La retórica es definida por la Real Academia Española como ''Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover''. Este libro de Platón nos ofrece la combinación perfecta entre el saber de la retórica y la moral característica de cada libro platónico. Esta es una de las prácticas más recurridas por filósofos, políticos, escritores y profesores quienes deben demostrar un buen uso del lenguaje en todas sus áreas. Tenemos nuevamente a Sócrates tratando de alcanzar la sabiduría por medio de sus preguntas y sus diálogos.
Definiciones:
(1) Ad populum: Falacia que intenta hacer verdadera la opinión de una mayoría.
Referencias:
(1) Gorgias (485 a.C. - 380 a.C.) era un sofista y un orador que impartía sus enseñanzas en Grecia.
(2) Otra concepción platónica aludiendo de que el mal es más bien involuntario.
(3) Este es un argumento que se ve mucho en el primer y segundo libro de La República. Es casi el mismo argumento de Trasímaco al elogiar la injusticia.
Definiciones:
(1) Ad populum: Falacia que intenta hacer verdadera la opinión de una mayoría.
Referencias:
(1) Gorgias (485 a.C. - 380 a.C.) era un sofista y un orador que impartía sus enseñanzas en Grecia.
(2) Otra concepción platónica aludiendo de que el mal es más bien involuntario.
(3) Este es un argumento que se ve mucho en el primer y segundo libro de La República. Es casi el mismo argumento de Trasímaco al elogiar la injusticia.
Γοργίας
Personajes:
- Sócrates
- Calicles
- Querefonte
- Gorgias
- Polo
A la casa de Gorgias
Se encontraban Sócrates y Calicles conversando sobre diversas materias mientras esperaban a Querefonte. Querefonte se había retrasado y quiso enmendar su atraso invitándolos a escuchar el discurso de Gorgias. Entonces se dirigieron a la casa de Calicles, que era la casa donde estaba Gorgias.
Sócrates se preguntaba si en realidad Gorgias tenía tiempo para conversar, ya que estaba muy curioso sobre las cosas que enseñaba Gorgias(1). Una vez ahí, Sócrates le pide a Querefonte que le pregunte a Gorgias a qué se dedica. Sin embargo, cuando Querefonte pregunta a Gorgias, Polo interrumpe diciendo que Gorgias está cansado y que en cambio, él responderá las pregunta de Querefonte.
Las respuestas de Polo
Querefonte pregunta que si Gorgias tuviera la misma profesión que su hermano Heródico, entonces se le debería llamar médico. Y si tuviera la misma profesión de Aristófonte, se le tendría que llamar pintor. Cuando se le pregunta a Polo cuál es la verdadera profesión de Gorgias, este responde que existen hombres con experiencia que ejercen artes elevadas y otras no tanto, pero que Gorgias se encontraba entre los hombres de experiencia elevada.
Al escuchar esto Sócrates, le dice a Gorgias que Polo es muy diestro para pronunciar discursos, pero no para contestar a lo que se le pregunta. Polo le pregunta a Sócrates en qué estuvo mal y Sócrates le dice que si bien respondió la pregunta, lo hizo de una manera indirecta pues dijo que Gorgias ''tenía una profesión bella'', pero no dijo que arte profesaba. De aquí se distinguen dos cosas:
Cómo es el arte: Bello, magnífico, excelso, etc.
Qué arte es: Retórica, Pintura, Pedagogía, etc.
Gorgias y Sócrates dialogan
Aclarado el error de Polo, Sócrates pregunta directamente a Gorgias cuál es su profesión y este contesta ''La retórica''. Así, a Gorgias lo podemos llamar ''orador''. No obstante, Gorgias no solamente es un orador, sino que también afirma que puede hacer oradores a otros.
Una tercera pregunta es expuesta a Gorgias en cuanto a la función de la retórica, a lo que contesta que el objeto de conocimiento de la retórica, es el discurso. Pero... ¿se referirá a todos los discursos? Gorgias contesta que no, pero que sí sirve para que los hombres sepan hablar y además, para que reflexionen sobre las cosas que hablan. Sócrates demuestra que la medicina tiene sus propios discursos, así como también los tiene la gimnasia y así como todas las artes tienen su propio discurso. Entonces, ¿Por qué no llamar retóricas a las demás artes, puesto que se tratan de discursos? Gorgias responde que cada una de esas artes tiene una operación manual la cual no atañe directamente a la retórica.
Las palabras y las operaciones
Sócrates dice que volverá sobre esta cuestión más tarde. Se continúa con las preguntas sobre el arte hacia Gorgias. Existe una diferencia entre el arte y la operación que esta tiene. El trabajo manual resulta ser fundamental en algunas artes y no se recurre mucho a la palabra. Muchas de ellas no necesitan palabra en absoluto, puesto que el arte se puede realizar en silencio; por ejemplo, la pintura o el dibujo. Hay otras artes en las que la palabra se hace mucho más presente como en la aritmética, la geometría o el álgebra. Estas prescinden del trabajo manual y aquí se encuentra la retórica.
