) Al parecer Maimónides sigue la idea plotiniana de que Dios no puede ser descrito en modo alguno. 
(2) Esta fue la típica discusión que tuvo Avicena con Al-Ghazali: si la existencia precede a la esencia, y si Dios tenía más presencia que existencia. Avicena decía al igual que Maimónides que la existencia es un atributo, pero aquí Maimónides también acepta que la esencia y la existencia sea una sola. Averroes, por otro lado, decía que la existencia es algo que pertenecía a los seres materiales. 
(3) Se confirma la tesis plotiniana.
(4) Definitivamente plotiniano.
(5) Ver el siguiente link donde Anselmo sí cree en los atributos, al menos relacionales. 
(6) El concepto de per aliud por Anselmo se encuentra en este link.

Guía de los Perplejos


LIBRO I: ANTROPOMORFISMO

Capítulo L: Sobre la fe


La fe no es la mera declaración de tener fe o confianza en un determinado hecho o persona. Mucho ponen su fe en que Dios es uno, pero en su pensamiento dicen que es múltiple. 

Así es el caso de los cristianos que dicen que Dios es uno y trino. Dicen que Dios es tres y es uno, o que es uno y tiene muchos atributos. ¿Cómo puede concebirse esto? ¿Cómo podemos decir que un ser es tres al mismo tiempo y que además no tenga ningún atributo? Es el mismo Maimónides quien nos dice que esto es imposible

Capítulo LI: No hay atributos en Dios

Hay muchos hombres quienes dicen que las cosas que se perciben son tal cuales son; es decir, el calor, el frío, lo húmedo y lo seco. Son cosas que son evidentes por sí mismas, sin embargo, hay hombres que tratan de reversar la realidad y decir falsedades. 

Es así que Aristóteles estableció muchas cosas con respecto a la realidad. Por ejemplo, el estagirita pudo comprobar y explicar el movimiento para resolver muchos problemas concernientes al mismo concepto. 

De aquí que si decimos que Dios es incorpóreo, entonces debemos decir que es pura esencia, en otras palabras, no tiene accidentes, y si no tiene accidentes no tiene atributos. Y si tuviera atributos caeríamos en el absurdo de decir ''Dios es Dios'' ya que no podemos decir que no tiene accidentes(1)

El error de poner atributos a Dios surge de la interpretación literal de las Sagradas Escrituras, la cual ha sido dañina para la doctrina porque desde ahí los hombres echan rienda suelta a su imaginación. 

Capítulo LII: Cinco especies de atributos

La única manera en que se puede caracterizar un objeto es bajo 5 atributos:

  1. Definición: cuando se define un objeto en cuanto a su verdadera esencia. No es apropiado dar este atributo a Dios ya que no hay causas anteriores a su existencia por las cuales pueda ser definido.
  2. Parte de la definición: cuando se define dos características de un objeto; por ejemplo, el hombre es un ser viviente, o un ser racional. Cualquiera de las dos es buena definición. Con esta tampoco podemos definir a Dios porque de esa manera tendríamos que dividir su esencia, lo cual es absurdo. 
  3. Cualidad: cuando se describe un objeto por algo distinto de su esencia, es decir, un atributo. Si damos a conocer a Dios por cualidades, entonces lo daríamos a conocer a través de accidentes. 
  4. Relación: cuando se describe a un objeto por la relación que tiene con otra cosa; por ejemplo, Zayd hijo de Amru. Por supuesto, esto no se puede aplicar a Dios, pues la relación tiene que ver con todo aquello que tiene mudanza. 
  5. Acciones: cuando se quiere decir la creación de algo, por ejemplo, Zayd hizo esta puerta. Esta si es una acción que puede darse en Dios, pues la creación viene de su esencia. 

Así, los atributos que tratan de definir a Dios en los términos a excepción de su habilidad de crear son erróneos. En efecto, de Dios no podemos predicar que es hermoso, bello, feo, bondadoso, etc. ya que esto sería justamente dar atributos. Recordemos también que los atributos se encuentran mucho más en lo corpóreo que en lo indefinido. 

Maimónides insiste en que la lectura de las Sagradas Escrituras de forma literal solo ha contribuido a la interpretación errónea. 

Capítulo LIII: Aquellos que aplican atributos a Dios

Uno de los argumentos que se siguen de que Dios tiene atributos es la típica diversidad de acciones que se mencionan en la Biblia. En efecto, la biblia nos menciona muchas características de Dios, por lo que podríamos concluir que en efecto si tiene atributos. Sin embargo, esto es un error, pues del fuego también se dice muchas cosas, pero una sola es la cualidad del fuego; el calor. Por lo tanto, la unidad o esencia del fuego se esa misma. 

Otra de las creencias sobre esto es que muchos intelectuales dicen que hay ciertas cualidades de Dios que son múltiples; por ejemplo, la vida, el poder, la voluntad y la sabiduría. Estos, dicen los intelectuales, son atributos de la esencia de Dios.

Maimónides dice que esto es un error, pues la vida y la sabiduría son la misma cosa, es decir, uno no puede vivir sin el otro. Los otros atributos mencionados (poder y voluntad) no son en absoluto atributos de Dios, pues no tiene ni más ni menos poder ni más ni menos voluntad. En realidad, estos dos últimos atributos expresan relaciones entre Él y su criaturas, en otras palabras, el hombre deduce que Dios tiene poder y voluntad. 

Finalmente, Maimónides dice que no hay atributos en Dios porque Dios es perfecta unidad.

Capítulo LIV: Otras ideas sobre los atributos y la esencia de Dios

En la biblia existe un momento donde se habla de la esencia de Dios:

''Muestrame tu gloria''
(Éxodo 33:18)

Esto sucede cuando Moisés pide esta exclamación a lo que Dios contesta:

''Te haré pasar toda mi bondad delante de tu rostro''
(Éxodo 33:19)

Inmediatamente Dios le dijo:

''No podràs ver mi rostro''
(Éxodo 33:20)

Por supuesto, en la primera parte, la bondad de Dios quiere decir toda la creación; la segunda parte nos aclara inmediatamente que Dios no tiene rostro y por lo tanto, no es corpóreo. 

