domingo, 11 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro VI: Teología de Marco Terencio Varrón) (413).

Este puede ser quizás uno de los teólogos más olvidados en la historia general de la filosofía y la religión. Marco Terencio Varrón fue admirado por San Agustín de Hipona, por Marco Tulio Cicerón y Antíoco de Ascalón. Obtuvo el perdón del dictador Julio César, pero a la muerte de este Marco Antonio le confiscó todos sus bienes. A pesar de todos estos pesares, sus escritos significaron una inspiración tanto como para los padres de la iglesia, como para los filósofos en general. No es poca cosa que el gran San Agustín haya hablado de este hombre. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO VI: TEOLOGÍA DE MARCO TERENCIO VARRÓN


Vida presente y vida eterna

¿Qué pudieron pedir los romanos a los dioses paganos cuando se trataba de la vida eterna? no podrían habérselo pedido a nadie pues ningún Dios se encargaba de eso. Como habíamos dicho, San Agustín decía que en los tiempos de los dioses paganos, los romanos estaban solos ya que esos dioses no existían. ¿Con quienes estaban entonces? si estaban solos y eran devotos a estos supuestos dioses, debemos decir que lo único que sostuvo a los romanos fue La Fortuna.


Sobre Marco Terencio Varrón

Pero mucho más allá de las ideas de San Agustín, una descripción de la religión pagana la trae Marco Terencio Varrón, quien era un excelente teólogo como lo dijimos en la introducción. Escribió 41 libros que dividió en temas humanos y en temas divinos. 

Teología

Varrón escribió sobre los hombres y los dioses, poniendo a los hombres en primer lugar porque sin estos primeros nunca podría hablarse de Dioses. 

Según Varrón, existen tres tipos de géneros de teología:

  1. Teología de los dioses: que trata sobre la descripción de los dioses y sus relaciones con los hombres.
  2. Teología de la naturaleza: que trata sobre la discusión de los primeros elementos del mundo (puede extrapolarse con el arjé).
  3. Teología civil: que trata todo sobre las obras del hombre en una ciudad sobre todo relacionado con el culto a los dioses.

En opinión de Varrón, la teología de los dioses paganos tiene muchos errores, tal como si lo hubiera dicho Sócrates cuando hablaban sobre las cosas ignominiosas que hacían los dioses. De alguna manera, la primera teología tiene que ver con el teatro, la segunda con el mundo y la tercera con la ciudad

Podríamos decir que la teología del teatro y de la ciudad tienen cierta relación, pues el teatro está dentro de ella. Su relación se basa en que el teatro y la ciudad son creadas por el hombre. Los dioses paganos son evidenciados en el teatro, de ahí nacieron con sus ignominiosas conductas dichas por los poetas. 

Las dos, en opinión de San Agustín, son inmundas, se corresponden la una con la otra en el error de mostrar a los dioses casi como si fueran hombres. 

La teología de la naturaleza tiene que ver con Dios, aunque cada cosa tiene su propia naturaleza ya sea en animales, hombres u objetos. Muchas veces se dice que la teología de la naturaleza es la creadora perfecta de todos los demás seres. En efecto, deberíamos decir que el hombre se sirve de la naturaleza para explicar todo lo que le rodea. Sin embargo, a esta doctrina de Varrón, Agustín dice que Dios creó todo lo que rodea al hombre, por eso, él (Dios) va primero. 

Con esto queda claro que la teología teatral y la civil están unidas la una con la otra. La primera para demostrar quienes son los dioses y la segunda para venerarlos en la vida cotidiana.

La crítica de Lucio Anneo Séneca a la teología civil

El mismo Séneca criticaba duramente la teología civil más que la teatral. Varrón, en sus textos, siempre criticó más la teatral seguramente porque no le convenía hablar mal del culto a los romanos, y verse en problemas con algún emperador. En ese sentido, Séneca fue mucho más valiente que Varrón. 

Por otro lado, según San Agustín, la crítica de Séneca a la teología civil también iba acompañada de una cierta inquietud, porque si no se adoraba a los dioses, un ciudadano podía recibir serias consecuencias. Por lo tanto, Séneca invitaba a fingir adoración por estos dioses.

Conclusión

Lo dicho aquí por Varrón es quizás algo que ya se dijo también por los griegos, es decir, la separación de los griegos era tal cual se decían los romanos pero con otras palabras. Parece ser que hay una división de tres realidades en la religión (que si me permiten la haré a mi modo) y que abarca tres aspectos fundamentales: las escrituras, las presencia de Dios en las cosas y finalmente, la perspectiva de los hombres en cuanto a los dioses y sus acciones en vida para adorarlos. 

sábado, 10 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro V: El destino y la providencia) (413).

Dejamos por un momento la réplica contra los paganos y nos enfocamos a los hombres que no están cerca del cristianismo. ¿Qué destino tiene la humanidad? o más bien ¿qué destino tiene el Imperio Romano en tiempos de San Agustín de Hipona? Bien sabemos que el obispo de Hipona no alcanzó a ver la destrucción total del Imperio Romano y la supremacía total del Imperio Bizantino. Esta vez San Agustín argumenta contra los arúspices y adivinos que decían predecir el futuro. ¿Será que un cristianos deba acudir a un adivinador para saber su destino? Veámoslo.

Referencias:

(1) La hunden porque una indicio no es un hecho determinante. 
(2) Para este tema, léase los apuntes de CicerónDe divinationeDe fato y De natura deorum

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO V: EL DESTINO Y LA PROVIDENCIA

La astrología en el Imperio Romano


La palabra destino se ha ocupado tanto para designar a los astros a los cuales se les atribuye el conocimiento del futuro, pero también se le atribuye a la voluntad de Dios. Unos dicen que Dios es el que concede el destino(1), otros dicen que los astros(2) y otros dicen que los astros lo hacen por la voluntad de Dios(3). Por supuesto, los peores razonamientos (desde la perspectiva cristiana) serán asociados con que la predicción del destino las hacen solamente los astros.  

Si los astros son los que dan el destino de los hombres ¿para qué creer en Dios? No tiene sentido recurrir a Dios cuando son los astros los que dan el comportamiento y el futuro del hombre. Sin embargo, San Agustín se concentra más en el tercer tipo de hombres. Por otro lado, el concepto de los astros es la indicación de una predicción y no el hecho determinante de algo que va a ocurrir. De hecho, Agustín dice que justamente es esa la definición de los astrólogos mediocres, pues no saben que hunden su propia teoría(1).

Los astrólogos y el problema de los gemelos

Ya en tiempos antiguos, Hipócrates, en palabras de Cicerón, decía que unos hermanos sufrían las mismas enfermedades dando por cierto que estos eran gemelos. Posidonio decía que los gemelos eran tales porque habían sido nacidos bajo el mismo astro. 

