viernes, 19 de julio de 2019

Las cinco vías tomistas

Santo Tomás de Aquino teoriza cinco vías
para probar la existencia de Dios

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Las cinco vías tomistas

En una de sus más grandes obras llamada ''Suma Teológica'' Santo Tomás de Aquino postula cinco vías para demostrar la existencia de Dios. Estas, a pesar de las desarrolladas anteriormente por sus predecesores, son todas a posteriori, es decir, parten demostrando desde el mundo hasta el mismísimo Dios. 

Veamos primeramente a lo que se refiere Santo Tomás con las demostraciones y luego veamos las cinco vías. 

¿Es evidente por sí misma la existencia de Dios?

Hay dos formas en que una cosa nos es evidente; cuando es evidente por sí misma pero no para nosotros; cuando es evidente por sí misma y para nosotros. Una proposición es evidente por sí misma cuando decimos ''El hombre es un animal'', pero existen cosas que si bien son evidentes no todos pueden aprehenderla. Por ejemplo, si la existencia de Dios es evidente por sí misma, se necesita comprender cómo es que existe pues es el medio el que debe ser demostrado para que luego sea evidente.


¿Se puede demostrar la existencia de Dios?


Existen dos tipos de demostraciones:
  • A priori: evidente por sí mismo sin demostración apoyada por la causa
  • A posteriori: evidente por sí mismo con demostración apoyada por el efecto

Como vimos anteriormente, la existencia de Dios es evidente por sí misma y por lo tanto necesita ser demostrada por sus efectos.

¿Existe Dios?

La existencia de Dios se puede demostrar mediante cinco vías:

  1. Movimiento: podemos notar que algunas cosas están en movimiento en este mundo. Estas se mueven porque existe otro que las mueve desde la potencia al acto.

    Así, el fuego hace que la madera se caliente, es decir, pase de un estado a otro (potencia a acto). Por lo tanto, algo no puede estar en potencia y estar en acto al mismo tiempo, por ejemplo, la madera no puede estar caliente en potencia y simultáneamente caliente en acto, pero sí estando caliente puede estar potencialmente fría.

    De este modo, todos están movidos por otro ente y así sucesivamente. Sin embargo, este no puede ser un movimiento hacia el infinito porque entonces no podría entenderse que hubo un primer moviente. En efecto, si el movimiento sigue una cadena infinita de movimientos, entonces nada se movería en el mundo.

    Finalmente, debe existir un primer motor que mueva sin ser movido. Este Primer Motor Inmóvil es Dios.

  2. Causa eficiente: nada puede existir por sí mismo porque de ese modo tendría que existir antes de existir lo cual es absurdo. Por lo tanto, necesariamente debe existir una primera causa que sea la causa eficiente. Al igual que en el movimiento, la causa no puede ser infinita ya que nadie ni nada podría ser causa.

  3. Posibilidad y necesidad: en la naturaleza hay cosas que son posibles de ser y no ser. Si todo fuera posible de no ser, entonces no existiría nada en el mundo lo cual es absurdo. Por otro lado, todo lo posible es posible gracias a que otra cosa lo hizo posible.

    Sin embargo, no podemos ir al infinito en esta secuencia de seres posibles porque de ir al infinito no podría existir ningún ser. Por lo tanto, debe existir una causa necesaria que haga posible a los otros seres.

  4. Gradación: en la naturaleza hay seres que son buenos y malos dependiendo de cada uno. Unos son más nobles que otros, mientras otros nunca alcanzan la perfección. Así, el fuego es el calor máximo, entonces es la causa de todas las cosas calientes.

    Por lo tanto, debe existir un género que contenga toda la bondad máxima de todos los seres siendo además la causa de todos ellos.


  5. Finalidad: todos los seres que carecen de inteligencia se dirigen hacia un fin, a pesar de no tener inteligencia. Es evidente que actúan por algún fin y eso es fácilmente observable. Ahora, los seres que carecen totalmente de inteligencia no pueden dirigirse a un fin.

