lunes, 10 de diciembre de 2018

San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro II: Sustancia del alma y sus partes) (Tratado III: Los sentidos)

Pareciera ser que cada vez más vamos descendiendo poco a poco desde la sustancia del alma, hasta la corporeidad de los sentidos que caracterizan la parte más superficial del ser.  Debemos tener paciencia con todo lo que aparecerá aquí, pues cubre gran parte del tratado sobre el alma; porque, en efecto, son muchas más las cosas materiales en el ser que las más esenciales. No podemos prestar menos atención a este tratado, pues el materialismo forma parte importante en el pensamiento filosófico.

Referencias:

(1) Como dato adicional, Aristóteles nos decía que entre la vida contemplativa y la vida activa (o política), siempre es mucho mejor la vida contemplativa. 

Sobre el alma

Tratado III: Los sentidos

Capítulo I: La potencia sensitiva

La potencia sensitiva está en verdad en la potencia pasiva, es decir, que no hace nada por sí misma, sino que siempre es afectada por algo más. ¿Por qué el sentido no se siente a sí mismo? si la potencia sensitiva fuera activa, entonces esta no podría captar las sensaciones del mundo exterior lo que no es cierto. 

Lo único que puede responderse a esto es que el sentido es una potencia pasiva que sólo se actualiza por un estímulo externo. Muchos filósofos no están de acuerdo con esto y decían que tanto la inteligencia como los sentidos son cosas activas, porque lo activo siempre es superior a lo pasivo. Sin embargo, esto no es en todos los casos porque podemos relacionar lo activo con la potencia y lo pasivo con el acto(1)

Capítulo II: Las potencias y la aprehensión

En esta parte Alberto Magno quiere definir lo que es potencia y acto:

Potencia

La potencia es aquello que está dispuesto o indispuesto a la perfección primera. Puede ser remota; cuando un hombre sabe potencialmente algo; puede ser próxima, cuando un hombre conoce potencialmente y ya sabe los instrumentos de aquello.

En este sentido, el hábito se parece a la potencia, mientras más se conozca más se llegará al conocimiento de la ciencia a estudiar. 

Acto

El acto es la forma de al potencia, aquello que termina un proceso y define lo que se llevó a cabo. En otras palabras, podríamos decir que el acto está en la persona que ya sabe. 

Capítulo III: Aplicación de la potencia y del acto

El sentido no está totalmente alejado del acto, pues se puede sentir tanto en potencia como en acto. La intelección hace que sean entendidas en acto, para luego pasar a lo Universal. Sin embargo, una cosa es distinta entre la intelección y el alma, pues el alma puede sentir (o interpretar como quiera), mientras que el cuerpo siempre tiene que sentir ciertos sentidos. No obstante, los sentidos generalmente están en potencia. 

Capítulo IV: Los grados de abstracción

Toda aprehensión de una cosa es la recepción de la forma aprendida. Esta aprehensión tiene 4 grados distintos:

  1. La forma es abstraída y se separa de la materia.
  2. Se separa de la materia pero no de las condiciones de la materia (lugar, posición, forma, etc.).
  3. Percepción de las formas de la materia (animal, cosa, humano, etc.)
  4. Aprendizaje de la quididad de la cosa. 
Este es el proceso de aprehensión, pero debe decirse que la aprehensión no suelta la materia hasta el grado 3. Ya en el cuarto grado se deja la materia por completo. 

Capítulo V: Los objetos sensibles

Existen 3 clases de objetos sensibles:

  1. Sensibles esenciales y comunes: son todas aquellas esencias comunes a todos los objetos; por ejemplo, la magnitud, la profundidad, la altura, etc.
  2. Sensibles esenciales y propios: cuando los sentidos se enfocan solamente en un órgano receptivo; por ejemplo, el oído la audición; el ojo, la visión; la lengua, el gusto.
  3. Sensibles accidentales: conforma lo que se conoce gracias a las dos esencias anteriores; por ejemplo, gracias a la magnitud, al pelaje y a que es un animal, puedo deducir que lo que veo es un perro. 

Bajo estas características, Alberto Magno nos dice que los objetos pueden ser percibidos siempre y cuando reúnan estas características. 

Capítulo VI: Materia y abstracción

Existe una pregunta fundamental en cuanto a las cosas sensibles que ni el mismo Averroes pudo contestar en su momento ¿Son los seres sensibles movidos por algún motor? muchos filósofos decían que los objetos sensibles en efecto tenían un motor independiente. 

Tenían al menos 5 razones para pensar que el motor independiente puede ser la luz:

  1. La luz es el motor de los objetos visuales. Sólo podemos ver los objetos y sentirlos visualmente gracias a la luz. 
  2. La luz se da de forma piramidal y circular del cuerpo luminoso. Este sería el movimiento de los objetos sensibles.
  3. Todas las acciones de los objetos se dan de manera particular y no Universal. 
  4. La luz es inmaterial y espiritual, y es por eso que esta sería el motor. 
  5. El ser material de los objetos sensibles es provocado por los elementos sublunares (tierra, fuego, aire y agua).

Sin embargo, Alberto Magno no está en absoluto de acuerdo con que la luz sea el motor de los objetos sensibles. Es evidente que existen muchos objetos que se mueven en la oscuridad, siendo esto prueba suficiente para tal argumento. 

También sería falso decir que los objetos no actúan de manera universal, pues todas las cosas se multiplican de manera universal (de la misma manera) y no particular.


Capítulo VII: La visión y el color en los objetos

La visión

Lo visible corresponde tanto al color como al objeto sensible, mientras que el color si bien no pertenece a algo esencial del objeto sensible, es activo por su propia esencia y no por algo extrínseco. En otras palabras podríamos decir que el color es el motor de la visión. Ahora, la luz no podría existir sin la luz.

La luz

Para Avicena y Avempace:

''El color es el extremo transparente de un cuerpo determinado''

Así, los colores en la oscuridad sólo existirían en potencia. De ahí que no puedan ser el medio de la luz ni ser superiores a la luz. En este sentido, solamente la luz hace que lo visible sea visible.

Conclusión

Un breve pero interesante tratado sobre la visión de los sentidos en San Alberto Magno. Esta puede ser también una crítica no sólo a los filósofos que le predecían, sino que también a los filósofos árabes que se dedicaron a la descripción del alma y de la visión (sobre todo Avempace). Nos queda entonces claro lo respecto a los sentidos, pero nos falta revisar aún más en esta materia con Alberto Magno

domingo, 9 de diciembre de 2018

El alma por los romanos, neoplatónicos y padres de la Iglesia

El alma por los romanos, neoplatónicos y padres de la iglesia

En entradas anteriores habíamos visto la importancia que los griegos le dieron al alma, y como ellos presentaban visiones distintas de la misma. Pasaron los años y son otros los protagonistas de la filosofía que, afirmándose de los mismos principios griegos comenzaron a construir su propio análisis del alma. 