En opinión de Agustín, el médico Hipócrates estaba mucho más cerca de la verdad que Posidonio. En efecto, los gemelos que están expuestos a condiciones similares tendrán la probabilidad de tener los mismos padecimientos. No obstante, el mismo Agustín dice que existen muchos gemelos que tienen comportamientos y padecimientos dispares, a los cuales Hipócrates hubiera respondido sensatamente que el fenómenos se debería a diversidad de alimentos o exposiciones. 

La explicación que tienen los astrólogos para con estas teorías es decir que existe un pequeño intervalo de tiempo entre el nacimiento de uno y otro gemelo que hace que sean diferentes. De ahí se hace una diferencia, es decir, realmente no serían gemelos porque se tendría que determinar la hora, el segundo, el día y el mes. Si hasta el más mínimo número es diferente, entonces el comportamiento será diferente; a esto es lo que los astrólogos llaman horóscopo.

Si esto fuera así, entonces los gemelos nacidos justamente a la misma hora deberían ser totalmente iguales, mientras que los gemelos, que, ridículamente, no lo son por un par de minutos deberán ser totalmente distintos a pesar de nacer el mismo día. En el caso de estos dos gemelos que padecían las mismas enfermedades, la razón de ellas se debía al movimiento de los astros y no a su complexión física o biológica. 

La diferencia se hace mucho más patente cuando se habla sobre los gemelos que son de distintos sexos. Por supuesto, pueden coincidir en algunas cosas, pero a largo plazo siempre tienen objetivos distintos y personalidades distintas muchas veces. ¿Acaso los astros no pueden evitar que los gemelos tengan sexo diferente? pero si manejan el destino ¿cómo no van a poder manejar que sean totalmente iguales? Pues el sexo ya los está diferenciando.

Esaú y Jacob: los primeros gemelos

Estos dos gemelos fueron lso primeros de toda la historia de la biblia, y por lo tanto de la humanidad. Estos dos hermanos eran hijos de Isaac que a su vez fue el hijo de Abraham. La historia nos dice lo dispares que fueron estos dos hermanos, que incluso los dos fueron casi enemigos. Siendo adorado uno sólo de ellos, bendecido uno de ellos y más querido uno de ellos, notamos inmediatamente que sus personalidades eran totalmente distintas. 


La voluntad del hombre contra los astros

Muchos hombres tomados por ''sabios'' quisieron controlar la voluntad de los astros y tener una esposa y concebir a un hijo en un cierto tiempo, para tener el hijo preferido. Otros preguntan a los astrólogos qué horóscopo tienen su animales, a lo que los astrólogos respondían que el animal debido a su nacimiento podía ser de carga, hogareño, de labranza, etc.

Incluso, aunque estos hombres hacen de manera planeada el nacimiento de un hijo, tendríamos que decir que entonces el destino de dicho hijo depende más del hombre que de los astros. 

La voluntad del hombre en Marco Tulio Cicerón 

Cicerón era un filósofo que no creía en los astrólogos y por lo tanto estaba en contra de la ciencia del futuro(2). Cicerón decía básicamente que si el destino existe, entonces nada está a voluntad de los hombres, es decir, no existiría la libertad del hombre de cambiar su vida, pues todo estaría predestinado. 

De ahí existe un problema porque si tenemos conocimiento del futuro se acaba la libertad, pero la libertad existe indudablemente en el hombre y en consecuencia no existiría el futuro si todo está a voluntad (?). Lo que Cicerón quiere decir que es que la voluntad es incompatible con el conocimiento del futuro y viceversa. Finalmente, Cicerón opta por la voluntad, es decir, en palabras de San Agustín, Cicerón opra por el libre albedrío

Sin tenerlo bajo alguna intención Cicerón hace ateos a todos sus lectores, pues Dios es el que hace el conocimiento del futuro. San Agustín nos dice lo contrario, es decir, que el conocimiento del futuro si existe en cuanto conocemos lo que Dios quiere para nosotros. Ya están las S.E. que nos hablan sobre el comportamiento que debe tener el hombre frente a la vida y frente a Dios. ¿Entonces el hombre no tiene voluntad? no es que sea así, pues el hombre tiene libre albedrío, pero el hombre es libre cuando sigue la voluntad de Dios. 

Ahora, ¿es la muerte una necesidad? por supuesto que sí dice San Agustín, necesariamente el hombre muere. Pero si es una necesidad, entonces no habría nada que temer a la muerte; no nos quita nuestra libertad y en ese sentido, habría mucho más que refutar a Cicerón. Por otro lado, a San Agustín se le podría decir, si Dios ve nuestra voluntad y la sabe, entonces no somos libres de nuestro destino. No, la verdad es que el control que tiene Dios sobre el destino del hombre es algo verdadero y no necesariamente se está despojando del destino. Además, si el hombre puede prever su destino, este solamente lo puede hacer por Dios, lo que a su vez lo hace libre porque él conoce su destino.

Cuando se mezclan estas dos propuestas que Cicerón considera excluyentes la una con la otra:


  1. Libertad del hombre
  2. Destino inmutable

San Agustín las une para decir que sigamos el destino inmutable que Dios nos da y demos la libertad al hombre para que tenga la voluntad de seguir el destino que Dios quiere para él.


Alabanzas a Dios

Los romanos y sus alabanzas a Dios

De nada sirvieron las múltiples alabanza los dioses de los romanos, pues todo lo que fue anterior a la llegada de Cristo fue un desastre. ¿Con quienes estaban los romanos espiritualmente si estos dioses no los ayudaban? Como dijo San Agustín en el segundo libro de este tratado: ''estaban solos''. Sólos y con su propia voluntad de formar la historia, de ahí que ninguna alabanza haya podido dar resultado. 

¿Dónde se hacían alabanzas a estos dioses? en los templos erigidos a ellos llenos de protecciones y lujos. En cambio, los que daban alabanza a Dios lo hacían en medio de persecuciones y dificultades. Recordemos que los cristianos fueron perseguidos por los romanos numerosas veces (así como también los judíos), y eso prueba el mayor mérito para los seguidores de Cristo. 

Romanos ejemplares

Los romanos debieron dejar sus posesiones materiales y sus ambiciones de victoria. Los dioses romanos no sólo han hecho que el hombre busque la materialidad en la vida, sino que también los han llevado a los vicios como la soberbia y la beligerancia. 

Hubo unos cuantos romanos que fueron un ejemplo:

Torcuato:

Asesinó a su hijo por haber desencadenado una lucha en contra de la prohibición que le dio. Su padre lo hizo con la intención de que la muerte de los enemigos no fuera mejor que desobedecer las órdenes del padre. 

Mucio: 

El rey Porsena, quien era un rey extranjero al imperio, había encarcelado a Murcio y éste quería dar asesinato al rey. Como no pudo asesinarlo se desquitó y mató a uno de sus seguidores; luego de esto, en frente del rey Porsena puso sus manos al fuego diciendo que habrían más hombres que vendrían a cortar su cabeza. El rey lo liberó. 