Se habla de muchas acciones de Dios e incluso ''iras'' que el tuvo, pero estas solo son referenciales o metafóricas. 

Capítulo LV y LVI: Dios no tiene semejanza con las criaturas


Todos los seres vivos están sometidos a la potencia, es decir, a veces existen y otras veces no. Por eso, no podemos decir que Dios sea potencia, pues unas veces sería algo y otra no. Por lo tanto, ninguna característica humana puede compararse o acercarse con respecto a Dios.

Tampoco hay una semejanza con los valores humanos; por ejemplo, la voluntad, el saber, el poder, etc. Todas estas cosas no se comparan con Dios ni siquiera por magnitud. ¿Por qué? porque lo inconmensurable no tiene medición ni magnitud alguna.  


Capítulo LVII: Expresar los atributos en palabras

La vida y existencia de Dios son una sola cosa, es decir, la esencia con la existencia. En efecto, estos dos conceptos no son separables en esta entidad. 

Sin embargo, como primero es esencia (ya que cualquier cosa puede existir), el atributo de la existencia no le pertenece. Esto se debe también a que en este sentido la existencia es un atributo y Dios no tiene atributo alguno(2)

Por otro lado, Maimónides dice algo confuso pues asegura

''Dios es sabio sin tener el atributo de sabiduría, es omnipotente sin tener el atributo de omnipotencia''

Esto nos lleva a pensar que cada palabra (''sabiduría'' y ''omnipotencia''), tiene tanto esencia como atributo y Dios sería la esencia de todas ellas. Por otra parte, tampoco podríamos decir que Dios es el primero de los seres, a pesar que antes de él no hubo ser alguno. No es correcto añadir ningún atributo a Dios(3).

Capítulo LVIII: Los atributos negativos con aplicables a Dios

Si bien habíamos dicho que Dios no tiene atributos, en verdad, lo único que puede atribuírsele a Dios son los negativos. Cuando se dice que existe decimos al mismo tiempo que no tiene no-existencia. Cuando decimos que es incorpóreo decimos que no tiene cuerpo. Lo llamamos ''el Primero'' para decir que no tiene ninguna causa. 

En efecto, a los seres inferiores a Dios no podemos llamarlos con negativos, pues todos tienen cuerpo y son al mismo tiempo efecto y causa. 

Por estas razones, vemos que la esencia de Dios es algo inalcanzable 


Capítulo LIX: El conocimiento de Dios está formado de negaciones

Sería prudente preguntar entonces: si nadie puede conocer la esencia de Dios, ni siquiera un erudito, ¿qué diferencia existe entonces con los que no saben? La diferencia radica en quien asegura algo sobre Dios, es decir, añade atributos y entre aquellos que no le atribuyen nada. En otras palabras, cuando un hombre imagina los atributos de Dios se aleja del mismo, mientras que el hombre que niega los atributos se acerca.

¿En qué sentido? en los siguientes:

  1. Todo lo que se afirme de Dios será perfección con respecto al hombre. 
  2. Su esencia encierra todas las perfecciones, por lo tanto no es posible añadir más a aquella. 

Pareciera ser que Dios solo puede describirse como lo indica el Salmo:

''Para tí, el silencio es alabanza''
(Salmos 65:1)

Y también se indica en la biblia:

''Porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; sean por tanto escasas tus palabras''
(Eclesiásticos 5:2)

Aquí vemos entonces pruebas tanto lógicas como religiosas sobre la negación de atributos a Dios. 

Capítulo LX: Propiedad de atributos positivos y negativos

Para entender esto finalmente, Maimónides ejemplifica una situación:

  • Una persona sabe que existe cierto barco.
  • Aprende que la palabra barco no es un accidente sino una sustancia. 
  • Aprende que no es una planta y no es un mineral.
  • Aprende que no es un cuerpo organizado (puesto que es una idea).

En fin aquella persona sabe que la palabra ''barco'' es la sustancia y no el atributo de algo. Por lo tanto, bastaría decir ''barco'' para entender la sustancia de algo, puesto que los atributos sin la esencia no pueden decirnos la esencia. Por ejemplo: ''bello'', ''feo'', ''honesto'' son atributos pero no nos indicarán jamás la esencia.

Finalmente, no podemos dar atributos positivos a Dios si lo que queremos es encontrarlo. Mientras más usamos los atributos, ya sea para describir a Dios o a cualquier cosa, estamos siendo imprecisos con la verdadera esencia(4).

Conclusión

Vemos aquí un gran llamado al sentido común y a la lógica de parte de Maimónides. Vuelve a renacer esta visión del filósofo romano Plotino en contraste con los otros filósofos que nos hablaban sobre algunas características de Dios como por ejemplo, San Anselmo de Canterbury(5) quien decía que era lo más grande que pudiera imaginarse. En efecto, San Anselmo introducía el concepto de ''per aliud'' es decir, lo incomprensible se logra saber por la semejanza(6). En fin, vuelve a renacer la teología plotiniana de Dios ¿es esto malo o bueno?

sábado, 8 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro I: Antropomorfismo) (Parte II: Facultades humanas) (1190)

Seguimos con la segunda parte del primer libro de Maimónides, pero esta vez ya no veremos interpretación de conceptos sino que iremos mucho más allá. Este libro no solo sirve para los religiosos, sino que también para todos aquellos no judìos, a los interesados por la filosofìa y el razonamiento. Iremos abordando desde la percepción del ser humano, hasta los conceptos más abstractos del mismo. Pongamos atención al segundo concepto de Maimónides

Referencias:

(1) Comentarista de Aristóteles que dirigió el Liceo de los peripatéticos en alguna oportunidad. 
(2) Primer escrito filosófico antiguo donde veo que se preocupan de las capacidades de un niño a la hora del aprendizaje. 
(3) El niño está más dispuesto a correr, saltar, gritar que a tareas del intelecto. 
(4) Una visión bastante aristotélica de la educación. 

