Ibn Gabirol (o Avicebrón) fue un filósofo judío que tenía una controvertida teoría sobre la sustancia de los ángeles: estaba compuesta de materia y forma. Photo by freestock.ca ♡ dare to share beauty on Foter.com / CC BY |
Luego de haber discutido las distintas posiciones de Platón y Aristóteles en relación a las sustancias separadas, nos toca ver la cosmovisión y teoría que tenía el filósofo judío Avicebrón. Frente a todos los otros filósofos, Santo Tomás de Aquino recoge las ideas de este las cuales son las más diferenciadoras de los sucesores de Platón y Aristóteles. El aquinate hace una refutación de todos los argumentos de Avicebrón, encontrándolos improbables y confusos, pero debemos ver en qué grado se da todo esto.
De substantiis
separatis
Parte II: Avicebrón
Materia y forma
El comienzo de su teoría es que todas las sustancias inferiores a Dios están compuesta de forma y materia. Nos dice el sabio judío que las cosas están compuestas por forma y materia, y que de la potencia pasan al acto.
Para Avicebrón, los cuatro elementos (agua, fuego, tierra y aire) son cuerpos que solo contrastan en sus cualidades. Por lo tanto, el filósofos nos dice que hay dos especies de materia: universal (perteneciente a los ángeles) y natural (perteneciente a los cuerpos de la Tierra).
Por otro lado, Avicebrón identifica otras dos materias que serían la materia celeste, es decir, aquella que pertenece a los cuerpos celestes; y finalmente la materia sublunar, que es aquella que pertenece a todo lo que está sujeto a la generación y la corrupción (los cuatro elementos).
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Constitución del ser en Avicebron:
Materia Universal: seres celestiales
Materia Natural: seres corporales
Materia Celeste: cuerpos celestes o astros
Materia Sublunar: agua, tierra, aire y fuego
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Constitución del ser en Avicebron:
Materia Universal: seres celestiales
Materia Natural: seres corporales
Materia Celeste: cuerpos celestes o astros
Materia Sublunar: agua, tierra, aire y fuego
Sin embargo, Avicebrón nos dice que todos estos entes están hechos tanto de materia como de forma. De hecho, el filósofos nos dice que de no ser así no podría existir la multiplicidad. Por ejemplo, si los ángeles solo fuesen materia, entonces se seguiría que los ángeles no podrían ser más de uno ya que la materia es solo una y sólo se diversifica por la forma; por el contrario si solo son formas, entonces ninguna asignación (a la materia) podría llevarse a cabo. Por lo demás, ser sujeto significa tener materia y no forma, de acuerdo a Avicebrón, se es sujeto cuando hay materia.
Si esto es así, es decir, si están compuestos de materia y forma entonces los seres espirituales se clasificarían en inferiores y superiores, ya que la diferencia de un ser se ve en la materia.
Por otro lado, otro problema que identifica Avicebron es que si todos tienen sustancias, entonces se entiende que hay sustancias superiores e inferiores. Por ejemplo, las sustancias de los seres de la tierra son inferiores a los de los cuerpos celestes; lo que quiere decir también que habría una pluralidad de formas.
Por lo tanto, todas las criaturas sean espirituales o no deben tener tanto forma como materia.
Refutación al argumento
Lo que dice Avicebrón es insostenible porque lo que realmente define que la materia exista es la forma. Lo que está en potencia aún no existe en concreto y el acto es el que finalmente lo determina. Por lo tanto, aquellos seres que están más unidos a la materia tienen menos carácter de ser que aquellos que no están unidos. Y en ese caso, los seres más superiores son aquellos que tienen más carácter ya que no están unidos a la materia.
Pareciera ser, en opinión a Santo Tomás de Aquino, que Avicebrón volvió a la opinión de los antiguos filósofos griegos que decían que el mundo estaba creado por los elementos de la naturaleza. En efecto, Avicebrón cree que la materia es una actualidad en sí misma, lo que es un tremendo error según la lógica aristotélica.
De esta forma, se destruye completamente la sustancia única, pues no habría cómo llegar a una unidad perfecta, sino que solamente a la pluralidad de cosas. De hecho, en este sentido solo habría materialidad pues nunca se podría alcanzar la forma primaria.
De esta forma, se destruye completamente la sustancia única, pues no habría cómo llegar a una unidad perfecta, sino que solamente a la pluralidad de cosas. De hecho, en este sentido solo habría materialidad pues nunca se podría alcanzar la forma primaria.
La materia en las sustancias separadas
La materia tiene la propiedad de recibir las formas. Si esto es así, entonces la materia de los ángeles también podrá recibir las formas. Sin embargo, las cosas corporales reciben la forma de otro modo, distinto de cómo lo hacen los ángeles. En efecto, la materia de los seres corporales será diferente de aquella de los ángeles. ¿Por qué? porque la forma de recibir de las criaturas del mundo sublunar tienen una materia inferior. Por lo tanto, la materia de los ángeles sería mucho más ''noble'' y ''fina'' que de los seres corporales.
Santo Tomás vuelve a recordarnos que el ser está compuesto de potencia y acto, y que los seres más cercanos al acto son más perfectos que aquellos que están cercanos a la potencia. Así, otra diferencia entre los ángeles y los seres corporales es que los primeros están más cerca del acto que de la potencia, mientras los otros son todo lo contrario.
Santo Tomás vuelve a recordarnos que el ser está compuesto de potencia y acto, y que los seres más cercanos al acto son más perfectos que aquellos que están cercanos a la potencia. Así, otra diferencia entre los ángeles y los seres corporales es que los primeros están más cerca del acto que de la potencia, mientras los otros son todo lo contrario.
La forma y la materia
Pareciera ser, entonces, que de acuerdo a Avicebrón no podría existir la diferencia entre los seres si estos no estuvieran compuestos de materia y forma (incluyendo a los ángeles). Sin embargo, la verdad es que las distintas materias (de seres corporales o celestiales) reciben la forma de manera distinta. Los cuerpos celestiales llevan la materia a su perfección quedando ninguna potencia en ellas, mientras que la forma de la materia de los seres corporales no se perfecciona ya que la forma es recibida de manera inferior. Lo mismo pasa con la materia de los elementos sublunares (agua, tierra, aire y fuego).
Conclusión
Esta puede ser la crítica más grande que haya tenido el filósofo judío Avicebrón. No creo que la teoría de Avicebrón deba ser rechazada inmediatamente al dar materia y forma a todos los cuerpos, pues es lógico pensar que todo ''ser'' tiene un cuerpo. Sin embargo, si nos enfocamos en la metafísica aristotélica y la comprendemos en su esencia, entonces tendremos que rechazar el postulado de Avicebrón al, como dije anteriormente, ''actualizar'' la materia o tratar a la materia como si también fuera un acto.
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