domingo, 11 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro VI: Teología de Marco Terencio Varrón) (413).

Este puede ser quizás uno de los teólogos más olvidados en la historia general de la filosofía y la religión. Marco Terencio Varrón fue admirado por San Agustín de Hipona, por Marco Tulio Cicerón y Antíoco de Ascalón. Obtuvo el perdón del dictador Julio César, pero a la muerte de este Marco Antonio le confiscó todos sus bienes. A pesar de todos estos pesares, sus escritos significaron una inspiración tanto como para los padres de la iglesia, como para los filósofos en general. No es poca cosa que el gran San Agustín haya hablado de este hombre. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO VI: TEOLOGÍA DE MARCO TERENCIO VARRÓN


Vida presente y vida eterna

¿Qué pudieron pedir los romanos a los dioses paganos cuando se trataba de la vida eterna? no podrían habérselo pedido a nadie pues ningún Dios se encargaba de eso. Como habíamos dicho, San Agustín decía que en los tiempos de los dioses paganos, los romanos estaban solos ya que esos dioses no existían. ¿Con quienes estaban entonces? si estaban solos y eran devotos a estos supuestos dioses, debemos decir que lo único que sostuvo a los romanos fue La Fortuna.


Sobre Marco Terencio Varrón

Pero mucho más allá de las ideas de San Agustín, una descripción de la religión pagana la trae Marco Terencio Varrón, quien era un excelente teólogo como lo dijimos en la introducción. Escribió 41 libros que dividió en temas humanos y en temas divinos. 

Teología

Varrón escribió sobre los hombres y los dioses, poniendo a los hombres en primer lugar porque sin estos primeros nunca podría hablarse de Dioses. 

Según Varrón, existen tres tipos de géneros de teología:

  1. Teología de los dioses: que trata sobre la descripción de los dioses y sus relaciones con los hombres.
  2. Teología de la naturaleza: que trata sobre la discusión de los primeros elementos del mundo (puede extrapolarse con el arjé).
  3. Teología civil: que trata todo sobre las obras del hombre en una ciudad sobre todo relacionado con el culto a los dioses.

En opinión de Varrón, la teología de los dioses paganos tiene muchos errores, tal como si lo hubiera dicho Sócrates cuando hablaban sobre las cosas ignominiosas que hacían los dioses. De alguna manera, la primera teología tiene que ver con el teatro, la segunda con el mundo y la tercera con la ciudad

Podríamos decir que la teología del teatro y de la ciudad tienen cierta relación, pues el teatro está dentro de ella. Su relación se basa en que el teatro y la ciudad son creadas por el hombre. Los dioses paganos son evidenciados en el teatro, de ahí nacieron con sus ignominiosas conductas dichas por los poetas. 

Las dos, en opinión de San Agustín, son inmundas, se corresponden la una con la otra en el error de mostrar a los dioses casi como si fueran hombres. 

La teología de la naturaleza tiene que ver con Dios, aunque cada cosa tiene su propia naturaleza ya sea en animales, hombres u objetos. Muchas veces se dice que la teología de la naturaleza es la creadora perfecta de todos los demás seres. En efecto, deberíamos decir que el hombre se sirve de la naturaleza para explicar todo lo que le rodea. Sin embargo, a esta doctrina de Varrón, Agustín dice que Dios creó todo lo que rodea al hombre, por eso, él (Dios) va primero. 

Con esto queda claro que la teología teatral y la civil están unidas la una con la otra. La primera para demostrar quienes son los dioses y la segunda para venerarlos en la vida cotidiana.

La crítica de Lucio Anneo Séneca a la teología civil

El mismo Séneca criticaba duramente la teología civil más que la teatral. Varrón, en sus textos, siempre criticó más la teatral seguramente porque no le convenía hablar mal del culto a los romanos, y verse en problemas con algún emperador. En ese sentido, Séneca fue mucho más valiente que Varrón. 

Por otro lado, según San Agustín, la crítica de Séneca a la teología civil también iba acompañada de una cierta inquietud, porque si no se adoraba a los dioses, un ciudadano podía recibir serias consecuencias. Por lo tanto, Séneca invitaba a fingir adoración por estos dioses.

Conclusión

Lo dicho aquí por Varrón es quizás algo que ya se dijo también por los griegos, es decir, la separación de los griegos era tal cual se decían los romanos pero con otras palabras. Parece ser que hay una división de tres realidades en la religión (que si me permiten la haré a mi modo) y que abarca tres aspectos fundamentales: las escrituras, las presencia de Dios en las cosas y finalmente, la perspectiva de los hombres en cuanto a los dioses y sus acciones en vida para adorarlos. 

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