Guía de los Perplejos


LIBRO I: ANTROPOMORFISMO
(Parte II: Facultades humanas)


Capítulo XXXI: Entendimiento del hombre común

De acuerdo con Maimónides, el entendimiento humano tiene límites, fronteras que no pueden traspasarse. A pesar de que el hombre haga inmensos esfuerzos por conocerlo todo, su imperfección se lo impide. A causa de esto, el hombre sólo puede dejarse llevar por sus deseos y, creyendo que ha alcanzado la solución, cae irremediablemente en el error creyendo que está en lo correcto. 

El mismo Alejandro Afrodisio(1) decía que existìan 3 obstáculos para encontrar la verdad:

  1. Arrogancia y vanagloria.
  2. Delicadeza, profundidad y dificultades particulares.
  3. Ignorancia y falta de capacidad para comprender.
Sin embargo, Maimónides añadiría una cuarta causa que sería la educación y la costumbre. 

El hombre defiende sus puntos de vista, es decir, aquellos que lo llevaron a creer esto. Se deja llevar por ellos y por eso el hombre comete ciertos errores como por ejemplo, pensar que Dios tiene corporeidad porque la biblia lo menciona (''Dios habló a Moisés'', pensando que Dios tiene boca). 

Capítulo XXXII: Percepción intelectual

El concejo que nos da Maimónides es muy simple: la duda. En efecto, si somos capaces de cuestionarnos lo que está alrededor o lo que nos han enseñado, entonces habremos alcanzado la perfección del entendimiento. 

En efecto, cuando el hombre no sabe un asunto determinado, no puede simplemente rechazarla o abandonarla. Lo que debe hacer es suspender el juicio y abstenerse de emitir una opinión apresurada

Capítulo XXXIII: Iniciarse en la doctrina

Cuando se piensa en iniciar a alguien en la doctrina judía, a un niño por ejemplo, no se debe hacer de un modo directo con las Escrituras, ni mucho menos con la Metafísica que lo llevaría a confundirse. Esto hay que hacerlo a través del mito, es decir, explicarles de manera metafórica y alegórica para que su entendimiento pueda reconocer los concepto esenciales.

Para esto, se tendrá que considerar las capacidades del niño(2), además de reunir dos condiciones: prudencia y percepción rápida.

Capítulo XXXIV: No se debe enseñar metafísica

Existen cinco razones para no dar a enseñar la metafísica a los niños:

  1. Es un tema difícil y profundo.
  2. La inteligencia está en potencia y no en acto.
  3. Los estudios preliminares necesitaría de Lógica, Matemáticas, Física y finalmente Metafísica. 
  4. La constitución natural del hombre.
  5. La necesidad que tiene el niño de preocuparse de las cosas corporales, la cual perturba el intelecto(3).

No solo esto, la educación de la Metafísica debe darse a aquellos que son privilegiados y no al común del pueblo, que fácilmente puede confundir los conceptos(4)

Capítulo XXXV: Dios es incorpóreo y pasible

Sin embargo, a todos se les debe enseñar que Dios es incorpóreo y pasible, pues es una doctrina general que cabe en el entendimiento de toda mujer y hombre. 

Capítulo XXXVI: ''Agradar''y ''enojar'' a Dios

Todos los conceptos que aluden a enojar, enfurecer e ira son relacionados con Dios, pero desde la idolatría. En otras palabras, cuando las Sagradas Escrituras se refieren con estas palabras, lo hacen aludiendo a los paganos y no a los profetas. 


Capítulo XXXVII - XLV

Nuevamente, Maimónides se propone analizar algunos conceptos de la Torah:

  1. Panim: que significa ''cara'' que tiene múltiples interpretaciones partiendo desde la ''cara'' refiriéndose al rostro, la existencia de un ser y como adverbio para decir ''antes''.
  2. Ahor: que significa ''espalda'' y se interpreta como andar a las huellas de una persona, en el sentido de seguir sus ideas.
  3. Leb: que significa ''corazón'' que se interpreta como algo que está entre medio, o también puede significar el ''pensamiento de alguien.
  4. Rua: que significa ''hálito'' y se interpreta como aire o espíritu. 
  5. Nefech: que significa ''alma'' y también significa ''sangre''. En un sentido figurado significa ''razón''.
  6. Hai: que significa ''viviente'' y se interpreta como todo aquello dotado de sensibilidad. 
  7. Canaf: que significa ''ala'' y se interpreta como ''confines''.
  8. Ain: que significa ''ojo'' y se interpreta como ''la providencia'' ya que todo lo puede ver.
  9. Chama: que significa ''oír'' y se interpreta como ''atender''.

Estos son todos los conceptos que Maimónides interpreta, y ahora da una explicación de cómo se entienden ellos con la figura de Dios. 

Capítulo XLVI: Los órganos de Dios atienden a interpretaciones figuradas

Por supuesto, para describir a alguien bastará basarnos en los accidentes y demases descripciones. De la misma manera, el vulgo le atribuye cosas corporales a Dios, y por eso dicen que Dios vive. El ser humano está acostumbrado a la presencia de las cosas, a que si algo está viviendo, necesariamente tiene que ser visto con los órganos. 

Sin embargo, las partes del cuerpo que, parecieran ser atribuidas a Dios son solamente de manera figurada. Fueron hechas para que el vulgo entendiera que existe tal divinidad, pero no para tomar esto de manera literal. 

Capítulo XLVII: Los atributos que se le dan a Dios

Es curioso ver que en las Sagradas Escrituras sólo se le den ciertos atributos corporales a Dios:

  1. Vista: Dios vio (Génesis 6:5)
  2. Audición: Dios oyó (Números 9:1)
  3. Olfato: Dios olió (Génesis 8:21)

Sin embargo, nunca se dice que Dios tocara o gustara. Esto se debe, según Maimónides, a que Dios no entra en un contacto tan cercano o tan íntimo con los profetas o los hombres. 

Además, Dios no es visible y como es un ser distinto, su ''toque'' no se entiende de la misma manera que nosotros entendemos, pues los hombres solo conciben el tacto cuando un cuerpo se junta con otro. Esto no ocurriría en Dios. 

