sábado, 16 de enero de 2016

Aristóteles - La Retórica (Libro II: Efectos del discurso).

La Retórica es una especie de discurso que puede lograr cambiar la forma de pensar de quien sea espectador. Realmente es increíble que las palabras puedan cambiar nuestros estados de ánimo y cambiar la perspectiva de nuestras ideas, e incluso nuestros juicios. Ahondaremos un poco más en los efectos y estructuras de la retórica la cual Aristóteles, como ya habíamos visto en el libro anterior, la define como una habilidad basada en el convencimiento a través de las palabras. En efecto, si lo pensamos de otra manera, la retórica puede ser una habilidad que sirva tanto para hacer el bien como para hacer el mal, pues el engaño puede estar sumamente presente en los discursos.

Referencia: 

(1) Referidas a las fábulas de Esópo.
(2) Entiéndase por ''sentencias'' las frases famosas que quedan en la historia.
(3) Estos nombres los designé para tener una referencia. 
(4) Antigua diosa griega del mar.
(5) Para entender de manera complementaria estas líneas de razonamiento, véase Tópicos.
(7) Será de mucha ayuda analizar el apunte de Refutaciones Sofísticas.
(7) La hermana de Cauno se enamoró de él y al no ser correspondida se suicidó.
 La Retórica


LIBRO II: EFECTOS DEL DISCURSO

Capítulo I: Pathos y Ethos en la retórica


La retórica no sólo consiste en tener un argumento persuasivo y deliberativo para convencer a cierto público o particular, sino que también consiste en modificar la disposición del espectador, sin mencionar la actitud que debe tener el orador al tratar de convencer a su audiencia. 

Cuando se propone deliberar sobre ciertos asuntos es cuando la actitud del orador cobra vital importancia, mientras que en los juicios lo más importante es modificar la disposición de la audiencia


Es importante mencionar que en un discurso se deben considerar la actitud (ethos) y la pasión (pathos) para convencer al público. Sin embargo, muchas veces suele suceder que los oradores no son tomados en cuenta por su audiencia y esto en general se debe a tres causas:



  1. Discreción
  2. Integridad
  3. Buena voluntad

La falta de estos tres factores inciden al desprecio hacia el orador. Es por eso que Aristóteles, en el primer libro de este tratado, señala las virtudes y los sentimientos porque el conocimiento de estos es el que nos dará la discreción necesaria para hablar. También nos otorgará la buena disposición y voluntad para hablar. 

¿Cómo puede hacerse esto? En efecto, si conocemos el porqué de la furia de alguien, sabremos convencerlo para que su ira se aplaque, al igual si conocemos a alguien que nos quiere podremos aplicar distintas palabras según la disposición (o estado) en el que se encuentre el receptor

Capítulo II: Emociones negativas

La ira


Esta emoción es la que promueve el sentimiento de venganza y menosprecio (éste ultimo sin justificación). También denota cierto tipo de placer, pues la realización de la venganza es una especie de satisfacción del individuo como si se cumpliera un sueño. En general nos irritamos contra quienes no valoramos en absoluto y también a los que nos menosprecian. 


Por otro lado, están las acciones por parte del otro que nos molestan, porque sucede que nos irritamos con las personas que se alegran de nuestras desgracias y de igual manera, contra quienes no son preocupados de burlarse de nosotros. Contra quienes ironizan contra nosotros, pues la ironía es señal de desprecio, así como el olvido y despreocupación de fechas importantes. 


El menosprecio


Es la opinión de que algo no se considera en absoluto digno. Se derivan tres formas de menosprecio en total: 



  1. Desprecio: cuando se desprecia lo que no tiene valor.
  2. Humillación: cuando se un sujeto impide los propósitos del otro. 
  3. Ultraje: cuando se dice o hace aquello de lo que la victima se avergüenza. La razón del porqué se hace el ultraje es el complejo de superioridad. El único animo con que se hace es por disfrute. 

Estas son algunas de las emociones que representan los estados de animo contrarios al bienestar. El orador debe tomar esto en cuenta para dirigir la disposición de la audiencia hacia la indignación de quien se acusa. 

Capítulo III: Emociones positivas

Hablemos ahora de las emociones contrarias a la indignación y a la ira. Estas son la calma y la quietud que al mismo tiempo aplacan a la ira. 

Los ejemplos que nos da Aristóteles con respecto a la calma son en referencia a la ira, es decir, nos enojamos contra quienes no reciben un castigo realmente merecido, pero nos calmamos cuando sí lo reciben. 

También sucede contra quienes se humillan y no discuten para nada. En efecto, no hay por qué encolerizarse contra quien comete daño contra sí mismo. A los que nos hablan en serio cuando les hablamos en serio, pues significa que nos tienen en consideración. No nos indignamos con quienes tienen ira contra nosotros porque esa ira significa que nos toman en cuenta, nos reconocen. También estamos en calma cuando el tiempo de ira ya ha pasado. 

Capítulo IV: El amor y el odio

Desde aquí hasta el capítulo XI hablaremos de todas las cosas que implican el ''pathos'', es decir, lo que hace modificar el juicio de la audiencia. Para esto, es fundamental conocer los diversos tipos de emociones y sentimientos para guiar a la audiencia. 

Amistad

Para identificar el amor es necesario nombrar las características de éste en cuanto a la amistad. Recordemos que el amor para los griegos no es necesariamente una relación entre parejas, sino que también entre amigos. Enumeremos las ocasiones en que ocurre la amistad.

  • Cuando alguien comparte nuestras alegrías y derrotas. 
  • Cuando alguien gusta de las mismas cosas que nosotros. 
  • Cuando alguien se porta bien con nosotros.
  • Cuando alguien ama a quien nosotros amamos.
  • Cuando alguien tiene los mismos enemigos que nosotros.
  • Cuando alguien nos ayuda en términos monetarios o de seguridad. 
  • Cuando alguien es razonable y por lo tanto justo. 
  • Cuando la compañía de alguien nos resulta agradable.
  • Cuando alguien es capaz de hacer una broma y aguantarlas.
  • Cuando alguien elogia nuestras cualidades.
  • Cuando alguien no es calumniador.
  • Cuando alguien nos toma en serio. 
  • Cuando alguien es semejante a nosotros.
  • Cuando alguien desea lo mismo que nosotros.
  • Cuando no nos da vergüenza hacer algo frente a ellos.
  • Cuando alguien no nos viene con disimulos. 
  • Cuando alguien nos da ánimos y nos apoya.

En general, estas son las ocasiones en que podemos reconocer la amistad. Obviamente, no podemos permanecer indiferentes ante estas muestras de amistad por lo que es recomendable hacer favores a quienes con nosotros son buenos. 

Enemistad

El odio es lo característico de la amistad y puede darse tanto en situaciones activas (de agresión) como pasivas (indiferencia). Entre el odio y la ira hay algunas diferencias que se deben tomar en cuenta. 

La ira sólo se da en lo general (odio a los hombres) y el odio solo se da en lo particular (odio a Sócrates). Por otro lado, la ira tiene su cura con el tiempo, mientras que el odio no tiene límite de tiempo por lo que no tiene cura. Además, la ira implica un sufrimiento y el odio a provocar el mal. 