    ¿Cómo es que lo hacen de todas maneras? deben ser dirigidos por un principio superior. Así como el hombre arroja una flecha que se dirige a un objetivo, Dios dirige a todos los seres hacia un fin.
Estos son los cinco argumentos que Santo Tomás de Aquino da para probar la existencia de Dios. Si pudiéramos hacer un resumen de cada ellas entonces tendríamos algo así:


  • Primera vía: Dios como motor inmóvil
  • Segunda vía: Dios como causa eficiente
  • Tercera vía: Dios como ser necesario
  • Cuarta vía: Dios es la máxima gradación en los seres
  • Quinta vía: Dios es el fin y la inteligencia que dirige a todos los seres. 


¿Desplazaría esta teoría al argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury? la verdad es que no del todo, pues filósofos posteriores retomarán el argumento, incluso poniéndolo en contra de los del aquinate. 

Puedes escuchar esta información en nuestro podcast:




Conclusión

Por supuesto, es evidente observar que el argumento de Santo Tomás de Aquino es tremendamente aristotélico. Esta vía no podría haberse construido sin el pensamiento aristotélico dominante también en el esquema tomista. Sin embargo, se debe reconocer que las cinco vías tomistas no son para nada despreciables. Se tendrá que esperar mucho tiempo para que estas pudieran ser refutadas por grandes mentes filosóficas. 

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miércoles, 17 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte V: Maniqueos y la tradición cristiana) (1268)

Loa maniqueos creían en dos fuerzas opuestas
que dominaban el mundo: el bien y el mal

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¿Quienes eran los maniqueos? si recordamos bien, estos eran un antiguo grupo de intelectuales sectarios que tenían ideas contrarias a los cristianos. San Agustín de Hipona fue el máximo enemigo dialéctico de estos pero esto no hizo que desaparecieran; al contrario, se dice que los maniqueos mantuvieron su vigencia hasta fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Santo Tomás de Aquino arremete contra estos en cuanto a su idea de las sustancias separadas. Veamos qué es lo que nos trae el aquinate. 

De substantiis 
separatis


Parte VI: Maniqueos


Visión maniquea

Como sabemos, los maniqueos establecían dos principios metafísicos independientes: el bien y el mal. Estos tienen una serie de características que nombraremos a continuación:

  1. Dos principios
  2. Ambos son infinitos e incorpóreos
  3. El dominio del mundo lo tiene tanto el bien como el mal

Santo Tomás de Aquino se propone refutar estos argumentos tal como lo hiciera su predecesor en el siglo V.

Refutación de Santo Tomás de Aquino

Veremos las refutaciones en orden:

Dos principios (bien y mal): es imposible que el bien subsista con el mal ya que el primero es acto y perfección, mientras que el mal carece de ambas. El mal es la privación del bien, tal como la muerte es la privación de la vida. 

El mal es algo que no alcanza ni acto ni perfección; por ejemplo, un constructor es llamado ''malo'' cuando no puede construir una casa, es decir, no puede completar el acto ni la perfección de una casa.

Ambos son infinitos e incorpóreos: es imposible que un cuerpo tenga un poder intelectivo porque entonces ese cuerpo conocería todas las cosas, lo cual es absurdo. El bien y el mal son intelectivos y por eso mismo no son cuerpos. 

El dominio del mundo lo tiene tanto el bien como el mal: todo dominio o gobierno tiene una dirección y un fin, tal como lo tiene el bien. Sin embargo, el mal no tiene un fin ya que es una privación, no es algo que se perfeccione o complete por lo tanto no puede tener un dominio. 

Los maniqueos cometían estos errores porque transferían las características del mundo particular al mundo universal, lo cual es el gran problema de lógica incluso con el mundo cristiano.


 Creación de los ángeles según los cristianos

Ya que se han visto todos los puntos de vista de los predecesores de Santo Tomás de Aquino, ahora el aquinate procede a revelar su punto de vista desde la fe cristiana. 

Para Santo Tomás, las criaturas celestiales o las sustancias separadas fueron todas creadas por Dios. La explicación de esto la tiene la obra del Pseudo Dionisio llamada ''Jerarquía Celestial'' específicamente en el capítulo cuatro de dicho texto. Algunas de sus citas son:

''Las sustancias celestiales fueron las primeras en ser creadas y participar en Dios''

''Tienen una esencia parecida a la de Dios, así como también un ser y una vida''

Si bien esto puede ser cierto, para las enseñanzas cristianas no sería apropiado decir que tienen una esencia, una sustancia, un ser y una vida independiente. Debemos comprender que todo esto es gracias a Dios y no solo eso sino que también es de Dios. Así dicen algunas Sagradas Escrituras:


''Él es la vida de los vivientes''
(Deuteronomio 3:20)

Por lo tanto, las palabras del Pseudo Dionisio podrían interpretarse incluso como si estos fueran seres eternos, lo que repugna a la visión cristiana. 

