En una época tremendamente álgida, la revisión de los textos de Santo Tomás de Aquino son claves para entender el mundo religioso y filosófico. No obstante, el intelecto del aquinate no se queda con estos dos conceptos sino que también es capaz de hablar de la organización política de los pueblos, sobre todo en el siguiente texto a analizar. Es una de las obras más destacadas de Santo Tomás en cuanto al componente y carácter político que tiene el filósofo, develado en estos textos. Miremos una vez más la sensatez y sabiduría de Santo Tomás de Aquino.
De Regno
LIBRO I: SOBRE EL REY
Capítulo I: ¿Qué se entiende por rey?
El hombre y la sociedad
Todo ordenamiento de cosas tiene un timonel que dirige su nave hacia el lugar correcto. Este timonel es un hombre competente que se deja guiar por la razón sea individual o colectivamente. Sin embargo, como el mismo Aristóteles dice; la naturaleza del hombre es ser sociable.
En efecto, los animales están dotados para defenderse por sus propios medios en la naturaleza, mientras que el hombre tiene el uso de razón para desenvolverse en su propia comunidad. Es en esta que el hombre encuentra su naturaleza que es totalmente gregaria. Tal como diría Salomón:
Todo ordenamiento de cosas tiene un timonel que dirige su nave hacia el lugar correcto. Este timonel es un hombre competente que se deja guiar por la razón sea individual o colectivamente. Sin embargo, como el mismo Aristóteles dice; la naturaleza del hombre es ser sociable.
En efecto, los animales están dotados para defenderse por sus propios medios en la naturaleza, mientras que el hombre tiene el uso de razón para desenvolverse en su propia comunidad. Es en esta que el hombre encuentra su naturaleza que es totalmente gregaria. Tal como diría Salomón:
''Mejor es vivir dos juntos que uno solo. Porque tienen la ventaja de la mutua compañía''
(Eclesiastés 4:9)
Y es así que esto ha sido demostrado en la conformación de las naciones que han surgido (en los tiempos de Santo Tomás).
El hombre y el mando
Así como el alma manda al cuerpo, es preciso que un hombre pueda gobernar a otros. Esto lo vemos incluso a nivel de cuerpo donde es o el corazón o la cabeza la que dirige la vida de los seres humanos, por lo tanto, uno solo es el hombre que debiera gobernar a otros.
Sin embargo, existen ciertos tipos de hombres que tienen distintas clases de dominio. Estos son dirigidos tipos de regímenes de gobierno:
Régimen injusto:
- Tiranía: busca en el gobierno el beneficio propio pero no el bien de la sociedad a él sometida. No gobierna con la justicia sino que con la fuerza.
- Oligarquía: poder similar al tirano pero de unos pocos gobernantes.
- Democracia: poder inicuo representado por muchos. Los pobres oprimen a los ricos. El pueblo actúa como un único tirano.
Régimen justo:
- Político: gobernado por un grupo de personas.
- Aristocracia: poder de unos pocos hombres honestos.
- Reinado: poder ejercida por solo un hombre honesto.
De todos estos regímenes, Santo Tomás analiza a estudiar el del reinado. Cabe destacar el interés particular que Santo Tomás tiene por este gobierno, ya que en el contexto bíblico existieron muchos reyes enviados por Dios.
Capítulo II: La sociedad es mejor gobernada por muchos que por uno solo
El primer objetivo del dirigente de la ciudad es conseguir la paz. Nadie puede deliberar con rectitud si no consigue la paz, pues de no hacerlo entonces se verá un gobierno inútil y sin riendas. El vínculo de la paz debe ser lo más importante, ya lo diría el mismísimo Apóstol:
''De guardar la unidad del espíritu en el vínculo de la paz''
(Efesios 4:3)
Este vínculo depaz será más eficaz si es abordado por solo una persona. De ser abordado por más no solo será difícil sino que ineficaz. El grupo puede disentir en su interior y es probable que los resultados sean peores. Siempre en los grupos se disienten unos con otros y finalmente siempre buscan la igualdad, esa igualdad debe ser constituida por sólo una parte.
Es por eso que la humanidad está gobernado por solo un Dios y no por varios.
Capítulo III: El mejor gobierno es el de Uno
En efecto, el mejor régimen es aquel que es dirigido por solo una persona. Por supuesto, los regímenes de carácter injusto, por más que sea una la persona que gobierne también es malo. Por toro lado, se debe considerar que cuando el régimen de uno se vuelve malo, entonces será necesario que intervenga la democracia, es decir, el poder de muchos para que el tirano no pueda ejercer control sobre nadie.
Capítulo IV: Gobiernos pluralistas
Sin duda, no debemos olvidar que los regímenes de una sola persona tampoco han sido los mejores. Bastará recordar la Monarquía Romana que no es bien recordada debido a los reyes que se volvieron tiranos. Es por eso que luego se convirtió en República Romana la cual era gobernada por dos cónsules que se dividían el poder.