Sin embargo, ¿se puede decir que la aritmética es ''retórica''? Evidentemente, no. Entonces Sócrates, tratando de especificar un poco más la respuesta, dice que si a él le preguntaran contestaría así:
- ¿Qué es la aritmética?
R: Es un arte que produce su eficacia a través de la palabra.
- ¿Sobre qué objeto?
R: Sobre los números pares e impares.
Así, se explica que si bien, las artes que se valen por medio de la palabra tienen una misma definición, cuando se pregunta por el objeto de dicho arte, se produce una diferencia dependiendo de cual sea su objeto de estudio.
¿Sobre qué trata la retórica, Gorgias?
Ahora, podemos aplicar la misma respuesta a la Retórica, pero la respuesta de Gorgias es un tanto distinta.
- ¿Qué es la Retórica?
R: Es un arte que produce su eficacia a través de la palabra.
- ¿Sobre qué objeto?
R: Sobre los asuntos más importantes de este mundo.
La respuesta parece provocar un poco de reticencia en Sócrates y acto seguido, el filósofo comenta a Gorgias que las cosas más importantes de este mundo son más bien...
- Tener salud
- Ser hermoso
- Ganar dinero sin recurrir al fraude
De esta forma podría decirse que la medicina sería uno de los más importantes asuntos de este mundo, puesto que se preocupa de la salud. También se encontraría el maestro de gimnasia que se preocupa de hacer bellos a los cuerpos y finalmente un banquero que se preocupa de hacer dinero a través de acciones lícitas. Entonces, ¿cómo puede la retórica referirse a los asuntos más importantes del mundo, si no se refiere a la salud, a la hermosura y a la producción honesta de dinero? Una muy difícil pregunta para el sofista de parte de Sócrates.
La retórica como poder de persuasión
Gorgias responde diciendo que la retórica es una de las artes que tiene la capacidad de dar libertad y además, con este arte se puede dominar a los demás. ¿Cómo? a través de la persuasión... Pensemos en los Tribunales cuando se tiene que defender a un ciudadano, en una asamblea donde se deliberan cosas importantes y en toda reunión de asuntos públicos. Así, el médico, el gimnasta y el banquero, quedarían persuadidos por el poder de la retórica, donde el orador podrá sacar mucho provecho.
Gorgias responde diciendo que la retórica es una de las artes que tiene la capacidad de dar libertad y además, con este arte se puede dominar a los demás. ¿Cómo? a través de la persuasión... Pensemos en los Tribunales cuando se tiene que defender a un ciudadano, en una asamblea donde se deliberan cosas importantes y en toda reunión de asuntos públicos. Así, el médico, el gimnasta y el banquero, quedarían persuadidos por el poder de la retórica, donde el orador podrá sacar mucho provecho.
La respuesta de Gorgias resulta ser muy ágil e inteligente, propia de un orador dedicado a la retórica. En todo caso, Sócrates le dice que no está muy seguro de saber a qué persuasión se refiere Gorgias y entonces comienza a interrogarlo. En efecto, es válido preguntar a qué tipo de persuasión se refiere Gorgias porque si preguntamos a un pintor que tipos de pinturas hace, él te puede decir: pinturas de animales, pinturas de paisajes, pinturas de personas, etc. Además hay otras artes que producen persuasión; por ejemplo, el profesor que enseña matemáticas debe convencer a sus alumnos a través de la enseñanza y esto también sería un tipo de persuasión. Luego, la retórica no es el único artífice de la persuasión.
El beneficio de la retórica
Siendo la retórica un arte relacionada con las creencias, no podría participar de lo justo y lo injusto, ya que aquí se encuentra la persuasión que nace de la ciencia. Por otro lado, quien se especialice en discursos, no podrá hablar en temas de arquitectura, puesto que sería el arquitecto la persona más apropiada y lo mismo pasa en las otras ciencias. Entonces ¿De que podría beneficiarnos la retórica?
Es más, Gorgias cuenta una anécdota a Sócrates. Debido a que el hermano de Gorgias, Heródico, que era médico, se encontraron con unos enfermos que se rehusaban a tomar su medicina. Al ver que el médico no pudo convencerlos para que se la tomaran, Gorgias intervino y con el poder de la persuasión, puedo convencer a los enfermos de tomar la medicina. Añade Gorgias, que este uso de la retórica no puede utilizarse para malos propósitos, al contrario, solo debe usarse para el bien.
Interrupción del diálogo
Sorpresivamente, Sócrates acepta ser refutado no sin antes decir que Gorgias no ha sido consecuente con lo que dijo sobre la retórica anteriormente y detienen el diálogo para ver si pueden seguir continuando con el tema. Esto es debido a que Sócrates quiere evitar el enfrentamiento incitando a Gorgias a continuar hablando del tema sin rivalidades.