Concepciones del alma

Luego de la explicación aristotélica del alma que fue la que se mantuvo por mucho tiempo, esta tuvo su primer detenimiento con el filósofo romano Plotino pero veamos esto en perspectiva general. 

Marco Tulio Cicerón

Para el filósofo y orador romano, el alma mantenía la misma figura de Aristóteles (hilemórfica). Sin embargo, de acuerdo con el filósofo romano el alma podría sufrir daños. En efecto, el mismo Cicerón enumera una lista de posibles dolores del alma como la ira, el furor, el odio, la enemistad, el rencor, la intemperancia, la malevolencia o el deleite. 

Plotino

Este filósofo nos presentaba un quiebre en el concepto de alma, ya que la presentaba en términos muy distintos. El modo de hacerlo era muy fácil pues el mismo Plotino nos decía que para investigar un objeto debíamos considerarlo en su estado puro. Cualquier presencia de algo accesorio a lo puro sería un obstáculo para su investigación. 

Sin embargo, si esto es así ¿cómo puede el humano común investigar el alma? Este necesitará realizar una introspección en su interior, en otras palabras, deberá analizar su conciencia. En este sentido, para Plotino el alma es simplemente la conciencia de cada ser humano. 

Porfirio

Porfirio no sería más que el continuador de la filosofía de Plotino, asegurando que el alma es un ente prisionero del cuerpo. De hecho, es notable que este filósofo nos diga que el alma siempre es la que busca el Uno, tal como lo dijera Plotino

Orígenes

Para Orígenes el alma procede de lo intelectual puesto que puede conocer los seres incorpóreos. También se ve que Orígenes cree en una lucha encarnizada del alma entre el bien y el mal, entre la divinidad y la materia. Así, el cuerpo se va transformando en su propia lucha. 

No obstante, lo más raro que podríamos encontrar en Orígenes es su especial mención de que el alma sufre, lo que quiere decir que, quizás Orígenes creía en un alma carnal. 

Tertuliano

Este filósofo vuelve a plantear una doctrina aristotélica del alma, donde nos dice que el alma en realidad es corpórea. Se dice que hasta aseguraba que el mismo Dios era cuerpo. 

Esta teoría pasaría a llamarse traducianismo la cual postula que el alma proviene del cuerpo. Así, el alma derivaría perfectamente de los padres. 

Gregorio de Nisa

Un filósofo aún más controversial fue Gregorio de Nisa, ya que decía que el alma no puede provenir de un lugar de almas, o de caer desde el cielo hasta el cuerpo. Al contrario, Gregorio nos dice que el alma y el cuerpo nacieron simultáneamente (al igual que Tertuliano) y que, a medida que van viviendo van purificándose los dos. 

Sin embargo, Gregorio de Nisa rechazaba la idea de que el cuerpo procediera primero, por que nada inanimado, hablando de materia sin alma, podría conducir la vida de ningún ser vivo. 

Por otro lado, hablando del alma, Gregorio dice, si el alma es una sustancia excelente, ¿cómo es que ella decide bajar y aprisionarse en un cuerpo? es por esto que Gregorio criticaba la posición platónica de que el alma se encierra en un cuerpo, idea parecida a la de PlotinoAdemás, si el alma tuviera que caer a un cuerpo sería por desgracia o por vicio, cosa imposible en una esencia sustancial. 

San Agustín de Hipona

Para el filósofo cristiano de Hipona, el alma no era una investigación aparte de Dios, todo lo contrario, Dios mismo estaba en el alma, por lo que investigar el alma es investigar a Dios. San Agustín tiene al menos tres libros sobre el alma:


  • Sobre las dos almas del hombre: aquí el santo de Hipona nos dice que el alma es naturalmente buena, está fuera de todo mal. En efecto, si el alma tiene la característica de arrepentirse, entonces el bien está en su interior ya que de no poder arrepentirse, entonces el alma sería mala intrínsecamente.Recordemos que el contexto en que San Agustín nos dice esto es cuando los maniqueos presentan su mundo doble: el bien y el mal. Aquí es donde existen dos tipos de alma que se enfrentan hasta el fin de los tiempos. 



  • La dimensión del alma: en este libro San Agustín trata de definir el alma en términos de cuerpo, lo que no puede realizar debido a los grandes poderes y misterios incomprensibles del alma. Todo los cuerpos que existen tienen dimensiones, pero el alma no las tiene. ¿Cómo es posible entender esto? de la misma forma que se entiende la justicia; por ejemplo, ¿es la justicia larga? ¿ancha? ¿alta? para esto no habría respuesta, pero al mismo tiempo no se podría negar que la justicia existe. 



  • La inmortalidad del alma:  aparte de asegurar que el alma es inmortal, pareciera ser que San Agustín divide el alma en dos diciendo que existe un alma divina y otra del cuerpo (seguramente la vegetativa o la sensitiva). 



A pesar de todas estas razones que da San Agustín, el santo deja la idea del alma como un gran misterio a resolver. San Agustín nos dice que la verdad puede investigarse haciendo una introspección sobre sí mismo donde está el alma: en nuestro interior. Esto sería la perfecta entrega para que todos los misterios del alma agustinianos sean resueltos por otros hombres, sobre todo por los escolásticos. No obstante, los escolásticos sólo se centraron en el entendimiento aristotélico, dejando las interrogantes de San Agustín suspendidas. 




Conclusión

Interesantísimo resumen sobre el concepto de alma en los pensadores romanos, quienes no tuvieron tanta popularidad filosófica como si la tuvieron los griegos. Me llama la atención que todos los misterios del alma de San Agustín no haya sido considerados por las autoridades intelectuales escolásticas, siendo que ellos siguieron y citaron muchas veces la obra de San Agustín (quien podría ser considerado platónico). Pareciera ser que la influencia de Aristóteles aún es demasiado grande.http://filosofiapuntes.blogspot.com/2016/10/plotino-vida-y-obra-205-270.html

viernes, 7 de diciembre de 2018

San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro II: Sustancia del alma y sus partes) (Tratado II: Alma vegetativa)

Ya hemos visto lo sustancial del alma y ahora sólo nos quedaría revisar las partes más superficiales del alma, es decir, analizaremos el concepto de alma vegetativa. Puede ser que esta parte del alma sea la más cercana que tenemos a nuestra experiencia, ya que de alguna manera es menos sustancial que la parte intelectiva. Podríamos decir que el alma vegetativa y el alma sensitiva pueden estar tremendamente vinculadas. No es un análisis menor investigar esta parte del alma que, a pesar de tratarse de la materia, no por eso va a ser de menos mérito comprenderla.

Referencias:

(1) Para más información ver la entrada ''Incoación de la forma'' de San Alberto Magno.
(2) San Alberto Magno dice esto en cuanto a la Generación Espontánea.

