domingo, 18 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro VIII: Teología natural y filosofía) (413).

Las discusiones más interesantes e inquietantes las han traído los filósofos a lo largo de la historia del mundo. Pero siempre el tema de conversación más esperado es ese aquél que confronta las miradas de los hombres más ilustrados, en cuanto a la existencia de Dios y su creación en el universo. Esto ya se discutía en los tiempos de San Agustín de Hipona, e incluso hasta nuestros tiempos seguimos teniendo discusiones de este tipo, que incluso han llegado a los golpes. Demos paso a otra de las cosas que se dijo en la teología de Marco Terencio Varrón sobre la teología natural y la visión de los filósofos sobre aquella. 

Referencias:

(1) Se deja ver aquí que San Agustín al parecer no se considera filósofo. 
(2) Si quiere verse más sobre los presocráticos véase ''Los presocráticos'' que es el apunte de este blog. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO VIII: TEOLOGÍA NATURAL Y FILOSOFÍA

Doctrina de los filósofos


Una cosa es discutir con los paganos sobre la existencia de los dioses, pero una muy distinta es discutir con los filósofos acerca de las divinidades(1). El mismo Agustín acepta la dificultad que esto conlleva, pero la tratará del modo más apropiado posible. De hecho, San Agustín reconoce que los mismos filósofos de Grecia y Roma estuvieron más cerca de la verdad que el mismísimo Varrón. 

Los presocráticos(2)

En este período existían dos escuelas filosóficas principales: la itálica y la jónica. Cada uno de estos filósofos decían que las cosas provenían ya sea de los elementos de la tierra (agua, fuego, tierra o aire) o de cosas más abstractas (unión, infinitud, amistad, etc.)

Realmente, estos hombres nunca hablaron sobre un dios que podía manejarlo todo, pues antes hablaron de la naturaleza de las cosas (lo cual nos lleva a preguntar fácilmente ¿quién hizo estas cosas?). Por lo tanto, hasta estos filósofos no hemos visto ningún rastro de dioses o algo parecido (Según San Agustín).

Sócrates

Sócrates sí estaba mucho más cerca de la concepción cristiana de Dios, pues asumía que existía una inteligencia más allá de las cosas materiales. Recordemos que todo (o la gran mayoría de las cosas) que sabemos de Sócrates las sabemos por su discípulo más destacado que era el mismo Platón.

Platón

Platón ya decía que la pluralidad de las cosas pertenecía al mundo de las cosas sensibles, mientras que la unidad representa el orden y lo más sagrado que tiene el ser humano. La idea del bien es algo singular y no cambiante como podría establecerlo la pluralidad. 

Descripción del platonismo

Monoteísmo

Ninguno de los precedentes a Platón e incluso los que le vinieron después como Epicuro, Zenón, Cicerón y otros pueden contradecir la concepción perfecta que Platón tenía de Dios. Es la más clara y la más lógica entre todas, pues un Dios no puede ser comparado con las cosas sensibles a nuestros estímulos. De ahí que diga San Agustín:

''Cedan todos estos hombres que vinculaban a Dios con las cosas materiales, ante el platonismo''

Ya lo decía Platón en sus textos que el alma es mejor que el cuerpo, así como las cosas inteligibles son mejores que las sensibles. 

Racionalidad

No sólo lso platónicos avasallan a los demás filósofos por medio de la teología, sino que también por medio de la racionalidad, pues todos los demás pusieron importancia en el cuerpo y en la materialidad, desestimando las cosas inteligibles. De hecho, es ridículo (de acuerdo a San Agustín) decir que la cosa por la cual entendemos las cosas materiales (la razón), está por debajo de ésta última.

Moral

Platón decía que todas las cosas buenas nos venían del alma. Ahí están todas las cosas inteligibles y por lo tanto también está el sentido de la virtud la cual nos sirve para ser felices. 

Sin embargo, ¿acaso sólo el alma nos basta para ser felices? No, dice San Agustín, pues más allá de nuestra alma está Dios quien fue el creador de esta, por lo tanto, aquí veríamos la primera crítica de Agustín al platonismo: la dependencia del hombre a Dios. 

Finalmente, Agustín pone al platonismo como la doctrina más cercana al cristianismo. 

Platonismo y cristianismo

San Agustín dice que no es necesario estudiar a los grandes filósofos griegos o romanos para obtener la sabiduría y la felicidad. Bastará para el hombre ser cristianos si quiere ser sabio y feliz, pues como dice la biblia:

''Cuidado con que haya alguno que os capture con ese sistema de vida, vana ilusión tradicional de la Humanidad, basado en lo elemental del mundo'' 

(Colosenses 2:8)

No hay ningún problema en que un cristiano no conozca las leyes de la física, o no conozca la terminología moral de la filosofía pues Dios va mucho más allá de todos esos conceptos. Agustín instala aquí la innecesariedad del conocimiento de la filosofía, porque si los hombres y la sabiduría son creados por Dios entonces no será necesario enfocarse en la creación, sino más bien en el creador. 

Platón cristianizado

Muchos se escandalizan por la unión de las doctrinas de Platón con el cristianismo, pero la verdad es que Platón nunca conoció a Cristo. Se decía que en su viaje a Egipto había conocido a Jeremías, pero eso es imposible ya que Platón nació 100 años después del profeta. 

Es posible que Platón pudiera haber aprendido los escritos de las S.E. porque en ese momento, Ptolomeo, rey de Egipto, se comprometería a traducir las S.E. al griego. Esto lo deduce Agustín porque el Génesis tiene una cierta similitud con el Timeo de Platón. 

Génesis:

''En el principio, Dios creó el cielo y la tierra''
(Génesis 1:1)


''El mundo estaba hecho de tierra y fuego''
(Timeo)

No obstante tenía Platón estas creencias, en la vida normal se comportaba distinto. Una de las cosas que podríamos llamar contradicción, es que si Platón decía que dios era uno sólo ¿por qué entonces hacía sacrificios a varios dioses? La respuesta tal vez es más simple de lo que parece, pues Platón debía seguir las leyes. 

Racionalismo en Platón

Para Agustín, la teoría platónica de las almas nos revela tres categorías:

Dios
Demonios
Hombres

Por supuesto Dios es más poderoso que los hombres y los demonios, pero los demonios son más grandes que los hombres. Podría pensarse, en todo caso, siguiendo este orden de prioridad que los demonios aventajan a los hombres, pero Agustín dice que esto no es así. 