Capítulo V: El temor y el ánimo

El temor

Nos basta identificar ahora mismo lo que es el temor y para ello nombraremos algunas características. El temor nace de la turbación de las cosas venideras que además representan algún mal. Por lo tanto, es factible pensar que no se le tiene temor a las cosas venideras que aún están muy lejanas como la muerte. Veamos ahora sí las características. Tenemos temor... 

  • Cuando la ira del enemigo puede hacernos daño en lo venidero.
  • Cuando alguien sabe que hemos hecho algo malo y nos puede denunciar. 
  • Cuando alguien ya ha cometido un delito y puede hacerlo contra nosotros.
  • Cuando alguien es superior a nosotros porque si entra en ira con nosotros, nos podrá hacer mucho daño.
  • Cuando alguien se libra de una persona superior a nosotros.
  • Cuando hacemos daño a alguien calmo, pues sus intenciones serán más difíciles de predecir. 
  • Cuando algo se nos hace imposible o depende absolutamente de los otros. 
  • Cuando las cosas no tienen remedio.

El ánimo

Desde otra perspectiva podemos vincular el temor con el ánimo, pues estas emociones debemos entenderlas a través de sus contrarios. Nos animamos...

  • Cuando las cosas temibles están lejanas y las salvadoras próximas.
  • Cuando disponemos de recursos para arreglar los problemas.
  • Cuando todas las cosas han salido bien.
  • Cuando nos enfrentamos a alguien inferior a nosotros.
  • Cuando no se han cometido delitos.
  • Cuando tenemos buena disposición con los dioses.
  • Cuando confiamos en que no nos pasaran males. 

Estas son algunas dicotomias que debemos tomar en cuenta para construir un discurso. 

Capítulo VI: Vergüenza y desvergüenza

La vergüenza sería una especie de perturbación frente a defectos de pasadas o venideras que causan descrédito en la persona, mientras que la desvergüenza es el menosprecio y la indiferencia respecto a los mismos defectos mencionados anteriormente. 

Vemos los casos en cuales se presenta la vergüenza:



  • Cuando aceptamos ayuda de alguien inferior a nosotros.
  • Cuando se toma a préstamo haciendo parecer que se pide.
  • Cuando se pide haciendo parecer que es reclamo.
  • Cuando no se toleran fatigas soportables. 
  • Cuando se atribuyen los méritos de otro.
  • Cuando no se participa de las cosas honrosas en que la mayoría lo hace.  
  • Cuando no se participa de la misma educación que los demás. 
  • Cuando se siente la culpa de todo.
  • Cuando nos ocurren cosas que nos llevan al descrédito.
  • Cuando hacemos actos deshonrosos
  • Cuando nos va mal y quien nos admiraba lo nota.

Generalmente ocurre que individualmente nos avergonzamos de las cosas (sobre todo considerando la lista anterior), pero ocurre que sentimos aún más vergüenza en presencia de quienes tenemos en cuenta. Estas personas son quienes nos admira, quienes admiramos, quienes deseamos que nos admiren, quienes están en competencia con nosotros y a quienes no despreciamos su opinión.

Para analizar la desvergüenza, basta aplicar la indiferencia a todos los actos mencionados anteriormente.

 Capítulo VII: Generosidad

La generosidad es la asistencia de quien necesita algo sin recibir nada a cambio. Las necesidades son deseos que si no se cumplen resulta doloroso para quien necesita. Por ejemplo, el que es pobre o el que es desterrado, si no recibe ayuda sufrirá enormemente; ahí entra la generosidad. 

Quien no es generoso hará todo lo contrario

Capítulo VIII: Compasión

Este sentimiento es un pesar ante la presencia de un mal destructivo, o un pesar que se siente sobre un daño injusto sobre algo o alguien. Ni los que son absolutamente felices o infelices pueden ser compadecidos pues unos lo tienen todo y lso otros ya no podrían estar peor. 

Veamos en que casos podemos sentir compasión.

  • Cuando ocurre algo relacionado con el mal y la destrucción.
  • Cuando ocurre una muerte o alguna enfermedad grave a un semejante.
  • Cuando un semejantes está falto de amigos. 
  • Cuando un semejante sufre deformidad, debilidad o parálisis.
  • Cuando alguien no puede disfrutar de un bien. 
  • Cuando un semejante de nuestra misma edad sufre porque ese dolor es como si nos perteneciera. 
  • Cuando personas de virtud están a punto de morir. 

Capítulo IX: Indignación

La indignación se presenta en nosotros cuando algo nos ocurre o les ocurre a los demás injustamente. Es todo lo contrario a compadecerse. Veamos cuando surge la indignación. Cuando alguien tiene un éxito inmerecido.

  • Cuando alguien tiene lo que verdaderamente no le corresponde.
  • Cuando alguien que es bueno no logra obtener cosas buenas.
  • Cuando alguien superior compite con alguien inferior. 

Ahora veamos qué clase de personas son inclinadas a indignarse.

  • Quienes poseen los mayores bienes porque quienes no tengan méritos no pueden tener los mismos bienes.
  • Quienes son ambiciosos con los bienes, pues cuando ven a otros tener los mismos se indignan.  

Como vemos, Aristóteles piensa que los hombres inferiores no pueden indignarse, pues no tienen nada para sentirse de ese modo. 

Capítulo X: Envidia

Este sentimiento se da cuando alguien igual a nosotros tienen una fortuna más abundante que nosotros. Veamos las cosas que nos provocan envidia.

  • Las cosas que afectan a nuestro honor y ambiciones de gloria. 
  • Las cosas que otros ganan por suerte.
  • Las personas que tienen nuestra misma edad, espacio y prestigio.
  • Las personas que nos representan competencia.
  • Las personas que están colmadas de prestigio y riquezas. 
  • Las personas que ganan lo que a nosotros nos corresponde.
  • Las personas que consiguen algo rápidamente en contraste a nosotros.

Estas son las cosas que nos afectan internamente y externamente con relación a la envidia. 

Capítulo XI: Emulación

La emulación básicamente consiste en imitar las virtudes y bienes ajenos con afán de superación. Los que emulan se creen dignos de bienes que aún no poseen y entonces comienzan a imitar las acciones de aquellas personas admiradas.

Veamos los casos donde existe la emulación.

  • Los jóvenes frecuentemente admiran a los más dignos. 
  • Existe hacia los hombres benefactores y nobles.
  • Existe hacia los hombres con valentía, sabiduría y poder.
  • Existe hacia los hombres que la gente admira o que nosotros admiramos.

Para identificar lo contrario a la emulación bastará aplicar estos conceptos de manera contraria. 

Capítulo XII: Modos de ser: jóvenes

Ya que hemos hablado del pathos y las distintas emociones y sentimientos que nos sirven para modificar la disposición de la audiencia, ahora baste hablar sobre el ethos. 

El ethos tiene que ver con cuatro cosas principalmente:



  1. Emociones: Todos las causas y efectos de los sentimientos nombrados anteriormente.
  2. Estados: Excelencias y vicios que escoge cada uno.
  3. Edades: Referidas a la juventud, a la madurez y a la vejez.
  4. Don de la fortuna: La nobleza de sangre, recursos y riquezas.