El problema es que las Sagradas Escrituras no se refieren a la creación de los ángeles. Es por esto que Santo Tomás busca en el Pseudo Dionisio algunas pistas y también lo hace con San Agustín de Hipona, quien en el libro XI de La Ciudad de Dios nos dice.

''Los ángeles ya existían cuando los cielos fueron creados''

San Agustín nos dice que es posible que los ángeles fueran creados primero que todo, aunque también se guarda algunas dudas con respecto a esto. Dice que de ser creado con los cielos, es decir, la creación del mundo, entonces los ángeles nacerían de la luz producida por Dios.

Santo Tomás de Aquino considera todas las opiniones tanto de los Padres de la Iglesia (Patrística), pero la más acertada en su opinión es la del mismo San Agustín de Hipona

La naturaleza de los ángeles

Algunos intelectuales cristianos decían que los ángeles tenían cuerpos ya que en la misma biblia se describían con ciertas corporalidades. Santo Tomás de Aquino nos dice que los ángeles no son corpóreos, aunque sí son hechos de materia y forma. La solución a esto es que los ángeles tienen más forma que materia, al estar más cercanos a Dios. 

Sin embargo, en la biblia se mencionan dos aparentes contradicciones en cuanto a los ángeles:

''Tú haces a tus  ángeles espíritu''
(Salmo 102:20,21)

''Y uno de los serafines voló hacia mi''
(Isaías 6:6,2)

Por otro lado, hay pasajes de la escritura en que Dios concede poderes a los ángeles. Por esto, podemos decir que los ángeles se presentaban a los profetas de forma corporal gracias a Dios. De este modo, pareciera ser que esencialmente los ángeles son inmateriales, pero para propósitos de la tierra, los ángeles toman forma corporal. 

Otra pregunta fundamental es que si los ángeles tienen un lugar. El concepto de ''lugar'' es algo propio de las cosas corporales. Por lo tanto, de acuerdo con el aquinate los ángeles sí tendrían un lugar, pero lo sería al modo espiritual. 

La naturaleza del mal


El último tema de este tratado es justamente el mal como una privación del bien. Cuando los ángeles deciden por sí mismos abandonar los cielos se privaron ellos mismos del bien. En este sentido, entonces se debe decir que estos ángeles inclinados al mal no son esencialmente malos, sino que buenos. 

También se debe decir que estos ángeles deben ser ángeles inclinados más a la materia y alejados del intelecto. Dentro de las jerarquías estos son los últimos ángeles, además de estar más cerca de la corporeidad. 

Conclusión

Era de esperarse que esta última parte la dedicara a las enseñanzas cristianas de la época. Sin embargo, es interesante observar como Tomás de Aquino adhiere a las ideas de San Agustín de Hipona y a ciertas otras del Pseudo Dionisio. Lo otro interesante fue haber utilizado la teoría de los maniqueos para reafirmar aún más su teoría de las sustancias separadas Me parece que fue un excelente final para tal obra. Ahora debemos prepararnos para la magna obra de Santo Tomás de Aquino...
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lunes, 15 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte IV: Averroes) (1268)

Una de las discusiones más acaloradas entre los teólogos
de la Edad Media era si Dios conocía a los particulares,
es decir, conocía a los seres corporales siendo él divino

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Puede ser uno de los pensadores más criticados por Santo Tomás de Aquino, uno de los más grandes comentadores de Aristóteles en el mundo árabe: Averroes. No hace falta decir que lo que se viene ahora es una critica de parte del aquinate; por supuesto, Averroes y Santo Tomás parecieran ser enemigos de toda la vida a pesar de que no fueron contemporáneos. Veamos en que difieren estas dos grandes mentes filósofo teólogas de la Edad Media. 

De substantiis 
separatis


Parte V: Averroes

Sustancia y materia en Averroes

Sustancia y cuerpo

Entre muchas de las cosas que sabemos de Averroes, la más significativa es aquella de la eternidad del mundo que generó muchas controversias, ya que lo único eterno es Dios. Otra de las cosas que generaba aún más controversias eran los dicho de Averroes en cuanto a que Dios no conoce los particulares (o singulares). Pero no solo esto, es decir, no solo no los conoce sino que tampoco puede ejercer ninguna acción sobre ellos. 

