Dos potencias que incluso daban que hablar en los tiempos de Nicolás Maquiavelo, debido a su impresionante cantidad de armas y de soldados. Para el florentino no había nación tan fuerte como esta, pero tampoco estaba exenta de ácidas criticas. Sin embargo, el mejor elemento a favor que tiene la nación Magna (como él mismo la llama) y Francia es el dinero y por lo tanto, esta nación tiene poder para someter a quien sea. Este es otro de los textos pequeños de nuestro filósofo.
Vocabulario:
(1) Mayorazgo: el derecho a la sucesión solo lo tiene el primogénito
Retrato de los asuntos de Alemania y Francia
ALEMANIA
Como dijimos en la introducción, el gran poder de Alemania subyace en el dinero. Todo el dinero es gastado en armamento. La gente vive como pobre y en eso consiste su riqueza, en que no la necesitan. De este modo, todo el dinero recaudado se invierte en la armada, porque a los ciudadanos pareciera serles innecesarios tener más cosas de las básicamente necesarias. Es interesante ver que en Alemania el dinero no sale del país, los ciudadanos están contentos con lo que el país produce por sí mismo.
En cuanto a su relación con los demás países, debemos decir que Suiza es un eterno enemigo de la Magna. No obstante, debido a que Suiza no tiene tanto gasto en armamento para combatir, entonces no entra en conflicto con Alemania. Es por eso que el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (Alemania) subestima a los príncipes de los otros países.
Los emperadores se diferencian de los príncipes en que los primeros solo buscan tener más libertad, mientras que los segundos necesitan más territorios. Es así que al emperador no le importa que los demás tengan lo que él ya no necesita demasiado. Así es que Alemania dejó a Suiza quedarse con el territorio de Basilea.
Por cierto, otro rasgo que caracteriza a los alemanes y los deja en buen pie para la guerra, es que estos son altos y limpios, no como los suizos que serían todo lo contrario.
Francia
Francia ha cobrado un poder enorme en el mundo. Esto se debe a que a veces los reyes no tienen sucesores y por lo tanto, las riquezas quedan para la corona. Sin embargo, los que reciben las riquezas directas del rey son los primogénitos del mismo, es decir, de acuerdo con Maquiavelo, el mayorazgo(1) nace con los franceses. Los demás hermanos tendrán que ser pacientes y ser ayudados por el primogénito.
En cuanto a la armada, si bien los franceses tienen una armada consolidada la verdad es que como no han tenido muchas guerras, no tienen la experiencia suficiente.
Los pueblos de Francia son pobres y con una oferta de productos excesiva. Los más adinerados no gastan nada de dinero porque tienen sus granjas y ganados, los cuales prefieren criar ellos mismos antes que comprar a otros.
Los prelados de Francia se quedan con 2/5 de los ingresos y riquezas de ese reino, porque hay muchos obispos que tienen potestades en lo temporal y lo espiritual; y y por lo tanto tienen suficiente para sus bienes, pero todo el dinero que les llega nunca sale, según la naturaleza miserable de los sacerdotes y religiosos; y lo que llega a los capítulos y colegios de las iglesias, se gasta en cubiertos, alegrías, riquezas para la ornamentación de las iglesias. De modo que, entre lo que tienen sus propias iglesias y lo que tienen y prelados en particular, entre dinero y plata, vale un tesoro infinito.
Al consultar y gobernar los asuntos de la corona y el estado de Francia, los prelados siempre intervienen en mayor medida; ya los demás señores no les importa, porque saben que las ejecuciones tienen que hacerlas ellos: y sin embargo cada uno se contenta, uno con ordenar, el otro con ejercer; aunque todavía intervienen en él algunos veteranos de guerra, para que, cuando haya que razonar sobre tales cosas, dirijan a los prelados que no lo practican.
Los beneficios de Francia, en virtud de cierta pragmática suya obtenida hace mucho tiempo por los papas, son conferidos por sus colegios; para que los canónigos, cuando muere su arzobispo u obispo, reunidos, entreguen el beneficio a quien crean que lo merece: para que a menudo tengan alguna disensión, porque siempre hay quien se hace favor con el dinero y alguien con virtud y bien. trabajos. Los monjes hacen lo mismo al convertirlos en abades. Los otros pequeños beneficios los confieren los obispos donde están sujetos. Y si el rey alguna vez quiso desviarse de este pragmático eligiendo un obispo a su manera, debe usar su fuerza, porque niegan dar posesión; e incluso si se ven obligados, cuando es un rey muerto, utilizan para tomar de posesión a tal prelado y entregárselo para que lo elija entre ellos.