Sobre el alma

Tratado II: Alma vegetativa

Capítulo I: Potencias del alma vegetativa


Debemos tener claro por lo dicho en los otros capítulos, que una parte del alma es incorruptible. Esto quiere decir que las otras partes del alma sí serían corruptibles, es decir, tanto el alma vegetativa como sensitiva son corruptibles. 

Lo vegetativo tiene que ver con la alimentación y pareciera ser que este hecho lo tenemos más palpable que la sensación y la intelección. Por lo tanto, el alma vegetativa tiene que ver con la alimentación y con la generación

Capítulo II: Triple causa del alma

Todos los cuerpos físicos y animados existen y viven gracias al alma. Los cuerpos tienen como causa el alma, pero estas causas son de distinta índole. San Alberto Magno utiliza los conceptos aristotélicos para ver en qué causas se encontraría el alma. 


Como podemos ver, las causas aristotélicas son cuatro, pero el alma tendría que carecer de una de estas para ser coherente con la lógica. El alma debiera carecer de una causa material, pues no es creadora de materia sino que la comanda. 

Capítulo III: La nutrición en el alma

Empédocles fue uno de los primeros en tratar de describir la alimentación en los seres vivos. El filósofo decía que la alimentación se dirige, en el cuerpo, naturalmente hacia abajo debido a las direcciones de cada elemento. Recordemos que el mismo Aristóteles decía que que la tierra tenía como dirección el descenso mientras que el aire y el fuego tenían como dirección la ascendencia. Por eso, los alimentos que tienen la tendencia de ''caerse'' tendrían que ir siempre hacia abajo, a los miembros inferiores. 

Sin embargo, esto no podría ser cierto porque si la fuerza de los alimentos condujera la alimentación, los alimentos irían a todos los miembros del cuerpo sin ningún control. En efecto, al caer un alimento tendría que ir ya sea arriba o hacia abajo, ya que los elementos dentro del cuerpo serían tierra, agua y aire. 

Por lo tanto, debe existir otra fuerza que haga este trabajo de distribuir el alimento. Este trabajo lo realiza el alma vegetativa y no por la fuerza de los alimentos como lo decía Empédocles. 

Capítulo IV: Crecimiento y el alimento se debe al fuego (crítica)

Así como el fuego puede incinerar o reducir a polvo todo lo que toca, muchos filósofos decían que era el fuego el que se encargaba del crecimiento y de la alimentación en los seres vivos, es decir, se necesita calor o propiedades del fuego para que el alimento sea consumido en nuestro interior. 

Sin embargo, de ser así, entonces los seres humanos podríamos crecer tanto como quisiéramos porque el fuego es una sustancia simple que no se consume por sí mismo. Por lo tanto, al tener fuego en nuestro interior deberíamos crecer sin límites; no obstante, es evidente que cada ser humano no puede crecer ilimitadamente; todo lo contrario, el crecimiento tiene un límite. ¿Quién impone ese límite? la misma alma vegetativa

Ahora, es cierto en parte que se necesita calor para consumir los alimentos, pero no por esto el cuerpo crece. El mismo Avicena decía que el fuego se nutre y crece en sí mismo, no hace crecer a las cosas. 

No obstante, San Alberto Magno dice que el fuego no se nutre a sí mismo ni tampoco crece. Al contrario, el fuego se propaga y transforma lo que quema en una materia ajena. 

Capítulo V: El alimento en las potencias nutritivas y generativas

Para comenzar este análisis, Alberto Magno nos dice que primero debemos ver la dicotomía entre lo semejante y lo contrario. Por ejemplo, muchos filósofos dicen que el fuego es alimentado y el agua alimenta. Por eso, se dice que el agua es el verdadero alimento, cualquier alimento debería tener agua o líquido para ser consumido. 

Los antiguos además decían que la alimentación se daba por lo semejante. En efecto, cuando se suma un cuerpo con otro cuerpo pareciera ser que en esa unión hay un crecimiento cuantitativo. Sin embargo, sí existe un cambio pues la comida debe ser digerida y procesada por los órganos. Una vez que esto sucede el alimento digerido por primera vez cambia totalmente. 

Por lo tanto, el alma se ocuparía de esta visible contradicción, pues también es cierto que lo semejante se alimenta de lo semejante, así como lo contrario se alimenta de lo contrario. Si esto se explicara sólo en términos de elementos o de materia, entonces tendríamos que escoger uno de los dos; semejante con semejante, o contrario con contrario. 

Capítulo VI: Facultades nutritivas y de crecimiento

Por supuesto, la facultad nutritiva se preocupa de la distribución de los alimentos en el cuerpo, para que después la potencia de crecimiento haga crecer los órganos y las demás partes del cuerpo. 

Existen cuatro diferencias entre las potencias:

  1. La potencia nutritiva recibe el alimento y los distribuye a los órganos. La potencia de crecimiento se encarga del tamaño de los cuerpos.
  2. La potencia nutritiva añade a los miembros la sustancia de la comida (longitud, profundidad y latitud). La potencia de crecimiento incrementa las tres dimensiones mencionadas anteriormente.
  3. La potencia nutritiva es débil ya que se sirve de un instrumento, no es independiente. La potencia de crecimiento es más fuerte y más acentuada e independiente.
  4. La potencia nutritiva tiene como fin preservar al individuo. La potencia de crecimiento determina los límites de crecimiento.

Como podemos ver, ambas potencias tienen características distintas, pero siempre se podrán complementar la una con la otra. 

Capítulo VII: Potencia generativa

Otra cosa de la que es importante hablar es de la potencia generativa, es decir, la creación de un ser por otro ser. Por supuesto, los órganos seminales son los miembros de esta facultad. Por otro lado, es el semen el que tiene la facultad formativa final de los seres; en palabras de Alberto Magno, el semen lleva la forma incoada de todo ser(1)

Por otra parte, también es necesario mencionar que la potencia generativa necesita del alimento para contener y otorgar todo lo que posee. 

Capítulo VIII: Potencias y las cuatro facultades principales

Recordemos que las facultades principales son 4:

  1. Atractiva: se encarga de succionar los alimentos líquidos. Se da por medio de los bellos que existen en el estómago y del intestino.
  2. Digestiva: se encarga de la alteración de la comida por medio de cualidades contrapuestas. Esta ocurre en el estómago y en otros órganos que colaboran con la digestión. 
  3. Expulsiva: se encarga de expeler lo superfluo de algo puro o impuro. 
  4. Apetitiva: se encarga de apetecer al organismo que aparece debido a la carencia de alimento. Esta puede generar sed y hambre dependiendo de la cantidad de alimento. 

Estas cuatro facultades son naturales en el ser humano y el espíritu funcionaría como instrumento. 

Capítulo IX: Facultades vegetativas

El proceso de las facultades vegetativas es el siguiente: primero la facultad nutritiva separa lo superfluo del alimento y los expele hacia los miembros generativos para luego ser impreso por la facultad formativa. La facultad de crecimiento apoya a la facultad generativa moldeando la forma final y así, todas las facultades se supeditan a la facultad generativa. 