Capítulo XLVIII: Ver y Oír por Onkelos

Este capítulo es muy corto y Maimónides dice básicamente que no está de acuerdo con la traducción de Onkelos en la Torah. Onkelos traduce literalmente sin interpretar las palabras ''ver'' y ''oír''. Finalmente dice que podría existir un error de traducción de parte de Onkelos. 

Capítulo XLIX: Sobre los ángeles

De los ángeles también se habla de manera figurada, y aún con más razón se dice que estos no tienen corporeidad. Solamente puede existir en l visión profética como espectros que toman un cuerpo humano o animal. En caso final, los ángeles no tienen una corporeidad permanente que se les pueda atribuir. 

Conclusión

No nos debería llamar la atención que justamente la parte que tiene más aspectos que revisar es la humana, pues el cuerpo es una cuestión compleja y diversa, no así la esencia que es simple. Con todo esto, nos debe quedar claro que Dios es incorpóreo al igual que los ángeles. En efecto, puede parecer muy difícil de concretar en la mente, pues nuestra mente siempre trabaja con la presencia de las cosas. Cuando nos dicen que algo no existe, simplemente no puede añadirsele nada y por lo tanto parecería un absurdo; por eso es tan difícil de creer. 

viernes, 7 de septiembre de 2018

Maimónides - Guía de los Perplejos (Libro I: Antropomorfismo) (Parte I: Conceptos de la Torah) (1190).

Es uno de los libros mas influyentes en la religión judía, de hecho, sería la primera vez que se habla del judaísmo en términos filosóficos. Vemos aquí la exigencia de Maimónides para encontrar una mirada más racional a las Sagradas Escrituras del judaísmo, sin embargo, este libro no encontrará pocos detractores, pues ya desde su texto ''Mishná Torah'' a Maimónides se le había perseguido por tratar de reconciliar la doctrina aristotélica con la Torah. El siguiente tratado parecerá un desarrollo filológico en los primeros 20 capítulos, pero ya veremos que no lo es. Tengan paciencia porque es mucho vocabulario.


Referencias:

(1) En el sentido que Dios no es visible para el ojo humano.


Definición:

(1) Elohim: significa ''dioses''


Guía de los Perplejos


LIBRO I: ANTROPOMORFISMO
(Parte I: Conceptos)

Capítulo I: Imagen y semejanza


Existe una confusión cuando se piensa en el siguiente versículo del Génesis:

''Hagamos a un hombre a nuestra imagen y semejanza''
(Génesis 1:26)

Muchos tienden a pensar que esto puede referir a que Dios tiene cuerpo de humano. Sin embargo, Dios es total esencia, total incorporeidad.

Concepto de Selem (imagen) y Demut (semejanza)

Maimónides deja en claro al menos tres conceptos para describir la incorporeidad de Dios:

  1. Toar: forma
  2. Selem: imagen
  3. Demut: semejanza

Cuando se dice ''a imagen'' quiere decir que se hace la parte intelectiva del hombre y no su figura externa como se podría imaginar, es decir, no se trata de la apariencia sino que de lo interno. 

En otras palabras, la imagen de Dios es en verdad la percepción del hombre, la percepción intelectiva. Esta percepción es comparada con la de Dios y por eso se dice que es a ''imagen'' de Dios. 

Capítulo II: El bien y el mal

El problema del bien y el mal es recurrente en el Génesis. Este se da primeramente en el relato de Adán y Eva, donde Maimónides se cuestiona, a partir de lo dicho por un sabio judío, que si Adán tenía inteligencia antes de comer el fruto. 

Maimónides dice que el hombre fue inteligente incluso antes de comer el fruto, pues él era imagen y semejanza de Dios. En ese estado, Adán no podía comprender el principio de las verdades probables o de carácter moral. De ahí que Adán comenzará a dar rienda a sus impulsos naturaleza humana.  

Desde ese momento, cuando Adán come el fruto, pierde la facultad intelectiva y por lo tanto queda en calidad de Elohim(1). Es decir, ''conocedores del bien y el mal'' pero esto no significa que sean conocedores de lo verdadero y de lo falso.


Capítulo III: La forma y la figura en Dios

Temuna y Tabnit

Desde este capítulo, Maimónides se propone analizar cada concepto de la Torah que puede tomarse como una confusión. Uno de ellos es el Temuna y Tabnit. 

Ambas palabras significan ''forma''. Tabnit es tomada como la forma de cualquier cosa: la de un triángulo, un rectángulo, un árbol, etc. Por otro lado, Temuna tiene al menos 3 significados diferentes:

  1. Las cosas que se perciben
  2. Las formas de la imaginación
  3. La idea de un objeto captada solo por la inteligencia

Esta última acepción es la que se utiliza en la biblia con respecto a la esencia de Dios. 

Capítulo IV y V: Ver, Mirar y Contemplar

Estos tres verbos se dicen de tres maneras en la lengua hebrea:

  1. Raa: ver
  2. Hibbit: mirar
  3. Hasa: contemplar

El primer verbo (Raa) significa ver con la inteligencia, mientras que Hibbit se emplea con sentido figurado como cuando se dice que Moisés tuvo miedo de ''mirar'' a Dios(1). Finalmente Hasa significa ''percibir mentalmente'' en sentido figurado. 

Debe remarcarse que ninguno de estos verbos se debe tomar en al forma literal de las sensaciones, sino que al contrario, de forma figurada e intelectiva. 

Capítulo VI y VII: Las palabras Ich, Icha y Yalad


Ahora tenemos los siguientes conceptos:

  1. Ich: hombre
  2. Icha: mujer
  3. Yalad: engendrar

Obviamente, ich e icha se toman de manera figurada para mencionar tanto al hombre como la mujer, interpretándose también como ''hermano'' y ''hermana''. 

La palabra yalad significa ''engendrar'' pero también toma otros conceptos como ''crear'', ya sea cosas tangibles o del pensamiento.

Capítulo VIII y IX: Las palabras Makom y Kisse

Tenemos luego otras dos palabras aplicada a Dios

  1. Makom: lugar
  2. Kisse: trono

Básicamente cuando se aplica Makom a Dios, quiere decir la altísima condición de su existencia. No que Dios está en un determinado lugar. 