De hecho, si esto fuera así, entonces tendríamos que decir que muchos animales son mejores que los hombres por su agudeza, fuerza e ingenio, lo cual es ridículo. Recordemos que los demonios son aquellas criaturas que están llenas de vicios y que aman los vicios por su naturaleza, en cambio, el hombre que tiene la voluntad de ser bueno, cuando lo es es superior a los demonios. 

Dios, los demonios y los hombres

Los demonios de Apuleyo

Para describir cómo son los demonios, un filósofos neoplatónico nos viene a facilitar el trabajo. Su nombre es Apuleyo. Este filósofos escribió incansablemente sobre filosofía y otros temas; su obra más conocida es ''El demonio de Sócrates'' donde explica los tipos de demonios que existen y su descripción. 

Los demonios son como los animales y muchas veces se parecen a los hombres cuando están en sus peores momentos. Podríamos decir que los demonios, al ser más cercanos a los dioses son superiores a nosotros y en efecto, ellos son tan inmortales como los dioses. Sin embargo, estos no son felices porque si bien viven eternamente, también son miserables eternamente. Aquí vemos otra diferencia entre demonios y hombres, pues los hombres pueden ser felices para siempre si se lo proponen. 

Puede surgir otra duda razonable en cuanto a la comunicación que tiene Dios con los hombres ¿tendrán los demonios más oportunidad de hablar con Dios en comparación a los hombres? Por supuesto que no, pero Dios no habla con los hombres que tienen al demonio por su lado. 

Los demonios y dioses de Hermes Trismegisto

Por otro lado tenemos a Hermes Trismegisto quien decía que los unos dioses eran hechos por un dios superior y los otros dioses eran hechos por los hombres. Es así que Hermes acepta el equívoco de su pueblo al haber construído el politeísmo (de la religión egipcia).

Hermes sitúa la creación de dioses por parte del hombre como una acción destructiva. Además, Hermes predice que este será un problema en los años sucesivos en otras partes del mundo, aunque en parte se equivocaba (de acuerdo a San Agustín) por el apogeo posterior del cristianismo.

Estando de acuerdo con la sentencia de Hermes, San Agustín cita un pasaje del libro de Jeremías:


''¿Podrá un hombre crear dioses? si lo hace no serán dioses''
(Jeremías 16:20) 

Una vez muertos estos dioses se les recordará como criaturas creadas por los hombres debido a cierta necesidad (o necedad), pero la verdad está dicha con el cristianismo. 

Conclusión

San Agustín establece aún más la separación del paganismo con el monoteísmo cristiano. Por otro lado, también une las ideas platónicas, aunque debemos decir que Agustín no acepta en totalidad las ideas de Platón, porque el bien del hombre no se da por sí mismo, sino que por medio de Dios. El hombre no es independiente de Dios sino todo lo contrario, por eso que más allá de él mismo está Dios quien lo guiará por la senda. 

viernes, 16 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro VII: Teología civil y los dioses romanos) (413).

Y con las ideas del libro anterior que trataba sobre los diferentes tipos de teología que existen (teología que por lo demás es autoría de Marco Terencio Varrón). Por alguna razón, San Agustín de Hipona entra de lleno a explicar la teología civil que como ya vimos anteriormente, trata sobre el culto que hacen los hombres a los dioses ya sea en los mismos templos o a modo personal. La crítica a los dioses romanos no para y para hacerla más aguda, San Agustín la amplía a lo largo de este libro.

Referencias:

(1) De hecho, si miramos el nombre del mes ''Enero'' en inglés se traduce como ''January''. Cuando los romanos crearon los meses, decidieron que el dios Jano debía comenzar para marcar el inicio de un año. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO VII: TEOLOGÍA CIVIL Y DIOSES PAGANOS

El papel de los dioses romanos


Ya habíamos visto la inutilidad de tener cuantiosos dioses, ya que entre todos ellos siempre habrá uno mejor. Los dioses romanos en total son 12 varones y ocho mujeres ¿quienes de todos estos dioses podrán ser elegidos para venerarse? por supuesto que tendríamos que separar los más importantes de los menos importantes. 

Quizás podríamos tomar como dioses selectos a Jano, quien es el dios de las entradas, Saturno que es el dios de la distribución y Líbero o Líbera que corresponden a los miembros reproductores de cada ser humano. Por supuesto, estos cuatro dioses permiten la procreación entre los humanos, pero más allá de eso no podrían significar nada si hasta los animales pueden reproducirse sin mucho mérito. 

En ese argumento, sería mucho mejor que Vitumno, dios de la vida pues a este le deberíamos la vida. Pero quizás podríamos decir que Jano, que es el Dios de todos los comienzos podría ser un dios importante; sin embargo, debemos pensar lo siguiente, para procrear necesitamos vida. 

Otro de los dioses selectos tendría que ser Fortuna, pues de ella se nombran a los dioses selectos y en realidad también se ocupa de muchas otras cosas importantes, y sin embargo no está entre los selectos. Por otro lado, se debe decir que el ciudadano romano promedio adoraba mucho más a Pecunia que era la diosa de la acuñación y por lo tanto, incentivaba la avaricia. 

En cuanto a Fortuna ¿cómo es que ella que maneja la suerte no pudo ser selecta? tendríamos que decir que actuó en contra de sí misma lo que es totalmente ridículo. 

Finalmente, si hay algo que se pueda decir a favor de los dioses que no quedaron selectos, sería decir que al menos estos no estuvieron expuestos a las vergonzosas acciones que sí cometieron los dioses selectos. Bien sabemos que siempre se ridiculizaron a los dioses que fueron elegidos en todos los poemas ya sean de la Antigua Grecia o de la Antigua Roma. 

Los dioses y las explicaciones físicas

Hasta el día de hoy podemos ver en Italia las estatuas y pinturas que representaban a los dioses. De aquí se explica la necesidad de materializar a los dioses, de dejar una imagen o estructura de ellos para conocerlos. No sólo esto, de acuerdo a Varrón, los dioses representan cada parte y miembro del incluyendo las cosas más abstractas (como Minerva con la sabiduría, o Jano con los principios). 

