La destrucción del alma fue un tema para los primeros filósofos comprendiendo sobre todo a Platón y Aristóteles. Si para Platón el alma era inmortal, para Aristóteles esta se destruía con la muerte del cuerpo. Ahora Al-Ghazali nos quiere demostrar la incapacidad que tienen los filósofos para hablar de dicha destrucción, y cómo es que esta ocurre. Este libro no será tan largo como el anterior, pero no por eso menos interesante. Veamos lo que nos tiene el viejo filósofo.
La incoherencia de los filosofos
PROBLEMA XIX
La destrucción del alma
Introducción
El libro comienza demostrando la idea que los filósofos tienen de la destrucción del alma.
Los filósofos dicen: el alma puede perecer por tres cosas:
- La muerte del cuerpo
- Cuando el alma es reemplazada
- El poder de un agente superior
Analizándolas una por una, sería falso decir que el alma se muere por culpa del cuerpo. Esto se debe a que el cuerpo no es el substrato del alma, de hecho, el cuerpo es sólo el instrumento del alma.
Por lo tanto, el cuerpo tiene sus propias acciones, así como el alma también. La constitución del cuerpo no tiene nada que ver con la del intelecto, aunque sí la distrae.
En todo caso, lo único que puede perecer en este mundo son los accidentes, puesto que las sustancias no tienen contrarios. También sería falso que el poder de un agente superior destruyera el alma, pues destruir quiere decir la nada absoluta y ningún agente puede hacer que algo desaparezca totalmente.
Dependencia e independencia
Al-Ghazali dice: aunque se diga que el alma y el cuerpo no son interdependientes, se asume una cierta relación. Si el alma se distrae con las cosas del cuerpo, entonces estamos estableciendo una relación entre ellas.
Los filósofos dicen que el alma comienza con la esperma, o más bien que la esperma se acerca al alma en su condición de cuerpo. Sin embargo, la pregunta es necesaria ¿por qué hay afinidad entre un alma particular y un cuerpo particular?
Si los filósofos sostienen que hay una conexión, entonces el alma y el cuerpo están relacionados y no son interdependientes. El alma, al tener una relación con el cuerpo es probable que pueda perecer, en tanto que esta conexión sea muy fuerte.
Los filósofos dicen: esta relación puede suceder en cuanto a que Dios permite al cuerpo tener un beneficio. El alma puede verse afectada por los vicios del cuerpo, al tener dicha relación.
Al-Ghazali dice: es una incoherencia decir que el alma puede sufrir alguna mella por el cuerpo tomando el concepto de relación. Si tienen una relación, entonces no tienen independencia.
Los filósofos dicen: los seres simples son absolutamente indestructibles. El alma está separada de la materia.
Para comprender esto mucho más a fondo, debemos entender lo que entendía Avicena por existencia. El filósofo decía que primero estaba la Posibilidad de existir, la existencia y luego el ser. En la posibilidad de existir se encuentra la materia, además de que la materia es inextensa y eterna. Luego tenemos la existencia que es representada por la forma (el alma). De esta forma, tendríamos que decir que el alma reside en la materia (pues esta es eterna).
Conclusión
Este ha sido el eterno problema a resolver entre la deliberación de si la materia y la forma conviven, o una va primero que la otra. El peso filosófico/aristotélico fortalecido por los filósofos árabes es notable en cada página de estos libros. Nadie se libra de las típicas discusiones que conciernen a la materia y el alma. Hemos llegado al penúltimo libro de este tratado para llegar al Libro XX.