Mucio no estaba interesado en las cosas materiales y es por eso que deja sus manos en el fuego en señal de su espíritu. 

Curcio:

Curcio, al verse acorralado por sus enemigos y siguiendo sus designios divinos, se arrojó a un precipicio con su caballo. Por supuesto, Curcio no dudó en arrojarse sin importar la muerte porque sabía de alguna manera que su alma sobreviviría. 

Marco Pulvilo:

Fue cónsul romano en el siglo VI a. C., quien participó en el destierro de Tarquinio el soberbio, rey de Roma. Un día, a Marco lo trataron de engañar diciéndole que su hijo estaba muerto, para así sacarlo del cargo donde estaba. Sin embargo, Marco dijo que no le dieran entierro al cuerpo. Ya Marco seguía una actitud espiritual, pues el mismo Jesús dice: ''Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos''. 

Si bien todos estos hombres no conocieron nunca al Dios cristiano, sí tuvieron una actitud digna y espiritual de uno genuino. San Agustín dice que de todas maneras a estos hombres les fueron concedidas las recompensas divinas del mundo. 

Emperadores cristianos


Constantino fue uno de los emperadores que fundó el cristianismo en Roma. Su vida fue colmada de honores y privilegios por adorar al único Dios cristiano. Debe destacarse que cuando Constantino adoptó la postura cristiana fue muchos más alabado que cualquier otro emperador. Nunca erigió un templo de adoración a Dios, al contrario, siempre fue humilde en cuanto a lo que se lo permitía su cargo.


En la época que se hizo el concilio de Constantinopla, Teodosio fue otro de los emperadores cristianos que tenía profundos conceptos religiosos. Protegió a la Iglesia hasta el final de su mandato porque sabía que el Imperio debía seguir el camino de Dios. 

Conclusión

La persistencia de astrólogos en la historia ha sido bastante dura, a pesar de las evidencias mostradas contra ellos. ¿Es quizás que el ser humano no se conforma con la realidad y busca por otros medios hacerse con otra verdad, aunque se le muestre que no es lo correcto? pues así parece ser. No es tanto la persistencia de una doctrina, sino que más bien la persistencia del ser humano de querer algo que le satisfaga en todo sentido, ya que por la verdad no se ve atraído. Un interesante tema que más tarde trataría de resolver Erasmo de Rotterdam en su ''Elogio a la locura''.

miércoles, 7 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro IV: Las guerras y los dioses) (413).

Ya desde tiempos inmemoriales el hombre ha adjudicado los vicios de la guerra con los dioses, como si estos la observaran para ver qué tan poderosos son los hombres. ¿Acaso los dioses nos miran cuando nos ocurren desgracias? el ejemplo del cristianismo ha dicho que todo mal es voluntario y que Dios no lo hace sin ninguna razón, pero ¿quién podrá salvarnos de las desgracias cuando el hombre no encuentra alguna razón? bien podemos creernos inocentes, pero al parecer siempre habrá algo de lo que podamos ser culpables. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO IV: LAS GUERRAS Y LOS DIOSES


Humildad y delincuencia en los hombres

¿Cuánto ha tenido que matar el hombre para lograr sus ambiciones en la historia de Roma? el afán expansionista comenzó desde la monarquía específicamente en el tercer reino. ¿A qué costo se logró la expansión de Roma? al costo de sacrificar miles de vidas incluyendo las del propio territorio. ¿Es que en esos momentos Roma no se conformaba con la vida tranquila y pacífica que tuvo que caer en la ambición? La grandeza de Roma hizo caer a los ciudadanos en el peor de los pecados: la soberbia. 

San Agustín asegura que los malos reinos son parecidos a una banda de ladrones; los dos no paran en la ambición y siempre quieren más. Un mal gobierno es el que prolonga las guerras y las hace herencia a través del tiempo.

Los bandoleros y delincuentes

El mismo Rómulo aceptó que entraran unos gladiadores en el reino de Roma, pero estos de inmediato comenzaron a acusar desmanes en la ciudad. Los enemigos o delincuentes de Roma siempre se han encontrado fuera de ella, sobre todo en el lado asiático. 

¿Qué dioses se supone que estaban presentes cuando Roma fue atacada? Los paganos ¿por qué no se pronunciaron para proteger a su pueblo de ellos? 

Los dioses paganos y su lugar en el mundo

Crítica al politeísmo

Los maestros paganos ponen a los dioses paganos en distintos lugares:


Estos son los dioses paganos (en realidad son muchos más) y entre ellos Júpiter es el mayor y mejor de ellos. Sin embargo, todos los demás dioses podrían reducirse fácilmente a Júpiter, pues todas las otras cosas que representan los otros dioses tienen ''esencia'', entendiendo como esencia el éter. 

¿No será más inteligente de parte de los paganos adorar solamente a Júpiter? a San Agustín le parece literal y textualmente ''una estupidez'' que el pagano adore a un dios por ejemplo, a Diana, siendo que puede adorar a Júpiter que también está en Diana. 

Pareciera ser que todos los dioses resultan inútiles frente al poderío del más grande que en este caso sería Júpiter, y por lo tanto la adoración a los dioses paganos quedaría totalmente fuera de toda lógica, pensando que sólamente sería conveniente adorar a un sólo Dios. 

Opiniones de los grandes pensadores

El mismo Marco Tulio Cicerón criticaba a los dioses paganos diciendo que todos ellos ''eran ficciones de Homero'', y que en lugar de eso hubiera preferido que los dioses tomaran la forma de la sabiduría del hombre. 

Otro pensador que en cierto sentido tenía una crítica era Escévola, quién decía que los dioses romanos se dividían en tres categorías: poéticos, filosóficos y jefes de Estado. Escévola decía que se tenían que ignorar los primeros, ya que estos son los que se nos representan como vergonzosos y malditos. Sin embargo, aquí podría usarse la misma razón de San Agustín de elegir un sólo Dios relegando a todos los demás. 

Dioses y guerras

En nada pudieron ayudar los dioses contra los enemigos de oriente. Sólo con el tiempo muchos pensadores lograrán tornar su línea de pensamiento hacia el monoteísmo, pero no refiriéndose a Dios, sino que a otra entidad que hasta ellos mismos desconocen. 

Por lo tanto, la conservación del imperio no se debe a estos falsos dioses que muchas veces San Agustín se refiere a Demonios, pues si no son humanos pero tampoco son celestiales, no les queda nada más que ser demonios. 