Por otro lado, por supuesto, la palabra Kisse no quiere significar que Dios está en un trono como lo conoceríamos visualmente. Al contrario, ''trono'' quiere decir que Dios gobierna en toda su majestad, pues la excelencia es una característica que está en sí misma, es decir, es inherente a él. 

Capítulo X: Las palabras Ala y Yarad

Aquí tenemos el significado de las siguientes palabras Ala y Yarad:

  1. Ala: subir/ascender
  2. Yarad: bajar/descender

Estos términos se aplican tanto en el ámbito tangible como en el intelectual. Se aplica tanto cuando el hombre baja del intelecto o su fortuna ha bajado. También puede significar la grandeza de poder en cuanto a Dios o a un profeta. 

Capítulo XI, XII y XIII: Yachab, Kam y Amad

Veamos ahora el de los siguientes verbos que tienen que ver con la posición:



  1. Yachab: sentado
  2. Kam: levantarse
  3. Amad: estar de pie

Yachab no solo quiere decir sentado en cuanto al uso cotidiano, sino que también quiere decir ''permanente'', ''inmutable''. Su cambio se ve en el siguiente versículo:

''Mas tu Señor permaneces (techeb) para siempre''
(Salmos 102:12)

La palabra Kam no solamente quiere decir ''levantarse'' en tanto uso cotidiano, sino que también quiere decir ''emprender'' o ''prometer''. Claro, cuando uno emprende algo necesariamente debe levantarse. 

Amad quiere decir también ''permanecer erguido'', ''firme'' por lo que cuando esto se aplica a Dios. Cuando se dice que la justicia de Dios es eterna, se dice que también es firme, que no tambalea. 

Capítulo XIV, XV y XVI: Las palabras Adam, Nasab y Sur

Tenemos ahora las siguientes palabras:

  1. Adam: hombre
  2. Nasab: ponerse o pararse
  3. Sur: roca

El término Adam, que es el mismo que se usa para hablar de la primera creación humana de Dios, también tiene el significado de ''plebe'' o ''pueblo''. Al igual que Yasab, Nasab quiere decir pararse o quedarse para siempre. Finalmente, tenemos la palabra Sur que significa ''roca'' en su sentido común, pero también quiere decir en el contexto de las Sagradas Escrituras, el orígen de las cosas como lo dice Isaías:

''Mirad la roca de donde fuisteis cortados''
(Isaías 51:1)

Así hay muchos otros versículos que quieren indicarnos el origen de las cosas.

Capítulo XVII, XVIII, XIX y XX: Las palabras Karab, Male y Ram

Ahora tenemos las siguientes palabras:

  1. Karab: acercarse
  2. Male: llenar
  3. Ram: alto

Aparte de que Karab signifique ''acercarse'' en el sentido amplio, también quiere decirlo en un sentido espiritual; como por ejemplo, me acerqué más a Dios. La palabra Male puede significar dos cosas: por un lado cumplir los mandatos y lograr el más alto objetivo como cuando se dice que Dios llena la tierra de su gloria. 

Finalmente, tenemos el concepto Ram que significa ''alto'' no solo en espacio, pero también en dignidad, grandeza y honor. Para Dios, esta palabra debe tomarse en la segunda acepción antes dicha: grandeza.

Capítulo XXI, XXII, XXIII, XXIV: Las palabras Abar, Bo, Yasa y Halak

En estos capítulos veremos las siguientes palabras:


  1. Abar: pasar
  2. Bo: venir
  3. Yasa: salir
  4. Halak: andar o caminar

Además de su verbo cotidiano, Abar quiere decir ''presencia'' de lo divino en las Sagradas Escrituras; presencia misma que los profetas vieron en sus visiones. Bo quiere decir ''venir'', pero en las Sagradas Escrituras esto refiere a los acontecimientos venideros. Yasa se aplica para la aparición de alguna cosa que estaba oculta; por ejemplo, ''y la palabra salió de su boca''.

Finalmente, la palabra Halak se usa en sentido figurado cada vez que se mencione a Dios. Significa la manifestación de algo espiritual, como por ejemplo, cuando se decía que la protección divina se aleja ''andando''. 

Capítulo XXV, XXVI, XXVII, XVIII, XIX y XXX: Las palabras Chacan, Regel, Asab y Acal.

A continuación tenemos las siguientes palabras:

  1. Chacan: morar
  2. Regel: causa
  3. Asab: irritarse
  4. Acal: comer

Chacan se toma de manera figurada con los objetos inanimados para decir que estos se mueven. Regel quiere decir causa, pero también se usa de manera concreta para decir ''pie''. De ahí que se traduzca ''bajo sus pies'' como causa. Tenemos la palabra Asad que significa ''irritarse'',  como cuando Dios lanza su ''furia'' contra quienes lo desobedecen, pero esto quiere decir en verdad, en sentido figurado, que Dios no advertía a los profetas de lo que se vendría. En otras palabras, que Dios decretaba los acontecimientos, pero sin advertir a los profetas. 

Finalmente tenemos la palabra Acal que significa ''comer''. En el Talmud ya se interpretaba la palabra ''comer'' como ''dar sabiduría'', o ''alimentarse de sabiduría''.

Resumen de lo abordado

¿Por qué toda esta interpretación o exégesis? Todo esto ha sido abordado con el propósito de demostrar una sola cosa: la necesaria interpretación de las Sagradas Escrituras. Imaginemos lo difícil que debió haber sido para los traductores del Antiguo Testamento, tratar de interpretar la biblia literalmente. En efecto, podrían resultar cosas ridículas como la corporeidad de Dios que es justamente lo que Maimónides está tratando de refutar.

La importancia de entender los textos sagrados no es una cuestión simple, pues de aquí emergen las reglas que la comunidad judía impondrá a sus nuevas generaciones.