División de los elementos y de Dios

En uno de sus textos, Varrón nos habla del dominio de un sólo Dios, pero luego habla sobre una dualidad en la tierra y también entre otras cosas del mundo:

Cielo - Tierra
Éter - aire (que son divisiones del cielo)
Agua  - Tierra firme (que son divisiones de la tierra)

De estas seis partes de la división tenemos un orden de prioridades:

Éter
Aire
Agua 
Tierra

Como podemos ver, se va desde lo más sutil hasta lo más duro o concreto. Esto nos deja conocer que los dioses paganos estaban en cada uno de estos elementos. Cada uno de ellos era dueño de una parte de estos elementos y se le asignaba una adoración distinta que otro. 

Entre Jano y Júpiter

Jano:

Jano es uno de los dioses que representa los principios de las cosas(1). No obstante, Jano no es el dios de los términos ¿quién lo es entonces? un dios llamado Término. En opinión de San Agustín, Jano debió ser el dios de los principios y términos, para hacerlo coherente con los demás dioses pues fue innecesario haber añadido otro dios más dueño de los fines (como lo es Término). 

Por otro lado, Jano es representado en las monedas romanas por dos caras ¿por qué? porque a Jano lo comparan con una boca; la boca tiene un paladar y una lengua que representarían el cielo el (paladar) y la garganta (el horizonte). Otros hombres dicen que el paladar y la garganta significarían la representación del mundo en dos: occidente (garganta) y oriente (paladar). Con todo esto, Jano es considerado el dios del mundo, porque el comienzo tiene dos puertas: el de los inicios y el del inicio del fin.   

Júpiter:

Júpiter en cambio es el dios de todas las causas. Es el dios más importante de la mitología como ya lo reconoce Virgilio:


''Feliz quien conozca la causa de todas las cosas''

De aquí que Júpiter supera a Jano porque las causas dan cumplimiento a los principios (y a todas las cosas). Sin embargo, aquí tenemos un problema, pues si Jano es el dios del mundo ¿dónde dejaremos a Júpiter que es el dios más importante? muchos romanos decían que Júpiter era el alma del mundo mientras que Jano era el cuerpo, pero esto crea aún más otro problema porque se tendría que decir que Jano no es un dios al ser cuerpo. 

A estos dos dioses les corresponde el mundo, pero ¿cómo pueden haber dos dioses manejando el mundo? ¿es que acaso no basta que un dios todopoderoso lo haga? la verdad es que esta incongruencia sólo hace confundir a los mismos creadores de estos dioses. De hecho, al mismo Júpiter también se le llamaba Pecunia, porque se supone que a Júpiter le pertenecían todas las cosas; no obstante, esto sería una bajeza para el mismo Júpiter porque se piensa que el dinero lo es todo (y Júpiter lo es todo).

Finalmente, a Júpiter, al ser todopoderoso, se le asociaba con todos los dioses y se le daba los nombres de todos los dioses al mismo tiempo. 

Entre Mercurio y Marte

Mercurio:

A Mercurio fue difícil ponerlo en un lugar entre los dioses, por lo que su lugar fue en el lenguaje. Si esto es así, entonces el mismo Mercurio tendría poder entre los dioses para controlar su discurso y que lo digan a voluntad de Mercurio, lo cual lo haría superior a Júpiter (lo cual es absurdo). 

Marte:

Marte tiene un caso muy especial, pues si es el dios de la guerra entonces nunca sería deseado el culto hacia a él. Además, en tiempos de paz ¿qué será de Marte? San Agustín (basado en Varrón) dice que en realidad Marte no debería ser un dios. 

La opinión de Varrón por lo precedente

La verdad es que la opinión de Varrón nos queda oculta, quizás por motivos de autoridad pues la no adoración a los dioses podría traerle consecuencias. Varrón dejó toda la descripción de los dioses sin, aparentemente, demostrar ningún problema pero la verdad es que sí lo hizo. El problema fue que Varrón nunca quiso poner su opinión, pero lo hizo indirectamente (de acuerdo con San Agustín) y por lo tanto, la interpretación queda a juicio del lector. 


El culto a los dioses paganos

Saturno

Saturno era un dios que comía todo lo que nacía de él, porque se decía que todo en el mundo vuelve a ser semilla. También Saturno es el hijo de Júpiter, pues Saturno es hijo del cielo (y aquí tenemos otros nombre para Júpiter: ''cielo''). Su adoración tendría que ser a las semillas, pero mucho antes que las semillas está la fecundación, el éter y muchas otras cosas que por lo demás, sería mucho más inteligente pedir todo a Júpiter.

Líbero

En opinión de San Agustín, los ritos más vergonzosos provienen de este dios pagano llamado Líbero. Como sabemos, Líbero era el dios de las partes ''vergonzosas'' de los seres humanos. En tiempos del Imperio, una representación del miembro viril se enseñaba alrededor de Roma. 

Para calmar la furia de este dios, las matronas tenían sexo con otros hombres en medio de la plaza pública, lo que llevaba el desorden y el descontrol.

Neptuno, Salacia y Venilia

Neptuno estaba casado con Salacia que era la diosa de las profundidades del mar. Luego tenemos a Venilia que representa las olas del mar, de hecho, se decía que Venilia era la ola que salía y Salacia la que se iba, pero ¿cómo podría haber sido esto si la ola que entra y sale es la misma? Este fue un error clave en el relato de los paganos.

Telus

Telus es diosa de la tierra de acuerdo a los paganos. Por supuesto, este es otro de los errores que los paganos cometen, pues ¿por qué se hizo diosa de la tierra si está Júpiter y Jano como dioses del mundo?

Atis

Atis fue un dios que representaba los flores, sin embargo, este dios sufrió una mutilación en sus partes viriles. ¿Mutilado un dios?  

El Dios cristiano y Varrón

Varrón no alcanzó a conocer al Dios cristiano, pero sí logró dar ciertos acercamientos hacia él. No obstante esto, San Agustín nos dice que Varrón estuvo equivocado en ciertos aspectos. 

En todo caso, ya muchos errores podemos evidenciar en la distribución de cosas entre estos dioses. Varrón designa a los dioses hombres al cielo y a las mujeres a la tierra, y sin embargo también hay dioses hombres en la tierra. A Neptuno le corresponde el mar, pero el mar corresponde mucho más a la tierra (a Telus). 

No es esto de sospechar, pues el politeísmo tiene este efecto de complejizar las tareas de cada dios. Esto, precisamente esto, lo hace totalmente refutable. Una teología basada en tal complejización es fácil de derribar con tan sólo unos cuantos argumentos. Sin embargo, no se puede denostar el largo trabajo que hizo Varrón al categorizar a estos dioses. 