Conclusión

Aquí yace definitivamente la crítica más dura de San Agustín contra los paganos, la cual consiste en separar al mejor de los dioses y ponerlo en primer lugar como punto de adoración, desplazando a los otros a un lugar menos importante por no decir inútil. Ya no hay justificación para creer en una multitud de dioses que por lo demás no hicieron nada para proteger a su pueblo en tiempos de necesidad. La conservación del imperio se debió a la ambición y beligerancia permanente de los hombres, beligerancia que obviamente les costó millones de vidas. 

domingo, 4 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro III: Los dioses y la historia) (413).

Recuerdo el título de un libro llamado ¿Qué hacer con Dios en la historia de Chile? algo parecido intenta hacer en esta parte San Agustín de Hipona, quien pone de relieve los acontecimientos históricos y su relación tanto con los dioses paganos como con el Dios cristiano que apoya San Agustín. La relación que veremos aquí abarca todos lso aspectos que San Agustín ha revisado a lo largo de obra, pero, obviamente, desde la perspectiva de un católico que sólo quiere lo mejor para el Imperio que cada vez más parece en ruinas. 

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO III: LOS DIOSES Y LA HISTORIA


Roma en tiempos monárquicos

Ya ha quedado claro que en opinión de San Agustín, la devastación de Roma se debe a la perversión de los paganos y sus dioses. Antes de pasar a la relación de los dioses con la historia, San Agustín nos hace recordar las diferencias que tuvieron los dioses romanos y su percepción de ellos. 

La destrucción de Troya

Todos sabemos que Troya fue destruida por los griegos, pero ¿por qué los dioses permitieron la destrucción? recordemos primeramente que a Troya la resguardarían los dioses Apolo y Neptuno. Claro que Apolo y Neptuno no trabajaban solos pues Laomedonte le pagaba a ellos para que aseguraran las murallas de Troya. Sin embargo, Laomedonte se rehusó a pagarles a lo que Neptuno respondió con una inundación, creando así muchos monstruos marinos. 

¿Cómo es que Neptuno y Apolo (que era llamado ''el adivino'') siendo dioses no pudieron sortear la negativa de Laomedonte? Esta es una de las preguntas más fuertes contra los paganos, pues siendo dioses perfectos no fueron capaces de adivinar (siendo Apolo adivino) todos las atrocidades que les acometieron. 

Por otro lado, ¿cómo pudieron permitir los dioses el escape de Eneas? si Troya supuestamente fue atacada, invadida y destruida por el deseo de los dioses, Eneas, quien fue el primer hombre en fundar Roma, debió haber muerto sin ninguna duda lo cual no es cierto. Todo lo contrario, pareciera ser que los dioses se ausentaron y permitieron el nacimiento de Roma sin ninguna dificultad. 

La destrucción de Troya también dejó muchos heridos y soldados que se ensañaron con los enemigos de manera brutal. Otra de las tantas ocasiones en que Troya fue destruida es cuando el General Cayo Mario, con su ayudante Fimbria, incendiaron la ciudad con todos los ciudadanos adentro. 

Numa Pompilio: tiempos de paz en Roma

Luego de que Rómulo reinara, su sucesor fue un hombre llamado Numa Pompilio, quien era concuñado de Rómulo. Mucho se decía que la paz que reinó con Numa Pompilio fue debido a que los dioses se la otorgaron a él. 

¿Cómo se explica que en otros tiempos no estuviera la misma pax que reinó con Pompilio? San Agustín evade esta pregunta por ahora, pero reconoce que el reino de Pompilio fue uno de los buenos debido a la paz de este. Sin embargo, esta paz se quebranta cuando Roma entra en conflicto con las otras tribus. San Agustín se pregunta razonablemente ¿fue necesario ensanchar el territorio en sacrificio de la paz? Lamentablemente, la ambición de poder se apoderó de Roma, y las ansias de tener más y más la dejaron irremediablemente en conflicto permanente. 

¿Por qué entonces el pueblo romano no ocupó las mismas tácticas de paz que existieron con Pompilio? Aquí Agustín responde:

''Porque la paz, en esos momentos, no dependía de los dioses sino que de los hombres''

En pocas palabras, para Agustín los ciudadanos romanos estaban completamente abandonados y a su suerte, que por suerte, valga la redundancia, tuvieron la paz de Numa. 

Después de Numa

Fue en esta época donde se comenzaron a crear más dioses en contraste a la constitución de Numa donde no se podía hacer tal cosa. Uno de los más conocidos fue Esculapio quien era el nuevo dios equivalente a Asclepio. 

El reino de Numa no podía ser para siempre, y fue exactamente en el reinado de Tulo Hostilio que comenzaron las batallas y guerras. El mismo historiador Salustio dice que las guerras y disensiones comenzaron con este reinado, al tener Tulo un afán expansionista y beligerante. 

Agustín llama a que no se gloríen a los vencedores o a los mansos, porque con cada victoria se añade una crueldad. 

La muerte de los reyes de Roma

Hay muchas versiones de cómo murió Rómulo; por manos del Senado, por los dioses, etc. Varios fenómenos se le atribuyeron a Rómulo, por ejemplo, los eclipses. El día que murió Rómulo hubo un eclipse solar del cual todos creyeron que fue voluntad del mismo Rey en el cielo, pero todas estas no son más que conjeturas. 

Numa y Anco Marcio murieron por una enfermedad, mientras que Tulo murió fulminado por un rayo. Tarquinio fue asesinado por los hijos de su predecesor y Servio Tulio que fue asesinado por su yerno, que además lo sucedió en el trono. El último rey de Roma fue Tarquinio el soberbio quien fue desterrado por su propio pueblo para instaurar la República de Roma. Tarquinio murió en Cumas donde se le dió asilo luego de su expulsión.

Roma y su período republicano

El destierro de Tarquinio fue acogido por los etruscos, pero los ciudadanos romanos ya no querían una monarquía. Deseaban tener una ciudad de leyes bien administradas no tanto por sed de justicia, sino que por medio (de acuerdo a San Agustín). 

Además, lejos de ser una época de ''leyes bien administradas'' era una época de sangre y corrupción dentro de los que mandaban. En todo caso, estas desgracias que sufrió la república, sí era mejor a las que ocurrieron en la monarquía. 

Las guerras se multiplicaron estrepitosamente. Una de las guerras más conocidas en la República fueron las guerras púnicas que no dejaron tranquila a Roma hasta el año 146 a. C. También se debe hacer mención a las enfermedades y pestes que se propagaron luego de las guerras. ¿Dónde estaban los dioses paganos para haber evitado tantas muertes en ese período? 

El desastre de las guerras púnicas

La primera guerra púnica que tuvo que enfrentar Roma fue un verdadero desastre. Fue ahí cuando perdieron al Régulo de quien se había hablado, se entregó a los cartagineses y lo mataron de forma horrorosa. También se vio otra calamidad que fue el desborde del río Tíber y por otro desastre que fue el fuego, donde Metelo trató de salvar gente pero fue muerto por el fuego de igual manera. 