En realidad, la facultad generativa es el fin de todos los seres. Los seres animados son los únicos que pueden formar un ser de otro ser, mientras que los seres inanimados siempre se sirven de una materia ajena para formar otro(2)

Capítulo X: Los motores de la nutrición

El motor principal '''material'' de la nutrición es el calor que es capaz de reducir los alimentos a líquidos. Sin embargo, el verdadero motor principal es el alma que sería el motor inmóvil. Como vimos el alma es la que gestiona todos los movimientos que parecieran ser naturales o involuntarios en el sistema corporal, no son los elementos simple en sí

Conclusión

Podemos ver en esta parte del tratado el gran trabajo que se dio para describir las cosas superficiales del alma, esa parte material que en realidad está lejos de la verdadera esencia del alma. Siendo que ya hablamos del alma en sí y ya hablamos de sus partes ¿qué más quedará por ver? Recordemos que aún nos falta un largo camino por analizar con San Alberto Magno, por lo tanto no desesperemos y esperemos la próxima entrega. 

miércoles, 5 de diciembre de 2018

El alma por los griegos



El alma por los griegos

Como hemos visto demasiadas veces tratados acerca del alma, he decidido hacer una entrada relacionada con el pensamiento griego y lo que ellos pensaban del alma. ¿Por qué tanta importancia al alma tienen los griegos? porque era considerado un elemento constitutivo del hombre por el cual podía entender y experimentar el mundo que lo rodeaba.

Características generales

No obstante las diferentes posturas, todos los filósofos de la época acuerdan de que el alma es algo incorpóreo y substancial: es el principio de toda vida. 

Existen dos posturas generales al respecto, los que dicen que está separada del cuerpo y aquellos que la consideran como parte del cuerpo. Sin embargo, esta discusión no es tan importante, ya que las dos postura afirman la existencia del alma. Por otro lado, también se agrega que el alma pertenecería a otra realidad independiente del cuerpo, mientras otros dicen que es de esta realidad, la material. 

Concepciones del alma

El alma por los antiguos griegos

Veamos cómo los filósofos griegos comprendían el alma

Tales de Mileto: el filósofo y matemático, si bien no habló directamente del alma, éste decía que todo estaba lleno de dioses. Estos dioses representarían una especie de energía en el ambiente, en otras palabras, Tales quería decir que el alma era una especie de energía que movía las cosas.


Anaxímenes y Diógenes de Apolonia: estos dos filósofos sostenían que el alma era en realidad aire porque en el aire veían el principio de las cosas. 

Empédocles: para éste filósofo el alma era un espíritu encerrado en un cuerpo. Esto se debía a que el alma era castigada por seguir el camino de la discordia. Una vez que encuentra la amistad o la concordia, esta alma era liberada.

Pitagóricos: para estos filósofos matemáticos el alma era una especie de armonía tal y como lo son los números. 

Heráclito: para el filósofo Heráclito era el mismo fuego, ya que veía en él no sólo el principio de la vida (todo lo que es cálido se supone que tiene vida), sino que del Universo. 

Demócrito: para Demócrito estaba formada de átomos que penetran en el cuerpo y así se puede mover. 

Platón: para Platón el alma es la causa de la vida y por lo tanto es inmortal ya que es esencialmente viva, y lo contrario a la vivo es lo muerto; por lo tanto siempre está viva, es decir, inmortal.

Aristóteles: le atribuye principalmente un poder psíquico además de ser la gran sustancia del cuerpo. El alma también, de acuerdo a su doctrina, sería el acto y no la potencia lugar que le corresponde al cuerpo.

De este modo, el alma sería la actividad del cuerpo, es decir, lo comandaría como ente para que se mueva o realice cualquier otra opción. Bajo este respecto, para Aristóteles el cuerpo tiene como inherencia el alma y el alma también con el cuerpo.

Esto también lo deduce Aristóteles a partir de su teoría del hilemorfismo, en otras palabras, la unión de la forma con la materia. Como la forma y la materia son inseparables, entonces ni el alma ni el cuerpo lo son puesto que el alma es la forma de la materia. 

Agrega también Aristóteles que el alma es la responsable de generar el pneuma (aire y fuego)que a su vez se encarga de generar vida, ya que forma parte sustancial del semen. Es también llamado ''calor vital''. 

Grecia helenística

Epicuro: para este filósofo el alma sería la conjunción de los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire. Además, Epicuro también era atomista y aseguraba que el alma, a pesar de estar dotada de pequeñas partículas también tenía su relación con las sensaciones, aunque por otro lado también reconoce su independencia del cuerpo. 

Estoicos: el alma sería una especie de fuente de inteligencia donde se informan todas las sensaciones que los sentidos ejecutan. Por otro lado, para los estoicos el alma sería una especie de cuerpo dotado de aire y fuego, es decir, el pneuma aristotélico. 

Unión o separación

Todos estos filósofos trataron de hacer lo que Alberto Magno hizo en su obra ''sobre el alma'': tratar de alcanzar un concepto de alma. Sin embargo, bajo todas estas definiciones dadas por los filósofos antiguos, será difícil alcanzar una definición adecuada. 

Si el alma está separada o no del cuerpo es una discusión interesante y que podría durar años (de hecho décadas), pero debemos seguir investigando. De lo que sí podemos estar seguros es de que los dos tienen relación ¿cómo?  eso es difícil de asegurar.

Críticas

San Alberto Magno

Por supuesto, las críticas no provenían solamente de los filósofos entre ellos, quiero decir, que Aristóteles critique a todos los presocráticos o que los estoicos tomaran posiciones diferentes a los hedonistas, sino que también provenían de hombres doctos como San Alberto Magno

Prácticamente, San Alberto Magno hecha por la borda todas las teorías de los presocráticos con respecto al alma. Sólo se queda con las concepciones platónicas y aristotélicas (en realidad las dos), para sostener su propia teoría del alma. Para San Alberto Magno, las teorías de los presocráticos sólo representarían incongruencias entre ellos mismos, ya que el alma es algo incorpóreo, y los presocráticos predican solo cosas corpóreas del alma misma (aire, fuego, armonía, átomos, etc.).





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Conclusión

Hemos abarcado de forma sintética la concepción del alma que tenían nuestros filósofos griegos. Tengamos en cuenta estos concepto para luego llevarlos a exámen con otros filósofos de otras épocas, o ¿por qué no? someterlo a exámen nosotros mismos con nuestros conocimientos contemporáneos. Sea quien sea la persona, no es posible negar el interés por la esencia humana, la sustancia o la forma de nuestro ser. Sigamos investigando en esta línea del saber. 