De esto se desprende que los jóvenes, los maduros y los ancianos tienen distintas emociones. Empecemos a analizar a los jóvenes y luego a los otros. 

Veamos algunas características de los jóvenes.

  • Propensos al deseo y a hacer lo que desean.
  • Son incapaces de dominar los deseos sexuales. 
  • Son temperamentales e instintivos. 
  • Desean siempre la superioridad y la victoria.
  • No son deseosos de dinero porque aún no conocen lo que es vivir a falta de este. 
  • Son confiables porque aún no les engañan.
  • Están llenos de esperanza. 
  • Son engañados fácilmente pues por tener mucha esperanza.
  • Son vergonzosos y generosos pues aun no son engañados.
  • Son seguros de sí mismos y creen saberlo todo. 
  • Son propensos a reír y son bromistas.

Estos son los modos de ser de los jóvenes.

Capítulo XIII: Modos de ser: viejos


En esta fase todo es menos excesivo, es decir, todo lo contrario al adolescente, pues el maduro ya ha sido engañado y decepcionado por lo que tiene más precaución. 

Veamos algunas características de éste modo de ser.



  • Son malhumorados ya que todo lo ven por el peor lado.
  • Son suspicaces por su desconfianza y desconfiados por su experiencia.
  • No aman ni odian apasionadamente.
  • Son pobres de espíritu porque sólo necesitan lo necesario para vivir.
  • Son mezquinos por conocen la necesidad del dinero. 
  • Son cobardes.
  • Son desvergonzados porque no les importa lo que puedan pensar de ellos.
  • No son proclives a la esperanza pues han sido engañados muchas veces.
  • Son proclives al pasado más que a la esperanza. 
  • No actúan por sus impulsos, pero si por el ánimo de lucro.
  • Son compasivos por amor a sus semejantes.
  • Son enojosos y no bromistas.
Así es como entendemos que los viejos son lo contrario a los jóvenes en términos de actitud (o ethos).

Capítulo XIV: Modos de ser: maduros

Los hombres maduros son un intermedio entre los jóvenes y los viejos, se encuentran en un justo medio entre ambas actitudes. No sólo eso, el maduro puede tener todas las características provechosas de las dos edad anteriormente mencionadas. ¿Cuándo se llega a ser maduro o madura? según Aristóteles a los 30 años de edad. 


Capítulo XV: Don de la fortuna

Para entender bien esta sección debemos conocer el término de ''abolengo'', es decir, la persona que tiene una descendencia de antepasados con poder y gloria. Cuando los antepasados de estas personas son hombres de bien, su legado de excelencia dura mucho tiempo, pero puede desgastarse y así pueden nacer hombres con no mucha inteligencia. 

Capítulo XVI: Modos de ser: ricos

Así como hemos visto los modos de ser de las edades en general, ahora toca hablar sobre personas que califican como ''ricas''. 

Veamos algunas de sus características.
  • Son insolentes y arrogantes porque son afectados por la posesión y la riqueza. 
  • Son inclinados a la molicie y a la ostentación.
  • Son soberbios e incontinentes. 

Todas las malas acciones que cometen no las hacen simplemente por maldad, sino por soberbia e indiferencia. 

Capítulo XVII: Modos de ser: poderosos

Los poderosos son mucho más arrogantes que los ricos puesto que son más importantes que ellos. Si bien son diferentes, los poderosos también comparten el concepto de fortuna con los ricos. Así como son importantes, estos son vistos por todo el mundo y con razón de eso deben moderarse más que los ricos. 

Capítulo XVIII: El discurso y su forma

A la hora de discutir, disuadir, convencer o persuadir debemos tener en cuenta a la persona que queremos hacer todo esto, pues es justamente ésta persona el juez de nuestra capacidad de convencimiento, ya sea un discurso de exhibición, forense o deliberativo. Muchas veces debemos entender a este juez como un rival porque posterior al discurso puede venir la contra argumentación. 

El discurso debe formarse de manera tal que todos los caracteres (ethos) y las disposiciones (pathos)  nos ayuden a convencer a nuestra audiencia. 

Capítulo XIX: Lo posible y lo imposible

Antes de mirar esta sección será de mucha ayuda revisar los apuntes de Peri hermeneias de éste blog.

Lo posible es todo lo que es y lo que puede llegar a ser y al mismo tiempo, su contrario puede darnos una posibilidad. Por ejemplo que un hombre enferme, también puede significar que sane y viceversa. También se entiende por grados, pues cuando es posible que una casa bella exista, más posible aún será que una casa normal exista. 

Así mismo sucede que quien realizó un acción también tuvo la intención de hacerla y viceversa; por ejemplo, quien sedujo primero tuvo la intención de seducir. Esta forma de posibilidad está unida a la frecuencia con que pasan las cosas, es decir, lo que ocurre mayormente. 

Capítulo XX: Argumentos comunes

Lo que comprende los argumentos comunes son el ejemplo y el entimema. 

Ejemplo

Este tipo de argumento tiene dos tipos; el que se refiere a hechos ocurridos anteriormente y otros se deben a la imaginación (fábulas esópicas(1)). 

  • El primer tipo de ejemplo tiene que ver con recurrir a hechos pasados (en el contexto de Aristóteles ejemplos históricos), donde una realidad es inmodificable; por ejemplo, el sometimiento del rey Darío a Egipto. 



  • Luego tenemos los ejemplos que vienen de la imaginación o de los cuentos; por ejemplo, las fábulas de Esópo donde un caballo estaba un prado y un pájaro le estropeaba el pasto. Para castigarle, el caballo habló con un hombre pero éste último le pidió una condición; ponerle riendas y montarlo. Cuando el caballo aceptó , el animal quedó completamente esclavizado al hombre. Moraleja: cuidado de castigar a los enemigos, pues por malas intenciones nos llega a nosotros el castigo. 



Las fábulas son útiles en el discurso político, pues, al no tener acontecimientos históricos que nos den sustento a la argumentación, podremos recurrir a una fábula que tenga semejanza con la argumentación. A pesar de que éste método es fácil de emplear, es mucho más conveniente servirse de los hechos y ocurridos porque lo que ya ha ocurrido es más probable que vuelva a ocurrir.

Entimema

Decíamos en el primer libro de éste tratado que un entimema es un razonamiento que sólo necesita dos premisas para ser lógico; por ejemplo, de que se llame Ana se deduce que es mujer. 

La idea de utilización de ejemplos y entimemas es que se tenga una estructura argumentativa más sólida. Primero debemos enunciar el entimema para luego dar lugar al ejemplo, si se hace de manera contraria, la argumentación será inductiva (de lo particular a lo general) lo cual no sirve para la retórica. Además si se comienza con ejemplos se tendrá que dar muchos para hacerse entender, si empezamos con el entimema sólo bastará un ejemplo. 

Capítulo XXI: Las sentencias(2) en el discurso

La sentencia es una frase referida a cosas generales y en ningún caso particulares. Frecuentemente (y sobre todo en la Antigua Grecia) dichas frases sólo se usan para referenciar comportamientos o prácticas. Cuando en un entimema se toman las premisas de maneras separadas, tenemos sentencias. 

