Es uno de los temas más controversiales en el derecho y no menos en la filosofía. El homicidio, que significa ''matar a un ser humano'' es el tema a presentar por el filósofo Francisco de Vitoria. Sin embargo junto a este gran título también está la concepción del suicidio. Desde este texto podremos recordar inmediatamente la figura de Santo Tomás de Aquino, quien ya nos hablaba del homicidio a propósito de la pena de muerte. Veamos cómo es que Vitoria aborda el homicidio en los siguientes apuntes de filosofia.
Referencias:
(1) No pensaría así Juan Duns Escoto quien pone la voluntad primero que la razón
(2) No nos queda claro si Francisco de Vitoria se referirá a la Llama fría, sin embargo, este descubrimiento se hizo en 1810 por Sir Humphry Davy.
De Homicidio
¿Es de varón fuerte suicidarse?
Para tratar este tema, Vitoria nos acostumbra nuevamente a abordar el tema por medio de las conclusiones.
Primera conclusión
''Así como darse la muerte es siempre impío; así, no solo tolerar pacientemente la muerte, sino que sufrirla libremente es muchas veces de consejo y algunas de precepto''
En efecto, matarse a sí mismo es contra la inclinación natural del hombre, y como realizar algo en contra de la naturaleza es pecado, entonces el suicidio es un pecado. Hasta los animales evitan siempre su destrucción.
La inclinación natural tiende siempre al bien, porque lo natural tiende a lo que es honesto. Resistir contra lo que es la naturaleza no solo es malo sino que es ilícito.
Sin embargo, ciertos autores de no pequeña autoridad exclaman que la naturaleza y la ley humana no son contestes entre sí. Todo lo contrario, los apetitos del hombre lo llevan a cometer ilícitos pues el mal le es mucho más provechoso o deleitoso que la virtud. En efecto, la virtud es algo trabajoso, algo que el hombre quiere evitar o derechamente no hacer. Por lo tanto, siendo que la naturaleza inclina a cosas, valga la redundancia, naturales, aquello que es fácil está más emparentado con ella. En consecuencia, el hombre está naturalmente inclinado al mal, no a la virtud.
No obstante, de acuerdo con Vitoria esto no es de tal manera. Al contrario, la voluntad del hombre en realidad es voluntad de Dios; por lo tanto, no puede ser mal. Todo aquello que es natural fue creado por Dios y así la inclinación natural del hombre es hacia el bien, no hacia el mal porque de ser así, entonces diríamos que Dios es autor del mal lo cual no es correcto. Todas las creaciones de Dios son buenas, de lo contrario, si el movimiento de una piedra fuera inclinarse hacia abajo y fuera esto pecado, entonces Dios mismo sería un pecador lo que sería falso.
Si se quisiera decir que la voluntad es un concepto que inclina hacia lo malo, esto también sería erróneo. La voluntad debe estar guiada por la razón, de otro modo, no podría concretarse(1). Dios deja al hombre a su propio arbitrio, es decir, que él elija naturalmente su destino. Esto se debe a que en el ser del hombre existe un hombre interior y un hombre exterior. Por cierto que el hombre interior siempre se inclinará a cosas buenas, mientras que el exterior se inclinará por las cosas de la carne.
Por lo demás, la inclinación del apetito sensitivo siempre obedecerá más a la razón. Aquí vemos que la superioridad de la razón en frente del apetito sensitivo es notable.
¿Por qué Dios no hizo las cosas de otro modo?
Muchos se hacen esta pregunta. Vitoria responde que si bien Dios no hizo las cosas de otra manera, sí pudo hacer posible que las cosas cambiaran; así, por ejemplo, está el fenómeno de que el agua se pueda enfriar o calentar, que el fuego pueda ser frío(2), que la tierra sea leve y que el aire pese. Sin embargo, Dios sí puso una naturaleza en cada cosa, una naturaleza fija que puede ser modificada en lo accidental pero no en lo esencial.
El homicidio
Por eso el suicidio es ilícito en términos divinos y mortales, pues también contradice el mandamiento ''No matarás''. Sin embargo, antes de la ley de Moisés ¿fue lícito matar? Vitoria responde que no, porque el mandamiento no solo es algo legal sino que natural. Ya vimos que es algo natural procurarse la vida y alejarse del daño, algo que pertenece a la naturaleza del ser humano. Por lo tanto, es imposible que esta norma no haya estado antes.
Ahora, claro, este precepto se aduce al inocente, es decir, ''No matarás'' al que es inocente, pero ¿qué pasa con los pecadores? de acuerdo con Vitoria, son dos las formas lícitas de matar a un hombre:
- Por orden del juez
- Por defensa propia
Por lo tanto, a ese hombre corruptor de la República, por el bien de esta misma, debe ser muerto por la ley pública. Podría decirse que esto contradice la ley natural, pero la verdad es que no pues la ley natural también dice que el bien mayor debe preferirse al bien menor. En consecuencia, el homicidio solo es confiado a las autoridades de la República. Así como el cuerpo debe deshacerse de un miembro corrupto o enfermo, la República hará lo propio con el condenado.
Sin embargo, hay muchas situaciones donde el bien mayor puede consistir en matarse, y por tanto, se estaría acorde al derecho natural. Como ejemplo, unas santas mujeres condenadas al fuego se precipitaron por sí mismas, no esperando que el mismo tirano lo hiciera. Otro ejemplo sería que nadie está obligado a querer sanarse luego de tener una enfermedad terminal. También podría ser lícito navegar teniendo en consideración un peligro de muerte, y en efecto, morir.
Para Vitoria, existen veces que el ser humano cree por error que matarse es mejor que esperar la muerte. Por lo tanto, la voluntad y el conocimiento juega un papel enorme a la hora de cometer un suicidio. En el caso de las mujeres, ellas estimaron que era beneficioso tirarse al fuego antes que lo hiciera el tirano. Esto pudiera parecer noble y sabio, pero se dice en la biblia que la sabiduría del ser humano es necedad para Dios. Por otro lado, en cuanto a los hombres que quieren navegar en una circunstancia peligrosa, entonces se deben tomar por necios porque aunque sea por un ejercicio militar, estos pueden practicar ejercicios muy efectivos sin necesariamente hacer peligrar sus vidas.
De todo esto se entiende que el suicidio está prohibido, mientras que el homicidio está prohibido solo en su manera privada, con la excepción de la defensa propia; pues, es de derecho natural procurarse la vida. La verdadera intención de la defensa propia es procurarse la vida y no matar al otro.
De todo esto se entiende que el suicidio está prohibido, mientras que el homicidio está prohibido solo en su manera privada, con la excepción de la defensa propia; pues, es de derecho natural procurarse la vida. La verdadera intención de la defensa propia es procurarse la vida y no matar al otro.
Conclusión
Básicamente, las fuentes de Francisco de Vitoria para argumentar el homicidio se basan en la biblia, Aristóteles, San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino. Por lo tanto, podemos juntar o posicionar la mirada de Francisco de Vitoria enteramente en estos intelectuales. Es por esto también que por este intelectual se justifique la pena de muerte, ya que serían los jueces los más aptos para decidir si una persona (más bien un criminal) vive o no.
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