San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro II: Sustancia del alma y sus partes) (Tratado I: Sustancia del alma en sí)

¿Qué puede ser más difícil que encontrar la definición del alma? ya vimos en el capítulo anterior todo el esfuerzo que pusieron los antiguos filósofos en tratar de alcanzar una adecuada concepción. Sin embargo, ni para nuestro filósofo San Alberto Magno ninguna de aquellas definiciones es suficiente. Siempre será complejo definir el alma en cuanto a que siempre se confunde o se piensa que tiene las mismas características del cuerpo; por lo tanto, el concepto de alma debe alejarse del concepto de corporeidad la cual no es una tarea intelectual fácil. 

Sobre el alma

Tratado I: Sustancia del alma en sí

Capítulo I: ¿Cómo llegar a una definición de alma?


San Alberto Magno rechaza todas las teorías de los filósofos anteriores sobre el alma. Nos dice que en general el único acierto es decir que es una sustancia, que tiene accidentes que le rodean pero que sobre sale ante ellos como el sostenedor del cuerpo. Sin embargo, el alma no pertenece a cualquier cuerpo sino que a aquel que tiene vida. 

Capítulo II y III: Definición de alma universal

Así como el alma es substancia y es primera y antecede al cuerpo, entonces corresponde que su definición sea universal. Es de esta manera que podemos definir, en consecuencia, algo que precede a la materia tal como la forma, y que en diferencia al cuerpo esta siempre está en acto.

Esto se debe básicamente a que lo que tiene superioridad en un ser es siempre la forma; por lo tanto, mientras exista el alma ella es la que tendrá que comandar al cuerpo por una cuestión de superioridad y sustento. Esto quiere decir que el cuerpo por sí solo no puede prescindir del alma en ningún aspecto. 


Capítulo IV: El alma no está totalmente separada del cuerpo

No puede decirse que el alma está totalmente separada del cuerpo, pues decir así el cuerpo no tendría ningún sustento como base para existir. Esto ocurre sobre todo con el alma vegetativa y el alma sensitiva, que se encargan de las funciones básicas para la subsistencia del cuerpo. 

Sin embargo, el alma intelectiva también esta relacionada con el cuerpo. Imaginemos al capitán de un barco. Este maneja la nave de la mejor manera sin tener que ser él mismo la nave. Lo mismo ocurre con el alma intelectiva, no es parte del cuerpo pero es capaz de manejar el cuerpo sin mezclarse con él. 

Capítulo V: Otra definición de alma

Pese a todo lo señalado investigado, la definición del alma a{un nos es difícil de alcanzar.Ya habíamos dicho que la definición universal no nos ayuda mucho a resolver lo que una cosa es; al contrario, mucho más nos ayuda la demostración de aquello. 

El alma no podría definirse apropiadamente por medio de la definición universal, ya que sus partes son muy complejas y deben ser todas consideradas. 

Podríamos decir correctamente que el alma es una sustancia, pero la sustancia se puede decir también de muchas maneras. Por lo tanto, Alberto Magno define el alma de la siguiente forma:

''El acto primero de un cuerpo físico orgánico''

Hasta aquí tenemos una definición del alma tentativa sumando todas las dificultades que tiene.

Capítulo VI: En virtud de qué existe el alma

Por supuesto, el alma existe en virtud de otorgar vida a los seres vivos en la que se encuentra inherente. La vida del animal solo es posible bajo la unión que tiene el alma con el cuerpo, y esto lo demuestra cuando hablamos de las características del alma vegetativa y del alma sensitiva. 

Capítulo VII: La facultad del alma

Existe una pregunta clave en este tratado sobre el alma ¿dónde o en qué parte del cuerpo está?  la respuesta pareciera ser de que el alma está en la totalidad del cuerpo, pues donde haya vida hay presencia del alma.

No obstante, esto podría traer problemas ya que no podríamos quitar la potencia del cuerpo en una parte específica del alma lo cual no es posible. Por lo tanto, el alma no puede existir en su totalidad en aun determinada parte del cuerpo, sino que algunas de sus potencias deben manejar ciertas partes del cuerpo.

Ahora, lo que sí es esencial en el alma como principio que mantiene al cuerpo vivo es el corazón. Este es el responsable de que los cuerpos vivan y como el alma da vida a los cuerpos, entonces el alma sí estaría relacionada con el corazón como órgano vital. 

Capítulo VIII: El intelecto en el alma

A pesar de que habíamos dicho que el alma es parte del intelecto, Alberto Magno aún no está seguro de declararlo así. De hecho, se pregunta si este acaso no existe solamente con el cuerpo, pero de ser así, entonces el intelecto moriría con el cuerpo cosa que no sucede por que el intelecto lo concede el alma.

Capítulo IX: El movimiento físico en el alma

El movimiento físico obviamente corresponde al cuerpo, como también otras funciones como la sensación, la razón y la imaginación. El alma no estaría dentro de él porque el alma sería la forma del cuerpo, y como ya sabemos, la forma no es algo material sino que más bien abstracto. 

En fin, la conclusión de Alberto Magno se podría resumir de la siguiente manera:

Potencia: cuerpo
Acto: alma


Capítulo X: Las potencias principales

San Alberto Magno dice que el alma tiene ciertas potencias:


  • Vegetativa
  • Sensitiva
  • Motriz
  • Intelectiva

Casi todos los seres tienen estas potencias en el alma, por supuesto, los vegetales quizás son los más distintos, pues ellos tienen solamente la potencia vegetativa, mientras el resto de los animales incluyen esta potencia más las otras, hasta llegar a las formas más completas como sería el hombre. 

Capítulo XI: Las partes del alma y su relación con la figura

San Alberto Magno nos dice que las partes espirituales del alma se rigen como un reino, es decir, un reino donde cada gobernante tiene una función específica. En este caso, el alma sería el rey mientras que el cuerpo serían las diferentes potestades de la autoridad del rey. 

Habíamos dicho en el libro precedente que el alma era como la figura en un objeto geométrico y en efecto, así es pues la figura es lo que pertenece al elemento geométrico, y de hecho, es parte esencial para que llamemos al triángulo, triángulo. 

Podríamos decir que el alma, al igual que la figura, actualiza al cuerpo tanto sensibles como inteligibles. 


Conclusión

No obstante todas las explicaciones y definiciones que Alberto Magno hace del alma, aún podemos ver que quedan interrogantes por resolver. A mi me gustaría que profundizara un poco más sobre el lugar del alma y su relación con el movimiento, pero parece que el filósofo ya deja sanjado el tema en otros libros. ¿Cómo es que el alma puede sernos tan difícil de definir? ¿será que estamos hablando de lo mismo? ¿o estamos describiendo otra cosa? les dejo las interrogantes. 

lunes, 3 de diciembre de 2018

San Alberto Magno - Sobre el alma (Libro I: Investigaciones sobre el alma) (Tratado II: Opiniones acerca del alma)

Anteriormente pudimos entender que la investigación del alma es algo complejo y difícil, aunque en el fondo podemos saber bien qué es el alma. Ahora nos toca ver qué planteaban los filósofos anteriores con respecto al concepto de alma, a pesar de que ya hemos hechos algunas varias reseñas de lo que han establecido estos filósofos anteriores a San Alberto Magno. Es tratado se extenderá un poco más que el anterior, ya que abarcaremos hasta los pensadores más antiguos de la historia.