Continuación del diálogo
Una vez comienzan, Gorgias asegura ser capaz de enseñar retórica a quien quiera aprender. Sócrates le pregunta si su enseñanza consistiría más en persuadir que en instruir y Gorgias responde afirmativamente a la primera opción. Recordemos además que Gorgias dijo que el discurso del orador vale más que el del médico en lo que respecta a la salud. Ahora, ese discurso ¿frente a qué clase de público se puede presentar? Sócrates diría que solamente se puede presentar a un público ignorante, puesto que el público inteligente sabe que en temas de la salud, lo que cuenta es el discurso del médico y no el del orador. Luego, el que no sabe será más persuasivo en un público de ignorantes.
Otra pregunta surge en el diálogo. ¿Qué enseñará un orador si la retórica consiste en ser persuasivo ante un grupo de ignorantes? ¿Un arte que consiste en parecer sabio sin serlo ante los ignorantes? ¿Esto es lo que enseñaría Gorgias a los jóvenes?
Antes de aprender la virtud que da un arte, se debe aprender que es lo justo y lo injusto, puesto que deben aprender los jóvenes lo que es la justicia, nunca obrarán mal si practican un arte como la retórica.
Polo, quién parece muy enojado con Sócrates, le responde que las argucias que él usó contra su maestro, no son más que cosas para sentirse bien en la conversación. Eso sí, acepta la contradicción en la que cayó su maestro al decir que la retórica se ocupa de lo injusto, pero también dice que es el mismo Sócrates quién quiere que sean así las conversaciones.
Una vez comienzan, Gorgias asegura ser capaz de enseñar retórica a quien quiera aprender. Sócrates le pregunta si su enseñanza consistiría más en persuadir que en instruir y Gorgias responde afirmativamente a la primera opción. Recordemos además que Gorgias dijo que el discurso del orador vale más que el del médico en lo que respecta a la salud. Ahora, ese discurso ¿frente a qué clase de público se puede presentar? Sócrates diría que solamente se puede presentar a un público ignorante, puesto que el público inteligente sabe que en temas de la salud, lo que cuenta es el discurso del médico y no el del orador. Luego, el que no sabe será más persuasivo en un público de ignorantes.
Otra pregunta surge en el diálogo. ¿Qué enseñará un orador si la retórica consiste en ser persuasivo ante un grupo de ignorantes? ¿Un arte que consiste en parecer sabio sin serlo ante los ignorantes? ¿Esto es lo que enseñaría Gorgias a los jóvenes?
Antes de aprender la virtud que da un arte, se debe aprender que es lo justo y lo injusto, puesto que deben aprender los jóvenes lo que es la justicia, nunca obrarán mal si practican un arte como la retórica.
La interrupción de Polo
Sócrates acepta la crítica de Polo no sin antes de decir que trate de no reprimir con la palabra. Polo acepta y desafía a Sócrates a que conteste todas sus preguntas.
La retórica no es un arte
Al preguntar a Sócrates que tipo de arte es la retórica, este contesta que en verdad no cree que sea un arte. Para Sócrates, la retórica más bien es una práctica que produce cierto agrado y placer porque la retórica es una especie de adulación y simulacro de una parte de la política. En esta parte es que Gorgias interviene preguntando a Sócrates que si la retórica es adulación ¿será bella o fea? Sócrates responde que es fea. Gorgias y Polo quienes seguramente quedaron con más dudas que respuestas, piden a Sócrates aclararse un poco más.
Existe un cuerpo y un alma en cada uno de nosotros. Algunas veces
estas dos cosas enferman, pero las apariencias de estos dos impiden que podamos ver su real enfermedad. Dado que son dos los objetos que nombramos (cuerpo y alma) son dos las artes que se deberían encontrar en ellos; en el alma, la política; en el cuerpo, la gimnasia y la medicina. En la política, lo que corresponde es la legislación de la gimnasia y a la justicia la medicina.
La retórica no es un arte
Al preguntar a Sócrates que tipo de arte es la retórica, este contesta que en verdad no cree que sea un arte. Para Sócrates, la retórica más bien es una práctica que produce cierto agrado y placer porque la retórica es una especie de adulación y simulacro de una parte de la política. En esta parte es que Gorgias interviene preguntando a Sócrates que si la retórica es adulación ¿será bella o fea? Sócrates responde que es fea. Gorgias y Polo quienes seguramente quedaron con más dudas que respuestas, piden a Sócrates aclararse un poco más.
Existe un cuerpo y un alma en cada uno de nosotros. Algunas veces
estas dos cosas enferman, pero las apariencias de estos dos impiden que podamos ver su real enfermedad. Dado que son dos los objetos que nombramos (cuerpo y alma) son dos las artes que se deberían encontrar en ellos; en el alma, la política; en el cuerpo, la gimnasia y la medicina. En la política, lo que corresponde es la legislación de la gimnasia y a la justicia la medicina.