Sentencia y entimema

Por ejemplo:

''Nunca debe un varón que esté naturalmente en sus cabales instruir a sus hijos hasta hacerlos demasiado sabios''

El ejemplo anterior es una sentencia porque no está indicado el motivo de por qué no se debe instruir a los jóvenes hasta hacerlos demasiado sabios.

Ahora pongamos la razón:

''Porque aparte de la holganza que ello trae consigo, se ganan la envidia y la enemistad de sus conciudadanos''.

Y es con el conjunto de la sentencia y la razón que formamos el entimema. Por lo tanto, la sentencia es parte de un entimema y además no entrega motivo. Veamos otro ejemplo:

Sentencia: ''No hay varón que sea feliz''
Entimema: ''No hay varón que sea feliz porque será esclavo del dinero o de la suerte''. 

Cuatro tipos de sentencia

Por lo que se dijo anteriormente, fácilmente se pueden deducir cuatro tipos de sentencias:


  1. La que lleva añadidura: aquellas que son partes de un entimema; por ejemplo, ''Nunca debe un varón en sus cabales...''. 
  2. La que no lleva añadidura: aquellas que son evidentes a simple vista; por ejemplo, ''Para un varón lo mejor es estar sano''.
  3. Las que son paradójicas y dudosas: aquellas que no son evidentes y necesitan más explicación; por ejemplo, ''así que yo, dado que ni se debe provocar la envidia ni holgazanear, afirmo que no debemos recibir instrucción''.
  4. Las que no expresan paradoja ni duda: si bien no son paradójicas ni dudosas, no son evidentes a primera vista; por ejemplo, ''No se debe ser desmesurado, si no se quiere que las cigarras canten desde el suelo''. 

La utilización de sentencias solo se puede dar en al edad adulta y no en la jóven porque es en esas edad en la que se puede hablar con propiedad debido a la experiencia. 

En un principio siempre se debe recurrir a las sentencias más trilladas hay antiguas si no se puede construir una propia. Los proverbios, la forma más popularizada de sentencias como por ejemplo; ''conócete a tí mismo'', pueden ser contradecidas gracias a las sentencias pues bien podría decir uno: ''Porque si éste se hubiera conocido a sí mismo no habría pretendido ser general''.  

Por supuesto, el ethos será clave en las sentencias ya que la expresión de estas añade un elemento más para el convencimiento. De hecho, las sentencias sirven mucho para el público que es vulgar, pues ellos se sienten muy bien con las cosas que coinciden con su opinión. Así, la sentencia como una oración que expresa generalidad, debe ir acorde con el auditorio para ser generalizable. 

Finalmente, las sentencias proporcionan al discurso un modo de ser (ethos) con el cual puede convencer de mucha mejor manera a la audiencia. 

Capítulo XXII: Argumentos del entimema

Es estrictamente necesario que un entimema comience de cosas generales y conocidas para la audiencia. No sólo el orador debe tener en cuenta esto, sino que también aquellos que son defensores o acusadores. Desde aquí veremos todo el análisis del razonamiento (Logos).

La idea de esto es aclarar la demostración argumentativa que se hace en un discurso. Por eso, también hay que evitar los elogios triviales, pues, si elogiamos a Aquiles por ser hombre, no lo estaríamos elogiando más que a Sócrates. Para evitar esto, diremos que Aquiles fue virtuoso por matar Héctor y Sócrates por refutar a Hipias. 

Líneas de razonamiento

Sigamos con los entimemas y dividamos en dos según las líneas de razonamiento que se dan en los entimemas, pues hay entimemas de dos tipos:

  • Demostrativos: Se forma a través de proposiciones compatibles.
  • Refutativos: Se forma a través de proposiciones incompatibles.

Veamos otras líneas de razonamiento de manera detallada. 

Capítulo XXIII: Otras líneas de razonamiento

El entimema demostrativo hace que una argumentación tenga una defensa, es decir, cuando defendemos una posición. El entimema refutativo, evidentemente, refutamos una posición u opinión. 

Por lo demás, también hay otras líneas de razonamiento(3):

  • Semejanza de las palabras: justo puede ser semejante a beneficioso, aunque no podemos decir que morir justamente es beneficioso por lo que se debe tener cuidado con ésta línea. 
  • Lo más y lo menos: se usa cuando decimos que si algo no se aplica a una determinada cosa, menos se aplicará a otra. Por ejemplo, si la inmortalidad no la tienen los humanos, menos la tendrán los animales. También puede hacerse del modo inverso. 
  • El tiempo: se usa cuando se piensa en una situación pasada y que hubiera pasado si se hubiera hecho de otra manera. Por ejemplo, ''Si hubiera hecho mis cosas, ahora no estaría en problemas''. 
  • Lo dicho por otro: se usa cuando se quiere usar lo dicho o hecho por alguien en su contra. Por ejemplo, ''Dices hay que ser bueno con los adultos, pero no eres bueno con tus padres''. 
  • Definición: se usa cuando quiere probarse las creencias o pensamientos de quien habla. Por ejemplo, ''Si existe un primer motor, entonces crees en Dios''.  
  • Diferencias de términos (Homónimos): se usa para dar otro significado a una palabra. Por ejemplo., la palabra agudo puede significar ''delgado'', pero en otro contexto puede relacionarse con el acento al hablar. 
  • División: cuando de una imposibilidad no se puede plantear una posibilidad: Por ejemplo, si todos los hombres cometen tres tipos de injusticias, si uno no comete las dos primeras, menos la última. 
  • Inducción: cuando se generaliza una situación por semejanza de otra. Por ejemplo, ''Si no cuida sus caballos, no será recomendable que cuide los ajenos''.
  • Decisión: cuando se recurre a un hecho anterior para juzgar con sustento. Por ejemplo, ''La muerte es un mal porque los dioses lo han hecho así, de otro modo, ellos morirían''. 
  • Por partes: cuando del todo se predica sus partes. Por ejemplo, ''Si Sócrates es ateo, ¿a qué Dios ofendió?''
  • Exhortar y elogiar: cuando se exhorta o disuade de dos cosas contrapuestas. Por ejemplo, ''Si tus razones son justas, los dioses te amarán, pero si no lo son los hombres te odiarán''. 
  • Proporción entre términos: guardar proporción entre términos que pueden confundirse. Por ejemplo, decir que los hombres bajos son niños, o que los niños grandes son adultos, en cuanto al tamaño.
  • Igualdad de antecedente y precedente: cuando una causa y un efecto es el mismo. Por ejemplo, ''dar la tierra y el agua es ser esclavo''. 
  • Elección de un antes y después: cuando en un determinado tiempo se hace una cosa y luego de un acontecimiento otra. Por ejemplo, ''Si nos exiliamos para volver a luchar, ahora que hemos vuelto ¿nos exiliaremos para no luchar?''.
  • Lo que resulta increíble: cuando se habla sobre algo inverosímil, pero increíble. Por ejemplo, ''las leyes necesitan leyes que las corrijan'' (pero es inverosímil que un concepto abstracto necesite de otro y encima ser corregido).
  • Contradicción general: cuando se emplea una contradicción sobre cualquier cuestión. Por ejemplo, ''dicen que soy inclinado a los pleitos, pero no pueden probar que he estado en uno''. 
  • Falsa impresión de los hechos: cuando se habla de una situación que parece otra. Por ejemplo, cuando un niño se cayó encima de su madre, parecía que le hacía el amor, pero en realidad solos e cayó encima''.
  • Causa: cuando se habla de una cosa y una causa que necesariamente deben existir, es decir, sin causa no existe cosa y sin la cosa no existe la causa. Por ejemplo, ''para que tu existas debieron existir tus padres''. 
  • Posibilidad de acción: cuando se piensa en cómo una cosa podría haber sido mejor si se hubiera actuado de otra manera. Por ejemplo, ''si hubiera estudiado, no me habría sacado mala calificación''.
  • Contradicción de cosas pasadas: cuando se contradice algo que se ha establecido como hecho en el pasado. Por ejemplo, cuando a Jenofonte le preguntan si debe hacer sacrificios a Leucotea(4), a lo que Jenofonte respondió ''si creen que es una diosa háganlo, si no es diosa, no hagan sacrificios''.
  • Acusación y defensa por errores anteriores: cuando se juzga un hecho reciente a partir de uno antiguo. Por ejemplo, ''mató a sus hijos así como mató a su mascota''.
  • Basadas en la etimología del nombre: cuando se emplea el nombre como una definición a una persona. Por ejemplo, ''Como razón tu nombre es Sidero (''hierro'') por tu modo de pensar''. 