Referencias:

(1) No he encontrado referencia para esta afirmación.
(2) Probablemente decía esto considerando al aire como ''espacio''.
(3) Este es el mismo fenómeno que se da en personas que tienen hipertensión. La sístole es la contracción del corazón para que luego la sangre llegue a los órganos, mientras que la diástole es la relajación del corazón para que entre la sangre al mismo.
(4) No se pronuncia más allá de lo que dice en estas palabras. Pareciera ser que el descenso del alma se refiere justamente a la teoría platónica de las almas. No hay mayor explicación.


Sobre el alma

Tratado II: Opiniones acerca del alma

Capítulo I: El alma constituida por átomos


Al menos hay dos clases de seres en la realidad: los animados e inanimados. Se dice que los primeros tienen alma, mientras que los segundos no la poseen. 

Los primeros filósofos decían que el alma es una de las cosas que se mueve a sí misma y que en lo posterior también puede mover los cuerpos. Veamos las distintas opiniones que se dieron en al antigüedad:

Demócrito

Si se analizan los cuatro elementos sublunares (aire, tierra, agua y fuego), veremos que de los cuatro el único que se mueve incesantemente es el fuego. Por lo tanto, de acuerdo con este filósofo, el alma debe ser una especie de fuego o calor.

Recordemos que Demócrito creía en los átomos, figuras diminutas y redondas, constituían el alma. El filósofo decía que los átomos están presentes en los rayos del sol de manera tan diminuta que no se pueden ver, pero se pueden sentir. De la misma manera, así como los rayos del sol pueden penetrar un cuerpo, el alma también puede hacerlo ya que está constituída de este material. 

Ahora, de lo mismo se puede extraer que el alma sería de forma circular, no sólo por la constitución de átomos, sino que también porque la circularidad también representa la eternidad. 

Pitagóricos

Los pitagóricos también creían en los átomos como principios indivisibles de la realidad de este mundo. Sin embargo, difieren estos con respecto a sus antiguos y con respecto a Demócrito, ya que estos últimos pitagóricos decían que el alma se mueve por sí misma debido a los átomos. 

De este modo, los pitagóricos decían que el alma es el primer motor que se mueve a sí mismo. 

Anaxágoras

Anaxágoras nos decía que lo primero existente es el intelecto, y así, el alma también sería un tipo del intelecto que mueve a todo lo demás. En efecto, es el intelecto el que mueve las partes del cuerpo y no el cuerpo al intelecto. 

Sin embargo, Anaxágoras caen en un error al decir que el intelecto y los sentidos (más bien, el alma sensitiva) son idénticas. Esto lo pensaba ya que no es posible concebir el intelecto sin un cuerpo material, por eso es que todos los animales deben tener intelecto y sentidos. No obstante, las partes (el intelecto y los sentidos) son partes constitutivas de una misma persona, por lo tanto, son distintas. 

Por lo menos, hasta ahora debemos ponernos en la imágen de que los seguidores de Demócrito tienen la razón. 


Capítulo II: el alma cognoscitiva

Empédocles

Otros filósofos decían que alma debía ser definida por medio de la intelección máxima que sería ''la potencia cognoscitiva''. Sin embargo, también existían aquellos que decían que en realidad, el alma estaría constituída por una ''potencia material'', este sería el caso del filósofo Empédocles.

La materia, según Empédocles, sería la forma prima de todo objeto lo cual es absolutamente cierto. La forma substancial es la que da el límite a la materia, pero es la materia el sustrato o elemento de la cosa. 

Por esto se podría decir básicamente que los principios del alma corresponderían a los de la materia. Además Empédocles aduce una buena razón para creer esto, pues él dice que si el alma lo conoce todo, primero debe conocer las cosas sensibles y luego conocer el intelecto. En efecto, todos aprendemos de esa forma; sabemos que un niño es un niño porque lo vemos como tal, y luego aprendemos la información de él como su nombre o su familia. 

Platón

De acuerdo a Platón, el alma estaría en el mundo de las ideas donde el alma se sostendría pro sí misma, debido a que el mundo inteligible tiene independencia del mundo sensible. 

Por otro lado, Platón decía que el alma estaba compuesto por las unidades más mínimas de la realidad que en este sentido serían los números. Esta también es una opinión pitagórica, (de hecho, Pitágoras creía que el mundo estaba hecho de números), la cual Platón respetaba y la utilizaba en sus propias teorías. 

Capítulo III: Movimiento en el alma

Demócrito

El filósofo decía que el alma y el intelecto eran idénticos y en cierto modo lo son. Sus movimientos pueden ir de una cosa a otra, en efecto, en base a la teoría de Demócrito, el alma debiera ser redonda tal como los átomos.

Anaxágoras

Anaxágoras une tanto el intelecto como el movimiento en un solo lugar, es decir, ambos son lo mismo. Esto lo dice porque en realidad es el intelecto el que da la orden para que el cuerpo se mueva. Sin embargo, Anaxágoras se equivoca pues no puede ser los dos al mismo tiempo, lo correcto sería decir que el intelecto precede al movimiento. 

Otros filósofos

Algunos filósofos tenían tendencias muy marcadas con respecto al alma y el movimiento. 


  • Meliso decía que el alma tiene una especie de imán porque puede atraer el hierro(1).
  • Diógenes decía que el alma era aire porque el movimiento no se puede definir sin él(2)
  • Heráclito decía que el principio de todo era el vapor, ya que este principio es móvil e incorpóreo tal como podría ser el alma.
  • Alcmeón pensaba que como el alma es un principio motriz universal, si esta no se moviera no se movería nada en el mundo. Como todo en el mundo está en movimiento, entonces es de esperar que el movimiento del alma es inmortal.
  • Hipo afirmaba que el alma era un humor aguado tal y como lo es el semen. Esto lo decía lógicamente por la formación incoada que tiene el semen en su interior a la hora de crear seres.
  • Critias decía directamente que el alma tenía que ver con las sensaciones, es decir, que el alma y las sensaciones eran lo mismo. Esto lo decían porque el cuerpo no reacciona a las sensaciones hasta que la sangre se reúne en la zona afectada. Por esto decía que la sangre y el alma eran lo mismo.

Alberto, entre todas estas opiniones considera mucho más la de Alcmeón y no consideraría la de Hipo, tomándola como la más vulgar. 

Capítulo IV: Resumen de las posturas filosóficas

Podemos decir que los filósofos hablaban sobre el alma en tres aspectos:
  1. Movimiento
  2. Sensaciones
  3. Incorporeidad

Probablemente el movimiento y la incorporeidad no traerían problemas a la hora de definir el alma, pero sí las sensaciones. En efecto, ¿cómo algo incorpóreo puede recibir sensaciones? la verdad es que las sensaciones puede percibirlas pero no de la misma manera que el cuerpo. Son sensaciones como podría ser una predicción o una conjetura. 