El alma
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El cuerpo
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La política →
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Legislación →
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Gimnasia
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→
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Justicia →
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Medicina
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Así, la adulación se divide en cuatro partes y engaña a quién la escuche puesto que toma forma de las 4 cosas fundamentales del alma y el cuerpo. Por ejemplo, la culinaria usa conceptos de la medicina diciendo que los alimentos que prepara son saludables para el cuerpo y de esta manera, el cocinero se volvería más famoso que el médico frente al público. Esto es lo que Sócrates llama ''adulación''.
La adulación es fea puesto que fija su atención en el placer más que en el saber. La culinaria se apoya de la medicina para convencer a los demás sobre los alimentos y la cosmética se afirma de la gimnasia para hacer parecer a los cuerpos bellos.
Polo, a quien por la lectura se nota molesto, le pregunta a Sócrates que según él los oradores serían rechazados por las ciudades a las que van, a causa del reciente argumento que acaba de dar y le responde que en efecto, son rechazados. Pero Polo sigue con su argumento puesto que quien somete a los demás a sus ordenes, puede hacer lo que sea, así como lo hacen los tiranos.
Nadie hace lo que quiere
Los que pueden dominar a otros a través de la palabra como lo hace el orador o a través de la fuerza como el tirano, tienen un gran poder, afirma Polo. Sin embargo, Sócrates no lo cree así.
Sócrates le dice si es un bien que alguien pueda hacer lo que quiera careciendo de razón y Polo contesta que no. En efecto, ¿cómo una persona que no tiene uso de razón, tendrá un bien haciendo lo que él quiera? Al no tener uso de razón ¿cómo será un bien lo que sea que él haga?
Luego, Sócrates le pide a Polo que lo convenza de tales argumentos porque de otra manera, quedaría demostrado que los oradores no pueden hacer lo que quieran. Por ejemplo, como Polo no puede refutar el argumento de Sócrates, entonces Polo no puede hacer lo que él quiera, puesto que no puede refutar el argumento.
Los hombres, dice, Sócrates, hacen las cosas por el objeto que ellas llevan consigo a la hora de llevarlas a cabo, por ejemplo, un navegante no maneja un barco porque le guste el mar, sino porque con ésta actividad se enriquecerá. Así, las cosas no se hacen porque nos da gusto hacerlas, sino que por lo que da ésta actividad.
De este modo, los tiranos al torturar y perseguir a los ciudadanos, creen que esto es lo mejor, pero en realidad no lo es. Entonces, ¿hace lo que quiere cuando en realidad lo que está haciendo está mal? Evidentemente, no. Si alguien hace un mal no es porque realmente quiera; por lo tanto, el que quiere hacer un mal, está sin uso de razón(2).
Finalmente, un hombre no puede tener un gran poder si recurre al mal para cometerlos.
La envidia
Polo, quien ya se encuentra bastante molesto, pregunta a Sócrates si él no estaría envidioso de ser como los hombres que mandan y controlan las ciudades ya sea justa o injustamente. Pero Sócrates considera que esos sujetos no se les debe tener envidia y que al contrario se les debería compadecer. ¿Por qué? porque no hay peor mal que cometer injusticia, incluso, es peor que recibirla. Polo le pregunta a Sócrates ¿Entonces no te gustaría ejercer la tiranía? Y Sócrates le contesta de la siguiente manera.
¿Sería esto tener un gran poder? Volveríamos a lo mismo. Tenemos que recurrir al mal para conseguir lo que queremos, pero quien recurre al mal, está haciendo al mismo tiempo lo que no quiere. Solo se puede condenar, desterrar o perseguir, cuando se obra injustamente. No obstante Polo sigue con su argumento diciendo que los hombres injustos son más felices(3).
Cometer y recibir injusticia
Da como ejemplo a Arquelao I rey de Macedonia. Sócrates admite que ha escuchado de él, pero nunca lo ha visto. Sin embargo, Sócrates cree que más allá del poder, quien domina y obra injustamente, no puede ser feliz; al contrario, debe ser un desgraciado porque la felicidad consta en ser justo. Polo al ver que su propio argumento no es consistente, recurre ad populum(1) y dice que mucha gente (testigos) consideran a Arquelao como uno de los reyes más felices que existe. Sócrates le dice a Polo que ésta es solo una opinión de la gente y que no necesariamente representa la verdad en sí (véase el concepto de ''ad populum'').
Polo aún no puede comprender y el diálogo cambia de perspectiva. Según Polo, es dichoso quien es capaz de ejercer la injusticia sin recibirla; Sócrates por su lado, piensa que quien aplica la injusticia es más desdichado de quién la recibe. Pero ¿qué es más feo? y ¿qué es peor? ¿Cometer o recibir injusticia? Polo nos dice que recibir injusticia y es más feo cometerla. Polo acepta también que lo más feo es siempre lo que comete más daño.
Por lo tanto, si lo feo supera en daño a lo malo, entonces cometer injusticia es peor que recibirla. Y quien la recibe justamente, recibe un beneficio, ya que a través de él, está mejorando su alma. En efecto, el castigo es como la medicina del alma, para que esos hombres no vuelvan a incurrir en maldades y es mucho más malo aún, cometer injusticia y no pagar por ella, es decir, evitar el castigo.