Esto se basa en que las sustancias separadas son de un orden distinto al de las criaturas corporales. La sustancia pura no puede conocer los cuerpos ya que un cuerpo conoce a otro por medio de l o sensible. Como las sustancias separadas (los ángeles) no tienen corporeidad o al menos tienen más sustancia que cuerpo (sobre todo Dios que es pura sustancia), entonces estos no pueden conocer los seres particulares.

Dios conoce los particulares siendo Universal

Las cosas universales incluyen dentro de sí las cosas que conocen. Tienen un espectro que abarca todo lo que las rodea y de no ser así entonces no podrían ser llamadas universales. 

El entendimiento de Dios es su substancia misma y a consecuencia de esto, Dios debiera conocer su propia sustancia a la perfección. Además, si Dios conoce su sustancia, todo lo que es incluido en el concepto de sustancia es a la vez incluido en el concepto de Dios. Como Dios se extiende a todo, entonces Dios conoce a todos los seres, y los seres se conocen aún más cuando conocen a Dios puesto que lo esencial de los seres es su sustancia. 

Una objeción a esta teoría sería decir que si Dios ''entiende'' a través de la sustancia, entonces tendría que ser potencia. Esto lo dice Averroes justamente porque para el hombre es ''trabajoso'' aprender, por otro lado, si ''entiende''las cosas quiere decir que estas están separadas de él. 

No obstante estos argumentos, Santo Tomás nos dice que Dios entiende las cosas a través de el mismo y no a través de las cosas. En este sentido, todas las cosas están en Dios y todas se dirigen a un fin determinado por él. De lo contrario, si esto no es así entonces se estaría negando la omnipotencia de Dios. 

En cuanto a las sustancias separadas, estas siempre van a seguir los designios de Dios entendiendo que estas están dentro de él. Por lo tanto, tanto Dios como las sustancias separadas pueden conocer los actos de los particulares. 


Conclusión

Una discusión que quizás ya hemos visto en otros escritos, sobre todos en la entrada sobre los comentarios que Santo Tomás de Aquino hizo a Averroes. Si bien la teoría de Averroes fue plausible y entendida en su momento, la verdad es que Santo Tomás nos trae algo más preciso a la hora de determinar la naturaleza de la sustancia divina. Si bien esta parte del tratado no versó mucho sobre las sustancias separadas, este sí nos da una muy buena información: Nadie escapa del poder divino. 


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sábado, 13 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte IV: Orígenes) (1268)

Orígenes decía: ''Al final de los tiempos,
pecadores y no pecadores seremos uno solo con Dios''
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Refutando a los griegos, a los árabes y a parte de sus contemporáneos, Santo Tomás de Aquino ahora dirige sus críticas hacia un correligionario controvertido del tiempo de la patrística: Orígenes. Recordemos que Orígenes, siendo uno de los más grandes pensadores de la patrística, tenía su controvertida idea de la Apocatástasis que significaba que todos los seres volverían a ser uno con Dios, sean pecadores o no pecadores. Por supuesto, esto levantó muchas molestias en la Iglesia y su doctrina fue censurada y tomada como herejía. ¿Qué tienen que ver las ideas de Orígenes con las sustancias separadas? 

De substantiis 
separatis


Parte IV: Orígenes

La característica de los seres

Todos los seres son iguales

Como dijimos en la introducción, Orígenes pensaba que al final de los tiempos todos volverían a Dios como uno solo ya que si Dios es el comienzo entonces lógicamente también era el fin. Esta era la teoría general de Orígenes. 

Sin embargo, Orígenes también añade que ninguna diferencia pudo ocurrir en la creación de los seres, es decir, Dios siendo uno no puede crear la pluralidad. Entonces ¿cómo es que existe la pluralidad? la pluralidad existiría por un movimiento de la voluntad que se va haciendo diverso en los seres superiores y en cada diversidad van existiendo seres inferiores a lo que es el Primer Principio: unidad absoluta. Por lo tanto, Orígenes nos dice que todos los seres superiores (inferiores a Dios pero superiores a los cuerpos celestes) fueron iguales. 