La Francia de los ingleses tiene mucho miedo de las grandes incursiones y daños que en la antigüedad dieron a ese reino: de modo que en las poblaciones ese nombre inglés es formidable, como los que no distinguen que Francia está hoy condicionada de otra manera que en aquellos veces: porque está armada, experimentada y unida, y sostiene aquellos estados en los que los ingleses hicieron su fundación, como lo fue un ducado de Gran Bretaña y Borgoña. Y por otro lado, los ingleses no son disciplinados, porque tanto es así que no tuvieron guerra que de los hombres que viven hoy no es nadie que haya visto enemigo en la cara; y luego los que los recibieron en la tierra, por el archiduque, los extrañaron.
Tenían mucho miedo de los españoles por su sagacidad y vigilancia. Pero las veces que el rey quiere atacar Francia, lo hace con gran inquietud: porque, del estado desde el que se trasladaría a las bahías pirenaicas que traen al reino de Francia, es tan estéril que, cada vez su rostro apunta así como en aquellos hacia Perpignan y hacia Ghienna, su ejercicio podría ser desordenado, si no en nombre del relevo, al menos en nombre del Vectovaglie, teniendo que ir tan lejos; porque el país que se deja intacto está casi deshabitado por esterilidad, y el que está habitado apenas tiene que vivir para los habitantes. Y por eso los franceses y los Pirineos temen poco a los españoles.
Los flamencos no temen y son franceses. Y nació porque los flamencos no reciben, debido a la naturaleza fría del país, para vivir, granos y vinos, y que deben ser transportados entre Borgoña y Picardía, y de otros estados de Francia. Entonces la población de Flandes vive de obras a mano, cuyos bienes y comerciantes disponen en las ferias de Francia: es decir, de Lyon y París, porque no hay dónde deshacerse de ellas de la banda naval; y hacia Magna lo mismo, porque tienen y hacen más de lo que hacen. Y, sin embargo, cada vez que carecían de comercio con los franceses, los comerciantes no tendrían dónde acabar y, por lo tanto, no solo carecerían de suministros viejos, sino también para disponer de lo que trabajaban. Sin embargo, si no son forzados, son flamencos y nunca irán a la guerra con los franceses.
Pueblo
Gastan poco en mirar tierras porque los sometidos son muy obedientes y fuertes y no suelen buscar un reino. Y en las fronteras donde habría alguna necesidad de gastar, manteniendo las guerrillas de los militares, no hay tal gasto: porque de un gran asalto tienen tiempo para repararse, porque se necesita tiempo para poder hacerlo y atacar nuevamente.
Los pueblos de Francia son humildes y ubicuos, y tienen a su rey en gran veneración; viven con muy poco gasto debido a la abundantia grande de la grascie; y además cada uno tiene algo estable por sí mismo. Se visten toscamente y con ropa barata; y no usan seda de ningún tipo, ni ellos ni sus mujeres, porque serían notados por hombres bondadosos.
Los obispados del reino de Francia, según el cálculo moderno, son ciento seis, contando el arzobispado de dieciocho; las parroquias un millón y setecientos, contaron 740 abadías; las prioridades no se tienen en cuenta. Sin embargo, los ingresos ordinarios o extraordinarios de la corona no los ha podido saber Maquiavelo.
La autoridad de los barones de arriba y de abajo es mera. Su entrada es pan, vino, carne y tanto para el fuego del año; pero no gasta 6 u 8 sueldos por fuego, de tres meses en 3 meses. Las recompensas o los préstamos no pueden ser consensuados.
La corona no se beneficia de ellos más que la entrada de sal, ni la corta nunca si no es por una necesidad muy grande.
La orden del rey en los gastos extraordinarios en las guerras, así como en otros asuntos, es que ordena a los tesoreros que paguen ya los soldados; y los pagan de la mano de quienes los renuncian. Los pensionistas y señores van a los generales y obtienen el relleno sanitario, es decir, la política de su pago, de mes a mes; Son hombres amables y tienen 3 meses de pensión en tres meses, van al síndico de la provincia donde viven y les pagan de inmediato.
Los hombres bondadosos del rey son 200; su sueldo es de 20 escudos al mes.
No hay número de pensiones, y algunas tienen pocas y otras tanto como le gusta al rey, y se alimentan de la esperanza de llegar a un rango superior; y sin embargo no hay orden.