La incorporeidad del alma se entiende por el concepto de luz, algo que puede sentirse pero no tocarse tangiblemente. Debido a esto, existiría una primera causa, una primera alma mientras todas las otras son sombras de la primera. Por lo tanto, la causa primera de los seres sería el alma y luego el cuerpo. 

Capítulo V: Contradicción en las opiniones del movimiento del alma

San Alberto Magno quiere dejar muy claro que el alma no puede ser sinónimo de movimiento. Dice Alberto Magno:

''Si el movimiento formara parte de su esencia, el alma no seguiría existiendo si sólo fuese constituida por el movimiento''

Un ejemplo de esto sería el concepto de viento, en efecto, el viento se define como movimiento del aire. Pero si el conocimiento sacara ese movimiento entonces ya no sería viento. Podríamos decir que el alma es como el aire, mientras que el movimiento es como el viento; son los dos perfectamente separables teniendo en cuenta que el alma es primera que el movimiento, así como el aire es primera al viento. 

Por lo tanto, el movimiento no es algo que defina al alma y no pertenecería a su substancia. Todo lo contrario, el alma es la que puede producir movimiento, pero no es movimiento en sí misma. De hecho, si fuera movimiento sería imperfecta, ya que todas las cosa con movimiento son imperfectas. 

Problemas con el lugar del alma

Por otro lado, el alma tampoco puede ser movida, puesto que es incorpórea, sin embargo, el alma está en un lugar, pertenece a un lugar. Esto podría ser un argumento bueno para decir que si es móvil porque pertenece a un lugar. Dicho lugar tendría que ser el cuerpo, por lo tanto, no conoce nada puesto que el cuerpo no la dejaría, la limitaría. 

Otro problema asociado al alma es que si ella puede reposar en el lugar naturalmente, también podrá ser movida violentamente, y si es movida violentamente, también podrá moverse naturalmente lo que hace aún más difícil argumentar. 

Si el movimiento del alma, asumiendo que tiene, proviene de su substancia, entonces tendríamos que decir que el movimiento es algo inherente a ella lo que la haría sensible, es decir, igual que algo corpóreo. 

Frente a todas estas dificultades, Alberto Magno debe decir que el movimiento del alma con respecto al cuerpo es accidental, es decir, si se mueve el cuerpo, el alma se mueve accidentalmente. Todo lo que está en nosotros es movido por fuerzas motrices y estas son contenidas en el cuerpo. 


Capítulo VI: Otras dificultades con respecto al movimiento

Para tratar de salir del problema anterior, Alberto Magno explica la teoría de los motores. Existen al menos de tres tipos:


  • Motor solo
  • Motor movido
  • Motor movido solo

El motor movido mueve a partir de un motor que sería en este caso el motor solo. Lo que mueve por sí mismo se mueve así por su substancia y esta misma es el alma, es decir, la que se mueve por sí misma y puede mover a los otros. Es un hecho para Alberto Magno que el alma mueva los cuerpos y de ahí saldría una máxima:

''Nada da a otro lo que no tiene, sino lo que tiene''

Bajo esta cita, Alberto quiere decir que el alma tiene movimiento y lo puede ejercer en lo cuerpos. Si un cuerpo es movido por algo, ese algo debe contener en sí mismo el movimiento; por lo tanto, el movimiento sería algo inherente al alma.

Ahora lo que tiene el movimiento de manera inherente, inevitablemente tiene que ser movido; en consecuencia, el alma puede mover y ser movida al mismo tiempo. Sin embargo, el movimiento que hace el alma no lo hace como causa formal, sino que como causa eficiente. ¿Por qué? porque si el alma es la que mueve, entonces el alma antecede al cuerpo y por lo tanto sería lo primero que existe. Recordemos que la causa eficiente, como es el orígen, no puede ser movido por algo creado por la misma. 

Capítulo VII: Demócrito y Platón sobre el movimiento del alma

Demócrito afirmaba que todas las cosas son movidas por los átomos como él creía, y que en realidad el reposo absoluto en ellas era difícil. La única forma de que algo no se moviera era que aquel objeto o animal estuviera en un espacio repleto de cosas. Sin embargo, San Alberto difiere de esto diciendo que lo único que para el movimiento de un animal o de un objeto es la sola voluntad del mismo. 

Platón por otro lado decía que el alma mueve y es movida al mismo tiempo de manera necesaria. En efecto, muchas cosa tiene un movimiento necesario que mueven además otras cosas; por ejemplo, el planeta tierra se mueve de derecha a izquierda, mientras otros planetas tienen otros giros. Estos giros son siempre necesarios para que se forme vida.

De la misma forma, Platón decía que el alma se movía de la misma forma que lo hacen los planetas. Esto indica que hay una influencia necesaria que el alma y los planetas deben seguir para lograr el movimiento. 

Crítica a Platón

Por otro lado, Platón también afirma que esta alma intelectiva (recordemos que Platón sostenía que existía un alma sensitiva) es el movimiento de la eternidad, pero esto sería asignar un movimiento corpóreo al alma. Platón nos aseguraría que el movimiento del alma es perfecto e infinito, es decir, es de manera circular. Por lo tanto, el intelecto también tendría un movimiento circular.

Es aquí donde Alberto Magno refuta totalmente la teoría platónica de que el alma y el intelecto tienen un movimiento circular, pues utiliza la lógica aristotélica. El intelecto no tiene un movimiento circular, pues toda intelección parte desde una premisa hasta una conclusión. Nada tiene que ver con el movimiento circular que siempre vuelve sobre sí mismo , ya que el intelecto no vuelve sino que siempre va hacia adelante. 

Capítulo VIII: El alma y el cuerpo

Uno de los primeros filósofos en establecer la unión entre el alma y el cuerpo fue Empédocles. Decía que el alma tenía una cierta armonía con el cuerpo, así como todos los elementos forman una cierta armonía para unir al mundo. Sin embargo, esta apreciación estaría equivocada en el juicio de Alberto Magno. Esto es porque todo lo que es compuesto puede dividirse y el alma es indivisible. 

Ahora, entre el cuerpo y el alma existe una relación de superioridad e inferioridad, pero la armonía, valga decir, la mezcla correcta de estos dos conceptos es imposible. 


Capítulo IX: El concepto de movimiento físico en el alma


Se dice que el alma tiene muchas modificaciones, por ejemplo, se dice que el alma se entristece, se alegra o se enoja. Parecieran ser estas características más bien del cuerpo que de algo incorpóreo pero veámoslo con más atención. 

Alberto Magno dice que el alma maneja estas emociones desde el corazón. Nos dice que cuando hay ira, el alma mueve al corazón por el movimiento de sístole por una conturbación y después el movimiento de diástole para expulsar lo nocivo(3).