Los seres no son todos iguales

Primeramente, la critica a Orígenes no se remonta a Santo Tomás de Aquino sino que va mucho más allá. Esta comienza con San Agustín de Hipona quien inmediatamente objeta la teoría de la apocatástasis, ya que esto resultaría en una desconsideración al concepto de ''Libre Albedrío''. En otras palabras, si el no pecador terminará siendo uno con Dios de todas maneras, entonces no importará que cometa los peores crímenes. 

En cuanto al segundo argumento de Orígenes, lo que hace la diferencia de los seres es justamente en cómo la materia está separada de la forma. Por lo tanto, de alguna manera los seres superiores se diferencian de otros tan solo por cuán alejados estén de la materia.

Recordemos que cuando decimos seres superiores nos estamos refiriendo a los ángeles. Si esto es así, entonces pareciera ser que Orígenes ignora las Sagradas Escrituras donde se hablan de aquellos ángeles que dejaron de servir a Dios por el pecado de la soberbia. Esta es otra de las razones de por qué las sustancias separadas no son iguales las unas a las otras. Todas se van alejando de la materia mientras más se acercan a Dios. 

Conclusión

Un pequeño extracto de esta gran obra ''opuscula'' dedicado a la critica a Orígenes. El tema de los origenistas se extendió en la Edad Media, la verdad es que cada vez que salía un argumento con similares características, los filósofos cristianos lo criticaban y terminaron condenándolo. Quizás es nuevo saber que Orígenes además tenía su opinión con respecto a las sustancias separadas, aunque también se debe aceptar que algunas cosas escaparon de su teoría, como por ejemplo la diferencia que tienen los ángeles. 


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viernes, 12 de julio de 2019

Visión del suicidio por los griegos

La muerte de Sócrates (1787)

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Visión del suicidio por los griegos

Situación en Chile

El suicidio es un tema sensible hoy en nuestro país. Tanto ha llegado a ser así, que en Chile el suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes. De acuerdo a algunas estadísticas en los últimos tiempos ocurría un suicidio cada cinco horas, y la mayoría de ellos (más del 80%) fueron principalmente hombres. De hecho, en el año 2017 el suicidio fue por primera vez la primera causa de muerte, desplazando así a los accidentes automovilísticos. Desde el año 2010 hasta el 2017 los suicidios fueron 14.967, 11 suicidios cada 100 mil habitantes(1).

¿Qué ocurre con el suicidio? ¿qué hace que una persona quiera quitarse la vida? Hoy trataremos de responder estas preguntas desde la perspectiva de los sabios filósofos griegos. 

El suicidio en Platón

Para Platón, el suicidio era tremendamente dañino para la sociedad, el Estado y los dioses. En alguno de sus textos podemos leer que Platón restringía las muertes ocasionadas por suicidios, separando estos cuerpos de los demás difuntos. Una costumbre órfica nos dice que a los suicidas se los enterraba con las manos cortadas y enterradas por separado. 

Sin embargo, Platón si acepta el suicidio en aquellas situaciones donde la vida del hombre se vuelve insoportable. Cuando el hombre está sumergido en la pobreza, en la vergüenza, en la indignidad, en la desdicha inevitable y en las coacciones. 

Añade también que aquella persona que tenga una enfermedad crónica o impulsos incontrolables debe dejar matarse, o suicidarse sin más. De alguna manera, Platón también veía la labor del Estado en el suicidio, es decir, matar a un hombre por una buena razón era correcto, mientras que matarlo por una mala razón era un delito. Así, Sócrates fue condenado por el Estado por lo que esa era una buena razón para matar a un hombre. No obstante, no debemos olvidar el diálogo del Fedón donde Sócrates decía que no eran las leyes lo que lo condenaban, sino que más bien eran los hombres en un intento de defender la postura del Estado frente a las condenas.  

Finalmente, Platón dice que el suicidio es una ofensa para los dioses ya que son ellos los que deciden cuándo y cuánto debe vivir un hombre. 

El suicidio en Aristóteles

Aristóteles nos dice directamente en la Ética Nicomaquea que el suicidio es un acto cobarde, y que daña el Estado de un territorio. El estagirita resuelve que el suicidio es evitar un mal que no pudo ser combatido; por lo tanto, aquella persona es cobarde y temerosa al cometer dicho acto. Para Aristóteles, el suicidio era un acto no contra sí mismo, pues se evita un mal, sino que contra el Estado. En otras palabras, como el hombre es parte de la sociedad no puede actuar en favor de sí mismo si afecta a la sociedad. 