Conclusión

Tal y como lo hubiese hecho San Agustín de Hipona 600 o 500 años antes, Maimónides lo traspasa al pueblo judío. No es que Maimónides se haya inspirado ni mucho menos haya buscado en los escritos de San Agustín. Esta es una interpretación única del filosofo judío para todo aquel que se interese en la lingüística hebrea y en la Torá.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Maimónides - Mishné Torah (1166).

Este fue el libro con el cual Maimónides se estableció como el gran pensador judío como lo pone la historia. Ya era hora que viéramos un análisis en materia religiosa de parte de Maimónides, ya que todo lo anterior que hemos visto ha sido visto desde la filosofía, la lógica y la historia. Sólo debemos considerar los distintos puntos de vista que Maimónides tenía, para darnos cuenta que la mirada que dará a la Torah no será estrictamente religiosa sino que más bien lógica. Tenemos que decir, que no podremos ver el libro completo, pues tal hazaña tomaría mucho tiempo. Veamos el siguiente tratado del filósofo.

Referencias:

(1) 70 ancianos que Dios le pidió a Moisés que se reunieran. Eran ancianos de Israel.
(2) Se refiere a los hititas, gergeseos, amorreos, cananeos, ferezeos, heveos y jebuseos.
(3) Amalek es mencionado en el Éxodo y su pueblo (los amalecitas) atacaron a Josué. 
(4) La misma costumbre que tendrían con los musulmanes con la palabra Allah, que sería el nombre de Dios. 
(5) En el Mateo 5:17, Jesús dice a sus discípulos ''No he venido para abrogar la ley, sino que para cumplirla''.



Definición:

(1) Nefesh: significa ''espíritu'' en hebreo.


Mishné Torah

Capítulo I: Los preceptos de Moisés

Fue Dios quien ordenó a Moisés a que el pueblo siguiera los 10 mandamientos y otros preceptos presentes. Luego de darle todos los preceptos, Moisés lo dio a las distintas tribus y guardó una en el Arca de la Alianza, con la intención de que quede como evidencia para los demás pueblos. Estaque Moisés ha mandado a guardar es la conocida Torá Oral. 

Si bien no están escritos, Moisés dejó los preceptos a Josué y este los dejó a los 70 ancianos(1).

Algunos de los preceptos eran los siguientes:

  1. Derribar la idolatría y todos sus complementos (Deuteronomio 13:17).
  2. Dar muerte a los habitantes de la ciudad apóstata (Deuteronomio 13:17).
  3. Destruir las 7 naciones (Deuteronomio 20:17)(2).
  4. Destruir la descendencia de Amalek (Deuteronomio 25:19)(3).

Estos entre muchos otros han sido los preceptos que Moisés ha dejado a la comunidad judía gracias a Dios. 

Capítulo II y III: La Creación

Por supuesto, la forma de amar a Dios es básicamente observar la belleza que ha creado y comprender que uno mismo es una pequeñez, entre su creación. Para comprender esta creación, Maimónides menciona los siguientes puntos. 

Dios creó a los seres desde los siguientes niveles:
  1. Materia y ente como hombres, animales y otros seres.
  2. Materia y ente, pero no de la misma forma como con los hombres o animales. Al contrario, la forma de la que estamos hablando no cambia para nada, se queda tal como está. En este punto están los astros y planetas
  3. Creaciones sin materia. A este grupo pertenecen los ángeles.

Ahora, en las mismas escrituras hay relatos donde se dice que los ángeles tenían cuerpo, pero eso está dicho de forma alegórica. Al igual que cuando se dice ''Dios dijo a Moisés'' eso no quiere decir que Dios tenga boca. 

Todos estos seres tienen cierto orden metafísico donde son los ángeles quienes están en el primer lugar. En este nivel hay por lo menos 10 niveles más que se componen:

  1. Jaiot
  2. Ofanim
  3. Arhelim
  4. Jashmalim
  5. Serafim
  6. Malhajim
  7. Elohim
  8. Bene Elohim
  9. Kerubin
  10. Ishim 

Se supone que en el primer nivel ''Jaiot'' se encuentra Dios, mientras que los ángeles más inferiores están en el nivel 10. Estos son los ángeles inferiores que se comunican con los profetas, y por eso estos se aparecen a los hombres, pues estos se asemejan a la perfección del hombre.

Por supuesto, ninguno de los ángeles puede conocer a Dios tanto como él se conoce a sí mismo. Sin embargo, estos ángeles, sobre todo los primeros que se le acercan más, pueden percibirlo. 

¿Conoce Dios a todas las criaturas? no como nosotros las conocemos, pues Dios solo debe mirarse a sí mismo para conocer a todas las criaturas; todas provienen de él. 

Capítulo IV: Esencia y materia

Maimónides nos dice que todos los seres tienen como esencia algo llamado nefesh(1) que es otorgado por Dios. Es el Génesis el que describe esta esencia de Dios en los seres:

''Hagamos a un hombre hecho a imagen y semejanza''
(Génesis 1:26)

Es decir, que su finalidad sean las ideas y el conocimiento para que así llegue a ser más parecido a los ángeles. 

¿Cómo llega la enseñanza de esto a los hombres? los hombres son enseñados de la siguiente manera: bajo el Maasé Mercaba y el Maasé Bereshit.

Maasé Merkaba: son las enseñanzas de la Torah que se imparten a los que ya tienen conocimientos previos sobre la misma, y por lo tanto su enseñanza es pública. Aquellos que por sí mismos son capaces de entender.

Maasé Bereshit: se enseña en forma particular aunque el estudiando no tenga la capacidad de aprenderlo por sus propios medios. 


Capítulos V: Transgresiones

En la Torah hay ciertas reglas que los judíos deben atender siendo las más controversiales las que Maimónides aquí explica. 