La segunda guerra púnica no fue menos desastrosa que la primera descrita anteriormente. Las desgraciadas no ocurrieron parceladamente como se podría creer de la primera guerra púnica, sino más bien fue por un sólo hombre llamado Aníbal de quien vinieron todas las calamidades. Enemigo de Roma que enfrentó y destruyó a sangre fría todo lo que había a su paso. 

Una de las destrucciones más significativas que cometió Aníbal en la República fue el desastre que causó en Sagunto, Hispania. Roma buscó por todos los medios negociar con Roma, pero Aníbal se negaba. Nada servía y Sagunto padecía de hambre; de hecho, se decía que muchos hombres tuvieron que alimentarse de los cadáveres que se encontraban por todas partes. ¿Por qué los dioses paganos no se presentaron ante los ciudadanos romanos para ayudarlos contra Aníbal?

En la tercera guerra púnica tampoco fue menor que la segunda y la primera, pues uno de los peores enemigos aún seguía en pie. Milagrosamente, Escipión el menor pudo deshacerse de la gran carga que la azotaba, pero también permitió que las ''pervertidas'' religiones de oriente entraran.  

El templo de la Concordia

Luego de todas las matanzas y desgracias que le ocurrían a Roma, el Senado decidió construir un templo de paz para llamar a la unidad entre los ciudadanos. Sin embargo, esto más que ayudar a pacificar las cosas las empeoró, ya que lso ciudadanos recordaban con rencor las matanzas sufridas por las tribus beligerantes. Más que ayudar a tranquilizar las aguas, en opinión de San Agustín este templo debió llamarse ''templo de la Discordia''. 

La dictadura de Sila

También aquí se vivió una matanza descarnada. El mismo San Agustín dice:

''No sé si se vivió una matanza peor cuando Roma ganó, o cuando batalló''
Sila no era un hombre que deseara armar guerras o batallas, pero sí proscribía de manera sistemática. Es así que él mismo mandó a asesinar 7.000 prisioneros inmediatamente, prisioneros que quedaban de las últimas guerras. 

Simplemente era un período tan malo como la guerra porque nadie vivía en paz. Todos los que fueran considerados enemigos de Sila eran muertos al día siguiente sin ningún aviso o advertencia. 

La venida de Cristo

Si hacemos un recuento del total de muertes y desastres que han ocurrido en Roma, tendríamos que decir (según San Agustín) que todos estos acontecimientos ocurrieron no cuando Roma estaba volcada hacia el cristianismo, sino que cuando los dioses paganos ''gobernaban'' o se ''preocupaban'' de sus ciudadanos. Está más que claro que los períodos antes de la venida de Cristo fueron peores que cuando Roma era pagana. 

Conclusión

Realmente, estas es una de las contestaciones más difíciles para San Agustín pues debemos recordar que el Imperio Romano terminó y se derrumbó justo cuando era cristiano. El mismo reproche le podemos hacer a San Agustín si nos adelantamos en la historia, ya que no menos desgracias le ocurrieron a Roma cuando fue cristiana. Sin duda una discusión que nos podría llevar toda la noche asimilar, porque es un ataque entre quienes piensan que hubo mejores períodos y quienes piensan que fueron un desastre. 

viernes, 2 de junio de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro II: Dios cristiano y dioses pagano) (413).

Cientos de libros de San Agustín de Hipona hemos visto en este blog (que exagerado) y aún cuando los paganos parecen totalmente refutados, el obispo de la Iglesia Católica no cesa en publicar sus escritos en contra de ellos. De hecho, veremos en el libro presente que hasta la cuarta parte se tratará sobre el sacrilegio de los paganos y su relación con la devastación de Roma. Por ahora, en el presente libro de La ciudad de Dios, veremos el enfrentamiento argumental del Dios cristiano contra los dioses paganos. 

Referencias:

(1) De acuerdo al pensamiento de San Agustín.
(2) Bien podría preguntarse porqué San Agustín dice que los demonios pueden vaticinar los acontecimientos futuros. Para esta interrogante, será necesario analizar su libro ''Sobre la adivinación diabólica'' que está en este blog. 


LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO II: DIOS CRISTIANO Y DIOSES PAGANOS

Leyes o conductas paganas


Ningún precepto y ninguna ley se han hechos los paganos para señalar las buenas o malas conductas. Según San Agustín, el pagano sólo tiene historias de sus dioses, pero nada concreto en cuanto a leyes u otras cosas. 

Los paganos no tienen ninguna institución, ningún rito como sí lo tiene la Iglesia(1). Como no tienen ningún respaldo en ninguna parte, el pagano no se puede comparar con el cristiano que si tiene un respaldo racional y religioso en materia espiritual. 

Además, no debemos olvidar las conductas de los mismos dioses romanos las cuales eran adulteras y prohibidas. ¿Cómo podríamos creer en ese tipo de Dioses que no son perfectos y que encima se someten a las conductas reprochables? Esto pasa porque los dioses romanos, como todo ciudadano romano sabe, están basados en los dioses griegos. 

La poesía entre los paganos

Sabemos de los dioses paganos por las poesías épicas que se presentan en la poca literatura pagana (que encima es basada en otra cultura). 

Por otro lado, ¿cómo se pueden respetar a Dioses en las poesías? si ni siquiera bien se hablaba de los dioses paganos, mucho menos se hablará bien de los hombres, además de exigirles conductas irreprochables. 

Todo esto justificaba que los hombres más viles se creyeran dioses, pues nada había que reprocharles si hasta los mismos dioses se comportaban mal. 

Filósofos y paganos

Para San Agustín, los filósofos sí han creado cosas dignas de elogio como por ejemplo, las obras de Platón, de Aristóteles, de Zenón, de Cicerón, etc. Si bien no son ideas propiamente cristianas (pues el cristianismo aún no existía en ese tiempo), estos filósofos fueron ayudados por Dios y por eso deben ser alabados. 

Poesía y teatro: opinión de los filósofos

Otra relación importante a considerar entre los dioses y los filósofos es la poesía. Obviamente, entre los griegos, los dioses siempre eran expuestos a conductas sacrílegas y adúlteras, pero el mismo Platón criticaba a los poetas, no sólo por representar a los dioses de tal manera sino que también porque la poesía no representa la verdad.

Ya en los mismos libros de La República, Sócrates expresa un disgusto con el arte que es la imitación de la realidad. Al ser el arte la imitación de la realidad, entonces es algo falso, aparente; por lo tanto, la poesía también lo sería al solamente relatar hechos subjetivos. San Agustín dice que Platón deja fuera de su República a los poetas. 

Otro filósofo era Escipión quien, a diferencia de Platón, condenaba que lso actores imitaran a los dioses en tragedias o comedias. Por supuesto, las razones que tenía Escipión para hacer esto era por la poca transparencia de la realidad, Una obra de poesía, así como una obra artística, jamás llegará a representar la realidad. 