Los entimemas refutativos son mucho más efectivos que lso demostrativos porque nos muestra la breve síntesis de los contrarios. Pero de todas formas, los dos son buenos en cuanto a que unos se pueden entender a primera vista, y por lo tanto toda la gente se complace en escucharlos, y los que no se entienden pero logran entenderse también complacen, pues es gratificante lograr entenderlos(5)

Capítulo XXIV: Entimemas falsos y verdaderos

Así como hay entimemas verdaderos que se expresan en las líneas de razonamiento, también existen entimemas que parecen ser verdaderos o derechamente, falsos. 

Veamos algunos de los entimemas aparentes:

  • Expresión: cuando se llega a una conclusión son haber razonado correctamente. Por ejemplo, decir ''Si no es esto es lo otro''.
  • Parte y conjunto: cuando se afirma de un conjunto una parte o de una parte un conjunto. Por ejemplo, decir que la palabra se conoce porque se conoce las letras, o se conoce las letras por la palabra. 
  • Amplificación: cuando se trata de amplificar un hecho que  ha ocurrido o no ha ocurrido.
  • Signo o indicio: cuando se juzga a partir de ciertos rasgos que nos aportan las personas o cosas. Por ejemplo, ''Si el delinquió, entonces es un hombre malo''. 
  • Accidente: cuando se da una casualidad en los hechos de un evento. Por ejemplo, ''que las arañas eliminen a otros insectos malos en una casa''. No es que estén ayudando en una casa, sino que sólo responden a su naturaleza. 
  • Continuación o consecuencia: cuando se relaciona una actitud con ciertas actividades. Por ejemplo, ''si se viste elegante en la noche es porque es adultero''. 
  • Causa falsa: cuando se presenta algo que no es causa como causa. Por ejemplo, ''La segunda guerra mundial ocurrió porque ocurrió la primera''. 
  • Omisión de momento y circunstancia: cuando en una acción hay un momento o circunstancia que se omite. Por ejemplo, ''golpear a hombres libres es un ultraje'', pero no es un ultraje si dicho hombre ha cometido injusticia. 

Estos son en general los entimemas verdaderos y aparentes que se dan en la retórica. Básicamente, los aparentes consisten en generalizar lo particular o particularizar lo general(6)

Capítulo XXV: Refutación en el entimema

Hay dos maneras de hacer una refutación: una por demostrar un razonamiento contrario y otra por promover una objeción.

Las objeciones puede darse de cuatro maneras:

A partir del mismo entimema

Entimema: ''el amor es bueno''.
Objeción general: ¿el amor incestuoso también?
Objeción particular: ¿el amor de Cauno(7) también es bueno?

A partir de uno contrario:

Entimema: ''El hombre de bien beneficia a todos sus amigos''
Objeción: no a todos sus amigos, pues ni el hombre malo hace mal a todos.

A partir de uno semejante

Entimema: ''Los que son maltratados siempre responden con odio''
Objeción: los que han sido bien tratados tampoco responden con amor. 

A partir de decisiones previamente tomadas:

Entimema: ''Se debe perdonar a los borrachos porque no saben lo que hacen''.
Objeción: entonces Pítaco no es digno de elogio, pues dictó duras penas para los borrachos. 


Es así como un entimema o una oración es fácilmente refutable cuando este es aparentemente verdadero. Bastará aplicar una de las objeciones mostradas anteriormente. 

Conclusión

Será de utilidad saber que este libro es un complemento perfecto de Tópicos y Refutaciones Sofísticas. En efecto, es fundamental conocer la construcción e intención de las falacias para pronunciar un discurso convincente, y bueno, también para refutarlo de la manera más apropiada. Es increíble ver como Aristóteles se dio el tiempo de tomar cada emoción y sentimiento (pathos) para dar una coherencia al discurso, además de analizar el carácter que se debe tener en ellos (ethos). Trabajo que obviamente no ha sido en vano, pues no es fácil definir las actitudes humanas en un solo libro Seguramente, La Retórica fue una especie de manual para los filósofos, políticos, retóricos y oradores posteriores (Séneca o Cicerón por ejemplo). 

viernes, 8 de enero de 2016

Aristóteles - La Retórica (Libro I: Generalidades).

El estudio de la retórica ha trascendido las barreras de los países y la Antigua Grecia no fue la excepción. Ya habíamos visto el intento de definición de la retórica por parte de Platón en su diálogo con Gorgias. Sin embargo, por primera vez veremos una definición y caracterización de la retórica de manera sistemática como siempre se ha hecho en los libros de Aristóteles. Este primer libro nos dará una descripción general de lo que trata el concepto de Retórica, además de ver los tipos de lenguaje retórico que existen y se alcanzaron a analizar en la Antigua Grecia. 

Referencias:

(1) Recordemos que Platón consideraba la retórica como algo aparente y por lo tanto inútil.
(2) En Gorgias, mientras Platón dice que la retórica no es una ciencia, Aristóteles la define como habilidad. 

(3) En la retórica moderna lo conocemos como ''Ethos'', ''Pathos'' y ''Logos''.
(4) El término ''noble'' quiere decir ''bueno''.
(5) Recordemos que la ley general es la no escrita y la ley particular es la escrita.

La Retórica


LIBRO I: GENERALIDADES

Capítulo I: Retórica y dialéctica


Hemos visto que según Aristóteles, la dialéctica es el arte de razonar sobre todas las cosas empezando por cosas comunes y conocidas al pensamiento. La retórica es más bien el arte de convencer o persuadir a un individuo a través de las palabras. 

Estas dos habilidades pueden darse en todos los seres humanos, pues algunos tienen habilidades innatas para ejercer la retórica o la dialéctica, así como también puede ser adquirida y ser igual de buena. 