El suicidio en los epicúreos

Si bien los epicúreos no escribieron sobre el suicidio, Emile Durkheim escribiría un texto importantísimo sobre el tema llamado justamente ''El Suicidio''. En el libro se describe como los epicúreos entendían el suicidio: como una especie de salida para evitar el dolor de la vida. En efecto, recordemos que una de las fuentes primordiales de los epicúreos es el placer y el interés, es decir, el hombre debe procurarse el máximo placer posible para vivir bien.  Sin embargo, también alentaba a sus seguidores a que tomaran el camino de seguir viviendo si es que algo de placer se pudiera encontrar. De hecho el mismo Durkheim diría:

''Si Epicuro no ordenaba a us discìpulos ordenar la muerte, les aconsejaba el contrario, vivir, mientras en ello se encontrara algún interés''

Esta puede ser la primera opinión que difiere de los dos grandes filósofos de la Antigua Grecia. Ahora sólo nos faltan los epicúreos. 

El suicidio en los estoicos

Para los estoicos, el suicidio era algo aceptable en las circunstancias de una miseria inevitable. De hecho, tanto era así que los estoicos recomendaban el suicidio como una especie de responsabilidad del fin de la propia vida. Quien se daba suicidio demostraba de alguna manera que era dueño de su propia vida. Así fue que algunos filósofos romanos como Catón el Joven, Lucio Anneo Séneca y Lucrecio se suicidaron en circunstancias donde su vida se vio amenazada. 

Conclusión

La determinación de los antiguos nos lleva a confirmar que el suicidio era algo netamente de cobardes. Sin embargo, con el tiempo vemos que se va aceptando en el Imperio Romano, pero luego en la Edad Media (como veremos más adelante), el suicidio es vuelto a rechazarse debido a la concepción cristiana de aquellos tiempos. Sea un acto cobarde o no, la situación del suicidio no debe ser tomada a la ligera. Debemos investigar las distintas razones del por qué alguien podría buscar el suicidio. Ya tenemos la opinión de los antiguos griegos, debemos seguir investigando...

Referencias de datos de suicidio:

Maldonado, A. Velasco, I. (2019) El Mercurio: El silencio de los suicidios en Chile. Recuperado de https://digital.elmercurio.com/2019/07/06/RVSB/LK3KIV99?fromSearch=1&q=suicidio&GotoArticle=LR3KSMMC


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Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte III: Avicena y los platónicos) (1268)

La materia es indeterminada



Seguimos con la tercera parte de esta interesante entrega sobre las sustancias separadas. Santo Tomás de Aquino ya ha refutado las opiniones (como él las llama) de Platón, Aristóteles y Avicebrón. Es el turno de uno de los más grandes pensadores musulmanes de la Edad Media: Avicena. Por otro lado, esta parte también involucra el pensamiento de los platónicos que sostuvieron las ideas contrarias al aristotelismo de la época, las cuales Santo Tomás está dispuesto a refutar. Veamos qué tiene que decir con respecto al tema. 

De substantiis 
separatis


Parte III: Avicena y los platónicos



Avicena y la materia


La independencia de la materia

Muchas opiniones hay con respecto al primer principio del Universo. Los filósofos dicen que la Unidad del Universo proviene de este Primer Principio que sería Dios, sin embargo, también lo hace desde un orden a seguir. Desde el Primer Principio surge la Primera Inteligencia del Universo que luego de tener su lugar en el mundo, este voltea a observar y entender al Primer Principio. 

Luego se forma una Segunda Inteligencia que tal como la primera se entiende a sí misma y también torna al Primer Principio. Desde esa perspectiva, la segunda inteligencia forma la esfera del alma y luego los otros grupos de cuerpos. Así se determina la procesión desde el Primer Principio hasta el Primer Cuerpo. Estas son las ideas que Avicena tiene de la formación del Universo, de alguna manera, el filósofo musulmán nos dice que la procesión se da por cuestiones naturales, y no por la intervención del Primer Principio. 

En efecto, dice Avicena, pareciera ser que el Primer Principio no interviene en las cosas de segundo orden o segundas causas. 