El Dios creador en comparación

La distribución de tareas que tienen los dioses paganos es injustificable y algunas veces poco práctica. El Dios cristiano hizo el alma de los hombres, dándoles la oportunidad de ser felices por sí mismos. También Dios hace felices a los hombres a través de los ángeles, pero esto no significa que Dios no tenga el poder de hacerlo, pues si creó a los mismos ángeles es capaz de hacerlos felices a ellos y a los hombres.

Lo que nos puede quedar de Varrón son dos cosas: 

  1. Tratar de explicar a los dioses romanos 
  2. Dar una lectura indirecta de que es imposible concebir el politeísmo

Sea como fuere, la teoría de Varrón nos deja (ya sea paradojalmente) una refutación a los mismos dioses paganos. 


Conclusión

San Agustín sigue haciendo la separación entre los dioses romanos y la superioridad del Dios cristiano. Lo que pudimos ver ahora es quizás una descripción detallada de cómo estos dioses son lógicamente inconsistentes, ya sea poniéndolos como dueños absolutos de una cosa así como también dividiéndolos más y más en más estructuras. No obstante todo lo anterior, esto no ha terminado pues seguiremos ahondando en la filosofía de Marco Terencio Varrón. 

domingo, 11 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro VI: Teología de Marco Terencio Varrón) (413).

Este puede ser quizás uno de los teólogos más olvidados en la historia general de la filosofía y la religión. Marco Terencio Varrón fue admirado por San Agustín de Hipona, por Marco Tulio Cicerón y Antíoco de Ascalón. Obtuvo el perdón del dictador Julio César, pero a la muerte de este Marco Antonio le confiscó todos sus bienes. A pesar de todos estos pesares, sus escritos significaron una inspiración tanto como para los padres de la iglesia, como para los filósofos en general. No es poca cosa que el gran San Agustín haya hablado de este hombre. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO VI: TEOLOGÍA DE MARCO TERENCIO VARRÓN


Vida presente y vida eterna

¿Qué pudieron pedir los romanos a los dioses paganos cuando se trataba de la vida eterna? no podrían habérselo pedido a nadie pues ningún Dios se encargaba de eso. Como habíamos dicho, San Agustín decía que en los tiempos de los dioses paganos, los romanos estaban solos ya que esos dioses no existían. ¿Con quienes estaban entonces? si estaban solos y eran devotos a estos supuestos dioses, debemos decir que lo único que sostuvo a los romanos fue La Fortuna.


Sobre Marco Terencio Varrón

Pero mucho más allá de las ideas de San Agustín, una descripción de la religión pagana la trae Marco Terencio Varrón, quien era un excelente teólogo como lo dijimos en la introducción. Escribió 41 libros que dividió en temas humanos y en temas divinos. 

Teología

Varrón escribió sobre los hombres y los dioses, poniendo a los hombres en primer lugar porque sin estos primeros nunca podría hablarse de Dioses. 

Según Varrón, existen tres tipos de géneros de teología:

  1. Teología de los dioses: que trata sobre la descripción de los dioses y sus relaciones con los hombres.
  2. Teología de la naturaleza: que trata sobre la discusión de los primeros elementos del mundo (puede extrapolarse con el arjé).
  3. Teología civil: que trata todo sobre las obras del hombre en una ciudad sobre todo relacionado con el culto a los dioses.

En opinión de Varrón, la teología de los dioses paganos tiene muchos errores, tal como si lo hubiera dicho Sócrates cuando hablaban sobre las cosas ignominiosas que hacían los dioses. De alguna manera, la primera teología tiene que ver con el teatro, la segunda con el mundo y la tercera con la ciudad

Podríamos decir que la teología del teatro y de la ciudad tienen cierta relación, pues el teatro está dentro de ella. Su relación se basa en que el teatro y la ciudad son creadas por el hombre. Los dioses paganos son evidenciados en el teatro, de ahí nacieron con sus ignominiosas conductas dichas por los poetas. 

Las dos, en opinión de San Agustín, son inmundas, se corresponden la una con la otra en el error de mostrar a los dioses casi como si fueran hombres. 

La teología de la naturaleza tiene que ver con Dios, aunque cada cosa tiene su propia naturaleza ya sea en animales, hombres u objetos. Muchas veces se dice que la teología de la naturaleza es la creadora perfecta de todos los demás seres. En efecto, deberíamos decir que el hombre se sirve de la naturaleza para explicar todo lo que le rodea. Sin embargo, a esta doctrina de Varrón, Agustín dice que Dios creó todo lo que rodea al hombre, por eso, él (Dios) va primero. 

Con esto queda claro que la teología teatral y la civil están unidas la una con la otra. La primera para demostrar quienes son los dioses y la segunda para venerarlos en la vida cotidiana.

La crítica de Lucio Anneo Séneca a la teología civil

El mismo Séneca criticaba duramente la teología civil más que la teatral. Varrón, en sus textos, siempre criticó más la teatral seguramente porque no le convenía hablar mal del culto a los romanos, y verse en problemas con algún emperador. En ese sentido, Séneca fue mucho más valiente que Varrón. 

Por otro lado, según San Agustín, la crítica de Séneca a la teología civil también iba acompañada de una cierta inquietud, porque si no se adoraba a los dioses, un ciudadano podía recibir serias consecuencias. Por lo tanto, Séneca invitaba a fingir adoración por estos dioses.

Conclusión

Lo dicho aquí por Varrón es quizás algo que ya se dijo también por los griegos, es decir, la separación de los griegos era tal cual se decían los romanos pero con otras palabras. Parece ser que hay una división de tres realidades en la religión (que si me permiten la haré a mi modo) y que abarca tres aspectos fundamentales: las escrituras, las presencia de Dios en las cosas y finalmente, la perspectiva de los hombres en cuanto a los dioses y sus acciones en vida para adorarlos. 

sábado, 10 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro V: El destino y la providencia) (413).

Dejamos por un momento la réplica contra los paganos y nos enfocamos a los hombres que no están cerca del cristianismo. ¿Qué destino tiene la humanidad? o más bien ¿qué destino tiene el Imperio Romano en tiempos de San Agustín de Hipona? Bien sabemos que el obispo de Hipona no alcanzó a ver la destrucción total del Imperio Romano y la supremacía total del Imperio Bizantino. Esta vez San Agustín argumenta contra los arúspices y adivinos que decían predecir el futuro. ¿Será que un cristianos deba acudir a un adivinador para saber su destino? Veámoslo.