¿y cuál es la utilidad de la retórica?
Se llega como conclusión que la retórica no tendría ninguna utilidad, a menos que se use para cometer injusticia y que familiares y amigos se sometan a los castigos de la justicia. Nadie que sea realmente justo puede usar la retórica a menos que sea en su propia contra, lo que no significa que sea injusto, puesto que si alguien cometió un crimen y quiere confesarse, la retórica tendría una utilidad buena.
Calicles diferencia dos cosas de las habladas entre Sócrates y Polo: una es la naturaleza y la otra la justicia. ¿Cómo diferenciarlas? Calicles nos dice que es más feo, en el ámbito de la naturaleza, sufrir injusticia, pero por ley es más feo cometerla.
Un ejemplo es claro. En las leyes, no es justo que un ciudadano se enriquezca mucho, y tener mucho más que la mayoría y ser superiores que ellos, finalmente se les dice que cometen injusticia. Pero por naturaleza, es justo que unos ciudadanos superen a los otros. En la naturaleza el más fuerte somete al más débil y eso es lo justo. Se podría pensar que en un ejemplo aún más claro, el hombre somete a los animales a su servicio para conseguir alimento (La agricultura).
La filosofía como perdición para los hombres
Otra de las cosas que dice Calicles, es que la filosofía resulta se buena en la adolescencia o en la juventud, pero nunca cuando ya se es un hombre. Calicles denomina a esto ''la perdición''. Añade además que no es vergüenza filosofar cuando se es joven, pero si cuando se es hombre. Es más...
Es interesante recalcar algo más... En este ''sermón'' dirigido a Sócrates, Calicles dice que un día cualquiera podrían tomar a Sócrates y llevarlo a prisión por un delito que no cometió y ahí se quedaría sin poder hablar, sin poder decir nada contra aquello y sería condenado a la muerte. Pareciera ser ésta, una fuerte predicción de Calicles...
La razón de esto es que Calicles dice que los filósofos con el pasar de los años se vuelven irrespetuosos de la cultura que los rodea. Se olvidan de las leyes y costumbres de la ciudad y se vuelven irascibles.
La adulación es fea puesto que fija su atención en el placer más que en el saber. La culinaria se apoya de la medicina para convencer a los demás sobre los alimentos y la cosmética se afirma de la gimnasia para hacer parecer a los cuerpos bellos.
Polo, a quien por la lectura se nota molesto, le pregunta a Sócrates que según él los oradores serían rechazados por las ciudades a las que van, a causa del reciente argumento que acaba de dar y le responde que en efecto, son rechazados. Pero Polo sigue con su argumento puesto que quien somete a los demás a sus ordenes, puede hacer lo que sea, así como lo hacen los tiranos.
Nadie hace lo que quiere
Los que pueden dominar a otros a través de la palabra como lo hace el orador o a través de la fuerza como el tirano, tienen un gran poder, afirma Polo. Sin embargo, Sócrates no lo cree así.
Sócrates le dice si es un bien que alguien pueda hacer lo que quiera careciendo de razón y Polo contesta que no. En efecto, ¿cómo una persona que no tiene uso de razón, tendrá un bien haciendo lo que él quiera? Al no tener uso de razón ¿cómo será un bien lo que sea que él haga?
Luego, Sócrates le pide a Polo que lo convenza de tales argumentos porque de otra manera, quedaría demostrado que los oradores no pueden hacer lo que quieran. Por ejemplo, como Polo no puede refutar el argumento de Sócrates, entonces Polo no puede hacer lo que él quiera, puesto que no puede refutar el argumento.
Los hombres, dice, Sócrates, hacen las cosas por el objeto que ellas llevan consigo a la hora de llevarlas a cabo, por ejemplo, un navegante no maneja un barco porque le guste el mar, sino porque con ésta actividad se enriquecerá. Así, las cosas no se hacen porque nos da gusto hacerlas, sino que por lo que da ésta actividad.
De este modo, los tiranos al torturar y perseguir a los ciudadanos, creen que esto es lo mejor, pero en realidad no lo es. Entonces, ¿hace lo que quiere cuando en realidad lo que está haciendo está mal? Evidentemente, no. Si alguien hace un mal no es porque realmente quiera; por lo tanto, el que quiere hacer un mal, está sin uso de razón(2).
Finalmente, un hombre no puede tener un gran poder si recurre al mal para cometerlos.
La envidia
Polo, quien ya se encuentra bastante molesto, pregunta a Sócrates si él no estaría envidioso de ser como los hombres que mandan y controlan las ciudades ya sea justa o injustamente. Pero Sócrates considera que esos sujetos no se les debe tener envidia y que al contrario se les debería compadecer. ¿Por qué? porque no hay peor mal que cometer injusticia, incluso, es peor que recibirla. Polo le pregunta a Sócrates ¿Entonces no te gustaría ejercer la tiranía? Y Sócrates le contesta de la siguiente manera.