Los tesoreros se quedan con la plata y pagan según el orden y los depósitos de los generales.
La pensión que el rey de Francia dio al rey de Inglaterra fue de 50.000 francos al año, y fue a cambio de ciertos gastos hechos por el padre del actual rey de Inglaterra en el ducado de Gran Bretaña; que se acabó y ya no se paga.
Los gobernadores de las provincias son tantos como quiera el rey y pagados como parece ser el rey. Y los demás gobernadores, verdaderos lugartenientes de las pequeñas tierras, son colocados por el rey. Y tienes que saber que todas las oficinas del reino son donadas o vendidas por el rey y no por otros.
La forma de hacer estados es cada año en agosto, cuando en octubre, cuando en enero, como quiere el rey; y los gastos e ingresos ordinarios de ese año son contabilizados por los generales; y allí se distribuyen los ingresos según la producción, y se aumentan y disminuyen las pensiones y pensiones, como quiere el rey.
De la cantidad de las distribuciones de señores y jubilados no es número; pero nada debe abrirse para la Cámara de Cuentas, y la autoridad del rey es suficiente para ellos.
La oficina de la cámara de cuentas es revisar y rendir cuentas a todos aquellos que ministran dinero de la corona, ya que son generales, tesoreros y síndicos.
El estudio de París se paga con los ingresos de las fundaciones de los conlegi, pero muy poco.
Hay cinco parlamentos: París, Roano, Toulouse, Burdeos y Delphinato, y no se disculpa por ninguno.
Hay cuatro primeros estudios: Paris, Orliens, Borges et Poctieres; y luego Torsi y Angieri; pero prestan poca atención.
Los guerrilleros están donde el rey quiere, y tantos como él piensa, tanto la artillería como los soldados. Todas las tierras tienen alguna pieza de artillería en municiones; y durante los últimos dos años ha habido muchos de ellos en muchas partes del reino, a expensas de las tierras donde se han hecho con un aumento de una moneda por animal o medida. Normalmente, cuando el reino no teme en persona, hay 4 curaciones, es decir: en Ghienna, Picardía, Borgoña y Provenza; y luego están cambiando y aumentando más en un lugar que en otro, segundo y 'sospechoso'.
Hay 400 arqueros, diputados que custodian la persona del rey, entre los cuales hay un centenar de escoceses, y al año 300 francos por hombre y un saione, como usan, en la librea del rey. Los del cuerpo del rey, que siempre están a su lado, son 29 con 400 francos cada año. Capitaneo es Monseñor d'Ubegni, Cursores y Capitán Gabriello.
La guardia de los lacayos es Alamanni, de los cuales a cien se les paga 12 francos al mes; y solía quedarse hasta 300 con una pensión de 10 francos, y más, a todos, 2 prendas, un año por una, es decir: una en el estado y otra en el invierno, es decir, chaqueta y medias en librea. ; y los 100 del cuerpo vestían chaquetas de seda. Y esto en la época del rey Carlos.
Los forrieri son los que se encargan de albergar la cancha: tienen 32 años, y tienen 300 francos y un saione al año en librea. Allí hay cuatro manisciales, y cada uno tiene 600 francos; y en vivienda guardan este orden, es decir: se dividen en cuatro; y un cuarto con un maniscial o su lugarteniente, cuando no estaba en el juzgado, permanece donde comienza el juzgado, para que se cumpla el deber de los amos de las alogias; un cuarto va con la persona del rey; y un cuarto, adonde llegaría el rey ese día, para preparar los aposentos de la corte; y el otro cuarto va donde el rey debe ir al día siguiente. Y guardan un orden admirable, para que cada uno tenga su lugar para llegar, incluso a las rameras.
El jefe del albergue es un hombre que siempre sigue la persona del rey, y su oficiante es el merum imperium; y en todos aquellos lugares a los que va el tribunal, su banquillo es el primero; y los de su propia tierra donde se encuentra agobiado por él como por su lugarteniente. Quienes son tomados de su mano por causas criminales no pueden apelar a los parlamentos. Su salario ordinario es de 6.000 francos. Tiene dos jueces en civil, pagados por el rey de 600 francos al año por hombre; también lo es un teniente en criminal, que tiene 30 arqueros pagados. Y se acelera tanto en lo civil como en lo penal, y sólo una vez que el actor se abolió con el delincuente en su presente es suficiente para acelerar la causa.