  1. Si a un judío le obligan a transgredir los preceptos porque de otro modo lo matan, entonces debe dejarse matar. Si el judío a quien matan está solo, entonces no debe dejarse matar, pero si llega a estar en la presencia de 10 judíos, entonces debe dejarse matar. 
  2. Si un no judío amenaza a las mujeres diciéndoles ''entréguenos sus mujeres para impurificarlas, de lo contrario impurificaremos a todas'', entonces deben dejarse impurificar y no entregar la mujer judía.
  3. Si un judío está en riesgo de muerte por enfermedad y necesita transgredir un precepto para ser curado, entonces puede transgredir dicho precepto. Además la solución no debe producir placer (gustar de comida deliciosa, o permanecer perezoso), sino que debe ser correspondiente a la enfermedad (tomar medicamentos, ponerse un vendaje,. etc.).
  4. El sabio debe tener una actitud más correcta que cualquier otro judío. Jamás debe faltar el respeto al adversario, incluso si este fue muy agresivo. 

Como vemos, todos estos preceptos son de lealtad hacia la comunidad judía. 

Capítulo VI: Los nombres y los textos

Para el judaísmo, los nombres de cada persona son algo importantísimo que define a cada persona. Es por eso que hay ciertos nombres que no se pueden borrar(4) y si alguien es sorprendido borrandolo, podría ser sujeto de un castigo. 

Aquí están los nombres que no se pueden borrar:

  1. Hvdy
  2. A-donai
  3. E-l
  4. E-loha o E-lohim
  5. E-hye
  6. Sh-adday
  7. Tze-vaot

Quienquiera que borre estos nombres puede padecer un castigo. Sin embargo, si el hombre borra una letra de estos nombres, entonces no recibirá castigo. Los apelativos que se hagan de estos nombres como, ''sabio'', ''inteligente'', ''agudo de pensamiento'', pueden ser borrados. 

Los textos bíblicos o cualquier texto que incluya algo sagrado no puede ser quemado o  destruido. Es por esto que existe el contenedor llamado Guenizá, el cual sirve para guardar dichos escritos. Este no tiene el propósito de conservarlos sino que de no profanar el nombre de Dios a través de la quema o destrucción de estos escritos. 

Capítulo VII: Los profetas

Los profetas son guiados por Dios, es decir, la profecía cae sobre ellos, ellos no hacen la profecía. Estos hombres son los que pueden conocer a los ángeles llamados Ishim

Estos perciben la profecía ya sea en sueños, en una visión nocturna o incluso en luz de día. La mayor parte de las veces los profetas se desmayan, luego de ver la aparición. También pueden presentarse de forma alegórica, es decir, a través de objetos como fue la vara de almendro en Jeremías o el rollo escrito de Ezequiel. 

Las profecías pueden ser personales para que la profecía ilumine al profeta, o puede ser que Dios envíe una al pueblo. Puede ser que un pueblo sea engañado por un hombre, ya que es difícil demostrar una profecía. Sin embargo, de todas maneras se debe escuchar al hombre que dice ser profeta y luego debe probarlo. Aunque exista una mínima chance de que mienta, la comunidad judía debe escucharlo y nadie sería culpable si el falso profeta fuera descubierto. Así dice la biblia:


''Porque el hombre mira a los ojos, pero Dios mira los corazones''
(Samuel I 1:16)

De ahí puede ser que la elección de un profeta o la veracidad de este se vuelva tan difícil de comprobar, y por lo tanto que surjan falsos profetas. 

Capítulo VIII: Los milagros del profeta

El más grande profeta de la biblia fue Moisés y es a éste al cual se consagran los judíos. Cualquier hombre que quiera asemejarse a Moisés, incluso haciendo ''milagros'' más espectaculares que él, el pueblo judío debe desoírlo. 

¿Por qué? básicamente porque si un profeta viene a contradecir o a realizar milagros que no han sido profetizados. Por lo tanto, debe ser rechazado de la comunidad judía inmediatamente. 


Capítulo IX

Tenemos aquí que no aparecerá un profeta cambiando las leyes o destruyendo lo que se ha hecho en los tiempos de Moisés. Sin embargo, la biblia dice:

''Les haré surgir un profeta de entre ustedes, como tú, y pondré mi palabra en su boca y dirá a ellos todo lo que les prescriba''
(Deuteronomio 18:18)


Por lo tanto, los profetas genuinos solo vienen a confirmar la palabra, no vienen a fundar una nueva religión ni a llevar algo nuevo, sino que a cumplir la palabra de Dios con Moisés(5).

Una vez que se asegure que dicho hombre es el profeta, entonces se debe proceder a seguir lo que él dice. Ningún profeta puede abolir la ley ni cambiar los preceptos por más mínimos que estos sean. 

Capítulo X: Las pruebas de la profecía

Las pruebas de la profecía son aquellas que están relacionadas con el futuro. Es decir, el profeta debe decir a la comunidad lo que ocurrirá en el futuro y esperar. Pareciera ser que más que los milagros, los profetas debe ser puestos a prueba por su capacidad de predecir el futuro. 

¿En qué se diferencia un profeta de un adivino entonces? En que el adivino no siempre acierta a los acontecimientos del futuro y el profeta siempre lo hace. 

Conclusión

Es increíble la rigurosidad y lo estricto que son los judíos con respecto a las señales y otros indicios de un futuro profeta. En todo caso, se comprende esta actitud, pues se supone que la aparición de un profeta cambiaría todas las cosas del mundo; sin embargo, el camino es largo y está lleno de engaños. Es así que los judíos consideran un engaño la imagen de Jesús, pues este hombre iba en contra de las antiguas enseñanzas. 

domingo, 2 de septiembre de 2018

Maimónides - Epístola a Yemen (XI - XX) (1172).

Ya hemos examinado al menos las 10 primeras cartas que Maimónides envió a la comunidad judía de Yemen, y ahora nos faltan ver otras 9. Si las primeras diez cartas vistas anteriormente fueron polémicas, no esperemos algo menor en las que siguen pues el filósofo aún no ha terminado su idea con referencia a la conversión forzosa que estaba sufriendo la comunidad judía. Ya vemos como ha destruido la idea del islam (e indirectamente el cristianismo), pero aún queda algunas cosas que decir.

Epístola a Yemen


Epístola XI


Como habíamos dicho en las epístolas anteriores, la imágen del falso profeta fue recurrente en la historia. Maimónides dice que para identificar a los falsos profetas, quien diga ser un profeta debe hacer los mismos milagros que hacía Moisés. De no ser así, entonces estaríamos ante el espectáculo de un falso profeta. 