No obstante, esta situación también fue tremendamente peligrosa al no considerar la ambición de poder o envidia que en uno de los dos puede producirse. Estos no se preocupaban del bien común sino que más bien del bien propio y por esto es que comenzarona iniciarse las guerras civiles.
Lo mismo pasó en la biblia cuando el pueblo hebreo era dominado por los jueces, en todas partes eran saqueados por sus enemigos. Luego llegaron los tiempos en que los reyes establecerían la paz (Samuel, Saúl, David y Salomón)
Capítulo V: El régimen monárquico es mejor
Entre dos extremos que se ven malos, siempre será mejor elegir el que provoque menos mal; el llamado mal menor. Por lo tanto, entre una monarquía/tiranía y una aristocracia/oligarquía, la mejor opción siempre será la ''monarquía/tiranía''.
Esto porque los bienes del tirano son más llevaderos de aguantar que el de una oligarquía donde todos disienten a la vez. De hecho, todas las oligarquías han terminado en tiranías, debido a la ambición de poder que sus miembros demuestran.
Capítulo VI: La multitud y el rey
El peor régimen es el de los grupos, pero el menos peor es la tiranía. Si la sociedad está gobernada por un tirano, será necesario que la sociedad soporte aquellos males que no son tan perjudiciales. Esto porque es posible que la sociedad no pueda contra el poder del tirano y si se rebelan contra este, el poder de este será peor.
Esto no solo se ha presentado en la historia de Roma, sino que también en ciertos capítulos de la biblia. En cualquier caso, Pedro dice en sus cartas:
''Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino que también a los difíciles de soportar''
(1 Pedro 2: 18)
Además, quien puede soportar las injusticias mucho más que aquellos que no la soportan son aún más justos que los posteriores. Santo Tomás nos dice que la espera a que el tirano deje de ser malo puede ser tortuosa, pero la rebelión puede serlo más. De todas formas, recurrir a Dios no será un impedimento para que el tirano se vuelva bueno. Santo Tomás nos dice esto por el ejemplo de Nabucodonosor quien en la biblia se transformó en fiel creyente luego de conquistar Judá y Jerusalén.
Capítulo VII: ¿Qué debe buscar el rey?
Cuando los príncipes no se contentan con la gloria y honor que obtienen, entonces estos comienzan a buscar el placer y las riquezas. Estos últimos no entienden que ese será el camino más rápido a la perdición ya que estas nunca serán satisfechas.
Sin embargo, la gloria y el honor tampoco será siempre lo que el príncipe debe buscar, pues estos también degeneran en vicios que destruyen a aquel hombre. Estos buscan el honor y la gloria por todos los medios por lo que esto podría convertirse en el peor de los males.
Capítulo VIII: El fin del rey
El monarca no debe esperar cosas terrenales, sino que debe esperar el premio que Dios le retribuya. Por lo tanto, tras cada gloria y cada honor el rey debe esperar la recompensa divina y no la terrenal. Por lo tanto, el monarca sí debe buscar la gloria y el honor, pero no los que corresponden a este mundo sino a aquellos otorgados por Dios.
Capítulo IX: La felicidad del monarca
El bien que debe realizar el monarca es preservar y mantener el bien común. Vale mucho más la felicidad y el bien de una mayoría que el de una minoría. En efecto, todos los que son gobernantes por naturaleza tienden a dirigir grupos y no particulares. Por lo tanto, cuanto el monarca más administre bien la sociedad en la que gobierna, mucho más feliz será el mismo.
Capítulo X: Reyes y príncipes deben gobernar bien
Todos los reyes deben gobernar con justicia no solo porque así evitarán las insurrecciones, sino que también porque ese es el designio de Dios. De todos modos, los tiranos siempre buscan lo bueno, pero en beneficio propio, y no en beneficio de los demás. Sin embargo, tarde o temprano tendrán que alcanzar lo bueno y darse cuenta de sus acciones. El rey que busque la bondad entre sus súbditos también tendrá bondad de parte de ellos.
Capítulo XI: El rey y el tirano
El rey no se vuelve tirano si no es que hay una ventaja que observa en su propio gobierno. Si bien el tirano puede recibir el repudio social entre los hombres (o a veces ni siquiera recibirlo), el castigo será aún más grave en el reino de Dios. Es ahí donde el tirano pagará todas sus culpas. En efecto, no existe algún tirano que no haya mandado a matar a sus enemigos, y como sabemos, el quinto mandamiento nos prohíbe matar.
Conclusión
Hemos llegado al final del primer libro de este texto de Santo Tomás de Aquino, quien hace una comparación entre los deberes del rey de un gobierno cualquiera, con los reyes que gobernaron en las historias bíblicas. Podemos decir que este libro se afirma bastante en uno de los textos más fundamentales del cristianismo: La Ciudad de Dios de San Agustín de Hipona, quien de alguna manera también analiza la historia de Roma y los otros pueblos, señalando las consecuencias sociológicas, religiosas y políticas. Un verdadero examen de los gobernadores que incluso podría aplicarse al día de hoy.
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