- Imaginemos que Sócrates va con un puñal oculto bajo el brazo en la plaza pública. Sócrates, en ésta condición, es capaz de matar a quien quiera y conseguir lo que quiera a través de este poder.
Cometer y recibir injusticia
Da como ejemplo a Arquelao I rey de Macedonia. Sócrates admite que ha escuchado de él, pero nunca lo ha visto. Sin embargo, Sócrates cree que más allá del poder, quien domina y obra injustamente, no puede ser feliz; al contrario, debe ser un desgraciado porque la felicidad consta en ser justo. Polo al ver que su propio argumento no es consistente, recurre ad populum(1) y dice que mucha gente (testigos) consideran a Arquelao como uno de los reyes más felices que existe. Sócrates le dice a Polo que ésta es solo una opinión de la gente y que no necesariamente representa la verdad en sí (véase el concepto de ''ad populum'').
Polo aún no puede comprender y el diálogo cambia de perspectiva. Según Polo, es dichoso quien es capaz de ejercer la injusticia sin recibirla; Sócrates por su lado, piensa que quien aplica la injusticia es más desdichado de quién la recibe. Pero ¿qué es más feo? y ¿qué es peor? ¿Cometer o recibir injusticia? Polo nos dice que recibir injusticia y es más feo cometerla. Polo acepta también que lo más feo es siempre lo que comete más daño.
Por lo tanto, si lo feo supera en daño a lo malo, entonces cometer injusticia es peor que recibirla. Y quien la recibe justamente, recibe un beneficio, ya que a través de él, está mejorando su alma. En efecto, el castigo es como la medicina del alma, para que esos hombres no vuelvan a incurrir en maldades y es mucho más malo aún, cometer injusticia y no pagar por ella, es decir, evitar el castigo.
¿y cuál es la utilidad de la retórica?
Se llega como conclusión que la retórica no tendría ninguna utilidad, a menos que se use para cometer injusticia y que familiares y amigos se sometan a los castigos de la justicia. Nadie que sea realmente justo puede usar la retórica a menos que sea en su propia contra, lo que no significa que sea injusto, puesto que si alguien cometió un crimen y quiere confesarse, la retórica tendría una utilidad buena.
Calicles no lo puede creer...
En una oportunidad, Calicles pregunta a Querefonte, si lo que escuchan es real y que si Sócrates en verdad está haciendo una broma o algo parecido. Sócrates dice que no estaba bromeando y que esto es justo lo que quería decir, pero más allá de la argumentación, nos dice que así es la filosofía. La filosofía causa extrañeza y motivación para seguir discutiendo sobre el tema. Luego de esto Sócrates permite que Calicles se exprese sobre lo que se acaba de decir.
Calicles no está del todo de acuerdo con el argumento de Sócrates, ni tampoco con el pseudo forcejeo que le hizo al aceptar que cometer injusticia es peor que recibirla. Le dice que la manera de dialogar es irritante y la lleva a extremos para que el contrincante salga contradiciéndose. Calicles asegura que Polo no ha querido decir lo que de verdad quiere y por lo tanto, quien se contradice, lo hace porque no quiere decir lo que realmente quiere.
La naturaleza y la ley
Calicles diferencia dos cosas de las habladas entre Sócrates y Polo: una es la naturaleza y la otra la justicia. ¿Cómo diferenciarlas? Calicles nos dice que es más feo, en el ámbito de la naturaleza, sufrir injusticia, pero por ley es más feo cometerla.
Lo más feo por…
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Naturaleza
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Recibir
injusticia
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Ley
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Cometer injusticia
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Un ejemplo es claro. En las leyes, no es justo que un ciudadano se enriquezca mucho, y tener mucho más que la mayoría y ser superiores que ellos, finalmente se les dice que cometen injusticia. Pero por naturaleza, es justo que unos ciudadanos superen a los otros. En la naturaleza el más fuerte somete al más débil y eso es lo justo. Se podría pensar que en un ejemplo aún más claro, el hombre somete a los animales a su servicio para conseguir alimento (La agricultura).
La filosofía como perdición para los hombres
''Pero, en cambio, cuando veo a un hombre de edad que aún filosofa y que no renuncia a ello, creo, Sócrates, que este hombre debe ser azotado''.
Es interesante recalcar algo más... En este ''sermón'' dirigido a Sócrates, Calicles dice que un día cualquiera podrían tomar a Sócrates y llevarlo a prisión por un delito que no cometió y ahí se quedaría sin poder hablar, sin poder decir nada contra aquello y sería condenado a la muerte. Pareciera ser ésta, una fuerte predicción de Calicles...
La razón de esto es que Calicles dice que los filósofos con el pasar de los años se vuelven irrespetuosos de la cultura que los rodea. Se olvidan de las leyes y costumbres de la ciudad y se vuelven irascibles.