Entimema

En el segundo capítulo de Primeros Analíticos, Aristóteles definía el entimema como un silogismo que no tiene alguna de sus premisas porque se considera evidente en su totalidad. Por ejemplo, ''de una persona que se llame Ana se puede inferir que es mujer''.

Si bien pueden ser ciertos, los entimemas sólo pueden arrojar posibilidades y no siempre certezas. En el ejemplo anterior podríamos pensar que también hay un hombre (homosexual en este caso) que se autonombre ''Ana''. Quien conozca lo verdadero podrá con mayor razón usar los entimemas, pues estos solo nos muestran una oración que podría ser verdad. 

La retórica como buen servicio

Al contrario de Platón en el Gorgias(1), Aristóteles reconoce la utilidad e importancia de la retórica en el diálogo porque debe existir el convencimiento a través de la palabra. Imaginemos a un tirano, siempre será mejor convencerlo a través de la palabra que a través del insulto. También debe existir para convencer a los jueces de llegar a una conclusión justa. 

Aristóteles además enfatiza el uso de la retórica en cosas contrarias, pero no para utilizarlas; por ejemplo, se debe convencer para cosas buenas y cosas malas porque cuando sepamos convencer de las cosas malas, sabremos reconocer quién y cómo se persuade de dicha manera. 

De este modo Aristóteles establece el objetivo que tiene la retórica en el lenguaje.

''Su objeto no es convencer, sino ver los argumentos propios de cada asunto''.


Establecimos así, luego de Platón en el Gorgias, una nueva definición para la retórica. 

Capítulo II: Objetivos de la retórica


Básicamente, la retórica es considerada una facultad o habilidad de convencimiento a través de la palabra. Así, cada ciencia tendrá su propia retórica; como la medicina respecto a lo saludable(2). La retórica no es exclusivo de un sólo género.

Hay temas en que la retórica no nos sirve de buen modo como por ejemplo, confesiones, testimonios, o lectura de documentos. Estos temas siguen un patrón definido y no son sirven para convencer a los demás.

De tres especies son los argumentos que se deben procurar en un discurso(3):


  1. Comportamiento del que habla (emisor): cuando quien pronuncia el discurso es digno de elogio y credibilidad. 
  2. Poner al oyente en determinada disposición (receptor): cuando los espectadores se ven incitados en el ánimo por el discurso.
  3. En el propio discurso (mensaje): cuando lo que se habla es evidente y convincente para cada asunto. 

La retórica en cierto sentido es similar a la política y también a la dialéctica como dijimos anteriormente, pues son facultades que no son propias de un tema en específico. Por lo tanto, nos referiremos a la retórica con temas que se deliberan usualmente y que expresen probabilidad, no puede usarse la retórica con temas que son de imposible deliberación, ya que no surtirá efecto en el convencimiento. 

Verosimilitud

Era muy a menudo que en la Antigua Grecia se dijera que lo creíble es lo que pasa habitualmente, pero en realidad lo creíble es lo que expresa una posibilidad, es decir, que una cosa pueda ser de otro modo. 

El indicio se puede tomar desde lo particular a lo universal y de lo universal a lo particular. Hay dos tipos de indicios: 

  • Indicio necesario: cuando hay probabilidad y una especie de conclusión. Por ejemplo: ''de la presencia de fiebre es necesario que se esté enfermo''.
  • Indicio no necesario: cuando no hay conclusión, solo probabilidad que puede ser rebatida. Por ejemplo: ''los sabios son justos porque Sócrates era un sabio''. Esta proposición puede ser rebatida. 

Como podemos ver en los ejemplos, tenemos dos proposiciones; una que va desde lo particular a lo universal (fiebre y enfermedad) y otra que va desde lo universal a lo particular (sabios y Sócrates). La verosimilitud sería la combinación de indicio y prueba, es decir, pensar una probabilidad y luego concluir. 

Capítulo III: Tipos de Retórica

Los tipos de discursos retóricos se dividen en tres:


  1. Deliberativo: hecho a través de la disuasión o exhortación.
  2. Forense: hecho a través de la discusión de los hechos pasados; se trata de la defensa o ataque en un juicio. 
  3. Exhibición: hecho a través de los acontecimientos presentes y futuros. Analiza el aquí y el ahora.

En estos tres tipos de retórica hay que tener en cuenta la la posibilidad, la imposibilidad, lo que ocurrió y lo que no ocurrió. 



Capítulo IV: Retórica deliberativa

Ahondemos un poco más en el primer tipo de retórica, la deliberativa. 

La retórica deliberativa nos resulta útil en los temas frecuentes de la ciudad. Por ejemplo, 1)los recursos, 2)la guerra y la paz, 3)la defensa del país, 4)importaciones y exportaciones 5)y la legislación. Está demás decir que para producir un discurso deliberativo se debe investigar del tema y buscar soluciones para los que escuchan. 

Los recursos: para pronunciarlo se deberá conocer los ingresos de la ciudad. 

La guerra y la paz: para pronunciarlo se deberá conocer las batallas anteriores y cómo éstas ocurrieron. También hay que conocer las guerras y batallas vecinas, a fin de conocer las ciudades más fuertes y las más débiles. 

La defensa del país: para pronunciarlo se deberá conocer la cuantía de defensas que tiene la ciudad para acrecentarla en caso de guerras. 

La exportación e importación: para pronunciarlo se deberá conocer los recursos para luego decidir cuáles se exportarán y cuales se importarán. 

La legislativa: para pronunciarlo se deben conocer las distintas formas de organización del Estado, tanto propias como contrarias. 

Estas son las sugerencias que deben considerarse antes de pronunciar un discurso de cierta índole. 


Capítulo V: La felicidad y la retórica

La felicidad se basa en la prosperidad unida a la excelencia y a la cuantiosidad de bienes materiales; en otras palabras, tener los adecuados bienes externos (del cuerpo) e internos (del alma). 

Los bienes internos son los del alma y de éstos ya se ha hablado suficiente en la Ética a Nicómaco específicamente en el libro I. Uno de los bienes externos es la nobleza la cual es hereditaria, pero la condición de esta es que la antigüedad de sus antepasados sea excelente y virtuosa, o en última instancia de riqueza. 

Bienes externos

Estos tipos de bienes son fáciles de identificar, pues corresponden a la abundancia, a la posesión de tierras, a la extensión y a la belleza. 

La estima también es un bien externo que se consigue siendo un ''bienhechor''. Esta se consigue por medio de los sacrificios, menciones en verso o en prosa, distinciones, recintos sagrados, sepulcros, estatuas, y pensiones a cargo del Estado. 

La abundancia de amigos también se encuentra en esta categoría y corresponde a tener como amigos a muchos hombres de bien. 


Capítulo VI: El bien y la retórica

Para convencer en la retórica es necesario dirigir nuestro discurso hacia lo que es bueno. Lo bueno es lo que nos produce un bienestar y autosuficiencia, y todo lo bueno se infiere por medio de consecuencias. Por ejemplo, estar sano produce salud, alimentarse produce salud y ejercitarse produce salud. En este caso son tres las consecuencias para estar saludable.

