sábado, 21 de marzo de 2020

Donación de Constantino



Donación de Constantino

La Donación de Constantino fue una falsificación de un decreto imperial donde supuestamente, Constantino I transfería la autoridad del Imperio Romano Occidental al papa de aquel entonces Silvestre I. 

Fue probablemente compuesto el siglo VIII y fue ampliamente utilizado por los religiosos para probar que el poder imperial pertenecía a la iglesia gracias a esta donación. 

¿Por qué importó tanto este documento? porque gracias a este, la iglesia podía imponer su poder contra otros Estados, argumentando que el poder de Imperio lo había dado Constantino en aquellos años. En efecto, el poder del emperador, que era poder de imperio, se diferenciaba con el poder del papa que era espiritual. Sin embargo, teniendo la Donación de Constantino como antecedente, la iglesia también podía reclamar el poder imperial.

Contenido

Es una especie de documento que trata de una profunda fe cristiana y de la anécdota de cuando Constantino, buscando una cura para su lepra, se bautizó con el papa Silvestre I. En agradecimiento, Constantino le dio el poder imperial a Silvestre por todas las iglesias que existieran en el mundo, además de poder de mando en ciudades como Alejandría, Constantinopla, Jerusalén y Antioquía. 

Quizás, una de las copias que se hizo de esta carta fue inspirada en otra que ocurrió con el padre de Carlomagno, Pepín el joven. Este último le daba al papa Adriano I de aquel tiempo, soberanía total sobre los estados papales.

El primer papa en aplicar el decreto de la Donación a Constantino fue el papa León IX, al patriarca de Constantinopla Miguel I Cerulario, quien además citó el documento creyendo que era verídico. 

Investigación

Durante la Edad Media, el documento fue ampliamente aceptado. El único que tenía sus resquemores era Otto III, quien decía que el documento tenía ''letras de oro'', aludiendo al interés y conveniencia que daba ese documento a la iglesia. Sin embargo, fue Nicolás de Cusa el primero en acusar que este documento era falso. 

Lorenzo de Valle, filósofo humanista del siglo XV, investigaría sobre el documento y daría cuenta de que el modo de redacción y de las palabras que contenía no era propio del siglo IV, sino que más bien del siglo VIII. De hecho, en este documento aparecía la palabra ''feudo'', vocablo propio de la Edad Media y no del siglo IV. 

El papa Pío II escribió un tratado en el año 1453, antes de convertirse en papa, para mostrar que la Donación de Constantino era una farsa y que en realidad la iglesia le debía el poder a Carlomagno, y las llaves de su poder a San pedro. Sin embargo, nunca lo publicó. 

Luego de las lecturas de Lorenzo de Valle, la Donación de Constantino siguió siendo aceptada por gran parte de Europa. No fue hasta que César Baronio en sus ''Anales ecclesiastici'' la condenó totalmente. Algunos la siguieron defendiendo como sería el filósofo Christoph Wolff.


Conclusión

Podría decirse que estos fueron los resabios autoritarios o fundamentos claves que tenía la iglesia para justificar su poder en el mundo. No fue hasta que el humanista Lorenzo de Valle descubrió que era una farsa, y por eso su veracidad se vio en peligro. Este documento fue la base del papa para imponer su poder, pero ya no será así dentro de las décadas siguientes. Sin duda un acontecimiento extraño y curioso. 


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