Sócrates y Calicles
La respuesta a este consejo que da Calicles, es tranquilizadora. Sócrates le dice que es un muy buen amigo al hablarle así, puesto que el mismo Calicles afirmó que ni Polo ni Gorgias estaban demostrando lo que verdaderamente querían decir cayendo en la contradicción; sin embargo, Calicles le dice todo esto desde la más profunda sinceridad, ya que por lo demás es muy amigo de Sócrates.
Continuando con la discusión, Sócrates comienza su interrogatorio ahora frente a Calicles. Se pone en cuestionamiento lo mismo que había dicho Polo pero con un ligero cambio: ''El más fuerte tiene derecho a gobernar sobre el más débil porque así lo dicta la naturaleza''. Además Calicles afirma que ser poderoso y mejor es exactamente la misma cosa, incluso, afirma que la multiplicidad es mejor que lo unitario, por algo la mayoría es la que finalmente impone las leyes en la ciudad. En resumen, los más poderosos son a la vez los más bellos y mejores.
La multitud es la mejor y tiene el poder... ¿o no?
La aseveración es definitiva y Sócrates le pregunta qué piensa la multitud sobre la igualdad y la justicia. Pues la multitud piensa en que debiera haber igualdad para todos, que cometer injusticia es peor que recibirla y también que no debieran haber personas que acumulen riquezas. Una vez Calicles acepta esto, Sócrates dice que también se acepta que por naturaleza, es peor cometer injusticia que recibirla.
Sin embargo, Calicles hace una acotación precisa ¿Acaso lo que dice la gente representa la naturaleza y además es ley? pues Calicles no lo cree así. Pero si Calicles no cree que una multitud puede ser la que lleve el poder, ¿Por qué dijo antes que la multitud es mejor que lo unitario?
Finalmente, Calicles también cae en contradicción y acepta que sólo el más apto y de buen juicio puede gobernar a una multitud, es decir, lo unitario gobierna por sobre la multitud.
El de buen juicio es el que debe gobernar... ¿o no?
Calicles afirma ahora que el de buen juicio es el que debe gobernar, pero Sócrates le propone un contexto.
El de buen juicio es el que debe gobernar... ¿o no?
Calicles afirma ahora que el de buen juicio es el que debe gobernar, pero Sócrates le propone un contexto.
- En una fiesta se encuentra mucha gente y entre ellos hay un médico. El médico, obviamente siendo el experto en alimentos, será prudente y no comerá en exceso, de hecho, comerá menos que algunas personas para no cometer excesos. Así, el mejor, el más experto, puede tener menos que algunos.
Esto hace enfadar a Calicles hablando con malas palabras a Sócrates. Pero sigue defendiendo su tesis de que las personas con buen juicio deben gobernar la ciudad, sin embargo, ¿serán buenos para dominarse a sí mismos?
El moderado y el licencioso.
Dominarse a sí mismo, significa ser moderado, dominar sus pasiones y dominar los deseos que surjan. Calicles, en contraste, califica a este tipo de personas como idiotas. Para este, lo bello y lo justo es que el hombre sacie todos sus deseos como sea posible y no reprimirlos porque esto es parte de la naturaleza humana.
Sócrates piensa y anima a Calicles a que siga de la misma manera argumentando, ya que está siendo sincero con su amigo. De la conclusión de Calicles, se extrae que el hombre es feliz mientras necesite cosas y las pueda saciar, en cambio el que no necesita nada, no es feliz.
En esta parte, Sócrates habla sobre un sabio que le dijo cosas sobre el alma. Existe una parte del alma que se deja llevar por las pasiones y ésta parte la describe como un ''tonel'' agujereado mientras que el alma del moderado es un tonel bien constituido. En otro sentido...
Todo lo dicho por Calicles queda muy claro, pero se refuta nuevamente el razonamiento. ¿Que pasa si esta persona que sacia su hambre apenas tiene el estímulo, sintiera comezón debido a a sarna? Siguiendo la lógica de Calicles, este hombre tendría que saciar sus ganas de rascarse e inevitablemente, hacerse daño. Sorpresivamente, Calicles, quien ya estaba muy enfadado e incluso trató a Sócrates de demagogo, insiste en que quien se rasca debido a una sarna, también tiene placer y además vive felizmente haciéndolo. Ahora ¿cómo puede ser feliz quién se hace daño a sí mismo? Sócrates no puede con la intransigencia de Calicles y decide usar otro argumento.
En esta parte, Sócrates habla sobre un sabio que le dijo cosas sobre el alma. Existe una parte del alma que se deja llevar por las pasiones y ésta parte la describe como un ''tonel'' agujereado mientras que el alma del moderado es un tonel bien constituido. En otro sentido...
- Imaginemos que tenemos a dos hombres: uno que tiene varios toneles bien constituidos y otro hombre que tiene toneles agujereados. El que tiene los toneles en buenas condiciones (el hombre moderado) los llenara hasta su tope; en cambio, el hombre que los tiene agujereados (el hombre licencioso) tendrá que llenar los toneles muchas veces, puesto que el líquido se filtraría a través de los agujeros.