En resumen, para definir las cosas buenas veamos la siguiente lista:

  1. Felicidad (es un bien en sí mismo porque hacemos de todo para conseguirla).
  2. La justicia
  3. La valentía
  4. La moderación
  5. La magnanimidad
  6. La magnificencia

Estas cosas ya se han analizado en la Ética a Nicómaco en el exámen de las virtudes éticas. Así también son bienes la sabiduría, la ciencia y las artes.

Por el contrario, tenemos lo malo que es lo contrario de lo bueno y por lo tanto, lo menos deseable en la mayoría de los casos. Decimos en la mayoría de los casos porque hay ciertos males que resultan beneficiosos como las desgracias que logran unir más a los hombres. 

El bien como algo preferible y conveniente

También es considerado bueno lo que la mayoría quiere y además lo que es digno de elogio (nadie elogia lo malo). Otra de las cosas preferibles como bien es preferir lo que los hombres de bien (Homero, Odiseo, Aquiles, etc,) consideraban como un bien. 

Lo preferible es también lo que se extraña, así como también lo que es fácil de hacer porque al mismo tiempo será posible. 

Capítulo VII: Lo conveniente y la retórica

Siempre se escogerá lo más conveniente, eso es obvio, pero sucede que algunas veces hay dos cosas que son convenientes y no se sabe cuál escoger; algo parecido ocurre con lo mucho y lo poco.

¿Cómo podemos elegir? Entre dos cosas convenientes, siempre una va a ser más que la otra, o la contendrá a la otra. Justamente es esa la que elegiremos para guiarnos bien. También puede ocurrir que una tercera cosa exceda a las dos cosas que dijimos que eran convenientes; ésta tercera se escogerá siempre y cuando sea más conveniente que las otras dos. 

Lo que representa un fin será más conveniente que algo que no lo es. Por ejemplo, hacer gimnasia para tener buena forma. También lo que es un principio será más conveniente que aquello que no lo es. En la búsqueda, según las perspectivas que se tomen lo difícil es más conveniente que lo fácil; por ejemplo, la búsqueda del oro. Esto se establece más bien en cuanto a nuestros deseos. 

En fin, podríamos decir que los principios y los fines nos ayudarán a encontrar lo conveniente y lo no conveniente. Por otro lado, existen cosas que son convenientes siempre.

  • La excelencia a la falta de excelencia
  • La ciencia a la falta de ciencia
  • Lo noble a lo falto de nobleza. 


Todas estas cosas son las preferencias de la discreción del buen hombre. 

El deseo y el placer

En lo conveniente también entra el placer, pues deseamos lo conveniente. El placer debe ser algo que no cause sufrimiento y que dure mucho tiempo. Uno desea placer para sí mismo, pero también es placer sentir que otros tienen placer y ojalá este placer sea seguro y duradero. 

Se deseará lo hermoso a lo feo, lo verdadero a lo opinable, lo posible a lo imposible, la vejez a la enfermedad y el ser al parecer. Estos serían en general los argumentos para persuadir y convencer; señalar lo más preferible. 


Capítulo VIII: Las formas de gobierno y la retórica

Al igual que todas las cosas explicadas anteriormente, si se quiere hablar de política en la retórica se necesita conocer todas las cosas de gobierno (usos, diferencias, ventajas y desventajas). Es claro que debe persuadirse desde este punto de vista, pues todos quieren lo que es ventajoso.  

En La Política vimos que existen cuatro formas de gobierno que tienen cuatro desviaciones.  Debemos conocer sus fines y sus principios para convencer y defender cada forma de gobierno; para esto, deberemos servirnos del argumento demostrativo (hechos) y de los argumentos éticos.


Capítulo IX: Los temas apropiados e inapropiados

Es importante considerar en el discurso las cosas nobles(4), ya que son las más dignas y excelentes por sí mismas. Es decir, la valentía, la justicia, la magnanimidad no se quieren por otra cosa más que por ellas mismas. 

Cuando se habla de estas cosas nunca encontraremos problemas, pero cuando queremos hablar de lo contrario de ellas es posible que experimentemos cierta vergüenza o pudor por hablar. Es así como Alceo le dijo a Safo de Lesbos ''deseo decirte algo, pero el pudor me cohíbe'', a lo que Safo respondió:

''Si tu deseo fuera de cosas justas y nobles y tu lengua no pretendiera decir una cosa mala, el pudor no llenaría tus ojos, sino que hablarías de lo que es justo''

Hablar de lo justo no implica ningún problema en los discursos y ayuda mucho al convencimiento y por lo tanto, a la retórica.

El elogio 

Siendo también un tipo de discurso, el elogio debe ir dirigido a personas de bien. La persona que se debe elogiar y pronunciar un discurso debe haber cometido acciones nobles y dignas de alabanza. Este tipo de discurso es el que pone de manifiesto la excelencia de los hombres. 

El elogio y la deliberación tiene un cauce en común, pues la deliberación puede transformarse en elogio. Una deliberación puede ser también un consejo si tomamos como ejemplo la siguiente frase:

''No hay que enorgullecerse de lo que la suerte depara sino de lo que uno mismo consigue''

De aquí se puede cambiar a un elogio si lo expresamos del siguiente modo:

''No se enorgullece de lo que la suerte le depara sino de lo que él mismo consigue''

Es así como el consejo y el elogio puede ser complementario el uno con el otro. Por otra parte, el consejo no puede darse a personas sin superioridad, al contrario a dichas personas se les dedica el elogio. 

Capítulo X: Los temas acusables y defendibles

Ahondaremos lo contrario de lo elogiable y lo adecuado para centrarnos en lo acusable y lo reprensible. Para hablar de estos temas primero se debe definir ''delincuencia''. En palabras de Aristóteles:

''Causar voluntariamente un daño contra la ley''

Primero que todo hay que tomar en cuenta tres aspectos:

  1. Naturaleza y número de motivos por los que se delinque
  2. Disposición de ánimo con que se delinque
  3. Contra quién y en qué situación se delinque

La maldad y el desenfreno son en general, las causas por las cuales los hombres delinquen. Todo acto delictual tiene un objetivo claro para cada delincuente; el robar para el ladrón, el placer para el lujurioso, la molicie para el perezoso, etc. 


Para indagar la disposición de ánimo con la que se delinque es necesario ver las imputaciones del acusado. Distingamos por lo menos dos:

  • Imputables: se cometen por costumbre o por satisfacer un deseo; de éstas últimas se hacen por deseo racional y otras por deseo irracional.
  • No imputables: se cometen por azar y necesidad; de éstas últimas unas se hacen por coacción y otras por naturaleza. 

En total, todo lo que se hace se hace por siete causas: azar, naturaleza, necesidad, coacción, hábito, cálculo y pasión. Analicemos cada una por separado. 

Azar: acciones cuya causa es indeterminada. No suceden con propósito.

Naturaleza: acciones cuya causa reside en sí mismas con un orden determinado. Suceden de forma establecida y con mucha frecuencia.

Coacción: acciones cuya causa contra el deseo y el propósito de quienes la hacen. 

Hábito: acciones que ocurren muchas veces. 

Cálculo: acciones que ocurren en vista a un provecho, o a un fin. 

Pasión: acciones que se inclinan siempre por lo placentero.

Todos los actos que se cometen de forma voluntaria son buenos porque son inclinados a satisfacer un placer (considerando que la satisfacción de un placer es algo bueno), mientras que los actos involuntarios son los que no se hacen por uno mismo. 