Referencias:

(1) La hunden porque una indicio no es un hecho determinante. 
(2) Para este tema, léase los apuntes de CicerónDe divinationeDe fato y De natura deorum

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO V: EL DESTINO Y LA PROVIDENCIA

La astrología en el Imperio Romano


La palabra destino se ha ocupado tanto para designar a los astros a los cuales se les atribuye el conocimiento del futuro, pero también se le atribuye a la voluntad de Dios. Unos dicen que Dios es el que concede el destino(1), otros dicen que los astros(2) y otros dicen que los astros lo hacen por la voluntad de Dios(3). Por supuesto, los peores razonamientos (desde la perspectiva cristiana) serán asociados con que la predicción del destino las hacen solamente los astros.  

Si los astros son los que dan el destino de los hombres ¿para qué creer en Dios? No tiene sentido recurrir a Dios cuando son los astros los que dan el comportamiento y el futuro del hombre. Sin embargo, San Agustín se concentra más en el tercer tipo de hombres. Por otro lado, el concepto de los astros es la indicación de una predicción y no el hecho determinante de algo que va a ocurrir. De hecho, Agustín dice que justamente es esa la definición de los astrólogos mediocres, pues no saben que hunden su propia teoría(1).

Los astrólogos y el problema de los gemelos

Ya en tiempos antiguos, Hipócrates, en palabras de Cicerón, decía que unos hermanos sufrían las mismas enfermedades dando por cierto que estos eran gemelos. Posidonio decía que los gemelos eran tales porque habían sido nacidos bajo el mismo astro. 

En opinión de Agustín, el médico Hipócrates estaba mucho más cerca de la verdad que Posidonio. En efecto, los gemelos que están expuestos a condiciones similares tendrán la probabilidad de tener los mismos padecimientos. No obstante, el mismo Agustín dice que existen muchos gemelos que tienen comportamientos y padecimientos dispares, a los cuales Hipócrates hubiera respondido sensatamente que el fenómenos se debería a diversidad de alimentos o exposiciones. 

La explicación que tienen los astrólogos para con estas teorías es decir que existe un pequeño intervalo de tiempo entre el nacimiento de uno y otro gemelo que hace que sean diferentes. De ahí se hace una diferencia, es decir, realmente no serían gemelos porque se tendría que determinar la hora, el segundo, el día y el mes. Si hasta el más mínimo número es diferente, entonces el comportamiento será diferente; a esto es lo que los astrólogos llaman horóscopo.

Si esto fuera así, entonces los gemelos nacidos justamente a la misma hora deberían ser totalmente iguales, mientras que los gemelos, que, ridículamente, no lo son por un par de minutos deberán ser totalmente distintos a pesar de nacer el mismo día. En el caso de estos dos gemelos que padecían las mismas enfermedades, la razón de ellas se debía al movimiento de los astros y no a su complexión física o biológica. 

La diferencia se hace mucho más patente cuando se habla sobre los gemelos que son de distintos sexos. Por supuesto, pueden coincidir en algunas cosas, pero a largo plazo siempre tienen objetivos distintos y personalidades distintas muchas veces. ¿Acaso los astros no pueden evitar que los gemelos tengan sexo diferente? pero si manejan el destino ¿cómo no van a poder manejar que sean totalmente iguales? Pues el sexo ya los está diferenciando.

Esaú y Jacob: los primeros gemelos

Estos dos gemelos fueron lso primeros de toda la historia de la biblia, y por lo tanto de la humanidad. Estos dos hermanos eran hijos de Isaac que a su vez fue el hijo de Abraham. La historia nos dice lo dispares que fueron estos dos hermanos, que incluso los dos fueron casi enemigos. Siendo adorado uno sólo de ellos, bendecido uno de ellos y más querido uno de ellos, notamos inmediatamente que sus personalidades eran totalmente distintas. 


La voluntad del hombre contra los astros

Muchos hombres tomados por ''sabios'' quisieron controlar la voluntad de los astros y tener una esposa y concebir a un hijo en un cierto tiempo, para tener el hijo preferido. Otros preguntan a los astrólogos qué horóscopo tienen su animales, a lo que los astrólogos respondían que el animal debido a su nacimiento podía ser de carga, hogareño, de labranza, etc.

Incluso, aunque estos hombres hacen de manera planeada el nacimiento de un hijo, tendríamos que decir que entonces el destino de dicho hijo depende más del hombre que de los astros. 

La voluntad del hombre en Marco Tulio Cicerón 

Cicerón era un filósofo que no creía en los astrólogos y por lo tanto estaba en contra de la ciencia del futuro(2). Cicerón decía básicamente que si el destino existe, entonces nada está a voluntad de los hombres, es decir, no existiría la libertad del hombre de cambiar su vida, pues todo estaría predestinado. 

De ahí existe un problema porque si tenemos conocimiento del futuro se acaba la libertad, pero la libertad existe indudablemente en el hombre y en consecuencia no existiría el futuro si todo está a voluntad (?). Lo que Cicerón quiere decir que es que la voluntad es incompatible con el conocimiento del futuro y viceversa. Finalmente, Cicerón opta por la voluntad, es decir, en palabras de San Agustín, Cicerón opra por el libre albedrío

Sin tenerlo bajo alguna intención Cicerón hace ateos a todos sus lectores, pues Dios es el que hace el conocimiento del futuro. San Agustín nos dice lo contrario, es decir, que el conocimiento del futuro si existe en cuanto conocemos lo que Dios quiere para nosotros. Ya están las S.E. que nos hablan sobre el comportamiento que debe tener el hombre frente a la vida y frente a Dios. ¿Entonces el hombre no tiene voluntad? no es que sea así, pues el hombre tiene libre albedrío, pero el hombre es libre cuando sigue la voluntad de Dios. 

Ahora, ¿es la muerte una necesidad? por supuesto que sí dice San Agustín, necesariamente el hombre muere. Pero si es una necesidad, entonces no habría nada que temer a la muerte; no nos quita nuestra libertad y en ese sentido, habría mucho más que refutar a Cicerón. Por otro lado, a San Agustín se le podría decir, si Dios ve nuestra voluntad y la sabe, entonces no somos libres de nuestro destino. No, la verdad es que el control que tiene Dios sobre el destino del hombre es algo verdadero y no necesariamente se está despojando del destino. Además, si el hombre puede prever su destino, este solamente lo puede hacer por Dios, lo que a su vez lo hace libre porque él conoce su destino.