Muchas otras afecciones pasarían por el mismo proceso en menor y mayor medida. Muchos podrán decir que bajo este respecto, el alma necesita del cuerpo para las emociones que conlleva, sin embargo, estas emociones son parte del hombre, es decir, habría una tríada en todo este fenómeno. Es el hombre quien se irrita, alegra o se entristece y éste lo hace por medio del alma. El hombre escoge una de estas tres emociones y las exterioriza. 

No obstante, el intelecto que es parte del alma puede alterarse en ciertas situaciones, por ejemplo, cuando el hombre se emborracha el intelecto es afectado gravemente. ¿Cómo es esto posible? si bien el intelecto no tiene contacto con el cuerpo, el intelecto si tiene contacto con algunas cosas que pertenecen al cuerpo.


Capítulo X: El alma como número (crítica)

Deberíamos considerar al alma como una unidad en un lugar, pero esto nos llevaría a decir que el alma mueve y además puede ser movida. 

Muchos filósofos aseguraban que el alma era un número pero esto sería incorrecto de afirmar. De ser así, el alma es cuantificable y por lo tanto divisible, cosa que va en contra de lo que hemos hablado. Alberto Magno nos dice que el alma es como una unidad comparable al punto. Si tuviéramos que decir que el punto tiene movimiento, dicho movimiento sería la línea que a su vez formaría una superficie. Tomemos en cuenta la definición de punto que es justamente ''lo que no tiene partes'',. por lo tanto, cabría decir perfectamente que el alma es como el punto. 

Además, los que determinaban que todo estaba compuesto de átomos (como era Empédocles), entonces el alma también sería un cuerpo. Por lo tanto, bajo la teoría de Empédocles tendríamos que decir que el alma es una especie de cuerpo en el cuerpo lo cual es absurdo. 

Capítulo XI: ¿Conoce el alma al hombre?

San Alberto Magno nos dice que el alma definitivamente no es un cuerpo, es decir, es algo incorpóreo, ni siquiera puede ser algo etéreo ni sutil. Ahora, si el alma puede conocer, pareciera que debe tener algo de cuerpo, además de que el alma puede ''percibir'' cualquier ente. Bien podría preguntarse ''¿cómo es que hace todo esto sin ser un cuerpo?''

Además, debemos considerar que nuestra alma conoce a través del cuerpo. El alma ve y conoce a través de los órganos del cuerpo. El mismo filósofo Empédocles decía que 


''Lo semejante conoce a lo semejante''

Sin embargo, esto no es del todo cierto según la mirada de Alberto Magno. Si esto fuera así, entonces la materia simple del hueso que conforma el cuerpo conocería al hombre mismo, lo cual es absurdo. Entonces ¿será que el alma no puede conocer al hombre entonces?

Capítulo XII: Lo similar es conocido por lo similar

Si el alma llegara a conocer algo del cuerpo significa que puede ''sentir'' y sentir es lo mismo que ''padecer''. En el caso del cuerpo no es lo mismo, pues ninguna parte del cuerpo material puede ''sentir'', a excepción de los dientes que parecieran tener cierta sensibilidad y tacto. Sin embargo, por definición el alma no podría padecer o al menos no podría sentir como lo hace el cuerpo siendo totalmente sustancia. 

Los elementos sean simples o compuestos siempre necesitan estar unidos y esa unión sólo la permite la forma. La forma en este caso sería el alma que daría existencia y razón al hombre. Por lo tanto, la conjunción entre cuerpo y alma es de la misma forma que en la de substancia y accidente. 

Si lo similar conoce a lo similar, esto puede darse solamente cuando ''eso similar'' tiene intelecto. De no tenerlo, nada puede conocerse, de ahí que los cuerpos nos puedan conocer lo similar. Solamente el intelecto puede conocer lo que es inteligible. 

Capítulo XIII: El alma es como el aire

Muchos filósofos aseguran que como el alma surgió del soplo divino, entonces el alma es aire o por lo menos una especie de aire. Sin embargo, de esto se seguiría que el aire es una divinidad que se encuentra en todas partes.

Los antiguos filósofos decían que el aire es fundamental para el alma, pues está en todas partes del cuerpo yendo y viniendo. También decían que el alma provenía de la mezcla que ocurre en el semen, pero esto no es verdad ya que es el alma misma la que baja al semen(4). En otras palabras, el alma sería el principio formador que daría desarrollo al semen y al nuevo ser en lo sucesivo. 

Por lo tanto, ninguna de estas razones pueden aducir que el alma proviene de algún elemento, ni siquiera de un elemento simple. Quizás lo que más pueda acercarse al alma es la luz de la inteligencia agente que en este caso sería Dios. 

Capítulo XIV: Lo que los antiguos pensaban sobre lo semejante que conoce a lo semejante

Pareciera ser que todas las cosas se conocen por medio de la semejanza. En efecto, muchas cosas se mueven por algo que es semejante a ellas; por ejemplo, los animales se reúnen con otros animales. 

Sin embargo, este no es el mismo caso que en el alma donde todas las cosas se dan desde un principio y no como un hábito adquirido. Por lo tanto, concluimos de aquí que el alma no tendría como semejante al cuerpo, ni a ninguna fuerza corpórea.

Capítulo V: Las obras del alma

Una de las cosas que Alberto quiere analizar en este aspecto si el alma tiene ''apetitos'' o movimientos abstractos, pues si el alma puede escoger entre el bien y el mal, entonces el alma sí tendría apetitos igual que el cuerpo. 

El alma sería una especie de artífice con respecto a los deseos del hombre, sin dejar lo que es: sustancia simple. El alma tiene potencias, pero todas estas son unidas por sólo una gran sustancia que sería el alma; recordemos que el alma tiene tres partes: intelectiva, sensitiva y vegetativa

Capítulo VI: Lo que une a las potencias del alma

Si el alma está presente en el cuerpo este debe manejarlos por medio de potencias que fueron mencionadas anteriormente. Si esto es así cabría preguntarse ¿qué parte contiene al intelecto? ninguna pues el intelecto no tiene que ver con la materia sensible, esta desprovisto de todo cuerpo. 

Por lo tanto, esta es el alma que gobierna por el resto de las otras potencias del alma. en efecto, aquello que es incorpóreo tiene el mando por sobre aquello que es sensible. 

Conclusión

Tenemos aquí una extensa investigación filosófica del alma, primero a partir de muchos autores hasta llegar al propio análisis de Alberto Magno. Vemos que la idea de un alma en este filósofo junta las ideas platónicas y aristotélicas, quedándose siempre con Aristóteles como la explicación más sensata y complementando con Platón. No obstante, existe una parte fundamental que Alberto considera con relación a las teorías platónicas, y esta se refiere a la división del alma en tres. Tendremos que esperar para ver más sobre el concepto de alma.