Capítulo XI: El placer y la retórica


El placer en general representa a la naturaleza, pues las cosas que se encaminan a un estado natural son placenteras. También se refiere al hábito porque esta muy relacionado con la frecuencia de las acciones. Así podemos decir que la naturaleza es lo que pasa siempre y el hábito de forma frecuente.

Naturaleza: Siempre
Hábito: frecuentemente

Por como vemos estos dos conceptos están muy relacionados. 

Obligación y no obligación

Es evidente que todo lo placentero pertenece a lo que no es obligatorio (diversión, distracción, holgazanería, descanso, juegos y ocio), mientras que lo obligatorio pasa a todas las cosas que no son placenteras. 

Placeres

Luego de esto tenemos los deseos racionales e irracionales:

Racionales: todos aquellos que son fruto del convencimiento.

Irracionales: los que pertenecen a la naturaleza como ver, oír, comer, escuchar, aparearse o degustar.

El placer sería cierta sensación que pasa por los sentidos y que posteriormente pasa por la imaginación. Así cuando alguien escucha, siente, oye, degusta o ve, recuerda esa sensación a través de la imaginación. 

De modo que el placer pasa pro los sentidos y al mismo tiempo por los recuerdos, como tiempo pasado, presente y futuro. Por ejemplo, el amante no solo se deleite con la presencia del amado (presente), sino también con su recuerdo (pasado) y cuando sabe que lo verá (futuro).


Capítulo XII: Delincuencia

Delinquen aquellos que sólo tienen la oportunidad de no ser descubiertos. Esto lo hacen de esta forma porque podrían recibir un castigo, o porque pueden recibir un castigo, pero menor que el beneficio. 

Perfil del delincuente

Estas son algunas de las características que menciona Aristóteles para describir al delincuente y sus razones para delinquir impunemente

  • Facilidad para la palabra.
  • Personas emprendedoras.
  • Experiencias en muchos procesos.
  • Cantidad considerable de amigos (para delinquir).
  • Amigo de los jueces.
  • Procuran no tener enemigos (para que no conspirar contra él). 
  • Soborno a los jueces.
  • Aprovechan la diferencia entre castigo y beneficio del delito.
  • Se bastan de privilegios para que no se piense que delinquen.
  • Delinquen en cosas que todos hacen para pasar desapercibido.

Estas son más o menos las características de los delincuentes y que hacen para evitar los castigos. Ahora veamos a contra quienes atenta estos delincuentes:

  • Contra quienes tengan cosas que nos falta sea necesario, útil o superfluo.
  • Contra personas lejanas o cercanas.
  • Contra personas confiadas (descuidadas de los robos).
  • Contra personas timoratas (cobardes).
  • Contra quienes han sido calumniados.
  • Contra quienes tienen antepasados enemigos del delincuente. 
  • Contra amigos (por facilidad) y enemigos (por placer).
  • Contra quienes han cometido muchas faltas
  • Contra quienes cuya desgracia agradará a los amigos.
  • Contra quienes es posible obtener indulgencia.


Con esto basta para describir todas las características de un delincuente y por qué y contra quién se delinque.

Capítulo XIII: Ley y delincuencia

Vinculemos ahora los actos delictuales con la ley general y la ley particular de una ciudad(5). 

Los delitos pueden cometerse contra una persona (golpes, adulterio) en particular como con la comunidad (no asistir al servicio militar). Quien sufre delito, lo sufre por una acción voluntaria del delincuente y en contra de su voluntad. 

Acusaciones 

Todas las acusaciones tienen relación con lo público y lo privado, y se referirán a quienes hayan cometido delitos voluntaria e involuntariamente. 

Lo importante de las acusaciones es saber distinguir el delito que se comete; por ejemplo, se tienen relaciones, pero eso no significa adulterio; se toma algo, pero eso no significa robo. Lo que entra en la categoría de delito es aquello que no tiene indulgencia. La mala suerte tampoco será considerada como delito.

Capítulo XIV: Magnitud de los delitos

Hay varias formas de dar magnitud a un delito. Muchos de ellos se miden por la frecuencia con la que se comete el mismo delito; por ejemplo si es primera vez que roba o ya lo ha hecho muchas veces. 

También se mide por la frecuencia de falta de compromisos (juramentos, matrimonios, garantías, etc.). Otra medida del delito ocurre por el lugar, por ejemplo, cuando se comete un delito dentro del tribunal. Por otro lado, la medición de quien comete delito en las leyes no escritas, será peor de quienes cometen delitos en las leyes escritas, pues las primeras no son obligatorias y las segundas sí. 

Capítulo XV: Recursos para argumentar

Existen argumentos que no son pertenecientes a la retórica que analizaremos a continuación: 

  • LeyesSuele pasar que la ley es contraria a nuestros razonamientos y es en ese momento en donde se debe recurrir a la distinción de los delitos. Además, el más justo de los hombres es el que se guíe por las leyes no escritas que por las escritas, pues las primeras pertenecen a la naturaleza. 

  • Testigos: Existen de dos tipos: los antiguos, cuyos juicios ya son conocidos (Homero en Salamina) y en general las personas que tengan que ver con hechos del pasado; los testigos actuales son las personas que evidencian lo ocurrido, pero sin calificar el hecho, sólo describirlo. A pesar de esto, los testigos antiguos son los mejores por ser insobornables. Si no se tiene un testigo se acudirá a lo que es verosímil del caso.

  • Contratos: Se debe tener especial cuidado con los contratos pues se prestan para el engaño y por más argumento que tengamos, nada se puede hacer si se aceptan. Esto se debe a que no están hechos por la naturaleza, sino más bien por convención y mano del hombre. También es preciso mirar si no son contradictorios con la ley escrita.

  • Declaraciones bajo tortura: Muy parecidos a los testimonios parecieran tener una verdadera credibilidad, pues el torturado no se arriesgará a un destino peor.

  • Juramentos: Se deben distinguir cuatro tipos de juramentos:
    • No propuestos: Suceden porque es más fácil cometer perjurio que jurar hacer cosas buenas.
    • Propuestos: Cuando se considera que es justo que los jueces juzguen la situación. 
    • No admitidos: Cuando no se quiere aceptar por principios, es decir, quien admite se le tomará como sinvergüenza, pues cuando se admite el sinvergüenza tiene un beneficio, el que no admite no tiene tal beneficio.

    • Admitidos: Cuando se confía en triunfar en el juicio. Se deja todo a criterio de los jueces. 


Así terminamos con las cosas pertenecientes a la retórica y a las que no pertenecen. 

Conclusión

Es increíble ver que la mayoría de los capítulos de este libro no se dedican a la retórica, más que de una forma indirecta pues se habla más del bien, del placer, de la justicia (que en todo caso son temas que sirven para pronunciar un discurso). De todas formas es un trabajo fiel a la filosofía aristotélica donde, además, podemos ver muchas de las cosas que se aplican a la Ética a Nicómaco y algunas otras ideas del Gorgias de Platón, sin olvidar las menciones y conceptos que necesitamos de los libros de lógica. Sigamos viendo las teorías sobre el discurso que nos entregará en los próximos libros.