Cuando se mezclan estas dos propuestas que Cicerón considera excluyentes la una con la otra:


  1. Libertad del hombre
  2. Destino inmutable

San Agustín las une para decir que sigamos el destino inmutable que Dios nos da y demos la libertad al hombre para que tenga la voluntad de seguir el destino que Dios quiere para él.


Alabanzas a Dios

Los romanos y sus alabanzas a Dios

De nada sirvieron las múltiples alabanza los dioses de los romanos, pues todo lo que fue anterior a la llegada de Cristo fue un desastre. ¿Con quienes estaban los romanos espiritualmente si estos dioses no los ayudaban? Como dijo San Agustín en el segundo libro de este tratado: ''estaban solos''. Sólos y con su propia voluntad de formar la historia, de ahí que ninguna alabanza haya podido dar resultado. 

¿Dónde se hacían alabanzas a estos dioses? en los templos erigidos a ellos llenos de protecciones y lujos. En cambio, los que daban alabanza a Dios lo hacían en medio de persecuciones y dificultades. Recordemos que los cristianos fueron perseguidos por los romanos numerosas veces (así como también los judíos), y eso prueba el mayor mérito para los seguidores de Cristo. 

Romanos ejemplares

Los romanos debieron dejar sus posesiones materiales y sus ambiciones de victoria. Los dioses romanos no sólo han hecho que el hombre busque la materialidad en la vida, sino que también los han llevado a los vicios como la soberbia y la beligerancia. 

Hubo unos cuantos romanos que fueron un ejemplo:

Torcuato:

Asesinó a su hijo por haber desencadenado una lucha en contra de la prohibición que le dio. Su padre lo hizo con la intención de que la muerte de los enemigos no fuera mejor que desobedecer las órdenes del padre. 

Mucio: 

El rey Porsena, quien era un rey extranjero al imperio, había encarcelado a Murcio y éste quería dar asesinato al rey. Como no pudo asesinarlo se desquitó y mató a uno de sus seguidores; luego de esto, en frente del rey Porsena puso sus manos al fuego diciendo que habrían más hombres que vendrían a cortar su cabeza. El rey lo liberó. 

Mucio no estaba interesado en las cosas materiales y es por eso que deja sus manos en el fuego en señal de su espíritu. 

Curcio:

Curcio, al verse acorralado por sus enemigos y siguiendo sus designios divinos, se arrojó a un precipicio con su caballo. Por supuesto, Curcio no dudó en arrojarse sin importar la muerte porque sabía de alguna manera que su alma sobreviviría. 

Marco Pulvilo:

Fue cónsul romano en el siglo VI a. C., quien participó en el destierro de Tarquinio el soberbio, rey de Roma. Un día, a Marco lo trataron de engañar diciéndole que su hijo estaba muerto, para así sacarlo del cargo donde estaba. Sin embargo, Marco dijo que no le dieran entierro al cuerpo. Ya Marco seguía una actitud espiritual, pues el mismo Jesús dice: ''Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos''. 

Si bien todos estos hombres no conocieron nunca al Dios cristiano, sí tuvieron una actitud digna y espiritual de uno genuino. San Agustín dice que de todas maneras a estos hombres les fueron concedidas las recompensas divinas del mundo. 

Emperadores cristianos


Constantino fue uno de los emperadores que fundó el cristianismo en Roma. Su vida fue colmada de honores y privilegios por adorar al único Dios cristiano. Debe destacarse que cuando Constantino adoptó la postura cristiana fue muchos más alabado que cualquier otro emperador. Nunca erigió un templo de adoración a Dios, al contrario, siempre fue humilde en cuanto a lo que se lo permitía su cargo.


En la época que se hizo el concilio de Constantinopla, Teodosio fue otro de los emperadores cristianos que tenía profundos conceptos religiosos. Protegió a la Iglesia hasta el final de su mandato porque sabía que el Imperio debía seguir el camino de Dios. 

Conclusión

La persistencia de astrólogos en la historia ha sido bastante dura, a pesar de las evidencias mostradas contra ellos. ¿Es quizás que el ser humano no se conforma con la realidad y busca por otros medios hacerse con otra verdad, aunque se le muestre que no es lo correcto? pues así parece ser. No es tanto la persistencia de una doctrina, sino que más bien la persistencia del ser humano de querer algo que le satisfaga en todo sentido, ya que por la verdad no se ve atraído. Un interesante tema que más tarde trataría de resolver Erasmo de Rotterdam en su ''Elogio a la locura''.

miércoles, 7 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro IV: Las guerras y los dioses) (413).

Ya desde tiempos inmemoriales el hombre ha adjudicado los vicios de la guerra con los dioses, como si estos la observaran para ver qué tan poderosos son los hombres. ¿Acaso los dioses nos miran cuando nos ocurren desgracias? el ejemplo del cristianismo ha dicho que todo mal es voluntario y que Dios no lo hace sin ninguna razón, pero ¿quién podrá salvarnos de las desgracias cuando el hombre no encuentra alguna razón? bien podemos creernos inocentes, pero al parecer siempre habrá algo de lo que podamos ser culpables. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO IV: LAS GUERRAS Y LOS DIOSES


Humildad y delincuencia en los hombres

¿Cuánto ha tenido que matar el hombre para lograr sus ambiciones en la historia de Roma? el afán expansionista comenzó desde la monarquía específicamente en el tercer reino. ¿A qué costo se logró la expansión de Roma? al costo de sacrificar miles de vidas incluyendo las del propio territorio. ¿Es que en esos momentos Roma no se conformaba con la vida tranquila y pacífica que tuvo que caer en la ambición? La grandeza de Roma hizo caer a los ciudadanos en el peor de los pecados: la soberbia. 

San Agustín asegura que los malos reinos son parecidos a una banda de ladrones; los dos no paran en la ambición y siempre quieren más. Un mal gobierno es el que prolonga las guerras y las hace herencia a través del tiempo.