No solo eso, si existiese un falso profeta, a este se le debe dar muerte. Hay que considerar que un falso ídolo es peor que un hombre apóstata, pues éste último puede alcanzar la conversión. Maimónides considera el acabar con un falso profeta, ya que este está acabando con la profecía de Moisés. 

Epístola XII

Hay una promesa en las Sagradas Escrituras donde se anuncia el mesías, pero ¿cuándo vendrá? Maimónides nos dice que hay diferentes versiones y fechas de cuándo vendrá, pero ninguna que asegure el tiempo exacto. 

La verdad es que Maimónides pide que los judíos, además de ser pacientes, no calculen por medio de las escrituras cuando debería existir un nuevo mesías. De hecho, si se calculan los años de cada época se diría que cada una tuvo 400 años, es decir, a cada 400 años aparecía un profeta. Sin embargo, esto puede no ser posible, porque las Sagradas Escrituras nunca mencionan algo parecido. 

Por lo tanto, al mesías se lo debe seguir esperando tal como se indicaba. 

Epístola XIII

En esta epístola Maimónides exhorta a la comunidad judía a no creer en los astrologos. Por muchos años los astrólogos han intentado describir el futuro y vaticinar los hechos por medio de las lecturas que hacen de los astros. Sin embargo, de acuerdo con las Sagradas Escrituras los astrólogos hicieron muchas predicciones equivocadas. 

Una de ellas fueron las constantes plagas que ocurrieron en Egipto. Los astrólogos decían que sería un período de integridad, abundancia y buen clima, lo cual no fue en absoluto cierto. Es ahí donde dice el mismo Isaías:

''¿Dónde están estos hombres sabios? díganles ahora lo que Dios ha destinado para Egipto'' 
(Isaías 19:12)

Por lo tanto, los hombres judíos de Yemen solo deben mantenerse con la promesa de los profetas de las Sagradas Escrituras, y no con estos falsos adivinos.

Epístola XIV

Aquí Maimónides introduce un concepto muy interesante que en astrología se llama triplicidad. ¿Qué es la triplicidad? cuando los signos zodiacales se dividen por ternarios, es decir, tres signos se dividen por características distintas. Así, en el zodíaco tendríamos la siguiente triplicidad:


  1. Tierra: Tauro, Virgo y Capricornio
  2. Aire: Géminis, Libra y Aries
  3. Agua: Cáncer, Escorpión y Piscis
  4. Fuego: Aries, Leo y Sagitario

En este sentido, Maimónides nos dice que Abraham, Isaac y Jacob vivieron en la época donde los astros favorecían a los signos de tierra. 

Esto ocurre así: la primer conjunción se da cada 20 años solares. Estas conjunciones toman lugar 20 veces más en la misma triplicidad (tierra) por 240 años. Luego tenemos otra conjunción que sería dada 960 años después, en el segundo encuentro entre Júpiter y Saturno. Esto demostraría que Abraham, Isaac y Jacob vivieron en la época de tierra, pero en la época de tierra también vivió Salomón que era el más sabio de todos. 

En fin, si confiamos en la astrología, deberíamos decir que los grandes profetas judíos hicieron lo que hicieron por influencia de los astros y no por el mandato divino de Dios. 

Epístola XV

A los únicos profetas que se debe seguir son Daniel e Isaías que incluso predijeron la llegada de Mahoma, no como un profeta, pero como el hombre que se levantaría contra Roma. 

Epístola XVI


En la carta que Jacob envió a Maimónides se habla sobre un hombre que se autoproclama el mesías. Maimónides no está sorprendido en absoluto, además de que tampoco se sorprende de que mucha gente le crea, pues muchos de ellos fueron persuadidos. 

Maimónides les hace recordar que el mesías es alguien incluso superior que Moisés, alguien que está investido del poder de Dios. 


Epístola XVII

Una cosa más hay que considerar del mesías. Él será una persona sabia, fuerte y rica. Otra de las profecías del mesías dice que éste aparecerá en el Templo de Israel:

''De repente aparecerá en el templo''
(Malaquías 3:1)

Tampoco se sabrá de su madre o de su padre o de sus hermanos, pues la biblia misma dice que aparecerá desde la tierra seca. 


Epístola XVIII

Subsecuentemente, todos los enemigos de Israel caerán inevitablemente, ya que así lo han dispuesto las Sagradas Escrituras. Lo que viven los judíos de Yemen es una de las tantas desgracias que caerían sobre las comunidades judías, pero ellos deben mantenerse en pie para que no sean aplastados por el enemigo. 

Epístola XIX

En esta epístola, Maimónides cuenta una experiencia en la época de su padre, cuando un hombre se había autoproclamado el mesías luego de predecir una lluvia de ''sangre''. En efecto un día viernes llovió, pero no precisamente sangre sino que greda. Este artificio del cual se valió este falso profeta funcionó y mucha gente lo siguió. 

Este profeta les dijo que dieran todos sus bienes materiales a los musulmanes y cuando aquello pasó, la gente se vio envuelta en deudas que no pudieron pagar. Los gentiles, que en ese tiempo gobernaban, dieron cuenta de este hombre y lo enviaron a Palestina donde posteriormente murió. 

Epístola XX

Desde esos días, muchos otros hombres se auto proclamaron mesías y engañaron a la gente muchas veces. Maimónides incita y exhorta a la comunidad judía de Yemen a no dejarse llevar por los falsos profetas, basándose en las cosas ya dichas en las Sagradas Escrituras. 


Conclusión

Teniendo esta exhortación final de Maimónides, vemos que lo nuevo que ha integrado el filósofo es esa crítica a la astrología. En efecto, la astrología ha sido criticada desde las distintas religiones porque privilegia el puesto de los astros por sobre los de Dios. Sin embargo, muchos maestros judíos considerarán la astrología como algo válido, sin escuchar las críticas que Maimónides haría. De hecho, aún nos falta ver la gran crítica que el filósofo hace en su ''Carta contra la astrología''