Sin embargo, ¿se hace esto por necesidad de la naturaleza o por necesidad de la materia? de acuerdo a Aristóteles es por necesidad de la materia. Para Santo Tomás de Aquino, el orden de las cosas del Universo subyace en el Primer Principio, más precisamente, de su intención. El aquinate nos dice que las cosas de segundas causas (los cuerpos) no pueden ser creadas sin dejar el supuesto de que un agente superior los creó. 

Por lo demás, pareciera ser que Avicena olvida que los seres que están bajo la potestad de Dios no pueden generarse solos. Todos ellos necesitan una causa universal que los origine. Santo Tomás ejemplifica esto aún más con la naturaleza de los números, en efecto, si las naturalezas tuvieran su propia independencia, entonces el número seis no podría ser ''dos veces tres'', sino que solamente tendría que ser ''una vez seis'' lo cual no es correcto pues la naturaleza del número seis se da en relación a la unidad de otros números y no a sí mismo. Por lo tanto, Dios crea a todos los seres sin cambiar ni moverse, tal como el Primer Motor aristotélico. 


Platónicos y la materia

Los platónicos tienen la misma opinión de Santo Tomás de Aquino con respecto a la dependencia de la existencia de la materia a Dios. Lo que los platónicos añadieron fueron que los principios abstractos del entendimiento en las concepciones inteligibles (la belleza, la justicia, la verdad, etc.). En ese caso, entonces los seres no solo dependen de la existencia del Primer Principio, sino que también dependen de los conceptos abstractos; es decir, un ser depende del principio así como también depende del concepto ''vida'' ya que participa en él; y también en el concepto ''intelecto'' porque también participa de él. 

Sin embargo, Santo Tomás nos dice que los platónicos están en un equívoco. Si bien un ser puede dividirse en categorías como el intelecto y la vida, estos conceptos también existen y dependen de un ser superior. Un hombre no es hombre solamente por participar del concepto animal y también por participar del concepto de bípedo. Todos depende de un concepto del ser que es Dios. 

Conclusión

Pareciera ser entonces que tanto Avicena como los platónicos afirmaban la independencia que tenían los seres para producirse a sí mismos. Santo Tomás entra en conflicto refutando la idea de que los seres fueran autónomos respecto de su existencia, y aclara que estos son dependendientes de la intención de Dios. Ciertamente, este argumento rosa el espectro del ocasionalismo de Al-Ghazali que es criticado también por Santo Tomás de Aquino. De haber ahondado un poco más, quizás hubiésemos conocido en este texto la opinión del aquinate con respecto a la omnipotencia de Dios. 

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jueves, 11 de julio de 2019

Santo Tomás de Aquino - De substantiis separatis (Sobre las sustancias separadas) (Parte II: Avicebron) (1268)

Ibn Gabirol (o Avicebrón) fue un filósofo judío que tenía
una controvertida teoría sobre la sustancia de los ángeles:
estaba compuesta de materia y forma.

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Luego de haber discutido las distintas posiciones de Platón y Aristóteles en relación a las sustancias separadas, nos toca ver la cosmovisión y teoría que tenía el filósofo judío Avicebrón. Frente a todos los otros filósofos, Santo Tomás de Aquino recoge las ideas de este las cuales son las más diferenciadoras de los sucesores de Platón y Aristóteles. El aquinate hace una refutación de todos los argumentos de Avicebrón, encontrándolos improbables y confusos, pero debemos ver en qué grado se da todo esto.


De substantiis 
separatis


Parte II: Avicebrón

Materia y forma

El comienzo de su teoría es que todas las sustancias inferiores a Dios están compuesta de forma y materia. Nos dice el sabio judío que las cosas están compuestas por forma y materia, y que de la potencia pasan al acto. 

Para Avicebrón, los cuatro elementos (agua, fuego, tierra y aire) son cuerpos que solo contrastan en sus cualidades. Por lo tanto, el filósofos nos dice que hay dos especies de materia: universal (perteneciente a los ángeles) y natural (perteneciente a los cuerpos de la Tierra).

Por otro lado, Avicebrón identifica otras dos materias que serían la materia celeste, es decir, aquella que pertenece a los cuerpos celestes; y finalmente la materia sublunar, que es aquella que pertenece a todo lo que está sujeto a la generación y la corrupción (los cuatro elementos).