Los bandoleros y delincuentes

El mismo Rómulo aceptó que entraran unos gladiadores en el reino de Roma, pero estos de inmediato comenzaron a acusar desmanes en la ciudad. Los enemigos o delincuentes de Roma siempre se han encontrado fuera de ella, sobre todo en el lado asiático. 

¿Qué dioses se supone que estaban presentes cuando Roma fue atacada? Los paganos ¿por qué no se pronunciaron para proteger a su pueblo de ellos? 

Los dioses paganos y su lugar en el mundo

Crítica al politeísmo

Los maestros paganos ponen a los dioses paganos en distintos lugares:


Estos son los dioses paganos (en realidad son muchos más) y entre ellos Júpiter es el mayor y mejor de ellos. Sin embargo, todos los demás dioses podrían reducirse fácilmente a Júpiter, pues todas las otras cosas que representan los otros dioses tienen ''esencia'', entendiendo como esencia el éter. 

¿No será más inteligente de parte de los paganos adorar solamente a Júpiter? a San Agustín le parece literal y textualmente ''una estupidez'' que el pagano adore a un dios por ejemplo, a Diana, siendo que puede adorar a Júpiter que también está en Diana. 

Pareciera ser que todos los dioses resultan inútiles frente al poderío del más grande que en este caso sería Júpiter, y por lo tanto la adoración a los dioses paganos quedaría totalmente fuera de toda lógica, pensando que sólamente sería conveniente adorar a un sólo Dios. 

Opiniones de los grandes pensadores

El mismo Marco Tulio Cicerón criticaba a los dioses paganos diciendo que todos ellos ''eran ficciones de Homero'', y que en lugar de eso hubiera preferido que los dioses tomaran la forma de la sabiduría del hombre. 

Otro pensador que en cierto sentido tenía una crítica era Escévola, quién decía que los dioses romanos se dividían en tres categorías: poéticos, filosóficos y jefes de Estado. Escévola decía que se tenían que ignorar los primeros, ya que estos son los que se nos representan como vergonzosos y malditos. Sin embargo, aquí podría usarse la misma razón de San Agustín de elegir un sólo Dios relegando a todos los demás. 

Dioses y guerras

En nada pudieron ayudar los dioses contra los enemigos de oriente. Sólo con el tiempo muchos pensadores lograrán tornar su línea de pensamiento hacia el monoteísmo, pero no refiriéndose a Dios, sino que a otra entidad que hasta ellos mismos desconocen. 

Por lo tanto, la conservación del imperio no se debe a estos falsos dioses que muchas veces San Agustín se refiere a Demonios, pues si no son humanos pero tampoco son celestiales, no les queda nada más que ser demonios. 

Conclusión

Aquí yace definitivamente la crítica más dura de San Agustín contra los paganos, la cual consiste en separar al mejor de los dioses y ponerlo en primer lugar como punto de adoración, desplazando a los otros a un lugar menos importante por no decir inútil. Ya no hay justificación para creer en una multitud de dioses que por lo demás no hicieron nada para proteger a su pueblo en tiempos de necesidad. La conservación del imperio se debió a la ambición y beligerancia permanente de los hombres, beligerancia que obviamente les costó millones de vidas. 

domingo, 4 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro III: Los dioses y la historia) (413).

Recuerdo el título de un libro llamado ¿Qué hacer con Dios en la historia de Chile? algo parecido intenta hacer en esta parte San Agustín de Hipona, quien pone de relieve los acontecimientos históricos y su relación tanto con los dioses paganos como con el Dios cristiano que apoya San Agustín. La relación que veremos aquí abarca todos lso aspectos que San Agustín ha revisado a lo largo de obra, pero, obviamente, desde la perspectiva de un católico que sólo quiere lo mejor para el Imperio que cada vez más parece en ruinas. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO III: LOS DIOSES Y LA HISTORIA


Roma en tiempos monárquicos

Ya ha quedado claro que en opinión de San Agustín, la devastación de Roma se debe a la perversión de los paganos y sus dioses. Antes de pasar a la relación de los dioses con la historia, San Agustín nos hace recordar las diferencias que tuvieron los dioses romanos y su percepción de ellos. 

La destrucción de Troya

Todos sabemos que Troya fue destruida por los griegos, pero ¿por qué los dioses permitieron la destrucción? recordemos primeramente que a Troya la resguardarían los dioses Apolo y Neptuno. Claro que Apolo y Neptuno no trabajaban solos pues Laomedonte le pagaba a ellos para que aseguraran las murallas de Troya. Sin embargo, Laomedonte se rehusó a pagarles a lo que Neptuno respondió con una inundación, creando así muchos monstruos marinos. 

¿Cómo es que Neptuno y Apolo (que era llamado ''el adivino'') siendo dioses no pudieron sortear la negativa de Laomedonte? Esta es una de las preguntas más fuertes contra los paganos, pues siendo dioses perfectos no fueron capaces de adivinar (siendo Apolo adivino) todos las atrocidades que les acometieron. 

Por otro lado, ¿cómo pudieron permitir los dioses el escape de Eneas? si Troya supuestamente fue atacada, invadida y destruida por el deseo de los dioses, Eneas, quien fue el primer hombre en fundar Roma, debió haber muerto sin ninguna duda lo cual no es cierto. Todo lo contrario, pareciera ser que los dioses se ausentaron y permitieron el nacimiento de Roma sin ninguna dificultad. 

La destrucción de Troya también dejó muchos heridos y soldados que se ensañaron con los enemigos de manera brutal. Otra de las tantas ocasiones en que Troya fue destruida es cuando el General Cayo Mario, con su ayudante Fimbria, incendiaron la ciudad con todos los ciudadanos adentro. 

Numa Pompilio: tiempos de paz en Roma

Luego de que Rómulo reinara, su sucesor fue un hombre llamado Numa Pompilio, quien era concuñado de Rómulo. Mucho se decía que la paz que reinó con Numa Pompilio fue debido a que los dioses se la otorgaron a él. 

¿Cómo se explica que en otros tiempos no estuviera la misma pax que reinó con Pompilio? San Agustín evade esta pregunta por ahora, pero reconoce que el reino de Pompilio fue uno de los buenos debido a la paz de este. Sin embargo, esta paz se quebranta cuando Roma entra en conflicto con las otras tribus. San Agustín se pregunta razonablemente ¿fue necesario ensanchar el territorio en sacrificio de la paz? Lamentablemente, la ambición de poder se apoderó de Roma, y las ansias de tener más y más la dejaron irremediablemente en conflicto permanente. 