Los amos de la Casa del Rey son ocho: pero no hay un orden firme entre ellos de salarios, porque quien tiene mil francos, unos más y otros menos, como parece el rey. Entonces el gran maestro que sucedió en el lugar de Monseñor di Ciamonte es Monseñor della Palissa, cuyo padre ya tenía el mismo oficio, que tiene 2.000 francos y no tiene otra autoridad que estar sobre los demás amos de la Casa.
El Almirante de Francia es sobre todo los ejércitos del mar, y se ocupa de éstos y de todos los puertos del reino; puede tomar leña y fabricar ad libitum con la leña del ejército; y ahora es Preianni y tiene un salario de 10 mil francos.
Los Caballeros de la Orden no tienen número, porque son tantos como quiera el rey. Cuando son creados, están dispuestos a defender la corona y nunca enfrentarse a ella, y nunca pueden ser privados de la muerte. Su pensión es de hasta 4 mil francos; son unos pocos uno menos; y no todos reciben un grado similar.
El oficial del ciamberlani debe contratar al rey, llegar a la cámara del rey, asesorarlo; y de hecho son los primeros en el reino por reputación. Tienen una gran pensión: 6, 8, 10 mil francos; y alguien nada, porque el rey a menudo hace a algunos para honrar a algún buen hombre, e incluso a extraños. Pero tienen el privilegio en el reino de no pagar impuestos; y siempre en la corte tienen los gastos en la mesa del ciamberlani, que es la primera después de la del rey.
El Gran Escudero siempre está frente al rey; su oficiante siempre debe estar encima de los 12 escuderos del rey, como lo está el Gran Maestre y el Gran Ciamberlano por su cuenta, y cuidar la caballería del rey, colocarlo y sacarlo de su caballo, cuidar el herramientas del rey y llévalas la espada hacia adelante.
Y todos los señores del Consejo tienen pensiones de 6 a 8 mil francos, según le parece al rey, y son: Monseñor de París, Monseñor de Buoccall, Baglì d'Amiens, Monseñor de Bussì y el Gran Canciller. Y de hecho Rubertet y monseñor de París gobiernan el conjunto.
Ahora no hay mesa para nadie, después murió el cardenal de Roano; porque el Gran Canciller no está, hace la ophitio Paris.
La razón por la que el rey de Francia reclama el estado de Milán es que su abuelo tenía para donna una hija del duque de Milán, que murió sin hijos masti. El duque Giovan Galeazo tuvo dos hijas y no sé cuántos hijos; entre las mujeres había una que se llamaba Madame Valentina, y estaba casada con el duque Ludovico d'Orliens, abuelo de este rey Luis, que también había bajado de la stiatta de Pippin. Cuando murió el duque Gian Galeazo, fue sucedido por el duque Filippo, su hijo, que murió sin hijos legales y dejó a una mujer, una hija bastarda, sola. Ese estado fue luego usurpado por estos Sforza, ilegítimamente, ut dicunt: por lo que dicen que el estado llega a los sucesores y herederos de esa señora Valentina. Y desde el día en que Orliens se relacionó con los milaneses, acompañó los brazos de tres lirios con una serpiente, y así todavía se ve.
Las razones que los ingleses afirman tener en el reino de Francia, son más frescas, desandar y volver a ser estas. Carlos, sexto de este nombre, rey de Francia, casó a Catalina, su hija legítima y natural, con Enrique, el hijo legítimo y natural de Enrigo, rey de Inglaterra; y en el contracto, sin hacer mención alguna a Carlos Septimus que fue más tarde rey de Francia, además de la dote entregada a Catalina, instituyó heredero del reino de Francia, después de su muerte (es decir, de Carlos sexto) Enrigo, su yerno y esposo de Catalina; y en el caso de que dicho Enrigo muera antes que Carlo su suegro, y deje hijos legítimos y naturales, que en este caso siguen siendo dichos hijos de Enrigo para suceder a Carlo sexto. Que, habiendo sido preterizado por el padre Carlo septimo, no surtió efecto, porque estaba en contra de las leyes; en cuya reunión, los ingleses dicen que Carlos VII nació ex concubitu incestuosa.
Conclusión
Por el contraste de los textos podemos saber que Maquiavelo tenía más conocimientos de Francia que de Alemania. Recordemos que Maquiavelo no veía gran poder en el Sacro Imperio Romano Germánico, sino que el poder estaba mucho más en Francia. A pesar de que este país no tuviera experiencia en la guerra, esto lo suplía con el poder de armamento y financiero que ostentaba a los demás territorios.