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Constitución del ser en Avicebron:

Materia Universal: seres celestiales
Materia Natural: seres corporales
Materia Celeste: cuerpos celestes o astros
Materia Sublunar: agua, tierra, aire y fuego

Sin embargo, Avicebrón nos dice que todos estos entes están hechos tanto de materia como de forma. De hecho, el filósofos nos dice que de no ser así no podría existir la multiplicidad. Por ejemplo, si los ángeles solo fuesen materia, entonces se seguiría que los ángeles no podrían ser más de uno ya que la materia es solo una y sólo se diversifica por la forma; por el contrario si solo son formas, entonces ninguna asignación (a la materia) podría llevarse a cabo. Por lo demás, ser sujeto significa tener materia y no forma, de acuerdo a Avicebrón, se es sujeto cuando hay materia.

Si esto es así, es decir, si están compuestos de materia y forma entonces los seres espirituales se clasificarían en inferiores y superiores, ya que la diferencia de un ser se ve en la materia. 


Por otro lado, otro problema que identifica Avicebron es que si todos tienen sustancias, entonces se entiende que hay sustancias superiores e inferiores. Por ejemplo, las sustancias de los seres de la tierra son inferiores a los de los cuerpos celestes; lo que quiere decir también que habría una pluralidad de formas. 

Por lo tanto, todas las criaturas sean espirituales o no deben tener tanto forma como materia. 

Refutación al argumento

Lo que dice Avicebrón es insostenible porque lo que realmente define que la materia exista es la forma. Lo que está en potencia aún no existe en concreto y el acto es el que finalmente lo determina. Por lo tanto, aquellos seres que están más unidos a la materia tienen menos carácter de ser que aquellos que no están unidos. Y en ese caso, los seres más superiores son aquellos que tienen más carácter ya que no están unidos a la materia.

Pareciera ser, en opinión a Santo Tomás de Aquino, que Avicebrón volvió a la opinión de los antiguos filósofos griegos que decían que el mundo estaba creado por los elementos de la naturaleza. En efecto, Avicebrón cree que la materia es una actualidad en sí misma, lo que es un tremendo error según la lógica aristotélica.

De esta forma, se destruye completamente la sustancia única, pues no habría cómo llegar a una unidad perfecta, sino que solamente a la pluralidad de cosas. De hecho, en este sentido solo habría materialidad pues nunca se podría alcanzar la forma primaria.


La materia en las sustancias separadas

La materia tiene la propiedad de recibir las formas. Si esto es así, entonces la materia de los ángeles también podrá recibir las formas. Sin embargo, las cosas corporales reciben la forma de otro modo, distinto de cómo lo hacen los ángeles. En efecto, la materia de los seres corporales será diferente de aquella de los ángeles. ¿Por qué? porque la forma de recibir de las criaturas del mundo sublunar tienen una materia inferior. Por lo tanto, la materia de los ángeles sería mucho más ''noble'' y ''fina'' que de los seres corporales.

Santo Tomás vuelve a recordarnos que el ser está compuesto de potencia y acto, y que los seres más cercanos al acto son más perfectos que aquellos que están cercanos a la potencia. Así, otra diferencia entre los ángeles y los seres corporales es que los primeros están más cerca del acto que de la potencia, mientras los otros son todo lo contrario. 

La forma y la materia

Pareciera ser, entonces, que de acuerdo a Avicebrón no podría existir la diferencia entre los seres si estos no estuvieran compuestos de materia y forma (incluyendo a los ángeles). Sin embargo, la verdad es que las distintas materias (de seres corporales o celestiales) reciben la forma de manera distinta. Los cuerpos celestiales llevan la materia a su perfección quedando ninguna potencia en ellas, mientras que la forma de la materia de los seres corporales no se perfecciona ya que la forma es recibida de manera inferior. Lo mismo pasa con la materia de los elementos sublunares (agua, tierra, aire y fuego). 

Conclusión

Esta puede ser la crítica más grande que haya tenido el filósofo judío Avicebrón. No creo que la teoría de Avicebrón deba ser rechazada inmediatamente al dar materia y forma a todos los cuerpos, pues es lógico pensar que todo ''ser'' tiene un cuerpo. Sin embargo, si nos enfocamos en la metafísica aristotélica y la comprendemos en su esencia, entonces tendremos que rechazar el postulado de Avicebrón al, como dije anteriormente, ''actualizar'' la materia o tratar a la materia como si también fuera un acto.

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