jueves, 21 de enero de 2021

Hermes Trismegisto

 Hermes Trismegisto

Una de las figuras helenísticas más legendarias que resultó en una combinación entre el dios griego Hermes y el dios egipcio Thoth. Es el supuesto autor del libro ''Hermética'' una colección de diversos textos medievales donde está presenta la base filosófica del ''hermetismo''.

Etimología 

Su nombre es probablemente derivado de ''herma'' palabra del griego antiguo que significa ''piedra'' o ''roca''. De hecho, herma era también un objeto sagrado conectado con el culto de Hermes, el dios mensajero y el dios de la fertilidad. 

Por otro lado, ''Trismegisto'' significa ''tres veces grande'' en griego antiguo. Este epíteto se ve en la obra Legatio de Atenágoras de Atenas, y otros se lo atribuyen al epíteto de Thoth de quien se decía:

''¡Toth el grande, el grande, el grande!''

Con los cambios artísticos entre los hombres, esta piedra terminaría formando parte de una estatua. Esto se debe al querer humano de darle figura humana a los dioses. De ahí que finalmente se crearan las hermas como estatua. Estas consistían en tener la cabeza, el torso y el órgano sexual en la estatua. 


Así eran adorados tanto los dioses como los grandes hombres de la antigua Grecia; por ejemplo, existían hermas que son de Demóstenes. 

Origen

En la literatura griega, Hermes era el hijo de Zeus y de la ninfa Maya, y en la literatura romana era identificado como Mercurio. También se puede hacer referencia a los Cabiros, que eran antiguas deidades de Grecia relacionadas con el mito de Hefesto; en este sentido, Hermes puede relacionarse con Casmilus o Cadmilus. 

El centro más temprano de su adoración puede situarse en Arcadia, donde el Monte Cirene fue reputado de ser su lugar de nacimiento. Era especialmente adorado por ser el dios de la fertilidad, y así se puede ver en sus imágenes que eran siempre falocéntricas.

Por otro lado, a Hermes también se le ha asociado con la protección del hogar y del ganado. También está asociado con la vegetación, especialmente con Pan y las ninfas. En la Odisea, sin embargo, aparece como un mensajero de los dioses y el conductor de la muerte a Hades. Como mensajero, también se le asoció con los caminos y las puertas, además de ser el protector de los viajeros. 

El número sagrado de Hermes es el número cuatro y el cuarto día del mes es su cumpleaños. Podríamos decir cronológicamente que estamos hablando primero de Thoth, luego de Hermes y finalmente de Mercurio. 

Se dice que Hermes habría reencarnado en la época de Abraham siendo su contemporáneo. De hecho, se dice que Abraham habría tomado los conocimientos del mismo Hermes Trismegisto. 

Muchos cristianos entre ellos San Agustín de Hipona, Clemente de Alejandría, Marsilio Ficino, Campanella y Giovanni Pico della Mirándola dirían que Hermes Trismegisto habría profetizado la llegada del cristianismo. 

Escritos herméticos

Los escritos herméticos son la revelación de los ocultos, teológicos y conocimientos filosóficos atribuidos al dios egipcio Thoth (Hermes en la mitología egipcia). En Egipto, a Thoth se le creía el inventor de la escritura y el patrón de todas las arte, y por lo tanto, autor de las obras de la ''Hermética''.

La colección de escritos en griego y en latín probablemente datan del siglo I y finales del tercero después de Cristo. Fue escrito en la forma de diálogos platónicos y se divide en dos categorías:

  • Hermetismo popular: vinculado con la astrología y las ciencias ocultas
  • Hermetismo técnico: vinculado con la teología y la filosofía


Desde el Renacimiento hasta finales del siglo XIX, la literatura del hermetismo popular recibió muy poca atención. Sin embargo, fue tremendamente importante tanto para los griegos como para los romanos de la antigüedad. 

En la era helenística, los escritos de Hermes Trismegisto estaban basados principalmente en astrología, pero también podían verse de los más variados temas como la alquimia, la magia y la naturaleza. 

Doctrina

En la doctrina de Hermes, Dios es concebido como incorpóreo, infinito y trascendente. Es el principio y raíz de todas las cosas. Sin embargo, la teoría es más especial pues combina la teología negativa (Dios no es tal cosa) con la teología positiva (Dios es tal cosa); es decir Dios es todo pero no tiene figura ni forma. En algunos tratados se dice que Dios es invisible pero también lo más visible. 

Jerarquía

La jerarquía en la doctrina de Hermes es la siguiente:

  1. Dios
  2. Logos
  3. Intelecto demiúrgico
  4. Anthropos (hombre incorpóreo)
  5. Intelecto

La creación del hombre es un poco más compleja, pues el anthropos quiere imitar al intelecto demiúrgico, pero además éste último también quiere crear algo. Una vez obtenida la aprobación del padre, el anthropos atraviesa las siete esferas celestiales (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno y la Luna) hasta llegar a la luna. Desde la luna, el anthropos se supone que contempla la naturaleza y se enamora de ella, de su propia imagen reflejada en ella. Se apodera de él el deseo de unirse y cae. Así nace el hombre terrenal que es mitad alma mitad cuerpo. 

Como la caída del hombre se debió al placer de observar la naturaleza, entonces su salvación será liberarse de todo aquello que lo ata a la tierra. Para hacerlo el hombre debe conocerse a sí mismo, comprender que es un intelecto y por lo mismo reconocer a Dios como su creador. 

Esta teoría llamó tremendamente la atención de los filósofos renacentistas, quienes inmediatamente la aceptaron y reconocieron. Los filósofos como Marsilio Ficino llegaría a afirmar que Hermes eran un contemporáneo de Moisés, por lo que sus escritos eran tan validos como la biblia misma. En este sentido, se une la astrología y el gnosticismo de Hermes con la teoría platónica y cristiana. 


Consecuencias

Los antiguos tomaron la existencia de Hermes Trismegisto como auténtica. Sin embargo, los escritos que se le atribuyeron son todas falsificaciones que se hicieron en la época imperial. El Renacimiento creyó también en estos textos y se le atributo de una autoridad enorme frente a muchos otros textos. Lo consideraban una especie de profeta pagano. 

Conclusión

Sin duda que la figura de Hermes Trismegisto causó una inspiración enorme a los filósofos del Renacimiento. Habría sido muy interesante que estos escritos realmente fueran auténticos, pero hay algo muy cierto de todo esto, que pese a que no son reconocidos verdaderamente, su contenido sigue siendo valioso e interesante. No es extraño que nos encontremos a lo largo de nuestro camino por el Renacimiento, estas teorías que sorprenden y de las cuales algunos filósofos se dejan llevar. Salvo todo este problema, no descartemos todos estos conocimientos que se nos dan. En la antigüedad existieron muchas obras atribuidas a Platón que resultaron ser apócrifas, pero de una cosa podemos estar seguros; que aunque sean falsas, son totalmente platónicas. 

3 comentarios:

  1. Hola. Me gustaría saber en dónde se encuentran ahora esos textos,en qué país, museo, etc.

    ResponderEliminar
  2. Jajaja 😹 terminas el artículo diciendo que todo es falso para hacer dudar al lector... Típico del sistema de éste mundo que no quiere que despiertes..

    ResponderEliminar
  3. Las siete leyes del hermetismo y las tablas esmeralda son algunas de las obras que se le atribuyen a Hermes...

    ResponderEliminar