¿Por qué entonces el pueblo romano no ocupó las mismas tácticas de paz que existieron con Pompilio? Aquí Agustín responde:

''Porque la paz, en esos momentos, no dependía de los dioses sino que de los hombres''

En pocas palabras, para Agustín los ciudadanos romanos estaban completamente abandonados y a su suerte, que por suerte, valga la redundancia, tuvieron la paz de Numa. 

Después de Numa

Fue en esta época donde se comenzaron a crear más dioses en contraste a la constitución de Numa donde no se podía hacer tal cosa. Uno de los más conocidos fue Esculapio quien era el nuevo dios equivalente a Asclepio. 

El reino de Numa no podía ser para siempre, y fue exactamente en el reinado de Tulo Hostilio que comenzaron las batallas y guerras. El mismo historiador Salustio dice que las guerras y disensiones comenzaron con este reinado, al tener Tulo un afán expansionista y beligerante. 

Agustín llama a que no se gloríen a los vencedores o a los mansos, porque con cada victoria se añade una crueldad. 

La muerte de los reyes de Roma

Hay muchas versiones de cómo murió Rómulo; por manos del Senado, por los dioses, etc. Varios fenómenos se le atribuyeron a Rómulo, por ejemplo, los eclipses. El día que murió Rómulo hubo un eclipse solar del cual todos creyeron que fue voluntad del mismo Rey en el cielo, pero todas estas no son más que conjeturas. 

Numa y Anco Marcio murieron por una enfermedad, mientras que Tulo murió fulminado por un rayo. Tarquinio fue asesinado por los hijos de su predecesor y Servio Tulio que fue asesinado por su yerno, que además lo sucedió en el trono. El último rey de Roma fue Tarquinio el soberbio quien fue desterrado por su propio pueblo para instaurar la República de Roma. Tarquinio murió en Cumas donde se le dió asilo luego de su expulsión.

Roma y su período republicano

El destierro de Tarquinio fue acogido por los etruscos, pero los ciudadanos romanos ya no querían una monarquía. Deseaban tener una ciudad de leyes bien administradas no tanto por sed de justicia, sino que por medio (de acuerdo a San Agustín). 

Además, lejos de ser una época de ''leyes bien administradas'' era una época de sangre y corrupción dentro de los que mandaban. En todo caso, estas desgracias que sufrió la república, sí era mejor a las que ocurrieron en la monarquía. 

Las guerras se multiplicaron estrepitosamente. Una de las guerras más conocidas en la República fueron las guerras púnicas que no dejaron tranquila a Roma hasta el año 146 a. C. También se debe hacer mención a las enfermedades y pestes que se propagaron luego de las guerras. ¿Dónde estaban los dioses paganos para haber evitado tantas muertes en ese período? 

El desastre de las guerras púnicas

La primera guerra púnica que tuvo que enfrentar Roma fue un verdadero desastre. Fue ahí cuando perdieron al Régulo de quien se había hablado, se entregó a los cartagineses y lo mataron de forma horrorosa. También se vio otra calamidad que fue el desborde del río Tíber y por otro desastre que fue el fuego, donde Metelo trató de salvar gente pero fue muerto por el fuego de igual manera. 

La segunda guerra púnica no fue menos desastrosa que la primera descrita anteriormente. Las desgraciadas no ocurrieron parceladamente como se podría creer de la primera guerra púnica, sino más bien fue por un sólo hombre llamado Aníbal de quien vinieron todas las calamidades. Enemigo de Roma que enfrentó y destruyó a sangre fría todo lo que había a su paso. 

Una de las destrucciones más significativas que cometió Aníbal en la República fue el desastre que causó en Sagunto, Hispania. Roma buscó por todos los medios negociar con Roma, pero Aníbal se negaba. Nada servía y Sagunto padecía de hambre; de hecho, se decía que muchos hombres tuvieron que alimentarse de los cadáveres que se encontraban por todas partes. ¿Por qué los dioses paganos no se presentaron ante los ciudadanos romanos para ayudarlos contra Aníbal?

En la tercera guerra púnica tampoco fue menor que la segunda y la primera, pues uno de los peores enemigos aún seguía en pie. Milagrosamente, Escipión el menor pudo deshacerse de la gran carga que la azotaba, pero también permitió que las ''pervertidas'' religiones de oriente entraran.  

El templo de la Concordia

Luego de todas las matanzas y desgracias que le ocurrían a Roma, el Senado decidió construir un templo de paz para llamar a la unidad entre los ciudadanos. Sin embargo, esto más que ayudar a pacificar las cosas las empeoró, ya que lso ciudadanos recordaban con rencor las matanzas sufridas por las tribus beligerantes. Más que ayudar a tranquilizar las aguas, en opinión de San Agustín este templo debió llamarse ''templo de la Discordia''. 

La dictadura de Sila

También aquí se vivió una matanza descarnada. El mismo San Agustín dice:

''No sé si se vivió una matanza peor cuando Roma ganó, o cuando batalló''
Sila no era un hombre que deseara armar guerras o batallas, pero sí proscribía de manera sistemática. Es así que él mismo mandó a asesinar 7.000 prisioneros inmediatamente, prisioneros que quedaban de las últimas guerras. 

Simplemente era un período tan malo como la guerra porque nadie vivía en paz. Todos los que fueran considerados enemigos de Sila eran muertos al día siguiente sin ningún aviso o advertencia. 

La venida de Cristo

Si hacemos un recuento del total de muertes y desastres que han ocurrido en Roma, tendríamos que decir (según San Agustín) que todos estos acontecimientos ocurrieron no cuando Roma estaba volcada hacia el cristianismo, sino que cuando los dioses paganos ''gobernaban'' o se ''preocupaban'' de sus ciudadanos. Está más que claro que los períodos antes de la venida de Cristo fueron peores que cuando Roma era pagana. 

Conclusión

Realmente, estas es una de las contestaciones más difíciles para San Agustín pues debemos recordar que el Imperio Romano terminó y se derrumbó justo cuando era cristiano. El mismo reproche le podemos hacer a San Agustín si nos adelantamos en la historia, ya que no menos desgracias le ocurrieron a Roma cuando fue cristiana. Sin duda una discusión que nos podría llevar toda la noche asimilar, porque es un ataque entre quienes piensan que hubo mejores períodos y quienes piensan que fueron un desastre.