Corrupción en Roma

Salustio, el historiador de Roma

Salustio fue un destacado historiador de Roma con el cual San Agustín describe los acontecimientos del Imperio. La ambición que tenía el pueblo de Roma la llevó a tener diversos enfrentamientos con los cuales podemos contar con las guerras púnicas y las constantes guerras contra Cartago. 

Todo lo anterior ocurrió en la época monárquica donde los reyes se tomaban todo tipo de licencias (recuérdese la violación de Lucrecia). Ahora, si bien se pudo derrocar la monarquía y los ciudadanos adquirieron más derechos y tribunas, la época de la República no significó menos corrupción. 

La corrupción y las situaciones vergonzosas de Roma fueron producto de los paganos y la falta de decencia en sus cultos. No fue hasta que llegó Jesús que las cosas en el imperio comenzaron a ''civilizarse'' o calmarse. Todo el período anterior fue una masa de guerras y rebeliones que no pudieron superar nunca. 

Cicerón y su visión de la historia de Roma

Lo único que pudo sustentar a Roma a través del tiempo son su apego a las antiguas tradiciones, pero no la referida a los dioses, sino que la referida a los sabios y filósofos del Imperio. 

San Agustín objeta en acuerdo con la sentencia de Cicerón, pues los dioses paganos nunca salvaron a la República de nada. Ya el mismo Cicerón decía que el período de la república de Roma estaba en decadencia por la alta corrupción; de ahí que nos queden muchos libros de Cicerón con referencia a esto; por ejemplo, las Catilinarias, las filípicas, etc. 

¿Dónde estaban los dioses paganos cuando ocurrieron todas estas conspiraciones y corrupciones? En ninguna parte, pues eran los mismos dioses los que inspiraban la depravación entre los ciudadanos romanos. 

Sila y los demonios

Recordemos que Sila fue un dictador romano que fue militar que participó en muchas guerras destacándose en cada una de ellas (guerra jugurta, guerra cimbria y guerra social). Sus victorias le legaron una dictadura brutal y prolongada. 

San Agustín asegura que Sila fue llevado a luchar contra Mitrídates IV a través de los demonios. Los demonios le vaticinaron la victoria sobre él y sobre muchas otras posteriores (y anteriores). Ahora, San Agustín se pregunta ¿por qué los dioses paganos no corrigieron las actitudes de Sila? los dioses paganos no pudieron hacer nada frente a la ambición de poder de Sila, entre otras cosas porque los dioses paganos son los mismísimos demonios(2)

En general, los demonios hacen que el hombre pueda ser capaz de cometer las más atroces barbaridades por el consejo de estos. 

Conclusión

Esta puede ser la exhortación más enfática que añade San Agustín a dejar a los dioses paganos y aceptar el cristiano. Muchos se ha debatido sobre esto entre los círculos de historiadores que afirman por un lado que el declive del imperio se debió al cristianismo, y otros que afirman que sólo se debió a cosas políticas. Hubieron al menos tres emperadores antes de Constantino que nunca quisieron convertirse al cristianismo por una cuestión de intuición: pensaron que llevaría a la quiebra el imperio al no tener ninguna relación con los dioses de las otras tribus. Porque, por último, al ser el imperio pagano podrían entenderse con lso paganos de oriente y más allá. 

miércoles, 31 de mayo de 2017

San Agustín de Hipona - La ciudad de Dios (Libro I: Contra los paganos) (413).

Ya nos van quedando pocas páginas que revisar de la obra de San Agustín de Hipona y, afortunadamente, tenemos esta penúltima obra (así la llamamos ya que la última vendrá luego de todo el tratado de este libro, aunque en la cronología de los libros de San Agustín no sea así) para ver el lado más político y, nuevamente, su lado más filosófico de la historia; sobre todo de la historia del Imperio Romano. Es el último siglo que el Imperio permanecerá vivo, y buena razón es esta para que los herejes y paganos den vuelta las cosas que pertenecían a este. San Agustín permanece incólume ante los alborotos y escribe la siguiente obra que daremos a conocer a continuación.

Referencias:

(1) La violación de Lucrecia no fue un hecho menor, pues hizo que se acabara la monarquía y comenzara la república en 509 a. C.

LA CIUDAD DE DIOS

LIBRO I: CONTRA LOS PAGANOS

El saqueo de Roma



Para entender de qué período de la historia habla aquí Agustín de Hipona, debemos primeramente hablar sobre el año 410 d. C., donde el saqueo de Roma toma lugar. 

Primero debemos hablar sobre el emperador absoluto del Imperio quien era Teodosio I, el Grande. Recordemos que este emperador había hecho grandes cambios en el Imperio, sobre todo en materia religiosa porque es en ese período donde se hizo el Concilio de Constantinopla. 

Luego de que Teodosio muriera el año 395, el Imperio volvía a dividirse con dos autoridades absolutas tanto en oriente como en occidente. Estos emperadores eran Honorio, de occidente; y Arcadio, de la parte oriente. Lamentablemente, estos dos emperadores eran muy torpes e incompetentes que sumieron al imperio cada vez más en el desastre. 

Todos los bárbaros visigodos estaban ansiosos por saquear Roma y robar todas sus riquezas y apropiarse de los terrenos que tenía el Imperio. Arcadio tuvo como la mala idea de poner entre sus filas a un visigodo llamado Alarico, además de hacerlo general militar con un reino independiente. Por otro lado, Honorio tenía a un muy buen general llamado Estilicón, a quien absurdamente mandó a matar por orden de sus consejeros. 

Sin un general para cuidar la parte occidental y dejando al emperador Honorio completamente solo, los visigodos aprovecharon la oportunidad de entrar en Roma y saquearla justamente el 24 de agosto de 410. Junto con todo lo que tomaron y robaron, los visigodos se llevaron a la hermanastra del emperador llamada Gala Placidia. 

LIBRO I: CONTRA LOS PAGANOS

Enemigos de Cristo y enemigos del imperio


Los enemigos de Cristo son justamente los enemigos del Imperio, y estos no son nada más ni nada menos que los paganos. Recordemos que en el siglo IV ya los paganos orientales empiezan a asediar el Imperio para hacerse con él. Estos paganos llegan y destrozan todo lo que encuentran a su paso, a diferencia de los soldados romanos que una vez conquistado los pueblos dejaban intacto los altares y templos (en la mayoría de los casos).

Los paganos culpan el deterioro de Roma a la religión asentada por Constantino I. Argumentan que desde que se instaló el cristianismo, el imperio ha caído en la decadencia y en las manos de los bárbaros. Sin embargo, San Agustín dice que son los mismos paganos los que tienen un comportamiento bárbaro hacia la misma Roma. 