Así, el hombre licencioso tendrá que llenar su tonel cada vez que se vacíe a causa de sus agujeros y el hombre moderado no necesitará hacerlo puesto que su tonel está lleno y no tiene agujeros. Luego el hombre licencioso es desdichado y el moderado feliz.
Lamentablemente para Sócrates, Calicles no queda convencido y argumenta que para el hombre de los toneles llenos, ya no hay placer alguno. A esto Calicles le llama ''vivir como una piedra''. Para este, es más afable vivir bajo la conducción de las pasiones.
Dolor y placer
¿Es el placer lo mismo que el bien? Tener sed por ejemplo, es ser desdichado al igual que tener hambre, las dos son cosas dolorosas, pero saciarlas con agua y comida es agradable. Por lo tanto, se distinguen dos cosas: el dolor y el placer; una representa el mal y otra el bien. las dos no pueden suceder al mismo tiempo. Entonces, ¿cómo se puede ser dichoso al tener sarna y encima rascarse en vez de sanarse? Calicles finalmente acepta su contradicción.
Pequeña intervención de Gorgias
Calicles se había rehusado a contestar más preguntas de Sócrates, y es ahí cuando el mismo Gorgias interpela a Calicles a no ser testarudo y contestar de buena manera a Sócrates para que la conversación termine y se concluya.
El bien, el mal y los placeres
No puede ocurrir que se sienta bien y a la vez mal. Como tampoco se puede sentir placer y a la vez dolor. Estas son cosas totalmente diferentes entre sí. Sus efectos terminan y es posible que empiece otro.
Por otro lado, Calicles afirma que hay varios tipos de placeres y dolores tanto malos como buenos. Sin embargo, siempre hay que seguir los placeres y dolores que se conduzcan hacia el bien. El alma necesita a veces del dolor; por ejemplo, imaginemos a un hombre enfermo del estómago y que por su apetito por las comidas, quiere comer cosas que le producen daño. En ese caso, el alma debe ser reprimida porque es mucho mejor que sea reprimida a que sus deseos se cumplan y que el dolor se prolongue más; esto significaría el ''dolor bueno''.
Finalmente, Calicles no quiere seguir hablando y Sócrates pretende hacer un resumen de lo que se conversó.
¿Un juicio a Sócrates?
Ya se había repetido ésta posibilidad por parte de Calicles, diciendo a Sócrates que gracias andar filosofando, lo harán encerrar en una prisión y lo despojarán de todos sus bienes. Una de sus predicciones es la siguiente:
Resumen de la conversación
Finalmente, Calicles no quiere seguir hablando y Sócrates pretende hacer un resumen de lo que se conversó.
- Lo agradable y lo bueno no son la misma cosa (Saciar el hambre en exceso no es bueno y produce enfermedad).
- Se debe hacer lo agradable a causa de lo bueno. (Alimentarse con moderación para estar bien)
- La moderación en el alma es mejor que la licencia.
- El hombre moderado es absolutamente bueno
- El hombre debe buscar el castigo necesario si quiere ser feliz y limpiar su alma
- Cometer injusticia es peor que recibirla
- La retórica como medio para que las demás personas comparezcan ante la ley
¿Un juicio a Sócrates?
Ya se había repetido ésta posibilidad por parte de Calicles, diciendo a Sócrates que gracias andar filosofando, lo harán encerrar en una prisión y lo despojarán de todos sus bienes. Una de sus predicciones es la siguiente:
''Sería yo realmente un demente, Calicles, si no creyera que en esta ciudad a cualquiera puede sucederle lo que sea. No obstante, estoy seguro de que, si comparezco ante un tribunal con el riesgo de ser condenado a algo de lo que tú dices, mi acusador será algún malvado -pues ningún hombre honrado acusaría a un inocente-; incluso no sería nada increíble que se me condenara a muerte''
Pareciera ser una escalofriante premonición por parte de Sócrates y su terrible fin. Sin embargo, como vemos en el texto, no se extraña de que pasara algo así.
Conclusión
Al leer este libro, pude dar cuenta de los múltiples conceptos que ya se han tratado en otros libros de Platón. Lo que me sorprendió tremendamente es la premonición de Calicles hacia Sócrates y la respuesta de éste al decir que no le extrañaría. El mismo filósofo Erasmo de Rotterdam en su ensayo ''El elogio de la locura'' decía que la sabiduría llevó a Sócrates irremediablemente hacia su fatal destino.
Este diálogo en general fue mucho más agresivo que ''Ion'' pero ésta vez, es una agresividad por parte de los dialogantes. Polo que por su parte se sentía ofendido por dejar en contradicción a su maestro Gorgias y Calicles quien se cansó de discutir con Sócrates porque también lo había puesto en constate contradicción. Aún me quedan dudas sobre las personas que cometen injusticias y reciben injusticias; Sócrates lo explicó muy bien pero aún faltarían cosas que agregar a eso. Un libro muy interesante por cierto.