De hecho, antes del cristianismo, Roma era peor con sus adversarios y contra todos los que estuvieran en contra en general. Fue la llegada de Cristo la que ablandó el corazón de los bárbaros y los hizo un poco más civilizados. En otras palabras, la palabra de Cristo no sólo los castigó, sino que también los atrajo a abrazar a Dios. 

Los castigos tanto a buenos como a malos

Nadie puede ser absolutamente bueno,por lo que cabe comprender que cualquiera puede recibir un castigo por un pecado, por más mínimo que este sea. Muchos hombres que se toman por justos se disgustan de las injusticias que suceden cuando el injusto se ve con mayores privilegios, o con la impunidad de agredir a otros. Pero que esto no los desaliente, pues todo es obra del plan divino de Dios, que no deja fuera a los verdaderos justos. 

El justo o hombre bueno debe someterse, tan perfectamente como los malos, a sufrir los males temporales siguiendo el ejemplo del mismísimo Job. Esto se hace para probar a los hombres y ver qué profundidad tienen en su postura religiosa, o cuánto amor desinteresado tienen por Dios cuando pierden todo lo material.

Nada pierde un hombre santo 

Muchos hombres sufrieron por el hecho de que perdieron todos sus bienes en el proceso y fin del saqueo. Sin embargo, ¿qué podría llorar o lamentar un hombre santo? el hombre santo sabe que a esta vida vino sin nada y sabe bien que se irá sin nada; por lo tanto, el hombre que conoce esto sabe que nada puede perder. Lo único que puede perder y puede lamentarse de perder un hombre santo es la fe. 

En dicho saqueo, todos los hombres que perdieron sus pertenencias eran justamente aquellos que estaban alejados de Cristo. Así ocurrió a un obispo llamado Paulino quien guardó sus riquezas para que los bárbaros no le robaran. Así oraba Paulino:


''Señor, no sea torturado yo por el oro o por la plata. Tú bien sabes donde yo tengo toda mi fortuna''

Y así fue pues el obispo no sufrió ninguna pérdida, ya que Dios mismo le había dicho que la guardara en un lugar específico. 

San Agustín asegura que quienes perdieron sus cosas más preciadas fueron aquellos que confiaban su fe a los bienes materiales. Aquellos que tenían su fe en Cristo no perdieron nada, fueran pobres o ricos porque lo importante no es cuánto ha ganado sino que cuanto espiritual es.


La muerte de los hombres

Se le reprocha a Agustín que muchos cristianos murieron , a pesar de que ellos llevaban una vida santa. En efecto, todos los hombres mueren y esto es algo natural; la muerte, de acuerdo a San Agustín, no se debe ver como algo malo y sobre todo si aquel que muere tuvo una vida irreprochable. 

Sepulcro

Nada hay que preocuparse sobre la especie de sepulcro que tenga un hombre. Ningún cuerpo está tan lejos o tan escondido para que Dios no lo pueda encontrar, además de que nada que se le pueda hacer al cuerpo puede afectar el alma. Así dice la biblia:

''No tengáis miedo a los que matan al cuerpo y no pueden matar el alma''
 (Mateo 10:28)

Los funerales o las honras fúnebres siempre son más consuelo para los vivos que para los muertos. Los muertos ya no pueden ver ni sentir, pero los vivos sí y necesitan cierto alivio después de que se va un ser querido. 

Ahora, esto no quiere decir que los cuerpos deben dejarse a su suerte en un campo abierto. Se deben por lo menos dar sepultura a los cuerpos, porque como ya hemos visto en San Agustín, el cuerpo no es algo que el hombre deba despreciar sin más; es este el que nos hace seguir viviendo y como un gesto de piedad, el hombre lo alimenta sabiendo que esta no es la parte más importante de sus ser.

Ejemplo de cristiano: Marco Atilio Régulo

Se dice que muchos hombres cristianos son los que más sufren en la vida, pero nadie puede sufrir si luego va a recibir la recompensa divina. 

Un excelente ejemplo de buen cristiano fue Marco Atilio Régulo, quien tomado por los cartagineses fue enviado a Roma para que lo intercambiaran por prisioneros cartagineses. En efecto, los cartagineses no necesitaban ni querían tener a una gran autoridad, pues más les servían los guerreros. Sin embargo, Marco, por ayudar a Roma, no aceptó el intercambio y se dejó torturar y matar por los cartagineses. 


El suicidio en los hombres y mujeres

Sabemos muy bien que San Agustín nunca aprobó el suicidio y no es el caso ni siquiera en los más grandes cristianos. Esto se debe a que no habrá motivos de quitarse la vida, pues si el suicida busca la paz esa la puede buscar en vida porque de la muerte nada se puede extraer. 

El suicidio de Lucrecia, la casta

San Agustín nos pone como ejemplo a Lucrecia de Tiziano, quien fue violada por Sexto Tarquinio que a su vez era hijo de Lucio Tarquinio quien fue el último rey de Roma en el siglo VI a. C. Esto ocurrió un día que Sexto pidió alojamiento a Lucrecia quien estaba sin su marido en esa ocasión. Al llegar la noche, Sexto se desplazó a su cama y la violó brutalmente(1)

Lucrecia delató este crimen a su padre Colatio y a un pariente suyo llamado Bruto. Collatio y Bruto quedaron horrorizados ante esto y exigieron la venganza, pero Lucrecia no pudo aguantar el deshonor de su condición y se quitó la vida. 

¿Qué diremos de Lucrecia hablando del modo más cristiano? San Agustín dice que no debió haberse suicidado, a pesar de creer en dioses paganos como lo exigía la época. 

Un declamador de aquel tiempo dijo: ''dos hubo, y sólo uno cometió adulterio'' San Agustín nos dice que esto no es así, pero no lo dice en favor de Lucrecia, pues también añade el obispo: 


''Los dos cometieron adulterio, el uno con la irrupción y la otra con oculta y oscura aprobación''

Agustín afirma esto por dos cosas puntuales: si disculpamos el homicidio (porque el suicidio es un homicidio por San Agustín), entonces realizamos el adulterio; pero si perdonamos el adulterio, aceptamos el suicidio. San Agustín considera que el suicidio que cometió no fue por amor a la castidad, sino que fue por debilidad ante la vergüenza. 

¿Puede haber suicidio en el cristiano?

En ninguna parte de las S.E. el suicidio es una opción. Este acto, de acuerdo con Agustín, representa un homicidio a sí mismo, y por lo tanto, ningún cristiano que sea consciente puede quitarse la vida ni en la peor de las circunstancias. 

Las palabras del A.T. nos los demuestran cuando se dice ''No matarás'', porque no sólo se debe no matar al otro sino que tampoco a sí mismo. En otra parte se dice ama a todos tanto como a ti mismo, por lo que se entiende que no se debe suicidar el buen cristiano. 

Podríamos preguntarnos y hacer una crítica a San Agustín diciendo que si bien los suicidios no están permitidos¿qué hay de los homicidios que han cometido los patriarcas como Abraham, David o Sansón, a pesar del hecho de que el quinto mandamiento dice ''no matarás''? Sólo puede matarse cuando Dios lo permite. Por eso se dice que Abraham fue piadoso al no matar a su hijo. 

Volviendo al suicidio ¿podemos decir que el suicida es una persona valiente? ¿una persona que tiene valor al suicidarse? San Agustín dice que en absoluto sería una persona valiente, pues al contrario, los suicidas no tuvieron la fortaleza para soportar esta vida y es por eso que la dejan.

Si se piensa que es mejor suicidarse para evitar pecados mayores, pues también se está en un error grave. De hecho, si es por eso, entonces bien podríamos utilizar la muerte para cualquier evento de desgracia que suceda. 


La violación perpetrada a las mujeres

San Agustín dice que la violación no es motivo para suicidarse, aunque, obviamente, sí para lamentarse. En todo caso, que ninguna mujer se ufane de ser virgen, pues así fue como las mujeres del saqueo fueron violadas. Recordemos que el juicio de Dios está para ellos quienes hacen el mal, por lo tanto, la soberbia de presumir de que se es virgen tiene sus consecuencias. 

La virginidad se debe llevar de modo respetuoso, sagrado, y con mucha discreción para no pecar de soberbia. 

La recompensa cristiana a los hombres

Bien pueden objetar los paganos que los cristianos no son libres de los mismos infortunios que sufren los paganos u otras herejías. En efecto, muchos ejemplos han sido así, pero lo que importa, dice San Agustín, no son las cosas que pasan en vida sino lo que pasa más allá. 

Ningún cristiano que haya hecho el bien en su vida puede ir al infierno. Aquí en el mundo terrenal puede sufrir vejaciones, pero la recompensa divina del cielo no se la pueden arrebatar. A pesar de todo lo antes mencionado, Agustín dice que si los paganos están vivos es sólo por piedad y misericordia de Dios, pues la Iglesia acepta a los paganos si se transforman, pero los paganos no aceptan a nadie. 

Conclusión

Como hemos podido ver, el comienzo de esta obra es una pieza intelectual en contra de los paganos. La devastación de Roma se debe a toda la impiedad y corrupción dentro del imperio, y los paganos acusan a los cristianos de llevar espiritualmente el imperio a la tumba. Las tribus beligerantes están atropellando cada vez más la ciudad de Dios que pareciera que iba a durar para siempre. San Agustín, en este primer capítulo, nos exhorta a seguir una vida cristiana a pesar de todas las vicisitudes que estaba viviendo al escribir el texto.  

domingo, 28 de mayo de 2017

San Agustín de Hipona - La utilidad del ayuno (408).

¿Qué es el ayuno? en un sentido normal y cotidiano sería la suspensión de las primeras comidas del día, pero el ayuno también tiene una significación religiosa profunda, pues Cristo ayunó cuarenta días en el desierto. Para San Agustín de Hipona, el ayuno no es sólo una prueba de que la mente es superior al cuerpo que constantemente pide necesidades corporales, sino que también es una prueba espiritual de compromiso y voluntad. 

Referencias:

(1) Una ironía decir esto cuando ya a ese tiempo existían al menos unos cuantos cismas en la Iglesia Católica. 

LA UTILIDAD DEL AYUNO


PRIMERA PARTE: NATURALEZA DEL AYUNO

Alimento divino y alimento terrenal

El alimento terrenal tiene su propia vida al igual que alimento divino. El terrenal sostiene al hombre y el celestial a los ángeles, pero quien ayuna no está ni en la tierra ni con los ángeles. ¿Por qué? porque no quiera el hombre compararse son los seres divinos, pero el ayuno le ayuda a estar más lejos de los placeres de la tierra. Por lo tanto, el hambre más importante no es el de los alimentos, sino más bien el hambre de justicia que vive en cada hombre. 

SEGUNDA PARTE: UTILIDAD DEL AYUNO

Carne y espíritu

Si estamos acostumbrados a quedarnos sin este alimento por las mañanas, entonces será mucho más fácil soportar las hambrunas y las calamidades que atraen los cuerpos mortales. Un hombre que se acostumbra a los estímulos del cuerpo siempre tendrá necesidades, mientras que el que vive con el espíritu no las tendrá (o al menos tendrá menos). 

Aquí San Agustín anuncia un problema, ya que pareciera ser que hasta ahora la carne es enemiga del espíritu como así bien lo dicen las S.E. 

''La carne guerrea contra el espíritu y el espíritu contra la carne''
(Gálatas 5:17) 

Pero, como la mayoría de nosotros que hemos leído la obra de San Agustín veremos que el santo de Hipona jamás llama a aborrecer el cuerpo, pues muy por el contrario el cuerpo fue creado por Dios y por lo tanto es un bien (que se le utilice para el mal es otra cosa).

Sin embargo, ¿cómo haremos coincidir el Gálatas 5:17 con las ideas de Agustín? No sólo eso, debemos pensar en el siguiente versículo:

''Nadie odia jamás su propia carne, sino que la alimenta y la cuida, así como Cristo a su Iglesia'' 
(Efesios 5:29) 

 A este problema, San Agustín nos dice que si bien cada hombre se procura un cuidado de su cuerpo, también debe considerar que el cuerpo está más unido con lo terrenal que lo espiritual. Por lo tanto, dependerá del hombre no caer en los vacíos de la carne y acercarse más al espíritu. 

TERCERA PARTE: CONCORDIA Y UNIDAD

Los cristianos no son los únicos que ayunan, sino que también lo hace los judíos y los paganos. Sin embargo, ¿por qué ayunan los paganos? ¿a quienes quieren favorecer? No pueden favorecer a Dios porque primero deben tener unidad. ¿Qué significa esto? para con los creyentes de Dios (o más bien de la Iglesia) la unidad está en el mismísimo Cristo, claro, tienen su diferencias pero Dios y Cristo lo hacen uno. 

Los paganos no tienen unidad porque el politeísmo que tienen hace que entre sus dioses no exista concordia. De hecho, ya hay muchos paganos que al siempre estar en conflicto los unos con los otros(1), han dejado los estandartes paganos y se han dirigido a la Iglesia. 

Conclusión

Por supuesto, aquí no hablamos del ayuno como un método para ayudar a nuestro cuerpo ni mucho menos. El ayuno, San Agustín se lo toma de forma espiritual, o, como dijimos en la introducción, como un sometimiento del espíritu (o de la mente) hacia el cuerpo. Hoyen día el tema del ayuno es muy cuestionado, pues surgen teorías de que es bueno ayunar ciertos días a la semana, y otras posturas que dicen que definitivamente el ayuno es algo malo si se toma prolongadamente. Cristo caminó 40 días en el desierto ayunando, ¿qué opinas tú del ayuno como forma de vida espiritual?